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Epílogo: Piezas irregulares


 


El sonido de risa hubiera sido algo odioso si Chanyeol pudiera volver ocho meses atrás en el tiempo, exactamente cuando se despertó por primera vez ante la imagen de un nuevo criado que le estaba chillando críticamente para que se levantara. Cuando miró por la ventana, observó vagamente a un pequeño moreno y su perro corretear en la playa de la villa, dando saltos y ladrando a más no poder hasta que el que Chanyeol llama su “prometido” cayó al suelo y se mantuvo así hasta que el perro le pateó.


 


Chanyeol solo podía suspirar antes de volver con su trabajo y bajar las persianas, intentando mantenerse concentrado.


 


 


*


 


Las reglas habían sido flojamente disminuidas desde que volvió a la casa, pero Chanyeol era muy rotundo ante la regla de no bucear. Aunque a Baekhyun no le importaba nada mucho. Creyendo firmemente que amar el cuerpo de uno mismo era la llave a la verdadera felicidad, se desnudó tras comprobar que las persianas de Chanyeol estaban bajadas y entonces se metió en el agua con Nugget siguiéndolo justo detrás.


 


Flotó de un lado a otro sobre su espalda por un rato, dejando pasar algo de luz solar muy necesitada por su pálida piel. Su parte baja necesitaba conjuntar con el resto de su cuerpo de todas formas. No fue hasta que pasó una buena cantidad de minutos tras meterse en el agua como Dios le trajo al mundo que Baekhyun fue interrumpido por una voz. Nugget se puso en alerta, pero una vez que el perro vio quién era, continuó pataleando por aquí y allí.


 


—Byun Baekhyun, te estás saltando las reglas del Sr. Park.


 


Sumergiéndose en el agua por un segundo, Baekhyun soltó unas burbujas antes de volver a la superficie.


 


—¿De qué estás hablando? —preguntó fingiendo inocencia—. Solo estoy dándome un baño.


 


—¡Voy a tener que dar una charla sobre ti!


 


—Qué farol, Lu —bufó Baekhyun a la vez que se apartaba el pelo mojado de la cara. Agachándose, ocultó más de la mitad de su cuerpo bajo el agua—. ¿Me ha llamado su excelentísima majestad?


 


Luhan se encogió de hombros mientras se ponía de rodillas y se sentaba a la orilla.


 


—No, no hay nada que hacer.


 


—¿Has limpiado todo? ¿Hecho las camas? ¿Separado la colada? —preguntó Baekhyun, repasando la lista de cosas que recordaba hacer.


 


—He hecho todo eso. —Luhan bostezó.


 


Baekhyun frunció los labios mirando a su alrededor.


 


—¿Por qué no vas a ayudar a Sehun a plantar sus semillas?


 


—Ya lo hice —suspiró Luhan—. No habla mucho.


 


Riéndose, Baekhyun rodó los ojos mientras se movía en el agua, dejándose llevar por las olas.


 


—Eso será solo contigo. Está como una cabra, solo tienes que domarlo. Entonces, oh sí, ¡la felicidad fluirá en él y todas sus dudas saldrán de su boca directas a ti!


 


—Todas esas insinuaciones sexuales me pueden. —Se rio Luhan, sacudiendo la cabeza—. Qué mal que él solo sea un crío y yo viejo como la hostia.


 


—Tienes veintidós años —señaló el moreno.


 


—Debería empezar a planear mi funeral.


 


Dejando escapar el aire de sus mejillas, Baekhyun sacó la lengua al rubio que había sentado al borde.


 


—No eres viejo, pero ya que dices que lo eres, quítate la ropa y únete a mí. Vivamos como si no hubiera un mañana.


 


Luhan miró atrás a la casa por un segundo.


 


—Estoy seguro de que el momento en que mi flácida polla toque accidentalmente tu muslo bajo el agua sí que no tendré un mañana —dijo alzando la vista hacia Baekhyun, aplastó sus labios—. ¿Recuerdas cuando me dijiste que rompiste con tu novio hace poco?


 


Baekhyun asintió.


