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Sangre del pasado por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Bueno como esta noche es nochevieja y seguramente mañana estaré durmiendo prácticamente todo el día, voy a subir el capítulo de hoy y del de mañana. Que paséis una feliz noche y feliz año nuevo.


Atte: Fullbuster

Minato Namikaze POV


Después de cada partido de mi hijo Naruto, siempre tenía esta extraña sensación de que le ocurría algo malo, venía serio, muy callado y no nos contaba nada a nadie ¿Cuándo había cambiado tanto mi hijo? Hace unos años era igual que yo cuando era joven, igual de sonriente y extrovertido, igual de enamoradizo y que tenía buenos amigos… sabía que ocurría algo malo porque yo también cambié cuando me traicionaron, cuando me abandonaron como a un perro y me tiraron a la calle, cuando me di cuenta de que sólo fui un juguete en manos de mi profesor, cuando sólo fui su amante.


Me arrepentía un poco de todo aquello, porque puede que al principio no supiera nada pero luego traté de alejarme de él en cuanto me enteré que estaba casado… pero no pude… volví a caer en sus manos y es que ya estaba enamorado de Fugaku Uchiha.


Kakashi había venido tras la visita a la casa de los vecinos con ganas de sexo y le sonreí mientras le dejaba tirarme en la cama y quitarme la camiseta. Me besó con pasión y yo le correspondí con dulzura dejándole que controlase, se le notaba muy excitado y cuando empezó a tocar mi torso, cerré los ojos dejándome llevar por las sensaciones que me producía su tacto. Sus dedos se entretenían en mis pezones mientras su boca iba a mi cuello. Gemí muy alto, demasiado para lo que yo solía hacer y entonces me di cuenta de algo importante… no estaba pensando en Kakashi, estaba pensando en Fugaku y me dio miedo abrir los ojos, los dejé cerrados y al menos por hoy… me dejé llevar por mi imaginación, me daba igual quién de los dos fuera, sólo quería disfrutar.


Me subí encima de un sorprendido Kakashi al que yo ahora veía como Fugaku y es que me excitaba el doble pensar en mi profesor, soñar en cómo lo dominaba. Le besé con fuerza y hasta él se sorprendió de mi brusquedad, de mi excitación pero se dejó hacer, no me dijo nada y se dedicó únicamente a explorar con sus manos todo mi cuerpo. Bajé un poco su pantalón y acaricié su miembro que ahora empezaba a crecer entre mis manos mientras le escuchaba gemir y es que yo tenía el control. Le escuché pronunciar mi nombre y prácticamente gemirlo entre jadeos cuando metí su miembro en mi boca y empecé a jugar con él casi con desesperación.


La imagen de Fugaku gimiendo era lo único que me venía a la cabeza, él disfrutando de todo lo que le hacía. Cogió mi cabello con algo de fuerza y empujó mi cabeza hasta abajo metiéndome todo su miembro en la boca mientras gritaba del placer, mientras tiraba una y otra vez de mi cabeza marcándome el ritmo pero a mí me encantaba como susurraba mi nombre y cómo disfrutaba.


Solté su miembro y subí encima de él besándole mientras él profundizaba el beso metiéndome la lengua y jugando con ella. Aproveché aquel momento para empezar a meter su miembro en mi entrada y me senté prácticamente encima con cuidado, metiéndola hasta el fondo sin detenerme y luego empezando a moverme con suavidad hasta que me acostumbré. Cabalgué sobre él moviendo mi cintura, subiendo y bajando, hundiéndome cada vez más en su miembro mientras él gritaba y me decía cuanto le gustaba y yo… yo no podía evitar gemir, me encantaba, pero cuando acabé y abrí los ojos… no era Fugaku quien estaba allí, no era mi profesor, era Kakashi, mi novio, el padre de mis hijos, el chico con el que había compartido dieciséis años de mi vida y me sentí culpable, culpable por haber fantaseado con mi profesor en lugar de haberle visto a él, pero él no se dio cuenta, lo único que dijo es que había disfrutado como nunca, que se notaba lo excitado que estaba… y sé que estaba excitado porque Fugaku producía ese sentimiento en mí con solo verlo, me encendía con una mirada y yo… yo había fallado a Kakashi.


