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Sangre del pasado por Fullbuster

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Naruto Namikaze POV

 

Llegué al lugar acordado por mi hermano para la reunión y me extrañó no verle aquí cuando él se moría de ganas por ver a Itachi ¿Qué le había pasado? Estaba preocupado por él pero tampoco tuve mucho tiempo de pensar en este asunto porque alguien me cubrió los ojos y sonreí tocando sus manos, era Sasuke, de eso estaba seguro y cuando los destapó pudiendo girarme, vi sus increíbles ojos oscuros mirándome y sonriendo. Él siempre me sonreía, para mí siempre tenía sonrisas y eso era una de las cualidades de Sasuke que más me gustaban.

 

- Te he echado de menos rubito – me dijo sonriendo.

 

- ¿Cómo que rubito? – le pregunté poniendo un puchero y él se rió.

 

- No me pongas esos morrillos – me dijo.

 

- ¿Por qué no?

 

- Porque no puedo evitar no besarlos – me dijo cogiéndolos con su mano y besándome de forma juguetona – me encantan tus labios.

 

- Y a mí los tuyos – le dije.

 

- Que duro se me ha hecho tenerte frente a mí en clase todas estas horas y no poder tocarte – me comentó sonriendo.

 

- Pero ya me tienes aquí – le dije sonriendo y él me abrazó volviendo a besarme con dulzura.

 

- Lo sé. ¿Qué tal está tu hermano? – me preguntó.

 

- No lo sé, algo raro, él nunca se había enfadado con nadie y ahora está cabreado con papá, no le habla y lo entiendo, yo también estoy enfadado pero no sé… creo que pasa algo y Deidara siempre ha sido más perspicaz para estas cosas, sé que ocurre algo.

 

- ¿Por qué no está por aquí? – me preguntó – Creí que quería ver a mi hermano.

 

- Sí, yo también lo creía. No sé por qué no ha venido… la idea fue suya, debería estar aquí – le comenté.

 

- Es extraño – me dijo Sasuke – pero al menos te he podido ver a ti un rato gracias a su idea. ¿Cómo están las cosas por casa?

 

- Movidas – le dije – Deidara no se habla con papá, yo la verdad es que habló poco también con él y sigo sin entender por qué nos impide estar con vosotros, no lo entiendo.

 

- Naruto… estaremos juntos siempre – me dijo – me da igual quien se ponga en medio, yo siempre encontraré la forma de estar a tu lado, no nos van a separar, te quiero.

 

- Y yo a ti Sasuke.

 

Besé a Sasuke y es que no podía estar cerca de él sin besarle, me encantaba hacerlo, me gustaban sus labios, su forma juguetona de pasar su lengua por mis labios, su forma entrelazar su lengua con la mía. Cuando nos separamos con delicadeza y dulzura, me di cuenta de que Itachi venía por el fondo y cuando llegó hasta nosotros preguntó por Deidara como era normal… pero ni Sasuke ni yo sabíamos por qué no estaba aquí. Itachi se desilusionó un poco, pero también se preocupó, podía verlo en su mirada y me pidió que cuando le viera en casa, si podía decirle que fuera a hablar con él por la noche en el patio de atrás de la casa. Yo le dije que le llevaría el mensaje, pero no prometía nada… tampoco sabía por qué Deidara no estaba aquí con lo que amaba a ese chico.

 

Itachi se marchó bastante triste y sobre todo… muy preocupado sin saber qué ocurría y aunque supongo que le habría encantado poder ir a mi casa a buscarle para aclarar sus dudas, no podía hacerlo porque mi padre no nos dejaba verles, aún habría complicado más la situación, así que sólo podía resignarse y esperar a que yo le diera el mensaje a mi hermano. La verdad es que también yo estaba un poco preocupado, últimamente no sabía muy bien lo que le ocurría, estaba triste, deprimido, cerrado en sí mismo y es que desde la violación de Hidan y la prohibición de nuestro padre de ver a los hijos de Fugaku Uchiha… Deidara había cambiado mucho, cada vez más reservado e introvertido. Yo salía de mi depresión y él entraba en ella, no sabía cómo ayudarle, creo que así debió sentirse él cuando me vio caer a mí tras lo ocurrido con mi entrenador, pero no vi lo mal que lo pasaba él hasta que yo me había encontrado en su misma situación y es que realmente… me sentaba mal que no me contase cómo se sentía, lo que le ocurría y no saber cómo poder ayudarle a salir de esa situación.

