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Sangre del pasado por Fullbuster

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Notas del capitulo:

 

 

Naruto Uzumaki POV

 

Tres largos años habían pasado desde que tuve a mi niño, desde que todo empezó a ser felicidad en mi vida, desde que Sasuke se convirtió en lo más importante de mi vida y en el padre de mi hijo, tres largos años que a mí me habían pasado volando. Estaba terminando ya mi carrera y Sasuke… él llevaba por lo menos tres años trabajando y estudiando al mismo tiempo, no sé cómo lo hacía para llegar a todo, pero era increíble, también estaba terminando y estaba muy contento con nuestra vida.

 

Habían sido tres años complicados donde me centré en la crianza de nuestro hijo y estudiar me era complicado, pero Sasuke incluso estando tan ocupado como siempre estaba, sacaba tiempo para ayudarme y se lo agradecía, gracias a él conseguía ahora finalizar mis estudios con éxito. No podía amar más a alguien, Sasuke lo era todo para mí y seguiría siéndolo, no podía ver mi vida sin él.

 

A mi hermano Deidara solía verlo cuando llevábamos a los niños a la guardería y nos tomábamos un café juntos contándonos nuestras cosas. Itachi parecía tener bastante éxito con sus proyectos, varios empresarios habían contratado sus planos para crear sus oficinas y es que si llego a saber que se ganaba tanto de arquitecto, yo también habría estudiado esa carrera. La verdad es que me alegraba por ellos, pero a mí me gustaba la biología igual que a Sasuke.

 

Deidara ya había terminado sus estudios de derecho y estaba en un pequeño buffet de abogados, de hecho… trabajaba de oficio como nuestro padre y muchas veces se veían por el edificio. Aunque andábamos tan ocupado, siempre tratábamos de reservar los fines de semana para visitar a nuestros padres y nos reuníamos toda la familia allí. Los chiquillos se lo pasaban en grande, los tres jugaban siempre juntos y a veces había alguna discusión, pero era lo típico de los niños.

 

Hoy era viernes y habíamos decidido ir a cenar todos a casa de nuestros padres. Sasuke por suerte salía antes de trabajar y eso me alegraba el día, porque podía estar un rato con él antes de ir con el resto de la familia. Aproveché aquella tarde para recoger un poco la casa y vigilar que el enano hiciera sus cosas, aunque él esparcía más bien los juguetes en lugar de ayudarme a recoger, al final, acabé acostándole para que se echase una siesta, seguramente esta noche llegaríamos tarde a casa, así que debía aprovechar ahora en dormir, luego no se estaría quieto jugando con su prima.

 

Sasuke llegó de trabajar justo cuando yo terminaba de fregar los platos y antes de que pudiera decir algo, ya lo tenía detrás de mí cogiéndome de la cintura y besando mi oreja seductoramente, por lo que yo sonreí tratando de indicarle que parase, pero él miró hacia el suelo buscando al enano.

 

- ¿Dónde está? – me preguntó.

 

- Durmiendo – le dije sonriendo.

 

- Entonces no hay problema si te follo aquí mismo, ¿no? – me preguntó con una gran sonrisa mientras me daba la vuelta y me subía encima de la encimera. No pude parar de reír.

 

- Eres un pervertido – le dije.

 

- Es cierto – me comentó sonriendo – pero es tu culpa por ser tan irresistible – dijo besándome con pasión metiendo su lengua a jugar con la mía – Te quiero

 

- Y yo a ti Sasuke – le dije con una sonrisa.

 

El brazo de Sasuke pasó por mi cintura apretando mi espalda para juntarme aún más hacia él, quedándose en medio de mis piernas mientras aprovechaba la posición para quitarme la camiseta y lanzarla al suelo de la cocina. Menos mal que estaba el niño durmiendo, porque si nos veía así menuda la que se podía liar, por suerte, tenía un sueño profundo, creo que había salido a su padre en eso.

 

Sasuke se agachó un poco bajándome el pantalón y metiendo en su boca sin compasión alguna mi miembro y empecé a gemir como un loco, adoraba a este chico, me encantaba todo lo que hacía y era en estos momentos, cuando sabía al cien por cien, que él y yo estábamos hechos el uno para el otro, yo sólo podía ser de él.

 

Sentía sus dedos preparando mi entrada mientras seguía entretenido con mi miembro y no podía evitar sentir todo ese placer, no podía evitar gemir y cogerle del cabello con fuerza mientras movía mi cintura levemente buscando aún mayor profundidad en su boca, lo que no esperé fue correrme en tan poco tiempo y sin darme tiempo a avisarle. Sasuke sonrió cuando se apartó limpiándose con un trapo de la cocina y yo estaba rojo como un tomate.

