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El color del mar por OlivierCash

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Notas del capitulo: Antes que nada recordar que la obra original fue escrita y dibujada por Masami Kurumada y el Lost Canvas por Shiori Teshirogi

Asmita se levantó ese día como todos los demás y no le paso como el día anterior. Lo único diferente fue una llamada de Aspros,pero fue corta y no le supuso más dolores de cabeza. Se veía que quería ponerse en plan novio con él,pese a que él no tenía ninguna gana. Se preparó y se fue a trabajar como todos los días,se sentía algo más animado que el día anterior porque apenas había tenido que soportar a Aspros y en el fondo el ir a comer a casa de lo más parecido que tenía a una familia le alegraba más de lo que le gustaría admitir.

 

Caminó con calma como todos los días,recorriendo el camino de siempre. Sentía que había más humedad de lo normal en el ambiente,por lo que seguramente llovería,la lluvia no le era desagradable así que le daba un poco igual,el único problema era que los días de lluvia iba menos gente a la panadería.

 

Llegó hasta la puerta de la panadería,estaba cerrada,de normal era él el que abría. Sacó sus llaves e hizo lo de todos los días,ya se sabía de memoria donde estaba todo y lo que tenía que hacer. Y Hasgard siempre llegaba ocho minutos después que él para preparar las cosas antes de abrir.

 

Y como un reloj,mientras Asmita estaba preparando la masa para el pan,llegó Hasgard. Pero al contrario de lo normal,se le notaba algo apurado.

 

—Hola Asmita—saludó desganado.

 

—Buenas,¿te ocurre algo?

 

Hasgard suspiró y se puso a hacer cosas que luego venderían,estaba extrañamente callado,tanto que Asmita casi comenzó a preocuparse. Asmita metió varias barras de pan en el horno,en nada estaría todo listo para abrir.

 

—Pues verás—habló al fin—Me han mandado que hoy me encargue de distribuir el pan a los pueblecillos que no tienen panaderías—respondió sin muchos ánimos.

 

Asmita cerró la puerta del horno y se puso a colocar los dulces en sus respectivos lugares para vender,no comprendía como a alguien como Hasgard,le hiciera tan poca gracia ir a los pueblos. Pero dejó que Hasgard fuera contando a su ritmo.

 

—Y verás,es que a mi los pueblos y todo eso me suelen gustar,pero los pueblos a los que me mandan...tienen unas carreteras horribles,son mas bien caminos de cabras,así que me voy a pegar toda la mañana y parte de la tarde fuera y sin descanso.

 

—¿Cómo es que te ha tocado hacer eso?—preguntó Asmita extrañado.

 

—Los que lo hacen de normal se han quedado sin materia para hacer pan porque ayer hubo una tormenta en alta mar y los barcos no salieron,me mosquea un poco el tema,pero como esta es una de las panaderías más grandes de la isla Aspros me lo pidió— soltó un suspiro y le echo un ojo a la panadería en general—aunque si para esto deben recurrir a mi,no quiero imaginar como serán las demás.

 

Asmita escuchó atentamente lo que le contaba Hasgard mientras seguía con sus tareas,la mención de Aspros en el asunto lo mosqueaba,pero se intentaba convencer a si mismo que solo era una casualidad. Por otra parte hasta Hasgard estaba mosqueado con el asunto,por lo que él se mosqueaba más.

 

—Si,la verdad es que es algo un poco inquietante— miró a Hasgard— ¿Tendrás suficiente para llevar a los pueblos o hacemos alguna hornada?

 

—No te preocupes—respondió a la vez que negaba con la mano—Ayer a la noche bajé para hacer suficiente comida para los pueblos,así que tú sigue con lo de siempre.

