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Sangre del pasado por Fullbuster

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Minato Namikaze POV:


¿Qué había hecho? Había quedado solamente para darle a Fugaku la oportunidad de conocer mejor a sus hijos, de que viera las fotos de los momentos que se perdió por no estar aquí y había acabado acostándome con él ¿Qué narices había hecho? Kakashi no se merecía esto pero sus malditas palabras me habían vuelto a embaucar como hacía siempre y es que Fugaku tenía esa especialidad, sabía camelarse a la gente, acababan todos haciendo lo que él quería y me había dejado llevar por los sentimientos que tenía hacia él. Me sentía mal conmigo mismo, me sentía mal con Fugaku, me sentía aún peor por Kakashi.


Salí con rapidez de aquel lugar tras tratar de arreglarme un poco y conduje sin rumbo alguno mirando en el asiento del copiloto el libro con las fotografías de mis hijos, la mitad sacadas por Kakashi… porque él sí había ejercido como padre y fue el mejor padre que pudieron tener… yo les estaba perdiendo por mis mentiras, todo era mi culpa, debí contarles la verdad pero no podía, no quería desilusionarles diciéndoles que Kakashi no era su auténtico padre porque lo adoraban, para ellos… Kakashi era el único padre al que habían conocido y no quise quitarles esa ilusión por un padre al que seguramente no habrían visto en su vida si no le hubieran trasladado a la casa de al lado.


¿Qué iba a hacer con mis hijos? Deidara se desviaba de su rumbo por completo, Naruto me odiaba por haberle mentido… ¿Qué tenía que hacer para recuperarles? Les necesitaba y les necesitaba a salvo porque no entendía como Deidara era capaz de irse con Hidan después e lo que le había hecho… era por hacerme daño a mí pero no se daba cuenta de que se hacía daño a si mismo, no se veía como temblaba cada vez que estaba con Hidan y es que le tenía pánico pero estaba con él por olvidarse de Itachi, sólo lo hacía porque Hidan era el único que estaba allí para él ahora que Itachi no podía salir con mi hijo y odiaba sentirme tan impotente, odiaba tener que darle a mi hijo a ese desgraciado que le hizo tanto daño.


Tuve que detener el coche en el arcén cuando me llamaron al móvil y es que encima… era del instituto para decirme que Deidara no había asistido a clase, era lo que me faltaba… que encima estuviera fugándose de las clases y eso no podía permitirlo. Tenía en mente dónde podía estar y tras comunicar al instituto que yo me haría cargo del asunto, fui hasta el antiguo local donde solía vivir Hidan antes de venirse con nosotros y es que sé que su familia lo había abandonado y se había marchado sin él, al menos su madre, porque su padre estaba en la cárcel y él no llevaba una buena trayectoria si seguía así.


Bajé del vehículo cabreado y pegué un portazo, sé que ahora mismo no era yo el mejor ejemplo a seguir después de haberme acostado con Fugaku, ni de haberme follado a tantos chicos en los bares cuando me dejaron tirado pero Deidara seguía siendo mi hijo y no iba a permitir que cometiera mis errores porque eso era el mayor error de su vida, no podía estar con Hidan. Sé que se sentía engañado, que sentía que no tenía amigos y que nadie le quería pero era mentira, Hidan tampoco le quería y debía darse cuenta, nosotros éramos su familia y vendría conmigo le gustase o no, estaba harto de su odio hacia mí, sé que me merecía esto, pero aún así no permitiría que tirase su vida por la borda por mi mentira, si quería pagarlo conmigo estaba bien, pero no iba a estar con Hidan, había más gente que le quería y le abriría los ojos aunque fuera a la fuerza. Llamé a la puerta y me abrió un sorprendido Hidan de verme allí, pero me dio igual si se sorprendía o no, venía a por mi hijo y no me marcharía de aquí sin él.


- ¿Minato? – me preguntó dudando.


- ¿Dónde está mi hijo? – le pregunté enfadado.


- No está aquí.


- No me toques las narices Hidan porque no estoy de humor, traelo aquí de inmediato o entro yo mismo a por él.


Hidan trató de cerrarme la puerta en las narices pero yo por mi hijo hacía lo que fuera, así que metí el pie evitando que cerrase la puerta y abrí de un empujón estampando a Hidan contra una de las paredes del pasillo mientras entraba en el interior buscando por todas las salas a mi hijo. Lo encontré en uno de los cuartos sentado en un sillón y cogiéndolo del brazo lo arrastré tras de mí mientras él se sorprendía de que estuviera allí.


- Papá… - me llamó Deidara.