 

- Lo siento Sasuke – le dije

 

- No pasa nada Naruto – me dijo sonriendo – ahora sueles irte bastante rápido – me dijo con prepotencia.

 

- Oye… - me quejé.

 

- tú empiezas a ser más sensible o yo empiezo a hacerlo cada vez mejor – dijo de forma egocéntrica pero al ver su sonrisa no pude evitar sonreír.

 

- Tu lo haces cada vez mejor – le dije subiéndole el ego.

 

No pude decirle nada más, porque sentí como bajaba su bragueta y entraba en mí empezando a moverse y aunque me dolió un poco al principio, enseguida me adapté a él, creo que éramos perfectos, para mí… Sasuke encajaba a la perfección y aunque siempre intentaba ir despacio al principio, luego acababa cogiendo la profundidad que a mí me gustaba y entonces… disfrutábamos los dos, porque una de las cosas que más me gustaba, era escuchar esos gemidos tan varoniles que tenía Sasuke, supongo que a él también le gustaban los míos.

 

Aún estando sentado recostado en la encimera, tuve que apoyarme contra los azulejos de atrás por el impulso y la velocidad que cogió Sasuke. Grité y gemí aunque traté de acallarlos como podía por si despertaba al niño y Sasuke sonreía con prepotencia, tal y como era él. Le gustaba metérmela hasta el fondo para escucharme gritar por él, le encantaba sentirse así de fuerte y cuando se corrió, apreté mis piernas a su cintura evitando que saliera rápido de mí como solía hacer, esperé a que soltase todo en mi interior mientras él me besaba.

 

- ¿Estás bien? – me preguntó Sasuke.

 

- Sí – le dije con la respiración entrecortada - ¿Duchas tú al enano?

 

Sasuke sonrió y entendió que necesitaba un tiempo de descanso después de esto, él siempre era así de salvaje, pero también es cierto que era lo que me gustaba de él, siempre me cogía en los momentos que él quería y le daba igual si estaba en la cocina, en el salón o en la habitación, siempre encontraba el momento perfecto.

 

- Lo ducho yo – me dijo besándome – ve a arreglarte mientras.

 

Sasuke salió de mí y me pasó el trapo por si quería limpiarme. Luego lo echaría a lavar. Me duché en nuestro cuarto mientras Sasuke despertaba al pequeño y se lo llevaba a la bañera para asearle. También le vistió él, porque cuando yo salí ya arreglado, el niño estaba listo y Sasuke estaba saliendo de la ducha en ese momento con una toalla envuelta en su cintura. De verdad que me encantaba cuando iba así por casa, me excitaba mucho verlo con tan poca ropa y él lo sabía, por eso lo seguía haciendo y sonreía al pasar por mi lado.

 

- Cámbiate antes de que quiero repetir lo de la cocina – le dije en susurros y él sonrió.

 

- Prepárate para esta noche Naru… no te dejaré salir de esta habitación hasta que te hayas corrido por lo menos cuatro veces.

 

- Eres un bruto – le dije sonriendo y él sonrió aún más entrando en la habitación a cambiarse.

 

- Estoy convencido… de que si le preguntamos a Kai, querrá un hermanito – me dijo refiriéndose a nuestro hijo y él nos miró intentando entender de qué hablábamos - ¿Verdad que quieres un hermanito? – le preguntó su padre.

 

- Sí – dijo sonriendo pero claro… ¿Qué iba a decir un niño de tres años? Ni siquiera entendía lo que eso suponía.

 

- No vale buscar alianzas en los menores de cinco años – le dije sonriendo y Sasuke divertido, se metió a cambiarse.

 

Salimos de casa y condujo Sasuke hasta la casa de nuestros padres. Kai no paró en todo el camino de pedirle a su padre que pusiera música y ambos se pasaron el viaje cantando y haciendo el tonto. De verdad que eran tal para cual, ese niño por muy rubio que fuera… había sacado la personalidad y el carácter de Sasuke, siempre iba con él a todos los lados y adoraba a su padre. A mí me tocaba ir detrás todo el día intentando que hiciera las cosa y me tomaba el pelo, supongo que porque yo tenía un carácter más flexible, pero cuando venía su padre, se iba corriendo a hacer las tareas sin rechistar y es que Sasuke tenía ese carácter autoritario, quizá eso era lo que también me excitaba de él y sonreí al verle.

 

- ¿Qué piensas? – me preguntó extrañado.

 

- En que eres un mandón – le dije.

 

- Ya – me dijo sonriendo – pero te encanta – me dijo guiñándome un ojo y sonreí.

