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En el amor no se manda por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Guau guau y mas guau! (ni que fuera perro jeje) no pueso creer  la cantidad de gente que comentó el primer capitulo *w* cuanta felicidad! --en su nube de ensoñarcion porque nunca le habia pasado eso-- 

Muchas gracias anonimo, gemma, Xyori Nadeshiko, Ushio-Tsuki, Tannia, cris, anonimo y Alba040389!! esto sinceramente no me lo esperaba y devido a ello puse a trabajar a la ardilla y aqui les traigo un nuevo capituloo!!! (antes del tiempo que les dije) yey!~*

 

*;*;*;*;*;*-31 diciembre 1988-*;*;*;*;*;*

 

No, no, no y simplemente no” Exclamó Tom Riddle Potter mientras sobaba sus sienes con ambas manos. ¿Porque jodidas su esposo se le ocurrió semejante estupidez? “simple y sencillamente porque es él” Contestó una voz socarrona en su mente haciéndolo rabiar más. ¡Era su cumpleaños por todos los cielos! ¿Porque demonios no uso las pocas neuronas que le quedaban y le preguntó que quería como cualquier persona normal? En lugar de dar por hecho que hacer todo un pancho lleno de música, gente y más ruido podría hacerlo feliz…

-Cielo, relájate...-susurró su azabache rosando con sus nudillos sobre el puño apretado -se que quieres sonreír...- canturreópicándole la mejilla divertido., logrando que el otro rodara sus aun enrojecidos ojos.

-No entiendo la necesidad de que estén todos tus amigotes armando barullos en la casa- dijo resoplando mirando hacia la ventana, sabía que en cualquier momento se dejarían caer.

-No solo mis amigos van a venir, también los tuyos… y se supone que el hormonal debería de ser yo, mi amor- señaló masajeando su abultado vientre de siete meses con una inocente sonrisa atrayendo su mano para darle un par de besos en el dorso de su mano. El otro solo frunció el entrecejo molesto.

Su plan de pasarla bien al calor de la chimenea con una deliciosa taza de chocolate viendo una película muggle con su amado esposo y su lindo hijo, se rompió en pedazos...

-Te amo, te adoro...- comenzó a ronronear en su oído James. Durante todo el sexto y su ahora séptimo mes se la había pasado muy meloso y efusivo (muchísimo más de su usual carácter). No es que le molestara el acto en sí, si no que ya no encontraba muchas escusas para mantenerse estoico frente a él. Como odiaba que ese chiquillo que conoció desde hacia tantos años pudiera haberse metido en lo más profundo de su ser quebrando sus defensas y murallas que había construido con tanto ahincó para que nadie lograra lastimarlo.

-Tendrás que pagármelas... Potter- dijo relajándose cuando su muy necesitado esposo deslizó sus manos en sobre su pecho y le dedicó aquella mirada de cordero degollado que tanto adoraba mientras le daba un apasionado beso.

-Lo que quieras…-

-¡Papis!- gritó una vocecilla aventándose a su regazo.Tom suspendió el beso para ver a su lindo hijo que era la viva imagen de su padre a excepción de los chispeantes ojos verdes que se los había heredado.

-¡Campeón!- dijo James abrazando a su pequeño, que comenzó a saltar emocionado preguntando quienes iban a llegar a la casa, eso también capturó la atención del mayor quien lo mirabareceloso- Solo los Malfoy, los Weasley y queji…- carraspeó queriendo evitar la mirada furibunda que lo estaba mirando- Snape… ni Sirius ni Reg van a poder venir, al parecer y siguen de gira romántico, por así decirlo- explicó entre risitas al ver los escalofríos que invadieron a su esposo.

-¡¿Mi padrino va a venir?!- preguntó con suma exaltación su niño dando pequeños brinquitos en el sofá, ahora si su día podría estar completo. Los adultos se regresaron a ver y el de lentes asintió.