Le vi levantarse y empezar a arreglarse mientras yo me había quedado desnudo envuelto entre las sábanas y cuando me vio mirarle extrañado me comentó que tenía una reunión importante, seguramente no podría dormir aquí, tenía turno en el hospital y le vi cambiarse mientras yo seguía desnudo en la cama. Kakashi volvió a mirarme y sé que le resultaba duro tener que dejarme así tal cual me trajo Dios al mundo para irse a trabajar, él querría quedarse toda la noche teniendo sexo conmigo pero no podía ser. Le sonreí y le animé un poco para que no se aburriera mucho y cuando se fue, volví a tumbarme del todo tapándome con la sábana y acurrucándome pensando en mi pasado, porque aunque no quisiera admitirlo… no podía dejar de soñar y pensar con Fugaku Uchiha.


 


Flashback


¿Qué había hecho? ¿Había besado a mi profesor? ¿Me había acostado con mi profesor encima de su mesa de despacho? ¿Cómo había llegado a esta situación? Sabía que desde hacía un tiempo me sentía atraído por él pero no esperé que llegase tan lejos, no creí que mi profesor pudiera fijarse en un insignificante chico como yo. Hoy había prometido a mi profesor que le ayudaría con uno de los casos y aunque mis amigos me habían dicho de ir al cine con ellos y luego tomarnos unas copas en un bar como solíamos hacer todos los jueves, yo les había dedicado una gran sonrisa y les comenté que tenía trabajo con mi profesor… no esperé que mi trabajo fuera a ser algo relacionado con el sexo.


Lo peor de todo no era haberme vuelto tan loco como para acostarme con él, sino que encima me había gustado, podría repetirlo una y otra vez y es que me encantaba su seguridad, su inteligencia, era el profesor al que más admiraba y supe tras esta noche, que acabaría aún más enamorado de lo que ya lo estaba de él. No podía evitar pensar en él y una estúpida sonrisa se ponía en mis labios. Me toqué los labios…esos que hace unos segundos estaban completamente dominados por los del Uchiha.


Cuando salía me crucé con uno de mis compañeros que volvía de tomarse unas copas con los demás, supuse que iría hacia la habitación de nuestra residencia y al verme se detuvo unos segundos mientras yo trataba de ocultar mi sonrojo, trataba de ocultar como pude lo que había ocurrido en ese despacho, porque aún llevaba hasta el cabello revuelto y la corbata aflojada.


Minato – se reía mi compañero - ¿No estabas trabajando hoy con ese profesor tan sexy que tenéis los de Derecho? – me preguntó y me sonrojé aún más.


Sí, acabo de terminar – le dije sonriendo.


Qué suerte tienes, todos matarían por poder trabajar y ganar algo mientras se sacan la carrera – me comentó – y más si te da trabajo el profesor más importante de la facultad, eso será muy bueno para tu curriculum – me comentó.


La verdad es que si, eso espero, quiero llegar a ser tan buen abogado como lo es mi profesor.


Lo serás, eres el mejor de la clase


Acompañé a mi amigo hacia su habitación y me estuvo hablando de lo bien que se lo habían pasado, yo no había faltado a ni una cita con ellos cuando salían de fiesta, me encantaba, era muy festero y siempre me apuntaba a un bombardeo con ellos, pero hoy no había podido escaparme por lo del trabajo urgente con mi profesor… un trabajo que acabó con sexo y cada vez que me acordaba, me sonrojaba.


Contamos contigo para la próxima salida en grupo – me dijo sonriendo.


Claro – le comenté porque no creí que lo de mi profesor fuera a repetirse.


