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Sangre del pasado por Fullbuster

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Fugaku Uchiha POV


No podía dejar de besar a Minato, sus labios eran el mayor de mis pecados, no podía soltarlos, los había deseado durante tanto tiempo, durante tantos años y por fin… hoy era él mismo quien me había buscado intentando que le diera consuelo. No quería estropear el momento, sé que esto estaba mal, yo seguía casado y Minato aunque no se había casado… estaba con Kakashi, esto estaba fatal, pero no podía evitarlo, nos atraíamos demasiado, no podíamos luchar contra todo lo que sentíamos.


- Deja de llorar… por favor – le susurré sin separar mis labios de los suyos – no puedo verte así.


- Lo siento – me dijo – no sabía a quién acudir… ya no sé qué hacer… ¿Cómo voy a recuperar a mis hijos?


- Ten paciencia Minato, están afectados por la noticia, no esperaban que yo fuera su padre y les ha pillado por sorpresa, más cuando se estaban enamorando de mis hijos.


- Dios mío… tuve que habérselo contado.


- Creíste que no volverías a verme, les diste estabilidad familiar con Kakashi y sé que le quieres.


- Estoy confuso… nunca he podido olvidarte, sé que te amo, pero también quiero a Kakashi.


- Lo sé – le dije – lo entiendo.


- Necesito a mis hijos – me dijo de golpe llorando agarrándose con fuerza a mi camisa.


- Todo estará bien Minato, te lo prometo, dales un poco de tiempo y lo entenderán, sabrán perfectamente que lo hiciste por ellos.


- ¿Y si no lo entienden? – me preguntó.


-  Lo harán, son buenos chicos. Minato… yo de verdad que lo siento, no sabía que estabas embarazado, no sabía nada de lo que te hizo mi mujer, creí que habías dejado la carrera para no verme.


- No tienes la culpa, no sabías nada y no me atreví a decírtelo cuando te vi tan ilusionado con la llegada de tu hijo Sasuke.


- Habría arreglado algo Minato, nuestros hijos también eran importantes, yo no te habría abandonado.


- No ibas a dejar a tu mujer por mí Fugaku, yo sólo fui un juego para ti, sólo fui un estudiante más.


- Jamás Minato, no pienses eso nunca, fuiste lo más importante que tuve, tú me hacías feliz como no lo hacía nadie más. Sabes que habría dejado todo por ti.


- Todo eso ha quedado en el pasado Fugaku… ya no soy el que era, ni tú tampoco. Tienes tu familia y yo la mía.


- Voy a divorciarme.


- También lo dijiste hace diecisiete años y aquí estás con Mikoto – me dijo.


- Lo sé, pero ahora voy enserio. Me gustaría poder iniciar de nuevo mi vida y me habría gustado que fuera contigo – le comenté.


- No puede ser Fugaku, lo siento.


- ¿Kakashi? – pregunté.


- Le quiero – me dijo con un brillo en sus ojos – ya te lo dije, él es el padre de mis hijos.


- No es cierto – le dije enfadado – son mis hijos Minato, los nuestros.


- No – me aclaró – son de Kakashi, él estuvo con ellos toda su vida mientras tú estabas con tu mujer, no te reconocerán jamás como a su padre, siempre serán de Kakashi – me dijo – ya te he dicho que le amo a él.


- No es verdad, puede que le quieras, pero también me quieres a mí, no me has conseguido olvidar y sé que han pasado muchos años y que tienes una vida con Kakashi, pero no me digas que solo le amas a él porque no es cierto.


- No tienes derecho a decirme nada – me dijo enfadado – tú tomaste tu propia decisión, ya no son tus hijos Fugaku, no estuviste conmigo nunca, elegiste a tu mujer y espero que lo hayas disfrutado, ahora el que tiene la elección soy yo… y puede que tengas razón en decir que os amo a los dos, pero si tengo que elegir… elijo a Kakashi, porque él siempre estuvo a mi lado cuando tú me tiraste a la basura, así que te pido por última vez que dejes en paz a mi familia, no eres nada nuestro Fugaku – me dijo levantándose para irse.


