Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Poder Femenino por LatexoHPo

[Reviews - 92]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Bruce volvió del centro comercial con lo que él imaginaba doscientas toneladas de compras. Casi todo comida para ser calentada en el microondas; verduras para mantener nutrido a Clint y menos agobiado a Thor; un montón de helado y paletas heladas  (antojos y bochornos); carnes frías para Tony que de repente sintió cariño por los chorizos y las salchichas; galletas y chocolates finos para Loki y Steve… y bueno, que no sabía cómo sus brazos seguían funcionando.

Sin JARVIS tomando el control de las cosas cotidianas en el pent house, los róbots domésticos no hacían su trabajo. Así que era mejor ensuciar lo menos posible para no terminar sepultados en su propio desorden. El nuevo refrigerador había llegado muy temprano y era un alivio, porque Thor había hecho llover un poco la noche anterior para salir desnudo a la terraza y bajarse el calor.

Bruce suponía que si no fuera por el dinero de  Tony ya estaría Clint en un circo presentado como ‘El hombre embarazado’; Loki ofreciéndose en cualquier esquina y de a gratis; Thor haciendo ángelitos de nieve en el polo norte; Steve seguramente acompañando a Clint en un circo y lidereando el Freak Show; Tony pidiendo caridad bajo un puente y él… en el manicomio. Entendía de algún modo la venganza de las chicas. Vamos, que no se habían visto nada respetuosos, pero creía que se habían pasado.

Decidió esta vez que ninguno lo acompañara (aunque Loki protestara), por las mismas razones antes mencionadas. Thor se había quedado una vez más como guardían y bajo amenaza les hizo prometer a los otros que si hacían molestar a Thor, Hulk les haría una visita inesperada.

Era una buena señal que el clima siguiera despejado.

Se internó al pent house directo a la cocina sin pasar por la sala para dejar todas las bolsas. Todo estaba ordenado. Eso hizo sonreír a Bruce… hasta que escuchó una especie de trompeta. Y luego un sollozo agudo… Bajó los hombros derrotado. Hazlo por Clint, se dijo.

Al llegar a la sala descubrió que la trompeta era Thor; es decir, el hombre se estaba sonando la nariz ruidosamente. Clint yacía desparramado en el sillón junto al rubio y se limpiaba las lágrimas con una mano mientras con la otra acariciaba su barriga que hoy había amanecido más grande (cosa que asustó mucho a Bruce). Tony sollozaba miserablemente en el regazo de Steve, que sorbía por la nariz. Y Loki no estaba llorando, pero sus ojos estaban vidriosos. La mueca en su bello rostro indicaba que se aguantaba las ganas.

“¿Quieren decirme por qué están llorando?”, inquirió Bruce entrando a la sala.

“¡Dios, Bruce! No te presentes así… ¡Por poco y me da un infarto!”, se quejó Steve chillonamente. Sus senos rebotaron en la cabeza de Tony.

“¡Su vida es tan horrorosa!”, exclamó Thor limpiándo sus ojos con la punta del pañuelo moquiento.

“¿Ves lo que sucede cuando los padres no apoyan a sus hijos?”, se indignó Loki mirando de mal modo a Thor.

“¿La vida de quién…? ¿Qué…?”, balbuceó Bruce mirando a Tony y a Clint, a ver si alguno respondía sus dudas.

“¡Pobre Juanita! ¡Y yo quejándome por los litros de sangre que he perdido!”, sollozó Tony enterrando su cara en los senos de Steve, quién sonrió ladinamente por cierto.

“¿Juanita?”, se preguntó Bruce.

“¡Todo es culpa de Armando José!”, agregó Clint con los puños apretados. “¡Si te atreves a abandonarnos como él hizo con Juanita y su bebé no sobrevivirás, Banner!”

Bruce pensó que ya estaba en el manicomio y ni cuenta se había dado. ¿Eso era posible?

Resopló y miró la pantalla gigante. ¿Qué demonios estaban viendo esos idiotas? ¡Oh, no! El canal latino… ¡Telenovelas mexicanas! ¡Un maratón de doscientos capítulos de ‘Juanita la de la barriada’!

“Juanita era sirvienta en la casa de los Quintero y se enamoró de Armando José, pero él se aprovechó de ella y ahora que se han enterado que está embarazada la corrieron y en su hogar su padre la repudia también. ¡Es tan triste!”, explicó Thor.

“Yo digo que Armando José sí la quiere, sólo que tiene prejuicios por el qué dirán”, secundó Tony quejándose un poco por el nuevo cólico. Afortunadamente ya no eran tan fuertes.

