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El color del mar por OlivierCash

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Notas del capitulo:

Antes que nada recordar que la obra original fue escrita y dibujada por Masami Kurumada y el Lost Canvas por Shiori Teshirogi

 

Era un domingo por la mañana con una temperatura agradable. El cielo se encontraba repleto de nubes blancas, no se veía ni una gris con intenciones de llevar lluvia. Manigoldo estaba recogiendo la ropa seca que se encontraba en la galería. El tejado de su casa no era como la de las demás,en esa había una pequeña galería rodeada por un tejado,pero esta quedaba libre y se podía ver el cielo. A Shion le gustaba salir a las noches para poder ver las estrellas.

 

Echó lo último que le quedaba por recoger en una palangana roja repleta de ropa,para después lanzar las pinzas que la habían sujetado a las cuerdas a un cubo de un morado un tanto fosforito para,finalmente,agarrar la palangana roja con la ropa ya seca y meterse dentro de la casa.

 

Bajo por las estrechas escaleras hasta el cuarto que compartía con Shion,saliendo por una pequeña puerta que parecía comunicar con un pasadizo secreto. Lanzó sin mucha preocupación la ropa sobre la cama y bajó con solo la palangana roja hasta la cocina. Donde Shion se encontraba fregando los platos del desayuno,más bien acabando.

 

—¿Has recogido la ropa?—preguntó Shion,sin girarse a mirarlo. Manigoldo no respondió,solo dejó la palangana sobre una mesa y se hizo un poco el tonto—Vale,la has dejado sobre la cama y has pasado.

 

—¡Respuesta correcta!—felicitó Manigoldo con una gran sonrisa y un movimiento un poco exagerado.

 

Shion solo le lanzó algo de agua de sus manos mojadas a los ojos. Manigoldo cerró los ojos durante unos segundos y después se quedó mirando a Shion.

 

—Imbécil—insultó Shion con cierto cariño, para después de soltar un largo suspiro.

 

—Eso siempre lo has sabido—se burló.

 

El rubio bufó no muy animado,sobre todo porque Manigoldo tenía razón. Por ello intentó pasar un poco de él. Pero Manigoldo se lo puso difícil cuando le abrazó por la espalda.

 

—No te piques—pidió con un tono muy animado.

 

No recibió ninguna respuesta,pero por lo menos tampoco recibió ningún golpe. Por alguna razón,

Shion llevaba unos días muy arisco y Manigoldo ya no sabía que hacer para que se le endulzara un poco el carácter.

 

—Ayer me encontré con Defteros—comentó Shion con un tono...demasiado frio—Me contó que había conocido formalmente a Asmita,pero que ya lo conocía de vista—comentó y le contó a Manigoldo todo lo que Defteros le había dicho.

 

El porqué lo hizo fue algo que a Manigoldo se le escapaba. Manigoldo apoyó la barbilla sobre el hombro de Shion,varios cabellos rubios de este se le acercaban a la nariz y notaba como su agradable olor le invadía.

 

—Asmita me habló de él en ese caso—comentó Manigoldo—Curioso,se ve que el mundo es un pañuelo.

 

Shion asintió ante eso muy pensativo,Manigoldo quería saber a que le estaba dando tantísimas vueltas,era una pena que Shion no se lo fuera a decir,solo le contaba las cosas que no le quedaban más remedio de contarle,el resto se lo callaba todo.

 

—Si,el mundo es un pañuelo—murmuró Shion y Manigoldo sintió que esas palabras se las llevó el viento.

 

—¿Qué opinas de ellos?—preguntó Manigoldo con curiosidad.

 

—¿De Defteros y Asmita?—Shion habló con cierto tono de melancolía un poco velado.

 

—No,de Apros y Asmita—corrigió Manigoldo,su mirada y tono era muy serio.

 

El rubio se encogió de hombros y negó.

 

—Básicamente,lo mismo que tú.

 

Manigoldo mimoseó un poco a Shion,pero este no parecía corresponder,solo estaba en sus pensamientos. Manigoldo no sabía que era lo que pasaba,llevaba una temporada arisco,poco hablador y no paraban de discutir. Ese momento era lo más en paz que habían estado en esos últimos días.

 

—¿Tienes pensado hacer algo hoy?—preguntó Manigoldo por hablar de algo.

 

—He quedado con Dohko.

 

Ese comentario enfureció un poco a Manigoldo,siempre lo hacía cuando Shion mencionaba a Dohko. A Manigoldo le parecía demasiado obvio que Dohko estaba coladito por Shion y le molestaba que este no dejara las cosas claras con él.

 

—¿Con Dohko?—preguntó visiblemente molesto.

 

—Si,con Dohko—insistió Shion—¿Es qué no puedo quedar con mis amigos?—preguntó,molestó él también.

 

Algo le decía a Manigoldo que eso iba a acabar mal o muy pero que muy mal. Manigoldo soltó un bufido.

 

—Me da totalmente igual con quien sales o con quien dejas de salir...

 

Shion se separó de Manigoldo y se dio la vuelta para encararlo,le miraba con una cara que visiblemente estaba conteniendo un gran enfado.