 

Entré por casa y me di cuenta de que mis padres no estaban por aquí y eso era raro, el que sí parecía estar era Deidara… aunque la puerta de su habitación estaba cerrada y aunque llamé, no me contestó y eso sí era extraño, porque mi hermano siempre me contestaba o me abría la puerta.

 

- Dei… - le llamé – ¿puedes abrir? por favor… ábreme la puerta, tenemos que hablar.

 

- Estoy estudiando – me dijo y no le creí nada.

 

- Dei… no estás estudiando ¿Por qué no quieres hablar conmigo?

 

- Porque estoy ocupado – me dijo.

 

- Tú nunca estás ocupado para mí.

 

- Estoy desnudo – dijo a modo de excusa y no pude evitar sonreír.

 

- Te he visto miles de veces desnudos… somos gemelos, no tienes nada que esconderme, ábreme por favor.

 

Al final escuché el ruido del cerrojo y moví la manivela para descubrir que sí me había abierto la puerta y en cuanto entré… Deidara estaba moviendo ya la silla de ruedas de vuelta hacia la cama. Creo que había estado tumbado durante bastante tiempo en la cama porque la colcha estaba deshecha.

 

Se levantó despacio de la silla y aunque hizo un gesto de dolor por las heridas, se acostó enseguida en la cama y se quedó allí tumbado mirando al vacío, porque realmente no miraba a ningún sitio, creo que estaba deprimido y no entendía por qué, él mismo había quedado con Itachi y luego le había dejado plantado ¿Qué le ocurría?

 

- ¿Me cuentas que te ocurre? – le pregunté.

 

- No – me dijo de forma seca.

 

- Itachi ha preguntado por ti.

 

- Ni lo menciones – me gritó alterado y me sorprendió demasiado, nunca había visto a Dei gritarme como lo había hecho.

 

- ¿Qué pasa? – le pregunté preocupado - ¿Hay algo que no sepa? ¿Te ha hecho algo?

 

- No – me dijo empezando a llorar – lárgate Naruto – intentó echarme golpeándome en los hombros pero yo le cogí las manos y lo bloqueé.

 

- ¿Qué te pasa Dei? – le pregunté aún más preocupado todavía, porque le ocurría algo, de eso estaba seguro y cuando toqué su almohada, me di cuenta de que estaba húmeda, había llorado - ¿Por qué llorabas?

 

- No puedo decírtelo – me dijo aún saliéndole lágrimas de sus ojos.

 

- ¿Por qué? – le pregunté cabreándome.

 

- Porque te destrozaría a ti también y no quiero hacerlo, intento encontrar las palabras para decírtelo, no me presiones.

 

- ¿Qué es lo que tengo que saber? – pregunté intrigado - ¿Qué tengo que saber? – le grité enfadado cogiéndolo de los hombros mientras él lloraba.

 

- Itachi es mi hermano – me dijo

 

- ¿Qué? – pregunté dudando porque era imposible.

 

- Es mi hermano, es nuestro hermano Naru… no puedo estar con él.

 

- Que tonterías dices… entonces Sasuke también sería… no puede ser – le dije sonriendo tratando de quitarle importancia sin creérmelo aún - ¿Cómo íbamos a ser hijos de Fugaku Uchiha?

 

Cuando Deidara me enseñó la fotografía, me di cuenta de que parecían más que amigos Fugaku y Minato, parecía que estaban saliendo juntos y empecé a preocuparme. ¿Qué ocurriría si eramos hermanos de verdad? ¿Sasuke mi hermano? Era preocupante, porque era el único chico con el que me sentía cómodo y seguro, era al único al que conseguiría amar en mi vida y lo sabía, después de lo de mi entrenador no creí que pudiera encontrar el amor, no creí que hubiera alguien que pudiera acercarse a mí o tocarme de nuevo, pero ese era Sasuke, yo estaba hecho sólo para él, Sasuke me había sacado de esa oscuridad en la que estaba y no quería volver a entrar en ella. Desde luego Deidara ya había entrado y yo… estaba al borde de hacerlo otra vez, porque no podían ser nuestros hermanos… no podían serlo.

 

La puerta de la calle se abrió y supe que acababa de llegar nuestro padre y nos debía muchas explicaciones al respecto. Creo que no era el único que buscaba respuestas a esto, porque Deidara fue el primero en levantarse y caminar muy despacio hacia la puerta. Estaba tan enfadado que hasta pasaba del dolor y de la silla de ruedas, iba andando y tuve que ayudarle a bajar las escaleras por miedo a que se cayese o algo.

