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Sangre del pasado por Fullbuster

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Sasuke Uchiha POV

 

Finalmente estábamos en la universidad y había conseguido traer a Naruto hasta aquí porque sus notas tuvieron que subir mucho para poder venir a mi misma universidad, pero lo conseguimos, después de pegarme días y días estudiando con él en su casa tratando de meterle toda la información en su cabeza, conseguí que levantase sus penosas notas y es que la única nota decente que tenía era gimnasia y como para haberlo suspendido el imbécil de Orochimaru… era el mejor atleta del colegio, no habría encajado si lo suspendía, todos sabían lo bueno que era.

 

La gran ventaja que habíamos tenido ahora, es que habíamos podido ir juntos a la misma habitación de la residencia de estudiantes, también pedimos y reclamamos estar juntos, además… íbamos a la misma clase, estudiábamos siempre juntos y no tuvieron mucho problema con nuestra petición, lo peor fue contarlo en casa, pero como Naruto no se atrevió, acabé haciéndolo yo y nuestros padres se comportaron bastante bien, no creí que se lo tomarían tan bien como lo hicieron, aunque nos obligaron como no… a estudiar.

 

Ese año fue el mejor de mi vida, básicamente porque vivía con Naruto y aunque era una residencia y al salir al pasillo nos cruzábamos con todos los demás estudiantes, para mí era suficiente con estar lejos de casa, aunque los fines de semana íbamos a verles y comíamos con ellos. Mi hermano y Deidara también venían a vernos esos días, así que toda la familia se reunía. Mis padres seguían como siempre, bueno… quizá más felices, porque ahora les veía felices de verdad, estar juntos le sentaba bien, habían dejado atrás sus discusiones, sus idas y venidas, el tener que pensar por la familia antes que en sus sentimientos, ahora todo fluía como una familia normal y eso me alegraba mucho por mi padre, porque después de Mikoto, le hacía falta recomponerse, le hacía falta esta felicidad que sólo Minato podía darle.

 

Mañana era mi cumpleaños y la Universidad no tardaría en finalizar, estábamos al final del semestre y había estado toda la semana encima de Naruto estudiando con él, pero estaba rarísimo, llevaba ya unos días muy raro y no sé qué le ocurría, era imposible entrar en él a preguntarle qué le ocurría, siempre me decía lo mismo… que estaba perfectamente y me evadía ¿Qué le ocurría ahora? Siempre que decía que estaba bien, yo no me creía nada y parecía que cada vez que intentaba ocultarme algo… yo me preocupaba el doble, porque conocía a Naruto y su aguante ante el sufrimiento, con tal de aparentar estar bien, era capaz de aguantar lo que fuera y yo quería que me contase las cosas.

 

Sabía que Orochimaru no podía ser, su juicio había sido hace mucho tiempo, tenía una condena larga y tortuosa, no creo que volviéramos a encontrarnos con él nunca más, no podía decir lo mismo de Hidan, aunque también le faltaba aún para salir, porque le habían caído dos condenas al final, la de violación a Deidara y la de tráfico de drogas por la situación en la que estaba metido con sus amigos y es que traficaba con ellos para ganarse la vida, así que tenía dos condenas a cumplir, al menos una estaba a punto de terminarla… no sé si la otra le rebajarían por buena conducta o no, sé que Deidara había ido a verle y habían hablado. Deidara me comentó que parecía haber cambiado pero yo no terminaba de fiarme, aunque todo era posible, la estancia en prisión no debía ser fácil y menos para alguien como Hidan, pero todo se vería con el tiempo.

 

De lo que sí estaba seguro, es de que mi hermano y Deidara estaban perfectamente, tenían su grupo de amigos, salían con ellos muchas veces a tomarse algo y parecían conejos en celo, desde que se habían ido a vivir juntos… no los pillaba ningún día sin estar en la cama revolcándose, eran tal para cual esos dos, disfrutaban el uno del otro al máximo y se lo merecían, se merecían ser felices, me alegraba por ellos.

 

Hoy en la universidad Naruto ni me dirigió la palabra y eso que se sentaba a mi lado. No le di mucha importancia porque creí… que estarían preparando alguna fiesta sorpresa o algo los amigos para celebrar mañana mi cumpleaños y no quería arruinarles la sorpresa. Permanecí en silencio y de vez en cuanto le miraba, pero él seguía apuntando en su libreta lo que iba dictando el profesor. No podía evitar sonreír al verle tan concentrado en la materia ¿Quién me diría a mí que este chico iba a resultar ser un buen estudiante al final? Cuando la clase acabó, es cuando me dispuse a hablar con él mientras recogíamos las cosas.

 

- ¿Nos vamos juntos? – le pregunté y él me miró por primera vez en todo este rato.

 

- No – me dijo – hoy iré a casa de los papás a dormir – me comentó.