 

Llegamos a la casa de mis padres y me extrañó cuando al saludarles, me comentaron que Deidara no se había encontrado muy bien y estaba en el baño, Itachi había ido ya a ver que tal estaba y subí preocupado, pero me detuve en el marco de la puerta sin que me vieran al escucharles hablar, creo que algo pasaba aquí porque escuché como Deidara dejaba algo encima de la encimera.

 

- ¿Estás seguro Dei? – le decía Itachi a mi hermano – estas cosas suelen fallar – le decía y escuché aún más ruido.

 

Entré a ver si les ocurría algo y vi un montón de pruebas de embarazo encima del mueble, desde luego ahora empezaba a entenderlo… la que llevaba en la mano Itachi era sólo una de las muchas pruebas que mi hermano se había hecho para confirmar. Estaba claro que no eran fiables, pero teniendo en cuenta que se había repetido esa prueba tantas veces… creo que era bastante obvio. Ambos se giraron a mirarme y Deidara se sorprendió al verme a mí sonrojado mirándoles.

 

- ¿Naru? – Preguntó - ¿Estás bien?

 

- ¿Estás… embarazado? – Le pregunté y él asintió, me lancé a su cuello abrazándole con una gran sonrisa – Felicidades – le comenté y miré hacia Itachi aún absorto con la prueba en su mano - ¿Estás bien Itachi? – le pregunté.

 

- Sorprendido – me dijo pero sonrió – Ven aquí – le dijo a Deidara abrazándole antes de darle un beso en la frente – te quiero Dei.

 

- Lo sé – le dijo mi hermano.

 

Escuché a Sasuke llamarme mientras subía las escaleras y le indiqué que estaba aquí en el baño, creo que se enteró de todo lo que estaba pasando cuando nos vio a los tres con las pruebas de embarazo en las manos y abrió los ojos sorprendido por la cantidad de pruebas que mi hermano se había hecho para confirmar… porque él si era bruto, aquí habían más de diez pruebas de embarazo.

 

- Enhorabuena Dei – le dijo Sasuke de golpe - ¿Has comprado toda la farmacia o qué? – le preguntó en broma y mi hermano empezó a reírse igual que Itachi.

 

- Creo que debí haberme hecho farmacéutico en lugar de arquitecto – dijo Itachi siguiendo la broma – me habría salido más rentable.

 

- Eres un idiota – le dijo Deidara sonriendo pero Itachi lo atrajo de la cintura hacia él para besarle con pasión.

 

- Puede ser, pero te amo – le dijo tocando suavemente el vientre de mi hermano – os amo – le rectificó.

 

- Y yo a ti Itachi – le dijo Deidara sonriendo.

 

- Así que la familia sigue creciendo – dijo Fugaku desde la puerta – desde luego tendré que hacer un baño más grande como sigáis entrando más gente aquí – nos bromeó porque estábamos los cuatro metidos en este diminuto baño apretándonos y todos nos reímos – vayamos al salón anda, creo que aún os quedan más noticias por recibir – dijo Fugaku y bajamos todos.

 

Cuando llegamos al salón justo antes de cenar, Minato nos informó de que estaba embarazado y aquello si nos cogió a todos por sorpresa porque mi padre no era de los que querían otro niño, ya tenía tres y creía que eran suficientes, supongo que al final lo pensó mejor y quiso hacer algo más por Fugaku y es que su felicidad empezaba ahora. La cena transcurrió entre risas y sobre todo… hablando de esos dos nuevos niños que iban a venir al mundo dentro de nueve meses, nos reímos mucho todos y cuando volvíamos con nuestro hijo hacia casa, se quedó dormido en su sillita del coche.

 

- De esta noche no pasa – dijo Sasuke sonriendo mientras conducía hacia casa.

 

- ¿De qué hablas? – pregunté.

 

- De que llegamos tarde Naruto, pon tu horno a trabajar – me dijo sonriendo – esta noche te dejo embarazado y a ser posible de gemelos – dijo en broma y me empecé a reír.

 

- ¿Vas enserio? – le pregunté.

 

- Sí – me dijo intentando ponerse serio, pero también empezó a reírse – enserio Naruto – dijo ahora de verdad – pongámonos las pilas ¿qué te parece?

 

- Me parece… que tienes razón, no puedo dejar que mi hermano me gane – le dije bromeando – esta noche… soy todo tuyo, hazme veinte hijos – le dije de cachondeo aunque hablaba enserio con lo del sexo. Sasuke empezó a reírse.

 

Era exagerado lo de los veinte hijos, pero desde luego… en cuanto dejó Sasuke a Kai en su cama durmiendo, nosotros nos pusimos manos a la obra y es que… yo a Sasuke le daba lo que quisiera y esta noche… tocaba sexo, íbamos en busca del segundo niño.



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Fin


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