 


—No creía que tendrías un novio como él —admitió Luhan—. Pero supongo que era lo que necesitabas. Necesitabas alguien que te mantuviera los pies sobre la tierra.


 


—En realidad —dijo el moreno, alzando una mano sobre el agua—, es más bien lo contrario. La mayoría del tiempo que estoy con él, mis pies no están sobre la tierra. Están o en su cintura o abiertos y arriba.


 


Asintiendo casualmente, Luhan le hizo al chico saber que lo había entendido.


 


—Tus muslos cada vez lucen mejor.


 


—Gracias —sonrió ampliamente el otro, aceptando el cumplido—. Así que, ¿no vienes?


 


Sacudiendo la cabeza, Luhan respondió con un no.


 


—Prefiero vivir un día más, gracias.


 


Encogiéndose de hombros, Baekhyun aceptó la respuesta y sin vergüenza alguna comenzó a salir del agua hacia la cálida y seca playa. A Luhan no le afectó a desnudez del chico, no es como si fuera algo nuevo.


 


—¿Vas a ir hasta la casa así? —preguntó el criado a medida que se levantaba, pero no sin coger la ropa del moreno antes.


 


—Sí, es mejor secarme de camino a casa. Me pondré la ropa de nuevo cuando estemos en la terraza.


 


—De acuerdo. —Mientras Baekhyun comenzaba a andar, Luhan esperó a que Nugget terminara de sacudirse el agua y los siguiera—. Parece que has pasado un buen rato saltándote las reglas con tu papi.


 


Nugget simplemente sacó la lengua antes de seguir a su padre y dejar al nuevo amigo del chico flor caminando solo detrás de ellos.


 


 


*


 


Chanyeol no descubrió el tema de la desnudez de Baekhyun hasta que Luhan se lo dijo en secreto cuando ambos estaban en la cocina. El gigante había salido a por un aperitivo mientras que el rubio estaba limpiando las encimeras por puro aburrimiento.


 


—Espié con mis pequeños ojos los muslos blanco nuclear de tu prometido.


 


En mitad de morder un sándwich que Kyungsoo le hizo antes, Chanyeol miró al criado que ni siquiera le estaba mirando.


 


—¿Qué? —preguntó con la voz ahogada por el pan.


 


—Las rosas son rojas, las violetas azules, tu prometido tenía calor, así que se quitó la ropa y, joder, qué culito tenía.


 


Sin haberse dado cuenta de que su agarre sobre el sándwich lo estaba deformando, Chanyeol frunció el ceño notablemente.


 


—¿Qué has dicho? —preguntó con cierto peligro.


 


—Lo único que digo —comenzó Luhan cuando dejó de limpiar para mirar a Chanyeol— es que estaba desnudo como un neonato hoy.


 


—¿Para ti? —inquirió Chanyeol, preparado para saltar sobre él.


 


Riéndose, el criado continuó limpiando la encimera que no necesitaba limpieza.


 


—Sí, era el único que estaba allí cuando estaba buceando de todas formas.


 


Esperó un rato. Luhan esperaba algún gruñido enfadado o insulto, pero cuando no oyó nada, volvió la vista para ver si estaba recibiendo una mirada asesina en silencio. Sin embargo, cuando se volvió, no vio a nadie. El gigante se había ido.


 


 


*


 


—Creía que te dije que no bucearas.


 


—Tal vez no te haya oído.


 


—Baekhyun.


 


—¿Si?


 


Apartando el libro con tal de ganar la atención del chico, Chanyeol ignoró la protesta que siguió su movimiento de dejar el libro sobre la mesita de noche. Cuando Baekhyun intentó sentarse para coger de vuelta su novela, Chanyeol lo mantuvo sobre la cama, inclinándose lentamente sobre él. Debajo, las piernas de Baekhyun estaban a ambos lados del gigante, prácticamente cabalgándolo.


 


—Ni siquiera has hecho una marca —dijo Baekhyun con su atención dividida entre el gigante sobre él y el libro sobre la mesa.


