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Premonition (KaiSoo) por DebyMil

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Notas del capitulo:

Hola! a que no se esperaban que volviera rápido, eh? Bueno, les juro que me apuré porque no quería dejarles con la intriga. Ojalá este capítulo sea de su agrado ^^

No molesto más y les dejo disfrutar de la lectrura :)

En cuanto ambos entraron al departamento al llegar a casa, Kai ni siquiera esperó a que Kyungsoo terminara de cerrar la puerta que lo estampó contra la pared y prácticamente le arrancó el abrigo de encima. De no haber sido porque el mayor logró frenarlo un poco, le hubiera hecho saltar los botones del pantalón de un tirón. Tomándolo de las piernas lo alzó y Kyungsoo las enroscó en la cintura del más alto, aferrándose a él. En un rápido movimiento se quitó el buzo quedando sólo con la fina polera que tenía debajo, jadeando al sentir la lengua y los labios de Kai en su cuello, quien paró tan sólo unos segundos para quitarse también su abrigo y su pulóver, dejando su torso desnudo, y luego seguir con su tarea.

 

Rápidamente, el más alto se dirigió al sofá del living con el mayor aún encima queriendo depositarlo ahí, pero no contaba con que el chico no deshiciera el agarre de su cuello y ambos cayeron uno encima del otro en los almohadones.

 

-Lo siento –rió Kai y Kyungsoo lo imitó para luego volver a besarlo. Pasados unos pocos segundos, el bailarín pudo sentir como unos temblorosos dedos jugaban con los botones y el cierre de sus jeans. Notó cuando sin querer una mano rozó su zona íntima y en respuesta hundió su rostro en el costado del cuello del más bajo. El suspenso y la excitación lo estaban matando, sin embargo Kyungsoo no estaba en mejores condiciones que él; no aguantaba el calor que lo quemaba por todo su cuerpo y necesitaba más; más besos, más roces, sólo quería más.

 

Como si el menor hubiera escuchado sus pensamientos, lo complació besándolo sin parar y su mano fue a parar a su entrepierna, acariciándolo suavemente, enviando al muchacho más allá del nirvana, provocando que jadeara en su oído.

 

-¡Dios! Te amo, te amo tanto Soo –susurró Kai.

 

En ese momento Kyungsoo se congeló y se quedó completamente tieso. La voz de Kai había sonado tan parecida a la del chico de sus visiones. Asustado abrió los ojos de sopetón, quiso decirle al menor que parara, que algo no estaba bien cuando una puntada en su cabeza provocó que sus palabras murieran en su garganta. El dolor fue tan intenso que jadeó quejándose y trató de alejar al moreno suavemente, pero el muchacho no parecía darse cuenta. Mientras tanto una segunda puntada se hizo presente enseñándole las horrorosas imágenes de nuevo y el chico gimió aterrorizado. Fue entonces que Kai notó que algo sucedía y levantó un poco su cabeza para mirar a quien estaba bajo suyo; al hacerlo ambas miradas se cruzaron y Kyungsoo palideció al instante, como si hubiera visto algo terrible. Del susto empujó al bailarín con todas sus fuerzas alejándolo de él, quien lo miró confundido.

 

-¿Kyungsoo? ¿Qué pasa?

 

Lejos de contestarle, el más bajo respiraba aceleradamente y estaba comenzando a sudar frío de repente. Preocupado, Kai acercó su mano al rostro del mayor, pero éste lo esquivó y se alejó acurrucándose en el otro extremo del sofá.

 

<<Frío...tengo tanto frío>>

 

Temblando sin control se llevó las rodillas al pecho y comenzó a mecerse hacia delante y atrás sin parar.

 

-¿Por qué? ¿Qué hice? Es mi culpa, yo...yo tengo la culpa...-empezó a murmurar sin parar sin dejar de mover su cuerpo hacia delante y atrás, como hamacándose.

 

Aquel comportamiento asustó al moreno, quien intentó acercarse al más bajo de nuevo.

 

-¿Soo? –llamó con cautela. No sabía qué demonios estaba pasando. Kyungsoo nunca había reaccionado así. Volvió a llamarlo posando su mano en la mejilla contraria suavemente pero quizás no debió hacerlo, porque en vez de traer al chico a la realidad tranquilamente fue para peor.

 

-¡No me toques! ¡Aléjate! –exclamó el mayor al sentir el contacto de la mano de Kai, golpeándola bruscamente provocando que éste hiciera una mueca de dolor al doblarle la muñeca.

 

-¡Kyungsoo! –se quejó frotándose la zona adolorida -¿Qué te sucede?

 

<<Basta...por favor, basta. Contrólate, ya pasará...respira>> se decía a sí mismo.

 

-Yo...-musitó, tenía la mente completamente en blanco -Nada...no es nada.

 

-No es cierto, ¿Qué te pasa? –insistió, pero el más bajo no contestó, apenas podía controlar su respiración. -Kyungsoo...si hice algo que...

 

-No...-lo interrumpió, Kai lo miró sin comprender –lo siento, tú no tienes la culpa...no es nada importante, no te preocupes.

