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Sangre del pasado por Fullbuster

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Deidara Namikaze POV


- ¡Itachi! – grité despertándome de golpe y al tocar mi rostro me di cuenta de que estaba llorando.


Miré a la habitación y no había nadie, todo estaba vacío, tal y como estaba ahora mi corazón, porque lo sentía vacío, triste y roto. Cuando por fin había entendido que quería estar con Itachi fuera o no mi medio hermano, cuando había elegido definitivamente apostar por mi felicidad con él aunque eso supusiera tener a todo el mundo en contra y me siguieran insultando por salir con mi hermano… ahora era Itachi quien se arrepentía de tomar esta decisión.


Nada tenía ya sentido para mí, me miraba las manos aún con los tubos que los médicos se negaban a quitarme por seguridad y con la mirada agachada y triste, ya no tenía ganas de nada excepto de llorar, ¿Así sería el resto de mi vida? Creo que podía saber ahora lo que sentía mi padre, Minato siempre había amado a un amor imposible para él, lo había guardado en lo más profundo de su corazón y ya no le permitía salir ¿Me pasaría igual que a él? ¿Llevaría este amor imposible siempre en lo más hondo de mi corazón y tendría que rehacer mi vida con otra persona? Ya no sabía nada.


Mi padre entró por la habitación, estaba triste, sus ojos llorosos y su voz se quebraba aunque trataba de sonreírme para que no me preocupase, pero yo sabía que algo le ocurría, algo grave. Cuando se acercó a mí y me besó la frente, supe que iba a contarme algo que no me gustaría oír.


- Dei – me dijo sentándose en una silla y pensando un segundo las palabras – siento tener que decirte esto en tu estado pero… - el silencio volvió a hacerse y de repente empezó a llorar sin poder parar.


- ¿Qué ocurre? – le pregunté.


- Kakashi… - intentaba hablar – tu padre… ha fallecido esta mañana – me dijo al fin y no podía creérmelo, si era una broma era muy cruel.


- No puede ser, me estás mintiendo – le dije enfadado.


- No Dei – me dijo llorando – es cierto, lo lamento mucho.


Intenté hacerme a la idea y no podía, creía que Kakashi volvería a entrar por esa puerta en cualquier momento, pero en el fondo sabía que no volvería a verle ¿Cómo era posible que todo me saliera mal? Perdía a Itachi y a Kakashi el mismo día y mi corazón no aguantó más, lloré como nunca lo había hecho ¿Qué sentido tenía ahora mi vida?


Naruto vino aquella mañana y al entrar y vernos tan serios, se asustó también. Le dije las cosas a lo bestia, a mí ya nada podía importarme, lo había perdido todo y creo que no me di cuenta de que Naruto no tenía la culpa de lo que me ocurría a mí. Se echó a llorar en cuanto le dije que nuestro padre había muerto y me sentí culpable por decírselo tan a lo bestia pero Minato se levantó enseguida cogiéndolo y abrazándolo tratando de calmarlo, aunque estábamos los trse llorando sin poder parar.


Miré hacia la ventana y pude ver a Sasuke Uchiha allí de pie observándonos, sobre todo a Naruto. Intuí que tenían algo ellos dos y cuando se recuperó, nos lo contó. Mi padre se alegró  por Naruto aunque luego se giró hacia mí y su mirada se entristeció. Yo no tenía la suerte de mi hermano, me alegraba por él, pero ahora mismo estaba demasiado afectado con todo esto, él al menos ganaba el apoyo de Sasuke… yo no tenía a nadie, a mi todos me abandonaban.


Mi padre se llevó a Naruto fuera convenciéndole de que necesitaba descansar, no iban a tardar tampoco mucho en darme el alta, de hecho en cuanto se fueron mi padre y mi hermano, llegó un enfermera a quitarme los tubos, en unas horas podría volver a casa, volver a mi vida normal ¿Qué me quedaba ya? ¿El instituto donde todos se metían conmigo? ¿Una casa donde mi gran apoyo que era Kakashi ya no estaba? ¿Mi vecino que ya no quería volver a verme? Ya todo daba igual.


Me levanté en cuanto todos se marcharon y disimuladamente caminé por el hospital hasta el depósito de cadáveres y aunque me costó entrar sin que me descubrieran, lo conseguí y es que necesitaba ver a Kakashi por última vez, necesitaba ver a mi padre porque él siempre había estado ahí para apoyarme. Aparté la sábana que lo cubría y le vi, no pude evitar empezar a llorar descubriendo ante mis ojos que todo era cierto, ya no volvería conmigo, no volvería a ver a Kakashi y lloré aún más.


La puerta se abrió a mi espalda y me dio igual quien fuera, ya nada me importaba, seguí llorando mientras miraba a Kakashi y entonces escuché la voz de Itachi.


- Dei – me llamó y me sobresalté.


- Lárgate – le dije.


- Dei todos te están buscando.


- Pues ya me has encontrado – le dije – ahora márchate y déjame en paz.


Itachi hizo el amago de marcharse, volvió hacia la puerta pero al llegar a ella, se giró nuevamente hacia mí y vino aún con más determinación girándome de forma brusca para que le mirase.


