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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Un cumpleaños que nunca olvidará, nuevos sentimientos y sobretodo esos peligros que no los dejan atrás, Seth está con el corazón a todo galope y poco a poco comienza  entender el po qué.

Más verdades a tra vez de sueño inesperados y más mentiras.

 

ENYOY!

CAPÍTULO SEIS: Un cumpleaños agridulce, quizás… más dulce que agrio.

 

Seth corría por el bosque agitado, quitando las estorbosas ramas y mucho musgo que no le dejaba correr a gusta, algo lo seguía, a una velocidad que le impresionaba y el miedo se apoderó de él, el boque se vería más lúgubre de lo que realmente era si no fuera por la gran luna que estaba para acompañarle y de paso mostrarle el camino de regreso a casa. El niño no miró que una de las raíces de uno de los árboles estaba fuera de la tierra, inmediatamente Seth cayó a bruces y se golpeó la mandíbula, su pecho dolió por el miedo que lo invadía en ese momento y por el golpe que se había dado, su corazón galopaba tan fuertemente y se giró para mirar lo que el seguí, pero sólo estaba el sonido del viento contra las ramas y hojas de los árboles del bosque de Forks, sintió su mano arder de la nada y la levantó para poder observar mejor notando como ésta sangraba en abundancia, Seth no sabía qué hacer, tenía miedo y por alguna razón que desconocía sabía que sangrar en ese momento no era bueno.

 

-¿Qué? No… ¿D-dónde estoy? Ya debería haber llegado a casa… ¡Papá! ¡Mamá! ¡Leah! ¡Ayuda!- se encogió abrazando sus propias piernas, escondiendo el rostro en medio de éstas y comenzó a llorar, quería estar en casa, no quería estar en el bosque, su pecho quemaba por la impotencia y por esas lágrimas que en oportunidades no se permitía que salieran en ese momento. pensó en alguien que siempre le ayudaría… -Emmett…- el nombre del vampiro salió como un susurro, elevó la cabeza y se encontró en el lugar que solía encontrarse con su amigo, pero estaba extraño, daba miedo y no era cómodo. Se levantó con cuidado y su mano comenzó a doler un poco más; goteaba sangre y sintió como ésta se heló de la nada.

 

─ ¡Emmett! ─ gritó pero solo escuchaba pájaros volar de sus nidos, casi como si supieran que algo andaba mal y era mejor echar vuelo en ese momento, todo se empezó a mover a su alrededor y escuchó un sonido, giró en dirección de ruido y miró un sombra alta.­­ ─ ¿Emm? ─ La voz del niño inmediatamente se quebró del miedo, dio un paso creyendo que quizás era alguien que le ayudaría a llegar a casa. ─¿E-eres tú, Emmett? ─ Su mano dolió nuevamente por el corte y se quejó por esto, mientras notaba como aquella sombra le miraba y notó un brillo rojo donde deberían estar sus ojos.

 

─Pero que rico… tengo que contenerme siempre, pero… ya no puedo más… los siento mi querido y hermoso Seth. ─ Esa voz… esa voz conocía el niño, no sabía de dónde pero lo conocía.

 

─ ¿Qué? N-no…─ sólo un grito ahogado se escuchó del niño cuando esa cosa le tumbó contra el suelo del bosque inmovilizándole y teniendo el rostro del niño a un lado, sintió la fría nariz de esa cosa en su cuello. Quería gritar, pero no podía, o quizás en ese momento no quería hacerlo. Sentía como algo de su interior le decía que se dejara hacer, que quizás sólo en esa oportunidad no muriera como un cobarde. Cerró los ojos cuando sintió una fría lengua pasar por la palma de su mano, esa mano que estaba herida y ensangrentada, goteando de ese líquido vital. Seth lejos de asustarse jadeo suave y abrió los ojos, su mano sana pasó por el brazo de lo que fuera lo que le tenía contra el suelo, su cuello, y por último su rostro, no era como lo hubiera esperado, era suave, casi… celestial, con la diferencia que era frío, tan frío como la piedra caliza en invierno, no tuvo miedo y fue hasta su cabello; el estomago de Seth dio un vuelco que le hizo recordar algo que no precisamente le hacía sentir mal. No supo cómo pero se fue incorporando sintiendo el rostro de esa cosa contra su cuello, no se atrevió a mirarle el rostro, porque tenía miedo de descubrir lo que era en realidad. Sabía que moriría… pero extrañamente se sentía con esa fortuna de hacerlo.

 

Sus ojos estaban puestos en los negros arbustos del lugar. Sonrió inconscientemente ya que quería lo que venía, lo quería y ansiaba. Poco a poco su sonrisa se fue borrando cuando escuchó como un gruñido de aquellos arbustos que le hizo temer, poco a poco se fue formando una especie de perro salvaje… no… eso era.

 

“Un lobo negro”

 

─Prometo que no dolerá…─ Escuchó una clara risa burlona de esa cosa ─pero… después de todo, las mentiras no son nada nuevo en mi, Seth, cariño. ─ Esa frase le hirió tanto. El lobo se dispuso a atacar a ambos y Seth sólo sintió como una fila de dientes se metían en su joven carne, como le absorbía la vida, como le quitaba el aliento, como bebía su sangre. Era tan fuerte el dolor que sentía que un grito salió de su garganta… ese último aliento de vida. Quería mirar a su asesino, pero su vista se borraba, escucho un último gruñido que le heló la sangre o por lo menos la poca que tenía.

 

-¡Ah!- Un grito salió de sus labios mientras las sábanas yacían en el piso de madera de su habitación, se levantó de inmediato en un mar de lágrimas.

