Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Premonition (KaiSoo) por DebyMil

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! esta vez volví un poquito antes!! jaja confieso que quería actualizar anteayer pero por desgracia no llegué...Pero bueno, ahora aquí estoy y les vengo con un capítulo un poquito picante 3:)

Disfruten de su lectura!!

Cuando llegaron al departamento, Kyungsoo aún seguía dormido en la espalda de Kai. Con cuidado y tratando de hacer el menor ruido posible, el menor abrió la puerta y entró. Todas las luces del departamento estaban apagadas menos las de la cocina, lo que le daba a la sala un aspecto un tanto lúgubre pero a la vez tranquilo, el silencio reinaba en el lugar, de hecho lo único que lograba escuchar era la lenta respiración del más bajo. Como ya estaba cansado de llevarlo encima –además de adolorido –depositó al mayor con cuidado en el sofá y lo despertó.

 

-¿Kyungsoo? Despierta ya llegamos –llamó mientras le tocaba el hombro.

 

-¿Qué? ¿Estamos en casa? ¿Me quedé dormido? –preguntó aún somnoliento frunciendo el ceño.

 

-Sí, apenas salimos del edificio.

 

-Ah… ¿qué hora es? –inquirió.

 

Kai sacó su teléfono del bolsillo y lo encendió.

 

-Son las doce y media de la noche.

 

-¡Vaya es bastante tarde! Parece que los demás ya se acostaron.

 

-Es cierto –acordó Kai.

 

-Espero que no se enojen por haber llegado tan tarde. ¿Por qué no me despertaste? Hubiéramos venido más rápido si no me hubieses cargado todo el camino.

 

Kai rió en silencio.

 

-Estabas tan cansado que tuve que hacerlo. Además no creo que nos regañen.

 

-Si tú lo dices… ¿Tienes hambre? Prepararé algo si quieres…-dijo Kyungsoo.

 

-Como quieras, pero no tengo mucho apetito –respondió Kai.

 

-Hoy practicamos demasiado, tenemos que comer algo. Haré algo rápido.

 

-Está bien.

 

Kyungsoo se levantó y fue hasta la cocina mientras Kai buscaba el control remoto del televisor para encenderlo, el cual estaba sobre la mesa de la cocina, una vez que lo encendió se quedó parado al lado de la mesa, mientras sus ojos volaban del televisor a Kyungsoo cada dos por tres. Completamente ajeno a las miradas del otro, el más bajo abrió la heladera y encontró un enorme bowl de tallarines con salsa. En la tapa había una nota escrita, reconoció la letra de Chen al instante:

 

 

 

“No sé a qué hora llegarán, pero les dejamos lo que quedó de la cena. ¡No se acuesten sin cenar! Buen provecho.

 

P/d: Tao se comió todo el pan pero logré esconder dos rodajas en la alacena.”Chen.

 

 

 

Kyungsoo dejó la nota a un lado y sacó el bowl, acto seguido volcó el contenido en una olla para calentarla. Abrió la puerta de la alacena y sacó el paquete con las dos rodajas de pan junto con dos platos hondos. Justo se dio vuelta para dejar los platos sobre la mesa cuando se chocó con Kai que estaba detrás de él. Lentamente levantó la cabeza y su mirada se clavó en la contraria

 

-Perdón –sonrió el más alto –¿Me podrías pasar un vaso con agua?

 

Sin decir ni una palabra, el mayor se dio vuelta y llenó un vaso moviéndose como si fuera un robot, consciente de la intensa mirada del otro.

 

-Aquí tienes –dijo alcanzándole el vaso.

 

-Gracias –murmuró el más alto. Cuando estiró el brazo para tomar el recipiente, inconscientemente su mano rozó desde la punta de los dedos hasta el dorso de la mano contraria lentamente, sintiendo la textura de la blanca piel bajo su tacto, hasta que el mayor soltó un respingo y retiró su mano en seguida.

 

El moreno sólo volvió a sonreír y se dio la vuelta yendo hacia al living. A pesar de sentir un leve cosquilleo en el lugar donde Kai lo había tocado y la vergüenza presente en el color de sus mejillas, Kyungsoo no le quitó los ojos de encima en ningún momento. Aquel ligero y breve toque había provocado que los bellos de la nuca se le erizaran; no le había molestado de hecho había sido… ¿Cómo decirlo?...Agradable, placentero ¿quizás? Confundido y avergonzado se llevó ambas manos al pecho al sentir como su corazón latía acelerado, no entendía qué le estaba pasando…

 

Cuando sus ojos se volvieron a enfocar en la esbelta figura del más alto, sus encontradas emociones se esfumaron al verlo: le pareció extraño que Kai caminara de un lado a otro de una forma bastante inusual, de hecho parecía como que rengueaba y en un momento notó una leve mueca en la cara del chico. Frunciendo el entrecejo al tiempo que parpadeaba varias veces volvió a mirarlo pero sólo vio que se sentaba en el sofá con total naturalidad para luego girar la cabeza y devolverle la mirada acompañada de un guiño. Kyungsoo se dio vuelta ignorando aquel gesto y desvió su atención hacia la cena que debía preparar.

 

<> se dijo a sí mismo. No le dio más cabida a sus pensamientos y sólo se dedicó a los fideos que tenía delante de él.

 

 

 

 

 

 

Cuando la cena estuvo lista, la sirvió en dos platos hondos y fue hasta el living donde estaba el menor. Se sentó a su lado y comenzaron a comer en total silencio mientras miraban la televisión.