 

-Kyungsoo...dime qué pasa –pidió el moreno tomando el rostro del mayor con ambas manos obligando a que lo mirara, pero fue en vano, el chico esquivaba su mirada –Por favor, sabes que puedes decirme lo que sea.

 

-Sólo...-empezó <> –sólo me asusté. Perdón, no quise lastimarte. Lo siento...Es que estoy asustado. No sé por qué pero tengo miedo. Tengo tanto miedo...-repitió intentando no llorar.

 

Sintiendo las lágrimas a punto de derramarse, el muchacho bajó la cabeza de nuevo y se cruzó de brazos en un intento de esconder sus temblorosas manos y empezó a mecerse de nuevo. Aquello ya estaba preocupando más de la cuenta a Kai quien seguía sin entender nada, pero de improviso estiró sus brazos hacia delante y abrazó al mayor estrechándolo fuertemente contra su pecho.

 

-Tranquilo, todo está bien...

 

<> pensó con desesperación.

 

El más bajo empezó a sollozar cada vez más hasta que su llanto se tornó histérico. Sus manos se aferraron fuertemente a la espalda del bailarín.

 

-Yo estoy aquí, Soo. Tranquilízate –repitió. Kyungsoo trataba de calmarse, de verdad que lo intentaba, pero la condenada voz de su cabeza no hacía más que reiterar esa maldita frase una y otra vez. Si cerraba los ojos podía visualizar al muchacho que se la decía siempre, sin embargo su desesperación se tornó en terror cuando notó que en sus visiones lo que hasta ahora había considerado como manchas sucias en las ropas del chico eran en realidad sangre: la tela estaba cubierta por ese líquido carmesí, chorreando por doquier, dejando un rastro en el suelo.

 

-Tú lo hiciste...es tu culpa...

 

-¡Dios! –gimió Kyungsoo en voz baja llorando.

 

-Tienes que alejarte de mí. Por favor, si no quieres que me suceda algo aléjate de mí, Soo.

 

-¡No! ¡Yo no...! ¡NO! –el más bajo volvió a empujar al moreno con moreno con fuerza y se alejó de él rápidamente, arrinconándose contra una de las esquinas de la sala. Kai no perdió tiempo y lo siguió; sabía que algo muy malo estaba sucediendo y tenía miedo de que Kyungsoo se lastimara por accidente, tenía que frenarlo de alguna forma.

 

El mayor se agarraba la cabeza con ambas manos, y sintió cuando su espalda chocó contra la pared en cuanto se mareó. Entre el torbellino de imágenes que daban vuelta a su alrededor pudo distinguir la borrosa figura del muchacho de sus visiones acercándose, estirando sus manos ensangrentadas hacia él queriendo tocarlo.

 

-No, aléjate...por favor...-jadeó. Pero la figura no le obedeció y cuando sintió que aquellas manos se aferraban a él, cerró los ojos y empujó a la persona con toda la fuerza de la que fue capaz.

 

Lo siguiente que pasó fue que escuchó un grito desgarrador que le partió la cabeza en dos. Obligándose a abrir los ojos, fijó la vista hacia el frente y distinguió a Kai. Estaba en el suelo, igual que él; aunque Kyungsoo no recordaba haberse caído. También oía gemidos lastimeros que al principio parecían muy lejanos pero luego empezaron a oírse más fuerte conforme recuperaba los sentidos.

 

-Kai ¿qué...? –murmuró aturdido, pero él no lo escuchó, sólo se quejaba. Se apretaba el tobillo con fuerza.

 

Entonces Kyungsoo se dio cuenta: a quien había empujado no había sido el chico de sus visiones, ¡sino a Kai!

 

<<Oh, no ¡¿Qué he hecho?!>>

 

El más bajo salió inmediatamente de aquel trance extraño en el que estaba y corrió al lado del menor, sin saber qué hacer. No tenía idea de lo que le había hecho pero por la forma en la que el menor se apretaba el tobillo era más que seguro que se lo había doblado al caer.

 

-¡Kai! lo siento, no quise...fue mi culpa...perdón...-las palabras salieron ahogadas de su boca mientras intentaba contener las lágrimas.

 

-¡¿Qué diablos te está pasando?! ¡¿Por qué reaccionas así?! –exclamó, su voz temblaba debido al dolor.

 

-No lo sé...perdón...no lo entiendo, no sé qué me pasó...Lo lamento, en serio –se disculpó. Intentó ayudar a Kai a levantarse del suelo y llevarlo sofá, pero el chico rechazó su ayuda.

 

Kyungsoo se mordió el labio preocupado y sus ojos se enrojecieron inevitablemente.

 

–Por favor perdóname, no fue mi intención...

 

-¡Silencio! No quiero escuchar más disculpas viniendo de ti –le espetó.

 

-¡Es que es mi culpa! Otra vez...te lastimé otra vez...-las lágrimas comenzaron a resbalar por las mejillas del muchacho sin control cuando los recuerdos de la vez que Kai se cayó de las escaleras se pasearon por su mente, como burlándose de él.

 

-Lo único que quiero oír es una explicación, Kyungsoo –suspiró el más joven intentando controlarse.

