Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Decisiones por Riolu

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ehhh okey, no soy Riolu soy su amigo L.O. la verdad me intrigo que a la gente le gustara lo que escribi, solo lo hice porque un gato-mira feo a Riolu-me lo pedia hasta  que me aburrio y lo hice, pero me sorprende y agrada que les gusatara, asi que quise traerles un final alternativo, esto ocurre DESPUES DE LA BODA, pero antes del embarazo y todo eso, espero que les guste y....bueno eso

Alternativo: Por mi felicidad.



“Si me hubiera dado cuenta antes”


“Si hubiera sido honesto”


“Si hubiera dicho que no en aquel entonces.....si hubiera declarado cuanto te amo”



Esos pensamientos eran los que rondaban la mente del chico de cabellos rubios, si los hubiera dicho y no quedado para sí mismo quizás ahora sería feliz, pero no, se quedó como un tonto, como alguien sin voluntad, ¿qué era lo que creía?, ¿qué después de la boda podría seguir observándolo como antes?, no fue así, supo por sus amigos que él se fue sin dejar rastro, como una feria o un simple carnaval, tras unos días de diversión y alegría que puede brindar a muchos, ahora se fue. Más que ello, se llevó tu amor con el Ventus, lo sabes porque ahora no eres más que una sombra de lo que fuiste, vives infeliz bajo una máscara que dice "todo está bien", estas mintiendo como siempre y tu recompensa es aquel anillo en tu dedo, ese anillo era tu cadena junto a aquel papel que dice que estas casado, aunque claro, por ello no siempre cambia todo, viven separados por el momentos, aun así ella está feliz pues es algo temporal, tus padres ya anunciaron que cuando tengan el dinero les permitirán un departamento para ambos, apenas supo aquella noticia no puede evitar mencionarlo cada vez que ambos se junten, porque esta radiante al tener como esposo a la persona que ama, al chico que la había cautivado, aquel con quien anhela compartir su vida y en unos años dar a luz a una nueva generación, te lo ha dicho y sabes que eso significaba más de aquel acto llamado sexo en que solo ella parece disfrutar, para ti es algo que ni siquiera lo llega a valer, solo las noches permiten expresarte como realmente te sientes, eres solo un joven llorando en su almohada, susurrando el nombre de su amado, esperando que al igual que en la ficción venga a rescatarte, un día un golpe llegue a la ventana, lo veas a el sonriéndote como siempre lo hacía, extienda sus brazos hacia ti y entonces no dudarías en lanzarte hacia ellos para huir de la realidad, no hay derecho a quejarse, esa fantasía la podías hacer realidad, habías tenido la oportunidad cuando te entregaste a él, en aquella noche de hotel donde por primera vez hiciste el amor con alguien, más que alguien, lo hiciste con la persona de quien estabas enamorado, en aquel instante tenías la salida a tu alcance pero la dejaste ir, el tiempo no retrocede Ventus, para nadie, perdiste tu oportunidad y ahora el precio debes pagar, llevar una máscara de falsa felicidad cuando por debajo de esta sufres a cada instante, ese es el castigo que tú mismo te has impuesto.



-Tu dijiste acepto-lees aquel mensaje en tu móvil, Iris ya no había querido darte la cara, sabias que estaba decepcionada pero al menos por aquel aparato ella te escuchaba-ha pasado una semana y no me puedes engañar, te arrepientes-continúan llegando los mensajes, dejarlo de lado no los detendrá, siguen llegando más y el escape es quedarte divagando, ya te sentías suficientemente mal y sus palabras no eran exactamente el apoyo adecuado para el momento, no podías quejarte cuando ella era la única que parecía escucharte en verdad, solo el sonido de la puerta abriéndose te hace reaccionar.



-Oye Ven, ¿me haces un favor?-pide tu gemelo rascándose la nuca algo apenado al parecer, te sientas en tu cama dándole atención ocultando tu móvil tras la espalda-veras, no te molestes pero invite a Sora a salir y pues.....me quede sin dinero, ¿me puedes prestar hasta que me den mi mesada?-se ríe nervioso por hacer aquella petición, lo quedas mirando unos momentos para únicamente soltar un suspiro, le entregas unos billetes y él se ve bastante alegre para parecer un simple préstamo, sabias que él y tu mejor amigo iban a tener una cita, sabias que de algún modo a él le atraía aquel castaño pero no te puedes quejar, pues tú ya tuviste una experiencia con un hombre, bastante completa debo añadir pues han habido noches en que te despiertas exaltado al solo recordarla, lo que más te llama la atención en tu hermano es algo que muchos desearían tener en su situación, se ve despreocupado aunque lo que va a hacer es supuestamente anti moral.


