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Inesperado por LunaArlert

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Notas del capitulo: Luna is back, Luna is back, back, back, back, back, back. 
Queridas y queridos lectores, quiero pedir una enorme disculpa por mi larguísimas desaparición en esta historia y las demás, en sí. Pasaron demasiadas cosas entre las que figuran los bloqueos y todo. Sé que parezco disco rayado pero espero puedan perdonarme </3 
Enjoy!

Impa no contestó, simplemente observó por unos segundos a Grahim antes de ponerse de pie—. En algún momento, el Heraldo encontrará la manera de atravesar este portal, debemos de estar preparados —dijo, dando media vuelta y encaminándose hacia la puerta.

 

—Tranquilo, Link, intenta comprenderla —Zelda sonrió levemente—, después de todo, Grahim solía ser nuestro enemigo.

 

—Lo sé —Link asintió, apoyándose de la mano de Zelda para levantarse. Sabía que no podía confiar totalmente, pero de nuevo, por lo que le había dicho a él, creía que Grahim realmente estaba siendo sincero, que no era un plan para atraparlos con la guardia baja. Por lo mismo, sabía que nadie creería en sus razones, que por su palabra, no podrían confiar ciegamente en quien había intentado matarlos.

 

—¿Qué se supone que haremos ahora? Ese tipo no se quedará a esperar —Vilán preguntó, cambiando por fin el tema.

 

—Pienso que Neburia es nuestra mejor opción —Zelda habló con seriedad después de despegar la mirada de Link—. Ahí estaríamos protegidos casi por completo en lo que planeamos qué hacer.

 

—Tiene lógica, la barrera de nubes proveerá una protección media —Impa siempre debía de analizar todas las opciones por completo, debía de asegurar todo. Era consciente de que la mayoría podría generarse una mala opinión de ella, pero su deber  proteger a Zelda y con ello, la sinceridad debía de regirla.

 

—Vilán, ¿qué se supone que estás haciendo? —Link desvió la mirada del problema principal y observó al chico que iba de un lado a otro.

 

—La vieja no está, me preguntó dónde habrá ido —dijo, rascándose la barbilla.

 

—No es momento de perder el tiempo, Vilán —Impa le regañó, abriendo la puerta del templo—. Será mejor ponernos en camino.

 

—Adelántense, esperaré a que despierte —Link se acuclilló a un lado de Grahim, suspirando pesadamente.

—¿Estás seguro, Link? Podríamos esperar para ayudarte a llevarlo —Zelda intercambió la mirada entre él e Impa.

 

—No, de verdad, adelántense, después de todo, me es fácil subir y bajar —contestó, sin despegar la mirada de la figura inconsciente frente a él.

 

Impa volvió para acompañar a Zelda, cuidándole la espalda. Vilán las siguió al poco rato, dejando a Link solo con sus pensamientos y Grahim

 

—Amo, no debe temer, él despertará.

 

—¡F-Fay! —Link le recriminó, mirando la figura que se había materializado a su lado—. Sé que despertará, no le ha dañado físicamente... Aunque, ¿el perder toda su energía es bueno?

 

—Es riesgoso, ciertamente, pero no amenaza su vida.

 

—Gracias, Fay —le sonrió.

 

—Puedo notar que ha creado un vínculo especial con él —y sin dejar que Link le reclamara, volvió a la espada.

 

—A-Amo... —se obligó a devolver la mirada a Grahim al escuchar su murmullo.

 

—No, tu amo no está aquí —dijo con un tono levemente molesto, no le agradaba que Grahim siguiera llamándolo de aquella manera, consideraba que, de cierta forma, él ya era libre, no tenía que seguir rindiendo cuentas ante nadie—. No tienes amo, para empezar...

 

Sky Child —Grahim intentó levantarse, haciendo que Link se apresurara a ayudarlo—. ¿Qué ha ocurrido?

 

—Hemos alcanzado a escapar de él, estamos en el presente —comenzó, ayudándolo a ponerse de pie—, iremos a Neburia, ahí estaremos más o menos seguros.

 

—¿Yo? ¿Subir a la ciudad erigida por la Diosa para ustedes, humanos? —Grahim levantó una ceja, apoyándose en el pilar, aún le faltaban las fuerzas.

 

—¿Tienes un mejor plan? —Link resopló, poniendo los ojos en blanco—. No es momento para que te pongas a considerar a donde sí y a dónde no debes entrar.

 

—Parece que te estás poniendo sensible, Link —Grahim le miró con curiosidad.

 

—Claro que no —se cruzó de brazos—, ahora andando, ¿no esperarás a que salga por esa puerta, verdad?

 

Grahim no contestó, simplemente hizo intención de empezar a caminar, provocando que Link se moviera para darle apoyo.

 

El señor de los demonios era orgulloso, no le agradaba para nada el tener que moverse con ayuda de alguien, sentía que lo hacía ver débil y que lo dejaba en una categoría más baja que sus propios vasallos. Sin embargo, él se veía así desde que se había revelado en contra de su amo, el decidir luchar contra él solo para salvar a un simple humano, parecía la idea más ridícula, si se la hubiesen dicho antes, se hubiese reído tan fuerte que habría perdido la compostura.