Aquella noche no dormí muy bien pensando en cómo iba a poder mirar mañana a la cara a mi profesor sabiendo lo que habíamos hecho. Por suerte… cuando entré en clase él no hizo mucha mención y se comportó como siempre. La mayoría de alumnos empezaban a tenerme envidia porque podía trabajar en su despacho y acceder a más casos, por lo que me estaba preparando mejor que a otros para ser abogado, pero alguna recompensa debía tener por ser el mejor de la clase.


Dos meses estuve rechazando las invitaciones de mis amigos para salir por ahí, dos meses estuve todas las noches en la oficina de mi profesor… ambos follando como gatos en celo y yo cada vez me enamoraba más de él, creí que sólo había sido algo ocasional… pero no… seguimos acostándonos y a Fugaku le encantaba mi vitalidad, mi juventud, mi sonrisa, mi jovialidad y a mí de él me encantaba su inteligencia, su experiencia, adoraba lo bueno que era con todo el mundo, admiraba como trabajaba, admiraba como ganaba los casos, era el mejor y yo quería ser igual de bueno que él. Me enamoré de él y creí que él también lo estaba haciendo cuando me enteré un día en clase de que estaba casado… ¡Casado!


Me hundí en la miseria, no esperé que él estuviera follándome teniendo una esposa en su casa ¿Por qué me había metido en medio de su matrimonio? Eso no me lo podía perdonar, era un desastre, yo era una mala persona, me sentí culpable y sucio… me había engañado, yo no era más que su amante, nunca podría estar conmigo excepto para el sexo, jamás podría casarse y para mí… el matrimonio perdió importancia, ya me daba igual, si no podía casarme con Fugaku Uchiha… el amor de mi vida, no podría casarme con nadie, el matrimonio no se hizo para mí.


Tras enterarme de aquello Fugaku entró en clase y dio el temario como normalmente hacía pero yo no estaba concentrado, me preguntó un par de veces y no pude contestar a sus preguntas, me había quedado en shock por la noticia que minutos antes había recibido de otros alumnos. Creo que Fugaku sabía que me ocurría algo cuando a la tercera pregunta seguía sin contestar, yo era el mejor de la clase, siempre me sabía la lección a la perfección y de hecho… sabía la respuesta a sus preguntas, pero no podía articular palabra por cómo me había dejado la noticia, me había impactado demasiado. Salí corriendo de clase, me levanté sin previo aviso ante el asombro de todos y corrí abriendo la puerta y marchándome. Algunos alumnos se reían, creían que me había puesto así porque al ser el mejor no me sabía las respuestas y eso me afectaba, pero estaban muy lejos de la verdad, era el matrimonio de mi profesor lo que me dolía.


Cuando quise darme cuenta, estaba atravesando el patio hacia uno de los claustros del fondo donde nunca había nadie y acabé arrodillado en el césped llorando como nunca lo había hecho. Escuché unos pasos tras de mí y luego reconocí la voz de Fugaku tratando de encontrar una razón a mi huída de clase, tratando de encontrar una solución a qué me ocurría.


¿Sólo soy tu amante? – le pregunté directamente llorando en el suelo


¿Qué? – me preguntó sorprendido.


Llevamos dos meses follando y sólo hay eso entre nosotros ¿verdad? Tienes una mujer que te espera todas las noches en tu casa, tienes un hijo de un año de edad ¿Qué narices haces conmigo si tienes una familia? – le pregunté enfadado.


Mi mujer hace un año que no tiene sexo conmigo, ni siquiera duerme en mi habitación ni en mi cama – me explicó – quiero divorciarme porque ni siquiera se ocupa de su hijo – me explicó y me giré a mirarle dudando de sus palabras. Él se arrodilló frente a mí y me cogió los hombros con sus manos. – Minato… te amo, yo sé que no eres como mi mujer, tú tienes todo lo que yo siempre he querido para formar una familia, tú jamás abandonarías a tus hijos como lo hace mi mujer, no aguanto más a su lado y no veo el día en que pueda separarme de ella y estar contigo para siempre – me dijo y creí en sus palabras, sonaba muy sincero.


