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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Lo que más aha temido Emmett se hace realidad, lejos de esperar a que todo ocurra de esa forma.

Seth pensará primero en su familia, esa familia que ahora se encunetra resquebrajada por todo lo acontecido y Jacob espera sanar ese corte poco a poco.

Todo se puede esperar cuando ya lo imposible ha sucedido

 

 

enyoy! Espero les guste :3

A pesar de la insistencia de Alice de ir a dejar a Jacob un poco más cerca de la Reserva, este se negó rotundamente y solo tomó un taxi que lo llevaría hasta el dichoso lugar, y como siempre, Edward le daba las gracias, Jacob solo desvió su mirada con semblante rudo que poseía en ese momento y un simple “claro” salía de sus labios como respuesta a ello. Alice solo le entregó la bolsa de compras donde estaba su ropa y luego un abrazo, Jacob solo dio unas ligeras palmadas en su espalda y ésta se separó de inmediato, no quería tentar su suerte en ese momento. Una vez que ya estaba dentro del taxi, dio el destino y este solo arrancó, Jake no miró en ningún momento atrás, o por lo menos no lo hizo hasta que pasaron una curva y no veía más a aquellos vampiros, eran las 12:37AM y sabía que no habría nadie despierto en la casa de Seth, pero se arriesgó a ir a esa hora, el camino estaba iluminado por las luces del camino en ese instante, ya podía escuchar el ruido de las olas del mar chocar contra las peñas, cuanto había extrañado ese sonido, el sonido de estar en casa.


Cuando el taxi se detuvo, pagó la carrera mientras salía del auto cerrando la puerta y escuchando como este se iba a una velocidad normal, caminó solo unos cuantos metros hasta llegar a la entrada de dicha casa, le sorprendió de ver las luces encendidas, menos una, la de la habitación de Seth, subió aquellos escalones y tocó la puerta, Charlie le abrió la puerta y Jake entró, miró a Sue sentada en uno de los muebles. Se levantó rápido y abrazó a Jacob quien le devolvió el abrazo enseguida.


– ¡Oh, Jacob! Qué bueno que has vuelo, tu padre y todos estábamos preocupados por ti. – se separó un poco de Jacob y este la mira a los ojos, aún miraba aquellos ojos tristes y cansados.


–Tuve que resolver unos asuntos y demoré más de lo que había planeado en realidad, quisiera disculparme por no estar presente en el funeral de Harry. – Sue con gesto maternal solo le acarició una mejilla sonriendo sutilmente. Charlie se mantenía al margen ene se momento y solo atinó a sentarse en un sofá mientras esperaba a que Sue hablara y le diera sobre Seth. – ¿Cómo está Seth? – fue lo primero que brillo en la mente de Jacob en ese instante.


–Sam lo encontró en el bosque… muy cerca del límite de los Cullen. Pero está bien, o lo estuvo. – a Jacob aquello le preocupó más si ese vampiro le había hecho algo a Seth, no le importaba matarlo, ya que lo disfrutaría con muchas ganas. –Desde el funeral, Seth no ha salido de su habitación y no ha comido nada, y me preocupa, Leah ha intentado de todo para que Seth salga pero no dice nada o simplemente se escucha sus sollozos. – Los ojos de aquella madre se tornaban en lágrimas una vez más. –No quiero también perder a mi hijo, Jacob. Tienes que ayudarlo, él confía en ti, yo confío en ti. – en ese momento se escuchaban pasos bajando por los escalones, miró a Leah quien estaba a punto de llorar, se acercó rápido a la mujer y la abrazó con fuerza y Leah solo dejó que aquellos sentimientos y lágrimas brotaran sin ninguna restricción en ese instante. Jacob sabía claramente que Leah había aceptado su licantropía y se alegraba de tener a alguien como ella en la manada, aunque fuera la única mujer hasta este momento.