 

Sus negros ojos se movieron hasta el chico que se movía con cierta dificultad bajo su peso. Él también lucía bastante agotado y podía ver que la herida en su cabeza seguía sangrando, ¿cuál era la razón por la que le apoyaba de esa manera aun estando tan mal? Había visto que ese chico era especial, no solo físicamente sino también por dentro, dejando de lado el hecho de que era el "elegido", el héroe destinado a combatir el mal, podía ver que era un chico bastante fuera de lo común para ser el elegido.

 

En su observación previa al desarrollo de los hechos, había visto que Link era alguien sumamente distraído, como bien se lo había dicho la Diosa, se la vivía en las nubes, soñando despierto, recordaba que le había sorprendido muy levemente el hecho de que fuera tan extraordinario en las diferentes artes que se impartían en la academia sin que le pusiera un empeño real. Inicialmente, había sentido desagrado, ¿quién, en su sano juicio, elegiría a alguien como él para colocarle el peso del mundo sobre los hombros? Sentía que tenía la victoria asegurada.

 

Jamás había estado tan equivocado.

 

Ese sentimiento había cambiado después de su primer enfrentamiento directo, la ira y desesperación que le había causado hacia sí mismo el perder ante alguien como él, casi se le había escapado de las manos. En su segundo enfrentamiento había sido parecido, solo que el deseo de matarlo, predominaba sobre todo lo demás. ¿Cómo había reemplazado ese sentimiento por el de protección?

 

Él también quería saberlo.

 

—¿Tienes alguna manera de subir? —La voz del joven lo sacó de sus pensamientos—. Yo uso el manto de Zelda pero, ¿tú?

 

—Soy capaz de subir hasta ahí por medio de este portal —se detuvo, sintiendo el grado de energía que tenía en su cuerpo para después agregar—: contando con que la ciudad esté cerca.

—Saliendo de aquí, serían unos cuatro o cinco minutos para llegar a ella...

 

—Cuatro minutos con treinta segundos —Fay apareció, brindando la información—. Calculado en la velocidad estándar del Neburi de mí amo.

 

—Que oportuna... —Grahim rodó los ojos, captando una sonrisa de parte del chico.

 

—Entonces vamos, mantente cerca de mi y puedo llevarte en mi Neburi —asintió levemente.

 

Levemente aturdido por la falta de energía, observó por unos momentos como Link se elevó con ayuda del manto para después, saltar tras él, creando paredes traslúcidas a manera de plataformas para impulsarse hacia arriba. Aunque el menor le llevará ventaja, Grahim lo alcanzó en un par de saltos, haciéndolo sonreír, su orgullo se estaba restaurando.

 

Cuando atravesó el mar de nubes, Grahim no pudo evitar sentir un apretón en el estómago, aún a pesar de pensar diferente, seguía siendo el espíritu de la espada maligna, el opuesto a la luz y seguridad que toda esa ciudad representaba. Estar tan cerca de ella lo hacía sentir como una especie de conquistador.

 

Fue el chiflido de Link lo que lo hizo volver en sí, notando que la plataforma, dónde se encontraba parado a la espera del otro, se estaba empezando a cuarte—. Que despreciable... —Murmuró, deseaba tener una habilidad de recuperación instantánea o algo por el estilo.

Un ave roja de gran tamaño pasó por debajo de sus pies, haciendo que por poco perdiera el equilibrio, Link cayó sobre su espalda y le acarició suavemente, esbozando una sonrisa cariñosa—. Vamos, sube. —Dijo, mirando a Grahim con la misma expresión.

 

El señor de los demonios vaciló antes de dejarse caer sobre el animal que se tensó en cuanto sintió su presencia—. Más vale que esté limpio.

 

—Es un ave, no un cerdo —le recriminó, continuando sus caricias—. Calma, no es alguien malo, no te hará daño.

 

«No es alguien malo. »

Las palabras parecieron resonar como campanas en su cabeza, si no era malo, ¿qué era entonces? Bueno en definitiva no era ni buscaba serlo, él solo quería mantener a Link a salvo, nada más, poco le importaba si los demás morían... De nuevo, ¿por qué había ayudado a Link a salvar a Impa?

 

Link permaneció mirando al otro mientas encaminaba al animal hacia la ciudad, tenía curiosidad de preguntarle qué pensaba pero optó por guardarlas para si—. Siempre me ha gustado volar, es muy relajante.

 

—Carece de estilo el volar sobre algo como esto pero, en cierto sentido, te doy la razón.

 

—Alrededor de la isla hay muchas cosas, me tarde mucho en descubrirlas todas —continuó, no sabía a ciencia cierta el por qué armaba una conversación, simplemente le nació—. ¿Hay algo que te guste hacer? Además de matar y verte en un espejo, claro.

 

Grahim se permitió soltar una risa corta, aquel comentario le había parecido demasiado acertado.