¿De verdad me amas? – le pregunté.


Sí Minato, eres la persona perfecta, eres inteligente, con un brillante futuro, sé que tú y yo podemos formar una gran familia, quiero estar contigo.


Fugaku… tengo algo que confesarte – le dije de golpe y él se sorprendió – yo no soy un chico normal… yo soy un doncel – le dije – jamás se lo había contado a nadie y te lo cuento porque confío en ti.


Está bien Minato… - me dijo presionando mi rostro contra su pecho intentando calmar mis lágrimas – te quiero mucho Minato y eso no cambiará seas lo que seas. Siento mucho no habértelo contado antes y sé que está mal lo que estoy haciendo, pero no pude evitar enamorarme de ti. No quiero a mi mujer, ella tampoco me quiere a mí, nunca está en casa, créeme cuando te digo que me encantaría divorciarme de ella y pasar el resto de mi vida contigo. Quiero tener hijos contigo, formar una familia, tener la posibilidad de ser feliz.


Te quiero – le dije a Fugaku – esto es una maldita locura… pero es que no puedo olvidarme de ti, no puedo odiarte, te amo demasiado.


Dios… como me habría gustado haberme conocido antes de casarme con Mikoto, como me habría gustado haberme casado contigo y que Itachi fuera tuyo en vez de ella… - me dijo – eres sorprendente, irradias seguridad y la gente te aprecia, todos quieren estar contigo, eres un imán de felicidad Minato, siempre sonríes y me encanta, siempre ayudas a todo el mundo, eres… lo mejor que me ha pasado nunca.


No pude evitar besarle, era cierto que desde niño yo siempre había ayudado a todos, incluso a Kushina cuando se metían con ella por su inusual color rojizo de cabello, yo siempre la defendía, siempre estaba del lado del que tenía problemas, siempre les regalaba a todos una sonrisa y Fugaku… él se había enamorado de mi personalidad dulce y protectora tanto como yo me había enamorado de su personalidad fuerte y dominante, de su carácter familiar y es que los dos nos parecíamos.


Aquel día lo recordaré siempre… porque hicimos el amor en el mismo claustro de nuevo, la primera vez tras enterarme de que era un hombre casado y aunque estaba mal… no podía evitar quererle. Le amaba.


A los pocos días de aquello, mi padre vino de la ciudad para comprobar que todo estaba bien y para él… todo dependía de que mis notas fueran perfectas, de que no dejase en ridículo el apellido Namikaze y de que hiciera todo lo que él quería, mi familia era realmente importante y yo había muchas veces que no sabía cómo enfrentar a mi padre y decirle que quería seguir mi propio camino y no uno que ellos ya habían determinado.


Cuando Fugaku destrozo mi alma eligiendo a Mikoto… me pasé noches enteras en un club… dejé que extraños me follasen con tal de poder olvidar a Fugaku. En ese club conocí un día a Kakashi, él era diferente a los demás chicos que yo había conocido, él no quería tener sexo conmigo, me había visto desde hacía días y sabía que me iba con cualquiera, así que se acercó a mí hablándome y comentándome que un chico tan guapo como yo debería valorarse un poco más en vez de irse con el primero que pasaba y creo que empecé a entrar en razón. Desde Fugaku nadie había visto mi potencial, sólo Kakashi vio que valía la pena de verdad y me sacó de ese agujero en el que me encontraba. Supongo que pasé de acostarme con muchos a acostarme sólo con él y cuando me di cuenta… estábamos saliendo.


