-Cariño... te tengo una sorpresa-
Mansión Hyuga.
Se puede ver en un enorme cuarto decorado de forma tradicional, una enorme chimenea encendida con un castaño de cabello largo leyendo al lado de esta.
-¿qué es amor?- contestó el mayor sin quitar la vista de las hojas.
-voltea y verás-
Neji separó la vista de su preciosa novela y se encontró con algo... mucho mejor. Estaba su novio Kiba recargado en el marco de la puerta del baño con una tanga que solo cubría lo escencial, y ni siquiera tan bien, era de hilo dental y en su mano derecha tenía un bote de crema batida mientras que en la izquierda un plato lleno de fresas.
-¿te interesa amor?- comentó pícaramente mientras mordía una fresa y escurría el jugo por la comisura de su boca.
Neji saltó del sillón y corrió hacia su novio para tomarlo de la cintura y besarlo apasionadamente, juntos llegaron a la cama y se dejaron caer con suavidad, el mayor bajaba por el cuello de Kiba mientras este hacía formas en su cuerpo con el jugo de las fresas. Neji llegó a la tanga de hilo dental, la tomó entre sus manos y justo cuando estaba a punto de quitarla... el teléfono sonó.
Engulló el miembro de su novio después de haber quitado la tanga, el teléfono no paraba de sonar.
-aah, amor.. aah no, ¿no vas a contestar? AH-
-no, que se esperen-
-pero aaah, amor, aaah no ha parado de sonaaaaar- gimió sin poder evitarlo.
-¿tu quieres que conteste?-
-... tal vez es una emergencia-
-ok... por ti lo haré- el castaño mayor se paró de la cama y cogió el teléfono. -quien quiera que sea es muy tarde para estar llamando a estas horas, mas vale que sea una emergencia-
-Neji, ¡es una emergencia!-
-¿qué pasa Naruto?-
-es Sasuke, tuvo un accidente o no se que, y estamos en el hospital, lo están operando, necesito apoyo y no tengo que número de Kiba-
-vamos para allá- colgó el teléfono.
-¿qué pasó?-
-era Naruto, Sasuke está en el hospital, necesitamos ir ya- cogió su abrigo y esperó a que Kiba se vistiera apropiadamente, no podía salir sin nada a la calle. Ambos subieron al auto del mayor y se dirigieron al hospital.
-hay que operarlo de inmediato- dijo un doctor mientras empujaban la camilla lejos de Naruto, el rubio se quedó estático en ese lugar por algunos minutos, estaba pensando en Sasuke, ¿qué había pasado?, ¿cómo había pasado?, ¿cuando había pasado?.
-buen primer día novato- dijo una voz detrás de el sacándolo de sus pensamientos, se volteó y se encontró con la sensualidad en persona. No había podido ver la cara del paramédico que iba en la ambulancia junto con el, pero ahora que lo veía, era hermoso para sus ojos.
-¿perdón?-
-ah, lo lamento, mi nombre es Yahiko, ¿tú eres?-
-Naruto- estrecharon manos, el rubio no podía quitar los ojos de esa hermosa cara, sin imperfecciones ni nada que se le asemejara. Era como un Dios griego.
-en fin, fue un buen inicio, ¿de qué escuela eres?-
-¿yo?, de la academia Konoha para mujeres y donceles- sonrió.
-... que extraño, pensé que ahí no daban medicina-
-ehh... no la dan de hecho, yo no estudio medicina ni nada por el estilo-
-entonces, ¡¿qué hacías conduciendo la ambulancia?!-
-¡no lo se!, tu fuiste el que me jaló al interior-
-... manejas muy bien- dijo el chico. -¿quieres ir a tomar algo?, estoy en mi descanso-
-si... claro-"de todas formas tengo que estar cerca en caso de que algo le pase a Sasuke antes de que lleguen Kiba y Neji". Ambos caminaron hacia la cafetería que había en ese lugar, pidieron dos cafés y se sentaron en una mesa pegada a una ventana.
-¿dónde aprendiste a conducir?-
-mi madre me enseñó, ella dice, las mujeres y donceles podemos hacer pocas cosas bien, conducir es una de ellas, así que me enseñó- tomó un sorbo de café.
Mikoto e Itachi Uchiha estaban sentados en la sala de espera de emergencias, la mujer estaba llena de sangre en las manos y ropa al igual que la cara salpicada, Itachi solo las manos y un poco su ropa. Ambos esperaban a que les dieran noticias sobre el menor. Llevaban ahí ya un tiempo cuando la puerta de emergencias se abre dejando ver a dos castaños preocupados.
-¡Neji!- habló Itachi alzando una mano para que los encontraran. La pareja caminó hacia ellos.
-Itachi- Kiba lo abrazó al igual que a la señora Mikoto. -¿qué fue lo que pasó?-
-papá, le disparó a Sasuke-
A las afueras de la imponente ciudad había una enorme mansión construída de ladrillos completamente, habían miles de metros de jardín a sus alrededores. Adentro de esta se encontraba un hombre sentado al frente de un elegante escritorio mientras checaba algunos papeles importantes, de pronto, tocan a la puerta.
-¿qué?- dijo sin elevar la vista. La puerta se abrió dejando ver a un chico peliplata.
-disculpe la intromisión mi señor, pero hay alguien que quiere verlo, dice que es urgente-
-¿quién es?-
-Fugaku Uchiha, está siendo atendido por nuestros paramédicos-
-que lo traigan cuando terminen... y trae a un niño Kabuto, tengo hambre-
Naruto y Yahiko tenían un tiempo hablando, pero desgraciadamente el tiempo del pelirrojo había terminado así que tenía que volver al trabajo. El rubio le dio su número de teléfono y se despidieron. Naruto volvió a la sala de espera donde ya estaban Kiba y Neji esperando a noticias de Sasuke.
-¡Kiba!- gritó y caminó hacia donde estaban. -que bueno que pudieron venir- abrazó a la pareja, se volteó y se encontró con los Uchiha observándolo extraño. -emm... mucho gusto, mi nombre es Naruto Uzumaki- extendió su mano. Los Uchiha la estrecharon.
-mi nombre es Itachi Uchiha, y ella es mi madre, Mikoto Uchiha- habló el más joven de ellos dos.
-¿tu fuiste el que trajo a mi hijo?-
-ehh... si, fue algo así-
Mikoto se levantó de su silla y abrazó Naruto agradeciéndole con toda el alma.
-gracias, muchas gracias- comenzó a llorar -si no fuera por ti ya estaría muerto, ¡te lo agradezco tanto!-
Apretó la camisa del rubio.
-¿para qué has venido?- hablaba un hombre con ojos amarillos, adelante de el había un hombre castaño de ojos negros .
-necesito venganza-
-se oye interesante- el hombre tomó el cuerpo de un chico de 11 años que estaba sobre su mesa y con un cuchillo abrió parte de su estómago. El niño soltó un pequeño aullido de dolor. Después de haberlo abierto con la mano se adentró en el niño y buscó algún órgano para después sacarlo y colocarlo en su plato. -¿de quién estamos hablando?- se chupó los dedos de la mano limpiando la sangre del pequeño que lloraba.
-de mi hijo Sasuke-
-hum... delicioso-
Con el cuchillo trozó el órgano que palpitaba y lo mordió.