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Premonition (KaiSoo) por DebyMil

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Notas del capitulo:

Hola! Volví rapidito! jeje más o menos xD Este capítulo es algo larguito pero confío en que será de su agrado. Disfruten de su lectura!

El viento helado golpeaba el rostro bañado en lágrimas del bailarín. Estaba completamente desahuciado. Se sentía engañado, usado, tonto por haber caído una vez más en la mentira. Pero, sin embargo, aún quería ver a la persona que lo había herido. Necesitaba comprobar con sus propios ojos si el mayor había jugado una vez más con sus sentimientos. Necesitaba verlo otra vez, escuchar su voz, tocarlo…nada más le importaba. Deseaba con toda su alma que el chico apareciera y lo reconfortara, sólo eso quería.


Esperó por varios minutos pero ninguna de las voces que escuchaba se parecían a su Kyungsoo, ningún par de ojos eran tan hermosos y expresivos como los de su amor, tampoco encontraba familiar ninguna de las siluetas que caminaban a su alrededor. Hasta que…


-¿Kai? –escuchó de repente una voz a sus espaldas. Lentamente se giró dirigiendo sus ojos hacia la persona que le había hablado y estos se abrieron como dos platos al ver de quién se trataba.


Era Kyungsoo que lo miraba con una mezcla de confusión y sorpresa en los ojos. De su mano colgaba una bolsita con un par de cajas pequeñas adentro. Cuando estuvo a punto de decir algo más, el más alto se abalanzó sobre él sin darle tiempo siquiera a emitir algún sonido y lo abrazó fuertemente, casi de manera posesiva. El más bajo reaccionó un poco lento frente al asombro, aferrándose al abrigo del otro.


-¿Oye, qué sucede? –inquirió preocupado al escuchar que el menor sollozaba. Intentó apartarlo un poco para mirarlo pero era imposible, cada vez que intentaba alejarlo, el joven se aferraba más a él, hundiendo su cara en el cuello contrario -¿Por qué lloras así? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?


-Tú...desapareciste...-musitó en un susurro –Desperté y no estabas...


-Oh, sólo salí a...


-Creí que me habías abandonado –lo interrumpió con la voz quebrada.


Al entender a qué se refería, a Kyungsoo se le oprimió el corazón. Cargado de culpa, terminó por devolverle el abrazo.


-Lo siento –se excusó.


-No vuelvas a desaparecer así. No vuelvas a dejarme solo.


-Está bien, tranquilo. No lo volveré a hacer –prometió. A pesar de que en ese momento el mayor sonrió ligeramente ante aquella petición, se dio cuenta de que él también estaba llorando. La actitud de Kai le había recordado tanto a él mismo, a como era antes...No pensó que el menor fuera tan sensible.


Súbitamente se había dado cuenta de algo: ellos dos eran tan diferentes como iguales al mismo tiempo, por eso se complementaban. Ambos se necesitaban el uno al otro. Entendió que Kai se sentía exactamente de la misma forma que él. 


Aunque no tuviera idea de la razón detrás de la angustia del menor, se la imaginaba, y eso hizo que se sintiera aún peor. Creyó que si actuaba como si todo estuviera bien otra vez, las cosas se calmarían, pero evidentemente la intriga y los secretos sólo estaban logrando destruirlos más que las peleas. La confianza entre ellos pendía de un hilo, uno que al más mínimo roce podía cortarse. Sin embargo ¿qué más podía hacer? Nunca imaginó que la situación se saldría de control, no tanto. Debía confesar todo de una vez, ya no podía seguir ocultándolo. No podía seguir hiriéndolo, el chico ya había tocado fondo…y él también.


No obstante, eso haría las cosas más difíciles.


 


***


 


-Aún no regresan…-murmuró Baekhyun mordiéndose las uñas de las manos con impaciencia.


-Baek, fulminar al reloj con la mirada no hará que las agujas se apuren y el tiempo pase más rápido –suspiró Chanyeol que estaba sentado en la mesa viendo como el chico caminaba de un lado a otro y a cada rato miraba el reloj de la cocina.


-Ya lo sé pero Kai se fue hace tres horas y no nos ha llamado. Tal vez deberíamos hacerlo nosotros. Quizás ya encontró a Kyungsoo.


-Si lo encontró entonces debemos dejarlos solos –opinó Suho.


-Si de verdad lo hubiera encontrado ya habrían vuelto a casa. ¿Acaso soy el único preocupado por ellos?


-¿Por qué estás tan inquieto? Son adultos, Baekhyun. Pueden cuidarse solos –acotó Xiumin. Estaba sentado en el living al lado de Chen quien durante las últimas tres horas había mirado fijo el televisor, aunque sin prestarle atención y no había dicho una sola palabra.


-Kai dijo que Kyungsoo no se sentía bien esta mañana. ¿No vieron el pronóstico del clima? Hace mucho frío, no deberían vagar por las calles. Sobretodo Kai estando lesionado.