“Armando José es un cretino idiota. Juanita debería fijarse en Panchito, él sí la quiere de verdad aunque sea pobre. El dinero no lo es todo”, dijo Clint mirando de mal modo a Tony.

“No, Juanita debe quedarse con Armando José. Es el padre de su hijo y además podrá cumplirle todos sus caprichos”, terció Steve.

“¿Eso quiere decir que estás conmigo para que te cumpla todos tus caprichos?”, preguntó peligrosamente Tony incorporándose de Steve para fulminarlo con la mirada.

“¿Qué? ¡Claro que no! Yo también tengo dinero, Tony. Lo que a mí me parece es que tú defiendes a Armando José porque es un playboy mimado como tú.”

“Lo horrible es que los padres de Juanita no la comprenden. ¿Te suena de algo, Thor? ¿Odín, por ejemplo?”

“¡Padre te ha dado su perdón! ¡No es como el padre de Juanita!”

“¡BASTA CON LA TAL JUANITA!”, estalló Bruce al ver que otras estúpidas discusiones comenzarían.

Todos se le quedaron mirando con miedo. Bruce era lindo casi siempre… excepto cuando se enojaba. Cuando vio que Clint ya estaba haciendo un puchero, respiró profundamente y cantó un mantra en su mente.

“Las compras están en la cocina. Hay helado y chocolates.”, dijo calmadamente al fin.

Todos los rostros se iluminaron y pronto se hizo la polvadera para ir a la cocina. El único que no se había movido era Thor, que seguía en el sillón. Lo bueno es que ya había dejado de llorar. Bruce se lanzó al sillón junto al rubio y apagó la pantalla molesto.

“¿Quieres decirme algo, Thor?”, preguntó Bruce cansado.

“Si consideras que tu humor es el adecuado…”

“Suéltalo”

“Amigo Banner… He estado muy preocupado. Todo esto de las hormonas es muy nuevo para mí. Loki, si lo has notado, quiere tener relaciones sexuales todo el tiempo. Y yo…”

“¿No puedes?”, inquirió Bruce. “Tony tiene algunas cajas de viagra…”

“¡No! Es decir, sí puedo. Pero no quiero. No me dan ganas. Creo que ya no deseo a Loki…”

Bruce miró fijamente a Thor. Estaba todo rojo y el científico no supo si era por la declaración o por el calor que lo abrasaba ya que estaba sudando.

“¿Deseas a alguien más?”, se aventuró Bruce.

“No. Yo amo a Loki, así como está o en su forma original de varón. No sé qué es”.

“Es la menopausía, Thor. No te preocupes. El deseo sexual baja considerablemente en algunas mujeres cuando llegan a esa etapa. Cuando esta infernal semana termine volverás a desear a Loki”.

“El asunto es que no sé si Loki pueda controlarse. Tony se ha dado cuenta de que coquetea con Steve. Y aunque Steve no parece hacerle caso, temo que logre su objetivo. Loki puede ser muy persuasivo”.

Bruce pensó que eso sí era de preocuparse; pero si Steve se mantenía fime y seguía pensando que el sexo era cosa de pareja y amor, su relación con Tony no acabaría de la manera más miserable. Lo que le preocupaba ahora era el rostro de desaliento en Thor. Tal vez si lo distraía un poco… Miró a su alrededor y encontró la tablet de Tony. ¡Bingo! Él y Thor se pasaron los siguientes minutos viendo sitios en Internet con mucha información sobre la menopausía (y Bruce sugirió a Thor que también le echara un vistazo a la ninfomanía).

Y en la cocina:

“¡Las oreo son mías!”, gritaba Steve chillonamente intentado arrebatarle la caja de oreos a Clint.

“¡Yo las necesito más que tú! ¡Tengo antojos!”

“¡Por eso estás tan gordo! ¡Deja!”

“¡NO ESTOY GORDO! ¡ESTOY EMBARAZADO!

Loki miraba divertido aquello con una paleta en forma alargada que sacaba y metía en su boca con mucha gula. Y seguramente no era que le gustara tanto la paleta como la forma.

“¡Tony! Dile a Barton que me dé las galletas ¡Apóyame!”

Tony dejó diplomáticamente el bote de helado, se acercó a Steve y le arrebató la caja de oreos para darséla a Clint.

“Él tiene antojos”, declaró el millonario con un brillo divertido en sus ojos. Si Steve iba a comportarse como un decerebrado insensible, él podía devolvérsela. “Ya que dices que tienes dinero, comprate las tuyas.”
 
“¡JA!”, exclamó Clint triunfante y se llevó su trofeo dignamente.