Pudieron escuchar un ruidito proviniendo de la chimenea y seguro ya no tardan en llegar los atolondrados amigos de James... rodando los ojos, Tom se separó de su esposo; tenía que aguantar el resto del día y era mejor apurar las cosas con los preparativos…

 -Harry, se bueno y ve a ver…- no pudo terminar su frase porque su hijo se había ido corriendo. “Este niño es igual a su padre...” pensó desganado mientras se iba a la cocina a preguntar a los elfos domésticos si ya estaba listo todo y de paso regañarlos para poder borrar la ira que  lo embargaba.

-¡Tío Luc! ¡Draco! ¡Tío Rems!- gritó el pequeño azabache abrazando al hombre lobo quien al instante le correspondió.

-¡Cachorro!-

-Harry- el rubio mayor solo revolvió sus cabellos en tono amistoso y se enfocó en quitarle el exceso de ceniza de la ropa de su pequeño.

-Qué bueno que ya llegaron…- exclamó James caminando con dificultad, cada vez le cansaba más eso de ir de un lado a otro pero aun así, se consideraba el hipopótamo más feliz de la tierra. Todos se saludaron con regocijo a excepción del rubio y azabache que estrechando las manos con una fingida sonrisa solo pudieron asentir mientras uno pensaba “Idiota” y el otro “pedante” que de alguna manera los hacía sentir mejor.

Tomados de la mano los dos niños salieron corriendo al jardín, tenían tanto que platicas y jugar que si no comenzaban de inmediato les comería las ganas.

-¡Draco, ten cuidado de no ensuciar tu trajecito!- gritó el ojigris tratando de que se escuchara su voz, pero solo pudo percibir el bufido del hombre embarazado.

-Son niños, Lucius, déjalos que hagan lo que quieran- “dame paciencia, Merlin” rogó el rubio dedicándole una rechinante sonrisa a su anfitrión y una mirada molesta a su esposo quien suspiró deseando que por solo un día los dos no quisieran matarse y dándole fuerza con un apretón de manos se sentaron en la amplia estancia de Godric's Valley.

Conversaron un rato sobre cosas vánales sobre sus trabajos y seguros viajes familiares que tenían planeadosmientras tomaban un poco de té  panecillos de canela y vainilla, antes de que comenzara a llegar la numerosa familia Weasley…

 

-¡Arthur! ¡Molly!- exclamó James levantándose a saludar. Tom se preguntó qué demonios hacia todo el sequito de pelirrojos que le enceguecerían la vista con tanto rojo en la estancia, pero James solo le dio la mirada de “se bueno y no digas algo cruel”

-Ni te molestes cariño- dijo maternal Molly comprendiendo la difícil etapa que estaba atravesando y le dio un sonoro beso en la mejilla y comenzó la salutación grupal. Al poco tiempo apareció Percy quien con un ligero asentimiento de cabeza saludó y se sentó junto con los adultos con suma rectitud.

Posteriormente entró en escena el menor de los pelirrojos, Ronald, quien estaba llorando llamando a su mamá y salió despedido hacia la cocina, sin embargo a los pocos segundos aparecieron los dos gemelos que corrieron tras de él con afán de seguirlo molestando.

-¡Fred, George! ¡Dejen de molestar a su hermano! ¡No vayan a romper algo!- dijo la matriarca con tono severo, pero los dos pillines solo rieron fingiendo demencia y continuaron correteando a su conejillo de indias; Arthur pidió disculpas antes de que pasara algo, cosa que estaba seguro así sería.

Hasta el final apareció el mayor de los hermanos, quien traía una imborrable sonrisa en los labios y saludando efusivamente a los adultos siguió a sus hermanos.

-Chicos, ¿Qué se supone que hacen?- preguntó lo más serio que pudo a sus hermanos que traían las varitas en alto apuntando al escurridizo menor.

-Practicando un levitacorpus- dijeron a coro entre risas.

-Chicos, eso no se hace- dijo aprensivo. Su madre pareció relajarse ya que Bill solía ser una persona muy ecuánime y podía mantener el control sobre sus hermanos -la manera correcta de hacer un levitacorpuses haciendo el movimiento swish y flick como en el wingardiumleviosa…-

-William Weasley!- reprendió Molly al mayor quien comenzó a reír.