 

—¿Pero?—preguntó Shion conteniendo las ganas de pegarle en ese momento.

 

En ese momento Manigoldo se dio cuenta de que se había quedado entre la espalda y la pared,si respondía,Shion se enfadaría y como no se atreviera a hacerlo,Shion también acabaría enfadado. Hiciera lo que hiciera Shion se iba a enfadar,así que como era él el que tenía que tomar la decisión, no iba a permanecer callado.

 

—Pero me parece que eres un imbécil si piensas que Dohko no tiene ganas de follarte—dijo Manigoldo con odio.

 

—¿Y tú me crees capar de cagarla con Dohko de la misma manera que tú la has cagado antes?—preguntó Shion cortante y con una gran ira acumulada.

 

—No es lo mismo...

 

Shion se encogió de hombros y le comenzó a hablar con un tono sarcástico y algo cruel.

 

—Ya,por lo menos si me follo a Dohko ya conozco de antes,no como tú—recordó Shion herido por ese tema—Porque tú te vas con quien te sale de los huevos y no pasa nada,pero como yo quiera estar un poco de mi vida con mi mejor amigo,te pones celoso.

 

Manigoldo intentó acercarse a él y colocarle una mano en el hombro,pero Shion le propinó un golpe en la mano. Estaba visiblemente herido por ese tema y hasta Manigoldo notó que le estaba soltando algo que sentía desde hace mucho tiempo y que durante todo ese tiempo se había guardado. Con la desgracia para Manigoldo de que Shion explotara en ese momento. O no tan desgracia,estaba claro que tarde o temprano iba a pasar algo como eso.

 

—¿Pero sabes qué es lo que más me jode?—preguntó Shion con una triste sonrisa y los ojos muy brillantes. Manigoldo no se atrevió a responderle a eso,hasta él sabía cuando había que decir basta—¿Lo sabes?—insistió y Manigoldo aun con el temor de lo que podría pasar negó suavemente con la cabeza,sin quitarle ni durante un segundo la mirada a Shion—Que tú—remarcó ese “tú”—seas totalmente incapaz de confiar en mí,mientras que yo, que tengo más razones para desconfiar en ti, tenga que cerrarme la puta boca y no pensar mal de ti con nadie—las palabras de Shion estaban cargadas de una parte de veneno puro,mezclada con una realidad innegable y con una pizca de rencor.

 

Si a Manigoldo le hubieran dicho que unas palabras tan ciertas y dichas por Shion le podrían hacer tanto daño,se habría reído. Pero para su desgracia,Shion era el único cuyas palabras podrían hacerle daño de verdad.

 

—Shion...—Manigoldó intentó acercarse a él,pero cuando Shion comenzó a andar hacia su cuarto,ignorándolo por completo,se dio cuenta que tocarle no era buena idea.

 

El rubio subió casi corriendo las escaleras y cerró la puerta con un portazo que se escuchó por toda la casa. Manigoldo subió con calma,una calma que no sentía y una extraña sonrisa muy amarga. Se quedó sentado en las escaleras y apoyó la cabeza sobre la puerta. Para un día que no habían comenzado de malas,habían acabado peor que nunca.

 

—¿Puedo entrar?—preguntó Manigoldo.

 

—Esta abierto—contestó Shion,todavía enfadado,desde el interior de la habitación.

 

Claro que sabía que la puerta estaba abierta,pero eso no significaba que Shion le dejara entrar o quisiera verle.

 

—¿Quieres que entre?—pregunto Manigoldo,dirigiendo su mirada hacía el techo.

 

—No—respondió Shion con un todo que provocó el congelamiento de la sangre de Manigoldo—¡Solo quiero que te largues un rato!

 

Manigoldo sonrió como un autentico idiota,no podía creer que el termino “un rato” le pudiera alegrar tanto la mañana. Sin duda era gilipollas,había dejado que alguien como Shion le afectara tantísimo y él en vez de haber todo lo posible para no cagarla,para no darle ninguna excusa para que lo dejara o para que se enfadara de verdad con él. No había dejado de meter la pata una vez detrás de otra y Shion aun así,había permanecido a su lado.

 

—Me parece bien—murmuró Manigoldo.

 

Durante unos minutos ninguno de los dos dijo ni hizo nada. Manigoldo pudo escuchar el sonido de algún objeto romperse dentro de la habitación. Agradecía que Shion pagara su furia con objetos inanimados y no fuera a tirarlo a él por las escaleras,en verdad se lo agradecía porque sabía que no le faltarían razones. Manigoldo solo se levantó y se quedó mirando esa puerta de madera cerrada que había ante él,mirándola con una triste sonrisa.

