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Sangre del pasado por Fullbuster

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Deidara Namikaze POV


Itachi me acompañó a casa aquella noche después del miedo que había pasado con Hidan y cuando entré por casa, me sentí seguro por fin. Iba a irme hacia la habitación cuando vi que en el salón aún había luz y mis padres estaban hablando con Naruto, creo que de algo importante porque todos estaban muy serios y bastante apenados. Cuando entré pidiendo permiso, me explicaron la situación que había vivido mi hermano con su entrenador y sinceramente… yo ya lo sabía, pero Naruto me hizo un gesto para que fingiera no saberlo, así que me hice el enfadado mientras Naruto me miraba desde cierta distancia y bajaba la cabeza fingiendo sentirse culpable por no contarme las cosas.


- ¿Qué narices ocurre en esta casa que ocultáis todo? – pregunté enfadado – me ocultáis quien es mi padre, ahora esto.


- Dei – me llamó Naruto y yo me lancé a abrazarlo porque sé que no era justo reñirle en esta situación.


- Lo siento Naru – le dije – sé que lo estás pasando mal pero por favor… no vuelvas a ocultarme algo así.


- Lo siento Dei, no volveré a hacerlo. Yo sólo intentaba protegerte.


- Contémonoslo todo a partir de ahora, sea lo que sea Naru, no puedo ayudarte si no me cuentas las cosas.


- Vale – me dijo intentando sonreír.


Nuestros padres nos mandaron a la habitación y sé que Minato se quedó hablando con Kakashi un rato más, imaginaba que de nosotros y de Fugaku que al fin y al cabo era nuestro verdadero padre. La verdad es que la tensión en esta casa estaba por las nubes últimamente.


- Gracias por no decirlo – me dijo Naruto – papá se sentiría aún peor si supiera que te lo dije a ti antes que a él – me comentó.


- Lo sé – le dije sonriendo.


Aquella noche dormí con Naruto en su cuarto y nos costó dormirnos porque teníamos muchas cosas que contarnos, todo lo que habíamos estado escondiendo. Yo le conté todo lo que me había pasado en el instituto, cómo se metían conmigo los compañeros de clase, todo lo que había ocurrido con Hidan, mi preocupación por el tema de Itachi y no poder sacarle de la cabeza y él me contó con detalle todo su problema con Orochimaru, todo lo que había pasado esta noche, como Sasuke le había acompañado a poner la denuncia y como al final, había acabado acostándose con él otra vez aún sabiendo que era su hermano.


Naruto estaba igual de preocupado que yo con todo esto, se le notaba cuánto quería a ese chico y cuánto sufría por no poder estar a su lado. Cuando consiguió dormirse, yo aún me quedé un rato abrazado a él pensando en las palabras de Itachi, porque claro que quería estar con él, pero no era correcto ¿Debía aceptar o no? Hasta Naruto había vuelto a acostarse con Sasuke ¿Por qué yo no podía hacerlo? ¿Era culpa de mi mente que veía todo como una falta de moral por ser mi hermano? ¿Por qué no podía ser como los demás y dejarme un día llevarme por los sentimientos en lugar de por la razón?


Me dormí pensando en todo aquello, pensando en sí debía o no estar con Itachi, en si debía aceptar su propuesta o no. Cuando nos despertó Minato para ir a clase, bajamos a desayunar en silencio, tanto Naruto como yo teníamos demasiadas cosas en la cabeza y por primera vez en bastante tiempo, vi a Minato algo más tranquilo, creo que por tenerme de vuelta sin estar de rebelde.


Naruto se levantó de la mesa tras desayunar para ir a recoger sus cosas y yo me quedé allí sentado en la mesa dándole vueltas al vaso de la leche mientras miraba a Minato fregar unos vasos.


- Papá – le llamé y él se giró – lo siento, siento todo lo que he hecho y como me he comportado.


- No pasa nada Dei – me dijo pero yo sabía que sí pasaba, se lo había hecho pasar mal.


- Yo… no quería volver con Hidan – le expliqué – solo estaba enfadado.


- Lo sé – me dijo sonriendo y se secó las manos con un trapo para acercarse y sentarse a mi lado en otra silla – no te preocupes ¿Vale? Ven aquí – me dijo abrazándome – nos ocuparemos de que Hidan no pueda hacerte daño pero hasta el juicio… mantente lejos de él, por favor.