- ¿Qué narices te pasa Dei? – Me preguntó enfadado – Reacciona de una maldita vez, tú no eres así.


- Acabo de perder a mi padre – le grité - ¿Crees que estoy bien? ¿Crees que me importa lo que tengas que decirme? Tú no eres nada mío, sólo eres ese vecino que vive enfrente – le dije – no tienes derecho a decirme nada.


- Soy tu hermano y tengo derecho.


- Yo no te veo como mi hermano, no he vivido contigo, no eres nada mío – le grité – eres sólo el vecino, así que lárgate y déjame solo con mi dolor.


- No voy a dejarte solo – me dijo.


- Ya lo has hecho, estoy solo, tú me has abandonado, mi padre me ha abandonado, no tengo amigos, Hidan está en la cárcel ¿Qué narices tengo Itachi? – le pregunté gritando y él dudó – lárgate – le grité – te di mi amor y lo tiraste, lo pisoteaste, me has destrozado el corazón, así que lárgate, no tengo nada más que ofrecerte Itachi, ya no puedes destrozarme más.


Itachi se marchó de allí sin tener una contestación, él también sabía que yo tenía razón, no me quedaba nada y él no volvería conmigo, ya me había remarcado que era mi hermano, estaba solo, ambos lo sabíamos. Sé que Itachi no cambiaría de opinión y si no venía decidido a convencerme de que saliéramos juntos pasase lo que pasase, entonces era mejor que se mantuviera bien lejos de mí, porque me hacía daño ver lo que pude tener y no tendría jamás, tenía que empezar a verle por lo que era, mi hermano.


A los diez minutos de estar allí solo, vino Minato y me abrazó. Lloré como nunca, no podía evitarlo, abrazar a mi padre y saber que Kakashi no volvería, saber que Itachi tampoco lo haría me destrozaba y el abrazo de mi padre aún me destrozaba más, hacía que me sintiera mucho más vulnerable.


- Te quería – me dijo Minato llorando – él te adoraba, no lo olvides nunca.


- Lo sé – le dije llorando – pero me sigue haciendo falta.


- Eres fuerte Dei, lo superaremos ¿vale? Estaremos juntos en esto. Además… voy a necesitar ayuda ahora más que nunca – me comentó.


- ¿Por qué? – pregunté con curiosidad y él sonrió un poco.


- Porque estoy embarazado de Kakashi.


- ¿Enserio? – le pregunté y sonreí


- Sí – me dijo


- Papá… ¿Qué va a pasar con Fugaku? – le pregunté preocupado.


- Kakashi le pidió que me cuidase – me dijo muy serio – le amo – dijo poniéndose serio y triste – pero no sé si es correcto sentir esto que siento por él justo ahora, justo cuando ha muerto Kakashi – me comentó con preocupación – no puedo olvidar a Kakashi por mucho que ame a Fugaku, es un hueco muy grande lo que ha dejado tu padre – me comentó mientras le caía una lágrima.


- Tienes que seguir viviendo – le dije – no puedes aferrarte al pasado papá. También quiero mucho a Kakashi, pero tenemos que asimilar que ya no está con nosotros, por mucho que nos duela. Hay que seguir adelante.


- Lo sé. De verdad que has madurado – me dijo sonriendo mientras me abrazaba.


- Si Fugaku es tu amor de toda la vida, no pierdas más el tiempo papá – le dije tratando de sonreír.


- Tienes razón – me dijo - ¿Tú estás bien? ¿Qué te ha ocurrido con ese chico? – me preguntó – Itachi te ama, no renuncies a él así tan fácil Dei.


- No soy yo quien ha renunciado a él papá, es él quien ha renunciado a mí – le dije – no me quiere, sólo es cariño de hermanos. No quiere nada conmigo y tú siempre has dicho que debo respetar las decisiones de los demás. No hay nada que hacer. Yo no soy suficiente para él, sólo seré su hermano – le dije marchándome, quería salir de aquí.


- Dei… no cometas mis errores – me dijo Minato de golpe antes de que yo saliera.


Fui directamente hacia la habitación y me encontré por el pasillo a Naruto con Sasuke. Al menos me alegré por mi hermano, porque parecía haber recuperado esa vitalidad que tenía antes, discutía con Sasuke, se reía y bromeaba como antes, había vuelto a ser el chico hiperactivo que era antes de todo lo que le ocurrió con Orochimaru, al menos él podía ser feliz y al parecer… ahora mi padre también podría rehacer de nuevo su vida, volver a recuperar lo que una vez perdió por los engaños y las manipulaciones de los demás. Yo era el único que ya no tenía nada.


Esa mañana me dieron el alta y fui a casa para encontrarme que ya habían traído las cartas de admisión para la universidad, no sabía a cual quería ir, pero ahora mismo… creo que lo tenía un poco más claro, quería irme lejos, quería alejarme de todo y concerté la entrevista en la universidad de Harvard, al otro extremo de donde vivía ahora.


