2ª Parte: Sin pensar yo te engañé
Sasuke
Ahora me siento como la peor basura del mundo, solo, ahogándome en mi soledad y en mi frustración de haberlo perdido a él.
Ya han pasado 6 meses desde que tú, mi amado Naruto te fuiste, y yo, que por más que traté, me fue imposible hacer que te quedaras a mi lado y que me perdonaras, aunque es comprensible ya que lo que te hice no estuvo bien, jamás debió pasar, nunca debí… engañarte.
Comprendo......
Que lastime yo tu vida... que te cause yo una herida......
y difícil de curar....
Si tan solo no hubiera ido aquella noche a esa discoteca, no hubiera visto a Sakura y no hubiera pasado lo que pasó, yo… me dejé guiar por la necesidad de tu presencia y me aferré a otra persona, pensando que eras tú, gran error.
Esa noche en otro fallido intento porque intentáramos salir, tú me rechazaste nuevamente lo que me causó una gran frustración otra vez.
—Naruto —te llamé por celular.
—Sasuke ¿Qué pasa? —me contestaste con esa hermosa voz que a mí siempre me ha gustado.
—Pues quería saber si te gustaría ir conmigo ahora a la discoteca Akatsuki ya que tengo entendido que hoy va a venir ese Dj que a ti te gusta, como se llama… Pain.
—Ya veo, pues verás, lo siento Sasuke pero no puedo ir, hoy tuve que trabajar mucho y recién acabo de llegar a mi casa y lo único que quiero es descansar aunque me muera de ganas de ir a verlo, no puedo.
—Ah, ya veo, entonces para otra será.
—Veré si mañana puedo ir a tu casa ¿te parece?
—Sí, está bien.
—Adiós.
De nuevo esas palabras, “veré si mañana puedo ir a tu casa”, ya ni sabía cuántas veces me las habías dicho y al final… jamás venías. Pero yo te entendía, a ti te costaba mucho el poder ganar dinero ya que aún tenías cuentas que pagar en la universidad y por eso siempre hacías horas extras en tu trabajo para así poder ganar algo más de dinero y salir de esas deudas lo antes posible mientras que yo no tenía ese problema, mi familia siempre fue de buena situación y yo solo iba en las mañanas a “ayudar” a mi padre a su empresa, algo muy fácil.
Al final, como estaba aburrido decidí salir igual, aunque fuera solo, y me dirigí a Akatsuki.
En la entrada había un montón de personas tratando de entrar y yo no sabía si ir o no cuando de repente alguien me llama.
—Sasuke ¿eres tú? —me volteé a ver y ahí estaba ella, con esa inconfundible cabellera rosa, característica suya.
— ¿Sakura?
—Sí, soy yo, quien más ¿Cómo has estado?
—Bien ¿y tú?
—Pues no mucho.
— ¿Por qué?
—Porque mejor no entramos y hablamos adentro.
—Pero ya ves que hay mucha gente.
—Eso no importa, ven conmigo —me cogió de la muñeca y me llevó a donde estaba el guardia que custodiaba—. Sakura Haruno —le dijo y el tipo nos dejó pasar a ambos—. Bueno, ahora ya estamos adentro así que vayamos a esa mesa.
De esa forma pasamos entre toda esa gente que bailaba, otra que bebía y otra haciendo cosas indebidas, como me hubiera gustado estar así contigo mi Naru.
—Y bien ¿Qué te pasa? —le pregunté y noté como ella agachó la cabeza con un semblante triste que me preocupó ya que a pesar de que con Sakura solo anduvimos dos meses terminamos muy bien puesto que ella aceptó bien en hecho que yo fuera gay, cosa que me di cuenta al estar con ella y no sabes cómo me arrepiento de no habértelo dicho antes como debía sobre todo, siendo algo tan importante.
—Pues verás, últimamente las cosas no han andado muy bien con mi novio, lo siento extraño y sumamente distante y la verdad ya no sé qué hacer… actualmente estoy viviendo en Suna, desde hace dos años ya que él es de ahí, pero con todos los problemas que hemos tenido últimamente decidí venir unos días a Konoha para… despejarme —su voz se quebró y comenzó a llorar un poco y yo de inmediato me sentí igual que ella por lo que traté de subirle el ánimo y de paso, subírmelo a mí.
—Anda Sakura, animo, estoy seguro que no lo hace a propósito ¿Qué tal si vamos a bailar y nos distraemos un rato?
—Bueno, gracias Sasuke.
Y así pasamos aquella noche entre bailando y bebiendo hasta morir, sin siquiera darnos cuenta de lo que hacíamos y lo único que recuerdo, fue que Sakura me dijo “ayúdame a olvidar mi presente y a recordar el pasado”, y que me besó y ya luego solo me dejé llevar porque te necesitaba tanto y me sentía muy solo, tanto que terminé por aceptar la petición de Sakura.