 

-Pero...tu tobillo...

 

-¡Mi tobillo está bien! ¡Demonios! ¡Deja de esquivar el tema y explícame qué te está pasando! –exclamó el moreno asustando al mayor haciendo que dejara de llorar al instante.

 

-Yo, no lo sé...no entiendo por qué...de nuevo...

 

-¿Qué quieres decir? –insistió Kai, pero Kyungsoo no abrió la boca –Por todos los cielos, explícame.

 

-No puedo...

 

-¡Si no me dices no puedo ayudarte!

 

-¡Nadie puede ayudarme! ¡Ni siquiera tú! –se lamentó el más bajo comenzando a llorar de nuevo. Había dicho las mismas palabras que el chico de sus visiones.

 

-Kyungsoo...

 

Pero el más bajo no lo dejó seguir y, tomando su ropa volvió a ponerse sus pantalones y salió corriendo de la sala, encerrándose en el baño, dejando a Kai solo en el living.

 

Durante varios minutos se dedicó a llorar sin consuelo, sentado sobre los fríos azulejos del piso con la espalda apoyada contra la puerta, abrazándose a si mismo mientras se mecía de un lado a otro. Esta situación lo estaba destrozando, empeoraba cada día más y no podría seguir ocultándola por mucho tiempo más. No sabía qué hacer, había sido un iluso creyendo que por estar con Kai las cosas mejorarían, había resultado todo lo contrario y sus ataques extraños no habían hecho otra cosa más que deteriorar su relación con él y lastimarlo, literalmente.

 

Una vez más Kyungsoo había sido la causa del sufrimiento del menor, una vez más lo había herido. Lo que había hecho no se lo perdonaría nunca. Había jurado no volver a lastimarlo y sin darse cuenta lo había hecho de nuevo.

 

Comenzó a pensar en la persona de sus visiones, en lo mucho que su voz se parecía a la de Kai, eran casi idénticas. Incluso el muchacho lo había llamado 'Soo', los únicos que sabían de ese sobrenombre eran Kai y él. ¿Por qué entonces esa persona lo había llamado de esa manera? También le decía que se alejara, ¿pero que se alejara de quién? Y todavía estaba el dilema de que no tenía idea de quién era.

 

Demasiadas preguntas sin respuestas le provocaron un fuerte dolor de cabeza que le hizo hundirse aún más en la desesperación.

 

-No sé qué hacer...-lloriqueó –Maldición ¡no sé qué hacer!

 

Su mano se aferró a la pulsera que el más joven le había regalado ese día y se llevó ambas manos a la cara completamente abatido, permitiendo que sus lágrimas resbalaran libremente por sus mejillas.

 

-Lo lamento, Kai. Por favor, discúlpame...-murmuró en medio del llanto. Sin poder evitarlo, se quedó así por varios minutos hasta que el ruido de su celular que aún tenía en el bolsillo lo sobresaltó.

 

Del otro lado de la puerta, el moreno había escuchado los sollozos del mayor; pero nada más que eso cuando luego de él mismo calmarse un poco fue a buscarlo. Suspirando tristemente alzó su mano para tocar la puerta cuando un mensaje en su celular lo distrajo, era de Sehun informándole que estaban llegando a casa. A los pocos segundos escuchó que el celular de Kyungsoo también sonaba dentro del baño. El ruido de la canilla abierta del lavabo llegó hasta sus oídos y luego de unos minutos la puerta se abrió bruscamente dándole un buen susto.

 

El chico estuvo a punto de abrir la boca cuando notó que el mayor lo miró a los ojos apenas unos segundos y luego pasó por su lado ignorándolo completamente, sin decir ni media palabra. Extrañado lo siguió hasta la cocina y se dio cuenta de que Kyungsoo lucía muy pálido y sus ojos estaban algo enrojecidos. Sin embargo, también se percató de que cada vez que se acercaba, el joven parecía huir de él a toda costa en silencio.

 

-¿Kyungsoo? –llamó, pero otra vez no recibió respuesta –Kyungsoo, quiero disculparme.

 

El nombrado comenzó a buscar los utensilios para cocinar sin prestar la más mínima atención al más alto.

 

-Oye, Soo sé que estás enojado por haberte gritado y de verdad lo lamento –repitió yendo hasta él con dificultad, el tobillo aún le dolía. Sin embargo, sólo el silencio fue su respuesta otra vez –Kyungsoo, por favor ¡lo siento! –imploró.

 

El chico aún le daba la espalda pero, en ese momento, al escuchar a Kai sus hombros se encogieron y tembló, sin embargo no contestó y siguió con lo suyo.

 

-Otra vez me vas a esquivar...-no fue una pregunta –Está bien, hazlo. Pero de verdad siento haberte gritado. Por favor, no te enojes conmigo, no quise hacerlo, yo...

 

En ese momento se abrió la puerta de la sala y el grupo entró al departamento. Venían charlando animadamente mientras se quitaban los abrigos y dejaban sus bolsos y zapatos en la entrada. Kai suspiró molesto por la interrupción y echó una rápida mirada al más bajo descubriendo que su semblante era de lo más sombrío, quiso hablarle, decirle algo en susurros pero se congeló al ver que el chico hizo de cuenta como si él no estuviera ahí y sacó los platos de la alacena para ponerlos en la mesa con total naturalidad.