-Era broma, mamá…- manifestó aun persiguiendo a sus hermanos tratando de quitarles sus varitas. “niños…” pensaron todos al uníoslo, mientras se recargaban en los mullidos sillones oscuros, a la par que Dobby el elfo domestico servía más té a los invitados.

-Espero que no les moleste, pero mi hijo Charlie va a llegar un poco más tarde, pero es que el famoso Harvey Ridgebit aceptó tomarlo como su aprendiz en el santuario de dragones en Rumania y apenas viene en camino- dijo muy orgulloso Arthur dándole un sorbo al té, ganándose palabras de sorpresa y un “espero que le vaya bien” de los demás adultos.

 

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Por su parte los pequeños Draco y Harry yacían tumbados sobre el fresco pasto del jardín riendo de las ocurrencias del azabache quien exclamaba victoria inminente y muy vergonzosa contra él mitad veela, mitad hombre lobo.

-Ya cállate Harry- dijo molestó Draco cruzándose de brazos con fingida indignación y el otro abalanzándose contra él comenzó a hacerle cosquillas, atacando todos los puntos sensibles que podía sacándole sonoras risas al rubio y comenzaron una nueva pelea por quien sería el rey de las cosquillas.

-¿Qué fue eso?- preguntó deteniéndose Harry al sentir un movimiento tras del árbol.

-Shh, cállense- dijo en una trémula voz un niño.

-¡¿Ron?! ¿Qué diablos ases ahí?- dijeron los dos a la par logrando que el pelirrojo les cubriera la boca.

-¡Que no hablen, me descubrirán!- los dos se dieron una mirada cómplice, sabían que era lo que le pasaba al pequeño ojiazul; quienes más que sus hermanos podían ponerlo en ese estado…. Con un nuevo propósito los niños comenzaron a hacer guardia mirando los alrededores vigilando que nadie se acercara.

Pasaron unos minutos, posteriormente media hora y parecía que los ánimos iban menguando y el pelirrojo salió de su escondite.

-¡Esos malditos me la pagaran cuando tenga varita!- dijo con sus ojos brillando de ira y los dos asintieron, aunque el rubio se le ocurrían mil formas para atormentar a esos dos como una poción de forunculos…

Ya más relajados todos se recostaron sobre sus espaldas y comenzaron a observar las nubes quitados de la pena, exclamando cara de que tenían las nubes.

 -Ahh… me pregunto a qué hora llegara Severus…- preguntó en tono ensoñador el azabache regresando a ver a sus amigos.

-Otra vez la burra al trigo, hermano…- dijo el pelirrojo negando la cabeza.

-Quien sabe… seguro y regresó con la cualquiera de su novia…- dijo Draco sin fijarse lo mucho que le dolió esa exclamación a su amigo quien apretó los ojos. “!Es imposible! ¡esa tal Lily Evans no se merece al maravilloso hombre que es Sev” pensó con congoja- o tal vez no…- dijo notando su metida de pata.

-Rony, Rony, Rony, Rony- pudieron escuchar esas voces diabólicas acercándose sacándole un chillido al pecoso quien súbitamente se puso de pie y comenzó a buscar un nuevo escondite. 

-Es demasiado cobarde…- exclamó el rubio recargándose en el árbol mientras sacaba un libro de su pequeña mochila.

-Se llama ser prudente…- esa ni él se la creía.

-Se llama ser idiota- contestó al momento su amigo, ganándose una mueca del azabache. Estuvo a punto de volver a atacarlo con su mejor movimiento de piquetes de barriga cuando su oído captó lo que estaba esperando y queriendo aparecerse al otro lado del jardín, corrió lo más que pudo para quedar frente a frente con el objeto de su admiración.

 

-¡Quejicus!- profirióJames al ver al hombre de largos cabellos negros que tenía delante ganándose la mirada desaprobatoria de tu esposo y Lucius.

-Idiota…- dijo gruñendo Severus entrecerrando los ojos. 

-¿Otra vez te dejó Evans?- preguntó con su vocecilla burlona al buscar con su mirada castaña detrás del pocionista.

-¡James!- lo reprendió Tom mientras sus ojos se tornaban nuevamente rojos.

