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Premonition (KaiSoo) por DebyMil

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Notas del capitulo:

Hola! volví, me extrañaron? Yo sí, mucho! jaja Extrañaba sus comentarios. Esta vez vengo con un capítulo que tal vez les aclare varias dudas (espero) así entienden un poco más el accionar de Kyungsoo y que vean que él no es malo. Hay una razón para hacer lo que hizo y ahora lo sabrán. Les dejo disfrutar de la lectura. Aunque sea un capítulo corto, confío que disipará sus dudas ^^

Kyungsoo entró en el elevador a toda prisa y apretó el botón de la planta baja, cuanto antes se fuera del edificio mejor, pero el condenado ascensor parecía bajar más lento de lo normal. Maldición. ¿O tal vez era su imaginación? No importaba, sólo quería irse de allí, lejos, muy lejos.


Después de varios minutos que le parecieron eternos, las puertas metálicas por fin se abrieron y como un rayo atravesó el hall y salió al frío clima de la noche. El cielo estaba de color rojo amenazando con nevar o llover pero aquello no le preocupó. Girando sobre sus talones comenzó a correr, no sabía qué era lo que le daba tanta fuerza a sus piernas ni tenía idea de a dónde iba, sólo quería alejarse lo más que pudiera de casa, así que siguió corriendo durante varios minutos ignorando el gélido aire que le golpeaba el pecho quitándole el aliento. Debido a que era tarde en la noche no había nadie en la calle, a lo sumo unos pocos autos que circulaban rápidamente por las calles. El chico nunca antes había estado tan agradecido de estar prácticamente solo en esos momentos, sin gente que lo mirara extrañada de verlo correr como un loco.


Sin prestar atención, dobló en un callejón algo oscuro a su izquierda y corrió al fondo del mismo al divisar unas tenues luces que parpadeaban ligeramente. No se veía a nadie en el lugar y había unos pequeños bancos para sentarse. Perfecto. Sin embargo, cuando llegó al final, se detuvo en seco al darse cuenta de dónde estaba, era el mirador donde había estado con Kai. ¿Cómo había dado con ese lugar si no recordaba en dónde se encontraba? El moreno era quien lo había llevado y Kyungsoo no había prestado atención la única vez que estuvieron ahí.


Tratando de normalizar su agitada respiración se acercó hasta la baranda tambaleándose por el esfuerzo de la corrida y, cansado, apoyó las manos en los helados barrotes metálicos, no obstante las retiró en seguida al sentir un leve ardor que le quemó la piel. Confundido se miró las palmas de las manos y resopló frustrado: tenía varias marcas enrojecidas en forma de medialuna, como pequeños cortes en la piel. Todo este tiempo había mantenido los puños tan fuertemente cerrados que se había clavado las uñas hasta el punto de lastimarse. Pero ¿cómo es que no lo había notado?


Una pequeña gota de agua cayó entre las pequeñas lastimaduras de su mano, mezclándose con las gotitas de sangre que manaban de ellas y luego otra, y otra más. Le llevó unos cuanto segundos darse cuenta de que estaba llorando y cuando por fin lo notó, algo se rompió dentro de él. Sin poder contenerse más, se giró apoyando su espalda en la fría baranda y se dejó caer al piso. Llevándose ambas manos al pecho, apoyó la cabeza entre sus rodillas.


-Lo siento, Kai... ¡lo siento tanto! –murmuró presa del llanto.


Lloró y lloró por varios minutos. Abrazándose a sí mismo y balanceándose de un lado a otro sin poder calmarse. Como le hubiera gustado que Kai lo consolara en ese momento, sentir su propia mano entre las suyas, que las acariciara, disfrutar de su compañía. Refugiarse en sus brazos hasta que todo estuviera bien. Pero eso era imposible, jamás sucedería; había lastimado al menor de tal manera que de seguro el chico terminaría odiándolo. La mirada que tenía cuando le dijo todas esas cosas unos momentos antes se había grabado en la mente del más bajo, una mirada llena de incredulidad y tristeza, una que había provocado él mismo con todo lo que le había dicho. Kyungsoo en esos momentos se sentía la peor persona del mundo. Sin embargo, por muy egoísta que hubiera sido, esa fue la única forma que se le ocurrió para librarse de sus extrañas visiones. El pánico lo había dominado por fin y no había concebido otra forma de actuar.


<<Así tenía que ser...Es por su bien, y el mío>> intentó convencerse.