No fui capaz de seguirle a la salida… había tenido sus labios entre los míos, le había tenido para mí y había metido la pata como era mi costumbre últimamente con Minato, sabía que amaba a Kakashi, sabía que me tenía rencor y con razón, le dejé solo criando a dos magníficos chicos… le dejé por mi mujer y mi hijo Sasuke, no tenía derecho ahora de venir a arruinarle su familia porque la mía no funcionase, no podía volver atrás y volver a tomar la decisión, no podía irme con él, no podría estar con él, supe en ese momento que por mucho que me amase… también amaba a Kakashi y no le dejaría por mí, esa era su elección. Igual que él fue capaz de respetar la mía… ahora tenía que ser yo quien respetara la suya… Kakashi era un buen tío y me había ganado limpiamente, sólo esperaba que Minato pudiera ser feliz con él, pero yo necesitaba algo de Minato… sólo un último favor, pero no se lo dije, sólo me quedé allí paralizado viendo como se marchaba aún más disgustado conmigo.


Terminé aquel día los papeles del divorcio y se los mandé al abogado de mi esposa, tenía muchas ganas de ser libre de nuevo, aunque me entristecía saber que llegaba diecisiete años tarde, porque ya no podría volver con Minato, él ya no estaba para mí, tenía su familia, su novio, su vida… yo había llegado demasiado tarde. Otra de las grandes cosas que me afectaban… era saber de mis hijos, quería conocerles, quería saber qué había sido en todos estos años de esos dos maravillosos gemelos de cabellos rubios como los Namikaze, quería recuperar el tiempo perdido pero como Minato decía… no creo que ellos me aceptasen a estas alturas como a su padre, ya tenían a Kakashi, para ellos siempre sería él su padre y no yo. Lloré en mi despacho un rato por toda esta situación, me sentía impotente y no sabía qué más hacer… creo… que ya nada podía hacer para recuperarles, los había perdido.


No supe nada de Minato en el resto de la mañana y no creí que volviera a verle a menos que coincidiese con él por el barrio por casualidad cuando fuera a sacar la basura, porque la ventaja es que era mi vecino… la desventaja… es que tenía que verle con Kakashi todos los días y eso no lo aguantaba, me dolía ver lo que había perdido. Sé que quizá esto que estaba pensando estaba mal… pero necesitaba ver a Minato, necesitaba saber de esos niños así que le llamé y me tensé al escuchar su voz.


- Minato – le dije y casi me cuelga de lo enfadado que estaba – espera por favor… sólo quiero pedirte una última cosa y no volveré a molestarte – le dije – necesito saber de la vida de mis hijos, por favor… quiero saberlo todo de ellos – le dije a punto de llorar.


- Está bien, en el restaurante de al lado del despacho a las seis de la tarde – me dijo – pero esta será la última vez que nos veamos.


- Lo prometo – le dije.


Sé que sería la última vez y estaba triste, estaba muy dolido pero no podía hacer nada, al menos había aceptado contarme cosas de mis hijos y eso se lo agradecía. No pude remediar pensar en la suerte que tenía Kakashi por haber podido vivir con él tanto tiempo, por haber podido formar la familia que yo habría deseado.


Comí solo y a las cinco y poco salí de mi casa para ir al restaurante dónde habíamos quedado, era un lugar muy interesante ya que estaba en lo alto del edificio y se veía por sus cristales la ciudad, un buen restaurante el que había elegido, imaginé que solían quedar allí con algunos clientes porque les pillaba más cerca de su oficina.