 

Completamente desconcertado y frustrado, el moreno optó por alejarse y se sentó en el sofá encendiendo el televisor. Al poco rato Kris, Lay, Tao, Luhan y Sehun lo rodearon y se sentaron a su lado a mirar televisión también. Sin embargo, Kai era el único que no prestaba atención a la brillante pantalla, sólo observaba a Kyungsoo.

 

Chanyeol, Baekhyun, Suho y Xiumin se sentaron en la mesa a la espera de la cena y Chen ayudó al menor con la cena.

 

-Hola –saludó animadamente, cosa que Kyungsoo detestó –Así que te escapaste con Kai a la azotea esta tarde ¿no? –el chico lo miró con cara de pocos amigos –Está bien, no te preocupes, mantendré el secreto. Pero dime ¿para qué fueron?

 

-No quiero hablar de eso.

 

-¿Por qué no? –inquirió extrañado.

 

-Porque no, ¿de acuerdo? –soltó de mala gana.

 

-Oh, ya, está bien...-susurró notando los enrojecidos ojos del muchacho. Desconcertado dirigió su mirada hacia el moreno y notó que el bailarín desvió la mirada hacia abajo tristemente -¿Algo pasó entre Kai y tú?

 

Kyungsoo se quedó tieso y en silencio por unos minutos sin saber si decirle o no.

 

-No –respondió al fin.

 

-¿Seguro? Es que te ves... Quiero decir Kai se ve algo desanimado –reformuló al notar la destrozada mirada del más bajo -¿No sabes si le pasa algo?

 

Kyungsoo recordó lo sucedido un momento atrás y frunció el ceño con amargura: así que ahora, por su culpa, también había lastimado los sentimientos del menor. Genial...

 

-No tengo idea –mintió –tal vez aún se siente enfermo.

 

-Pero ayer me dijo que ya estaba bien.

 

-Bueno, no lo sé. Sabes que cuando se pone misterioso no logras sacarle palabra alguna. Mejor olvidémoslo y vamos a comer –dijo intentando de esquivar el tema.

 

-Pero...Kyungsoo...

 

-Si tanto te preocupa pregúntaselo a él. No tengo por qué saber todo lo que le pasa, no soy su niñera –arremetió, y sin decir más fue al comedor junto con los demás dejando a Chen bastante confundido debido a su brusca reacción.

 

Suho llamó a todos a la mesa una vez que la comida estaba servida y los chicos prácticamente fueron corriendo a sentarse. Kai fue el último en pararse del sofá y caminó lentamente hasta la mesa con una leve expresión adolorida pero tratando de hacerlo con naturalidad. En cuanto lo vio, el pecho de Kyungsoo se cerró abruptamente, pero cerró los ojos para no mirarlo y se dejó caer en su silla de siempre; el menor no tardó en llegar a su lado y el más bajo podía apostar que estaba a punto de hablarle, sin embargo sólo escuchó un suspiro en su lugar y nada más. Sin decir nada, el mayor comenzó a comer; mientras mantuviera la boca ocupada no tendría que hablarle. Tampoco lo miraba, pero sabía que el chico no le quitaba los ojos de encima.

 

Todos empezaron a comer y charlar animados, pero ni Kyungsoo ni Kai participaban de la conversación. De hecho el moreno no hacía más que mirarlo esperando alguna respuesta del otro para poder decirle algo, sin embargo no obtuvo ninguna reacción. Pasaron algunos minutos más, y el silencio entre ambos se hacía cada vez más incómodo, hasta que Baekhyun rompió el hielo como siempre.

 

-Oigan ¿qué les pasa? ¿Por qué están tan callados? –preguntó. Todos dejaron de hablar y dirigieron sus miradas a los dos involucrados, expectantes, algo que Kyungsoo no podría haber odiado más.

 

-No pasa nada ¿Acaso no puedo comer en silencio? –inquirió el más bajo lanzándole una dura mirada a Baekhyun.

 

-Bueno, sólo preguntaba...-dijo encogiéndose de hombros –Al final no nos contaron qué hicieron el día de ayer cuando se quedaron solos.

 

-No hicimos nada.

 

-Fuimos al parque que está a unas cuadras de aquí –interrumpió Kai. Baekhyun estaba a punto de volver a hablar cuando Suho lo cortó:

 

-Un momento ¿cómo que salieron? ¿Acaso no estabas enfermo? –soltó mirando duramente a Kai -¿Cómo se te ocurrió dejarlo salir con este clima, Kyungsoo? Se suponía que ibas a cuidarlo –lo regañó. El chico no le contestó, sólo resopló cerrando los ojos y siguió comiendo en silencio.

 

-No es su culpa, yo lo convencí de salir. Además no me sentía tan mal –se apresuró a explicar Kai.

 

-¿Cómo que no? No viniste a practicar con nosotros porque Kyungsoo nos dijo que estabas enfermo. ¿Acaso fue una mentira? –inquirió el líder.