 

Asmita asintió y siguió con los suyo. Hasgard se puso a preparar varias cosas y a dejarlas listas antes de irse,lo de los pueblos lo tenía metido en unas cajas con las que Asmita casi tropieza. En la panadería debía ser lo más ordenados posible para evitar que Asmita tropezara con algo,o avisarle donde había dejado ese algo. Por supuesto más de una vez se olvidaban de avisarle.

 

—¡Ah! Por cierto,que se me olvidaba—dijo Hasgard parando en seco—Hoy lo chavales vendrán antes,así que te ayudaran mientras no este—después de hablar siguió trabajando.

 

—¿Y eso?—preguntó Asmita.

 

—Pues ha habido una averiá o algo en la escuela y les dejan salir antes,pero no han dejado muy claro que ha ocurrido—hizo una pausa y le lanzo una mirada a la calle— Tiene una pinta de que va a llover.

 

—El ambiente esta muy húmedo.

 

—Si,ademas de caminos de cabras parece que van a ser caminos de cabras con mucha lluvia,espero que no me afecte mucho—hizo una pausa — Entre lo de la escuela,lo de la lluvia y lo de los pueblos,este va a ser un día que vamos,esperemos que no se rompa ni falle nada más,porque a este paso solo nos falta que la tormenta afecte al paseo o haya inundación o saber que.

 

—Relajate Hasgard y no te preocupes,ya me ocupare de la tienda y de vigilar a los chavales hasta que llegue Dohko.

 

—Dohko hoy llegará antes,así que te podrás ir a tu hora,le llame ayer a la noche para pedírselo. Pobrecillo,llevo dos días mareandolo con el trabajo,a ver como se lo compenso.

 

Asmita le miró un poco extrañado,pero agradecido,por un momento se planteó que no podría ir a comer con Manigoldo y Shion. Después estuvieron como un cuarto de hora preparando algunas cosas para los pueblos y Hasgard las estuvo metiendo en su furgoneta,que por fortuna pudo aparcar cerca. Asmita se dedicó a atender a varios de los clientes que iban entrando,en su mayoría eran ancianos.

Hasgard entró,ya había acabado de cargar las cosas en la furgoneta y se iría en nada.

 

—¿Y lo del perro?—preguntó Asmita recordando lo que había pasado el día anterior.

 

—A eso,seguramente en algún momento los críos irán a eso o se pasaran antes de venir aquí. De todas maneras he hablado con el dueño antes y ya esta todo arreglado.

 

Asmita asintió y se olvidó del asunto. Hasgard se despidió y se fue,podía escuchar alguna que otra queja mientras se iba,pero bueno,llevaba desde que había llegado escuchándolas,así que no le prestó mucha atención. El resto de la mañana fue como uno cualquiera,vinieron los clientes de siempre y no tuvo muchas dificultades para atenderlos.

 

Hacía las doce llegaron los críos,estaban súper contentos y por el sonido de ladridos,Asmita se imaginó que ya tenían al cachorro. Solo había una cosa que no le encajaba,le pareció escuchar dos ladridos de perros diferentes,cuando solo debía de haber un perro. Nota como los tres se le acercan y se quedan frente a él al otro lado del mostrador.

 

—Hola chicos,¿pasa algo?—preguntó Asmita.

 

Selinsa y Teneo le lanzaron una mirada a Saro,el cual tenía las manos detrás de la espalda y se encontraba algo avergonzado. Ambos se apartaron y Saro dio un paso al frente,acercándose un poco más al mostrador.

 

—Pu...pues vera señor Asmita,como vive solo y he pensado,que a lo mejor le podría hacer compañía—dijo muy cortado y le enseñó lo que estaba escondiendo,un cachorro de un color marrón oscuro y con los ojos claros— Como no nos poníamos de acuerdo,le preguntamos al dueño que nombre le pondría y al final le pusimos Spica—contó Saro,las piernas le temblaban— y bueno,es para que no deba estar solo en casa y tenga a alguien que le haga compañía,además,él podría ayudarlo a usted.