 


—Estas en la página ciento cincuenta y ocho —dijo rápidamente, rodando los ojos—. Ahora deja de mirar tu libro y mírame a mí.


 


Con los labios hacia fuera, Baekhyun lucía como un niño cuando miró a Chanyeol a los ojos.


 


—Te miro todos los días.


 


—Necesito que me mires ahora mismo.


 


Pourquoi? —murmuró Baekhyun—. Tu n'es pas mignon...


 


—Coreano, Baek—dijo Chanyeol severo.


 


Je ne sais pas coréen...


 


Frunciendo los labios, Chanyeol se exasperó.


 


—Estoy jodidamente enamorado de Rosetta Stone. —Se quejó, frotándose la frente mientras decía no.


 


Salamat —dijo Baekhyun orgulloso.


 


Chanyeol ni siquiera quiso procesar qué idioma era ese. No tenía tiempo para ello. Decidiendo no discutir e ignorar qué idioma preferían ambos en ese momento, el gigante continuó.


 


—Oí que fuiste a bucear. ¿Otra vez?


 


Oui —asintió Baekhyun.


 


—¿Y estabas desnudo ante Luhan? —señaló Chanyeol—. ¿Tu ex-novio?


 


Avec Monsieur Luhan? —dijo Baekhyun, inclinando la cabeza—. Oui.


 


—¿Y?


 


Et?


 


—¿Olvidaste una toalla o algo? —cuestionó Chanyeol, juntando las cejas—. Siento que tenemos esta conversación muy a menudo. Ya sabes lo poco que me gusta que estés desnudo frente a otros, especialmente frente al criado, quien, creo certeramente, quiere empotrarte contra mi armario cuando no estoy cerca.


 


Carcajeándose, Baekhyun giró su cuerpo, plantando su cara contra la almohada que tenía al lado. Entonces, cuando se estabilizó, cogió el suave objeto y lo abrazó mientras volvía a mirar a Chanyeol.


 


—A Luhan no le interesa empotrarme contra la pared —sonrió Baekhyun—. Pero sí, olvidé mi toalla. También me olvidé mi dignidad y vergüenza en la playa.


 


—Como siempre.


 


—Simplemente estaba aburrido. —Baekhyun se encogió de hombros, cerrando sus ojos por un momento—. Últimamente estás ocupado y yo ya no tengo trabajo así que no tengo nada que hacer. Podría masturbarme...podría. —Abriendo los ojos, Baekhyun apartó la almohada y se sentó, apoyándose sobre sus brazos—. ¿Quieres ayudarme con eso?


 


—¿A tocarte?


 


El moreno asintió indiferente.


 


—Me aburro bastante jugando conmigo mismo a veces. Le pregunté a Luhan, pero siempre me dice que está ocupado.


 


Los ojos de Chanyeol llamearon ligeramente. Claro joder, el criado estaba ocupado. De hecho, estará más ocupado aun cuando Chanyeol acabe con Baekhyun.


 


Bajando la vista, Chanyeol vio la forma en la que las piernas de Baekhyun estaban separadas y suspiró. Apartándose, juntó las piernas del moreno antes de levantarse de la cama.


 


—No.


 


Una expresión herida iluminó la cara de Baekhyun a la vez que fruncía el ceño.


 


—¿Por qué no?


 


—Sabes por qué, Baek.


 


Cruzando las piernas, Baekhyun frunció los labios a la par que dejaba caer los hombros.


 


—Gigante, no me has tocado para nada desde que volví —dijo.


 


—Lo sé.


 


—Pero me pongo tan caliente —Se quejó sinceramente el moreno, manteniendo contacto visual todo el rato—. Ni siquiera me dejas hacerte nada. Te sentí contra mi culo hace unas noches, queridísimo amor mío, y cuando te pregunté si querías que te lo aliviara dijiste “vuelve a dormir, Baekhyun” y fuiste al baño a hacerlo por tu cuenta. Me ofendió. Y sido ofendido.


 


—La prohibición no está quitada.