 

-Yo...-musitó el menor agachando la cabeza.

 

-Dinos la verdad, Kai –dijo el líder seriamente. Era evidente que se había disgustado.

 

-Yo...la verdad es...

 

-La verdad es que dije que no se sentía bien. No que estaba enfermo –interfirió Kyungsoo. Kai lo miró sorprendido, ¿lo estaba defendiendo? ¿Pero por qué? Si hace un rato parecía que ni siquiera quería tenerlo cerca.

 

-Pues si no se sentía bien, estuviera enfermo o no, no debiste hacerle caso.

 

-Perdón...-murmuró a regañadientes. Disculpa que no sonó nada sincera y el líder lo notó.

 

-Te dejé a cargo porque confío en tu juicio y resulta que me desobedeces. No me lo esperaba de ti, Kyungsoo.

 

-Lo sé.

 

-Se supone que eres mayor que él y dijiste que lo cuidarías.

 

-¡Ya lo sé! –respondió entrecerrando los ojos con fuerza. La cabeza le estaba empezando a latir otra vez y deseaba que Suho se callara. Si se ponía más nervioso sería peor.

 

-Todos estamos dando lo mejor de nosotros en las prácticas, trabajando duro y ¿para qué? ¿Para que tú y Kai se vayan de paseo por ahí?

 

<<¡Dios! ¡Basta!>>

 

-Lo que hicieron fue una falta total de consideración. No puedo creer que sean tan irresponsables. No puede ser que dejen de lado sus obligaciones y...

 

Kyungsoo arrojó los cubiertos en el plato haciendo un fuerte ruido que sobresaltó a los demás y el líder enmudeció al instante.

 

-¡Ya está bien, hyung! Lo siento ¿de acuerdo? Lamento ser una decepción por una vez en la vida ¿Es que no sabes hacer otra cosa que no sea regañarme? Yo... ¡Ah! –se quejó de repente llevándose ambas manos a la cabeza. Una puntada de dolor bastante fuerte le nubló la vista en segundos, corrió la silla para atrás en un intento de levantarse y salir de allí lo más pronto posible pero sólo consiguió que todo su cuerpo se fuera hacia delante al perder el equilibrio. Como Kai y Chen estaban a ambos lados de él, lograron sostenerlo antes que se diera la cabeza contra el borde de la mesa.

 

-¡¿Kyungsoo?! –se horrorizó Chen.

 

-¡Kyungsoo! ¡¿Qué tienes?! –se asustó Kai.

 

Más voces y exclamaciones llegaron a sus oídos pero el chico sólo prestó atención a una, a la única que logró distraerlo. Al levantar la vista se dio cuenta que todos lo miraban preocupados y Chen estaba pálido del susto al igual que Suho; sin mencionar las caras de terror de los demás. Soltándose lentamente de ambos se enderezó.

 

-Estoy bien...sólo es un dolor de cabeza...-dijo mirando instintivamente a Kai, sin querer.

 

-Un simple dolor de cabeza no provocaría que casi te desmayes, Kyungsoo. ¿Qué te pasa? –preguntó Chen aún asustado.

 

-Nada, en serio –respondió, pero Chen arrugó el entrecejo –De verdad. Ya estoy bien, no pasa nada.

 

-¿Estás seguro? –preguntó Suho quien seguía pálido como el blanco mantel de la mesa.

 

-Si –afirmó el más bajo, mirando al líder con resolución por unos momentos, pero su expresión se tornó vacía y ausente de nuevo; cosa que Kai notó al instante. Ya había visto esto antes, la mirada del mayor estaba perdida otra vez, sabía lo que pasaría si no lo alejaba de las curiosas miradas de los demás.

 

-Quiero hablar contigo –murmuró al tiempo que tiraba de la mano del más bajo y se levantaban de la mesa frente a la mirada de incredulidad de todos.

 

-Pero...

 

-¡Ahora! –sentenció Kai.

 

Kyungsoo se dejó llevar por el moreno sin chistar, de hecho hubiera sido inútil intentar escaparse de él ya que el chico tenía su muñeca apresada con fuerza. Atravesaron el living a toda velocidad yendo hacia la habitación. Cuando entraron, cerró la puerta tras él y empujó suavemente al mayor al centro del cuarto. El menor se dio la vuelta con ambas manos en la cintura, escrutando seriamente con la mirada al chico de arriba abajo; este lo miraba con esos grandes ojos llenos de confusión, mientras mantenía una expresión inocente y hasta casi avergonzada en el rostro, sin embargo no pudo ocultar los temblores que recorrieron su cuerpo. Era la segunda vez que veía a Kai enojado desde aquel día que casi lo choca un auto y de verdad le provocaba temor.

 

-Explícame de una vez por todas.

 

-¿De qué hablas? –preguntó Kyungsoo sin comprender.

 

-No finjas. Quiero saber que te pasó recién.

 

-¿Qué cosa? –volvió a preguntar.

 

-¡Lo que te acaba de pasar en la mesa! –se exasperó el moreno –Lo que te pasó en el sofá antes que llegaran todos. Desde ayer que estás esquivándome ¿por qué?