 

Asmita no estaba muy seguro de eso,cuidar a un perro se le hacía una responsabilidad,pero en cierta manera se sentía conmovido por lo que había hecho los niños y no se sentía con ganas de decirles que no. Suspiró,no sabía que hacer.

 

—Os lo agradezco,pero no se si podría cuidarlo—respondió Asmita ante el ofrecimiento.

 

Los niños se miraron entre si un poco desilusionados. Teneo acarició al otro cachorro,el que habían cogido para ellos. Su pelo era más claro que Spica,pero sus ojos eran mucho más oscuros,le había puesto Elnath.


—Es que pensábamos,que a lo mejor con un cachorrito,dejaría de estar tan triste—confesó Saro,se sentía muy apenado por el rechazo hacía Spica,porque pensaba que con eso podrían hacer que Asmita estuviera un poco más contento—Es que ayer,le notamos triste y estuvimos pensando sobre algo para alegrarlo y esto fue lo que se nos ocurrió...lo siento mucho si no le gusta—alzó la cabeza y miró a Asmita directamente—Pero ya buscaremos otra cosa para que deje de estar triste.

 

Asmita se quedó mirando a los niños muy sorprendido,nunca se habría imaginado,que ellos fueran a darse cuenta,de lo triste que se sentía. Ni siquiera Hasgard parecía haberlo notado del todo,pero ellos los había hecho y no solo eso,sino que había intentado animarlo,a su manera,pero lo que le contaba era la intención. Suspiró de nuevo,los niños se habían quedado callados esperando a que dijera algo,solo podía escuchar algunos suaves ladridos.

 

—Esta bien,me lo quedo—dijo al fin Asmita—Aunque voy a necesitar ayuda para cuidarlo.

 

Los niños se miraron entre si ilusionados y durante las siguientes horas le estuvieron explicando a Asmita lo que les había contado a ellos y todo lo que había investigado,quien sabe como,sobre el tema de cuidar a un cachorro. Por fortuna esa mañana no fueron demasiados clientes y no tuvieron mucho trabajo.

 

Poco antes de que Asmita se fuera comenzó a llover,primero fueron solo unas gotas,lo justo para mojar la calle,pero tras unos minutos,la lluvia tomo mucha fuerza. Asmita se imaginó a Hasgard maldiciendolo todo en alguna carretera espantosa mientras intentaba llegar a un pueblo y buscar un lugar para guarnecerse de la lluvia.

 

Y así,ente pitos y flautas se le fue la mañana a Asmita,llegando hasta la hora de su salida. Se preparó para irse y lo dejo todo lo mejor posible para Dohko. Saro se subió a casa a los cachorros y Asmita le dijo que después de la comida iría a por Spica. Selinsa y Teneo se quedaron encargándose de las cosas de la panadería.

Antes de que Asmita saliera,llegó Dohko con un paraguas naranja,pero eso no pudo evitar que se empapara.

 

—Esta cayendo la del pulpo—dijo Dohko.

 

Tras eso sacudió un poco el paraguas y lo metió en el paragüero. El pobre estaba totalmente calado y Teneo fue a por una toalla para que se secara un poco.

 

— Buenas,perdón por no haber al entrar,pero la tormenta me ha pillado de lleno—dijo Dohko mientras se secaba.

 

—No te preocupes—dijo Asmita sin más.

 

Dohko se quedó mirando a Asmita,si bien era cierto que ambos trabajan en el mismo sitio,sus horarios nunca coincidan y tampoco se conocían mucho. Por lo poco que lo había visto,a Asmita le parecía que Dohko era buena persona y probablemente,si lo conociera más le podría caer bien. Asmita caminó hacía la puerta dispuesto a salir.

 

—¿Vas a salir con la que esta cayendo sin ni siquiera llevar paraguas?—preguntó Dohko algo sorprendido y preocupado.

 

—Si—fue la simple respuesta de Asmita.

