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Freistaat Bayern por Mizuki_sama

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Notas del capitulo:

hola hola

ya regrese, espero que no me hayan extrañado demasiado :)

ok no

se que demore, per os juro que no encontraba tiempo entre la universidad, mis otros deberes y demas cosas T-T

en fin, traje conti :)

Capítulo 4
 
 
Lady von Tomer pocas veces se había sentido tan frustrada como en aquella ocasión, aunque la cita en cuestión había terminado como ella quería y los dos jóvenes habían cedido a sus planes con resignada aceptación aun sentía que pasaba algo por alto, estaba segura, como pocas veces lo había estado, que el hijo de los Xavier resultaría un atractivo indiscutible para los calaveras de Howlett y Shaw, pero un sordo presentimiento le hacía ver que estaba pasando algo importante por alto, aunque no podía imaginar el que.... Hasta que observo  el sobre azul sobre la mesa y un grito de rabia escapo de sus labios y su mirada ardía de frustración durante tres segundos.
Dama ladro asustada a sus pies mientras Lucas luchaba por escapar de su duro abrazo, un ruido seco e irritante alerto a los sirvientes de aparecer, la campana de plata aun brillaba en la mano de la duquesa cuando el mayordomo ingreso al salón donde se hallaba la viuda.
Pronto recibirían una visita y ella acababa de darse cuenta.
 
Salir del área de control de Alexandra von Tomer fue un respiro a Logan, quien muy a pesar suyo se había sentido levemente intimidado por la exigente autoridad de la duquesa, un gesto de molestia cruzo su atractivo rostro resaltando la curvatura cruel de sus labios al tiempo que una ligera palidez se apreciaba en su piel morena por el sol, estaba inquieto, no era tonto y poseía una extraordinario instinto de auto conservación que le había salvado el cuello en más de una ocasión y ahora, después de su breve entrevista con lady von Tomer, este instinto estaba a todo dar, todos sus sentidos estaban alertas  y una sensación de extrema incomodidad se extendía por todos sus miembros, no era tonto, no era en lo absoluto y tenía la extraña seguridad de que von Tomer los guiaba a él y a Shadow en dirección a una trampa muy bien preparada, un trampa que podía arruinarlo, recordó con cierta ansiedad el gesto de furia contenida que había cruzado aquellos labios decididamente crueles y como los calculadores ojos de Shaw habían mostrado un brevísimo brillo de ansiedad al oír a la duquesa, no, aquello era un trampa y él tenía la molesta impresión de que von Tomer  estaba completamente segura de sus cartas, la pregunta era, ¿porque?,¿Qué buscaba?  simplemente casarlo como su padre quería, o ... ¿buscaba algo más?
Apretó los labios en un gesto de muda frustración por como sus pensamientos se replegaban alrededor de una situación cuyas piezas no estaban del todo completas, el juego había empezado y el sabia, sabía bien, que el mismo se había convertido en una pieza más dentro de un amplio tablero de ajedrez, como siempre lo había sido, ahora lo que buscaba era simplemente no caer en las tentativas de otros, bajo la mirada al escritorio de madera de roble sobre el cual descansaban cuatro invitaciones y una carta de su padre, miro la carta y las invitaciones con precisión, con estudiada lentitud coloco una mano sobre la lisa superficie del mueble y lo rodeo hasta llegar a la silla, donde se sentó, su rostro se mantuvo firme en su gesto, su mirada se hizo levemente distante y la mano izquierda subió hasta llegar a su nuca, se sintió repentinamente sediento y busco con la mirada una botella, estaba molesto frustrado y ansioso todo a la vez, el mejor que nadie sabía que no podría calmarse sino hasta ir a la calle marshal, quizás a la casa de madame Foressah, cuya casa poseía los mejores ejemplares femeninos de la capital, cosa que él había logrado comprobar en sus visitas, sin embargo un resortijon de asco y desdén le atacaba el estómago y un nudo en la garganta parecía aguantar un rugido de completa cólera y rabia, deseaba atacar, deseaba golpear, deseaba coger un cuerpo y.... destrozarlo... se alegró de no tener un espejo allí cerca, porque si lo tuviera, habría descubierto, y de eso estaba seguro, un rostro que tenía más de animal que dé humano.
 