Cuando entré, le vi sentado en la barra, ni siquiera había decidido sentarse en una de las mesas y miraba con detenimiento hacia la gran cristalera observando la ciudad a nuestros pies. En la barra había una cerveza y un álbum de fotografías que supuse… serían de mis hijos y eso me hizo alegrarme. Caminé hasta él, iba vestido de diario, sin su traje de abogado y me di cuenta de que había cambiado muy poco desde su juventud, seguía vistiendo con esos vaqueros y esas camisetas tan de adolescente que me hacían gracia, pero estaba tan sexy, le quedaban tan bien. Me senté a su lado y me miró sorprendido.


- ¿Qué quieres tomar? – me preguntó


- Lo mismo que tu – le dije y le pidió al camarero otra cerveza.


Minato abrió el álbum de fotos en cuanto me pusieron la cerveza y pude ver a mis hijos cuando nacieron en el hospital, vestidos con aquellos gorritos tan feos que les ponían y durmiendo. Me dejó a mí pasar las hojas del álbum y fui mirando todo mientras Minato sonreía al verlas y me iba explicando anécdotas.


- Esta es la primera vez que Naruto caminó – me dijo sonriendo – tropezó con una madera y se fue de frente contra una mesa golpeándose la cabeza, se abrió una brecha y me asusté mucho, menos mal que Kakashi estaba allí y le curó enseguida – me comentó aún sonriendo y pasando la página para ver a Deidara en su cumpleaños – este fue el primer cumpleaños de Dei, era un niño muy curioso y no sabía que las velas se apagaban soplando, así que las apagó con la mano – me dijo riéndose – no volvió a hacerlo nunca más.


- Te quiero – le dije de golpe y él se sorprendió pero no me miró.


- No me hagas esto otra vez Fugaku – me dijo – no vuelvas a hacerme daño, por favor… ya tengo mi vida, tengo a mis hijos, a mi novio.


- Lo sé – le dije – siento haberte hecho daño en el pasado, siento no haber podido estar con nuestros hijos, siento haberte abandonado como lo hice.


- Lo importante ahora es que tu hijo Sasuke está bien, ha crecido bien y los míos también, ya no importa nada más, lo nuestro se queda atrás Fugaku, hemos perdido nuestra oportunidad hace mucho – me comentó.


- Es posible – le dije – pero necesito tenerte una vez más Minato – le comenté – por favor… nuestra última vez antes de que tenga que olvidarme de ti, por favor – le dije a punto de llorar – déjame llevarme ese recuerdo por lo menos.


No me dejó acabar cuando Minato cogió mis labios entre los suyos besándome con pasión y sé que me quería, se le notaba que me tenía ganas, yo al menos le tenía demasiadas ganas. Diecisiete años sin él y no había podido olvidarle ¿Cómo era posible que siguiera amándole tanto? ¿Cómo era posible que él siguiera amándome tanto después de lo que le hice?


Me centré en su beso y acabamos levantándonos para ir a su despacho que estaba unas plantas más abajo. No era un sitio romántico pero a mí me daba igual, parecíamos dos adolescentes, supongo que en realidad aún lo éramos en el fondo, yo seguía recordando nuestros encuentros en la oficina, habíamos hecho tantas cosas… nos lo habíamos pasado tan bien… y míranos ahora… dos adultos comportándose como hace diecisiete años, como si el tiempo no hubiera pasado para nosotros.


Entramos en el despacho de Minato y cerramos la puerta con cerrojo para evitar intromisiones inoportunas. Yo no podía soltar sus labios, era incapaz de hacerlo con todo lo que le había echado de menos. Me quitaba la americana como podía sin apartarme de él y tropezamos un par de veces con el mobiliario de la oficina hasta que llegué a la mesa y lo subí a ella sentándole frente a mí mientras yo me quedaba de pie quitándome la camiseta.


Podía sentir sus manos temblorosas desabrochando los botones de mi camisa con desesperación e impaciencia. Me deseaba tanto como yo le deseaba a él de eso estaba seguro, pero aunque ahora mismo no pensara en Kakashi, sé que luego lo haría y me sabía un poco mal haberle pedido esto, pero sinceramente… sería nuestra última vez juntos, quería poder mirar al pasado y poder recordar este momento… poder recordar que amaba a Minato y que fue mío cuando nuestra historia ya había terminado por completo.