 

—Shion—comenzó—Se que la he cagado y que tienes todo el derecho del mundo a estar enfadado—suspiró,eso le costaba tanto,pero sabía que era necesario,que por una vez tenía que dejar las cosas bien claras y para bien—Pero aun así,aun con todo lo que te he hecho,tú eres la única persona por la que realmente intento ser buena persona,se que he fallado muchas veces—colocó la mano sobre la puerta—Sin embargo,te aseguro que otras mil veces he logrado ser una persona maravillosa y ha sido solo gracia a ti—suspiró y retiró la mano de la puerta—Eso es lo que vi en ti,eso es lo que me hizo darme cuenta de lo mucho que te quiero. Porque soy gilipollas,he calentado la cama de muchas personas,pero la única vez que he estado tan enamorado de alguien,ha sido de ti y aunque tú te enfades tanto conmigo que ya no quieras volver a verme,yo seguiré enamorado de ti—decidió que con eso bastaba y ya no se sentía con las fuerzas de insistir. Por lo que se dio la vuelta para bajar por las escaleras y macharse—Solo,procura no olvidarlo—y dicho esto,se marcho.

 

Desde el cuarto,Shion pudo escuchar como se cerró la puerta de la casa cuando Manigoldo se marchó. La puerta de abajo se oía mucho desde cualquier lado de la casa cuando se cerraba. Shion se encontraba sentado en la cama,no llevaba los zapatos,los había dejados tirados por el suelo. Había lanzado la ropa que Manigoldo había dejado en la cama al suelo,por lo que solo estaba él sobre ella. Estaba abrazando sus rodillas y entre sus manos había un papel. Miró ese papel con los ojos llorosos,como deseaba no haber recibido eso en la vida,como deseaba que eso simplemente desapareciera. Pero era demasiado real.

 

Un atisbo de tranquilidad pasó por su mente y observó la habitación. Había pasado lo mismo que siempre pasaba cuando bajaba la guardia,cuando no estaba atento y se le escapaban las cosas. En esa habitación,en ese preciso instante,no había ningún mueble,ni ropa ni nada,que tocara el suelo.

 

Asmita esa mañana iba de camino a desayunar con Degel,cuando notó un olor familiar en un banco a su lado,ese olor se encontraba disimulado por el fuerte olor del mar y del tabaco,pero sabía que era él. Así que el rubio se quedó parado frente a esa persona.

 

—No sabía que fumaras—comentó.

 

—Solo cuando estoy triste o necesito relajarme—contestó Manigoldo,quitándole importancia al asunto.

 

Por alguna razón,Asmita notó que Manigoldo estaba triste. A lo mejor fue por esa sensación apagada que le daba,debía estar sentado con el cuerpo echado hacía adelante,apoyado sobre sus rodillas. O podría ser porque Manigoldo no se había dado cuenta de la presencia de Asmita hasta que este le había hablado.

 

—Estas triste—aseguró Asmita.

 

—Si,es una de las muchas cosas que estoy en estos momentos.

 

Asmita sabía que porque Degel le esperara un poco más de la cuenta no le iba a pasar nada. Pero algo extraño para él le dijo que se quedara a consolar a Manigoldo,sin duda la amistad era algo muy raro y que escapaba de su total comprensión. Por ello,se sentó junto a Manigoldo.

 

—¿Voy a tener que preguntarte que te pasa o me lo vas a decir tu solito?—cuestionó Asmita.

 

Manigoldo se le quedó mirando,casi se le cayó el cigarro al suelo. Asmita le iba a tener que consolar y escuchar sus penas,eso era raro,tan raro que no le importaba.

 

—He discutido con Shion,de nuevo—admitió Manigoldo,apretó el tanto el cigarrillo que lo rompió y este se deshizo en sus manos,cayendo lentamente al suelo—Por todas las cagadas que he cometido a lo largo de los años.

 

En ese momento Asmita se arrepintió de haberse quedado,no tenía ni idea de que decirle en ese momento que le ayudara y no sonara cruel y frio.

 

—¿Ha sido peor que las otras veces?—preguntó—Me comentaste que estaba algo arisco últimamente.

 

Manigoldo miró al cielo,ese precioso cielo azul y luego volvió a mirar la caja de cigarrillos que tenía en la mano y que se había comprado hacía un rato. Sacó otro cigarrillo y se lo llevó a la boca,para encenderlo con un mechero baratucho que había sacado de una maquina expendedora.

 

—Si,ha sido mil veces peor—afirmo Manigoldo.

 

—¿Te da vergüenza?—El de pelo azul se quedó mirando anonadado al rubio sin comprender a que venía esa pregunta—Has evitado contarme la razón de la pelea—aclaró Asmita—No me interesa saber el porqué ha sido esa pelea,pero quiero que sepas que...para nuestra desgracia,somos amigos—esa última palabra le costó decirla en alto,era algo que ya sabía,pero el tener que decirla no se sentía igual,esa palabra le había llenado la boca y para su sorpresa,se había sentido tan bien al decirla—Y para lo que sea,puedes confiar en mí.

 

Manigoldo sonrió,sonrió de alegría como no había sonreído en todo el día,por alguna razón ese apoyo de Asmita le animaba y era algo extraño. Pero se sentía bien. Sin embargo,en el fondo,sabía que cuando le contara lo que pasó,Asmita se pondría del lado de Shion y no lo culparía por ello. Pero ese pequeño momento,decidió saborearlo y disfrutarlo como el más dulce y delicioso de los pastelitos de limón que tanto le gustaban a Shion.


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