-Roxas-le llamas haciendo que se detenga frente a la puerta por la que iba a salir-¿a ti no te da miedo que nuestros padres lo averigüen?, por mí no hay problema pero.....¿no te molestara que se quejen de tus gustos?-preguntas intentando parecer un hermano mayor serio cosa que te sale muy mal en la mayoría del tiempo, ves como el divaga con la mirada como si lo pensara y cada segundo es una espera tortuosa para ti.



-No, no tengo miedo, quizás lo tenga cuando lo averigüen pero bueno, las cosas más buenas de la vida no son sencillas-sonríe como si fuera la respuesta más obvia pero para ti es extraña, se da cuenta y se sienta frente a ti en la cama-Mira Ventus, solo tenemos una vida en este mundo, y lo sé, nos gusta ver a las personas felices y orgullosas de nosotros, pero a veces, debes decepcionarlas para no decepcionarte a ti mismo, para que en un momento cuando ya seas viejo, puedas ver hacia atrás y decir "no le arrepiento de nada"-dice con una falsa voz de hombre mayor haciendo que sueltes una pequeña risa-es mi vida y son mis gustos, no puedo ser el muñeco de nadie y no quiero tener arrepentimientos, por eso.....mañana le pediré a Sora que sea mi novio-susurra lo último tan bajo que espera que no lo oigas pero ya es tarde, sonrojándose por la pena de habértelo dicho se levanta para irse pero lo atrapas dándole un abrazo, se nota confundido y tu únicamente te ríes al momento en que lo liberas, eres el mayor pero sin duda alguna él es más maduro que tú, la edad no representa nada Ventus, a veces las respuestas más complejas pueden llegar a salir hasta de la persona más inocente, deseándote buenas noches se va dejándote en soledad nuevamente pero con la mente más despejada, tomas el celular y te tiendes en la cama ignorando todos los mensajes que te había enviado antes.


-Quiero ver a Vanitas-susurras para ti mismo y aquello le envías en un mensaje.


-.....Es broma ¿verdad?-


-No, no lo es, ¿sabes dónde está?-


-Pues sí pero prometí no decirle a nadie-


-Yo soy alguien, puedes decirme-


-¿Para qué quieres verlo?, dame un buen motivo para romper una promesa a un hermano-aquello te deja entre la espada y la pared, piensas en la mentira más convincente, tu cerebro trabaja a mil por hora y sabes que no lo vale más, ahora no tienes más que perder y lo sabes, por primera vez te toca arriesgarte.


-Lo amo-envías lo más rápido que puedes aquellas dos palabras que quieres borrar a los segundos después, sientes las mejillas arderte por saber que ya lo habría visto y esperas que ella no lo crea


-¿En serio?, ¿ahora te das cuenta?, Ventus, se veía desde el espacio-aquellas palabras no ayudan a tu nerviosismo sino que lo destrozan aún más, sobre todo porque ella sigue escribiendo, tragas fuerte hasta que un mensaje llega-veras, mi tío León le ofreció trabajar con él en el verano, Vanitas iba a rechazar pero el día de la boda acepto de imprevisto y se fue, creo que me hago una idea de porque la repentina decisión-lees hasta esa parte y la tristeza te llega al saber que fuiste tú quien lo alejo, aun sigues leyendo-está en Traverse Town trabajando en un taller mecánico, a dos ciudades de aquí-terminas de leer y ahora los problemas surgen incesantemente, sabias que aquello no estaba cerca, necesitabas tomar un autobús y tomaría varias horas el llegar ahí, no podías ser abiertamente honesto con tus padres pues sabias que te encerrarían si pudieran, tampoco estaba la opción de desaparecer de golpe pues las llamadas al móvil nunca se detendrían, ¿mentir?, la opción que más querías evitar pero lamentablemente la única a la vista, solo esperabas que no se volviera contra ti nuevamente.



-Necesito tu ayuda-le envías un mensaje sintiendo tus nervios enloquecer a cada segundo, muerdes una de tus uñas cortándola sin pretenderlo, un mensaje llega a ti y las palabras escritas ahí te suenan con un sentido tal que envidias no habérsete ocurrido, cinco, quizás siete mensajes en que le agradeces su apoyo que pareces un adulador pero no lo puedes evitar, suena perfecto.



-Invitas los helados todo el año-aquel último mensaje te hace tener un mal presentimiento en tu billetera pero sabes que no podías protestar ahora, lentamente te levantas y comienzas a teclear un mensaje rápido, paseas por tu habitación una y otra vez, observas los segundos pasar en el reloj y el deseo de arrojarlo por la ventana crece cada vez más por la desesperación, el sonido de un mensaje te sorprende y una sonrisa adorna tu rostro al saber la confirmación, respiras profundamente y cruzas el pasillo de tu casa hasta llegar a la puerta de tu gemelo, intentas ocultar tus intensiones y abres la puerta lentamente.