Cuando me quedé embarazado… mi padre me tiró a la calle tratándome como una deshonra y creo que fue lo mejor que pudo hacer, porque al menos mis hijos crecerían lejos de tener que obedecer sus normas, serían libres y no estarían tan controlados como yo lo estuve por años. Kakashi al menos no me abandonó, era un hombre de pies a cabezas y se hizo cargo de todo, yo creí que después de quedarme embarazado no querría responsabilidades y se marcharía, pero no, él quería lo mismo que yo… ser una familia y así acabamos en Seattle formando nuestra familia. Kakashi fue lo mejor que me pasó desde Fugaku pero yo seguía sin poder quitarme de la cabeza a ese Uchiha.


Fin Flashback


 


Lloré en mi cama acurrucado ¿Por qué no podía olvidar mis grandes momentos con Fugaku? ¿Por qué no podía olvidarle teniendo a un hombre tan bueno como Kakashi a mi lado? No lo entendía, yo sólo quería que Fugaku se quedase muy atrás en mi pasado, ¿Por qué tuvo que mudarse a Seattle? ¿Por qué diablos tenía que ser mi vecino? Ahora estaba confuso, amaba a Kakashi y lo sabía, pero también amaba con todo mi ser a Fugaku Uchiha y no quería que nadie se diera cuenta de mi pasado con él, con un hombre que estaba casado y con el que yo me acostaba como una fiel zorra todas las noches, porque para él sólo fui eso… su juguete, alguien con quien disfrutar porque me mintió… no es que jamás llegase su divorcio… es que seguía casado con ella y con otro niño, me engañó, me utilizó y me abandonó… ingenuo de mí le creí y salí demasiado dolorido de aquello, no dejaría nunca más que ese hombre me engañase, no dejaría que volviera a hacerme daño, mi alegría de juventud que tanto le gustaba a él… había desaparecido, ahora sólo quedaba este Minato destrozado que quería cuidar de su familia, nada más, porque lo único que persistía en mi persona… era la necesidad de defender y proteger a mis seres queridos.


Aquella mañana tuve que levantarme más cansado de lo habitual, no había descansado bien pero no me quedaba más remedio, el caso lo teníamos hoy… al menos la primera vista, así que me vestí y fui al tribunal. Preparé minutos antes algunos detalles de última hora con mi cliente Kushina pero cuando entramos… Fugaku no me dio cuartel, me destrozó toda la defensa y recordé muy bien entonces cómo trabajaba él y no estaba dispuesto a perder contra él. Me miró un par de veces y no sé si le sentaba mal lo que hacía o no… pero yo no estaba dispuesto a dejarlo así. Cuando salimos, me cogió del brazo y me llevó hasta el baño empujándome contra una pared.


- Deja el caso – me pidió – no quiero destrozarte más.


- No voy a dejarlo – le dije – es mi amiga y tu hermano se aprovechó de ella aunque no sé de qué me sorprendo… tú hiciste lo mismo conmigo… me utilizaste y me abandonaste.


- Siento aquello Minato, pero deja este caso.


- Jamás, tu hermano tuvo una relación con kushina y no porque ahora vaya a tener un hijo podéis dejarla de patitas en la calle para tapar la cagada que hizo, así que voy a ir contra ti y toda tu familia si es necesario, pero merece esa indemnización, no podéis tirarla a la calle sin más y menos estando embarazada.


Sentí sus labios presionando los míos y casi me desmayé, eran tan suaves, sensuales y dominantes como siempre, me encantaban pero no podía permitirme caer de nuevo en sus juegos, sabía lo que me esperaba a su lado… sufrimiento, abandono, él no me quería, sólo me utilizaba y yo tenía ya a alguien en mi vida. Le pegué un puñetazo y empezó a sangrar un poco por el labio. Intenté no llorar aunque cayó alguna lágrima sin mi permiso.


- No vuelvas a hacerlo, ya tengo a alguien en mi vida, mi corazón le pertenece a otra persona y tú no eres nada en mi vida. No vuelvas a besarme jamás, vete a casa con tu mujer y tus hijos y olvídate de que alguna vez nos conocimos – le amenacé y salí de allí rápido cogiendo a Kushina y marchándonos.


 


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