–Y-ya no se qué hacer…. Seth no quiere salir, intenté entrar por su ventana pero parece que la bloqueó, lleva casi dos días ahí y ya temo por lo que le fuera a ocurrir, no quiero perder a mi hermano, Jake. No a él. Tienes que sacar a Seth de ahí, por favor. – Jacob sintió punzadas de culpabilidad darle sin ningún tipo de piedad en el corazón, quizás era poco comparado a lo que había sentido cuando Jane utilizó su don en él.


– ¿Se ha quedado ya dormido?– preguntó limpiando las lágrimas de Leah.


–C-creo que sí, no le he escuchado hablar o llorar desde hace media hora. – Jacob asintió y se dirigió escaleras arriba sin hacer ruido ya que no quería que Seth supiera que él estaba ahí y mucho más que iba a intentar abrir la puerta de su habitación. Pidió algunas cosas a Leah quien después de algún par de minutos ya estaba en sus manos y junto a Jacob quien estaba de cuclillas esperándola. En ese momento, Jacob, solo pensaba que era como querer arrancar un auto pero sin las llaves, era la primera vez que lo intentaría y no sabía si iba a funcionar, el chiste en ese momento era no hacer ruido al intentar coincidir con aquel pequeño gancho de cabello junto a un pequeño alambre que había pedido, se podía escuchar como hacía pequeños sonidos, hasta que un sonido en particular se escuchó y esperaron a unos segundo esperando a que Seth no se hubiera levantado por aquel ruido. Quitó el alambre y el gancho entregándoselo a Leah, quien solo sonrió tenuemente y se dirigió a su habitación, como todos los demás en aquella casa. Se acercó un poco más y notó un pequeño cuerpo en el suelo, totalmente dormido pero con rastro de lágrimas en las mejillas. A Jacob se le encogió el corazón de una forma casi dolorosa, una de sus rodillas tocó el suelo de madera y luego la otra, terminó sentándose y una de sus manos pasó por la cabellera de Seth, aún mantenía aquel largo. Seth se movió un poco hasta por fin abrir los ojos y cuando pudo distinguir quién era, sólo hizo caso omiso girando todo su cuerpo, dándole la espalda.


–Vete. No quiero a nadie aquí. – su voz era poco audible, y sabía que era por todo lo que había llorado junto a que no había probado comida o bebida alguna.


–No me iré Seth, soy tu amigo y me quedaré aquí. – habló Jacob sabiendo bien que ya lo había defraudado dos veces y no quería hacerlo una tercera, nunca se perdonaría una tercera vez.


–Primero fue Bella y luego asuntos pendientes que tenías que resolver. Eso no es ser amigo, un amigo está cuando más lo necesitas, hace dos días yo te necesitaba conmigo, Jacob… – la voz se le cortó y subo que estaba llorando, bajó la cabeza escuchando sus palabras. –Necesitaba de mi amigo, que me ayudara a poder superarlo, mamá lo hace con Leah pero yo… yo sólo tenía a papá conmigo, pero ahora ya no…. Ya no está. Y se fue por culpa de un vampiro… una maldito vampiro… – se podía escuchar tanta frustración en su voz que a Jacob se le fue imposible pensar que aquellas palabras vinieran de su pequeño amigo. –Si eso es ser un amigo… y-yo no quiero amigos como tú… no te quiero como amigo, Black. – aquello le dolió, no solo porque había dicho que no quería su amistad, sino que nunca, en aquellos años de amistad le había llamado por su apellido.


–Quiero que me disculpes, Seth, nunca fue mi intensión no estar a tu lado…–


–Yo no soy tu amigo… odio a los vampiros… p-pero… odio más a los lobos, no cuidaste a papá como prometiste, ¡No hiciste nada!– grito tan fuerte que sabía bien que se había lastimado la garganta en ese instante. Jacob calló de inmediato al escucharle hablar, Jacob escuchó como sorbía su nariz aún sin moverse, miraba como el cuerpo de aquel niño subía y bajaba rápidamente como si se estuviera alterando.