 

En realidad ninguno de los dos estaba prestando la más mínima atención al televisor, ambos estaban sumidos en sus propios pensamientos: Kai no hacía más que pensar en lo que había sucedido hacía un rato en las escaleras, en lo que había estado a punto de hacer. Si bien no era la primera vez que tenía esos deseos, esta vez casi perdió el control por dejarse llevar. Sin embargo lo que más lo confundía era que Kyungsoo le hubiera seguido el juego –si se le podía decir así –y quería saber por qué, pero no se animaba a preguntarle. Casi sin pensarlo volteó a mirarlo y sus ojos se clavaron irremediablemente en él, escaneando cada rasgo, cada facción del rostro del más bajo. Desde sus enormes y expresivos ojos hasta esos esponjosos y suaves labios. Rememorando lo sucedido unos momentos atrás en la compañía, se mordió el labio inferior ansioso desviando la mirada hacia un costado, ¡esto ya era el colmo! Quería probar esos labios, quería besarlos, arrancarle suspiros de placer a su dueño. Todo su ser le decía que tenía que hacerlo, toda su determinación estaba centrada en poseerlos de una vez por todas, pero había un problema: ¿y si Kyungsoo no pensaba igual? ¿Y si terminaba apartándolo? Él era su amigo, ¿qué se suponía que debía hacer? Las cosas que estaba pensando en hacerle, los sentimientos que estaba desarrollando por él no eran normales ¿O sí?

 

Entretanto, ajeno a los pensamientos del moreno, Kyungsoo apenas había tocado la comida y observaba la pantalla del televisor pero sin mirarla realmente. Se devanaba la cabeza pensando también en lo que había pasado con Kai en las escaleras. No entendía por qué había estado a punto de hacer algo que no debía, no comprendía cómo es que no había hecho nada para frenar al menor cuando intentó…¡Dios! ¡Habían estado tan cerca de hacerlo! Lo más extraño de todo era que no se sentía molesto, más bien estaba un tanto preocupado y pensativo. Lo que el más alto había querido hacer ¿era parte de su juego? Recordó que Kai había dicho cuando se mareó por segunda vez que no era momento para bromas, entonces ¿había sido realmente una? No podía ser…Cuando estuvo a punto de besarlo parecía que iba en serio, cada fibra de su cuerpo le decía que era así, cada pensamiento le incitaba a preguntarle para comprobarlo pero, no se atrevía.

 

Además había otra cosa que lo tenía intranquilo: le preocupaba lo que le había pasado, esos condenados y extraños ‘ataques’ parecía que iban empeorando y no lo dejaban tranquilo. ¿Qué pasaría si no lograba controlarlos en un futuro? No podía permitir que volviera a suceder lo de esa tarde, inquietar a todos así era innecesario…y en especial no podía dejar que Kai volviera a presenciar nada parecido a lo sucedido. Sabía que el chico sospechaba que algo le pasaba y ciertamente no quería involucrarlo más, debía mantener sus problemas en secreto; tratar de dominarlos ahora era su misión.

 

Sin embargo, había algo de lo que estaba seguro: esos episodios extraños sólo sucedían cuando estaba cerca de Kai, y estaba convencido que tenían alguna relación con él.

 

-¿Kyungsoo? –escuchó que el menor lo llamaba sacándolo de sus pensamientos.

 

-¿Qué sucede?

 

-Yo…quisiera preguntarte algo…

 

-Dime.

 

-Lo que pasó hace un rato…en las escaleras…-empezó el chico agachando la cabeza, no se atrevía a mirarlo a la cara -¿Por qué no me apartaste cuando yo…?

 

Kyungsoo tragó saliva, sospechaba a qué se refería Kai pero tenía miedo de preguntarle si estaba haciendo alusión a la parte del beso o algo más.

 

-Yo…No lo sé…y tú ¿por qué hiciste…lo que hiciste?

 

-La verdad es que no tengo idea, sólo…lo hice…Es que como te veías tan mal, sentí que tenía que hacerlo, tratar de hacerte sentir mejor y fue la única idea que se me ocurrió. Lamento si te hice sentir incómodo.

 

El más bajo suspiró desanimado, entonces no se refería a la parte de beso sino a todo lo que sucedió antes de eso…

 

-Al contrario, no me molestó…-dijo cabizbajo.

 

Kai abrió los ojos grandes por la sorpresa y volteó tomando al otro de los hombros.

 

-¡¿De verdad?! ¿Lo dices en serio?

 

-Sí, bueno…somos amigos ¿no? –respondió encogiéndose de hombros –Es normal que, tú sabes, si uno está mal…el otro lo acompañe.

 

El moreno suspiró y torció la boca en una media sonrisa. No podía creer que Kyungsoo fuera tan inocente, o tal vez demasiado despistado.

 

-Sabes que no me refería a eso –murmuró mirando fijamente al mayor y levantando una ceja, aunque manteniendo su torcida sonrisa, provocándolo.

 

<<¡Oh, Dios! ¡Otra vez ese gesto!>> pensó el más bajo tensándose de repente.

 

-Ah, entonces…te refieres a lo otro…-de repente sus nervios se estaban descontrolando –Bueno…No te preocupes, no es para tanto. Casi no recuerdo lo que pasó, estaba mareado –mintió.

 

El menor lo miró extrañado.

 

-¿Ah, sí?

 

-Sí –afirmó –Si era eso lo que te preocupaba…supongo que no importa si no recuerdo qué pasó. No te sientas intranquilo, de verdad, no lo recuerdo…

 

Kai soltó al muchacho lentamente.

 

-No me siento intranquilo, Kyungsoo. En realidad, estoy confundido –confesó mirándolo fijamente haciendo que el chico comenzara a enrojecer rápidamente.

 

-Confundido ¿por qué?

