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Sangre del pasado por Fullbuster

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Fugaku Uchiha POV


Como todos los meses, reservaba siempre un fin de semana para irme de excursión con mi hijo pequeño, me encantaba pasar tiempo en familia. Con mi hijo mayor todo era más fácil, no me hacía falta llevarlo de excursiones, ni de camping ni reservar un fin de semana, porque prácticamente todos los días venía a correr conmigo por el barrio y hablábamos sobre todo un poco. Es al único que realmente le conté mi desliz cuando me acosté con mi estudiante, no le había dicho exactamente quién era, pero estoy seguro de que empezaba a intuir algo sobre Minato y es que desde que descubrimos que era mi vecino… teníamos una tensa relación y eso Itachi lo notaba enseguida, era muy inteligente y se fijaba en todo.


Una de las cosas buenas que tuve con Itachi fue que su madre se desentendiera de él, porque hizo que tuviera que acercarme aún más a mi hijo para intentar suplir esa ausencia de cariño materno y él realmente no tenía gran relación con su madre, era un chico increíble, no podía creerme lo bien que había salido teniendo una madre como tenía, pero él nunca se quejó, cuidó de su hermano pequeño cuando nació y se cargó de responsabilidades, era mi mayor orgullo y Sasuke… Sasuke era mi ojito derecho, el niño de mis ojos, tampoco había tenido el cariño de su madre pero al menos siempre tuvo el apoyo tanto mío como de su hermano, sobre todo el de Itachi y eso los convertía en inseparables.


Montamos la tienda de campaña y mientras lo hacíamos, veía a Sasuke bastante sumido en su mundo y sinceramente… yo también estaba un poco metido en mis pensamientos y es que me había afectado encontrarme a Minato ayer en el parque y más aún, cuando me besó disculpándose por haberse metido en medio de mi matrimonio. Fui yo quien le metí en medio, quien le mintió todo el tiempo, él no tenía por qué disculparse, yo me enamoré de él, yo le abandoné… todo fue mi culpa pero me había paralizado y dolido verle como estaba, llorando diciendo que era culpa suya ¿Por qué pensaba eso? ¿Cómo había llegado a esa conclusión cuando fui yo quien le traicioné a él? Me hacía sentirme aún más culpable al verle tan dolido por lo ocurrido, se me rompía el corazón al verle sentirse tan culpable.


- ¿Esta va aquí, verdad papá? – me preguntó mi hijo por una de las varillas de la tienda sacándome de mis pensamientos.


- Sí – le dije – fíjala bien, no se nos vaya a caer encima mientras dormimos – le sonreí y él también sonrió.


Sasuke siguió montando la tienda y yo seguí en mis pensamientos, porque aquel beso a Minato había vuelto a trastocar todo en mí. Durante todos estos años Minato siempre fue mi más bello recuerdo y el más doloroso, porque perderle fue algo que jamás pude perdonarme, la forma en que le abandoné siempre me dolió, no fue justo para él pero… ¿Qué podía hacer? ¿Abandonar a mi mujer embarazada? ¿Abandonar a mi hijo? No podía hacer eso, sacrifiqué mi felicidad y la de Minato por la felicidad de Sasuke y no podía arrepentirme de eso, veía a mi hijo ahora montando la tienda y sabía que había hecho lo correcto y al final… sólo yo sufría, porque hasta Minato encontró a alguien mejor que yo, alguien con quien sí pudo ser feliz.


Me alegraba por él aunque también me entristecía, saber que ya no era mío, que no volvería a serlo, que lo había perdido definitivamente… no soportaba ese dolor. Sentía que había perdido mi única posibilidad de ser feliz, porque sólo con Minato llegué a ser feliz, aquel tiempo que duró lo nuestro fue el mejor que tuve y ya no había vuelta atrás. Recordaba sus besos y más aún este último, el de ayer, medio amargo por su culpabilidad y medio dulce tal y como él era, su beso lo llevaría siempre conmigo y más sabiendo que había sido él quien se había lanzado tras mis palabras.


No entendía como la vida ponía frente a mis ojos a mi gran amor, me hacía disfrutar de él y luego me jugaba esas malas pasadas para arrebatármelo todo, había probado la miel y ahora ya no tenía nada excepto a un hijo maravilloso al que por criarlo dejé escapar al amor de mi vida, un niño que no había conocido el amor de una madre de verdad. Los hijos de Minato parecían tan felices y eso es lo que habrían tenido mis hijos si hubiera estado con él, si hubiera tenido mis hijos con él y no con Mikoto… pero no podía echar la culpa de nada ni tener remordimientos, porque tanto Itachi como Sasuke eran dos hijos estupendos, no me arrepentía de haberlos tenido y criado, eran mi orgullo, mi razón de vivir, lo eran todo para mí. Su madre no sabía lo que se había perdido al no conocerlos, al no estar con ellos y aunque me partió el alma cuando Itachi llegó a decirme que a veces que él no tenía madre, reconocía que tenía razón, Mikoto en esta familia era prácticamente como si hubiera muerto, no contábamos con ella para nada, hacía lo que quería y ni siquiera veía a sus hijos.


