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Sangre del pasado por Fullbuster

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Itachi Uchiha POV


Iba a destrozar a Hidan, en estos momentos lo odiaba mucho y no podía creerme hasta donde había sido capaz de llegar con tal de tener a Deidara, no entendía qué narices le pasaba por la cabeza, era obsesión lo que tenía por ese chico, no podía ser amor… era imposible que tras hacerle eso pudiera decir que le quería porque no era cierto, era una maldita obsesión por conseguir lo que él quería, nada más.


Imaginé que Minato le sacaría de su casa sin contemplaciones, le daría igual que le hubiera acogido, si no respetaba sus normas no había más a lo que darle vueltas. Minato le había dado la oportunidad de cambiar, le dio una familia a un chico problemático y así se lo había pagado, desde luego tenía claro que Hidan iba a tener que empezar a buscarse la vida él solo, porque Minato no volvería a poner en peligro a sus hijos por tratar de ayudarle, no tras lo que le había hecho a Deidara.


Mi padre había salido tan rápido a llevar a Minato y a Deidara al hospital que ni siquiera nos preguntó si queríamos acompañarle o quizá es que pensó que era mejor que no viéramos este panorama, pero tenía que tener en cuenta que Naruto era su hermano y no podría estar tranquilo hasta tener noticias de que su hermano estaba bien y yo… yo me moría por saber cómo estaba. Nunca había visto a mi padre tan preocupado, desde que Minato tocó a la puerta pidiéndole ayuda porque su novio se había llevado el coche a trabajar y necesitaba que alguien le dejase un coche, mi padre no había hecho otra cosa que preocuparse por él y es que sabía lo que sentía por ese chico rubio, el amor de su vida que se esfumaba.


Sabía que le ayudaría a Minato en lo que fuera y más si era algo de su hijo, mi padre lo daría todo por Minato y ni siquiera preguntó motivos, en cuanto había necesitado ayuda él había dicho que sí, por Minato mi padre hacía cualquier cosa, sólo quería verle bien y por eso decidió quedarse en el hospital a hacerle compañía.


Yo me había puesto como loco al ver a Deidara lleno de sangre inconsciente en los brazos de su padre mientras lo metían en el coche y no pude evitar tirarme contra Hidan, ese maldito desgraciado y lo habría destrozado allí mismo si Sasuke no llega a pararme, pero es que era un malnacido… ¿cómo podía hacerle algo así a un chico de apenas dieciséis años? ¿Tan enfermo estaba? ¿Tan obsesionado con tenerle? Deidara sólo necesitaba un poco de cariño para ser él mismo, necesitaba que confiasen en él, sólo quería poder ser el mismo y que no le juzgasen, que no le presionaran y dejándole ser así todos podían darse cuenta de lo que podía ofrecer, porque era un chico sorprendente pero Hidan le cortaba las alas, le obligaba a ser como él quería y no le dejaba ser él mismo, no entendía que no podía coaccionar así a las personas, hay que dejarlas ser ellos mismos.


Llevé a Naruto y a Sasuke al hospital para que pudieran quedarse algo más tranquilos viendo a Deidara y comprobando que estaría bien y aunque me excusaba en ellos, la verdad es que yo también quería saber de él, lo necesitaba con urgencia, no podía quitarme de la cabeza esa imagen de Deidara ensangrentado, maldito Hidan… yo debí haber dicho algo, debía hacer algo pero no puedo estar en su casa veinticuatro horas.


No nos dejaron quedarnos mucho tiempo con Deidara, pero me calmé un poco al verle ya durmiendo en el hospital aunque seguía sedado. Al menos verle ya limpio de sangre me tranquilizó, pero Kakashi nos había comentado las heridas que tenía en su espalda y que era mejor mantenerlo sedado un tiempo hasta que se recuperase, más que nada por el dolor que podía tener. Cuando volvimos a casa, ya en el coche le comenté a Naruto que se quedase en nuestra casa hoy, porque yo no me fiaba estando Hidan solo en casa de que Naruto durmiera allí, bastante teníamos ya con lo ocurrido a Deidara, así que aceptó.


Sasuke y él se quedaron hablando un rato fuera y yo me dirigí a mi habitación. No dormí mucho, apenas unas horas y a intervalos, porque no conseguí dormir de un tirón, estaba demasiado preocupado. A la mañana siguiente mientras Sasuke y Naruto aún dormían, preparé el desayuno para no perder tiempo, quería que se levantasen, desayunasen rápido y poder ir al hospital cuanto antes a ver a Deidara.