 

-Porque…yo…no se suponía que… ¡Maldición! Es complicado. Debes pensar que perdí la cabeza pero no me arrepiento de lo que hice y te juro que lo haría de nuevo. Es como si no pudiera evitarlo, en realidad no quiero evitarlo…-susurró tomando las manos de Kyungsoo. Comenzó a acariciar el dorso de la misma con su pulgar. Levantó la mirada y la fijó en los ojos del contrario; podía ver que el mayor estaba completamente colorado y en su mirada se podía leer la sorpresa y expectación, pero también notaba la confusión. Aquello lo alivió un poco: Kyungso tal vez estaba tan desconcertado como él.

 

Sintiendo como su propia respiración se aceleraba, volvió a clavar sus ojos en la boca del más bajo. Definitivamente aquellos labios eran un imán que absorbía toda la cordura que el moreno tenía. Y sólo había una forma de recuperarla ¿no?

 

Apretando las manos del otro con fuerza, pensó que ya no podía reprimirse más así que lentamente comenzó a acercarse al mayor. Obviamente el chico se percató de lo que Kai estaba intentando hacer pero de nuevo no hizo absolutamente nada para apartarlo. No estaba seguro si él mismo quería continuar pero se había quedado completamente congelado donde estaba, estaba tan nervioso que no podía moverse y sentía que todo su cuerpo ardía. Su mirada se dirigió deliberadamente a los ojos del otro, no había vacilación en ellos, de verdad ya no había marcha atrás. Sin saber qué hacer, sólo atinó a cerrar sus ojos cuando los labios del menor estaban a escasos milímetros de los suyos, percibiendo cómo la respiración acelerada del otro se mezclaba con la suya, percibiendo el ligero toque de su nariz contra la otra provocándole cosquillas…

 

De repente, escuchó un chirrido muy fuerte, como el ruido que hacen las ruedas de un vehículo al frenar de golpe, seguido de un grito aterrador. Abrió los ojos de golpe y apartó al instante a Kai empujándolo levemente. El muchacho abrió los ojos también y lo miró desconcertado.

 

-¿Qué sucede?

 

-¿Escuchaste eso? –preguntó el mayor temblando. Estaba asustado.

 

-¿Qué cosa?

 

-Ese ruido…ese grito…

 

-¿Qué ruido? ¿Qué grito? ¿De qué hablas?

 

-¿No lo oíste? ¡Lo acabo de escuchar! Cuando estábamos a punto de…-se calló en cuanto volvió a escuchar el eco del mismo sonido, pero esta vez más fuerte. Miró a Kai aterrado pero descubrió que éste lo miraba extrañado. Entonces ¿él no podía oírlo? ¿Qué estaba pasando?

 

Como si fuera la grabación de un disco rayado, el sonido comenzó a repetirse una y otra vez, asustándolo cada vez más. Volvió a sentir ese punzante dolor en el costado de la frente y comenzó a hiperventilar.

 

Al ver la escena que comenzaba a desarrollarse, el bailarín tomó a Kyungsoo de los hombros, tratando de obligarlo a que lo mirara, pero el chico parecía completamente ido.

 

-No…no, otra vez…-se quejó el más bajo, pero no pudo seguir: en cuanto Kai le puso las manos encima volvió a escuchar ese ruido, esta vez tan fuerte que creyó que le explotaría la cabeza.

 

Atemorizado, lo empujó apartándolo lo más rápido que pudo e intentó alejarse de él pero los fuertes brazos del moreno volvieron a sujetarlo, esta vez estrechándolo contra su pecho mientras el más bajo luchaba por soltarse soltando un sinfín de golpes y patadas que el otro apenas podía esquivar. Era como si el chico tuviera la mente completamente dominada por el miedo y tratara de librarse de él como fuera.

 

-¡Demonios! Kyungsoo, ¡cálmate! ¡Para!

 

-¡No! No puedo, no otra vez… ¡aléjate!

 

-¡Ya para! ¡Todo está bien, no pasa nada!

 

-¡No! ¡No está bien! –discrepó el mayor temblando. De nuevo comenzó a ver las horribles imágenes que pasaban frente a sus ojos para luego detenerse y enseñarle una imagen de él mismo en medio de la oscuridad, completamente solo.

 

La realidad del presente lo golpeó bruscamente cuando esa escena se esfumó y, cuando vio el rostro de Kai frente a él, comenzó a llorar sin consuelo. El moreno lo abrazó aún más fuerte y posó su mano en la cabeza del otro, tratando de calmarlo.

 

-No lo entiendo ¿Por qué sucede esto? ¿Qué me está pasando? –sollozó Kyungsoo. Kai lo apretó aún más fuerte contra su cuerpo y el chico lentamente levantó los brazos y rodeó su espalda, en respuesta el menor acarició con un dedo la mejilla del más bajo pero sin dejar de abrazarlo en ningún momento.

 

-Tranquilo, ya pasó. Ya estás bien –dijo separándose un poco para mirarlo a la cara pero el mayor se aferró a él desesperadamente.

 

-No. No te vayas…no me dejes solo…-suplicó, aún atemorizado de la última imagen que había visto.

 

-No lo haré.

 

Logró separarse un poco del más bajo y con el dedo índice en su mentón, le levantó la cabeza y lo miró a los ojos: estos estaban enrojecidos y sus mejillas estaban bañadas en lágrimas, incluso el labio inferior temblaba levemente debido al llanto.

 

-No llores, no me iré a ningún sitio –repitió dedicándole una sonrisa. El muchacho lo miró acongojado aunque un poco más tranquilo.

 

-Promételo.

 

-¿Qué? –preguntó sin comprender.

 

-Demuéstrame que no…te irás…-murmuró entre hipidos.

 

Kai se quedó completamente en blanco sin saber qué hacer pero luego rió por lo bajo.

 

-Tú lo pediste…-dijo alzando una ceja acompañada de una media sonrisa.

