-Fugaku Uchiha, ¿aceptas todas las implicaciones que conlleva este trato?-
En una enorme mansión a las afueras de la ciudad se encontraba un extraño círculo de gente, todos llevaban enormes túnicas negras con nubes rojas, todos estaban tomados de las manos y en el centro de este círculo se encontraba el patriarca de una de las familias más poderosas del país.
-acepto-
-entonces... que así sea- todos comenzaron a hablar en una lengua extraña, pronto se comenzó a mover un poco el piso logrando que se cuarteara un poco, y de esa pequeña abertura emergió un humo negro que entró por las fosas nasales del Fugaku...
-¡Sasuke!- gritaba Naruto mientras entraba con una enorme canasta de picnic en la mano a la habitación del hospital.
-¿por qué demonios gritas Naruto?- dijo el azabache mientras tocaba la sien izquierda en señal de molestia.
-lo lamento Sasuke, es solo que me encuentro feliz, ¡mañana te dan de alta!- saltó a la cama al lado de su nuevo amigo y pretendiente. Abrió la cesta y sacó un enorme plato de ramen para compartir.
-... dobe- Sasuke no quiso decir nada acerca de su aversión por esa comida.
-¿eh?- el rubio volteó y se encontró con un tono verdoso en la cara de Sasuke. -oh no... ¡¿no te gusta el ramen?!- se alejó de la cama tan rápido como cayó.
-es una de las cosas que menos me gustan en el mundo-
-¡¿qué?!- el rubio fingió desmayarse. -¡Es la cosa más deliciosa que probarás en el mundo!-
-de hecho no, esos son los tomates- a Sasuke se le iluminaron los ojos. -podría comerlos por el resto de mi vida-
-¡¿verduras?!, ¡que horror!- colocó el ramen detrás de el como si lo estuviera protegiendo de la peor de las amenazas del mundo.
-...- el azabache solo observó a Naruto, actuaba de una manera tan infantil... eso le encantaba en el otro, su inocencia no se había perdido, aún era un niño lleno de asombro.
-¿qué ves?-
-nada- el azabache estiró su mano izquierda invitando a Naruto a acostarse al lado de el. Este hizo caso y se recostó sobre el fuerte pecho de Sasuke mientras que este pasaba un brazo por su cintura abrazándolo.
-bueno Sasuke, estás de suerte... creo que traigo uno por emm... a ver, ah, ¡aqui está!- sacó su mano de la canasta y se encontró un un pequeño tomate cherry.
-¿para mi?- Sasuke estiró su mano y el pequeño vegetal cayó, estaba algo sucio y golpeado.
Naruto comenzó a devorar su ramen mientras que en la cabeza de Sasuke solo rondaba un pensamiento. "el será mi esposo".
Fugaku se sentía totalmente diferente, no tenía ninguna necesidad aparte del hambre, pero no por comida común, no, el deseaba algo más, el deseaba carne interna.
Llegó a un enorme prostíbulo con chicas, donceles y chicos de todas las edades dispuestos a satisfacer sus más bajos deseos... y uno de ellos, sería el desafortunado que lo haría.
-hola, disculpe... quiero al más joven que tenga- dijo Fugaku a la mujer que se encontraba detrás de un mueble parecido a un mostrador.
-tenemos a un niño aquí... ¡Konohamaru!- gritó, un chico que no pasaba de los 12 años llegó corriendo, llevaba puestas unas bermudas muy cortas y una playera sin mangas.
-¿qué pasa?-
-este hombre quiere contratarte-
-oh...-
-ven nene- pagó el dinero a la mujer que feliz lo tomó y lo comenzó a contar. Fugaku tomó al niño entre sus brazos, y mientras caminaban metía su mano por entre sus piernas. -nos vamos a divertir-