 


Quejándose, Baekhyun rodó por la cama un minuto antes de golpearse la cabeza contra la pared y tener que parar para aguantarse el llanto, cosa de la que Chanyeol podría reírse más adelante. Cuando sintió que estaba mejor, Baekhyun volvió sobre su espalda y miró descontento a Chanyeol.


 


—¿Cuándo dejará de estar prohibido, entonces? Ya te dije que lo sentía por eso...


 


—Sé que lo sientes —dijo en calma Chanyeol, mirando a Baekhyun a los ojos—, pero aún no he superado que me trataras como un polvo de una noche y me dejaras en mitad de la madrugada después de tener sexo.


 


Gimoteando de manera infantil, Baekhyun se sentó rápidamente. Con sus marrones y aguosos ojos que Chanyeol tenía por seguro, estaban entrenados para llorar a petición, Baekhyun se estiró hacia delante y agarró el borde de la camisa blanca del gigante.


 


—Pero echo de menos al Monstruo de las Pollas...


 


—Baek...


 


—Lo quiero en mi tarro de las galletas otra vez, Yeol…—gimoteó el chico—. Ya no quiero la versión de plástico.


 


Respirando hondo, Chanyeol apartó con cuidado la mano de Baekhyun aunque se agachó hasta la altura del moreno.


 


—La abstinencia es la clave del buen sexo, piénsalo de esta forma —dijo el gigante mientras arreglaba el pelo de Baekhyun—. Cuando decida que es hora de quitar la prohibición de nada de sexo, tendrás una metralleta a tope dentro de ti, ¿de acuerdo?


 


Baekhyun no lucía demasiado satisfecho, bajando y apartando la vista del gigante que intentaba mantener su atención.


 


—Vale...—Alzando la vista, la voz de Baekhyun se volvió más positiva—. Más le vale a Luhan lavar nuestras sábanas por más vergüenza que le dé después de lo nuestro.


 


—Me aseguraré de que no puedas caminar en días —Chanyeol sonrió ampliamente antes de volver a levantarse—, principalmente porque seguiré dentro de ti aún.


 


—Prométeme una maratón de sexo —murmuró Baekhyun, alzando persistente su dedo meñique.


 


Sin otra opción más que complacerle, Chanyeol entrelazó sus meñiques antes de alzar a Baekhyun de la cama.


 


—Ahora ve a hacer algo productivo que no me distraiga.


 


—Ya me he masturbado hoy —comentó Baekhyun al mantener el equilibrio.


 


—Entonces saca al perro e id a hacer la compra —sugirió el gigante, llevando a Baekhyun a la puerta—. Nos estamos quedando sin comida y Kyungsoo está demasiado ocupado con tu amigo como para notar que no hay leche, pan o mantequilla en el frigorífico.


 


Jadeando dramáticamente, Baekhyun giró su cabeza en shock hacia Chanyeol.


 


—Perdona, ¿se me permite conducir? ¿Me estás dando permiso para conducir?


 


—Sí. —Justo cuando Baekhyun iba a explotar de felicidad, Chanyeol lo interrumpió—. No puedes usar el coche deportivo blanco que tus padres te dieron como recompensa por volver conmigo. No aprobaba este regalo, ¿pero qué podía decir? Van a ser mis suegros de todas formas.


 


—¡No puedes decirle no a un Byun!


 


—No a tus padres —concordó Chanyeol—, pero, puedo decirte a ti que no si me apetece.


 


Mirándolo mal, Baekhyun comenzó a caminar por el pasillo, dejando a propósito cierto espacio entre los dos.


 


—Ese es el por qué eres un gilipollas, gigante.


 


Rodando los ojos, Chanyeol sacudió la cabeza.


 


—Además, vas a ser un Park pronto, y siempre puedes decirle que no a un Park.


 


Riéndose, Baekhyun aceleró su ritmo, emocionado por coger las llaves del coche de la cocina.


 


—¡Estoy de acuerdo con eso! Siempre puedes decirle que no a un Park, ignorarle y nunca escuchar a lo que tenga que decirte.


 


—Este es el por qué tenemos problemas, Baek.