Ya luego no supe que más pasó hasta que tu voz me despertó al día siguiente diciendo mi nombre.
— ¡Sasuke! —escuché que me llamaste y vi tu cara de asombro entonces me di cuenta de que estaba en la cama, y con Sakura.
—Lo siento —te dije pero tú ya te habías ido entonces Sakura, con los ojos llorosos me dijo.
—Perdón, esto no debió pasar.
—Lo sé —le dije pero ya era demasiado tarde, lo hecho, hecho estaba y yo… ya te había perdido.
Lo siento... por que el daño ya está hecho...
y si dormí en otro lecho...no fue por tu amor burlar...!
Me pregunto si podrás tú perdonarme...
el pecado que esa noche cometí
pero estabas tú tan lejos yo tan solo...!
Que no pude mis instintos resistir..!!!
Me perdí yo en la locura de tu olvido...
y cegado yo a otros brazos me entregué..!
Tierna herida me arrastró hasta el avío y esa noche sin pensar yo te engañé...
Ese mismo día, te llamé en la tarde, tú me contestaste y me dijiste que se acababa, que no perdonarías un engaño pero yo no me iba a quedar así, por lo que desde ese día te comencé a llamar todos los días esperando que tú me perdonaras, pero no fue así.
Pasó otro mes y yo un día decidí ir al parque a alimentar a las palomas cuando de repente llegaste tú, en el instante en el que me viste quisiste huir pero yo no te dejé y tras varios ruegos accediste a hablar conmigo. Fuimos a mi casa y yo traté de explicártelo poco a poco pero pensaste en que lo que te había dicho era todo y no me dejaste terminar. Al final, me dijiste que nuestra relación se acababa para siempre y te fuiste.
Yo me quedé pensando ese día, y llegué a una conclusión, que no te dejaría ir así de fácil. Luego de eso, al otro día, te mandé un mensaje diciéndote que esto se podía arreglar y de que el pasado se puede enterrar así que te empecé a enviar flores y chocolates como cuando te conquistaba, lástima que nada de eso funcionó.
Cierto día el timbre de mi casa sonó; tal fue mi impresión al verte ahí, parado delante mío. Te dejé pasar y tú me dijiste que solo venías a devolverme la llave de mi casa entonces yo te pregunté, a pesar de ya imaginar la respuesta, aquella pregunta que me llevaría a la verdad.
—Entonces esto ¿en verdad se acabó?
—Sí, te lo dije antes y te lo vuelvo a decir, esto es algo que yo no puedo perdonar.
—Ya veo —sentí una enorme tristeza—. Yo… no te puedo retener, lo único que te quiero decir es que… te amo y siempre lo voy a hacer —te dije con todo el dolor de mi alma.
—Yo también, siempre te voy a amar pero cometiste un error y los errores se pagan caro —vi cómo te ibas—. Antes de irme te voy a preguntar algo —te miré atentamente—. Dime, ¿esto te trajo algún beneficio?
—No, sólo me trajo sufrimiento.
—Ya veo, qué bueno que lo entendieras —y vi cómo te ibas tanto de mi casa, como de mi vida… para siempre.
Lo siento.....por que el daño ya está hecho.......
y si dormí en otro lecho...no fue por tu amor burlar....!
Me pregunto si podrás tu perdonarme...
el pecado que esa noche cometí
pero estabas tú tan lejos yo tan solo...!
Que no pude mis instintos resistir..!!!
Aquel día mi vida se acabó, porque tú te fuiste, incluso hasta el día de hoy, a pesar de que ha pasado el tiempo, aun me duele tu ausencia, pero cometí un error, algo que jamás debí hacer, no después de que te juré amor eterno, ni siquiera yo me puedo perdonar mi estupidez.
Me perdí yo en la locura de tu olvido...
y cegado yo a otros brazos me entregue..!
Tierna herida me arrastro hasta el avió y esa noche sin pensar yo te engañe...
Tal vez muchas cosas me llevaron a hacer lo que hice, tu olvido, mi poco raciocinio y las circunstancias en las que nos encontrábamos, pero a pesar de todo, nada justifica un engaño, ya que si yo hubiera estado en tu posición, presenciando un engaño de parte de la persona que más amo, siento que tampoco te habría perdonado, por eso ahora no me queda de otra más que quedarme con este dolor dentro para siempre, sólo quedándome con la alegría de que al menos tú, podrás encontrar algún día la verdadera felicidad, aun si es con otra persona, lejos de mí… ¿tal vez?
Continuará…