-Roxaaaaas-dices su nombre con un tono suave y casi cantado, algo que cualquiera podría percibir como el tono de "hazme un favor"-¿te quieres ganar el dinero que te preste?-le propones con una sonrisa inocente que ocultaba una tan siniestra que a muchos podrían llegar a poner la piel de gallina, como si leyera tu pensamiento o no hubieras sido disimulado solo pudo quedar riéndose nerviosamente.


************************************************************************


-¿A acampar?-cuestiono tu padre a la mañana siguiente al ver como estaban empacando sus sacos de dormir y las mochilas, o al menos eso le haces creer pues lo único que pensabas llevar era dinero más que suficiente, adiós a los ahorros pero no es momento de quejarse por algo que sabes puedes recuperar-es algo repentino, además no nos habías contado nada-se escucha algo severo pero más que nada confundido y te apegas al plan.


-Es que he dejado a mis amigos de lado por el tema de mi.....matrimonio, iremos junto con Sora a la zona de camping en el lago, solo será este día y la noche, volveremos mañana en la tarde-le explicas intentando no sonar nervioso y lo logras, comienza a decir nuevamente lo orgulloso que esta de tener un hijo como tú, que aun en una relación tan seria se preocupe por sus amistades, escuchas como va a contarle a tu madre que se encuentra en la cocina, un suspiro sale de tus labios y observas el anillo de boda en tu mano, como si fuera un alivio te lo quitas para dejarlo escondido en un cajón de tu ropa, el solo verte sin él te hace sentir con más libertad. Ambos bajan con sus mochilas dejándolas en la sala para desayunar, tus padres no dejan de decir lo felices que estaban de tener un hijo como tú, incluso comienzan a criticar a tu gemelo diciendo que debe buscarse más amigos que los tuyos, te muerdes el labio intentando no decirle alguna cosa que pueda arruinarlo todo, no es hasta ahora que te das cuenta que a ambos nunca los han dejado de comparar, la madre señala orgullosa a cada momento la foto de tu matrimonio, también el anillo en tu dedo sin dejar de decirle que debe traer a una mujer tan buena como lo es Naminé, el desayuno más incómodo que ha pasado en tu vida si lo piensas bien, quizás porque ahora en verdad escuchas las conversaciones del desayuno en vez de estar como ausente, intentas ponerte en lugar de él, por más que lo intentas no puedes imaginarte lo mal que se debe sentir, o al menos así te sentirías tú de tantas críticas a tu persona, dando un agradecimiento más por irse que por la comida ambos solo se cuelgan las mochilas para salir de su hogar.


-¿No te molesto todo lo que dijeron?-preguntas yendo de camino a la estación de buses, una pregunta algo inapropiada considerando que a ti únicamente te han felicidad frente a él.


-A palabras necias oídos sordos, incluso a nuestros padres, hace tiempo supe que siempre todos te van a criticar, más si tienes gustos como los míos, aunque claro ellos no saben eso-se ríe como si no fuera nada y no puedes evitar rodear su hombro con tu brazo como un consuelo-tranquilo estoy bien, no debes hacer que nadie te haga sentir mal contigo mismo, no importa que-sonríe honestamente y no puedes evitar envidiar esa mentalidad que posee, sabes que tendrás que pensar de ese modo, quizás después de este día todo cambie, pero todo esta yendo muy bien y no puedes retractarte.



-Muchas gracias por ser mi hermano-le dices más por obligación que por consolarlo, mejor dicho lo agradecerás también mas adelante pues sin importar lo que pase él te apoyará, esa conexión entre gemelos es algo que se puede apreciar tener y no podías pedir mejor apoyo, su mirada de confusión por el comentario te acompaña en todo el camino hasta llegar a la estación de buses, suspiras con pesadez al saber que Sora llegara tarde y no te llega a sorprender, de igual modo se debe esperar y tienes que soportarlo, no podías dejar a tu amigo plantado sin saber lo que ocurriría en verdad.



-Muy bien ya estamos solos, ¿adónde iras realmente?-cuestiono tu gemelo llegando a alterar tus nervios por la pregunta-revise tu mochila antes de salir, no llevas nada más que el saco de dormir-aquella mirada acusadora no abandona tu ser, más por como tus manos sudan ante la idea de ser descubierto, en la desesperación una idea te viene a rescatar.