 

- ¿Y eso? – le pregunté sonriendo – es muy raro en ti. No es fin de semana.

 

- Lo sé – me dijo – pero tengo algo importante que hablar con ellos.

 

- ¿Enserio? – pregunté - ¿Y yo no puedo saberlo?

 

- No – me dijo muy serio – no todavía.

 

Estaba claro que era algo para mi cumpleaños y no querían desvelarme la sorpresa, pero es que estaba tan raro Naruto que me preocupaba. Conociendo a Naruto… cuánto más raro se ponía, más me preocupaba a mí, pero no quería decírselo y quería esperar hasta que pasase mi cumpleaños por si era alguna sorpresa y yo se la arruinaba por mis especulaciones.

 

Llegué a nuestra habitación y aproveché para recoger un poco toda la casa y es que Naruto era un desastre para el orden, lo dejaba todo tirado por todos los lados y más ahora… que encima estábamos cerca a las vacaciones de verano y parecía que en vez de recoger para volver a casa mientras la universidad cerraba, lo había desperdigado aún más todo como si no quisiera irse. La verdad es que yo tampoco deseaba irme, no quería volver a vivir con nuestros padres bajo el mismo techo, me había acostumbrado a estar con él, pero no podíamos quedarnos aquí, la universidad cerraba y teníamos que pedir la residencia de nuevo para el año siguiente, quizá nos cambiarían hasta de habitación, así que al final… tuve que recogerlo yo todo o casi todo… porque no me dio mucho tiempo.

 

Aquella noche dormí solo, algo extraño, creí que Naruto vendría, que cambiaría de opinión y es que él odiaba dormir solo y más en casa de sus padres, ni siquiera estaba ya su hermano allí, de hecho su hermano debería estar a estas horas pasándoselo en grande con el mío. Esos dos sí que sabían montárselo bien, se habían independizado y hacían su vida como querían, pero claro, Itachi ya trabajaba, era bastante más mayor que nosotros y Naruto y yo… seguíamos estudiando.

 

Acabé levantándome a las cinco de la mañana porque no podía dormirme sin mi rubio, estaba también demasiado acostumbrado ahora a estar con él, así que preferí ponerme el pantalón de deporte y salir a hacer algo de ejercicio. Llegué hasta la casa de mi hermano y miré hacia la ventana comprobando que toda luz estaba apagada, seguirían durmiendo y no iba a molestarles. Tras dar mi vuelta volví a casa, me duché y decidí ir a casa de nuestros padres para ver si Naruto estaba allí y estaba, les vi por la ventana del salón, hablaban con él y parecía algo serio.

 

Abrí la puerta con mis llaves y Naruto me sonrió un poco al verme allí. Mis padres vinieron a saludarme también y me felicitaron, hoy era mi cumpleaños y se me había olvidado por un momento, sólo había pensado en Naruto y no caí en lo de mi cumpleaños, quizá les había arruinado la sorpresa y no lo sabía, pero no parecía que hubiera nada preparado en casa.

 

Me dejaron mis padres a solas con Naruto y éste se levantó para besarme mientras me felicitaba, pero también me comentó de ir a otro lugar y es que creo… que la fiesta era en otro sitio. Estuvimos todo el día con mis padres, pero yo seguía pensando que a Naruto le ocurría algo, ni siquiera me había dado mi regalo, quizá esperaba a la fiesta. Al anochecer es cuando salimos para ir al lugar donde se suponía… estaban todos esperándonos. Mis padres iban en uno de los coches de atrás y llegamos a la casa de mi hermano, no esperaba que la fiesta fuera allí, pero cuando abrieron la puerta, desde luego era allí, vi a los amigos de mi hermano y de Deidara, a los amigos de Naruto y míos, veía a Kushina con Obito y su hijo que ya había crecido bastante, estaba enorme y contaban con orgullo los dos como ya caminaba y hablaba por los codos, ahora no conseguían hacerlo callar, les había salido muy charlatán, tal y como era Kushina.

 

Desparecí entre los presentes, hablé con todos y todos iban felicitándome y dándome regalos, cuando llevaba ya casi hora y media y como varias cervezas bebidas con los amigos, me di cuenta de que hacía tiempo que no veía a Naruto y quizá me había centrado demasiado en las visitas para que se sintieran a gusto que en él, así que le busqué por la fiesta y fue Itachi que no se separaba ni un segundo de Deidara quien me dijo donde se encontraba.

 

Salí a la terraza lejos del bullicio de la fiesta y estaba allí mirando la luna. Estaba precioso, como siempre, su cabello rubio relucía con esa luz azulada y su cabello se movía suavemente con la brisa. Me vio llegar y sonrió cuando le coloqué mi chaqueta por encima.