 

“Un pesadilla, Seth, sólo fue eso… un fea pesadilla.”

 

Pero a pesar de ser sólo una pesadilla que pronto olvidaría, no pudo evitar tocarse el corazón y llorar más, dolía tanto, y no sabía si era por ese horrendo sueño y esas palabras que había escuchado, o sólo porque tenía ganas de llorar.

 

Mentiras. Odiaba a muerte las mentiras, porque lastimaban peor que otra cosa y porque siempre alguien tenía que salir perjudicado con eso. Por eso las odiaba. Tocó sus manos y estaban heladas tanto que pensó que entraría en estado de hipotermia de un momento a otro. Se volvió a recostar haciéndose un ovillo en su cama abrazándose a su mismo, aún le dolía su corazón, no, quizás era su alma, esa parte que era de Emmett. Quizás dolía porque en su sueño, Emmett no lo ayudó, no le salvo como siempre lo hacía. En sus sueños Emmett no lo salvó pero quizás esa cosa negra sí.

 

Sueños y pesadillas eran lo mismo para Seth, ambas daban una mirada escondida a esa parte del subconsciente no explorado ni por nosotros mismos. El sueño se suponía era todo lo bueno, y las pesadillas lo malo, lo más oculto, algo que se nos revela sin querer. Pero sueños y pesadillas son los mismo, ambos revelan cosas que no sabemos o que por lo menos ignoramos.

 

Escuchó la puerta de su habitación abrirse y alguien saltar en su cama.

 

─-¡Feliz cumpleaños hermanito! Anda, Seth levántate, es tu cumpleaños, dormilón. ─ Era su hermana Leah, ésta se acercó un poco más y le miró un poco más de cerca al rostro, miró que lloraba. Leah otra cosa que amaba más que anda en el mundo era su hermano, por él daría la vida. Se recostó frente a él de lado para mirarle. ─Hey, ¿Qué pasó? ─ la voz de Leah cambió a una más suave y comenzó a arreglarle esos mechones de cabello suelo que tenía Seth.

 

─U-una pesadilla. ─ sorbió su nariz mientras no miraba aún a su hermana frente suyo. ─Sabes que no me gustan, muchas de ellas a veces se cumplen. ─ Leah sonrió y le acarició la mejilla a su hermanito, le levanto el rostro para besarle la frente.

 

─Oye, hoy es tu cumpleaños, y tienes que estar feliz por eso, las pesadillas déjalas a un lado, si tu quieres que no se cumplan y se queden en el olvido, entonces no pienses mucho en eso. ¿Está bien? ─ Leah miró a Seth cuando éste levantó la mirada; Leah a veces era peor que su madre, ya que cuidaba mucho a Seth, le limpió las lágrimas y vio a Seth sonreír, Leah ensanchó esa hermosa sonrisa y comenzó a hacerle cosquillas al niño mientras se subía encima de él para inmovilizarlo. ─ ¿Quién es el cumpleañero? ¡Mi hermano lo es! ─ Seth sólo pedía que parara ya que su estómago comenzaba a doler con fuerza por tantas cosquillas que le hacía. El menor siempre creía que su familia era de esas pocas que tenían poco pero que juntos tenían de sobra; el dinero siempre es importante, pero para Seth no. El dinero era banal y siempre tendría algo de alejo hacia las cosas lujosas. Lo tenía todo junto a su familia y sus amigos.

 

Después de que Leah se levanta al estar sobre su hermano por estar haciéndole cosquillas, le dio un fuerte abrazo y un beso por un año más de vida, y lo trató como su aún fuera un bebé. Leah no tenía remedio con relaciona  como trataba a Seth, pero así es como es el amor de hermanos, tan raro pero tan único.

 

Luego de que Seth sujetara su cabello, ambos bajaron los escalones en medio de abrazos de Leah y palabras que le diría a un niño de 3 años. Cuando llegaron al primer piso encontró a sus padres parados al lado de la mesa y éste había un desayuno digno de un rey, a los ojos de Seth. Se sintió algo culpable porque gastaran dinero en él, dinero que quizás más adelante fueran a necesitar para cualquier emergencia.

 

─No pongas esa cara hermanito, es por tu cumpleaños, es una fecha especial. ─ dijo Leah mientras se colocaba al lado de su madre. Seth fue hasta ellos y su madre le dio un fuerte abrazos y un feliz cumpleaños con un beso en sus cabellos, su padre sonrió al ver a su muchacho creciendo saludable y fuerte. Casi y lo levantó del suelo al momento de darle un abrazo por su cumpleaños. Seth se sentía dichoso de tener a esa familia. Cuando todos llenaron de abrazos y besos al cumpleañero, se sentaron a desayunar en familia, todo se veía y traía un delicioso olor que hizo a Seth comenzar a comer entre risas y bromas de su hermana con relación a cuando era un bebé recién caminando, Seth agradeció que sus amigos o que Emmett estuviera en ese momento por que moriría de total vergüenza si escucharan esas vergonzosas anécdotas.

 

“Terminaré como un verdadero tomate si continúa.”

 

La cara de Seth estaba roja y los mayores reían por ese gusto mientras más de una vez Leah y Harry terminaban botando el café que bebían en ese momento, en el caso de Leah, té.

 

Todo el desayuno fue de lo más ameno y no continuaron mientras se lavaba la loza, Seth se quiso alejar de ambas mujeres por su propia seguridad y las de sus rojas mejillas. Fue hasta su habitación mientras se cambiaba de ropa dejando el pijama en el cesto de ropa sucia, arregló mejor su cabellera dejándola como siempre en una coleta alta, se miro en el espejo del baño y sonrió; hoy iba a hacer un gran día, casi y olvidaba que saldría por primera vez con Emmett, se mordió suavemente el labio inferior pensando en lo maravilloso que sería ver un película juntos. Esperaba que fuera un de zombies, de esas le gustaba a Seth, y no hubiera romance o terminaría muy incómodo en ese momento.