 

—¿Pero,debes de ir muy lejos?

 

—No mucho,en un cuarto de hora llego—contestó Asmita.

 

Dohko fue hacía el paragüero y agarro su paraguas para ofrecérselo a Asmita.

 

—Te lo presto,así por lo menos no te mojarás—dijo Dohko con una sonrisa.

 

Asmita se quedó pensándolo durante un momento,el paraguas en teoría le vendría bien aunque con la tormenta que hacía no haría gran cosa. Pero algo le decía que Dohko le seguiría insistiendo hasta que lo aceptara,por lo que decidió ahorrarse este tiempo.

 

—Bueno,esta bien—extendió la mano y cogió el paraguas,todavía seguía mojado—Te lo devuelvo en un rato.

 

—No te des prisa,me lo puedes devolver en cuanto te venga bien.

 

—Gracias,pero como luego debo volver,no me cuesta nada devolvértelo— Asmita fue hacía la calle,desde la puerta podía escuchar el sonido de la lluvia— Así que adiós y portaros bien.

 

Asmita escuchó como los Dohko se despedía y el adiós de Teneo y Selinsa a lo lejos,pero estos apenas pudo escucharlos por culpa de la lluvia. Nada más salir noto el agua en la cara,no solo es que lloviera,es que soplaba algo de aire. Abrió el paraguas y fue a la acera. La lluvia caía a cantaros,no se escuchaba nadas más que la lluvia y el mar,no había nadie por la calle,todo estaba desierto. Asmita caminó hacía la casa lo más rápido que pudo. Aunque llevaba paraguas se mojaba,así que se metió bajo los balcones. No le extrañó que Dohko hubiera llegado tan empapado.

 

Caminó durante quince minutos,siempre el linea recta y por el paseo marítimo. El mar se escuchaba embravecido,ningún barco habría salido ese día. El paseo marítimo era realmente largo,había mas paseo antes de la tienda de Hasgard y aun continuaba pasando la casa a la que iba. Por lo que le había contado,todas las casas eran diferentes,algunas eran estrechas y con varios pisos,otras eran anchas,de pocos pisos y cada uno individual,también le habían dicho que otra cosa que diferenciaba a una casa,de la que tenía al lado,era la fachada. Las había de todos los materiales y colores,unas blancas,otras rojizas,unas de ladrillo,otras de piedra y todas diferentes.

 

Y al fin llegó hasta una casa ancha,de tres pisos,con una fachada tan blanca que parecía recién pintada y unas verjas en los balcones que la gente no podía evitar mirar siempre que pasaban. Era una casa en la que había invertido dinero. Las verjas de los balcones había sido hechas por herreros,se retorcían formando figuras orgánicas hacía todas direcciones. El otro aspecto en el que más se fijaba la gente era en la entrada,un gran arco de medio punto que rodeaba unas grandes puertas de madera. Asmita se acercó a la puerta y pulsó el timbre. Se quedó unos minutos esperando,el tejado que sobresalía lo protegía un poco de la lluvia. Al final se había empapado.

 

La puerta se abrió con un sonoro chirrido,en el tiempo que había vivido allí,nunca había engrasado esa puerta para que dejara de chirriar y por lo que oía,seguían en la misma línea.

De la puerta asomó un anciano de pelo largo y blanco recogido en una coleta,iba vestido de manera informal,pero irradiaba algo que te hacía sentir respeto hacía él. Se quedó mirando a Asmita unos segundos y sonrió.

 

—Me alegra que al final hayas venido—dijo complacido y se apartó un poco para dejarle paso a Asmita—Bueno,entra que te estas empapando con la lluvia.

 

Asmita le saludó con la cabeza,cerró el paraguas y entró en la casa. Se preguntaba si estaría igual que la última vez que había estado allí.

 

—Hola Hakurei,ha pasado mucho tiempo...—comentó Asmita.

 

—Si,demasiado.

 


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