 


Baekhyun le sonrió antes de girar la esquina.


 


—Suena como un problema personal.


 


 


*


 


Chanyeol debería haberlo sabido, pero el momento en que Baekhyun irrumpió en la casa tras haber estado fuera tres horas, volvió con más que solo la compra. Sin respiración dejó las dos bolsas de sus brazos y paseó rápidamente hasta donde Chanyeol estaba con una expresión platónica en cara.


 


—¡Chanyeol! ¡Yeol! Yo, agh, estoy muy cansando. ¡Me duele la espalda! —chilló con fuerza Baekhyun a la par que giraba su cuerpo, ofreciéndole a los otros, que estaban sentados en el sofá, el entretenimiento de la noche—. ¡Oh, Dios! ¡No! No, he hecho algo. Quiero decir, intenté...espera, no. Yeol, escucha, escucha. Escúchame. Yeol, ¿me estás escuchando?


 


Mirando al loco moreno que estaba moviendo exageradamente sus brazos frente a él, Chanyeol asintió antes de coger a Baekhyun y guiarlo lejos de los ojos del resto de la casa. Se fueron los dos a la terraza, donde Baekhyun se distrajo temporalmente con el atardecer.


 


—¡Eh! ¡Su color está más saturado hoy! —gritó Baekhyun señalando a la luz del sol que desaparecía—. Yeol, ¡mira!


 


—Lo veo, Baekhyun, lo veo —dijo el gigante, cerrando la puerta.


 


—Sabías que el sol aparece de esa forma porque...


 


—Vuelve a lo de antes —interrumpió Chanyeol—. Hay bolsas que aún necesitan ser metidas dentro de casa así que dime qué te emociona tanto decir.


 


Baekhyun intentó mantener oculta su sonrisa tanto como pudo hasta que no pudo evitar levantar los brazos.


 


—¡Tengo un trabajo!


 


 


*


 


Mientras Baekhyun explicaba lo que tenía que hacer, Chanyeol torcía mentalmente todas las palabras de Baekhyun.


 


“¡Lo único que tengo que hacer es trabajar en la caja registradora!” sonaba más como “Seré un caramelo para los ojos de los clientes potenciales” a oídos de Chanyeol.


 


Tuvo que detenerse a mitad. Baekhyun trabajando a tiempo parcial en una cafetería tres días a la semana durante cuatro días con el salario mínimo no era la peor cosa del mundo, especialmente en un pueblo lleno de personas de edad madura y ancianos que no tenían punto de comparación con Chanyeol.


 


 


*


 


Baekhyun solo duró dos semanas, pero al menos, pensó Chanyeol, duró más que la compra.


 


 


*


 


Tras su charla sobre la intimidad de sus vidas hace unas semanas, Chanyeol comenzó a notar cómo el sexo era la última cosa que pasaba por la mente de Baekhyun. Se había vuelto algo molesto ya que el gigante ya estaba acostumbrado a que el moreno pasara constantemente su mano por la conjunción de las piernas de Chanyeol.


 


Últimamente, el chico había estado encontrando otras cosas con las que ocuparse. A parte de correr y nadar, Baekhyun volvió a arreglar maquinaria vieja en el cobertizo, ayudando a Sehun a quitar todas las herramientas “inusables” para reconvertirlas mágicamente. Chanyeol supuso que era bueno que el moreno usara su intelecto en vez de malgastarlo vagueando por ahí buscando algo de intimidad sexual, pero echaba de menos la atención que tenía.


 


Sin embargo, Chanyeol decidió no seguir con el tema. Todo fluía naturalmente y él no era nadie para interrumpirlo.


 


 


*


 


Estaban actuando como una pareja casa, leyendo en la cama, Chanyeol con el móvil y Baekhyun con el libro. La casa estaba en silencio excepto el salón donde se oía a los otros gritar sobre el partido de fútbol que se estaba emitiendo.