 

A las 12:39PM algunos amigos de Seth fueron a su casa a desearle un feliz cumpleaños e invitarle a mirar una película, el menor quiso morir en ese momento supuestamente ese día se la pasaría con Emmett, no sabía bien que hacer por lo que quiso llamar a Emmett, aún tenía anotado su número en uno de sus cuadernos. Pero quiso probar suerte diciéndole a su mamá, si lo pensaba mejor… sería una buena idea que le dejara ir. Dudoso se acercó hasta la mujer quien estaba haciendo el almuerzo, uno de los platos favoritos de Seth por su cumpleaños.

 

─Hmm... Mamá, ¿Me dejarías ir a ver una película con mis amigos? ─ La mujer no dejando de lado lo que hacía sonrió al escuchar esa hermosa petición de su niño, y notó cuanto había crecido.

 

─Claro, amor, Leah te acompañará. ─ Y ahí estaba de nuevo Sue “la madre protectora” Clearwater. Seth casi y quiso caer al suelo y hacer un drama porque lo dejaran ir solo con sus amigos. No podría encontrarse ni mucho mejor hablar con Emmett si Leah estaba a su lado. Pensó mejor e hizo un puchero.

 

─ ¡Mamá! Todos mis amigos irán solos, y es por mi cumpleaños, por favor, la mamá de Liam vendrá a recogerme junto a mis amigos para dejarnos en el cine. ¡Por favor! ─ Seth entrelazó sus manos y le rogó a su mamá, casi orándole para que accediera a su petición. ─Hazlo por mi cumpleaños. ─ Sue suspiró y miró al menor mirándole con una carita única que muy pocas veces ponía para conseguir algo. La mujer de larga cabellera accedió sonriendo y Seth se acercó para abrazar a su mamá con fuerza diciéndole gracias mientras subía los escalones y daba un último grito con la palabra ¡Gracias!

 

Almorzó normal, feliz por el motivo que saldría con sus amigos y tenía un perfecto plan para pasarla con Emmett sin que nadie se diera cuenta de nada. ¿Desde cuándo Seth se había vuelto tan bueno para tramar planes? No lo sabía, pero estaba feliz de que todo lo que estaba en su cabeza lo pondría en práctica esa tarde para que tuviera un excelente cumpleaños. Al terminar el almuerzo, Harry se levantó de la silla y dijo que saldría a pescar junto con el sheriff Swan y traerían un gran pez por el cumpleaños del niño. Siento ya las 3:28PM Seth bajó sin hacer ruido al primer piso y se sentó en el sofá mientras tomaba la bocina del teléfono entre sus manos y comenzaba a marcar el número de Emmett, sentía muchos nervios, era la primera vez que le llamaba y esperaba porque no tartamudeara tanto o… pasara lo que fuera a pasar

 

─ ¿Hola? ─ era la voz de Emmett y Seth se sintió de piedra por un momento más se recordó que su madre bajaría en cualquier momento o su hermana y le preguntarían con quien es que hablaba por teléfono.

 

─Emmett, soy Seth, s-sólo llamaba para decirte que se complicaron un poco las cosas, si iremos al cine pero… habrá un pequeño problemita. ─ dijo casi como quien le restaba importancia al asunto. Al otro lado del teléfono, Emmett estaba un poco intrigado por ese “Problemita” al que Seth se refería en ese momento. Seth escuchó que alguien salía de su habitación por lo que se apresuró a hablar. ─Nos encontramos en la entrada del cine a las 4 en punto. Adiós. ─ colgó rápido mientras se recostaba en el sillón para simular que esperaba por la mamá de Liam y los demás para ir al cine, aunque sinceramente eso es lo que estaba haciendo. Era su hermana y no le dijo nada, ya que el espaldar del sillón lo cubría a la perfección, esa tarde comenzó a llover como nunca, y espero a que Emmett no cancelara todo por la tonta lluvia que había comenzado 10 minutos después de aquella llamada. La bocina de un auto se escuchó y claramente sabía que se trataba de la mamá de Liam. Se colocó su capucha de su casaca y salió corriendo para no mojarse mientras se subía al auto de aquella mujer rubia. Sue y Leah le despedían de la entrada de la casa agitando sus manos y la mayor dándole besos.

 

“Ni que me fuera de viaje al otro lado del mundo. A veces nunca entenderé a las mujeres como tal.”

 

La señora le dijo un feliz cumpleaños y todo en transcurso se la pasaron hablando de cosas triviales son relación a su cumpleaños y a lo que había pedido por ese día tan especial para el menor. A comparación de Liam que siempre pedía auto de juguete de colección, bicicletas o algún skate que había visto, Seth no pedía nada, lo que le fueran a dar por su cumpleaños lo agradecía con todo el corazón y eso era todo, no pedía más de lo que el fueran a dar. Seth se dedicó a mirar el paisaje mientras abultaba los labios, la lluvia se hacía cada vez más fuerte y las gotas de ésta se hacían muy gruesas a su parecer. Poco a poco se iban alejando de la Reservación y se notaba la ciudad como tal. Muy pocas veces iba, y ahora que estaba ahí le parecía un lindo lugar, muchas cosas por ver y por las cuales sorprenderse. Algunas luces ya estaban encendidas a causa de la oscuridad e las nubes por la lluvia. Cuando llegaron a la entrada del cine, Seth bajo y se refugió en la entrada mientras se quitaba la capucha dejando a relucir ese cabello negro, largo y sedoso a pesar de la humedad.