Los minutos pasaron y Kyungsoo no dejó de llorar en ningún momento. Escondió la cabeza entre sus brazos y cerró los ojos, que ya los sentía hinchados. Notando como la calma y el estupor se apoderaban de él, se dejó llevar; estaba demasiado cansado. De haber sido por él se hubiera dormido en dos segundos. Empezó a nevar y tenía frío, pero no quería volver a casa, quería quedarse en ese lugar para siempre. Su lugar especial, nuestro lugar.


El lugar donde Kai le dijo cuanto le importaba, el lugar en que Kyungsoo por fin aceptó los sentimientos que tenía hacia el moreno, el lugar que era sólo de ellos dos. Al pensar en eso rió con sarcasmo, después de lo que había hecho y todavía pensaba en esas tonterías. Recordó que el menor le había prometido volver a aquel lugar, pero ese recuerdo hizo que su expresión se entristeciera de nuevo: definitivamente no iba a cumplir esa promesa, no después de lo que había pasado.


De repente su teléfono comenzó a vibrar dentro del bolsillo de su abrigo y el chico resopló con fastidio, no quería hablar con nadie, así que no contestó. Al poco rato volvió a vibrar y de nuevo no contestó, pero a la tercera vez que empezó a vibrar, suspirando lo sacó del bolsillo y miró la pantalla, era Chen quien lo llamaba. Contestó la llamada y se llevó el celular a la oreja pero no dijo una sola palabra.


-¿Kyungsoo? –se oyó del otro lado del teléfono –ya vuelve, es muy tarde y hace frío –pero el menor no contestó –Kyungsoo ¿me estás escuchando?


Luego de unos minutos en silencio, el muchacho habló:


-No quiero volver...


-No puedes estar a estas horas de la noche afuera, te enfermarás.


-No me importa...-replicó. Se escuchó un sonoro suspiro del otro lado de teléfono.


-¡Deja de victimizarte! Vuelve aquí ahora mismo y no te preocupes por los demás porque todos están durmiendo, así que nadie te dirá nada.


-¿Y eso qué?


-¡Ya basta, Kyungsoo! si no vienes en este instante voy a buscarte –amenazó.


El menor suspiró, probablemente Chen cumpliría con su amenaza si no volvía.


-¿Y Kai? –preguntó tratando de que su voz no se quebrara.


-Está durmiendo también. Vuelve ahora, te esperaré despierto. No quiero excusas. –y dicho aquello colgó.


Exhalando, Kyungsoo guardó su teléfono de nuevo en el bolsillo y trabajosamente se levantó del suelo. Tenía las piernas un poco entumecidas por el frío pero ignoró ese hecho y volvió por donde había venido. El trayecto de vuelta le pareció más largo de lo normal, pero luego se dio cuenta que era porque estaba caminando demasiado lento, arrastraba los pies en el suelo sin ganas. No sólo su mente se negaba a volver, sino que su cuerpo también.


 


***


 


Cuando por fin llegó al edificio, entró y se dirigió al ascensor, las puertas del mismo se cerraron una vez que ingresó pero el chico dudó de presionar el botón del piso al que tenía que ir; no obstante ya había llegado hasta allí, no tenía sentido volver a escapar, sobretodo porque sabía que Chen saldría a buscarlo y no quería que el mayor terminara enfermándose por su culpa; así que apretó el botón del piso dieciséis como siempre y aguardó.


Cuando las puertas se abrieron, dobló lentamente hacia el pasillo para dirigirse a su casa. Una vez frente a la puerta del departamento, estuvo a punto de tocar el timbre cuando la abertura se abrió de repente apareciendo Chen tras ella, haciendo halago de un semblante demasiado tranquilo acompañado de una vacía expresión, aquello alarmó a Kyungsoo, pero como ya estaba preparado para escuchar cualquier reproche, no dijo nada.


Para su sorpresa, el mayor se hizo a un lado invitándolo a pasar, pero como el menor se había quedado helado parado en su lugar, Chen hizo un ademán impaciente, insistiendo en que entrara de una vez y al final lo hizo. El chico se sacó los zapatos y colgó el abrigo y la bufanda en el perchero, comprobó que no había nadie ni en la cocina ni en el living, efectivamente todos ya se habían ido a dormir. Sin previo aviso, el mayor lo tomó de los hombros por detrás y lo llevó hasta la mesa de la cocina y le apartó una silla, sin entender nada Kyungsoo se sentó mirándolo expectante.