 


A mitad de una frase del artículo sobre economía, Chanyeol sintió una mano deslizarse bajo su camisa y moviéndose gradualmente bajo sus pantalones. Distraído de la tarea, giró su cabeza hacia la izquierda, donde el moreno que tenía al lado fingía que su mano no estaba haciendo nada inapropiado mientras leía.


 


—Baekhyun.


 


Frunciendo el ceño, Chanyeol esperó hasta que Baekhyun dejó dramáticamente el libro sobre su pecho y le devolvió la mirada.


 


Vale.


 


No era que estuviera rechazando el comienzo del moreno. En todo caso, a Chanyeol ya no le importaba y estaba dispuesto a continuar, pero antes de que pudiera mantener la mano de Baekhyun bajo su bóxer, el moreno ya la había apartado y se había ido de la cama.


 


A la par que su prometido se arreglaba el pijama, Chanyeol maldijo mentalmente dejando el móvil y sentándose.


 


—Baekhyun, ¿a dónde vas?


 


Calzando sus peludas zapatillas, Baekhyun se abrió paso hacia la puerta.


 


—Me voy a un lugar que no me avergüence. —Saliendo de la cama, Chanyeol lo siguió y fue capaz de pillarlo justo antes de que el moreno sacara ambos pies de la puerta. Envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Baekhyun, Chanyeol alzó a su cabezota prometido del suelo, causando que gritara y pateara sin parar hasta sentir todo su cuerpo de vuelta sobre la cama—. Yeol...


 


La voz de Baekhyun fue interrumpida cuando Chanyeol cogió abruptamente el borde de su camiseta y la pasó por encima de su cabeza. Gimoteando, las manos de Baekhyun fueron a sus orejas para suavizar el dolor causado por la fricción del material. Antes de que pudiera cuestionar qué estaba ocurriendo, Chanyeol se quitó su propia camisa y empujó a Baekhyun al centro de la cama antes de subir sobre el colchón.


 


A medida que las manos de Chanyeol bajaban y comenzaban a agarrar el estúpido pantalón de pijama animal que tenía puesto el moreno, Baekhyun gimoteó hasta alcanzar las manos del gigante y detenerlas.


 


—No quiero sexo por pena —dijo, sintiendo el agarre de Chanyeol disminuir—. Si solo lo estás haciendo porque te sientes mal por mí, entonces...


 


Uniendo sus labios con los del pequeño, Chanyeol se las arregló para parar la charla sinsentido de su prometido. Bajo el gigante, Baekhyun perdió rápidamente el hilo de sus pensamientos cuando comenzó a sentir satisfacción en su relación física de nuevo. Enlazando sus brazos por el cuello de Chanyeol, Baekhyun se echó hacia abajo, dificultando la multitarea del gigante de besar y quitarle los pantalones a la vez.


 


—Baek...—dijo cuando escapó del intento de Baekhyun de unir sus labios de nuevo—, cariño, afloja. Necesito quitarte esos feos pantalones.


 


Necesitó un rato para que su cerebro funcionara de nuevo, pero Baekhyun dejó eventualmente que sus brazos cayeran de nuevo sobre la cama.


 


—No son feos —dijo con voz pesada mientras Chanyeol se deshacía de su parte inferior y comenzaba a quitar su brillante ropa interior también—. Nada de rebajas es feo.


 


—Todo de rebajas es feo —se mofó Chanyeol, lanzando por ahí la ropa interior junto a la suya.


 


—Eres un hater de las liquidaciones y aun así luzco mejor que tú —tatareó Baekhyun a la vez que rodaba y comenzaba a gatear hacia un cajón de la mesita de noche. Para cuando lo alcanzó y sacó el lubricante, Chanyeol ya estaba desnudo. Mirando el paquete de su prometido, Baekhyun preguntó:— ¿Quieres usar condón?


 


—¿Por qué tenemos condones?


 


Baekhyun se encogió de hombros.


 


—A veces, simplemente tienes demasiado líquido para mí. No me apetece meter mi dedo ahí dentro para sacarlo.


 


—Tal vez si estuviéramos echando uno rápido lo usamos, pero esta noche, no. Puedes cerrar el cajón.