-Bueno tengo que ir a hacer algo en otra ciudad, pensaba en ver algunas universidades lejos de aquí y sé que ellos no me dejarían-relatas con una calma que te hace un perfecto mentiroso, no algo de lo que estés orgulloso pero al menos esa mirada abandono su rostro-aunque claro, entendería que me quieras delatar, pero perderías la oportunidad de estar todo el día y la noche con Sora, quizás le cueste caminar mañana por algo que llegara a ocurrir, pero tú no quieres que pase eso, yo entiendo-un tono nada inocente acompañan tus comentarios bastando para que el sonrojo se forme en sus mejillas, aquella idea parecía agradarle y sabias que habías ganado.


-Pareces muy experto en el tema sabes.....demasiado de hecho, ¿ahora me dirás que te acostaste con un hombre?-se burla de ti haciendo que te atragantes con tu propia saliva, tosiendo intentas alejar las imágenes de aquella noche pero estas no quieren abandonarte y la sangre se acumula en tu rostro-oh dios.....lo hiciste, ¡te acostaste con un Mmm!!!!-grita ahogado por tu mano, volteas la mirada aterrado y nervioso de que alguien hubiera escuchado pero no hay gente que llegue a observarte interesada.


-No lo hice, solo te hago un favor, tu sabes que buen hermano soy-le regañas dándole un coscorrón y das leves golpes al piso con tu pie, mientras el frota su cabeza tu esperas desesperado que llegue de una vez el autobús o ese castaño para quitártelo de encima.


-¿Es alguien que conociste?-cuestiona ganándose un gruñido de tu parte-Ahh entonces es alguien que conozco-dice pícaramente mientras el rubor vuelve a apoderarse de tu rostro delatándote e intentas distraer tu mente con lo que sea, el pájaro volando, la gente discutiendo, incluso llegas a imaginar peces en la forma de las nubes-¿fue Vanitas?-pregunta y te agarras el pecho seguro de que te dará un infarto mientras el comienza a reírse con una fuerza que la gente llega a voltearse para verlos, intentas calmarlo y por primera vez el cielo te apoya pues tu mejor amigo viene corriendo hacia ambos.


-Aff lo siento, me costaba encontrar mis cosas, salí de mi casa y tuve que volver por otras más....denme un minuto-les pide respirando agitado y algo sudado, no le dejas recuperarse y lo empujas hacia tu gemelo quien deja de reírse para atraparlo-oye ¿qué te pasa?-pregunta molesto aunque tu hermano se ve agradecido por tenerlo tan cerca.


-Cambio de planes, ustedes se irán juntos a acampar y yo me voy a atender mis asuntos, ¿alguien tiene quejas?-preguntas escapando de su lado antes de que siquiera llegarán a abrir la boca, das un pequeño vistazo hacia atrás viendo como no se había separado de los brazos de Roxas, más bien tenia las mejillas sonrojadas y se veía a gusto, más cuando lo abrazo y beso su mejilla, un tic nervioso en tu ojo aparece por entender que ellos ya estaban en buenos términos, demasiado buenos y hasta felices de que no fueras con ellos, te alejas para subirte al primer bus con destino a Traverso Town, aquella imagen de ambos no llega a ser asimilada por tu cerebro y solo se queda ahí en paz-¿por qué siempre se la pasan bien?-bufas mordiendo tu dedo envidioso, no habías tenido exactamente alguna escena romántica o tierna en aquel día con tu amado, no crees haber expresado esa mirada de enamorado perdido en los ojos del otro, observas por la ventana y un rubor llega a ti por sentirte avergonzado, no dejas de imaginarte la conmovedora escena cuando te encuentres a tu amado azabache, imaginas su rostro de sorpresa, la alegría que tendrá al verte y por ultimo tu lengua recorre suavemente tus labios, te ríes intentando no hacer ruido siendo imposible por la emoción a cada minuto que te vas acercando.


-¿Disculpe me cambia de asiento?, creo que este chico está loco-pide la señora que estaba sentada a tu lado, dejándote solo con tu vergüenza optas por solo escuchar música, es un viaje de 3 horas después de todo, el paisaje pasa rápidamente a tu lado, apenas puedes ver las cosas por unos segundos, o más bien observas tu reflejo, te habías encontrado nuevamente, tus ojos están recuperando lentamente aquel brillo de un ser que agradece estar vivo, tu corazón late para hacerte recordar que lo estas y que esto es real, los nervios llegan a tus manos que ansiosas solo pueden apretar tu móvil, tu cuerpo esta tenso y un infarto casi obtienes al momento en que el conductor te ha tocado el hombro.


-Oye despierta, llegamos a Traverse Town-anuncia mientras tu mano no puede abandonar tu pecho, intentas calmar tu agitado corazón por aquel susto antes de descender sintiendo la mirada de los pasajeros sobre ti, como si fueras un bicho raro o un distraído. La ciudad es más grande de lo que esperabas, además de concurridas pues un local parecía apegado a otro, como si todo fuera mayormente comercio, sacas tu celular para saber la dirección, claro que es fácil aprenderse un nombre, nunca es fácil encontrarlo.