–No fue nuestra culpa, Seth, esa chupasangre lo causó. Perdóname por no estar a tu lado… sé que no soy un buen amigo, pero… lo intento, perdóname. – Jacob colocó una mano en el hombro del joven y este se levantó de inmediato mirándole a los ojos, y Jacob pudo apreciar aquellos ojos rojos del llanto y lágrimas desbordándose, aquellos labios habían perdido color y sus cabellos estaban enmarañados.


–No me toques. No eres mi amigo, no eres mi hermano, no eres nadie para mi, ¡Vete!– gritó dañándose una vez más la garganta. Le pedía a gritos un poco de agua, pero Seth simplemente había decidido dejarse morir poco a poco.


–No. – fue lo único que dijo y se acercó más a Seth y este solo lo empujó por un hombro y luego por ambos, los gritos de Seth se podían escuchar en toda la casa y en cada una de las habitaciones, Leah se cubría la boca evitando soltar algún sollozo al escuchar a su pequeño hermanito en aquel momento, le dolía tanto tener a su hermano en ese estado y no poder hacer nada. No lo quería perder, lo quería demasiado. Sue solo soltaba algunas lágrimas mientras pensaba en su difundo esposo en ese momento, él sabría como tranquilizar a Seth, y el invitado, Charlie sólo soltaba un suspiro cerrando los ojos, queriendo pensar que todo estaría mejor cuando por fin amaneciera. Un nuevo amanecer para aquella familia, eso era lo que necesitaba en ese momento para poder tranquilizar mejor todo.


– ¡N-no tienes una idea de lo que pasé en ese momento! ¡Ne-necesitaba a mi amigo y él n-no estaba! ¡Quería un abrazo de mi hermano, p-pero no estaba! ¡Dónde estabas Black!– las lágrimas salían de aquellos ojos rasgados con tanta efusividad que sorprendía a Jacob quien ya tenía los ojos cristalinos al verle en ese estado. Se arrepentía de cada momento, pero sobretodo se arrepentía de haber ido a la casa de Charlie por equipaje, se arrepentía con todo el corazón aquellos, ya que hora tenía a un Seth con la vida a medio morir. –No tienes… ni una sola idea de lo que sentía en ese momento, quería morir, y el único que me sujetaba para no hacer nada era Paul, él fue más amigo que tu, él estuvo en cada momento, hasta cuando enterraron a papá, y también después de eso. – El rostro de Seth estaba ya ido, una vez más mientras miraba el piso de madera, sus manos se tornaron en puños aguantando una vez más esas ganas internas de sacar algo que se repetía una y otra vez que nunca lo dejaría salir, que tenía que controlarse.


Pero no olvidaba ese día. No podía hacerlo.


Esperaba a Jacob para poder estar con él, Leah estaba con Sue, por lo que estaba solo en ese momento, no tenía a nadie a quien acudir, Sam siempre estaba disponible a todo junto a los demás y Paul trató de acercarse cada vez más al niño, pero solo recibía negativas o era ignorado. Seth solo pudo terminar llorando una vez más en brazos de Paul, quizás Jacob se había ido a ver a Bella o algo habría pasado con ella para que Jake no estuviera en ese momento a su lado. Sólo supo que estaba sólo, que ese dolor que cargaba y que quería sacar, solo lo podría hacer con Paul, y estaba en lo cierto.