-Dame tus manos –pidió.


-¿Qué? –preguntó Kyungsoo sin comprender.


-Que me des tus manos –repitió abriendo el botiquín que estaba arriba de la mesa para luego sentarse a un lado del más bajo -¿No me digas que no sabes que las tienes lastimadas?


-¿Cómo...?


-Me di cuenta antes de que te fueras...


Kyungsoo se avergonzó al tiempo que sus mejillas se teñían de rojo. Claro...a Chen no se le escapaba nada...


-Estoy bien...-murmuró escondiendo las manos entre las mangas de su polera.


-Kyungsoo...-suspiró en tono de suplica. Sin más remedio el muchacho se rindió, y dejó que le curara de una vez las pequeñas heridas. –Bueno, mientras hago esto ¿puedes explicarme lo que pasó?


-Tú estabas atrás de la puerta junto con todos, ya escuchaste lo que dije. No hay nada que explicar...-gruñó Kyungsoo.


-Sí, lo hay. ¿Por qué dijiste todas esas mentiras? –insistió mientras pasaba un algodón con alcohol sobre la mano del menor.


-¡No fueron mentiras! ¡Ah! ¡Duele!


-¿En serio? –inquirió impasible –Entonces ¿por qué tenías los puños tan apretados que terminaste lastimándote al clavarte las uñas? ¿Por qué saliste corriendo de repente?


-Sólo...quería tomar aire...


-Vamos Kyungsoo, deja de poner excusas. Ambos sabemos que no estás diciendo la verdad.


-Es la verdad...


-Pues tiene que haber una explicación de por qué empezaste a esquivar a Kai. Tal vez creas que no lo noté, pero no es así. Me daba cuenta que había ocasiones en las que actuabas raro cuando se te acercaba. Además ¿no sabes que él se preocupó mucho por lo que te pasó? Todos nos asustamos –Kyungsoo suspiró y desvió la mirada. ¿Acaso el mayor creía que no lo sabía? ¿Estaba tratando de hacerlo sentir peor sólo para que le diera explicaciones? –No nos dijiste que te pasó, sobretodo cuando no es la primera que te sucede algo como lo de hoy, y cuando Kai mostró suma preocupación por ti ¿lo trataste de esa manera? –Basta –Es tu amigo Kyungsoo –Ya...basta, por favor... -¿tienes idea de cómo se sintió por lo que le dijiste? No me parece que sea...


-¡Ya cállate! ¡No quiero oírte! –exclamó el menor de repente. Chen estaba a punto de seguir regañándolo cuando notó las lágrimas que surcaban el pálido rostro del más bajo.


-Kyung...


-No más...ya no más...no digas más, por favor...-suplicó mientras la voz se le quebraba por el llanto. El mayor tomó sus temblorosas manos, tratando de consolarlo.


-Kyungsoo...dime qué pasa de una vez –pidió.


-No puedo...


-Sí puedes, prometo mantenerlo en secreto –el más bajo miró a Chen sorprendido –te lo juro, no se lo diré a nadie.


-Pero, es que yo...


-Por favor –insistió.


-No me creerás, vas a pensar que estoy loco.


-Por el momento sólo quiero que me expliques, después sacaré conclusiones –pero el muchacho no parecía muy convencido de su afirmación.


-Hyung...


-Confía en mí –le sonrió –Vamos, cuéntame.


Completamente vencido, Kyungsoo suspiró tomando una gran bocanada de aire y luego lo soltó lentamente.


-Está bien... ¿Recuerdas cuando te conté que tenía sueños extraños? –no sabía por dónde empezar pero esas palabras fueron las primeras que salieron de su boca, el mayor asintió en silencio –Pues, nunca dejé de tenerlos, al principio creí que esos ataques extraños habían cesado, y lo hicieron por un tiempo pero luego empezaron a suceder otra vez.


-¿Te refieres a esos desmayos y dolores de cabeza? ¿Eso era lo que los provocaba? ¿Los sueños? –preguntó Chen, aunque estaba seguro de que la respuesta era afirmativa.


-Sí.


-O sea que tu cansancio extremo también tiene que ver con esos sueños ¿no?