Steve estaba que echaba humo y si su mirada matara Tony ya estaría muerto y re muerto en el suelo.

“Justicia, Stevie”, le guiñó un ojo Tony y salió tras Clint con su bote de helado.

“No te molestes, Capitán”, habló sedosamente Loki, lamiéndo la paleta de manera sugestiva. “Algunos individuos no saben ver lo que tienen a su alcance. Mírame a mí, le ofrezco a Thor todo lo que ve y él parece sordo y ciego a mis necesidades.”

Steve dejó de entrecerrar los ojos y miró a Loki con una sonrisa.

“Puedes dejar de decirme ‘Capitán’, Loks… ¿Puedo llamarte Loks?”

Loki sonrió triunfante. Tal vez Rogers aceptara un rapidín por puro coraje. Y a él… ella, ya se le estaba haciendo agua la canoa.

“¿Quieres divertirte un rato, Stevie?”, inquirió Loki depredadoramente.

Steve asintió y se fajó la camiseta hiper pegada por los senos.

---

“Closer, pull me in tight
I wanna be yours, wanna be your hero
An my heart beats…

Like the empire of the world unite,
we are alive. And the stars make love
to the unverse. You´re my wild fire
every single night…”

Loki miraba mortalmente aburrida a Steve bailando y cantando esa estúpida canción. ¿Qué clase de nombre era ‘Shakira‘? Berreaba como las cabras de Nidavellir y ya se veía sentir una horrible jaqueca… ¡Maldita adolescencia!

---

“Dos vueltas en el dedo… y hacia dentro”, murmuraba Thor unas horas después con la punta de la lengua entre los labios y junto a un ventilador a toda marcha.

Tenía alrededor varias bolas de estambres de diferentes colores. ¿Cómo demonios habían pasado de la menopausía al crochet? Era un jodido misterio para Bruce. Pero el rubio se había visto muy entusiasmado cuando vio las lindas cosas tejidas en la tablet. Decidido a probarse a sí mismo, Thor se entusiasmó y se creyó capaz de fabricar una mantita para el mini arquero (como había comenzado a llamar a la barriga de Clint).

Bruce pensó que eso mantendría distraido a Thor por un buen rato. Quizá si se relajaba podría tener deseo sexual más tarde. O eso esperaba antes de que la tensión que ya existía entre Tony y Steve desatara una guerra civil (y no era un eufémismo).

Clint comía un enorme plato de chorizo con huevo que había preparado Tony, y que sólo a ellos dos les había gustado porque Tony quemó los chorizos y los empapó con salsa catsup; por supuesto que Tony los comió porque su dignidad estaba en juego; a Clint sí le gustaron de verdad. Los demás prefirieron una comida calentada en el microondas.

Bruce les permitió seguir los capítulos de Juanita la de la Barriada con la condición de que mantuviera la boca cerrada. Steve no se había quitado los audifonos con los últimos éxitos de Shakira pero no perdía detalle de la telenovela.

Y Loki no estaba. Bruce suponía que eso era bueno. Así no seguía insinuándosele a Steve. Además la había descubierto mirándolo de manera muy extraña por la mañana, y él tenía que reconocer que Loki era muy hermosa y deseable… Ejem.

El científico se permitió relajarse cuando Clint, una vez terminado su segundo plato de chorizo con huevo y catsup (¡Asco!), se sentó junto a él en el sofá y dormitó en su pecho. Tony los miraba con envidia y de paso aniquilaba con los ojos a Steve, que seguía cuál adolescente indolente murmurando las canciones. Y Thor… estaba deshaciendo lo hecho con el estambre por estar muy entretenido con las desventuras de Juanita.

“Doctor Banner”, habló de pronto JARVIS. “Debo infórmarle que la señorita Laufeyson está en el alféizar de su habitación y parece tener toda la intención de lanzarse al vacío.”

Bruce y Tony se tensaron en sus asientos, menos Clint que ya comenzaba a roncar. Steve ni siquiera había escuchado a JARVIS y ya estaba cantando con mucho sentimiento en silencio. Y Thor ni se había inmutado.

“No es de preocuparse, amigo Banner”, dijo muy quitado de la pena el rubio. “Loki tiene arrebatos tontos todo el tiempo, le gusta llamar la atención.”

“De todas formas será mejor que vaya a ver qué le sucede”, dijo Bruce fastidiado. Loki era una mujer ahora… y una despechada. Si no mataba a Thor se mataba ella. Acomodó a Clint en el sillón cuidando no despertarlo y apresuró sus pasos.