Un golpe en su puerta detuvo sus pensamientos, y calmo su semblante aunque fuera solo por cuidar las apariencias, recomponiendo su aspecto aclaro su garganta.
-adelante- elevo su voz ligeramente con el sentido que dan los nobles cuando dicen "delante" de manera distraída mientras estudian documentos importante y el inclinaba la cabeza como si leyera la carta de su padre y su mayordomo ingreso con el té de la tarde y la expresión  serena y capaz que solo dan los años de servir a un amo y conocerlo a fondo, Donovan, era como se llamaba y Logan lo amaba como si fuera su propio padre, por supuesto le tenía menos miedo que al suyo y además recordaba que ese mismo hombre lo había cuidado cuando él era un niño, dejo la carta a un lado y lo miro- ¿Hay algo interesante en medio de todas esas notas Donovan o debo resignarme a tirarlas todas a la chimenea? – pregunto mientras lo observaba atentamente y este colocaba, eficiente, el té, las tazas y todo lo demás a un lado, como siempre y las cartas y demás notas frente suyo.
-una carta de su madre señorito Logan- señalo el mayordomo con una ligerísima sonrisa en los pálidos labios, antes de, diligentemente ponerse a servir el té como le gustaba a él- dos invitaciones, una del marques de Antares y otra de su señoría el vizconde Luffore, además de ello creo que hay una citación de un miembro importante de la corona- señalo distraídamente acomodando los biscochos a los que Logan se había declarado adicto a los 12 años- y... una nota que no le recomendaría ignorar, lady von Tomer no es una mujer paciente –termino de hacer lo suyo y se paró recto como un poste a un lado- ¿necesita algo más su señoría?
"Que termines de decidir cómo me vas a llamar el resto de mi vida..." a su pesar Logan sonreía, sabía que era apreciado sinceramente por su mayordomo.
-nada más por el momento Donovan, gracias, puedes retirarte –el mayordomo inclino la cabeza antes de retirarse del despacho y logan dirigió su atención a las cartas de las que había hablado su mayordomo, decidido a ignorar cualquier cosa aparte de ellas.
 
Casi al mismo tiempo la mansión von Tomer tenía el placer de abrir sus puertas, que habían sorprendido por su exquisitez al arconte de Ansalli, Erick Lenssher había mirado con muda sorpresa las formas talladas en la madera, los rostros de gárgolas, demonios y sufrimiento le habían provocado un ligera sequedad en el fondo d la garganta, mientras su mente racional se esforzaba en excusar el tallado, las formas a siglos, generaciones y nobles de orgullo insondable.
Cruzo las puertas, sintiendo el bazo de Magda alrededor del suyo, adivinando la sonrisa en sus labios y la ansiedad que esta debía sentir por ver nuevamente al miembro, femenino, más viejo de su familia, por lo que Magda le había contado Alexandra Von  Tomer, era la duquesa Von Tomer, casada con su real majestad el príncipe Carlo Von Tomer a la edad de 16 años y viuda suya a los 32, edad a la cual le había entregado dos hijos varones y una hija tan bella como la luna, sabía también que era aquella mujer la artífice del magnífico matrimonio de Magda, sospechaba, aunque Magda no lo había dicho con aquellas palabras, que era una mujer acostumbrad a ver su voluntad hecha, que era incansable en la búsqueda del cumplimiento de sus objetivos, que asemejaba más en sus actitudes a los tiránicos lideres familiares que a la imagen de las ancianas de la noble cuna a las que él estaba acostumbrado y en eso estaban sus pensamientos cuando el mayordomo, que iba delante suyo y de Magda, abrió una puerta y dio paso a un elegante salón donde dominaba el color celeste a todo cuanto lo rodeaba, y en una de las paredes un tapis dominaba la pared, representaba una escena cruenta y dolorosa, una escena bien lograda, dio dos pasos, separando su brazo de Magda que lo miro en shock, nunca lo había hecho : el tapiz mostraba un lago, mostraba unos tritones y unas sirenas, aun había en aquellos rostros, formados por el hilo y la aguja, los gestos que debieron tener el primer día, aun parecían brillar los ojos de ellas y de ellos, un estaban los labios abiertos, y sobre ellos, alzando amenazador un dragón color rojo brillante, abriendo las fauces y echando fuego por ellas... y a él le parecía oír a aquellas pobres criaturas gritar, veía ante él una de ella fundirse en el fuego, veía el terror ....
 
-... y el rey, ahogado por los celos envió su dragón a matar a cuantos le habían retado, a cuantos él podía considerar rivales y el dragón , con su fuego inmortal los mato, un día ataco el lago e las sirenas, amadas por el príncipe Miskolv –hablo la duquesa mirándolo desde una silla mirándolo- y así mato a la dulce amada de Miscolv, ganando el rey el odio del príncipe heredero y provocando la guerra de las rosas que duraría treinta años y destruiría el mundo conocido – la sonrisa de aquella mujer era extraña, no era ni luchadora ni pacifica, tenía un poco de burla y otro poco de sofisticación, una sonrisa, sospecho él, que debía haberle costado años perfeccionar- ¿le gusta?
Notas finales:

ojala os haya gustado, :)


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