 

Comenzó a acercarse a Kyungsoo lentamente quien lo miró confundido al principio pero se quedó completamente helado en cuanto lo comprendió. Una parte de su mente pedía a gritos que diera media vuelta y se alejara de Kai, pero la otra le decía que no se moviera de donde estaba. Un torrente de emociones le atacó la mente y el corazón al mismo tiempo pero las ignoró.

 

Tras agacharse un poco para igualar la altura de ambos, el menor comenzó a aproximar su rostro más y más al contrario, hasta que casi no existió espacio alguno entre ambos.

 

Cerrando los ojos al mismo tiempo que el otro, rozó tímidamente sus labios con los opuestos. Era un beso tranquilo, bañado de sentimientos y emociones, algo que Kyungsoo nunca había experimentado, estaba demasiado sorprendido como para reaccionar, pero poco a poco se dejó llevar. Al notar que el más bajo no rechazaba el contacto, el moreno volvió a tomar la iniciativa profundizando aún más el beso, saboreando y repasando cada centímetro de esos esponjosos labios. Ninguno de los dos supo cuánto duró aquello, sólo que se separaron cuando la falta de aire se hizo evidente. Ambos respiraban entrecortadamente y Kyungsoo sentía como sus mejillas ardían.

 

El mayor se apartó del moreno y se refregó los ojos, sin darse cuenta de que aún estaba llorando, pero ya no estaba asustado sino desconcertado, podía sentir como su corazón latía demasiado rápido.

 

<<¿Qué significa esto? ¿Qué me pasa?>> pensó nervioso.

 

Se quedó unos minutos quieto en el lugar en silencio mientras contemplaba el piso fijamente hasta que su respiración se normalizó del todo. Cuando levantó la vista, vio que Kai no se había movido ni un milímetro de su lado y lo miraba con detenimiento. En cuanto las miradas de ambos se cruzaron, Kyungsoo enrojeció al instante, apartó la mirada y agachó la cabeza. Al notar su reacción, el menor soltó una pequeña risita casi inaudible, cosa que hizo que el mayor se avergonzara aún más.

 

-¿Estás bien? –le preguntó el moreno en un tono divertido mientras se agachaba a la altura de Kyungsoo para mirarlo mejor al ver que el chico no contestaba, pero éste evitó su mirada a toda costa sacándole otra carcajada al menor -¿Kyungsoo?

 

-¿Eh? ¿Qué? –reaccionó distraídamente.

 

-Te pregunté si ya estás bien.

 

-Sí…yo…-carraspeó nervioso, mirando en todas direcciones -¡Los platos! –exclamó sobresaltando a Kai -Tengo que…lavarlos…

 

Se levantó rápidamente del sofá y retiró la comida de la mesa del living para llevarlas a la pileta de la cocina. Pasó por al lado de Kai sin mirarlo y a toda prisa, quien lo observó desconcertado; no dijo nada pero se cruzó de brazos y lo siguió con la mirada divertido mientras se reía por lo bajo.

 

<> pensó <>

 

Cuando oyó el agua del grifo escurrir por la pileta de lavar, el chico se levantó también.

 

-¿Quieres que te ayude? –preguntó.

 

De repente se escuchó un pequeño golpe en la cocina, a Kyungsoo se le había caído la cuchara que estaba lavando y se había quedado súbitamente quieto, aunque no se atrevía a darse vuelta para encarar al moreno.

 

-¿Con qué? –inquirió nervioso, luego de unos segundos en silencio.

 

-A lavar los platos, claro. A no ser que hayas pensado otra cosa –rió Kai.

 

Se escuchó otro golpe, esta vez más fuerte. Kyungsoo se dio la vuelta por fin y miró al chico severamente, aunque no podía ocultar el color rojo de sus mejillas.

 

-Yo… ¡no pensé otra cosa! –logró decir hirviendo de nervios. Estaba rojo como un tomate de vergüenza.

 

-Ah, ¡qué bueno! ¿Entonces te ayudo? –replicó volviendo a levantar una ceja mientras esbozaba su característica sonrisa, provocando a Kyungsoo, que enrojeció aún más.

 

-No…gracias…yo lo haré…Tú ve a dormir –consiguió decir en medio del tartamudeo.

 

-De acuerdo, lo que digas. No te tardes –advirtió el menor riendo al escuchar otro golpe en la pileta, esta vez se le había caído el detergente. Pegó media vuelta y, tomando su campera fue hacia su habitación.

 

 

 

Aún riéndose entró a la recámara donde Suho estaba profundamente dormido. Sin encender la luz para no despertarlo se desvistió y se puso ropa cómoda para dormir, pero, al sacarse las zapatillas un dolor agudo se hizo presente. Se sentía como miles de agujas clavándose una y otra vez en la piel.

 

Con cuidado y arrugando el entrecejo por el dolor, el muchacho retiró las medias y observó que tenía el tobillo hinchado, el mismo que se había lastimado cuando se cayó de las escaleras tiempo atrás. Bufando molesto, se levantó del suelo dando pequeños saltitos con el otro pie y a tientas buscó su campera. Sacó la caja de analgésicos que había tomado del abrigo de Suho esa mañana y se tomó uno. Eso no iba aliviar mucho el dolor pero no podía salir a buscar hielo o Kyungsoo lo descubriría, y ciertamente no quería que el mayor se enterara de que de nuevo estaba lesionado; en realidad lo cierto era que nunca se había curado del todo; además otra razón por la que el más bajo no debía enterarse era porque la causa de su malestar se debía a que lo había cargado en su espalda para traerlo a casa y como consecuencia la lesión se había resentido. El chico aún se culpaba por lo que le había pasado a Kai, por lo tanto bajo ningún punto de vista podía decírselo; lidiaría con el problema él solo.

 

Como estaba cansado, desistió de esperarlo despierto así que se acostó en su cama y se durmió.