El día en el cual darían un último adiós a su papá, sinceramente no se había atrevido a verlo en aquel ataúd, no tenía esas agallas de hacerlo, su corazón estaba errático y solo sentía aún esas ganas de llorar, y casi no podía ver nada a causa de las lágrimas que se aglomeraban en sus ojos. Paul lo sujetaba de los hombros dándole fuerzas, cuando tenía que acercarse la familia, Seth simplemente se reusó y soltó lágrimas, aun no estaba preparado para dejarlo ir y menos el hacerse cargo de una familia. Se negó tantas veces que Paul solo asentía a lo que le decía, no lo obligaría, no en ese momento. Y entonces Seth escuchó el llanto de su madre y hermana juntos, y sólo cerró los ojos, no podía ver esa escena, pero en cambio escuchaba lo que la gente decía, y entonces supo que cuando uno muere, miles de historias se crean, haciendo quedar bien y mal a la familia. “La esposa le fue infiel, nunca lo cuidaba y por eso murió.” “Pobre de los dos niños que quedan, su padre les hará mucha falta, él era el sustento.” “Dicen que sufrió mucho cuando murió.” “Mi papá nunca hubiera muerto de algo como el corazón.” “Mi padre tiene un corazón fuerte, ya que se ejercita mucho.” Aquellos últimos comentarios hirieron más a Seth, ¿Cómo se les ocurría hablar de aquella forma con la familia presente? Solo ene se momento elevó su mirar y divisó a los amigos de su papá, los que siempre estaban con él. Y otras personas que ni si quiera conocía. Todos llorando por la escena que su madre y hermana protagonizaban en ese momento.


Entonces supo algo y era del todo cierto: “Quien conoció a la persona, le llora ese día y al siguiente, solo ríe porque él está vivo; pero Quien realmente conoció a la persona, le llora ese día y los que siguen, porque su recuerdo siempre les estará presente.”


Aquellos amigos de pesca eran los que siempre lo llorarían, pero en cambio aquellas personas que estaban hablando mal y hasta de cosas que hirieron, solo les lloraría ese día, y al día siguiente reirían sin importarles si la familia está bien o mal. El mundo y las personas de ese tipo, sólo eran porquería y eso hacía enfurecer a Seth, y en esa furia, lloraba, lloraba porque no decía nada ya que se vería débil y alguien fuera de sus casillas. Solo sentía ese ardor en la garganta que le quemaba.


Cuando se acerco por insistencia de su madre y hermana, solo atinó a llorar, con tanta fuerza que se podía escuchar en aquel recinto. En todo momento era sujetado por Paul. “Papá, prometo cuidarlas, prometo hacerlo así sea lo último que haga, pero lo haré si estas a mi lado, no puedo yo sólo… te necesito aquí para que me guíes, por favor, papá, por favor…”


Cuando llegó el momento de que estuviera ya en descanso, los amigos solo brindaron las gracias a los presentes, y que nunca olvidarían a alguien tan generoso como Harry Clearwater, que nunca olvidarían a su gran amigo y que cuidarían de la familia como Harry lo hubiera hecho.


Gritos.


Solo gritos de dolor se escuchaban por parte de la familia, Seth era sujetado con fuerza por Paul, el niño solo quería liberarse e ir con su papá, no verlo más… no escucharlo, no sentir su presencia a su lado… ya nunca más… dolía… y dolía tanto que Seth terminó de rodillas gritando por su papá, Paul derramó algunas lágrimas al ver al niño en aquel estado, y lo abrazó con fuerza mientras lloraban ambos en aquel sitio. Nunca vio tanto dolor en los rasgados ojos de aquel joven, Paul nunca lo pensó.


Darle el más sentido pésame a la familia era lo difícil y Seth ya solo quería irse a su habitación y poder llorar y quizás… morir de tristeza y ver a su papá una vez más. Pero Paul estaba tras él apoyándolo, la mirada de Seth estaba perdida y casi no podía recordar lo que había sucedido hace algunos instantes, pero entonces reconoció aquellas voces, esas voces que hablaron mal de su familia y se tensó tenía tantas ganas de soltar su ira, su frustración y su tristeza. Eran mujeres y algunos jóvenes, cuando su hermana y madre recibieron aquellos gestos de consideración, él pensó que eran personas tan odiosas que no merecían acercarse a su familia. Y llegó su turno, todas aquellas personas se amontonaron ya que Seth no recibió nada de aquellos y solo pudo explotar; “¡No se atrevan a hablar mal de mi papá o de mi mamá! Ustedes son unos seres repulsivos, no tienen ni decencia de que mi papá a muerto y hablan a las espaldas de mi familia con tanta seguridad, puras mentiras.” Y más lágrimas de frustración, Paul intentó calmarlo, pero no hubo poder humano que lo hiciera. “¡Largo! No quiero que se acerquen a mi familia, nunca, ustedes no son amigos, no son nada para esta familia. ¡Váyanse ahora!” Y no pudieron quedar peor con aquellas palabras de boca de un niño, todos aquellos se fueron rápidamente y Seth solo pudo llorar una vez más abrazado a Paul; en ese momento quizás sus ojos le fallaron por las lágrimas pero juró haber visto a Emmett en un lapso de un pocos segundos a sus ojos, entonces recordó que Emmett no había ido ni había estado con él… otra decepción aparte de Jacob. No tenía amigos esa era la verdad.