 

- ¿Por qué no vamos dentro? Aquí hace algo de frío – le comenté.

 

- Sí – me dijo – pero espera un momento

 

- ¿Qué ocurre? – le pregunté – ya sé que llevas unos días muy extraño ¿Es por la fiesta? – le pregunté.

 

- No – me dijo – es por tu regalo – me comentó – lo lamento Sasuke.

 

- Venga Naruto – le sonreí – si se te ha olvidado comprar algo no pasa nada, podemos ir otro día, además… tú eres mi mayor regalo, con que estés conmigo es suficiente para mí.

 

- Es algo así Sasuke – me dijo sonriendo – no sé cómo te tomarás esto pero… - cogió mi mano y la llevó hacia su vientre – es tu regalo Sasuke – me aclaró y lo entendí.

 

- ¿Qué? – pregunté sorprendido haciendo que se asustase un poco, pero luego sonreí y apoyé la cabeza en su vientre intentando escuchar algo.

 

- Sa…Sasuke… - me llamó sonrojándose – aún es pronto para oír algo.

 

- No me importa – le dije sonriendo – es el mejor regalo de todos Naruto, sé que puede sentirme, dios… Gracias Naruto – le besé y pude ver que seguía sonrojado – muchas gracias Naruto, te amo.

 

- ¿Enserio no estás enfadado? – me preguntó

 

- ¿Cómo voy a estar enfadado? Vas a hacerme padre Naruto, es lo mejor que podía esperar de ti, te amo, es el mejor regalo de todos.

 

- Yo creía…

 

- ¿Estabas raro sólo porque te preocupabas de cómo me lo tomaría? – le pregunté y él asintió – Eres perfecto Naruto, nunca te dejaría, te amo demasiado y este niño será nuestra mayor felicidad.

 

- Tengo un poco de miedo – me dijo – aún no he acabado mis estudios y tú tampoco, no quiero que los abandones para tener que criar a este niño, no quiero abandonarlos.

 

- No tengas miedo Naruto, me ocuparé de todo, buscaré un trabajo a medio tiempo, me sacaré la carrera, no permitiré que tú renuncies tampoco a tus estudios.

 

- Pero será muy difícil.

 

- Sí, lo será – le dije – pero no es imposible Naruto, tenemos una familia maravillosa, podemos hacerlo ¿Lo saben los demás?

 

- Nuestros padres… - me dijo – quería tener su opinión primero y a ti te lo quería decir hoy, era tu cumpleaños.

 

- Te amo Naruto – le dije besándole y entonces le cogí la mano para entrar dentro – vamos, voy a decírselo a todos.

 

- Sas…Sasuke espera… - me dijo.

 

- Vamos Naruto, no tengas miedo, se alegrarán todos

 

- Está bien – me dijo al fin sonriendo.

 

Mi hermano fue uno de los primeros en alegrarse y lanzarse a abrazarme, pero yo no pude evitar mirar a Deidara que se camuflaba ahora entre la fiesta y se marchaba de allí, creo que a él le pasaba algo, quizá la noticia no le había sentado del todo bien. Dejé a Naruto hablando con los demás y fui a ver a Deidara que estaba llorando en el cuarto de baño. Abrí la puerta y entré para verle sentado en el suelo y me senté a su lado.

 

- Ey ¿qué te ocurre? – le pregunté.

 

- Nada Sasuke, no pasa nada – me dijo limpiándose las lágrimas con el papel higiénico.

 

- Vamos, cuéntamelo Dei ¿Es por la noticia?

 

- Sí – me dijo – me alegro mucho por vosotros, de verdad, pero…

 

- ¿No me digas que tú no puedes…?

 

- No – me dijo – sí que puedo tener hijos, de hecho… estoy embarazado pero no sé cómo decírselo a tu hermano. Él está ocupado en un proyecto importante y lo quieren mandar unos meses a otra ciudad… yo no quiero que renuncie a ese proyecto por mi culpa, no sé como decírselo.

 

- Díselo Dei – le comenté – él se pondrá contento.

 

- No quiero arruinarle sus planes, yo no quería quedarme, quería que él pudiera acabar ese proyecto antes de estabilizarnos.

 

- Dei… mi hermano hará lo que tenga que hacer, siempre ha tomado buenas decisiones y no te dejará solo, cuéntaselo – le dije con una sonrisa – se pondrá feliz.

 

- Sasuke… gracias – me dijo y le limpié una lágrima que aún resbalaba por su mejilla – y felicidades por el niño – me comentó forzando una sonrisa.

 

- Ey… ¿Estáis bien? – me preguntó mi hermano desde la puerta.

 

- Perfectamente – le dije – Deidara está sentimental y no quería que le vieran llorar por la noticia – le mentí,  pero esto tenía que contárselo Deidara cuando creyera oportuno.

 

 


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