 

-Ya te dije que no tiene importancia...-murmuró agachando la cabeza.

 

-¡Pues para mí sí la tiene!

 

-No quiero hablar sobre eso...

 

-Pues tal vez tú no quieras hablar pero yo sí –insistió Kai -¿Al menos podrías decirme qué te pasó recién en la mesa? Eso no fue un simple dolor de cabeza, Kyungsoo. No es la primera vez que te sucede.

 

El mayor lo miró con ojos desorbitados.

 

-¿Cómo...?

 

-¿Crees que me creo tus excusas? Siempre tengo los ojos en ti y te conozco lo suficiente para saber que algo te pasa. Deja de esquivar el tema y dime qué tienes.

 

-Yo...-el mayor no sabía qué hacer; Kai tenía su mirada clavada en él y Kyungsoo podía notar que ésta estaba cargada de preocupación. Pero ¿qué lograría con decirle? No es como si sus extraños ataques dejaran de atormentarlo sólo por contarle qué le pasaba. –Lo siento, no puedo decirte...

 

-Demonios Kyungsoo, te lo suplico...–rogó el menor tomando al más bajo de los hombros. Pero apenas sintió el roce de las manos del más joven, Kyungsoo sintió otra puntada en su cabeza y se estremeció. Asustado se alejó del moreno y descubrió que, al hacerlo, el dolor desapareció al instante.

 

¿Acaso la solución a su problema era alejarse de Kai? Sí, eso tenía que ser.

 

-Perdón...-dijo en cuanto recuperó la compostura.

 

-Te acaba de pasar otra vez...-suspiró el más alto. Fue más una afirmación que una pregunta -¿Por qué no quieres decírmelo?

 

-Porque no tiene caso –se molestó Kyungsoo bajando la mirada.

 

Si Kai era el causante de sus extraños ataques, entonces definitivamente la mejor manera de no volver a sufrir otro era apartarse de él. 

 

-Kyungsoo...Si hay algún problema deberías dejar que te ayude. Te prometí que te cuidaría. Juntos podremos buscar una solución a lo que te pasa. Yo sé que si...

 

-La solución es que te alejes de mí...-interrumpió de repente en un tono bajo. Kai lo miró sin comprender.

 

-¿Qué?

 

-Lo que oíste. Quiero que te alejes, no vuelvas a acercarte a mí –repitió fríamente mirando fijo al más alto. Esta era la gota que había rebalsado el vaso, ya se había cansado de que el menor siguiera molestándolo una y otra vez con el mismo tema.

 

-No voy a dejarte solo si estás mal, Kyungsoo. Si necesitas que esté pendiente de ti todo el tiempo lo haré.

 

-Justamente eso es lo que no quiero.

 

-Pero necesitas ayuda.

 

-Lo que necesito es que me dejes en paz de una vez por todas. No necesito ayuda y definitivamente no la tuya. Para que lo comprendas mejor, ya no quiero tener nada que ver contigo ¿entiendes?

 

Kai dio un paso hacia atrás, abriendo los ojos grandes como platos de la sorpresa. Ahora sí que no entendía nada.

 

-¿Por qué de repente me dices esas cosas? No lo dices en serio.

 

-Lo digo muy en serio. Todo este tiempo, desde que te mudaste con nosotros, lo estuve reprimiendo pero ya no puedo más. Déjame aclararte una cosa: desde un principio no me caíste bien ¿sabes? Intenté que fuéramos amigos, pero no ha funcionado, así que por una vez en tu vida hazme caso y déjame tranquilo.

 

-¿Qué estás diciendo? No lo entiendo.

 

-¿Tan tonto eres que no comprendes una simple petición? ¿De qué forma quieres que te explique que no te quiero cerca? Simplemente me cansé de ti –explicó indiferente encogiéndose de hombros.

 

-Lo que dices no es cierto, no te creo...Tú no eres así –el moreno no daba crédito a sus oídos. ¿Qué estaba pasando?

 

-Cree lo que quieras –rió el mayor –¿Que por qué me alejo de ti preguntas? ¿Por qué te esquivo? Ya deberías de haberte percatado. Es porque no quiero estar contigo, nunca significaste nada para mí. ¿Comprendes? NADA.

 

-Estás mintiendo...-murmuró Kai. El dolor y la tristeza comenzaron a reflejarse en sus ojos.

 

<> pensó el más joven.

 

-Sabes que no –replicó seriamente –tú y yo no tenemos nada en común. ¿O acaso no te diste cuenta?

 

-No, no es verdad...-la voz del moreno sonaba dolida aunque intentaba controlarse –Todas las veces que estuvimos juntos, que me ayudaste y te encargaste de mí cuando estuve...

 

Pero sus palabras quedaron ahogadas frente a la cínica e irónica carcajada de Kyungsoo.

 

-Por favor, no seas infantil ¿De verdad creíste que me preocupaba por ti? ¡Jamás me importaste, Kai! Déjame explicártelo lo más claro posible así me entiendes: de ahora en más las cosas serán como siempre debieron ser, seremos sólo compañeros de grupo...

 

-Kyungsoo, no...-suplicó el menor al tiempo que sus ojos se enrojecían rápidamente.