Esos recuerdos no se borraban de Seth y se sentía frustrado, ni Jacob ni Emmett estuvieron con él. No tenía amigos. Era seguro eso. Entonces no tendría por qué tener nada ahora. Quizás Charlie cuidara bien de su hermana y mamá, él no podía solo, tenía una gran carga en sus hombros que de la nada su papá le había dejado y le dolía recordar.


–N-nunca serás nada para mí. Siempre hay algo más importante que cuidar de tu hermano, siempre, es Bella o son otros problemas, n-nunca yo. Hasta cuando me golpearon, tuve que ir yo a t-tu vas a decirte lo que pasó… – Jacob derramaba lágrimas por esas palabras, eran tan ciertas que le dolieron aún más.


–Pero soy tu hermano, y aunque… me eches de aquí, voy a volver una y otra vez porque eres alguien importante para mí, eres mi hermano. – Jacob le tomó por los hombros y lo acercó abrazándolo con fuerza a pesar de que Seth se resistía y solo le golpeaba y no pudo más que terminar llorando abrazándose con fuerza a Jacob, gritos, lágrimas, era lo que se escuchaba en la habitación de Seth, Jacob sólo soltaba lágrimas en silencio abrazándolo cada vez más fuerte, quería que le sintiera, que estaba para su hermano menor, quizás no de sangre pero si de corazón.


No lo iba a defraudar una vez más, ya nunca más lo haría, estaría para él siempre que lo necesitara y sería de ahora en adelante, no lo volvería a dejar solo. Necesitaba en quien apoyarse y ese sería él, Jacob, su hermano mayor.


***


Las 11:41AM. Y recién Seth abría los ojos con tanta pesadez que le  dolían, agradecía haber puesto el armario en la ventana para que nadie se atreviera a entrar por aquel lugar, sólo se filtraban pocos rayos de sol y ello de alguna forma irrumpió en su corazón, era un nuevo día y sin su papá, un día en el cual quizás bajara a desayunar y no lo vería sentado a su lado, vería su taza de café en la estantería y no en la mesa como correspondiera. Soltó un suspiro y se acurrucó más en su cama tapándose totalmente con sus mantas.


“El primer día que no te veré papá… el primero de muchos.”


Sintió alguien se movía a su lado, intentó destaparse de aquellas mantas pero solo terminó sin ellas ya que alguien las había jalado de forma un tanto brusca.


–Oye, tengo sueño… ya no me quites otra vez la manta que tengo frío. – reconoció aquella voz, claro que lo haría, y recordó que lo de anoche no había sido solo una pesadilla, era realmente, pero no en el sentido malo, sino en el sentido de sorpresa. Sus labios después de dos días, soltaron una curva en forma de una sonrisa leve.


–Jake. – un susurro y le dolió la garganta que le hizo callar de inmediato. El mencionado solo se giró en la cama un tanto pequeña para ambos por lo que terminó en el suelo en un fuerte golpe que resonó por toda la primera planta de aquel hogar.