 


Encogiéndose de hombros, Baekhyun hizo lo que se le pidió y volvió a Chanyeol, dejando ser presionado de nuevo con la espalda contra la cama. Extendiéndole el bote a Chanyeol, Baekhyun sonrió a la par que abría y levantaba las piernas.


 


Chanyeol lo miró.


 


—¿Sin preliminares? No estamos ni duros del todo aún —dijo, mirando abajo.


 


Curvando los labios, Baekhyun asintió lentamente.


 


—Ah. —Entonces se sentó y golpeó a Chanyeol en el pecho, causando que este se moviera hacia atrás—. ¡Mi cuerpo ha olvidado cómo despertar por tu culpa! —acusó con fuerza.


 


Cuando consideró que Chanyeol estaba demasiado aturdido para interpretar lo que estaba ocurriendo, Baekhyun intentó escaquearse de la habitación por vergüenza, pero antes de que pudiera realizar un intento exitoso, estaba de vuelta sobre su espalda con Chanyeol sobre él.


 


—No me has dado la oportunidad de despertarte aún.


 


Baekhyun refunfuñó.


 


—Sabes, antes, solía estar duro como una roca antes de que llegáramos a la habitación. Ahora mírame. Casi tres meses y estoy muerto ahí abajo.


 


Rodando los ojos, Chanyeol acercó a Baekhyun por la cintura, alzando sus piernas y culo, dándole una clara vista de lo que quería ver.


 


—Por el lado bueno, esta pequeña cosa apretada luce tan ansiosa como siempre.


 


—¡El agujero del culo no es tan importante como el palo principal, Chanyeol! —dijo Baekhyun, retorciéndose para encontrarse más cómodo, sin gustarle cómo de doblada estaba su espalda.


 


—Siento no concordar —respondió Chanyeol, pasando sus dedos alrededor del arrugado agujero—. Aquí dentro es donde estoy más feliz.


 


—Envuelto en mis paredes.


 


—Embistiendo dentro de ti, muy dentro —añadió el gigante, haciendo presión sobre la entrada—. Encontrar ese punto que te hace querer venirte es bueno también. En definitiva, amo este agujero rosa tuyo. Es bastante asombroso cómo puedes soportar todo de mí.


 


—¡Puedo soportar otras cosas también! —dijo repentinamente Baekhyun, riéndose—. Una vez, fui capaz de meter un pepino ahí dentro, y ese es el por qué no me gustan los pepinos. Lo tuve ahí dentro por un tiempo porque se quedó atascado debido a la falta de lubricante...


 


Dándole a la rosada entrada una larga lamida, Chanyeol alzó la vista y vio que Baekhyun se había tensado.


 


—¡No! —chilló el moreno, intentando apartarse en vano—. ¡No he acabado ni siquiera mi historia!


 


Ignorando la excusa, Chanyeol dejó un hilo de saliva en la hendidura, frotándola con la lengua. Baekhyun se retorció hasta que estalló y gimió. Agarrando las sábanas con las manos, el moreno apretó los dientes mientras miró mal al gigante.


 


—¡Perdona! —gritó con un tono agudo—. ¡Mi historia del pepino es importante!


 


Pegando los labios, Chanyeol miró vagamente al chico en desacuerdo.


 


—Cariño, ¿recuerdas la vez que te dije que calculabas mal el tiempo? Lo estás haciendo ahora —dijo a la vez que su mano tocaba y frotaba el miembro del chico—. La prohibición por fin está levantada y lo único que haces es hablar sobre tu experiencia con el pepino.


 


—Solo estoy...¿dónde estoy ahora mismo? ¿Estoy soñando? ¿De verdad me estás chupando ahora mismo? —Baekhyun dejó escapar algo de aire—. Mi cerebro no puede funcionar. Me estoy distrayendo por comida grande y verde...Tengo hambre.


 


—¿Qué?


 


—Aliméntame.


 


—Lo dices…—Chanyeol se detuvo—, ¿lo dices en serio?