 

-Y no hay necesidad de que tengamos otro tipo de relación –continuó el mayor completamente inmune a las súplicas –así que a partir de ahora no te me acerques ni me hables más, porque yo no lo haré contigo.

 

-Pero, Soo... ¿Por qué? –suplicó el moreno tomando la mano del más bajo, quien lo rechazó bruscamente.

 

-¡Suéltame! ¿Qué no entiendes? ¡Ya no te quiero cerca de mí! ¡¿Qué tengo que decir para que me dejes tranquilo?! ¿No te das cuenta que no te soporto? ¡Te odio, Kai! TE ODIO –gritó empujando al otro con cada exclamación.

 

Esas palabras retumbaron en los oídos del menor que se dejó caer al piso con el último empujón que el chico le propinó; fue como si sus piernas hubieran perdido la capacidad de sostenerlo en pie de repente y cedieron sin remedio. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Su mente no quería creer lo que había escuchado. Kyungsoo no podía estar diciéndole esas cosas. ¿Por qué estaba haciéndole esto? No lo entendía.

 

Frío como un témpano de hielo, el más bajo pasó por al lado de Kai sin mirarlo y se disponía a salir de la habitación cuando la voz del otro lo detuvo. Sus palabras fueron sólo un lastimero susurro, pero pudo escucharlas a la perfección.

 

-No sé qué te he hecho para que me digas todo esto. No entiendo qué hice mal y ni siquiera me das una explicación. ¿Por qué, Kyungsoo? ¿Por qué? –sollozó –Siempre traté de ser sincero contigo y preocuparme por ti. Ese día cuando estábamos en el mirador... ¿Recuerdas lo que te dije? Los sentimientos que te transmití...fueron verdaderos. A pesar de que no me respondiste cuando dije que te quería...cuando tomaste mi mano...me di cuenta que sentías lo mismo que yo por ti. Por favor dime que no estoy equivocado, ¡dímelo Kyungsoo!

 

Durante unos segundos el silencio reinó en la sala hasta que el mayor dio media vuelta para encarar al chico mirándolo con una expresión totalmente vacía. Aquellos tristes y apagados ojos oscuros llenos de lágrimas se encontraron con los suyos, en un intento de apelar a su cordura, pero ya era demasiado tarde, Kyungsoo no se retractaría.

 

-Lo siento...lamento si confundiste ese hecho con amor –aclaró lentamente –porque a diferencia de ti, no estoy interesado en tal patético sentimiento.

 

Aquellas palabras golpearon tan duramente al menor que sintió como si su corazón se partiera de dolor. El aire abandonó repentinamente sus pulmones dificultándole la respiración mientras que sus ojos no pudieron contener más las lágrimas y éstas comenzaron a resbalar libremente por sus mejillas.

 

-K-Kyungsoo...

 

-Si no tienes otra cosa que decir, me voy –interrumpió. Kai abrió la boca para decir algo más pero el más bajo no le dio tiempo a que lo hiciera. Se dio la vuelta y abrió la puerta de la habitación para salir.

 

Para su sorpresa, en cuanto lo hizo, se encontró con que todo el grupo estaba pegado a la puerta –probablemente espiando la conversación –y se echaron hacia atrás en cuanto el chico se acercó a ellos. Pasó por al lado de todos sin decir ni media palabra, pero pudo notar las miradas y las caras estupefactas de todos, de seguro habían escuchado toda la conversación. Nadie se atrevió a detenerlo, ni le dijo nada. Sólo Chanyeol lo tomó del brazo con brusquedad haciendo que se detuviera abruptamente.

 

-Dime que lo que dijiste no es cierto –le dijo en un susurro mirándolo con unos ojos que destilaban furia. Era muy raro que el más alto se enojara, normalmente era el más alegre y divertido del grupo, pero cuando se enfadaba...era mejor no tenerlo cerca.

 

-Chanyeol...

 

-¡Dile a Kai que lo que le dijiste es mentira! –gritó exasperado señalando con la cabeza a quien estaba a espaldas del más bajo.

 

Kyungsoo volteó a ver al moreno que estaba arrodillado en el piso, en la misma posición de hace unos minutos. Su cuerpo permanecía completamente inmóvil a excepción de sus hombros que se estremecían violentamente.

 

Se veía patético: con la cabeza agacha y temblando ligeramente, a pesar de que el flequillo le cubría el rostro, se podían ver claramente como unas pequeñas gotitas de agua surcaban su cara desde los ojos hasta su barbilla, donde su boca se estremecía sin control debido al llanto, pero ningún sonido salía de ella. Definitivamente no se parecía en nada al chico que solía ser. Aquella actitud y aura altanera, provocativa y juguetona que siempre tenía había desaparecido completamente.

 

Baekhyun se separó del grupo y, lanzándole una mirada asesina a Kyungsoo, fue a donde estaba Kai, se arrodilló a su lado y rodeó sus hombros con ambos brazos, como acunándolo, en un intento de calmarlo.

 

-¡Vamos! ¡Dile que lo que dijiste no es cierto! –repitió Chanyeol atrapando la atención de Kyungsoo de nuevo.

