POV: Ciel
-Conde Ciel Phantomhive ¿Acepta a lady Elizabeth Middleford como esposa?- “No, no, no, ¡NO!”
-Acepto…-“¡No! Demonios… ¿Por qué dije que sí?”
-Lady Elizabeth Middleford ¿Acepta como esposo al conde Ciel Phantomhive?- “Sálvenme de esto…”
-¡Acepto! – “no… no la amo… a ella no…”
-Los declaro- “no… por favor… yo no quiero esto…”-marido y mujer…
Todos estaban tan emocionados, Lizzy lloraba de emoción, Finny no paraba de felicitarnos, Bard y Maylene sonreían como tontos y Sebastian… no me había atrevido a mirarlo aun. Haciendo uso total de mi valentía voltee a ver a Sebastian. Él se encontraba parado en una esquina con un gesto de… ¿enojo? ¿En verdad podría ser que Sebastian sintiera lo mismo que yo?
La fiesta dio inicio. Todos parecían divertirse, algunos bailaban y otros conversaban sobre lo hermosa que había sido la ceremonia. Nada de eso me importaba. Busque con la mirada a Sebastian, necesitaba verlo y asegurarme que lo que percibí en la ceremonia era verdad.
Después de lo que me pareció una eternidad recibiendo felicitaciones, dedicando falsas sonrisas y fingiendo felicidad, me dirigí lo más discretamente que pude a la puerta, en la cual se encontraba Sebastian recibiendo a algunos invitados. Intente llamar su atención y en cuanto poso su mirada en mí le hice una señal para que me siguiera, él se disculpó con los invitados y se acercó a mí.
-Bocchan… ¿Qué hace aquí? Debería estar con lady Eli…
-Vamos a mi habitación… necesito hablar contigo- Sin esperar una respuesta comencé a caminar en dirección a mi cuarto. Al estar frente a la habitación sentí como mi corazón dio un vuelco en mi pecho, pero no había vuelta atrás, abrí la puerta- Entra…
Como siempre Sebastian obedeció. En cuanto ambos estuvimos dentro de mi habitación cerré la puerta y le coloqué el seguro. Lo miré directo a los ojos y sentí como mi corazón se aceleraba a la vez que mi rostro tomaba un ligero tono carmín. Un silencio bastante incomodo reino en la habitación.
-Bocchan… Felicidades por su compromiso con lady Elizabeth…-Note un tono de melancolía poco usual en la voz de Sebastian ¿Era una buena señal?
-No quiero hablar de eso Sebastian… pero… ¿te hace feliz el verme casado con Lizzy? Dime la verdad… es una ord…- no pude terminar la frase ya que sentí un cálido tacto en mis labios que me impedía hablar “¿Sebastian? ¿¡Q-qué!?”
POV: Escritora
-Lo lamento bocchan… no volveré a hacer algo así…- Sebastian se disponía a salir de la habitación cuando de repente sintió su brazo ser apresado fuertemente. En cuanto volteo pudo apreciar al joven conde con la mirada baja y sosteniéndolo del brazo.
-Sebastian… quiero… quiero que… -El mayor lo miraba detenidamente, el oji-azul se encontraba tenso y un poco sonrojado < ¿Estará molesto por el beso?> - Quiero que… me ames… tanto como yo te amo a ti…
El silencio reino de nuevo, unas cuantas lagrimas rodaban por el rostro de Ciel y Sebastian lo miraba sorprendido, pero feliz. El mayor se acercó de nuevo y beso los labios del conde por segunda ocasión. En cuanto se separaron Sebastian le susurró al oído unas dulces palabras, que para Ciel fueron como si le dieran el mejor regalo del mundo.
-Te amo… te amo más que a nada Ciel Phantomhive… nunca lo dudes…
El pequeño conde no soporto más y se lanzó a los brazos de su mayordomo llorando. El mayor lo miro con intriga y preocupación, lo rodeo con sus brazos apegándolo más a él, intentando calmarlo.
-¿Qué sucede? ¿Por qué llora, bocchan?- Ciel se aferró aún más al cuerpo del mayor.
-¿Por qué ahora? Dime Sebastian… ¿Por qué estos sentimientos nacen ahora que me he casado con Elizabeth? (1) ¿¡Por qué ahora el estar contigo es un sueño tan lejano!?
El menor se aferraba en un fuerte abrazo y Sebastian lo miraba con un gran pesar. Era verdad, ahora Ciel es esposo de Elizabeth. El mayor se hincó para quedar a la altura de su amo y así poder mirarlo a los ojos. Con suma delicadeza tomo su rostro y lo obligó a mirarlo.
-Yo siempre estaré a tu lado, no me importa tener que verte en secreto, tener que soportar a Elizabeth, ni siquiera me importa quedar relevado al nivel de un simple amante… no me importa nada con tal de estar contigo… ¿Y a ti?- La habitación quedo en silencio total, ambos se miraban fijamente como temiendo que todo aquello fuera una simple ilusión.
-Sebastian…-hablo por fin el menor- no me importa morir si es por estar a tu lado… no… no te alejes de mí… por favor… -Ciel abrazo a Sebastian de nuevo, aun con lágrimas en los ojos.
-Yes, my lord.