 

 

 

 

 

 

En la cocina, Kyungsoo estaba terminando de lavar los platos…o al menos eso intentaba. Lo sucedido minutos atrás le había bloqueado completamente la mente. No paraba de pensar en el hecho. ¿Qué le había pasado? Conociéndose a si mismo jamás habría hecho lo que hizo, pero sin embargo el moreno había logrado lo contrario. Quería mucho a Kai, pero como a un hermano, cuidaba de él y era su mejor amigo, pero sólo eso. Sabía que el chico también lo estimaba mucho pero al parecer de una manera más seria. Sin pensarlo, llevó un dedo a sus labios y los tocó suavemente, podía recordar y “sentir” el contacto de aquellos labios que momentos atrás se habían apoderado de los suyos. A pesar de haber sentido mucha vergüenza, aquel contacto había logrado tranquilizarlo. Kai lo había hecho para intentar calmarlo, pero entonces ¿por qué había profundizado más el beso? ¿Tal vez porque quería demostrar algo más que el simple hecho de prometerle que no lo dejaría solo?

 

Por muy extraño que pareciera, aquel beso había sido el primero para Kyungsoo y, exceptuando las circunstancias en las que se había dado, había sido perfecto. Totalmente dulce, suave, seguro…como si Kai hubiera querido transmitirle algo por medio de él. Al revivir nuevamente aquel recuerdo sonrió y una sensación extraña aunque agradable se apoderó de su corazón y mente.

 

¿Acaso amaba a Kai? Esperen, ¿se le podía llamar amor a la relación que había entre ellos? ¿Había algún hecho que corroborara esa teoría?

 

Inconscientemente, en su cabeza comenzó a recordar lo vivido con él ese día. Se sintió extraño, como aliviado y feliz al mismo tiempo. Pero entonces, su sonrisa se borró cuando sus pensamientos se vieron interrumpidos por los recuerdos de los sueños terribles que tenía. Kyungsoo frunció el ceño al recordar cada detalle de esos sueños. De alguna forma u otra tenía que adivinar qué significaba todo aquello, ¿por qué los tenía? ¿Por qué cada vez que estaba con Kai?

 

Empezó a pensar repasando en su cabeza cada detalle que recordaba de lo que había visto. Pero era inútil, no lograba evocar el rostro de la persona que aparecía en ellos. Si tan sólo lograra saber quién aparecía en esas visiones, tal vez podría entender por qué las tenía. Decidido, una vez más comenzó a repasar cada imagen, buscando, tratando de comprender.

 

-¿Quién eres? –dijo para sí en un susurro –Necesito ver tu rostro.

 

Seguía revisando cada escena, que proyectaba como una película en su imaginación, pero fue en vano. Cerró los ojos para visualizarlo mejor y “adelantó” esa película al momento en que estaba parado en medio de la calle.

 

Llovía con fuerza, miró hacia la izquierda y esa masa enorme y oscura se acercaba a él con gran rapidez. Giró la cabeza al frente y vio cómo la persona que tenía delante de él también miraba hacia la misma dirección. Cuando volvió a mirar a Kyungsoo sólo distinguió el terror en sus ojos más no su rostro.

 

-¡No! –gritó la persona -¡Kyungsoo! ¡Cuidado! ¡Sal de ahí!

 

Kyungsoo no se movió.

 

-¿Quién eres? Quiero saber quién eres –murmuró en voz alta.

 

Esa persona comenzó a correr hacia él mientras le gritaba que se aparatara del camino. Sintió que de un empujón lo tiraba a un costado, lejos de la carretera. Mientras Kyungsso caía al piso mojado levantó la mirada y logró visualizar los ojos de la persona que lo había empujado. Alcanzó a ver que ésta lo miraba y segundos después desviaba su mirada al frente y cerraba los ojos. Después se oyó ese ruido que ya había escuchado tantas veces y  luego sólo silencio, y oscuridad.

 

Cuando el mayor volvió abrir los ojos descubrió que estaba tirado en el piso al lado de la mesa de la cocina. El repasador descansaba en su pecho y la esponja que unos minutos atrás había tenido en su mano se encontraba en el suelo. Se levantó rápidamente y revisó los alrededores asustado de que alguien lo hubiera visto, pero por suerte no había nadie. Se apoyó contra la mesada y se tapó el rostro con las manos, se sentía agotado de nuevo.

 

-No puede ser, no importa lo que haga, no logro verlo…-se lamentó.

 

-¿Kyungsoo?

 

Al escuchar su nombre el chico se dio vuelta de inmediato.

 

Distinguió a una persona parada frente a él. Se refregaba los ojos algo adormilado.

 

-¿Qué haces? ¿Por qué no te has acostado todavía?

 

Un poco anonadado y sorprendido, Kyungsoo se recompuso tratando de aparentar que nada pasaba.

 

-Chen…yo…estaba lavando los platos. Disculpa si te desperté, ya iré a acostarme así que buenas no…

 

-Un momento –lo detuvo justo cuando le pasaba por al lado tomándolo de brazo y, clavando sus oscuros ojos en el menor, lo miró seriamente -¿qué hacías en el piso? Te vi levantarte y no te veías…no te ves bien…

 

El muchacho tragó duro, pero si él había revisado la habitación y no le pareció ver a nadie ¿cómo es que Chen logró verlo?

 

-No sé de qué hablas, se me cayó la esponja al suelo y sólo me agaché para…

 

-Kyungsoo…-suspiró el mayor.

 

-¡Es verdad! Te digo que fue una torpeza mía.

 

-Kyung…

 

-En serio no me di cuenta, sabes que cuando tengo sueño no presto atención…

 

-¡KYUNGSOO! –exclamó sobresaltándolo, el chico agachó la cabeza como un niño al que acaban de regañar por una travesura.

 

-Lo siento…–murmuró -¿No me crees cierto?