- Ni papá ni leches – le dije – ahora mismo nos vamos para casa y me explicas por qué te estás saltando las clases.


- Estoy con Hidan, no tienes derecho a decirme qué hacer o con quien estar.


Le di un bofetón y es la primera vez que daba uno a mis hijos pero estaba harto de estas actitudes, estaba harto de que Deidara no se diera cuenta de que Hidan no era para él, sé que lo sabía, en el fondo le tenía miedo por lo que le hizo, pero creer que sólo Hidan le quería le alejaba de los que de verdad le queríamos.


- ¿Eres idiota o qué te pasa? – Le grité mientras se agarraba la mejilla con la mano por la bofetada - ¿Te crees que él te quiere? Abusó de ti, te violó, te destrozó y te fuerza a hacer cosas que no quieres ¿Eso es lo que consideras el amor? Entonces eres más tonto de lo que creía, porque creí que amabas a Itachi.


- Es mi hermano y todo es por tu culpa – me dijo.


- Sí, es mi culpa haberte mentido estos años, pero esto que estás haciendo no es mi culpa, es tuya, te estás destrozando tú solo. Date cuenta de una maldita vez.


- Te odio – me dijo llorando pero me dio igual, lo arrastré hasta el coche y le obligué a subir.


Lo llevé al instituto directamente y es que no iba a librarse de sus clases porque estuviera enfadado conmigo… y aún me quedaba la discusión con Naruto, porque ese era otro… tampoco era de los que perdonaban con facilidad y para colmo, también se había fugado del instituto y no sabía a dónde ni con quien, era lo que me faltaba hoy… todos mis hijos haciendo lo que les daba la gana. Le dejé en el instituto y cuando me aseguré que había entrado y que el director lo tenía controlado, volví a arrancar el coche y no sabía dónde ir, no sabía qué hacer con estos niños, me odiaban y me dolía, aún me dolía la bofetada que le había tenido que dar a Deidara y lloré en el coche un rato antes de volver a avanzar sin rumbo fijo. ¡Todo esto era la maldita culpa de Fugaku! ¿Por qué tuvo que volver a destruir mi vida de nuevo?


Conduje entonces a la universidad, tenía que hacer algo por ellos y yo no podía hacer nada, pero sé quién podía ayudarme o al menos… quién podía ayudar a mi hijo Deidara. Aparqué y entré hacia la cafetería encontrándome a Itachi hablando con sus amigos… él era mi última esperanza, sé que eran hermanos pero tenía mucha más labia que yo, él podía aplacar esa furia que tenía Deidara ahora mismo, sólo quería que le controlase un poco, no hacía falta que me perdonara, sólo quería que Deidara estuviera bien y no lo estaría con Hidan.


Itachi al verme se disculpó con sus amigos y se levantó de la mesa viniendo hacia mí con cara de preocupación. Ese chico era listo, muy listo, sólo con verme ya sabía que había ocurrido algo y seguramente supondría que sería con Deidara.


- ¿Quieres que nos sentemos? – me preguntó con cortesía.


- Si por favor… pero no aquí.


- Vayamos fuera donde no haya gente – me comentó.


Fuimos a los jardines exteriores y nos sentamos frente a una de las fuentes. Itachi esperaba a que yo dijera algo, me miraba con esos ojos de calma y dulzura que tenía él siempre y al final acabé derrumbándome, llorando sin poder parar y me sentí imbécil por llorar frente a un adolescente como Itachi, pero él se acercó más a mí y me abrazó intentando calmarme, susurrándome que todo estaría bien y me di cuenta en aquel momento… de que era Itachi la persona idónea para mi hijo, pero era mi culpa que no pudieran estar juntos.


- Lo siento – le dije – siento todo esto.


- Sé que es mi hermano – me dijo - ¿Qué le ha ocurrido a Dei? – preguntó.


- Está con Hidan, se salta las clases, está insoportable, no entra en razón y no sé qué hacer, sé que me odia.


- No te odia, está enfadado por el engaño y sé que se da cuenta de que está mal lo que hace, no quiere estar con Hidan, sólo hay que ver como tiembla cada vez que está cerca suyo, le rehúye siempre que puede, pero el enfado le lleva a hacer cosas que realmente no está pensando. Quiere alejarse de mí y cree que lo conseguirá si puede sustituirme y el único que él conoce al no tener amigos es Hidan, claro que le da miedo estar con él, pero no tiene a nadie más ahora mismo, por eso se ha resignado. Tampoco sé muy bien cómo ayudarle, el otro día fui a hablar con Hidan y tengo su confesión grabada de lo que le hizo a Dei, puedo meterle en la cárcel en un momento.