Tony le siguió con la mirada. ¡Pero que bueno era Brucie! Preocupado por todos y cuidándolos aunque ellos le sacaran canas verdes. ¿Por qué tuvo que fijarse en el anciano?

----

La puerta de la habitación de Loki estaba abierta y Bruce se adentró extrañado. Loki estaba en el alféizar, de pie y con los brazos abiertos. Una rafaga de viento y adiós Loki, pensó Bruce. ¡Qué insensata!

El científico se acercó lentamente para no asustarla y acelerar una tragedia. Pero el asustado fue él, porque Loki se giró y lo miró con una sonrisa digna de concurso.

“¡Sabía que vendrías, Doctor!”, exclamó la pelinegra. “Eres el hombre más digno que he conocido. Tómalo como un halago, sigues siendo un humano a pesar de todo y tienes el honor de ser tomado en cuenta por un dios como yo… bueno, diosa en estos momentos.”

La puerta se cerró de pronto. Bruce tragó en seco y retrocedio cuando notó que Loki tenía una bata de seda verde… y que comenzaba a desatar el nudo en su estrecha cintura. Los ojos verdes de Loki brillaban de pura lujuria y pronto se mordió los finos labios con deseo.

“He escuchado cómo satisfaces al arquero, ¿por qué conformarte con él? Con esa barriga y los pies hinchados y tragando como cerdo, ¿cómo puedes desearlo todavía? Debe significar un gran sacrificio de tu parte. Mírame… Bruce. Todo esto que ves puede ser tuyo”, dijo Loki seductoramente dejando resbalar por sus hombros la bata de seda.

Bruce ya tenía el corazón en la garganta. Ni siquiera ponía atención a lo que decía. Loki era verdaderamente hermosa y aunque ya la había visto semi o desnuda completamente, la manera en la que ahora se movía… ¡era como una puta serpiente! Más puta que serpiente, pero eso era muy sugestivo. No podía articular palabra, había una aura rodeando a Loki que lo tenía paralizado.

Ya estaba tan cerca. Loki tuvo que hacer uso de un hechizo de seducción por feromonas, de otra manera Banner la habría rechazado desde el primer momento, pero ahora parecía un maniquí que ya sudaba y jadeaba. Era un hombre atractivo. No como el Capitán que se caía de bueno, pero Banner era perfecto para su próposito inmediato.

Las suaves y delicadas manos de Loki ya estaban sobre el amplio pecho de Bruce; pronto desabotonaron la camisa y los lánguidos dedos acariciaron el vello. El aliento caliente llegaba en oleadas hasta la mejilla de Loki. Sus muslos ya sentían el miembro que comenzaba a despertar bajo los pantalones del científico.

Bruce gimió roncamente cuando una mano de Loki acarició por sobre la tela su erección. Y entonces pasaron tres cosas al mismo tiempo: Bruce despertó de su letargo cuando la imagen de Clint apareció en su cabeza como un puñetazo. La puerta se abrió estrepitósamente y entró Tony llamando a su amigo. Y Loki gruñó en frustración cuando las fuertes manos de Bruce le tomaron las muñecas para separarla de él.

“¡Pero qué crees que estás haciendo, cuernuda!”, exclamó Tony indignado. “Ahora no sólo te conformas con intentar seducir a mi Capitán, ¿crees que no me había dado cuenta? Pero él me ama a mí, ¿te enteras? ¡Quita tus sucias manos de Brucie!”

“¡¿Por qué te entrometes, Stark?! Ve a ver si tu amado Capitán te hace caso y se compadece para hacerte el favorcito.”

Bruce, aún jadeando, salió de la habitación con la intención de tomar aire fresco. ¿Pero cómo pudo dejarse impresionar de esa manera? ¡Loki y su estúpida magia…! Y entonces cayó en cuenta. ¿Cómo pudo ser tan imbécil? Iba a abrir la boca para exigirle a JARVIS una llamada, pero Tony salió azotando la puerta de la habitación de Loki y lo jaló de un brazo para alejarlo de allí.

---

En la sala Thor seguía en lo suyo cuando Clint despertó.

“¿Dónde está Bruce?”, preguntó el arquero incorporándose. Vaya, sus pies estaban más hinchados que en la mañana.

“Fue a calmar a Loki…”, y Thor se interrumpió. ¡Oh, oh! Loki deseosa y Bruce disponible…

El rubio se levantó como vendaval y salió corriendo. Clint le miró con el ceño fruncido y Steve, al darse cuenta de lo apresurado que se vio el dios, se quitó al fin los audifonos. Ambos se miraron y se levantaron a seguir al otro.