 

-No, y ya que ambos estamos levantados podrías darme una explicación de por qué estabas tirado en el suelo y por qué cada vez que te ‘quedas dormido’, como lo llamas tú, al despertarte reaccionas de manera extraña; sin mencionar el aspecto terrible que tienes y que cada día empeora más.

 

-De acuerdo…-suspiró, ya no tenía sentido seguir ocualtándoselo a Chen. Apartando una silla de la mesa, se sentó en ella derrotado.

 

Cuando el mayor se acomodó a su lado esperaba que Kyungsoo soltara todo de una vez, ya que siempre que algo le preocupaba, Chen era la única persona a la que recurría a la hora de hablar. Si bien Baekhyun era su mejor amigo, Kyungsoo siempre había confiado más en él a la hora de contarle cosas serias, debido a que a Baekhyun solían “escapársele” los secretos. Pero para su sorpresa, el menor no dijo nada. Había cruzado sus manos sobre la mesa y las miraba fijamente, en silencio.

 

-¿Y bien? –apremió impaciente. El más bajo volvió a suspirar.

 

-¿Recuerdas lo que pasó en la práctica de hoy? Cuando me caí al piso al quedarme dormido –preguntó.

 

-¿De verdad estabas dormido? Porque no lo parecía, no lográbamos despertarte con nada.

 

-Bueno…al principio si estaba dormido, pero luego…-tomó aire pensando por dónde debía comenzar –Hyung…si te lo cuento ¿puedes mantenerlo en secreto?

 

-¿Por qué me pides eso?

 

-¡Por favor! –suplicó desesperado.

 

-Bueno…está bien –exhaló Chen –Ahora dime.

 

Kyungsoo volvió a tomar aire y luego lo largó lentamente.

 

-Todo este tiempo, me han estado pasando cosas extrañas –empezó.

 

-¿Extrañas? ¿A qué te refieres? –inquirió el mayor, le resultó raro el tono que estaba usando Kyungsoo para hablar, estaba demasiado serio. Debía ser algo grave, de lo contrario no estaría hablando así.

 

-He tenido unos sueños un poco…extraños. Siempre es el mismo sueño, pero cada vez que lo veo como que se va completando, distingo más cosas, veo partes que antes no.

 

-De acuerdo…-murmuró el mayor, confundido –Y ¿entonces?

 

-Pues que…lo que veo…es demasiado real, se siente demasiado real. Esos sueños son los que me provocan esos “desmayos” diariamente.

 

-Espera –lo interrumpió -¿Me estás diciendo que ya te pasó más de una vez?

 

-Sí…pero siempre estaba solo, por eso nunca se enteraron. La segunda vez que me pasó fue cuando Kai los llamó a ti y a Luhan.

 

-¡Momento! O sea que aquella vez Kai tenía razón. Algo te pasaba… ¡¿Por qué no nos dijiste nada?!

 

-Es que no quería preocuparlos, además ¿cómo podía explicarles si ni siquiera yo sé qué es lo que me pasa? –explicó agachando un poco la cabeza.

 

-¡Pero al menos hubieras podido…! –exclamó el mayor a punto de regañar a Kyungsoo otra vez pero los ojos llorosos del chico lo detuvieron -¿Hace cuánto que te está pasando?

 

-Desde que Kai se unió al grupo.

 

Al decir eso, ambos se quedaron en silencio un buen rato. Chen trataba de comprender la situación pero se le hacía imposible, miró al más bajo y descubrió que estaba inmóvil en el lugar con las manos sobre la mesa, sus dedos cruzados temblando ligeramente.

 

-No lo entiendo –murmuró para sí -¿Por qué estás tan asustado de un simple sueño? No me malentiendas pero creo que estás exageran…

 

-¡No estoy exagerando! –se enojó Kyungsoo mirando a su amigo con furia. Sabía que esto sucedería, sabía que si lo contaba no le creerían -¡No es un sueño normal! ¡Este es…! Diferente…

 

-Pero, entonces piensas que es…como una premonición –dijo Chen. Fue más una conclusión que una pregunta.

 

-Tú… ¿Crees que sea eso?

 

-No lo sé –admitió –Pero si lo has visto tantas veces es porque algo te está queriendo decir.

 

¡Oh, No! ¿Entonces significaba que lo que soñaba todos los días iba a suceder?

 

Con sólo escuchar aquellas palabras Kyungsoo no pudo soportarlo más y comenzó a llorar en silencio. Tratando de contenerse hundió la cara en sus manos.

 

-¿Kyungsoo? ¿Qué pasa?

 

-No quiero que lo que veo se cumpla… -sollozó.

 

-Oye ¿estás llorando?

 

-No quiero que suceda… ¡no puedo permitirlo! –exclamó golpeando la mesa con el puño.

 

-¿De qué hablas? Kyungsoo cálmate, es sólo una suposición mía. No quise decir que vaya pasar, sólo digo que el sueño puede tener un mensaje, no que se haga realidad –intentó tranquilizarlo.

 

El menor levantó la mirada y observó a Chen.

 

-¿De verdad?

 

-Claro que sí. Puede que sólo te esté queriendo transmitir un mensaje que debes descubrir. No te asustes, no pasará nada –le sonrió cálidamente.

 

El chico lo pensó unos segundos…tal vez Chen no estaba equivocado.

 

-Está bien…-dijo un poco más calmado –Supongo que tienes razón.

 

-Como siempre, sólo que ustedes prefieren ignorar al dios de la sabiduría –ironizó imitando una pose de superioridad, arrancando una carcajada por parte del menor –Ven, vamos a dormir que mañana debemos levantarnos temprano –advirtió posando una mano en el hombro del otro.