Ya estaba terminando de preparar los desayunos cuando ambos se levantaron. Desayunamos prácticamente en silencio y se notaba la gran preocupación que todos teníamos, pero en cuanto acabamos, nos vestimos y nos fuimos hacia el hospital. Sasuke y Naruto subieron para ver a Deidara, pero no les dejaron pasar comentándoles que le estaban curando y debían esperar un poco, yo me quedé un rato con mi padre y le subí un café, él había pasado toda la noche allí con Minato.


- ¿Cómo está? – pregunté por Minato a mi padre.


- ¿Cómo crees? – Me preguntó él a mí – es su hijo el que está en esa camilla, está muy preocupado.


- Lo imagino, pero ya le están atendiendo – le aclaré.


- Sí, pero se siente un poco culpable por haber metido a Hidan en casa y no haberse dado cuenta de lo que ocurría.


- No es su culpa, a Hidan se le dio una oportunidad de sacarle de esa mala vida que llevaba y la ha desaprovechado, Minato trató de ayudar a un chico con problemas, es culpa de Hidan por no aprovechar la oportunidad que se le dio.


- Lo sé, pero no sé si podré convencer de eso a Minato, es demasiado duro consigo mismo.


- Lo sé, es igual que sus hijos – le sonreí.


- Sí, es exactamente igual que ellos.


Miré hacia Minato y entonces recordé algo… quizá sólo era mi imaginación pero yo había visto a ese chico antes, creo… que él era quien me cuidaba cuando era pequeño, cuando mi madre no estaba, cuando mi padre tenía que trabajar en la universidad o en su despacho… era él quien venía a cuidarme y no sé cómo podía recordar esto porque yo era muy pequeño… pero su olor, su amabilidad, su rostro, todo él me parecía conocerlo.


- ¿Era él, verdad? – le pregunté – aquel chico del que siempre me hablabas, aquel del que te enamoraste – mi padre me miró extrañado y sorprendido, luego sonrió – Era él con quien me dejabas cuando tenías que trabajar, yo… yo jugaba con él, recuerdo haber jugado con él cuando mamá no estaba por casa.


- Sí – me confesó – fue mi alumno hace mucho tiempo y me enamoré de él, fue la mejor parte de mi vida y cuidó de ti alguna vez cuando yo tenía que trabajar, él lo era todo para mí y no puedo ver como sufre ahora, haría cualquier cosa por dejar de verle sufrir y sé que gran parte es mi culpa.


- Esto no es tu culpa papá – le dije – tu culpa fue elegir mal, Minato valía mucho más la pena que mamá.


- Sí, pero no podía abandonar a Sasuke.


- Lo sé – le dije – pero nosotros ya somos mayores, estamos bien podemos cuidarnos solos… deberías empezar a preocuparte un poco por ti mismo y tratar de ser feliz.


- No hijo – me sonrió – mi tren ya pasó hace mucho, él tiene una buena familia y es feliz con ese médico… yo no tengo nada que hacer, tengo que respetar su decisión como él respetó la mía cuando elegí quedarme con tu madre. No hay nada que hacer con él – me dijo y miré hacia Minato hablando con Kakashi mientras éste le abrazaba y trataba de calmarle besándole la frente.


La verdad es que se veían muy bien juntos, se les veía felices y como decía mi padre, su tren había pasado hace mucho tiempo, su felicidad se había marchado y me entristecía mucho ver a mi padre así, porque perdió al amor de su vida para quedarse al lado de una persona que le hizo de su vida un infierno, para quedarse a poder cuidar de Sasuke. Me habría gustado poder haberles unido de nuevo, pero al ver a Minato tan feliz con Kakashi allí abrazado a él, sentía que era imposible y ver a mi padre tan triste, me rompía el alma.


- Todo se arreglará papá – le dije intentando animarle.


- Sí – me dijo sonriendo – os quiero mucho, con vosotros tengo todo lo que necesito, sois mi alegría para vivir. Anda ve y entra a verle si quieres, creo que estaba despierto – me comentó mi padre refiriéndose a Deidara.


Esperé un poco a que Naruto saliera de la habitación y es que estaba muy preocupado por su hermano, pero en cuanto pudo entrar, se lanzó a abrazarle y habló con él un rato. Yo me quedé fuera con Sasuke y estaba extrañamente feliz, con un rostro brillante y eso sólo podía significar una cosa… había tenido una noche movidita con cierto rubio. Sonreí y él al verme sonrió dándose cuenta de lo que estaba pensando. Me tocó con el puño el hombro intentando que dejase de sonreír con picardía.