 

Minato nos vio bajar las escaleras y se apresuró hacia nosotros preocupado por Deidara y es que aún no estaba listo para caminar con normalidad, pero a él parecía darle igual con tal de bajar a solucionar su gran duda. Además… llevaba la fotografía de Minato y Fugaku juntos en su mano derecha listo para enseñársela a nuestro padre. Por lo menos… aunque jamás habíamos enfrentado a nuestro padre y le respetábamos mucho… hoy tendría que decirnos toda la verdad, porque nos había mentido durante demasiado tiempo y eso no sé si podíamos perdonárselo, al menos no creo que Deidara lo hiciera, porque para Deidara, Minato era como su ídolo, el ejemplo a seguir y ahora… estaba decepcionado con él.

 

- ¿Es cierto? – preguntó Deidara de golpe y nuestro padre no sabía de lo que le estaba hablando.

 

- ¿El qué?

 

- ¿Es mi hermano? ¿Itachi es mi hermano? – preguntó llorando

 

- ¿Cómo…? – no terminó Minato de decir la frase cuando Deidara le lanzó la fotografía al suelo.

 

Papá cogió la fotografía del suelo y se quedó mudo al momento. Me parece que todo lo que decía Deidara era cierto por como miraba la fotografía. El mundo se me cayó a los pies en cuanto vi aquella mirada melancólica de papá, era cierto todo lo que decían, era verdad que éramos hijos de Fugaku Uchiha.

 

- ¿De dónde la habéis sacado? – nos preguntó enfadado

 

- Me la dio Hidan – dijo mi hermano muy serio - ¿Es cierto? – preguntó enfadado Dei.

 

- ¿Has visto a Hidan? – Preguntó mi padre enfadado - ¿Cómo has podido verlo otra vez después de lo que te hizo? Estamos en juicio contra él.

 

- ¿Es cierto o no? – preguntó Deidara de nuevo evitando el tema de Hidan, tema que también me preocupaba a mí, porque odiaba a Hidan desde que le hizo esto.

 

- Es cierto – dijo Minato al fin - ¿Por qué crees que te impedía verle? Ya sé que estabas enamorado de él y que es un buen chico, pero no puedes estar con él, es tu hermano Dei…

 

- ¿Y Kakashi? – preguntó casi llorando - ¿Él lo sabe?

 

- Claro que lo sabe, estaba embarazado ya cuando él me conoció, sabía lo de mi pasado con Fugaku aunque no sabía quién era realmente el padre, pero sabía perfectamente que no era vuestro padre, aún así se hizo cargo, os quiere como si fuerais sus hijos de verdad.

 

- Pero no es mi padre – le gritó Deidara – Es Fugaku Uchiha y por tu culpa me he enamorado de mi hermano ¿Cómo voy a quitármelo ahora de la cabeza? – le gritó enfadado – no puedo, le quiero demasiado.

 

- Tienes que hacerlo Dei – dijo Minato acercándose a él para intentar darle un abrazo, pero Deidara se movió hacia atrás evitándolo.

 

- No me toques, me has mentido, me has engañado y me has hecho sufrir, es tu culpa que me haya enamorado de mi hermano, es tu culpa que tenga este dolor que siento ahora – dijo llorando – te odio – le dijo mi hermano subiendo por las escaleras a su habitación.

 

- Naru – me llamó mi padre pero yo también estaba enfadado.

 

- Déjame – le dije – pienso igual que mi hermano, debiste decírnoslo cuando te enteraste que eran nuestros vecinos, debiste evitar que me enamorase de Sasuke.

 

Subí también hacia la habitación de mi hermano y le vi en la cama llorando desconsoladamente. Cerré la puerta tras de mí y me tumbé a su lado llorando también, porque en esto estábamos metidos los dos. Ahora no podía dejar de pensar que tenía que alejarme de Sasuke igual que Deidara había comenzado ya a alejarse de Itachi. Le di el recado de Itachi de que saliera al patio posterior esta noche, pero no sé si lo haría… yo no lo habría hecho en su situación, es más… ya no podía volver a ver a Sasuke.

 

- Me acosté con él Naru – me dijo Deidara llorando – me he acostado con mi hermano

 

- Y yo – le dije – y yo – le repetí llorando – intentemos olvidarnos de esto Dei, estaremos juntos y trataremos de olvidarnos de ellos.

 

- ¿Cómo? – Preguntó dudando – no puedo quitármelo de la cabeza.

 

- Lo sé, yo tampoco, pero hay que intentarlo.

 

 


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