 

─Seth, cariño, tengo que ir por Liam y los demás niños están esperando impacientes por ya estar aquí contigo, no me demoraré nada. Llego en 10 minutos, no te muevas de aquí.- ─Seth sonrió mostrando esa impecable fila de dientes blancos. Y asintió a lo dicho por la señora.

 

─Si señora mamá de Liam. ─ bromeó un poco para que fuera con más tranquilidad. ─Aquí estaré. ─ Seth sonrió hasta que vio el auto desaparecer en una de las esquinas de la calle. Borró esa sonrisa y se dispuso a buscar a Emmett, quizás y no vio por la lluvia, veía a personas correr de un lugar a otro por estar a salvo de la lluvia, pero alguien en particular le llamó la atención, un chico alto y fornido estaba con una capucha y sus manos dentro de esa sudadera, Seth sonrió al reconocerle y Emmett lo hizo de igual forma. Emmett no tardó y se acercó abrazando al niño, casi elevándole del suelo y susurrando un “Feliz cumpleaños, Seth.” Esas palabras hicieron estremecer al niño el cual cerró los ojos y abrazó por el cuello al mayor. Emmett se alejó de aquel tibio cuerpo mirándole a los ojos y sonriéndole, sólo como el grandote sabía hacerlo. Después de ese saludo, Seth esperó como 15 minutos a la mamá de Liam, pero no la vio aparecer por lo que llamó a la mujer, pero contestó Liam.

 

─ ¿Hola? ─

 

─Liam, soy yo, Seth, ¿Por qué no vienen ya? ─ Seth lejos de encontrarse preocupado, se sentía mejor con ese ambiente.

 

─Por la lluvia, cerraron la mayoría de caminos, y estamos en plena carretera esperando a que los autos se muevan. ─ Seth sonrió mientras apretaba más el celular de Emmett en sus manos.

 

─Liam, quiero que me hagas un gran… enorme favor. Si tu mamá intenta llamar a la mía, quiero que le digas que mi mamá es la que llamó y que Leah fue a recogerme para llevarme a casa, y si mamá llama sólo dile que estamos mirando la película y comiendo algo, por favor. ─ Seth rogó mientras a lo lejos miraba  a Emmett mirar a la nada.

 

─ ¿Qué? ¿Estás loco? No, ¿Por qué haría eso? ─ a Seth se le acabó su plan en ese momento, supuestamente Liam no preguntaría nada y todo sería increíble. Demoró un poco en contestar.

 

─Liam, siempre he querido conocer un poco más la ciudad, pasear un poco y no quiero a mi mamá, papá o a mi hermana tras de mí, por favor, sólo me quedaré una hora y media más luego de que termine la película, luego voy a llamar a Leah para que venga a recogerme, pero necesito que me hagas ese favor. Hazlo por mi cumpleaños, ¿Si? ─ Seth escuchaba como es que el menor al otro lado de la línea lo meditaba muy bien antes de dar su respuesta definitiva, escuchó un suspiro y sonrió ya que sabía muy bien la respuesta que le daría su amigo. Liam se había convertido en uno de sus mejores amigos luego de que le dieron esa golpiza, le ayudaba mucho en los cursos que no podía, o mejor dicho, era Seth quien ayudaba a Liam en esos cursos que no podía, era un increíble amigo, y sobre todo una excelente persona al momento de escuchar.

 

─Está bien, lo haré, pero en una hora y media, luego llamaré a tu casa a ver si llegaste bien. ─ Seth sonrió y sintió que tenía a otro hermano más cuidándole las espaldas.

 

─Gracias, Liam, eres el mejor. ─

 

─Lo sé pero no tienes que repetirlo tanto. ─ Seth rió un poco a ese comentario. ─Cuídate mucho, adiós. Y feliz cumpleaños, Seth. ─ Esa felicitación si era la de un verdadero amigo, Liam era su único buen amigo dentro de la escuela, los demás sólo estaban con él por ser amigos del rubio.

 

─Adiós y gracias. ─ Seth colgó la llamada y se acercó a Emmett quien le esperaba en la entrada, le entregó el celular y dijo que ahora ya todo estaba en orden. El vampiro le sonrió pero no pudo evitar sentir algo extraño al escuchar cómo es que ese tal Liam cuidaba tanto de Seth, ¿Cómo es que se llamaba ese sentimiento extraño que hacía mucho no sentía? Claro. Celos. Eso era lo que Emmett sentía. Celos de Liam. Celos de un niño humano. Decidió olvidarlo por ese momento, quería que todo saliera bien en el cumpleaños del niño, por lo que pagó el boleto de ambos a pesar de la insistencia de Seth por pagar el suyo con el dinero, utilizó el argumento de que era su cumpleaños y de que por ese día Seth sería complacido. El menor no dijo más y ambos entraron a la sala de cine, no sin antes comprar pop corn y una soda, se sentaron y comenzaron a mirar esa película de zombies, Seth no despegaba su vista de la gran pantalla, el caso de Emmett era distinto, miraba cada facción del joven rostro de Seth al mirar la película que tanto quería ver desde que salió en cartelera. Cuando un fuerte estruendo se escuchó en la sala producto de la película, más de uno de los asistentes saltaron de sus asientos, pero Seth solo llevó su mano hasta la mano de Emmett que estaba a su lado, y la apretaba cada vez que había una escena fuerte tanto de imagen como de sonido. Emmett se podría decir que no miró en lo absoluto la película, sus ojos estaban sobre el menor, sonreía de lado al mirarle, fue de su cabello, ese largo cabello negro, por sus largas pestañas, esos ojos cafés oscuros, su pequeña nariz, sus mejillas altas y aún con un toque de niño inconfundible, bajó sus labios, mirando esa curva perfecta y entreabierta por el asombro que denotaba al mirar la película, eran pequeños labios y finos, miró como se echaba algo de pop corn a la boca y bebía un poco de la soda, a Emmett le maravillaba eso. Pasó sus ojos por esos labios ahora algo enrojecidos por la sal, bajó por su mentón y fue hasta su cuello, se veía del gado, casi como si se debiera acariciar, nunca perforar con una fila de dientes, que ningún vampiro debiera de atacar ese cuello perteneciente a su Seth, a quien siempre cuidaría; nuevamente Seth apretó la mano de Emmett y el último sonrió por eso, esas expresiones eran impagables. Emmett decidió dejar de gastar a Seth con los ojos y a regañadientes miró hacia la pantalla donde estaba esa película de zombies, disfrutó un poco de la película, pero más disfrutaba de ver a Seth sorprenderse o fruncir levemente el ceño cuando alguien moría, o cuando los zombies se comían a alguien.