¿Qué habría pasado si no me hubiera quedado junto a mi mujer? Aquella pregunta me la había hecho un millón de veces cuando me tocó decidir si quedarme con Minato o no… seguramente, habría abortado y Sasuke no habría nacido o puede… que incluso lo hubiera tenido, pero seguiría haciendo lo mismo que cuando nació Itachi, pasaría de su hijo, los servicios sociales habrían acabado quitándole la custodia y yo no podía permitir que un hijo mío no tuviera una vida como se merecía por culpa de las malas decisiones de su madre, él no tenía la culpa de nuestros errores, no tenía la culpa de absolutamente nada, así que mi gran amor se tuvo que esfumar y me dolió demasiado, ver a Minato destrozado como lo dejé me hundió, pero no tenía más remedio. Un padre por sus hijos hace cualquier cosa y yo lo hice.


Aquel fin de semana con mi hijo fue increíble, como siempre, pero yo no podía dejar de pensar en Minato, en su beso y Sasuke también estaba bastante disperso, hasta me pidió regresar un poco antes, creo que tenía cosas que hacer o echaba de menos a su hermano… no estaba seguro, pero regresamos algo antes de lo previsto.


Me había sentado en el sofá un rato a descansar encendiendo la televisión cuando apareció en las noticias Minato, un periodista le había hecho una entrevista por haber sido seleccionado como uno de los mejores abogados de oficio y al verle allí sonreí, debía estar grabado el programa de hace ya algún tiempo, pero verle me alegró, estaba igual de guapo que siempre, no podía dejar de pensar en él y entonces caí en lo que me dijo, caí en cómo se echaba la culpa de lo que ocurrió conmigo y creo que sé de qué iba todo eso. Me cabreé un poco y salí por la puerta cogiendo las llaves del coche mientras les decía a mis hijos que volvería en un rato.


Conduje hacia el campo de golf porque seguro que mi mujer estaba allí con sus amigas pasando un buen rato y cuando entré por el club, me di cuenta de que estaban todas en una mesa del fondo riendo y seguramente… ella estaría hablando de algo de mí, pero ya estaba acostumbrado a sus desplantes, me daba igual pero tenía una cosa muy clara… esta situación iba a cambiar a las buenas o a las malas, porque nuestros hijos no tenían la culpa de nada, así que necesitaban una madre que estuviera con ellos y ella desde luego no estaba por la labor. Me acordaba de Minato cuando vio volver a su hijo Deidara a casa, como le abrazaba y lo besaba, como no deseaba soltarle y es que había estado preocupado… pero Mikoto jamás haría eso, pasaba de todo y odiaba esa actitud ¿Cómo no podía preocuparse de sus hijos?


Sus amigas fueron acallando sus risas una a una a medida que iban viéndome acercarme y cuando llegué hasta ella, creo que ya se había dado cuenta de que estaba allí. Le pedí  hablar a solas porque no quería a esas cacatúas cotorreando todo lo que tuviera que decirle a mi esposa. Mikoto aceptó y fuimos a un lugar apartado de miradas.


- ¿Cuándo piensas volver por casa? – le pregunté enfadado.


- Cuando me de la gana – me dijo.


- Pues en ese caso… cuando vuelvas recoge tus cosas y marchate – le dije muy serio.


- ¿Qué? – me preguntó - ¿Me estás echando? No puedes hacer eso, estas casado conmigo.


- Tienes dos opciones – le amenacé – o regresas y te conviertes en la madre de esos chicos o no te molestes en volver, no necesitamos ninguno cargar contigo y por cierto… voy a anular tus tarjetas de crédito, no volverás a ver más mi dinero.


- ¿Qué narices te pasa a ti hoy?


- ¿Qué me pasa? – pregunté – ¿Te follas a mi hermano y aún te atreves a preguntarme qué me pasa? Dile a Madara que te pague él todos tus caprichos, yo estoy cansado de sostener una unidad familiar que no existe, lo único que tenías que hacer era cuidar y estar pendiente de tus hijos, a mí me daba igual si querías follarte a toda la comunidad, pero tus hijos no tienen la culpa de que este matrimonio no funcione – le dije.


- Claro que ellos  no la tienen – me dijo enfadada – la culpa fue tuya, te follabas a tu alumno.


- ¿Lo sabías?


- Claro que lo sabía, aquel crío rubito ¿No te daba vergüenza?