 

-Yo...bueno, yo...-empezó. Al escuchar su voz, Kai levantó la cabeza y lo miró, su mirada era de suma tristeza pero aún quedaba un brillo de esperanza en ella –Yo...no he mentido...

 

Chanyeol suspiró con desaprobación.

 

-Kyungsoo, te conozco, somos amigos. No serías capaz de decirle esas cosas a alguien a quien estimas.

 

-Oye, espera un minuto ¿quién dijo que lo estimo? ¡Sólo es un mocoso fracasado que ha estado faltando a los ensayos debido a una lesión en el tobillo! ¡Les ha estado mintiendo a todos! –protestó, acusándolo con el dedo. Al escuchar aquello, el menor escondió la cabeza entre los brazos de Baekhyun, y no volvió a levantarla, tratando de contener sus sollozos ahogados que comenzaban a escucharse en toda la habitación.

 

<< ¿Por qué Kyungsoo? ¿Por qué les dijiste? Me prometiste que no dirías nada>>

 

Todos se quedaron paralizados frente aquella revelación.

 

-¿Eso es cierto? –preguntó Suho, mirando a Kai y a Kyungsoo simultáneamente.

 

-Sí. No dije nada porque Kai me pidió que guardara el secreto, pero supongo que ya es tiempo de que lo sepan –contestó Kyungsoo.

 

-Aún así...me parece injusto que trates a Kai de esa manera sin razón. Sólo se preocupó por ti como todos nosotros, después del susto que nos acabas de dar en la mesa. Creí que ya se llevaban bien ¿Por qué eres así? –preguntó Luhan.

 

-Porque me cansé de que se metiera en mi vida y todos crean que debo encargarme de él a cada momento. Sé que es parte del grupo y debe quedarse, sin embargo ya me tenía cansado desde un principio... Pero puedes quedarte tranquilo Kai, no te echaré de la casa esta vez –atacó con sarcasmo mirando al menor. El chico ni siquiera le contestó, ni lo miró, su rostro seguía escondido entre los brazos de Baekhyun, quien volvió a dirigirle otra dura mirada a Kyungsoo, estaba ardiendo de furia.

 

-¡No tienes por qué ser así de cruel con él! ¿Qué te ha hecho para merecer semejante trato? –soltó Baekhyun airado.

 

El más bajo exhaló molesto.

 

-No quiero hablar más...lo siento...-murmuró soltándose de Chanyeol –voy a tomar algo de aire...

 

Y dicho aquello salió disparado como un rayo hacia el living tomando su abrigo y una bufanda del perchero y saliendo apresuradamente por la puerta del departamento. Dejando a todos murmurando completamente desconcertados. El único que se mantuvo en silencio y con una expresión aparentemente tranquila en el rostro, fue Chen.

 

Se acercó a los dos chicos que estaban en el suelo y, haciéndole una seña a Baekhyun, levantaron a Kai del piso; parecía como si el menor hubiera perdido completamente el control de su cuerpo, ni siquiera tenía fuerzas para levantarse y estaba como ido.

 

-Vayan a terminar de cenar, yo me quedaré con él –murmuró Chen con calma. Nadie objetó nada y todos pegaron media vuelta en silencio hacia el comedor. Baekhyun le dirigió una última mirada a Kai antes de acariciar suavemente su hombro e irse.

 

-Como si después de esto aún tuviera hambre –ironizó Tao con amargura. Quiso quedarse en la habitación con Chen y Kai, pero Kris lo tomó de los hombros y se lo llevó cerrando la puerta tras ellos.

 

Ya solos, Chen acompañó al moreno hasta la cama y lo sentó en ella. El chico no levantaba la cabeza y seguía llorando en silencio.

 

-¿Kai? Kai, mírame –llamó.

 

Lentamente, el muchacho levantó la cabeza y fijó la vista en el otro, sus ojos estaban hinchados, completamente enrojecidos y el labio inferior de su boca continuaba temblando ligeramente frente al llanto incontenible. Chen lo observó aprensivamente.

 

-Oye... ¿Estás bien? –sólo preguntó aquello por decir algo, para suavizar el ambiente, pero era evidente que Kai no estaba bien.

 

-¿Por qué lo hizo, hyung? –preguntó arrastrando las palabras, ignorando completamente la pregunta de su amigo. Chen suspiró sin decir nada -¿Por qué lo hizo? ¿Por qué? –repitió sin dejar de llorar. Escondió su rostro en el hombro contrario y lo abrazó con fuerza permitiendo que su llanto se apoderara por completo de él. El mayor posó una mano en su espalda y lo palmeó con suavidad, tratando de calmarlo.

 

-Tranquilo, todo estará bien...


 

Notas finales:

Yo se que quieren matarme, si ya prendieron las antorchas y están buscando el hacha mejor desistan, porque sin mi no habría continuación del fic, no? xD

Tampoco se enojen con Kyungsoo, yo se que lo deben odiar por lo que hizo tanto como a mi pero en serio fue necesario...

Jeje bueno, espero les haya gustado y nos leeremos en la próxima actualización. Sarang hae!


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