Tiré su camiseta al suelo y me di cuenta de que su cuerpo antes más juvenil, ahora estaba más marcado, mucho más definido y es que los años pasaban para todos, ya no era un adolescente, era todo un hombre. Toqué su abdomen y no le escuché decir nada hasta que llegué a sus pezones apretándolos con delicadeza, entonces empecé a escucharle gemir. No había cambiado nada en estos años, seguía teniendo las mismas debilidades, seguía gustándole lo mismo, era exactamente igual a aquel adolescente que me idolatraba y me seguía a todas partes, era igual que aquel chico que quería estar conmigo pasara lo que pasara y al que yo abandoné.


Sus manos pasaron por mi nuca acariciando mi cabello y enredando sus dedos en él, me encantaba el tacto de sus dedos porque siempre era muy dulce y delicado, Minato siempre fue así y era lo que más me gustaba de él. Le besé aprovechando que sería la última vez, así que le besé todo lo que pude porque no quería volver a olvidarme de la dulzura de sus labios, ni de sus caricias.


Mi camisa resbaló por mis hombros y cayó también al suelo mientras Minato me acariciaba con suavidad y no podía evitarlo, le deseaba demasiado, tanto… que acabé con prisas quitándole el pantalón mientras le preparaba y es que no podía más… le necesitaba, le había deseado desde hacía demasiado tiempo y tenerle frente a mí era un suplicio sabiendo que no volvería a tenerle.


Besé su cuello mientras él gemía y jadeaba, mientras intentaba desabrocharme el pantalón y se centraba en mi miembro masajeándolo entre sus manos a la vez que me besaba a veces para excitarme aún más, aunque realmente no me hacía falta que tratase de excitarme, sólo con verle así ya lo estaba, aún así masajeó mi miembro, lo movió con destreza entre sus manos y cuando ya no aguanté más, lo coloqué de la forma más cómoda que encontré para ambos y le penetré con fuerza entrando y saliendo una y otra vez de él mientras gemía y se agarraba a la mesa con desesperación. Lo mejor de todo… era escucharle susurrar mi nombre, porque eso si me excitaba demasiado y me hacía ir aún más rápido mientras le tocaba su miembro provocándole más excitación.


Minato fue el primero en correrse y yo tardé unos segundos más. Estuvimos un momento recuperando el aliento pero cuando Minato volvió a la realidad… su cara era todo un poema y es que creo que le sentaba mal haber hecho esto, le sentaba mal haberse acostado conmigo teniendo a Kakashi a su lado y lo entendía, pero también le agradecía que hubiera accedido a esta última vez entre nosotros para dar por finalizada nuestra historia.


- Yo… - intenté hablarle – gracias Minato… tranquilo, no volveré a molestarte nunca más – le dije caminando hacia la puerta.


- No se lo digas – le oí susurrar y me giré a mirarle todavía sentado encima de la mesa, desnudo y con la cabeza agachada – por favor… no se lo digas a Kakashi, yo lo haré, tengo que decírselo yo.


- No lo haré – le dije – él fue tu elección Minato, me habría gustado que me eligieras a mí porque te amo, pero sé que no puede ser, lo que hubo entre nosotros murió hace mucho, te hice daño y lo lamento, no puedo cambiar el pasado Minato… pero respeto tu elección como tú respetaste la mía, como te prometí… esta es nuestra última vez.


- Vale – me dijo – Adiós… Fugaku


- Adiós… Minato – le dije dándole el último beso antes de salir de su despacho.


No hice nada más que salir de allí… cuando una lágrima resbaló por mi mejilla y ésta era la primera vez que yo… Fugaku Uchiha, derramaba lágrimas, porque de verdad que Minato era lo que más me importó en esta vida y lo había perdido.


 


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