 

Emmett bajó la vista hasta su mano la cual estaba sujeta por la de Seth y sonrió de lado al ver ese detalle, se sentía cálido ese toque que pensó nunca podría sentir, nunca de un humano, menos de Seth, ese adorable niño que sentía que le mataba de ternura cada vez que le sonreía o que lo abrazaba, inhalando su aroma tan dulce y fresco, que muchas veces intentaba conversar cuando se iba a sacar y poder recordarle durante toda la noche, teniendo esos pensamientos donde lo veía a él, y a si mismo echados sobre la nieve y ambos brillando a la luz del sol. Pero siempre llegaba ese momento de culpa, donde su subconsciente le decía que no debía transformar a un niño para su agrado, sólo para tenerlo más cerca. Si lo pensaba mejor, quería a Seth ya de una forma un tanto diferente, una forma que, a pesar de pensarlo mucho, no conseguía descifrar que sentimiento era, sólo sabía que quería cuidarlo y que esas sonrisas que le daba, casi sentía que su corazón volvía a la vida misma.

 

Cuando menos lo esperó la película había terminado y Seth estaba sonriendo y comenzó a comentar sobre la película, lo que le gusto y lo que no, y descubrió que era un buen crítico para esas cosas, a Emmett le gustaba más lo que era la casería, cualquier cosa relacionado a estrategias o fuerza, él era quien sabía más. El vampiro invitó a Seth a comer pero éste objetó queriendo pagar ya por su propia cuenta, y nuevamente fue rechazado pro Emmett quien no se lo permitió por ser el cumpleañero. Entraron ambos a un snack y Seth miró la carta y rápidamente pidió una soda junto a carne asada y papas fritas, Emmett por su parte le dijo que no tenía mucha hambre que se había llenado con el pop corn que había comido, o mejor dicho comprado y que sin que Seth se diera cuenta escondido bajo su asiento, el menor asintió y comenzó a comer una vez había llegado su pedido, ver comer a Seth era increíble, quizás así era como su hermano se sentía cada vez que veía a Bella dormir o quizás comer a su lado, era como si realmente le devolviera a la vida. Ambos comenzaron a hablar, pero como siempre Emmett y sus chistes malos hicieron reír al menor mientras comía algunas papas.

 

Algo muy vago recordó Seth cuando su hermana estaba con Sam y lo feliz que eran, era… casi como estaba ahora con Emmett, sonreían y no dejaban de verse un solo día. ¿Eso era lo que le estaba sucediendo con Emmett? Era… ¿a-amor? Seth se ruborizó de inmediato de solo pensar en esa idea, Emmett pregunto si se sentía bien, a lo que Seth solo asintió con la cabeza una vez había terminado de comer y agradecer por la comida. Hubo un incómodo silencio y uno de los meseros trajo un pequeño cup cake junto con una pequeña vela y un encendedor en la mesa, al principio Seth no comprendió bien de lo que se trataba.

 

─No será un pastel con todo y juegos pirotécnicos en el cielo; no creas que gano mucho como levantador de pesas, pero quizás gane más como modelo de chistes malos…─ Seth rió un poco a lo dicho por el mayor. ─Pero es de corazón, Seth y espero que te guste. ─ Emmett colocó la vela en medio de cup cake y lo acercó a Seth mientras lo encendía mirándole a los ojos. Dejó el encendedor a un lado mientras se cruzaba de brazos sobre la mesa. Haciendo un gran esfuerzo cantó el típico Happy Birthday mirando al menor, y éste sonrió más enternecido por ese esfuerzo que hacía Emmett, a pesar de que afuera estuviera lloviendo como si el cielo realmente se hubiera partido a la mitad, dentro, ese lugar, esa mesa, Seth era feliz cuando escuchaba cantar a Emmett ese feliz cumpleaños, y nuevamente su corazón comenzó a desbocarse tan fuerte que sintió moriría en ese momento, era feliz como nunca lo había sido en su vida, de esa forma lo sentía y no quería dejar de sentir de esa forma. Cuando Emmett dejó de cantar sonrió mirándole tiernamente.

 

─Pide un deseo y sopla la vela. ─ Seth miró la pequeña llama de esa pequeña y delgada vela, cerró los ojos y a su mente llegó lo que su corazón quería de regalo de cumpleaños.

 

“Deseo estar siempre con Emmett, que me… a-ame.”