–Eres mejor que un despertador… dolió. – dijo para luego abrir los ojos y ver a Seth asomarse por el borde de la cama con el cabello hacia un lado, aún se preguntaba cómo era que Seth hubiera soportado todo aquello sin que su lado licántropo saliera a flote, Leah lo había hecho de una forma increíble, pero Seth no, aún no lo hacía y eso sólo le demostró al mayor lo fuerte que era y lo bien que se podía controlar para situaciones tan difíciles. – ¿Cómo estás?– habló y el menor solo asintió con la cabeza con una ligera sonrisa en sus labios y los ojos hinchados por todo el llanto, sus labios resecos y con un aspecto que pedía una ducha rápidamente.


Seth se tocó el cuello e hizo una ligera mueca, era casi como si estuviera enfermo. –Eso fue por gritar mucho, no te dormiste tan rápido y esperé hasta que lo hicieras y ya era muy tarde. – se dio un estirón en medio de aquellas mantas y cerró los ojos cansado al igual que Seth, no solo había estado toda la noche despierto por Seth sino que no había sido totalmente placentero todo el viaje de Italia, cosa que quería olvidar. –Iré por un poco de agua, de seguro debes querer un poco. – se levantó y Seth vio que esa ropa no era de Jacob ni suya, era nueva y se sorprendió al ver a su amigo, a pesar de que la camisa ya estuviera arrugada en ciertas partes, le hacía ver más… no encontraba la palabra, pero suponía que la palabra era Hombre. Más maduro y eso hizo sonreír un poco más a Seth, había cambiado mucho y solo con algo de ropa. Le vio salir de su habitación y recogió las mantas levantándose y bostezó aún cansado. Soltó un suspiro y se dispuso a empujar aquel armario, pero solo lograba moverlo de a poco, y lo hizo hasta que pudo ver la mitad de su ventana y la luz del sol.


El sol.


Y el sol solo le recordaba a alguien. Emmett.


No sabía que le sucedía, pero no tenía ganas de estar con nadie, solo con su habitación y sin hacer nada, su padre siempre le decía a que pesar de las adversidades, uno siempre tiene que tener en cuenta una cosa, caminar hacia adelante y conservar como un recuerdo lo pasado. Y eso es lo que haría, ahora tenía que cuidar de dos mujeres en casa, mi madre y hermana y lo haría bien, tal y como su padre hubiera querido, sabía que se derrumbaría, pero haría el esfuerzo de hacerlo.


Ese día comió en su habitación junto a Jacob, aún no quería que su mamá o hermana lo vieran con aquella apariencia, Jacob seguía a su lado como apoyo y tal como lo había prometido. No se había ido en ningún momento, quizás fue una señal cuando el papá de Jake llamó queriendo que su hijo fuera a casa ya que quería hablar muy seriamente con él, Jacob no tenía ganas en lo absoluto de ir, porque sabía con lo que se encontraría en esa casa y prefería mil veces quedarse en casa de Seth.


–Ahora es tiempo de que tú me digas dónde estabas, Jacob. – habló Seth sentado en el marco de su ventana y Jacob sentado en la cama del niño quien no se decidía a hablar en nada. – ¿No confías en mi? No le diré nada  a tu papá si es lo que crees. – Jacob le miró y sonrió ante aquello.


–No es que no confíe en ti, solo que si te lo cuento no me sentiré en lo más orgulloso de lo que diré. –


– ¡¿Mataste a alguien, Jacob?!– casi gritó el más joven abriendo a la par los ojos por lo que se había imaginado.


– ¿Qué? Claro que no, Seth, aunque me hubiera gustado, con toda sinceridad. – hablaba más para sí mismo que para la persona que estaba frente a si hasta que alzó la vista y Seth estaba de brazos cruzados esperando una respuesta, Jaco soltó un suspiro y negó con la cabeza para hablar de una vez. –Le fui a salvar el cuello a un vampiro. – Seth creyó que era una buena broma, pero que era momento que ya le diera la verdad, y vio aquella sinceridad y el disgusto dibujado en la cara de su amigo, por lo que no dio crédito a lo que estaba escuchando de Jacob quien más que nadie odiaba a los vampiros.