-"Debí ver un mapa"-piensas dándote una palmada en el rostro a modo de regaño contra ti mismo, no te queda más que vagar y preguntar como un turista desorientado, aunque no todos porque les llames se detendrán, las personas tienen prisa e ignoran su alrededor, así es el caso pues pareciera que toda la gente camina apresurada hacia su destino, rechinas los dientes por la frustración, juras que vas a gritar hasta que un niño te queda observando como bicho raro.


-Tres manzanas adelante y dos a la derecha-señala como si fuera lo más obvio para él, te alejas sin dejar de agradecerle, el camino ya estaba claro, aun cuando intentabas no parecer desesperado era inútil, corrías apresurado por las calles, lo necesitabas, tu corazón suplicaba volver a verlo, agitado se podía ver a lo lejos el taller, haciendo un último esfuerzo para seguir corriendo llegas cerca de aquel lugar deteniéndote abruptamente, se puede ver un garaje abierto, dentro observando un automóvil se encontraba aquel azabache que te había quitado el sueño los últimos días, el rubor se apodera de tus mejillas, tu corazón esta agitado casi intentando salirse de tu pecho para correr a su lado y nunca separarse de él, y es porque verlo en persona es mucho mejor que los recuerdos, sus cabellos desordenados, su rostro que se veía más atractivo con el sudor cayendo de su frente, y por ultimo pero no menos importante aquellas gemas ámbar que eran sus ojos, aun sin establecer contacto con tus ojos sientes que ya te han hipnotizado, reacciona ya Ventus, porque lo que deseas está a unos cuantos pasos.

 

 

-Oye Van-se escucha la voz de un extraño y por algún motivo tu cuerpo reacciono para ocultarse y espiar-ten, se ve que la necesitas-ves como un chico le extendía una toalla de mano al azabache, no era ello lo que te irritaba, era que el la recibiera con una sonrisa amable, una que creías era únicamente para ti.

 

 

-Gracias Lark, ha hecho calor últimamente-susurra agradecido mientras el otro desvía la mirada algo nervioso, sin pretenderlo un rubor aparece en su rostro al igual que en el tuyo, solo que hay una diferencia muy notoria, el suyo es de pena mientras que el tuyo es de rabia, estabas dispuesto a ir a partirle la cara hasta ver como ambos comienzan a reírse a gusto, sin entender eso te detuvo de golpe, se veía realmente feliz, se veía alegre hablando con aquella persona y un pensamiento surgió.


-“¿Cómo puedo quitarle su felicidad?”-aquella pregunta resonaba en tu cabeza, si te mostrabas y declarabas tu amor se creaba un situación en que él no tendría un futuro amoroso, ambos serian rechazados si se supiera, el solo podría ser tu boleto de escape a momentos, si te rechazaba sabias que no tendrías motivo para seguir, solo serias un adorno más de la sociedad, pero un adorno que era aceptado por todos, sin darte cuenta aquel chico había rodeado el cuello del azabache para poder abrazarlo, comienzas a observar tu alrededor, ¿por qué estás aquí si no hay nada para ti en este lugar?, sin poder más sabes que has perdido la batalla, por tardarte en pensarlo has perdido y como un cobarde nuevamente escapas, realmente no se te puede entender, tenías esas dudas, las habías resuelto, te habías decidido emocionado y nuevamente vienes a romperte aquí….es algo triste la verdad, triste y repetitivo en tu vida.

 



-¿Diga?-cuestiono Iris atendiendo el teléfono, te habías detenido en un lugar que no conocías pero sabias que al menos debías ser honesto con ella, aun así la voz no puede salir, sabes que espera algo o cortara pero no tienes el valor-¡si te robaste el celular o secuestraste a mi amigo Ventus juro que te localizare y te arrancare las gónadas para obligarte a comértelas!-se escuchó un grito de rabia y un nuevo nivel de miedo llega a tu ser, terror.



