Capitulo 2: El anden 9 y 3/4
Eran casi las 11 cuando Ron, Ginni, Hermione y Harry atravesaron corriendo, los pasillos de la estación, acompañados por la señora Weasley. Cada uno empujaba con esfuerzo su carrito cargado con sus baúles y mascotas. Harry y su amigo habían tapado las jaulas de sus lechuzas para no llamar la atención mientras Crookshanks, el gato de Granger miraba a través de sus barrotes un poco asustado por la velocidad a la que lo llevaba su dueña.
Aunque los chicos no podían negar, que el final de las vacaciones le entristeciera un poco, (incluido Potter por que los últimos 15 días los había pasado con la familia de Ron y Hermione que también había sido invitada), no podían evitar sentirse muy excitados ante un nuevo curso en el colegio para magos.
La señora Weasley se detuvo a unos pasos de la columna que separaban los andenes 10 y 9 de la estación del tren. La mujer pelirroja miró a ambos lados antes de indicar a Hermione a Ginni que atravesaran la barrera que las conduciría al expreso de Hogwarts. Ambas obedecieron. Agarraron con firmeza sus carritos y empujaron con fuerza en dirección a la columna sin detenerse y cuando ya parecía que se estrellarían sin remedio traspasaron la pared. En cuestión de segundos ya no se vio rastro de ninguna de las dos chicas.
La mujer echó un vistazo a su reloj preocupada. Ya casi no quedaban ni 5 minutos para que el expreso partiera.
-Ahora vosotros dos.- Les indicó.
Harry y su amigo hicieron lo mismo que las chicas. El muchacho de cabellos oscuros y rebeldes no pudo evitar cerrar los ojos con fuerza al acercarse a la pared a pesar de que ya no era el primer año que lo hacía. Al abrirlos, ya estaban en el andén nueve y tres cuartos. El largo tren rojo ya echaba su humo como un dragón furioso.
Todos se despidieron de la amable mujer y subieron a la carrera mientras un par de elfos colocaban sus baúles.
-¡Cuida de Ginni, Ron!- Le gritó su madre.- No os metáis en líos. Cuidaros mucho
Quería haberles dicho muchísimas cosas más pero el ruido del silbato ahogó sus palabras.
El pelirrojo junto a su hermana y sus amigos, se despidió de ella agitando la mano desde la puerta del vagón.
-Bueno, ya estamos de camino- declaró Ron cuando el tren se puso en marcha. – ¡Que rabia que nos durmiéramos! ¡No nos dio tiempo ni a desayunar! Apostaría a que fue cosa de Fred y George.- dijo frunciendo el ceño.
-No creo que hicieran eso, Ron- Objetó Hermione.
-Seria mejor que empezaramos a buscar un compartimiento. Aun nos quedan unas cuantas horas de viaje. ¿No os parece?- sugirió Harry.
Los cuatro amigos se pusieron a buscar, cargados con sus mascotas. Sabían que al haber llegado los últimos les seria difícil encontrar algún sitio en el que pudieran entrar todos. Aunque, aun les quedaba la mitad del tren por revisar. A lo mejor tendrían suerte.
Harry se asomó levemente al cristal de uno de los compartimentos sin poder evitar una mueca de asco. Justo allí estaban Draco Malfoy acompañado por sus dos secuaces, Vicent Crabbe y Gregory Goyle, que parecían haber crecido un par de centímetros desde el verano. Ron que ahora miraba sobre el hombro de su amigo, casi reprodujo a la perfección la misma expresión de su rostro, es más casi podría decirse que la intensificó. Si Harry o Hermione le hubieran visto en aquel momento hubieran pensado que era el efecto de otro hechizo traga babosas. Por suerte Malfoy y sus compañeros ni se dieron cuenta de que estaban allí.
-Antes voy a Hogwarts montado en el techo que con esos tres.- Susurró Ron con disgusto.
-Vamos chicos sigamos buscando.- sugirió Hermione.
Por suerte casi al final del expreso encontraron un departamento vacío. Los dos chicos se sentaron junto a las ventanas, Hermione al lado de Ron y Ginni junto a Harry. La pequeña hermana de Weasley se sonrojó un poco. Harry, se acercó más a la ventana para mira afuera, donde los suaves colores verde y tierra dibujaban con finos trazos bellos paisajes. Nadie dijo una palabra en los siguientes minutos. La verdad era que tras aquellas dos semanas habían tenido tiempo de discutir sobre cualquier tema y ahora entre los nervios del nuevo curso y los últimos acontecimientos que tuvieron lugar durante el último trimestre en Hogwares no les quedaba muchos ánimos. Su padrino Sirius, le había enviado algunas cartas durante el verano pero tampoco le había querido contar mucho acerca de su trabajo… ¿Como estarían todos sus compañeros y profesores? ¿Cómo estaría dumbledore? ¿Cómo estaría…El profesor Snape…? Crookshanks, que estaba restregando su suave pelaje contra su pierna lo hizo alejar todo aquello pensamientos. Observó a la bola de pelo durante un rato, (tenía un nuevo collar de terciopelo rojo y dorado), y volvió su atención al interior del compartimiento.