 

Abrió los ojos y sopló la vela no sin antes sonreír por su deseo, era tonto, pero bien sabía que los deseos no se cumplían del todo, sino en fracciones de todo ese año. Emmett ansió tanto poder tener a su hermano a su lado y le dijera que fue lo que Seth había pedido como deseo de cumpleaños. Seth quitó la vela y dio un mordisco al cup cake sonriendo, un poco de crema batida había terminado en su labio superior y antes de que  Seth se lo quitara, la mano de Emmett, mejor dicho su dedo pulgar retiraba la crema lentamente, casi como disfrutando del momento de poder tocar los labios ajenos. Y entonces cayó en cuenta de lo que comenzaba a sentir en su interior. Su vena sobreprotectora se había activado, pero no era porque veía a Seth como su hijo, no… eso no era. Claramente no era amor de padre y mucho menos de hermano lo que sentía. Seth se mordió el labio sonrojándose por esa acción y Emmett probó ese poco de crema y le supo a dulce, dulce como la sangre de Seth, dulce como sus sonrisas, dulce como solo su Seth podría serlo.

 

─T-te traje un regalo por tu cumpleaños. ─ Emmett sacó de uno de sus bolsillos una caja pequeña envuelta en papel azul con un lazo color dorado. Al recibirlo y estar sobre la mesa, Seth lo tomó en sus manos y lo llevó hasta su oído agitándolo un poco. ─Perfecto, se acaban de romper los huevos que te estoy dando. ─ Seth sonrió ante aquel chiste.

 

─No creo que me regales huevos, tonto. ─ Seth dejó la caja sobre la mesa mientras quitaba el papel y el lazo de ésta hasta que vio la marca de la línea. ─No. Lo siento no puedo aceptarlo, Emmett, es mucho te debe de haber costado demasiado. ─ Seth lo alejó un poco mientras escondía sus manos entre sus piernas algo nervioso, nunca antes alguien le había dado algo tan caro y esa vez no sería la excepción, simplemente no podría aceptarlo.

 

─¿Qué? Seth, por favor, acéptalo, es solo un regalo y no costó tanto como crees, te lo doy por que se que se te hará más sencillo con un celular en la mano. Por favor. ─ Seth miró por primera vez esa cara suplicante de Emmett y sintió que no se podía negar, elevó la mano mientras atraía más el celular hacia sí, sacándolo de su caja y mirando el modelo, como lo suponía era uno táctil y de un tamaño que era algo como su mano. Emmett comenzó a enseñarle los usos y demás si alguna duda tenía, estaba el manual de eso. Seth sonrió contento. Sabía claro que nunca se lo mostraría a sus padres, por lo menos cuando dijera que lo compró con sus propios ahorros. Ambos salieron del snack y se colocaron sus capuchas.

 

─Es hora que me vaya, no quiero llegar tarde a casa.v Seth notó en su nuevo celular que estaban a punto de ser las ocho y no quería llegar tarde ya que Liam le llamaría a casa y si no estaba ahí, terminaría muerto.

 

─Claro, será mejor tomar un taxi, por aquí no hay mucho, demos la vuelta a esta cuadra. ─ Seth asintió mientras estaba al lado de Emmett mientras caminaban por las veredas para no empaparse y por último resfriar. Continuaron hablando, y Seth a cada momento que tenía preguntaba por el costo del celular ya que claramente se veía que era uno de los nuevos que había salido en esa temporada, sólo los había visto por la TV hacia unos cuantos meses atrás. A pesar costoso y mucho, era un regalo de Emmett y aunque quisiera rechazarlo, no lo podría hacer, por respeto y porque no quería ver a Emmett triste. No quería ver a su Emmett triste. Doblaron la esquina mientras pasaban un callejón, sus risas eran las que llamaban la atención, totalmente francas al momento de reír sin importar lo que dijeran los demás. Uno con otro se sentían bien, quizás y hasta peligrosamente bien. Cuando estaban por doblar una última esquina para salir del amplio callejón, una voz hizo que Seth se le helara la sangre.

 

─Pero miren a quien tenemos aquí, es la niñita de la escuela. ─ Seth se quedó petrificado ante aquella voz, recordando esos golpes en el bosque, esos golpes que lo llevaron al Hospital y que lo llevaron hasta Emmett. Seth elevó la vista y miró claramente al líder de los tres, no estaba sólo, estaban esos dos que lo seguían a todo lado y dos hombres a los lados de los niños, por lo parecido que eran, de hecho eran sus hermanos mayores. Seth retrocedió queriendo salir de allí y detrás de ambos vio a otro cruzado de brazos y mirándole de pies a cabeza.

 

Emmett sabía quiénes eran esos bastardos, tenía muy en claro que los tres enormes chicos no eran rivales para él, de un solo golpe los mandaría al hospital y con suerte a un coma profundo. Si estuviera solo es un hecho que los mataría sin piedad alguna, pero estaba un Seth y no podía hacer mucho.

 

─Por tu culpa nos expulsaron a los tres, ¿Tanto tiene que cuidarte el grandote que no paras sin él? Fue toda una travesía seguir tus pasos estos días. ─ habló el líder.

 

─Eran ustedes quienes me seguían. ─ la voz de Seth casi y se quebró mientras no dejaba de llover a su alrededor, la casaca de Seth ya estaba mojada pero no le importaba, tenía miedo, miedo a que le hicieran algo a él o aún peor, algo a Emmett, no quería que lo lastimaran a él. ─Sólo dime q-que es lo que quieres. ─ se escuchó la risa de todos mientras el líder de ese trío de idiotas se acercaba, Emmett quería quebrarle el cuello pero se contuvo, cuando los tres hombres empezaron a rodearle.