-Soy yo-un gimoteo proveniente de tus labios hace sentir un ambiente tenso, se escucha un suspiro de que esta aliviada, pide detalles, oscuros, profundos, apasionados que cualquiera que escuchara esa llamada sabría enseguida que la chica al otro lado era una fanática del género yaoi-no puedo-susurras intentando no derrumbarte, escuchas sus quejidos por creer que habla de los detalles que había solicitaron y sabes debes confesar-no puedo verlo.....no puedo....no debo-dices como si quisieras llorar ya con esas palabras, incluso tus ojos llegan a amenazar con soltar lagrimas por como la falta de confianza que se apodera de ti


-Eres tan patético-escuchas el comentario que menos querías oír-¿sabes Ventus?, no me gusta conocer gente tan perdedora como tú, me dan asco, porque son idiotas que no piensan en cómo se sienten los otros, nunca tiran los dados por el temor a fallar, por mi parte, se infeliz toda tu vida......tuuuu...tuuuu-el sonido de que han cortado la llamada y el celular se cae de tu mano, parece ser que todo se acabó, ella era la única que te podía animar, consolar, la confidente que sabía tu verdad y hasta ella la espalda te ha dado, ríes suavemente mirando hacia el cielo, sabias de algún modo que perseguías un sueño inútil, que no tenía sentido seguir engañándose con una tontería como esa, ¿creías que el aceptaría de brazos abiertos a un recién casado?, ¿sería tu amante en secreto?, aquel a quien irías para consolarte y escapar del matrimonio, ¿que pasaría cuando tuvieras un hijo?, ¿el estaría ahí sonriéndote y esperando por ti en una cama?, ¿sin buscar a alguien que si lo haga feliz?, eso no lo haría feliz a él pero a ti si, bajas la mirada como un patético derrotado, sabes que no tienes el derecho de verlo, si hubieras estado en su lugar habrías hecho lo mismo, te habrías alejado de todos para no volver a ver a tu amor prohibido, debes volver a tu ciudad, a tu hogar y lo sabes.



-¿Entonces, como te va con ese chico Vanitas?-una voz femenina pronuncia ese nombre y es suficiente para hacerte elevar la mirada, una chica acompañaba a aquel muchacho que habías visto en el taller, aun sabiendo que no debías el corazón manda más que la mente, los comienzas a seguir disimuladamente atento a cada palabra que se pueda referir al tema.



-Ya se está suavizando, te lo digo, la primera vez que llego aquí se veía en verdad desdichado, y aun así siguiendo adelante con todo, ese tipo de personas me gusta-la culpa es un sentimiento que te abarca al momento de oír ello, nunca pensaste en si el sufría también, tampoco se te ocurrió en aquel momento si el esperaba que dijeras que no, te preocupaste de tu sufrimiento que olvidaste que el podía estar sufriendo también, eso es egoísmo y ahora lo sabes.



-Jajajaja si claro, esa expresión era de que fue rechazado o algo así, ¿crees que en tan poco tiempo lograras algo?-le desafiaba su amiga y tus puños se apretaban cada vez más fuerte.


-Un clavo saca a otro clavo, quien fuera el anterior no me importa, el siguiente en tener su amor seré yo, y créeme, no lo dejare libre-se reía confiadamente bastando para detener tu avance, tu imaginación comienza a volar, estas con tu esposa a tu lado, se ve radiante como siempre, sin embargo para ti ella es solo una extraña, eso es debido a que en ti ya no hay amor, porque eso se lo llevo el azabache, la sola imagen de verlos a ambos besándose, llevándose aquellas risas y los momentos que tuvieron juntos se los llevara a otro, a alguien que no eras tú bastaba para hacerte hervir la sangre y arrojar el sentido común al caño. Logras darle alcance y tu puño impacto el rostro de aquel muchacho, dejándolo en el suelo retorciéndose, quizás con la nariz rota pero más que nada expresando confusión y rabia con su mirada.

 

-¡¿Oye que te pasa?!-grito enfadado dispuesto a levantarse para combatir siendo nuevamente derribado por tu puño.



-Te acercas a Vanitas y te tirare tus feos dientes, ¡es mío y me asegurare de que lo sea siempre!-le gritas ignorando a la gente a tu alrededor, la ira es un sentimiento fuerte, puede superar a la vergüenza, el miedo y el sentido común al mismo tiempo, sin pensarlo más caminas de regreso hasta aquel taller donde lo viste por última vez, el letrero de cerrado está colgado, aun así unos ruidos se sienten desde el interior y no dudas en abrir la puerta, aun se encontraba revisando aquel automóvil, el sonido de la puerta cerrarse lo tomo desprevenido haciendo que se volteara para poder observarte, por su boca abierta supones que pensaba decir algo pero la sorpresa lo ha dejado mudo, eso no disipa el motivo por el cual estas aquí.