 


—Quiero un sándwich, ¿crees que Kyungsoo querrá hacerme algo? —preguntó Baekhyun, mirando la puerta como pensando en el cocinero del salón—. ¿Debería preguntar?


 


—Esta conversación se ha superpuesto a todo —murmuró Chanyeol mientras se movía, dejando la parte inferior de Baekhyun de vuelta sobre la cama—. El ambiente ya no es el mismo.


 


Parpadeando, Baekhyun echó un vistazo al marchito miembro de Chanyeol.


 


—Lo siento. Aunque me gustó eso.


 


—Tengo habilidades con la lengua —aclamó Chanyeol sacando el músculo y señalándolo.


 


—Doy fe. —Se rio el moreno a la vez que se levantaba, cruzando las piernas—. ¿Qué quieres comer?


 


—Quería comerte a ti.


 


—Lo hiciste.


 


—Quiero decir todo.


 


Sonriendo, Baekhyun se estiró y tocó la mejilla de Chanyeol.


 


—Esperaste tanto para tener sexo y entonces pasa esto. Vayamos a comer algo dulce.


 


Suspirando, Chanyeol giró su cabeza y besó la suave mano del moreno antes de apartarse.


 


—De acuerdo —dijo girándose hacia el final de la cama—. ¿Qué hay para comer?


 


Emocionándose, los ojos de Baekhyun se abrillantaron a la par que bajaba de la cama y se ponía rápidamente su ropa interior.


 


—¡Hay sobras de la tarta de cumpleaños de Nugget de hace unos días!


 


Alzando su camisa del suelo, Chanyeol rodó los ojos.


 


—Hacemos una fiesta de cumpleaños para ese perro cada vez.


 


—Celebra la vida.


 


—Está mimado, Baekhyun.


 


Frunciendo los labios, Baekhyun ignoró el comentario de Chanyeol y se puso su camiseta de guaperas.


 


—Para ti, tal vez, pero para mí se lo merece por ser el mejor.


 


El gigante decidió no hacer más comentarios sobre el estatus del perro dentro de la casa. Una vez que estaba completamente vestido, caminó hacia la puerta donde Baekhyun lo esperaba, vestido nada más que con su camiseta y ropa interior, dejando a propósito sus pantalones en la habitación.


 


—No vas a salir así, ¡puedo ver tus partes íntimas saliendo!


 


—¡Entonces no las mires! —respondió Baekhyun, abriendo la puerta.


 


Refunfuñando, Chanyeol siguió a Baekhyun con vehemencia, asegurándose que el chico supiera cómo no le gustaba su elección pese a la protesta del moreno sobre cómo todo el mundo de la casa ya sabía cómo lucía ahí abajo. Fue solo cuando Chanyeol estaba completamente firme, posicionando sus manos en la cintura de Baekhyun para detenerlo, que este último se giró de repente, mirándolo con una expresión que el gigante no supo realmente interpretar hasta que las palabras de su prometido salieron de su boca y cayeron directamente al suelo.


 


—Suenas jodidamente caliente cuando estás celoso.


 


Oír al chico hablarle en voz baja distrajo a Chanyeol.


 


—¿Qué?


 


Saltando y forzando a Chanyeol a pillarlo, Baekhyun envolvió sus brazos y piernas alrededor del gigante.


 


—Te quiero. Me pones muy cachondo sin precedentes. Como ahora…—susurró contra el oído de Chanyeol.


 


Cuando se volvió dolorosamente claro que Baekhyun se estaba moliendo contra él, Chanyeol maldijo bajo su respiración, especialmente cuando la puta comenzó a chupar su cuello. Había una orden de “llévanos de vuelta a la habitación” en algún lugar de la frase, y Chanyeol estaba más que dispuesto a obedecer. Mientras llevaba a Baekhyun de vuelta a su cuarto, no pudo evitar admitir cuánto admiraba lo cómica que era su relación, completa como piezas irregulares de un puzle desordenado lleno de perfección, imperfección y espontaneidad.


 


La amaba tanto como amaba la estúpida risa de Baekhyun.

Notas finales:

Nos veremos ^o^/


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