El de ojos como la noche respiró pesadamente. Por más que había intentado mantener su extraña relación con Lily Evans durante todos esos años, al parecer su corazón no pudo ganar el “espíritu libre” que tenía la ojiverde, ya que cuando sintió que las cosas se iba  a poner demasiado serias entre los dos, prefirió disculparse y salir huyendo. 

Sabía que no dejaría que eso quebrara su tranquilidad, asegurándose a sí mismo que ya no le dolía aquello (o eso quería creer) pero lo que más le motivaba era que no se dejaría ver débil ante el estúpido burlónde James Potter.

-Lo nuestro terminó por partes iguales, nos distanciamos y necesitábamos con urgencia nuestro espacio- la frialdad en su voz puso descontento al de lentes que dando por zanjada su charla volvió a sentarse excusándose que le dolían mucho las piernas. “necesito aire…” pensó sintiendo la desazón en su corazón y pidió unos minutos para salir al jardín.

-Severus!- chilló el pequeño azabache rodeando su cintura con sus manitas mientras sonreía con genuina felicidad. Tenerlo ahí hacia que su pequeño corazón saltara dejúbilo, poder sentirlo cerca con su singular olor, siempre diferente a la vez anterior debido a las diversas pociones que practica casi a diario, pero esa fragancia de su piel de trasfondo lo hacía adicto.

-Harry- el contacto de la calidez de su cuerpo contra el suyo era la mejor medicina para un momento triste- ¡cuánto has crecido!- quiso sonar lo mas efusivo que pudo, pero sin éxito, esa clase de expresión de sentimientos no era lo suyo. El niño pensó regañarle por no haber ido a verlo antes, pero tenía algo mejor en mente. Con ambos brazos exigió que lo cargara y el otro como que no quiere la cosa aceptó.

-¿Por qué estas triste?- dijo el pequeño recorriendo con ambas manos el rostro del mayor. Se veía cansado y ojeroso y sin ese brillo especial que siempre le dedicaba. “¡¿cómo puede notar eso un chiquillo?!” se preguntó alarmado el pocionista –¿es por mi papi? ¿Te sigue molestando?- al no haber respuesta el pequeño hizo un mohín- ¡mi papi es un tonto!- eso le sacó una risita a Severus, estaba absolutamente deacuerdo con lo dicho.

-Tienes toda la razón, pero no te preocupes por ello, ya es la costumbre y los malos hábitos son difíciles de quitar-

-¡Pero está mal! ¡Le haré entender que no te puede molestar mas porque si tiene un problema contigo, también lo tendrá conmigo!- se cruzó de brazos y el mayor recargó su cabeza sobre la pequeña frente logrando que sus sonrosadas mejillas se tiñeran aun mas de rojo.

-Gracias…- dijo en voz baja. “espero que nunca cambies” pensó aun sonriendo, a Harry como le encantaba que al parecer, era la única persona que podía ver la verdadera cara de SeverusSnape (y esperaba seguir siendo el único), junto con esa radiante sonrisa de alivio y paz que denotaba todos los matices de colores de sus sentimientos más profundos…

 

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Tras ayudar a los tres elfos domésticos a poner las cosas en la mesa del jardín, Bill quiso asegurarse que su pequeño hermano Ron siguiera en una pieza, si no seguro su madre se convertiría en una quimera lanza fuego principalmente hacia el que se supone que es mayor.

Pudo ver a los gemelos volando en sus escobas persiguiendo pajarillos en el cielo y Bill solo sonrió negando con la cabeza. “tienen la atención de un troll…”

Pensó regresar a la casa a seguir platicando y divirtiéndose con las chispas iracundas que brotaban de parte de James y Lucius quien estaban peor que gallos de pelea esperando picar al otro para echarle la culpa, pero algo captó su vista. Algo que jamás había visto.

 

-Una visión…- dijo en un hilo de voz quedándose casi boquiabierto. La cosa más hermosa jamás escrita estaba solo a unos pasos de él. Con sus platinados cabellos leyendo un libro al pie de un árbol y una singular mirada de lagunas de mercurio reluciente a través de dos marcos de espesas pestañas claras. Se recordó que tenía que respirar y con paso decidido camino así ahí, tenía que asegurarse que era real.