- Vale – fui a levantarme cuando caí en otra cosa - ¿Y Naruto? – le pregunté.


- Fugaku está estudiando el caso y las pruebas, también le cogeremos, te lo prometo – me dijo sonriendo – nos ocuparemos de todo.


- Sé que quizá es un poco extraño… pero me gustaría conocerle – le dije – a mi verdadero padre quiero decir, aunque sinceramente… para mí Kakashi siempre será mi padre.


- Lo sé, es difícil hacerse a la idea cuando alguien te ha criado durante tanto tiempo.


- Sí, pero aún así, quiero conocerle.


- Hablaré con él, le hará ilusión pasar un día contigo – me dijo sonriendo.


Vi a Minato levantarse para coger el teléfono, seguramente para comentárselo a Fugaku mientras yo me marchaba a recoger también mis cosas para ir al instituto. Al llegar, Naruto desapareció por los pasillo como era habitual en él, creo que evitaba a Sasuke y es que yo sabía que no debía ser muy fácil convivir con la persona a la que amabas y con la que no podías estar, al menos yo no tenía que ver a Itachi porque iba a la universidad, pero sí tenía que enfrentarme a mis compañeros de clase.


Antes incluso de entrar por el edificio, ya veía sus sonrisas mirándome, sus cuchicheos y como al pasar a mi lado me decían insultos por haberme acostado con mi hermano sin saberlo. Me dieron ganas de llorar pero me aguanté, me quedé allí de pie paralizado asumiendo todo lo que decían hasta que sentí como alguien a mi espalda tiraba de mí y al girarme, me di cuenta de que era Hidan y traté de soltarme. Por mucho que grité, nadie de todos los que estaban en el instituto me ayudó y es que ni siquiera eran compañeros ni amigos, a ellos les daba igual lo que me ocurriera, no se molestarían en ayudarme. Me extrañaba mucho verle, porque Hidan debería estar en este momento en el juicio ¿Qué hacía aquí?


- Déjame – le grité a Hidan pero éste estaba muy enfadado y me arrastró con él – he dicho que me sueltes.


Me dio un bofetón tan cual se giró y sentí un sabor metálico. Me toqué con el dorso de la mano el labio y podía ver la sangre, me había partido el labio.


- Vas a venir conmigo y más te vale mantener la boca cerradita – me amenazó.


- No voy a ir contigo a ningún lado – le grité – aléjate de mí, ya tienes bastantes problemas, no me metas en ellos, yo no soy como tú.


- ¿No eres como yo? – me preguntó – tú sólo puedes estar conmigo, mira bien a tu alrededor… nadie te quiere aquí, todos pasan de ti.


- Itachi me quiere – le dije


- Es tu hermano – me dijo sonriendo - ¿De verdad aún crees que puedes estar con él? Abre los ojos de una maldita vez, tú y yo estamos hechos el uno para el otro y lo sabes.


- No es cierto, sólo eres un delincuente más, yo no soy como tú y no quiero ser como tu, así que déjame.


- Tú no sabes nada de mí, pero vas a venir conmigo y descubrirás que éste es tu sitio, junto a mí – me amenazó arrastrándome con él.


No pude evitar por más fuerza que hice en seguirle, tenía más fuerza que yo y no podía evitarlo. Me llevó hasta su destartalado coche y me metió en él a empujones cerrándome dentro y cuando entró él, condujo hacia algún lugar, ni siquiera sabía dónde me llevaba. Cuando no me veía trataba de llamar a Itachi a su móvil y daba tono, sé que lo daba incluso activé el GPS por si acaso, sólo quería que me sacasen de aquí. No paré de llorar en todo el camino y suplicarle a Hidan que me dejase irme, pero no sirvió de nada, no estaba dispuesto a dejarme en paz.


Condujo hasta uno de los barrios más alejados de la ciudad y ya empezaba a darme mido estar tan lejos de mi zona, no me gustaba nada estar aquí y menos cuando veía la gente tan rara que había por la calle. Aparcó frente a un edificio de mal aspecto y me obligó a bajar aunque tuvo que venir a arrastrarme fuera porque me negaba a salir en ese barrio.