-¿Ginni, has pensado ya cuales serán tus asignaturas para el siguiente curso?- preguntó Hermione rompiendo el silencio. – Sabes, es importante estar preparado para elegir.
-Yo… La verdad es que aun no lo pensé.
-¡Pero si aun le queda mucho tiempo para eso! Hasta mitad del curso no tendrá que escoger- exclamó Ron.
Hermione, siguió hablando sin prestarle atención.- Es mejor tener alguna idea sobre lo que más te gusta para no tener que elegirlas al azar como hicieron algunos que yo conozco.
-Si por ti fuera seguro que nada más llegar tendríamos que acudir a clase. Ni banquetes ni nada. ¿Qué clase crees que podría ser la primera, Harry?
El muchacho miró hacía el techo pensativo. –¿Mmm? Tal vez… defensa contra las artes oscuras. A mi me gusta.
-No hombre, ya no esta el grandioso Gilderoy Lockhart. “Ganador por cinco veces de la mejor sonrisa en corazón de brujas”.- Dijo imitando su voz.
Hermione miró hacia la puerta con los brazos cruzados. Mientras el resto se reían.
Cuando al fin Ron consiguió calmarse un poco continuó hablando.- ¿Qué os parece esta otra? Seguro que esta si que le gusta. ¡Pociones!- Harry puso la misma cara que al ver a Malfoy- Seguro que Hermione le gustaría mucho más. Ya sabes, el profesor Snape es tan… tan… tan sexy. Hermione, les miró enfadada mientras ambos muchachos estallaban en carcajadas. Tanto se rieron que las chicas empezaron a preocuparse por si les sucedería algo. Ron se secó las lágrimas de los ojos.
-Soys unos crios.
-No te enfades Hermione. Solo es una broma.- respondió Potter
-¡Ah! Con que es cierto que te gusta el ogro, ¿eh?
-Eso no es cierto, Ron. Además no deberías hablar así de un profesor. Pero de todas formas para tu información yo se de un par de chicas que están perdidamente enamoradas de profesor Snape.
Ginni no pareció inmutarse ante la noticia pero Ron y Harry tuvieron que cerrar la boca que les había quedado abierta de la impresión.
-¿De Snape?- consiguió preguntar Harry.
-Si eso es cierto me como mi sombrero.- declaró el pelirrojo.
-A lo mejor hasta esta casado.- habló Ginni casi en un susurro.
Los tres amigos se giraron a mirarla.
-Puede ser.- reconoció Granger.
-¡¿Snape?!- Exclamaron los dos muchachos a la vez.
-Ya veremos quien tiene razón.
-Será una perdida de tiempo. Nadie puede querr…- Ron iba a continuar pero el ruido de la puerta al abrirse con rapidez le hizo detenerse.
Justo en el marco de la puerta Harry pudo contemplar una de las pocas cosas que no soportaba a parte de los Dursley; Draco y sus secuaces.
-Vaya, vaya. Así que es aquí donde se esconde el clan de los amigos de los sangre sucia.- Dijo el muchacho rubio con voz burlona.
Ron se levantó de un salto pero para sorpresa de los presentes no le plantó un puño en la cara.
-¿Por que no te vas ha molestar a otra parte, Malfoy?- Le dijo Hermione.
-Lo que pasa es que nadie más que nosotros lo soporta.- respondió Ron.
Darco le dedicó una buena mueca de desprecio.
-Voldemort, ya esta entre nosotros y todos los sangre sucia y sus patéticos amigos lo pagaran.
- Si fuera tú no estaría tan contento.- Dijo Ron con clama, más de la que le había visto Harry en mucho tiempo.
-¿Que?
-Puede que el año pasado tu estuvieras mejor informado sobre la celebración del torneo pero esta año soy yo el que sabe que se trae entre manos el ministerio. ¿Que te apuestas a que este año veremos a algún, famoso mortifago en el profeta? Tal vez hasta vivan cerca de ti.
Draco se puso blanco mientras Vicent y Gregory daban un paso atrás.
– Eso es una estupidez. Nunca conseguirán nada. Oírme bien, Todos vosotros lo pagareis.- Malfoy se dio la vuelta y salio de allí seguido por sus compinches.
-Tal vez no debiste decirle eso, Ron.- Le dijo Harry algo preocupado.
-Ups… - Ron se llevó la mano a la boca. - Como mis padres se enteren me mataran… pero… ¿Viste la cara que pusieron todos?- En un momento todo el vagón ocupado por Gryffindores se llenó de carcajadas. Aquel iba a ser un buen año sin duda alguna.
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¿Como de bueno sera el año de los Gyffindores? (Si Seve lo puede lograr nada bueno ^___^)
¿Descubrira el grupo algo sobre la vida amorosa de su profe?
¿Cuantos mortifagos apareceran en el periodico?
Esto y mucho más muy pronto.
Amor Yaoi
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