-Hola- dijo tras carraspear un poco haciéndose notar y le dedicó una amigable sonrisa. El rubio despegó sus ojos de su lectura por unos segundos y se puso a la defensiva. Sabia de la existencia de los 5 hermanos mayores de Ron, pero no los conocía personalmente. “Es demasiado alto” fue lo primero que cruzó su mente al verlo y lo que más llamó su atención, fueron sus sinceros y fulgentes ojos azules que seguían clavados sobre los suyos

<…-Soy Bill…- dijo retirando de su cara el rojizo cabello que era movido por el viento decembrino- ¿Cuál es tu nombre pequeño?- la expectante mirada del niño junto las varias veces que parpadeaba dudoso le parecieron enternecedoras y hasta cierto punto hipnóticas.

-Draco Lucius Malfoy…- incluso su voz era melodiosa “es un veela”asintió para sus adentros, era lo más seguro, porque era imposible que una persona común y corriente tuviera esa belleza en todo su ser.

-¿Que lees pequeño? Si se puede saber- dijo comenzando a reír nervioso- se ve interesante- los ojos plateados refulgieron en emoción. “Oh mi dios” dijo para sus adentros sintiendo la velocidad del latir de su corazón.

-¡Sí! Mi papi Remus me lo acaba de regalar, pero no te puedo contar porque es mucho mejor leer un libro que escucharlo, así pierde todo su encanto- dijo muy seguro de la veracidad de sus palabras.

-¿Entonces… me lo prestarías cuando termines?- preguntó. El rubio asintió gustoso. Se sentía muy a gusto con la presencia de ese pelirrojo, “seguro el quejica de Ron exagera sobre sus hermanos”pensó satisfecho comenzando a tener una tranquila charla acerca de libros.

Siendo cierto, sus padres bien le habían inculcado ese amor por cualquier clase de literatura ya que así surgió ese sentimiento mutuo entre ellos... incluso en la actualidad había veces en las que él se dormía en el regazo de su papi, mientras él y su padre le leían cuentos con las manos entrelazadas.

Bill se separó por unos momentos alegando que iría a la cocina por un vaso de agua “y de paso a alejar todo estos pensamientos impúdicos que me hacen sentir un viejo rabo verde por pensar así de un pequeño de 8 años!”.

Draco inhaló profundamente, jamás pensó conocer a alguien tan culto como sus padres y agradecía por ello, ya que sus amigos siempre que tenían un libro frente a ellos la pesadez comenzaba a invadirlos tirándose de cara al sueño. Comenzó a reír imaginándose tratando de cultivar a sus amigos “idiotas…”pensó divertido.

Se levantó al momento al escuchar un golpe sordo pensando que tal vez se trataba de Bill, pero se equivocó. Las nubes ligeras dejaron pasar los delicados rayos del sol que le pegaba de lleno en su cuerpo. Ahora levantado, dejando el libro acuestas, miró fijamente de quien se traba; otro chico también pelirrojo pero un poco más bajo y con la cara llena de pecas… “otro Weasley…” pensó “¿¡Cuántos se supone que son!? Se reproducen como conejos…”

-Esa tonalidad… platinada, iridiscente y nacarada. Pupilas tornasoladas y centellantes… bendito Merlin y Morgana…- dijo en un susurro casi inaudible. Se sentía estático examinando atento, moviendo sus orbes caoba de un lado a otro como si no cayera en la cuenta de lo que veía…- es demasiado magnifico para ser verdad…-

-Charlie…- dijo Bill en un hilo de voz a su hermano, quien lo ignoró olímpicamenteviendo hacia delante.

-!Un opalaye de las Antípodas…!- dijo reprimiendo un gritito de pura exaltación y comenzó a caminar con sigilo. El niño que no se sentía a gusto con esa mirada que se le dedicaba, quería huir, pero era más el orgullo que le permitía estar con los pies bien fijos al suelo.

Bill quiso detenerlo, pero ya era tarde. Estaba a pocos centímetros del pequeño, que mirando a todos lados, buscando la mejor forma de atacar y escapar.