-¿Ventus?-cuestiona logrando reaccionar  pero ya es tarde pues tu puño ha impactado su rostro, retrocede unos pasos por el impulso y toca su mejilla unos instantes para fruncir el ceño, se ve molesto y te lo devuelve, ambos comienzan a herirse uno al otro hasta que comienzan a forcejear, tras unos impulso ambos terminan en el piso donde aprisiona tus dos manos con el fin de que la pelea terminara-¿qué diablos haces aquí?-pregunta enfadado pero apuestas a que no es nada comparado con la gran cantidad de emociones que tienes girando en tu corazón, dejas de forcejear y él te libera, ambos se ven uno al otro y el hace una mueca de dolor cuando tocas su labio partido-no deberías estar aquí......estas casado ¿recuerdas?-te dice intentando evitar el contacto entre ustedes, vuelves a estirar tu mano siendo esquivado nuevamente por él, una mueca de tristeza abarca tu rostro captando su atención, sus ojos expresan únicamente lastima y eso pareciera apuñalar tu corazón, como un perro fiel que siempre consuela a su dueño toma tu mano para apoyarla en su mejilla, tu labio comienza a temblar al igual que tus ojos, te rompes.


-Perdóname-susurras mientras tus dedos han comenzado a temblar por el tacto en su piel-perdóname-repites nuevamente sabiendo que tus ojos están amenazando con soltar lágrimas, sus labios en tu frente no permiten que digas nada más, te ahorra el hecho de torturarte mas aunque no puede evitar que comiences a soltar lágrimas de tristeza y alegría al encontrarlo, un simple impulso que él no puede detener, tus labios atrapan los suyos, sientes que no sabe cómo reaccionar, aun así disfrutas el sabor que habías extrañado y sabias que te era indispensable, al igual que una droga eras adicto a él y no podías abandonarlo.


-…Me serviría que te calmarás y explicarás todo-susurra el apenas se han separado, un ligero asentimiento es todo lo que puedes dar, se levanta y ofrece su mano pidiendo que lo acompañes, no dudas en aceptarla, lo sigues al interior de la casa, a pesar de parecer pequeña se veía acogedora, la falta de sonido refleja que se encuentran a solas, tomas asiento mientras él va por un botiquín y limpia tus heridas con cuidado, ignoras el dolor pues estas sumergido nuevamente en aquel ámbar observándote fijamente-¿a qué viniste?-cuestiono él una vez termino de limpiar los golpes que te ha dado y sabes merecías.


-Yo.....te extrañaba-admites mientras el sonríe levemente por sentirse apreciado, apretas tus puños y entonces sabes que es la decisión más firme que debes tomar, el momento en que seas honesto-pero necesitaba decírtelo.....nosotros…yo....cometí un error-susurras tristemente confesando finalmente, pero ¿dónde comenzó el error?, ¿en apresurarte por una boda que no querías?, ¿en no haberte negado cuando tenías tus sentimientos claro?, el error fue nunca hablarle por miedo a sentir algo, lo sabes, resuena en cada parte de tu cabeza Ventus, desde un momento sabias que te enamorarías de él sí llegaban a estar juntos mucho tiempo-cometí un error al estar contigo ahora, un error al estar contigo aquella noche, uno en el que no dejo de pensar porque….no me arrepiento-confiesas intentando mirar sus ojos esperando alguna reacción, una expresión de enfado o de sorpresa pero ninguna aparecía, solo una pequeña sonrisa burlona y una leve carcajada que llegaba a golpear tu corazón.


-No lo fue-niega con una calma que te llega a asustar-ninguna de esas cosas fue un error en lo más mínimo, el único error aquí, fue casarte con ella cuando estás enamorado de mí, ¿me equivoco?-cuestiona con una sonrisa burlona y puede hacerlo pues tu expresión de sorpresa es muy delatadora, eres como un libro abierto para él y ya deberías saberlo-no fue un error venir aquí, porque querías exactamente lo que ocurre ahora-sus manos toman las tuyas que tiemblan ligeramente-viniste porque quieres que estemos juntos-continua con la tentación que ya le había ganado a tu razonamiento, simplemente aquel tacto ya te derretía impidiendo que pensaras en otra cosa que no fuera el, un pequeño asentimiento es lo máximo que puedes dar,  se levanta de la silla y se coloca frente a ti, instintivamente te intentas alejar, sus manos te aprisionan contra la pared dejándote a su merced-el único error nuestro fue este, tú al aceptar, y yo al escapar-te quita las palabras de la boca nuevamente-viniste por mi debido a que soy el único que hace latir tu corazón como la hace ahora, al igual que tú haces latir el mío-aquellas palabras en tus oídos son las más bellas que podías esperarte de él, pero sabias que podían haber más y todo tu ser deseaba escucharlas, sus manos toman tu cadera y no tienes objeción, pues por lo que habías venido era exactamente por ello.