- Gracias Itachi – le agradecí – Cómo me gustaría poder decirte que no eráis hermanos… pero…


- Lo sé, no hay nada que hacer. Lo es y no puedo evitarlo, tendremos que vivir con ello pero mentiría si te dijera que no le amo, le quiero con locura y haré todo lo posible para que esté bien.


- Gracias, de verdad.


- Hablaré con él, intentaré hacer que entre en razón aunque la verdad es que no quiere verme, pero prometo que lo intentaré.


- Vale – le dije.


Volví a casa algo más tranquilo tras hablar con Itachi, pero aún así… tenía que decir aún una cosa que me estaba carcomiendo por dentro… tenía que hablar con Kakashi, no quería que pudiera enterarse por Fugaku o por a saber quien de lo que había pasado, tenía que ser responsable con mis acciones.


Entré por casa y Kakashi estaba preparando la cena. Recordé cuando le conocí, era un universitario de apenas veinte años y estaba en un bar de mala muerte dejándome seducir por tres chicos que hablaban animadamente conmigo y sé lo que querían… sólo querían acostarse conmigo y yo les seguía la corriente, para olvidarme de Fugaku era capaz de cualquier cosa y no era un secreto para nadie que me consideraban ya como la zorra del bar, todos los universitarios de mi facultad me conocían, sabían qué buscar de mí porque siempre encontraban el sexo, al menos desde que mi corazón se rompió y todo me dio igual.


Kakashi estaba en aquel bar y por mucho que regañé, me sacó de allí obligándome, no quería verme hacer más estas cosas. Recordaba a ese chico de cabello plateado porque había venido más veces al bar y aunque trató de ligar conmigo, se negaba siempre a llevarme a su cama, era de los pocos hombres honrados que quedaban en este bar y harto de ver cómo me iba con cualquiera, me sacó de malos modos y acabó besándome a las afueras del bar con desesperación sin dejarme acabar mi sarta de insultos por haberme arruinado la noche. Me dijo que me quería desde hacía mucho tiempo y que no soportaba verme hacer esto, que no aguantaba ver como destrozaba mi vida… y me hizo darme cuenta de que lo que hacía estaba mal. Acabé a los pocos días accediendo a salir en exclusiva con él y habíamos llegado hasta aquí… diecisiete años juntos, criando a nuestros hijos y le amaba, sabía que le quería con locura, él fue mi apoyo en los peores momentos.


Se acercó hasta mí y me besó con suavidad. Me gustaban sus besos, de verdad que si pero hoy estaba pensando en cómo le había traicionado con Fugaku y cuando empecé a llorar, creo que se dio cuenta. Me abrazó con fuerza ante mi asombro y aunque resopló y no tuve que contarle nada porque se lo imaginaba… yo me sentía fatal.


- Ya está Minato – me dijo abrazándome con fuerza colocando mi cabeza en su pecho – ya está.


- Te prometo que se ha terminado, lo siento mucho Kakashi, no sé qué me pasa ¿Por qué no puedo olvidarle? – le dije llorando – no volverá a pasar, yo te elijo a ti.


- ¿Estás seguro de esa decisión Minato? ¿No te arrepentirás luego?


- No – le dije– te lo prometo… era la última vez… lo que hubo entre Fugaku y yo ya lo hemos solucionado… no volverá a pasar, te lo prometo, se ha terminado por completo.


- Vale – me dijo besándome la frente – si lo habéis solucionado está bien, era hora de que pasarais página, no os hace bien a ninguno de los dos recordar el pasado.


- Lo sé – le dije – lo siento de verdad Kakashi, siento haberte hecho pasar por esto. Yo sólo quería sacarlo de mi mente, sólo quiero dejar de caer cuando le veo.


- Minato… es tu primer amor, el padre de tus hijos y le amas, no puedes sacarlo de tu mente.


- Quiero hacerlo – le dije – ayúdame a olvidarle.


- No puedo hacerlo Minato – me dijo – puedo sacarlo de tu mente pero no de tu corazón, sigues amándole y eso no se olvida jamás por mucho que me quieras, tienes una historia con él demasiado fuerte para olvidarla – le miré como quien mira a alguien que sabes… te va a dejar - Te amo Minato – me dijo de golpe y me sorprendí – sabes que siempre te he entendido y sigo haciéndolo, yo estaré apoyándote siempre, te quiero demasiado para dejarte ir y te lo dije en su momento, yo tengo suficiente amor para los dos.


- Gracias Kakashi… Gracias por estar siempre conmigo, pero te prometo… que no volverá a pasar, no volveré a ver a Fugaku Uchiha, esto se terminó.


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