-Yo no quería que nadie lo supiera...-se excusó compungido –quería lidiar yo solo con este problema, quise convencerme de que lo que veía eran sólo imaginaciones mías, pero cada vez empezaron a suceder más seguido y se volvieron más reales, al punto de que no sólo me molestaban cuando dormía sino que me sobrevenían en cualquier momento. Al no poder descansar bien culpa de esas visiones me dormía en cualquier sitio o momento y era entonces que las veía. El día que actué extraño en la sala de ensayo, cuando Kai y yo nos quedamos solos, cuando fuimos al parque juntos, incluso antes de que saliéramos mientras me bañaba...y también hace un rato mientras cenábamos me sucedió. Simplemente no podía librarme de ellas. No sabía qué hacer. Estoy seguro de que Kai también notaba que algo me pasaba pero no podía decírselo, no a él. A nadie...De verdad me sentía mal por ocultárselo, por mentirle, pero yo creí que con el tiempo no las volvería a ver'


En ese momento levantó la cabeza para mirar a Chen seriamente pero con los ojos llorosos.


-No sabes lo que significa estar viendo una y otra vez esas escenas tan horrorosas, que cada cosa que mires te des cuenta de que es un indicio de que algo terrible va suceder y que no puedes hacer nada para cambiarlo, que estás completamente indefenso. Que una maldita voz en tu cabeza te repita todo el tiempo que tú tienes la culpa de lo que va pasar, que no puedes confiar en nadie, que estás completamente solo porque sabes que no te creerán si lo cuentas...de verdad, no tienes idea de cómo se siente eso. Y lo peor es que todo esto sólo sucedía cuando estaba con Kai, por eso pensé que si me alejaba de él...tal vez...todo se solucionaría, pero me equivoqué. Te juro que no era mi intención reaccionar con él de la manera en que lo hice hoy ¡Juro que no quería tratarlo así! Es que esa voz me decía que me alejara, que era la única forma. Lo siento, yo...lo lamento tanto –se derrumbó Kyungsoo empezando a llorar otra vez.


Chen había escuchado en silencio toda la explicación, pero sin embargo no entendía nada.


-Tú me dijiste que si veía ese sueño tantas veces era porque tenía algún significado. Que estaba tratando de darme un mensaje, pues ahora ya lo sé. No es un simple sueño, es una premonición. Por eso me alejé de Kai, porque intento protegerlo.


-Espera ¿De qué hablas? ¿Protegerlo de qué? –preguntó Chen aturdido.


-No quiero que le pase nada, sólo quiero que esté a salvo, no quiero que salga lastimado por mi culpa –continuó, ignorando al mayor.


-¿Que salga lastimado por tu culpa? Pero ¿por qué habría de...? ¿Por qué piensas eso?


Kyungsoo inspiró lento, tomándose su tiempo. ¿Cómo podía explicarlo?


-Porque...en mi sueño hay un accidente y alguien me salva, pero esa persona no se quita del camino y queda parada en el medio de la calle –se detuvo al imaginarse la escena otra vez, pero se obligó a concentrarse –No logra esquivar el vehículo. Después, todo se vuelve negro y una voz empieza a decirme que es mi culpa, que yo provoqué el accidente, que tengo que alejarme de esa persona para que no le suceda nada. Al principio intenté ignorarlo todo; los sueños, las visiones, los indicios, incluso esa voz, pero cuando vi a ese chico con las ropas manchadas de sangre... Tuve que hacerlo ¡Lo siento tanto pero era la única forma de proteger a Kai!


Terminó de decir aquello y el menor rompió a llorar sin consuelo nuevamente. Chen no entendía nada, ¿de quién hablaba Kyungsoo? ¿Por qué le afectaba de esa manera un simple sueño?


-Yo...no te entiendo –murmuró vacilante –La persona que dices te empuja fuera de la carretera al salvarte, quien te pide que no te le acerques... ¿Quién es?


El menor dejó de respirar tan sólo unos segundos al escuchar el interrogante y dejó de llorar. ¿Debía decirlo? Ciertamente no quería. En vez de contestar, miró a Chen aterrado, negando lentamente con la cabeza.


-Por favor dime, Kyungsoo –suplicó posando sus manos en los hombros contrarios, pero el chico siguió negándose a abrir la boca –Maldición ¡dímelo! ¡¿Quién es?! –gritó impaciente zamarreándolo.


El más bajo se asustó al ver a su amigo tan enojado, era raro que Chen reaccionara así, normalmente era muy tranquilo. Tranquilo, pero insistente. Rendido, suspiró cerrando los ojos y agachó levemente la cabeza. Las palabras que salieron de su boca, ni él mismo se las escuchó pero logró decir:


-Esa persona...la de mis sueños...es Kai.


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