 

─Lo que te dije una vez en el bosque… una noche con nosotros tres, Sethie─ al mencionado se le heló la sangre por un momento y se escuchaba ya los truenos empezaron a escucharse. El líder se acercó más y cogió uno de los mechones de cabello de Seth acariciándolo suavemente pero para Seth fue algo asqueroso que quiso cortarse el cabello en ese momento y para siempre olvidar que le tocó.

 

─N-no. Por favor, sólo vete, no quiero tener problemas. ─ Emmett se sentía impotente mientras escuchaba a Seth hablar con tanto miedo que empuñó sus manos sin dejar de observar a los tres hombres rodeándole cada vez más, querían intimidarle, pero claramente eso es imposible. El líder de los tres mocosos se acercó más invadiendo el espacio personal del menor, le tocó la mejilla y Seth cerró los ojos.

 

─Imagínalo, Sethie, sólo nosotros tres jugando con tu cuerpo. ─ el líder le tomó por el mentón queriendo besarle. Emmett sonrió de lado, eso había sido mucho para él, una cosa era querer intimidarlo y otra muy distinta era querer sobrepasarse con Seth.

 

─No… No lo creo, imbécil. ─ Emmett se movió con agilidad mientras tomaba a Seth con un brazo y con el otro lanzaba al muchacho contra sus otros dos amigos. ─Aléjate de Seth, o juro que lo vas a lamentar, mocoso. ─ Los otros tres hombres, hermanos de los mocosos se acercaron para atacar a Emmett, éste con poco fuerza pero con la suficiente empujó a Seth contra unas cajas de cartón mientras comenzaba a pelear sin empeño ya que sabía si utilizaba su verdadera fuerza terminaría matándolos a todos frente a Seth y era lo que menos quería, entonces pensó algo que nunca creyó que se le cruzaría por la cabeza.

 

“Tengo que dejarme golpear.”

 

Y así es como lo hizo, antes de que el puño completo impactara en su rostro o abdomen, se movía un poco para que esos bastardos no se quebraran las manos en el intento por hacerle daño. Emmett se sintió tan idiota por no poder hacerles pagar como realmente debían. Comenzó a utilizar la propia fuerza bruta de los mayores contra sí mismos, solo los empujaba y pateaba, y ellos hacían el resto del trabajo. Miró como el muchacho que había intentado besar a Seth se acercaba a éste mientras dos con los que peleaba le sujetaban de los brazos y colocaban una navaja en su cuello. Seth se levantó de inmediato parando todo con un grito y desesperación.

 

─ ¡No! ¡No! ¡No! ¡Lo haré… haré lo que quieres, pero no le hagas daño! ─ Emmett sintió una punzada en su inerte corazón casi como una palpitación, los mayores quienes estaban con labios cortados y demás, mucho peor que Emmett quien solo estaba con la capucha abajo y la casaca desordenada. La navaja se enterró un poco más en la piel del vampiro sin cortar aún. El mocoso engreído se acercó más a Seth y le tomó del mentón sonriendo de forma asquerosa, y Emmett se sintió impotente por querer hacer algo más no podía, si se movía y le clavaban el cuchillo, vieran que no sangraba o peor aún que no moría sospecharían y los Vulturi lo matarían.

 

─¿Por qué lo defiendes tanto? Acaso… ¿te gusta? ─Seth no dijo nada y el idiota comenzó a reír mofándose del menor, mientras lágrimas disfrazadas por la lluvia caía, Emmett le miró sorprendido. ─ Te ves más hermoso de obediente, Sethie. Te vas a divertir mucho. ─ intentó besarle pero Seth giró el rostro lo que hizo que el mocoso le golpeara el rostro y luego el abdomen y Seth jadeara tirado en el suelo, viendo como la lluvia caía más. ─Tienes que aprender a ser más obediente, pero nosotros se enseñaremos ya que al parecer tu amigo no te enseñó. ─ Seth se levantó sintiendo le dolía el abdomen, y se quedó frente al muchacho quien se relamía los labios al verle, nunca divisó cuando Seth elevó su puño y la estampó contra la nariz del líder, cayendo éste al más que mojado piso.

 

─N-no me vuelvas a tocar. ─ Seth temblaba por el golpe que había dado.

 

─Seth… ¡Seth! ¿Confías en mí? ─ dijo el vampiro y el niño asintió aún temblando, castañeando sus dientes y su puño dolía ya que había sido la primera que vez que golpeaba a alguien. ─Cierra los ojos. ─ El menor volvió a asentir con la cabeza mientras obedecía.

 

─Niño idiota yo te voy a enseñar…─ era el hermano del mocoso quien intentaba golpearlo.

 

─No te atrevas a tocarle. No a él, idiota. ─ Emmett se deshizo fácilmente de esos tres en un abrir y cerrar de ojos, quizás una que otra costilla fracturada y algunos huesos rotos, pero se lo merecían por querer hacerle daño a su Seth, la navaja que amenazaba a Emmett hacia unos minutos terminó en la pierna del hermano mayor, cuando el mocoso intentaba darle un golpe, Emmett lo recibió con gusto sintiendo claramente los huesos de la mano del niñato quebrarse como palillos de fósforos y los gritos de dolor de su parte, los otros dos adolecentes solo estaban petrificados del miedo, Emmett se acuclilló y les miró claramente se sorprendieron por el cambio de color de ojos del mayor, el dolor que sentían por los golpes que había recibido de sus propios hermanos, había sido mucho.