“Clint, no quiero pensar mal, pero Loki ha intentado seducirme. ¡Claro que yo no le he seguido el juego! Respeto mucho a Tony, pero si Bruce va a ahí y…

Steve le siguió hablando a la pared. Clint desapareció a la misma velocidad que sus flechas. Incluso Thor sintió la ráfaga de aire que había dejado el arquero al adelantarlo.

---

“¡Habrase visto! Cree que porque tiene ese cuerpo de diosa puede venir a seducir a cualquiera”, murmuraba Tony enojado.

Bruce volvió a abrir la boca para decirle a Tony lo que acababa de descubrir, pero Tony se abrazó a él y recargó su mejilla en su pecho que todavía estaba descubierto.

“¡Pobre Brucie! Has estado tan estresado.”

“Eh… Tony. Tenemos que hablar sobre…”

“Shhh, Brucie. Necesitas un abrazo. Pareces un lindo oso de peluche”

“¿Tony…? No creo que esto sea conveniente. Clint puede venir y yo no…”

“Clint ya llegó”

El científico y el ingeniero tragaron en seco y giraron el rostro hasta encontrarse con un Clint rodeado de un aura tenebrosa. Echaba fuego por los ojos y tenía los brazos cruzados sobre su barriga.

“¡Antes de que pienses mal, Clint, te informo que yo solamente salvé a Brucie de las garras de Loki! ¡Estaba a punto de violarlo!”, se apresuró a exclamar Tony separándose de Bruce abruptamente.

“Lo sé. Steve me lo advirtió”, dijo Clint tranquilamente, aunque se podía escuchar su respiración de toro de lidia.

Y entonces caminó con paso firme hacía la habitación de Loki. Cuando pasó junto a los otros dos se detuvo rápidamente para abotonar la camisa de Bruce. Enseguida miró a Tony, que se encogió un poco con esa mirada.

“¡Y no vuelvas a llamarlo ‘Brucie’!”. Apresuró entonces los pasos que lo separaban de la habitación. “¡Te vuelves a acercar a Bruce y no tendré compasión de ti, perra urgida!”

Aquél grito hizo sonrojar a Bruce. Y los gritos y las injurias comenzaron. Tony y Bruce se miraron un momento antes de correr para volver a la habitación y separar a Clint y a Loki que parecían gatas en celo. Loki ya tenía los cabellos de Clint entre sus manos, jaloneándolo. Clint estaba a punto de dar un certero gancho al hígado, pero Bruce lo tomó de la antes cintura y lo separó.

“¡No estás en condiciones de pelear, Clint! ¡Basta!”

En ese momento llegó Thor, que miró horrible a Loki y su descarada desnudez. Tomó a Loki en sus brazos.

“¡Todos fuera! ¡Te voy a enseñar pequeña insolente quién es tu hombre!”, gruñó Thor al más puro estilo macho peludo. Aunque los pedacitos de estabre púrpura que colgaban de sus hebras rubias no ayudaban mucho en el cometido.

Cuando Loki fue lanzada a  la cama sin delicadeza y Thor comenzó a quitarse la ropa, Tony, Bruce y Clint salieron en polvorosa.

“¡Dios! Van a volverme  loco…”, se quejó Bruce que estaba más que sorprendido de que Hulk no hubiera hecho ya una aparición para aplastar a toda esa manada de lunáticos.

Tony asintió en empatía pero pronto detuvo sus pasos. Steve estaba frente a ellos, y la mirada de profunda decepción caló en Tony.

“¿Me vas a dejar por Bruce?”, preguntó el rubio en un susurro.

Steve lo había visto abrazarse a Bruce y  lo había escuchado hablarle dulcemente.

“No, Steve… ¡Espera!”, chilló Tony para enseguida seguir al rubio que ya corría en la dirección contraria.

Bruce resopló y negó con la cabeza. Se giró a ver a Clint que no había dicho nada y lo encontró blanco como la cera.

“¿Clint…?”

Y el arquero se dobló tomándose la barriga. El grito que dejó escapar opacó el ‘¡¡Más fuerte, Thor!!’ que venía de la habitación de Loki.

 

Notas finales:

¡Hola, hola!

Debo decir que no me gusta Shakira, pero amo esa canción! xD

Y aquí sí es importante su opinión: ¿Bebé o no bebé en la barriguita de Clint? ¡Denme su opinión!

Y antes de que se me asusten: No. Tony no se ha enamorado de Bruce, sigue amando a Steve. Ya veremos lo que le sucede ;)

Muchas gracias, como siempre, por leer!!

Mil besotes!

Látex.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).