-....Ámame-admites sabiendo que ninguna mentira podría contradecir sus argumentos, te aferras al cuello de su camisa viéndolo agitado-pues tú tienes que tomar la responsabilidad de lo que me haces sentir-susurras antes de rendirte a su influencia, a medida que pasa aquel día recuperas cada vez más aquel brillo que tu ser había perdido, cada palabra de él, una simple caricia, o como sus labios se ubican en alguna zona de tu cuerpo te devuelve tu felicidad, el calor de aquella persona es lo que te permite dormir en paz y lo sabes, porque te negaste a irte de su lado, aun cuando sabias que su tío regresaría en cualquier instante por esa puerta y los atraparía, te aferrabas a él con todas tus fuerzas pues era algo indispensable para ti.



-No volveré a dejarte-susurra mientras ambos intentan recuperar la respiración, nuevamente lo habías sentido, el calor, el placer, la dicha de hacer el amor con él, no lo habías podido evitar pues pareciera que cada parte de ti lo había anhelado cada vez más al igual que el-esta vez no importa que digas o pase, no me iré-te sonríe mientras hundes tu rostro en su pecho para escuchar los latidos de su corazón y el tuyo sincronizarse, como si fueran uno solo-soy responsable de hacerte feliz-concluye para besar tu frente, no necesitas más, simplemente el momento era perfecto para ti, ninguna palabra salió, ningún sonido más que sus respiraciones, lo abrazas y entonces decides romper el momento, romper la magia solo por un instante y verlo a sus ojos que te han hipnotizado.


-Te amo Vanitas-aquellas palabras honestas no lo pueden ser más, ambos son felices con ellas, realmente eres feliz a su lado.....y por ello sabias lo que debías hacer de ahora en adelante.


*******************************************************************




-Voy a anular mi matrimonio-eso fue lo que declaraste al regresar a tu hogar, no podías vivir más con aquella culpa y ese arrepentimiento, pero el hecho de publicarlo ante ambas familias tuvieron sus efectos, las madres tapaban sus bocas incrédulas de lo que habías dicho, los padres te ven con una mezcla de decepción y enfado pero la más afectada es tu esposa quien únicamente se ha quedado en silencio.


-¡Nada de eso!-tu padre da un golpe a la mesa alertando a todos-pagamos esa boda porque era tu deseo, te lo preguntamos una y otra vez e insistías en ello, ¿y ahora quieres echarlo a la basura?-se escuchaba gruñir cada vez más enfadado, los deseos de retractarte y evitar los problemas era grande pero el solo pensar en una persona es la fuerza para mantenerte firme.


-Hice mal en apresurarme, pensé que era lo mejor, que lo necesitaba pero....aun soy un niño-sonríes por decir aquellas palabras que a todos llegan a confundir-apenas tengo 20 años, tengo mucho tiempo para pensar con quien compartir mi vida y a quien amo…lo siento Naminé, pero no eres tu-dices quitándote tu anillo de bodas dejándolo frente a ella-lo siento-dices nuevamente y sin esperar alguna palabra sales de aquel hogar escuchando los llantos de ella, te sientes mal, acabas de decepcionar a todos ellos pero un leve alivio recorre tu cuerpo, por primera vez habías tomado una decisión para ti mismo y nadie más, caminas por las calles sin evitar sonreír pues el arrepentimiento no ha llegado en ningún momento, fue igual que aquella ocasión en que te confesaste, un sentimiento de que un gran peso en tu mente y cuerpo se ha alejado, te permite sentirte ligero como una pluma y mantenerte a la realidad sin querer escapar más de ella, llegas hasta la plaza de la ciudad, te sientas cerca de la fuente y alzas la mirada al cielo, estas conforme con lo que ocurrió y feliz de sentirte libre de verdad.


-Vaya, llegas temprano-aquella voz burlona te hace voltear la mirada para observar a aquel azabache caminando hacia ti, sonríes de lado hasta sentir como se sienta a tu lado, sin importar que alguien llegue a mirar tu cabeza termina apoyada en su hombro dejándote oler su fragancia que desde hace un tiempo te daba un sentimiento de paz-no me vas a proponer matrimonio ¿verdad?-pregunta el de golpe llegando a tomarte por sorpresa.



-No, ya aprendí mi lección-niegas comenzando a reírte levemente ocasionado que él te observe confundido-esta vez te tocara a ti proponérmelo-le explicas antes de moverte lo suficiente para besar sus labios siendo correspondido, sabes que es lo mejor, siendo tan apresurado como eres probablemente cometerías otro error nuevamente, no te molestaba la idea de esperar a que ello ocurriera pues la idea de pasar tiempo con él ya era la que te hacia feliz, pues cuando él te ofreció su mano no dudaste en tomarla un segundo, cuando te pedía acompañarlo no podías negarte pues eso era también lo que deseabas, pues sabias que cuando llegara momento en que él te proponga aquel compromiso, no dudarías en decirle que sí.

Notas finales:

ehhh reviews?

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).