- Itachi… déjalo – me dijo sonriendo – no digas nada


Hice un gesto como cerrando mi boca con cremallera y sonreí al igual que Sasuke. Claro que no diría nada, pero estaba claro lo que había pasado entre ellos la noche de antes y me alegraba por mi hermano. Naruto salió algo más contento y más tranquilo al haber podido hablar con su hermano.


- ¿Estás mejor Naruto? – le pregunté sonriendo.


- Sí – me dijo – ha preguntado por ti, creo que deberías entrar.


- Sí, ahora voy. – le comenté


Entré a ver a Deidara y al abrir la puerta le sonreí. Dei trató de sonreír también aunque no le salió muy bien y cerré tras de mí acercándome a la cama sentándome a su lado y cogiendo su mano con delicadeza. Tembló un poco por el contacto, creo que era algo normal después de por lo que había pasado, pero aún así me dejó tocarle.


- ¿Cómo estás? – le pregunté.


- Bien – me dijo.


- No es cierto – le dije – pero me conformo con eso.


- Bueno… estoy mejor ahora que has venido tú – me comentó con una sonrisa.


- Me has dado un buen susto – le confesé.


- Lo siento – me dijo.


- Me alegro de que estés bien.


- Me darán el alta en un par de días o eso dicen los médicos – me comentó.


- Estupendo entonces.


- Itachi… ¿Aún me quieres? – me preguntó preocupado.


- Claro que te quiero Dei ¿Por qué lo dudas?


- Porque Hidan…


- Ya sé lo que ha pasado y me da igual lo de Hidan, me cabrea porque te ha hecho daño pero yo a ti te amo, no voy a dejarte solo nunca Dei, siempre podrás contar conmigo. – Deidara sonrió y acabé besándole.


- Itachi… yo… tengo que contarte algo importante, no se lo había dicho a nadie pero… tengo miedo porque soy un doncel ¿Y si me quedo embarazado? No recuerdo qué ocurrió con Hidan – me dijo llorando.


- Yo me haré cargo de todo si lo estás Deidara – le dije – pero no pienses en eso, ya verás como no lo estarás, yo te amo demasiado, jamás te dejaría ni siquiera por eso, querría a ese niño como si fuera mío Dei, así que no pienses en esas cosas.


- Itachi, te amo – me dijo llorando – te amo mucho, no me dejes nunca.


- No lo haré, jamás te dejaré Dei.


Le estaba besando con dulzura cuando la puerta se abrió de golpe dejándome ver a Minato y por los ojos que puso… creo que no le gustó nada, básicamente porque me echó de la habitación mientras Deidara lloraba y le gritaba a su padre que no me sacase, que no me alejase de su lado, Deidara le suplicaba pero su padre no hizo caso y cuando llegamos al pasillo, mi padre vino a ver qué ocurría. Puede que hubiera metido un poco la pata al besarle allí, pero Deidara necesitaba saber que seguía queriéndole, no quería que se sintiera poco deseado por culpa de Hidan porque no era cierto.


- Lo siento Minato.


- No es tu culpa – me dijo Minato aunque se le notaba enfadado – es culpa de tu padre.


- ¿Minato? – Preguntó mi padre al verle sacándome de la habitación - ¿Qué ocurre?


- ¿Qué ocurre? – Preguntó enfadado – quiero que mantengas a tus hijos alejados de los míos.


Por lo que vi… creo que también había pillado a Naruto y a Sasuke, porque ambos estaban cada uno en una punta con la cabeza baja y sin entender nada de lo que ocurría aquí. Yo tampoco lo entendía muy bien, aunque suponía que era por mi diferencia de edad con Deidara y encima… porque estaba convaleciente por una violación, no le habría gustado a su padre verme besarle después de lo que había pasado su hijo.


- Yo… lo lamento mucho Minato – le dije – pero amo a su hijo.


- No dudo de tus sentimientos – me dijo – pero ninguno de mis hijos se acercará a un Uchiha, no van a sufrir como yo lo hice, no lo permitiré, así que manteneos alejados de mi familia – nos comentó y mi padre también pareció confuso, aunque le dolían las palabras de Minato.


Yo entendí… que mi padre le había hecho mucho daño y aún le dolía su traición. Me dio lástima Minato… pero tampoco pensaba renunciar tan fácil a Deidara y no creo que mi hermano se resignase tampoco.


 


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