Entramos en aquel bar de mala muerte y me obligó a sentarme en una silla con un montón de gente extraña, aunque yo sólo hacía que mirar hacia la salida tratando de encontrar una forma de irme de allí, pero sinceramente… era complicado, no sabía conducir, no sabía dónde estaba e irme solo por un barrio peligroso no me hacía gracia. Mi móvil vibró un par de veces y pude ver que Itachi me llamaba, pero yo no podía cogerle la llamada, Hidan se enteraría si lo hacía.


Los hombres de mi mesa me miraban de forma extraña… o más bien de forma pervertida y yo centré mi vista en Hidan que discutía con un hombre por algún asunto creo… que de drogas. Uno de la mesa me indicó si quería una raya y yo mirando mal la droga de ahí encima, le dije que no con la cabeza ¿Dónde narices me había traído este imbécil? ¿Estaba loco o qué?


Hidan no dejaba de discutir con aquel hombre de mal aspecto y yo sólo deseaba que acabase de una maldita vez para largarnos de aquí, esto no tenía nada que ver conmigo. De repente el hombre sacó una pistola y le pegó un tiro a Hidan en el hombro ante mi asombro. No pude evitar gritar y aunque me levanté de la silla para ir hacia él, los otros hombres me cogieron de los hombros y me sentaron de nuevo en la silla. Temblaba y no podía hacer nada para dejar de tener miedo.


- Vaya Hidan… así que has traído a tu chico – le dijo el hombre que le había disparado acercándose a mí.


- No le toques a él – le dijo Hidan desde el suelo – él no tiene nada que ver en esto.


- Pero lo has traído – le comentó.


Yo sólo podía mirar asustado a todos los que estaban allí y maldecir a Hidan por haberme metido en este lío. Es que se estaba ganando que le odiase a pulso. Era imbécil por meterme en este asunto ¿En qué maldita cabeza entraba eso de traerme a un lugar peligroso sin decírselo a nadie? Es que de verdad que no entendía a Hidan. Si quería meterse en líos podía hacerlo él solito.


- Es un chico muy guapo – decía aquel hombre acariciando mi mejilla.


- No me toques – le dije enfadado


- Uhhh el rubito tiene genio – dijo riéndose junto al resto de los presentes – si que sabes elegir bien a los chicos Hidan.


- Vete a la mierda, yo no soy nada suyo – le dije enfadado.


- Vaya con el chico… con lo guapo que eres y la lengua que tienes, quizá debería cortártela pero hoy estás de suerte, porque como Hidan no nos ha pagado la mercancía que le dimos para vender, tú serás quien pueda pagarla – dijo mirándome de forma lujuriosa colocando su mano en mi muslo.


- No me toques – le dije escupiéndole a la cara y él me devolvió el acto con una bofetada.


- No le hagas daño – escuché a Hidan en el suelo agarrándose el brazo que sangraba.


El hombre me cogió del cabello con fuerza obligándome a levantarme y me colocó de pie frente a la mesa donde estaba toda la droga y me hundió la cabeza en el montón. Intenté no respirar por no tragar nada, pero era imposible, me presionaba la cabeza contra la droga mientras el hombre se reía y le explicaba a Hidan que cuánto podría aguantar antes de tener la sobredosis según mi peso. Por suerte, escuché la sirena de la policía y cuando todos se movieron para irse, pude levantar la cabeza pero estaba mareado… demasiado mareado como para mantenerme en pie y caí al suelo convulsionando sin control. Escuché como la puerta se abría y tras la policía, vi a Itachi acercarse corriendo.


- Dei – me llamaba y le veía, pero no podía hablar, solo seguía convulsionando – vamos Dei aguanta. ¿Qué droga le han dado? – le gritó a Hidan en el suelo.


- No lo sé – le decía Hidan.


- No me jodas Hidan… se está muriendo de sobredosis, eres un imbécil por traerlo ¿Cómo se te ocurre?


Sólo podía ver a Itachi y ya empezaba a verle borroso, no podía hablar y quería decirle cuánto le quería, pero no podía, sólo podía quedarme paralizado en el suelo convulsionando hasta que me desmayé momentos antes de que llegasen los sanitarios.


 


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