 

Sin chistar el chico asintió y se levantó de la mesa; tras apagar las luces, cada uno se dirigió a su cuarto. Luego de darse las buenas noches, Chen entró en la habitación que compartía junto con Kris y Xiumin mientras que Kyungsoo fue a la suya.

 

Abrió con cuidado la puerta tratando de no hacer ruido y luego entró. Como las cortinas de la ventana estaban descorridas, la luz del exterior iluminaba casi toda la pieza y se podía ver con claridad. En un rincón a la izquierda estaba la cama de Suho, quien dormía tapado hasta el cuello con las frazadas. Y en el extremo opuesto, en la cama cucheta en la parte de arriba estaba Kai. Se encontraba completamente desparramado sobre el colchón y enroscado en las sábanas con una pierna colgando en el borde. Pese a la incómoda posición, el menor parecía dormir profundamente sin problemas.

 

Kyungsoo se acercó a su cama y se desvistió para ponerse la ropa de dormir. Luego, cuando se sentó en el mullido colchón para acostarse, accidentalmente chocó con su cabeza la pierna de Kai, quien hizo un ruido como de molestia y soltó algunas palabras inconclusas, removiéndose un poco en sueños.

 

Suspirando molesto, el mayor se levantó de la cama, tomó el pie de Kai y de un tirón lo empujó arriba del colchón. Intentó acomodarlo en la cama para arreglar las sábanas pero el chico era demasiado pesado para moverlo con facilidad. Después de un buen rato y varios intentos fallidos, lo logró. Satisfecho –y cansado –se sentó de nuevo para acostarse, pero en eso el brazo del “inquilino” de arriba cayó pesadamente en su cabeza y el chico se echó hacia atrás frotándose el lugar golpeado adolorido.

 

Reprimiendo varias palabras nada agradables hacia Kai, se volvió a levantar para poner en su lugar ese brazo, pero cuando apenas lo tocó este se enroscó con fuerza alrededor de su cuello y lo atrajo a pocos centímetros de la cara del moreno. Sorprendido, Kyungsoo trató de soltarse, pero sus intentos fueron totalmente en vano.

 

-¡Maldición, Kai! ¡Ya suéltame! –protestó entre susurros tratando de zafarse.

 

-¿Por qué tardaste tanto?

 

Estupefacto, Kyungsoo levantó un poco la cabeza: unos ojos negros como la noche le devolvieron la mirada.

 

-¿Estabas despierto? –preguntó incrédulo.

 

-Claro que sí, te estaba esperando.

 

-¡¿O sea que estabas actuando?! El golpe me dolió, ¿sabes? –soltó en voz baja enojado.

 

-Ah, lo siento, pero es que fue la única idea que se me ocurrió para que te me acercaras…-explicó el más alto esbozando una media sonrisa y aproximando su cara un poco más a la del mayor.

 

-¿Y para que querías que me acercara? –inquirió el más bajo, alejándose instintivamente del muchacho, pero este no respondió y continuó acercándose lentamente cada vez más.

 

-¿Kai? –dijo Kyungsoo abriendo los ojos como platos -¿Qué estás haciendo?

 

-Esto…-respondió y tras una última sonrisa atacó la boca del mayor quien al principio se resistió pero de la nada y tras soltar un sonoro suspiro correspondió con la misma intensidad. No sabía qué estaba haciendo pero desde el momento en que los labios del otro tocaron los suyos, su cuerpo empezó a responder por sí mismo, no podía controlarse.

 

Kyungsoo no supo cómo, pero en un santiamén Kai había bajado de su cama y lo había empujado a la de abajo, posicionándose encima de él, impidiéndole escapar. Rápidamente comenzó a desabrochar los botones de la parte superior del pijama del mayor, quien sintió como un escalofrío le recorría la espalda erizándole la piel. Notó como el calor se apoderaba de su cuerpo y se estacionaba en sus mejillas. Agradeció que estuviera algo oscuro y que Kai no lo viera puesto que ardía de vergüenza.

 

Cuando por fin lograron separarse, tras un breve momento para tomar un poco de aire, el moreno volvió atacar con su boca pero esta vez posando incontables besos en el cuello de Kyungsoo activando cada nervio, cada músculo que hubiera allí. Levantó un poco la mirada para observar al mayor y rió al ver que este tenía los ojos fuertemente cerrados, sin esperar a que los abriera, volvió a besar ese blanco cuello dejando una que otra marca en él.

 

El más bajo trató de frenarlo de un empujón pero fue inútil, sus manos se vieron lanzadas hacia atrás aplastándose contra el colchón a ambos lados de su cabeza. Aquella acción que el moreno debió hacer había hecho que parara por uno segundos con su juego pero reanudó su tarea en el cuello del muchacho para luego ir bajando por su pecho, cuidando de no separar sus labios de la piel del chico quien comenzaba a hacer un mohín con la boca, incapaz de controlar las sensaciones que estaban comenzando a volverlo loco.

 

Kai levantó la mirada y sonrió unos segundos para luego continuar con su cometido mientras observaba atentamente la expresión en el rostro del mayor, quien apretaba cada vez más los ojos y aumentaba el mohín en sus labios. Aquello le estaba gustando, sin embargo, no contento con eso, y riéndose una vez más, alcanzó los labios de Kyungsoo y se apoderó de ellos, tratando de borrar ese mohín infantil que insistía en mantener.

 

El más bajo mostró por fin una reacción cuando gimió suavemente en el medio del beso y comenzó a revolverse un poco, tratando de deshacerse de una extraña molestia que comenzó a sentir en su entrepierna. Lamentablemente, en un movimiento involuntario, golpeó por accidente la cabecera de la cama con el brazo. El ruido no fue muy fuerte pero bastó para que Suho se removiera en la cama. Por fortuna no se despertó pero frente al susto del momento ambos chicos se quedaron petrificados por unos segundos, respirando entrecortadamente; no obstante, Kai volvió a atacar la boca y el cuello del más bajo simultáneamente. El muchacho volvió a cerrar los ojos con fuerza, tratando de retomar el control de su cuerpo pero fue inútil.