 

─Ustedes, le vuelven a poner un dedo encima a Seth, y juro que los siguientes en mi lista serán ustedes y no sus hermanos. Tengan mejores compañías que ese imbécil. No se acerquen a Seth. ─  Emmett se levantó y fue donde Seth quien no dejaba de temblar mirando como gotas de lluvia caían en su rostro, y algunas estaban mezcladas con sus lágrimas, claramente Emmett podía olerlas a distancia si se quisiera pasar por listo. El vampiro tomó en brazos al menor alejándolo del lugar mientras miraba como Seth no abría los ojos, eso lo enterneció mucho, llegó hasta una parada de autobuses y se refugiaron ambos en ese lugar que la lluvia no había tocado tanto. Colocó al niño en la silla de madera que había y se acuclillo frente a él sonriéndole.

 

─Seth, abre los ojos. ─ El menor lo hizo lento y lo primero que pudo observar fue la sonrisa de Emmett, Seth se abalanzó sobre él mientras le abrazaba por el cuello y comenzaba a llorar con ganas cerrando fuertemente sus ojos, Emmett le abrazó acariciando su espalda por sobre su casaca mojada. ─Estoy, totalmente bien, nada me que sucedido, ellos se llevaron la peor parte por meterse con un levantador de pesas. ─ En ese momento unos de sus chistes más trillados no funcionó e hizo a Seth llorar más abrazándole más fuerte.

 

─P-por mi culpa casi t-te matan… perdón, perdón…─ Emmett se sorprendió por sus palabras y sonrió un poco más, a pesar de él poner su vida de intercambio a la del vampiro, pedía perdón; definitivamente nunca encontraría a alguien parecido a Seth en milenios. Nunca.

 

─Ya te dije nada me pasó, quizás uno que otro golpe pero anda más. ─ Emmett le tomó de los costados de su cuerpo y le alejó limpiándole las lágrimas. Miró la mejilla del mejor un tanto roja por el golpe que la había dado y sintió ganas de volver y terminar con lo que había empezado, ni su sangre valía la pena, ni los neófitos se podrían alimentar de tanta basura y maldad. Acarició su mejilla con cuidado y le volvió a sonreír. ─Todo está bien, realmente ese idiota merecía ese derechazo que le diste, quizás un cabezazo hubiera estaba genial, pero…─ Seth sonrió un poco a lo dicho y dio un último abrazo a Emmett, el vampiro hizo algo que quizás sus impulsos deseaban, se acercó hasta besar la mejilla lastimada del menor, Seth se ruborizó enseguida y eso no paso por alto por el olfato de Emmett quien lo sintió de inmediato cuando su nariz estaba tan cerca de la mejilla de Seth, su ponzoña se acumuló rápido en su garganta queriendo probar, solo un poco de su dulce sangre, sólo un poco y podría vivir otros 10 años sin desear probarla o quizás solo otros 10 segundos antes de intentar acabar son su vida. Emmett se controló  alejándose un poco del niño mientras se incorporaba y estiraba la mano estando bajo la lluvia nuevamente, para tomar un taxi y le dejara a Seth en su casa. Por el contrario, el menor se acariciaba la mejilla sintiendo algo caliente en todo su cuerpo, como si le llenara por completo sin importar nada. Quería volver a sentir ese sentimiento de nuevo, lo quería, agradeció que Emmett no dijera nada con relación al comentario que lanzó el mocoso que lo atacó, a que si estaba enamorado de Emmett, lo agradeció enserio.

 

Cuando un taxi paró, Emmett dio la dirección y el taxista asintió, se dirigió hasta Seth y le extendió la mano, el menor la tomó y notó que estaba frío, lo atribuyó al clima. Entró en el auto pero antes de que Emmett cerrara la puerta, Seth se incorporó y le abrazó plasmando un beso en la mejilla ajena, el vampiro no se movió ni un solo centímetro cuando sintió la tibieza de los pequeños labios de su niño. Seth apoyó su frente un instante en la mejilla del mayor queriendo recordar un poco más ese momento que hacía que su corazón volara y no aterrizara en ningún momento. El vampiro no lo dudó y le abrazó por su cintura acercándole más.

 

─Te enviaré un mensaje para saber si llegaste a casa a salvo ¿ok? ─ el niño asintió sin despegarse de él en ningún momento, sin desearlo se separó y entró en el auto, ambos se despidieron con agitar la mano. Era suficiente con eso.

 

Durante toda esa noche, Seth no dejó de sonreír y tocarse la mejilla y labios, fue algo que nunca espero pero que le llenaba de total regocijo que hacía que todo su cuerpo se pusiera tibio y no temblara por lo empapado que estaba. Sonaría totalmente ridículo pero agradecía tanto a esos tres tontos que se acercaran y los atacaran, porque de esa forma pudo besar a Emmett en la mejilla y él hacer lo mismo.

 

“Creo que tengo una ligera idea de lo que Emmett me hace sentir cada vez que se acerca a mí, pero nadie me quitara de la cabeza que algo se avecina y el miedo vuelve nuevamente a mí. Sé que nunca me alejare de Emmett, no importa si mi vida está en riesgo, nunca me arriesgaré a perderle porque… no sé… quizás, solo una minúscula parte de mi cabeza siente que… me gusta Emmett. Que amo a Emmett… ¡Dios! ¿Realmente me gusta Emmett?”

Notas finales:

;3; Las amo, gracias por sus Reviews ;3; lo siento si no contesto, es que se me fue el internet ;3; y ando solo con 50 MB ;3; que no es nada ;3; waa...

y seeeh :v ya se viene el peligro peligroso :3 muajajaja siganle dando musho amor a mi Historia, miren que lo hago de todo kokoro ;3;

es mi única paga sus Reviews C:

Las quiero ♥

¡Panditerroristas al poder!


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