 

—Mi vida es muy atareada como para poder distraerme con algo, Sky Child. —Estar alado del Heraldo significaba ser una simple espada, estar "libre" solo era sinónimo de preparar el camino de su amo o, en el mejor de los casos, conquistar algún territorio.

 

Link se sintió mal. En aquel momento vio a Grahim como la definición de esclavo en todo su esplendor, aunque Fay era igual a él, en un mínimo sentido, nadie le tenía consideración ni agradecía lo que hacía, él, en muchas ocasiones le hacía dicho a Fay que podía descansar o hacer lo que quisiera mientras él descansaba, lo veía como el corresponder un poco lo que hacía. Dudaba que el Heraldo hiciera algo así.

 

Sin que Grahim se diera cuenta, hizo que el Neburi fuera a una velocidad más baja.

 

—¡Se han tardado, me preocuparon! —Zelda corrió hacia ellos en cuanto el ave dejó de aletear.

 

Grahim rodó los ojos. Aquel viaje había sido altamente tranquilizador, no recordaba haberse sentido así bien en siglos, y poco le importaba lo que opinaran los demás en ese punto.

 

—Será mejor movernos hacia la academia —Impa intercambió la mirada entre Grahim y Link por unos segundos antes de volverse y echar a caminar.

 

Por el camino, no hubo persona que no se alegrara de ver a Zelda y Link, Impa recibió miradas de desconcierto mientras que Grahim, unas cuantas de inseguridad y temor, muy para su deleite.

 

—¡Zelda! Gracias a la Diosa estas bien —su padre la abrazó, con emoción desbordante.

 

—Lamento el haberte preocupado tanto, padre —lo correspondió, sonriendo alegremente.

 

—¿Qué ha ocurrido? ¿Todo está bien ya?

 

—Me temo que no es así —Impa no despegaba la vista de Grahim, haciendo que Gaepora también lo mirara—. El Heraldo continúa con vida y es cuestión de tiempo para que llegue al presente.

 

—Eso es malo —frunció el ceño—. ¿Quién es él?

 

—Yo, insolente humano, soy el señor de los demonios, Grahim.

 

—¿I-Insolente?

 

—¡Ya! Él me ayudó contra el Heraldo —Link intervino, realmente no tenía ganas de contar la historia completa.

 

—Aunque es por él que revivió en sí —pero claro, no contaba con Vilán.

 

—¿Disculpa? —Gaepora abrió bastante los ojos.

 

—¡Nada, nada! —Link no se encontraba preparado para discutir todo aquello, la cabeza le estaba doliendo demasiado y alegar con todos, no estaba entre sus planes—. Lo importante es que planearemos algo para derrotar al Heraldo, sólo necesito descansar y estaré listo.

 

Para Grahim no pasó desapercibido el cómo Link estaba frunciendo más el ceño y que sus piernas parecían tener menos fuerza, ¿era tonto? Obviamente necesitaba tratarse esa herida en la cabeza.

 

—Así es padre, no debes alterarte por eso —Zelda entendió el dilema en que se encontraba su amigo por lo que decidió enviarle una mirada acusadora a Vilán—. Link, necesitamos tratarte las heridas.

 

—Parece ser que por hoy, será mejor tomar un descanso —Impa suspiró, notando que nada más útil se haría ya.

 

Link empezó a caminar hacia la puerta cuando sintió que las piernas le temblaron, tratando de disimularlo, colocó una mano sobre la mesa más cercana que había, en un intento por recuperar su equilibrio. Suspiró un tanto aliviado cuando parecía que había dado resultado, eso hasta que Grahim lo levantó del suelo.

 

—¡O-Oye! —Gritó, sintiendo que la cara se le ponía roja—. ¡¿Qué estás haciendo?!

 

Impa, Zelda, Vilán y Gaepora lucieron levemente alarmados cuando esto sucedió, en especial los primeros tres ya que sabían lo que Grahim era realmente. Impa estaba por dar un paso hacia ellos cuando Grahim suspiró y habló.

 

Sky Child, realmente parece que no entiendes o, no conoces, los límites de tu cuerpo. ¿Sabes que un golpe en la cabeza es algo serio? —La mayoría sentía que la boca se le iba al suelo ante sus palabras.

 

—¡N-No soy un niño! —Link escondió la cara tras sus manos al notar que Grahim no lo soltaría y que, por sí solo, no podría bajar.

 

Grahim solo rodó los ojos, volviéndose hacia Zelda y haciendo que Impa se pusiera a la defensiva—. ¿Dónde piensas tratarle las heridas?

 

Zelda soltó una risa nerviosa, creía entender lo que estaba sucediendo ahí.

 

—Sólo sígueme.

Notas finales: ¿Ha valido la espera? Espero que sí ♥ Oh me encantó la última idea, imaginen a Link todo rojo y a Grahim cargándolo, simplemente encantador ♥  Ojalá puedan disculparme y espero demasiado que sí les haya gustado ^^ Gracias por todo su apoyo. ¡Nos leemos pronto!

 


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