El joven pecoso cuando sintió que la distancia era la adecuada, estiró su mano por el frente de su rostro, haciendo que la mirada grisácea la siguiera y con un rápido movimiento, deslizó los nudillos por la suave piel blanca, que reaccionó de la manera adecuada, siguiendo a su mano como un gato. Pensó haber ganado su confianza ya que se sentía correspondido.

-Soy Charlie… ¿Cuál es tu nombre, precioso?- preguntó suavemente procurando no romper el pequeño vinculo que creo.

-…Draco…- dijo dejando que esas ásperas yemas rozaran sus ahora sonrojadas mejillas. “mmm… que nombre tan adecuado para un pequeño dragón…” pensó divertido el chico; pero el pequeño reaccionó cuando percibió un par de pasos muy fuertes y se pegó contra el fuerte tronco del árbol, no sin antes morder aquellos dedos, sacando un quejido mesclado entre risas del pelirrojo.

 

-Charlie, ¿Qué hiciste? ¡Ya lo asustaste!- dijo molesto su hermano mayor al ver que el niño trepó rápidamente el árbol.

-Baja lindo dragón…- dijo con voz cantarinavolviendo a ignorar a su hermano haciéndole señas al rubio trepado en una rama sacándole la lengua.

-¡No es un dragón! Creo que necesitas lentes Charlie…- dijo en desaprobación jalándolo del hombro para llamar su atención. –Deberías de ver a mamá y pasar a saludarla, no se vaya a molestar al saber que ya tiene rato que llegaste- eso logró regresar a la realidad al pecoso quien con un leve asentimiento comenzó a acercarse a su equipaje desparramado, dedicándole un último vistazo a esa hermosa criatura.

-As de ser mío, pequeño dragón…- murmuró con su sonrisa burlona al momento que entraba a la casa. Bill volvió a negar con la cabeza, tanto tiempo obsesionada con los dragones, que ya no podía diferenciar la realidad de la fantasía.

Temía un poco por el pequeño, ya que cuando una idea se plantaba en la mente de su hermano, nada lograba quitársela hasta que la conseguía.

-Ya puedes bajar Draco, ya se fue…- dijo con precaución al pequeño que enseguida baja acomodándose su ahora arrugado trajecito- perdona por mi tonto hermano, pero es familia y no se le puede hacer nada- el rubio sonrió y dio un ligero asentimiento.

-Gracias… pero yo puedo cuidarme solo- dijo seguro de sí mismo dando una pose de superioridad. El pelirrojo mayor no pudo evitar acomodar esos hilos de plata tras las orejas. “es tan hermoso” volvió a pensar al momento que se daba una cachetada mental “ponte en tus cávales Weasley” dijo una voz regañona en su mente.

A la única decisión que pudo llegar fue que lo protegería de cualquier mal que su hermano pudiera hacer en contra del ojigris (pero lo que no contaría es lo que él podría hacerle…)

 

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La comida (de cumpleaños/ ¿babyshower/ año nuevo?) transcurrió sin tanto escándalo como otras reuniones que se habían armado y eso era una tranquilidad para todos los invitados.

Aunque Tom quería organizar los asientos, cada quien hizo lo que quiso haciéndolo sentarse en su lugar refunfuñando. Los gemelos se pusieron lo más alejados de sus padres para que cualquier idea que se les ocurriera, no fueran interrumpidos por ellos. Ron por su parte, se sentía muy seguro al lado de su madre y Percy (la mandona voz de la rectitud como solían decirle sus hermanos).

Harry presurosamente corrió al lado de Severus, por más que quería no podía dejar de observarlo, cada expresión o gesto que saliera de su rostro, era una obra de arte para él y no quería perderse ni un momento de ello.

En señal de protección Bill se colocó entre el pequeño Draco y su papi Remus, pero eso no descolocó a Charlie, quien no dudó ni por unos segundos sentarse frente a frente del dragón que el juraba tenía que ver con los exquisitos y únicos opalayes de las Antípodas, ganándose miradas desaprobatorias de su hermano y graciosas muecas del rubio (o al menos para él).