- Lo que me daba vergüenza es que eches la culpa de esto a Minato cuando fuiste tú quien estuvo de viaje durante un par de meses con tu amante mientras yo me quedaba trabajando y cuidando de Itachi – le recordé.


-  No intentes echarme a mí la culpa – me dijo – yo estaba de viaje de negocios y mientras tú metías en nuestra cama a ese chico.


- No estabas de viaje de negocios y todos lo sabíamos – le dije - ¿Qué le dijiste a Minato? – le pregunté y ella sonrió


- Le dije la verdad, si tienes dudas ve y pregúntale a ese chico si consigues encontrarle… porque desapareció hace dieciséis años.


- Pues lamento comunicarte que ya lo he encontrado y voy a preguntarle.


Mikoto se quedó con mala cara y gritándome que ni se me ocurriera volver a hablar con ese chico, gritando que era culpa de Minato que nuestro matrimonio estuviera destrozado, pero yo sabía que no era cierto, yo fui quien me encargué de cuidar a Itachi con un añito mientras su madre se iba “de viaje de negocios” con su amante a pasarlo en grande. Cometí un error en mi vida y fue meter a Minato en medio de esto, pero de él me enamoré, de su dulzura, de su vitalidad, de sus sonrisas, él si era todo lo que mi familia hubiera necesitado, él habría estado siempre apoyando a mis hijos, con él debería haberme casado, debería haberme divorciado cuando pude… pero Mikoto llevaba a Sasuke en su vientre y no podía abandonarle, no a Sasuke.


Salí del club y fui directamente a la casa de Minato obligándole a salir fuera con la excusa de que tenía que hablar a solas con él de un asunto importante, él supuso que sería del trabajo y se le notaba muy tenso, supongo que por el beso del otro día, porque me había besado aún teniendo esa familia tan maravillosa que tenía. Nos apartamos y caminamos hacia una de las cafeterías de la zona para poder hablar con tranquilidad y una vez allí, le pregunté por mi esposa y se tensó más.


- No quiero hablar de eso – me dijo agachando la mirada.


- Minato – le llamé levantándole el rostro para que me mirase – necesito saber qué ocurrió – él lo pensó durante unos segundos y luego habló.


- Tu mujer volvió de viaje antes de lo esperado y nos vio en tu oficina o eso es lo que me dijo. Coincidí con ella cuando salía de tu oficina y me abofeteó, algo comprensible, me echó en cara que había destrozado vuestro matrimonio y que estaba embarazada. Supongo que tenía razón, me metí en medio de lo vuestro.


- No había un “lo nuestro”, ella abandonó a Itachi y luego volvió a hacer lo mismo con Sasuke, nuestro matrimonio estaba destrozado mucho antes de que tú estuvieras conmigo Minato. Yo… yo lamento haberte abandonado como lo hice, pero necesito que lo entiendas, era por Sasuke, no podía dejar que se fuera con su madre, habría sido capaz de abortar, sólo quiere mi dinero y yo no podía abandonar a mi hijo.


- Lo sé y lo entiendo, pero tú no tienes ni idea de lo que yo pasé – me dijo Minato – hiciste lo correcto con esos chicos, puedes estar tranquilo no te culpo por ello, pero ya no hay vuelta atrás Fugaku, lo hecho… hecho está y hay que vivir con nuestras decisiones. Tienes a dos hijos maravillosos y sé que serás feliz con ellos.


- Yo quiero ser feliz a tu lado, quiero pedirle el divorcio a mi mujer, quiero estar contigo – le dije.


- No digas locuras – me dijo Minato – yo tengo mi familia y no voy a dejarla porque tú te des cuenta de un error de hace dieciséis años, ya no puedes arreglarlo, no puedes venir a destrozarme de nuevo la vida, déjame en paz Fugaku, olvida lo que pasó entre nosotros de una vez.


- Yo todavía te amo, Minato.


- Sí pero yo amo a Kakashi – me dijo muy claro – lo siento Fugaku, pero nuestra historia no puede avanzar más, yo entendí tu decisión de quedarte con tu mujer hace dieciséis años… ahora entiende tú mi decisión de quedarme al lado del chico al que amo – me confesó – tengo mi familia, por favor… déjanos vivir tranquilos, vernos y recordar todo lo que ocurrió nos hace daño a los dos.


- Minato – le dije antes de que se marchase… porque ya se había levantado de la silla – lo entiendo, sé que te perdí, pero aún así quiero que sepas, que tú fuiste y serás el amor de mi vida, voy a divorciarme de Mikoto y voy a quedarme la custodia de mis hijos, además… lamento lo que pudo decirte o hacerte mi mujer, pero por favor… no te sientas culpable, fue mi culpa.


- Fue culpa de los dos – me dijo sonriendo – pasa un buen día… Fugaku – me dijo marchándose.


 


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