– ¿Qué? Cómo… pero si tu…– Una cosa estaba más que seguro, sería una larga historia y estaría dispuesto a contársela a Seth, quien con cada palabra que decía su mayor le prestaba más atención, en ocasiones terminaba riendo por lo que le contaba de aquella vampira Alice y en otras sorprendido por lo que le contaba de aquellos seres, al igual que Jacob, tampoco pensó que podía brillar de esa forma, las manos de Jacob se movían para darle más realce a su historia de ese momento. Suspiró mientras contaba la parte que no le hacía mucha gracia, esa parte en la cual todos los vampiros de ese mundo pensaban que estaba con un Cullen y para empeorarlo todo con Edward, su enemigo mortal. Seth no paraba de reír y en más de una ocasión casi terminaba de espaldas y posiblemente en el suelo del lado de su casa.


–Pero por lo menos salieron a salvo. Nunca pensé que los vampiros brillaran, y menos que pudieran hacer esas cosas, ese vampiro podía ver todo de ti con tan solo tocarte, para mi… sería escalofriante. –mencionó al tiempo que se levantaba de su lugar de descanso y terminaba sentado junto a su amigo quien solo le escuchaba.


Lo que Jacob tenía claro es que no le diría sobre aquella visión de Alice, no quería que lo primero que piense sea en ese vampiro peligroso, quería a Seth a salvo. –Estaba loco. Y ni que hablar de aquella niña aterradora. –


–Ella si me daría más miedo, ese tipo de poder es… no lo sé, no me gustaría encontrarme con ella. – habló sintiendo un ligero hormigueo por toda su espalda. – después de aquella hora, Jacob tuvo que ir a su casa, no sin antes decirle a Seth que volvería para estar con él, éste ultimo solo asintió con la cabeza e ingresó de nuevo a su casa, no se había percatado que había pasado más de una semana junto a su amigo, y casi ni si quiera se había dado cuenta que no se había encontrado con Emmett como era costumbre. Su mamá y hermana iban poco a poco superando ese momento doloroso con amor por parte de los tres, no olvidaban esos detalles que siempre había en su papá, pero cada vez que lo recordaban, soltaban una sonrisa a pesar de que fuera algo triste.


Mientras estaban todos almorzando, un fuerte estruendo se escuchó, casi… como si una fuerte tormenta se fuera a desatar en cualquier momento, ese sonido fue tan peculiar a los oídos de Seth, casi conocido, como un deja vu se instaló en su mente y no se fue hasta después del almuerzo y entonces algo vino a su mente. La única vez que había escuchado un sonido parecido era cuando Emmett había casi atravesado un árbol de grueso tronco con un solo golpe de su puño.


Emmett.


Cuando estuvo en su habitación, sacó de su escondite el celular que el vampiro le había dado en su cumpleaños, lo prendió y una vez que este se actualizara, miró las llamadas perdidas, los mensajes de texto mensajes de voz, era muchos y eso de alguna forma hizo extrañar más Emmett, sabía que no se había hecho presente en el entierro de su papá, lo sabía y se sentía triste por eso, pero aún así lo quería, y se había dejado cegar o mejor dicho sedar todo ese momento por su dolor, era víctima de su dolor que no se dio cuenta que Emmett de seguro lo había estado esperando todos esos días en su lugar de encuentro.


Perdóname Emmett, perdóname.

Notas finales:

Holia a todo! :3

Veo que yo no hay muchos lectores :c

Así que sólo publicaré si tengo cinco reviews en adelante ;_; como que mis musas inpiradoras se fueron de break y no volvieron ;_; Pero aún así agradezco a las personas que me han dejado reviews para que la continue, así que ¡GRACIAS!

;u; espero más de cinco reviews y la continuaré o en todo caso :c me uno a la huelga de escritores por reviews(?) ._______. Nah~ es broma... pero si quiero reviews QnQ

Hasta pronto.

¡TSC al poder!

¡Panditerroristas al poder!


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