 

Cuando llegó el ocaso, todos comenzaron a irse. Los Weasleys fueron los primeros, ya que Molly aseguraba que aún tenía que llegar a preparar la cena y lograr que sus hijos se pusieran presentables para la llegada de los abuelos Cedrella y Septimus Weasley.

Bill sin poder evitarlo se despidió del pequeño veela con un estrechamiento de manos que por todos los medios trató de prolongar, pero fue interrumpido por muy animado Charlie que besando su dedo índice y corazón los pusoal instante en los labios de un crispado y muy sonrojado rubio, ganándose millares de maldiciones del rubio mayor que con sus poderes desbordantes explotó la lámpara más cercana queriéndose abalanzársele por tal atrevimiento, siendo detenido por un muy enojado Remus.

Los patriarcas Weasley no sabían ni donde esconderse, pero prometieron regañar como es debido a sus dos hijos que ya se habían desaparecido gracias a polvosflu.

Lucius y Remus respiraban trabajosamente, su bebe siendo profanado por esos alborotados jóvenes dejándolo tan turbado que estaba mas pálido que el papel. Remus fue el único que habló (lo más neutral posible) gradeciendo a James y Tom por la comida pero ya tenían que irse porque se hacía tarde. Tendrían que tomar una larga y tibia ducha para borrar esa escena de su mente.

 

Severus quien hasta ese momento estaba contemplando la rojiza y cambiante puesta de sol al lado del pequeño azabache, consideró que también era momento para irse, todavía tenía cosas que hacer en su casa y una de ellas era cambiar la chapa de la puerta de su casa, por si a Lily se le ocurría “caerle” (nuevamente) por sorpresa.

-Sev… ¿Cuándo volverás a verme?- preguntó con su más dulce mirada el pequeño. Sus ojos brillaban anhelantes; aunque el color era parecido a su ex-novia, los del pequeño eran más intensos como las esmeraldas que desbordaban una inocencia aun intacta… tanta pureza debería ser un crimen.

-Pronto, Harry…- acarició esos perpetuamente alborotados cabellos negros, tan suaves como la seda que lo motivaban a seguir tocándolos.

Harry se mordió el labio inferior sin despegar la verde mirada. Lo adoraba, realmente adoraba ese hombre y estaba seguro de ello, mucho más de la vida misma y con una profunda respiración le pidió que se agachara como si le fuera a dar una confidencia en su oído. El mayor obedeció. Nunca de los nuncas hubiera pensado lo que ocurrió después.

El chiquillo con ambas manos, haló su rostro contra el suyo logrando que sus labios se tocaran en un tierno roce, tan cálido y suave que le sorprendió, mas por la intención, que por la acción en sí. ¿Por qué hizo algo así que claramente no era una equivocación?

-Te quiero, Severus…- dijo el menor en un suspiro que solo él pudo escuchar. Antes de siquiera poder decir algo, puso los ojos de plato con verdadero horror al sentir las miradas de asesinas de los dueños de Godric's Valley.

“Esto muerto” pensó el pocionista golpeando su frente con su mano; lo único malo es que no podía decir que tenía un último deseo más que el arrepentimiento de que por unos segundo pensó que se sintió estúpidamente bien…

Los padres de Harry ahogaron un grito por una prudencia que sabe Merlín donde la consiguieron, y con su mano entrelazadas evitaron lanzarle un avada al pocioniasta quien torpemente se despidió mirando a todos lados antes de desaparecerse. En las mentes de los Malfoy y los Potter solo dieron cabida un pensamiento que crecía invadido por la creciente ira y temor por sus pequeños “no dejaremos que eso vuelva a pasar”

 

Notas finales:

¿que les parecio? ¿les gusto?(creo que estuvo un poco largo, pero no sabia donde partirlo jojo) se que solo es la precuela de la historia (pero me parecio pertinente ponerla xD) pero la proxima semana les traigo un capitulo continuando en donde deje la primera entrega ;3

¿si quieren que continue? ¿o que ya muera aqui?

y si quieren que continue, les tengo una preguntita! +w+ ¿a que casa les gustaria que estuvieran los chicos? Slytherin (yo estaba pensando en ponerlos aqui pero no se ustedes que opinan <3), Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw??

espero sus reviews!! mil besitos!! :9


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