No vi a Itachi en los días siguientes aunque su padre si vino a ver a Fugaku y a cuidar del hijo que ahora tendrían en común. El entierro de Kakashi fue triste y aunque vi a Itachi, no nos acercamos a hablar y yo había decidido irme justo después del entierro a la universidad, por lo menos me alejaría de él. Lo había mantenido a escondidas, no quería que mi hermano se pusiera triste porque me marchaba lejos a estudiar y él había elegido la universidad de al lado de casa igual que Sasuke, justo a la que iba Itachi también.


Me despedí de mi padre cuando estuvimos un rato a solas y le comenté que me iba a la entrevista de la universidad. Se sorprendió de que me fuera tan lejos pero no dijo nada, sabía que me alejaba por Itachi, necesitaba rehacer mi vida fuera de aquí, necesitaba sacarlo de mi cabeza y de mi corazón aunque doliera, ya no soportaba más verle y saber que jamás estaríamos juntos.


Iba a coger un taxi a la estación de autobuses, pero mi padre se empeñó en llevarme él mismo. Le avisó a Fugaku de que venía enseguida y me subí al coche. Cuando llegamos, el autobús aún no había llegado, faltaba media hora para que saliera y esperamos los dos en silencio. Minato sabía que estaba mal por todo esto, sabía que estos días habían sido un infierno para mí sabiendo que no podía estar con Itachi.


- Lo siento Dei – me dijo de golpe


- ¿Por qué? – le pregunté.


- Por no poder ayudarte con esto. Ojalá no te hubieras enamorado de él para no tener que verte sufrir como lo haces.


- Ya da igual papá – le forcé una de mis típicas sonrisas de que todo estaba bien cuando no lo estaba – Itachi era demasiado bueno para mí – le dije.


- No es cierto Dei, era perfecto para ti, tú vales mucho.


- No – le dije – no valgo nada.


El autobús llegó en aquel momento y me despedí de mi padre con un gran abrazo. Lloré y es que sé que echaría de menos a mi padre y a mi hermano, que echaría de menos a ese nuevo hermanito que iba a tener, pero no podía hacer otra cosa. Subí al autobús sin mirar atrás y arrancamos. Esta era mi adiós a Itachi, no volvería a verle y al darme cuenta de eso, noté como una lágrima resbalaba por mi mejilla, me lo prometía ahora mismo, Itachi sería siempre mi pasado.


Ya estábamos saliendo de la terminal cuando el autobús frenó de golpe y se abrió de nuevo la puerta mientras el conductor se quejaba porque el que estaba entrando se había puesto en medio de mala forma obligándole a detenerse y cuando me incorporé en el asiento, me encontré a Itachi vestido de negro por el funeral y caminando con rapidez hacia mí mientras le decía al conductor que sería sólo un momento.


Me tensé, seguro que venía a discutir conmigo de nuevo porque no me había despedido de él, pero es que no había tenido el valor para hacerlo. Me cogió del brazo obligándome a ir tras él, arrastrándome por el pasillo del autobús y aunque opuse resistencia porque no quería acompañarle, él seguía arrastrándome.


- Para ya – le grité - ¿Qué te pasa?


- ¿Qué me pasa? – me preguntó - ¿Te largas así sin más? – me preguntó - ¿Qué pasa conmigo Dei? ¿Qué narices pasa por tu cabeza?


- No… ¿Qué te pasa a ti? Me rechazaste Itachi, me destrozaste, sólo quiero irme – le dije empezando a llorar.


- No voy a dejar que te marches así, Harvard no es tú sitio – me dijo – quédate, ven a esta universidad, ve con tu hermano, con Sasuke, conmigo.


- No puedo – le dije – no soporto verte. Necesito irme para poder olvidarte.


- No me olvides – me dijo de golpe atrapando mis labios entre los suyos en un beso apasionado – Te amo, no me olvides por favor, no puedo estar sin ti, si sigues empeñado en marcharte me voy contigo, pero no me olvides, no me obligues a vivir sin ti porque no lo soportaría.


Estaba confuso con todo esto ¿Qué debía hacer? ¿Me hablaba enserio? ¿Le daba igual que fuéramos medio hermanos? ¿Quería salir conmigo? No sabía qué narices hacer ¿Debía irme o quedarme?


- Ey chicos… tengo un horario que cumplir – dijo el conductor - ¿Os quedáis o bajáis? – preguntó el conductor.


La gente nos miraba y de repente se llenó de gritos y murmullos, la mayoría diciéndome que bajase, que algo tan romántico como lo que había hecho ese chico de parar el mismo autobús y declararse allí mismo merecía que bajase con él, pero yo no sabía qué hacer.


- Vamos Dei, te amo, quédate conmigo – me dijo Itachi y yo le miraba a esos espectaculares ojos que tenía. Recordaba a mi padre diciéndome que no cometiera sus mismos errores y tomé mi decisión.


- Me quedo – le dije al fin y bajé del autobús agarrado de la mano de Itachi mientras medio autobús aplaudía por mi decisión.


Minato, Fugaku, Sasuke y mi hermano nos esperaban abajo, al parecer, Itachi había venido con ellos. Era mi padre quien le había dicho a Fugaku donde encontrarnos, era Fugaku quien había traído a Itachi, eran Sasuke y Naruto quienes habían venido para animarle.


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