 

Cuando el más alto se alejó, Kyungsoo se obligó a abrir los ojos y lo encaró con una mirada acusatoria, pero sólo obtuvo esa sonrisa tan característica de nuevo a cambio. Kai dejó un par de marcas más en ese cuello tan suave y blanco antes de empezar a mover con suavidad sus caderas varias veces hacia adelante y atrás, provocando fricción entre su cuerpo y la región pélvica de Kyungsoo, quien apretó los labios con fuerza y cerró los ojos tratando de controlarse, pero a medida que los segundos pasaban la necesidad y el placer se iban apoderando de su mente.

 

-Para...-pidió, tratando de enfocar su nublada visión.

 

-No...-sonrió Kai con malicia, aumentando la presión que ejercía con sus caderas sobre Kyungsoo, aumentando así el roce entre ambos.

 

-Por favor...-suplicó el más bajo.

 

El mayor gimió al sentir una nueva oleada de placer y comenzó a revolverse bajo el cuerpo de Kai, intentando liberarse de las manos que sujetaban sus muñecas. Sin embargo, cuanto más se movía, más fricción provocaba entre ellos y hacía que la respiración de ambos se acelerara.

 

El moreno se agachó, acercando su boca a la oreja de Kyungsoo.

 

-Me estás excitando mucho...-gimió contra su oído, y el mayor arqueó la espalda. Kai no era el único que se sentía así.

 

El más bajo soltó por segunda vez un sonoro suspiro y el menor rió satisfecho soltando las manos de Kyungsoo quien instintivamente las llevó arriba de su cabeza con tan mala suerte que volvió a golpear la cabecera de la cama pero esta vez bastante fuerte, provocando que Kai soltara una carcajada.

 

-¡Si no dejas de hacer ruido, nos van a descubrir!

 

-¡No pude evitarlo! –se quejó en un susurro, haciendo que Kai se riera otra vez.

 

Tal vez no debió hacerlo…

 

Se escuchó un crujido en la cama contigua.

 

-¡Oigan ustedes dos! ¿Qué hora creen que es? ¡Dejen de jugar y ya duérmanse! Mañana hay que madrugar –Suho se ponía de muy mal humor cuando no lo dejaban dormir tranquilo y eso provocaba que al día siguiente los retara por cualquier cosa. Sin decir nada más se dio vuelta en la cama enojado, dejando a los otros dos congelados del susto; estaban más quietos que una estatua, si eso era posible.

 

-¿Crees que…haya visto…algo? –preguntó Kyungsoo hablando lo más bajo que pudo, luego de un rato.

 

-No creo, está oscuro de este lado. ¡Demonios! ¡Arruinaste la diversión! –se quejó el menor alborotando los cabellos de Kyungsoo.

 

-¡Pues es tu culpa! ¡No debiste hacer tanto ruido!

 

-¿Y por qué yo? ¡Fuiste tú quien golpeó la cama! ¡Dos veces! –acusó Kai intentando contener la risa.

 

-¡Pero yo no me la pasé riendo!

 

-Ah, es que tienes unas reacciones tan adorables…-la voz se escuchó tan cerca de su oído que Kyungsoo sintió como otro escalofrío le recorría la espalda e inevitablemente su cuerpo tembló. Eso le molestó.

 

-¡Ya! ¡Sal de arriba mío y vete a dormir! A no ser que quieras que nos descubran de una vez.

 

-Eso me encantaría…

 

¡Ese tono! ¡Ese maldito tono en su voz! ¡¿Por que jugaba así de sucio?!

 

-¡Basta! ¡Ve a dormir! Estoy cansado…-replicó empujando al menor y sacándoselo de encima.

 

-Oh, entonces eso significa que hice un buen trabajo –se burló con una sonrisa que, pese a la oscuridad, el más bajo pudo distinguir.

 

-Buenas noches –le contestó secamente, dándole la espalda.

 

-Descansa –dijo el moreno posando un tierno beso en la frente de Kyungsoo, que sintió como sus mejillas se llenaban de calor nuevamente, para luego hundir la cara en la almohada. ¡¿Cómo era posible que después de lo que había hecho se comportara tan cariñosamente con él?! Definitivamente esa doble personalidad que tenía ¡lo terminaría matando! Pero no podía negar que le gustaba…

 

Kai no lo supo pero ese último gesto había hecho que Kyungsoo se despabilara por completo, y es que no pudo conciliar el sueño de los nervios que tenía y cuando lo logró, no fue nada agradable gracias a esas dichosas imágenes que comenzaron a desfilar por su mente otra vez. Sin embargo, el moreno arriba dormía plácidamente totalmente ajeno a las preocupaciones de su amigo, estaba completamente feliz.

 

Estando con Kyungsoo se sentía de una manera completamente distinta de cómo se sentía con los demás. Y rogaba que el más bajo pensara de la misma manera.

 

 

 

 

Notas finales:

Me quieren matar, cierto? xDDD jajaja Cómo es posible que fuera tan mala de cortarles la diversión?! la verdad ni yo lo sé pero en fin...

Por otro lado...Suho!!!! Ay, que nervios!!! habrá visto algo? jaja de eso se entararán en el otro capítulo ;) y habrá una sorpresa que les encantará!

Pobre Kai...nunca se curó de su lesión y todo este tiempo lo estuvo ocultando...vaya que es terco este chico! Yo ya lo hubiera atado a una cama así descansa! (?) xD

Bueno, si les gustó ya saben, déjenme algún comentario o lo que quieran que siempre me hace feliz leer sus opiniones ^^ Nos leemos! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).