-Supongo que tienes razón pero es preferible darles su espacio. Mejor vamos a la compañía –sugirió Suho –No podemos hacer nada aquí. Tal vez luego se aparezcan por allá.


Nadie del grupo discutió la decisión del líder y enfilaron hacia la puerta de salida. Baekhyun se quedó inmóvil en la cocina sin poder creerlo. No quería ir a ningún lado sin saber de Kyungsoo primero. Nervioso le dirigió una expectante mirada a Chen buscando apoyo, pero este sólo se limitó a hacerle un gesto con la cabeza dando a entender que obedeciera. Rendido, llevó el apunte, no sin antes dar una última mirada a su teléfono esperando encontrar aunque sea un mensaje de los chicos, pero nada.


-Más les vale que estén en casa cuando volvamos –susurró antes de cerrar la puerta y seguir a sus amigos.


 


***


 


Kai y Kyungsoo estaban sentados juntos en un banco del parque. Durante tres horas no habían hecho otra cosa que estar en silencio. Ni siquiera se miraban. Aquello ya había impacientado al mayor más de la cuenta pero no se atrevía a decir nada, tampoco hizo ademán de irse ni lo sugirió. El moreno había tomado su mano y no se la soltaba, sin mencionar que de vez en cuando se estremecía. Kyungsoo no estaba seguro si era por el frío, o el llanto, o ambas. Lo que sí sabía era que de alguna forma u otra tenía que parar con todo este lío, no podía seguir lastimando al menor. Tomó aire y suspiró, se animó a mirarlo y notó que el muchacho observaba con la mirada perdida la pulsera que le había regalado, atada en su muñeca.


-Kai…–llamó con cautela.


-No lo entiendo. De verdad que a veces no te comprendo –murmuró el moreno. El mayor no estaba seguro si le estaba hablando a él o si estaba pensando en voz alta, ya que ni siquiera lo miraba, seguía con la mirada ida.


-¿Cómo dices?


-Que no te entiendo, Soo. ¿Por qué te fuiste sin decirme nada? –interrogó mirándolo por fin a los ojos. Kyungsoo pudo notar tristeza en la mirada contraria.


-No creí que fuera a preocuparte. Sólo salí a…


-¿No creíste que me preocuparía? –preguntó incrédulo -¿Qué hay de los demás entonces?


-¿Los demás? –repitió aún confundido.


-¡Te fuiste sin decirle nada a nadie! ¡Ni siquiera contestaste las llamadas!


-Pues mi teléfono no sonó –argumentó buscando en su bolsillo. Lo sacó para revisarlo, pero entonces se dio cuenta de que el artefacto no estaba encendido –Está… ¿apagado?


Kai resopló notablemente molesto y soltó la mano del pequeño.


-¡Vaya novedad! –espetó.


-Lo siento, yo…lo olvidé –murmuró avergonzado.


-¿Tienes idea de lo preocupado que estuve? Te busqué por todos lados, recorrí cada centímetro de este parque y no aparecías ¡simplemente no estabas! Creí que había hecho algo mal, que tal vez había malinterpretado todo de nuevo, que quizás… ¡Maldición! –gritó desesperado –Me sentí tan mal. No sabía en dónde estabas ni por qué te habías ido. Yo sólo…me sentí tan vacío, tan solo.


Se tapó la cara con ambas manos y se agachó apoyando sus codos en las rodillas.


-¿Por qué me torturas de esta manera?


-Kai, yo…


-Deja de ocultarme cosas, deja de escapar de mí.


-Oye, no es así.


-Sí, lo es –acusó, devolviendo su mirada hacia el otro.


-Kai, déjame explicarte…-insistió el más bajo, intentando que se callara.


-A veces me pareciera que yo no te importo o que tal vez no te preocupo tanto como tú a mí.


-¡Por Dios santo! ¡¿Te vas a callar o no?! –explotó harto. El moreno cerró la boca ipso facto aunque lo miró confuso –Ésta es la razón por la que salí –argumentó agitando la bolsita plástica con las cajas adentro, frente a la cara del otro.


-No sé qué es.


Suspirando, abrió la bolsa y dejó caer las cajas en las manos del más alto.


-Es medicina, para ti.


-¿Qué?


-Dijiste que los analgésicos se te habían terminado, por eso salí a comprarte más cuando te quedaste dormido. No les avisé a los demás porque ellos también estaban dormidos y olvidé encender mi teléfono –explicó.


-¿En serio? –cuestionó sin dar crédito a sus oídos.


-¡Por supuesto que sí! –rió Kyungsoo -¿Por qué iba a huir?


-No lo sé, es que yo pensé…


-Hiciste drama por nada, no voy a irme a ningún lado –se carcajeó.


-Pero…Baekhyun dijo que…-sus dichos callaron frente a la explosiva carcajada de Kyungsoo.


-Jamás creas lo que ese mocoso te diga. Suele ser bastante exagerado a veces.


-Pues lo que me dijo no tuvo nada de exagerado –discrepó.


-¿Por qué? ¿Qué te dijo?


-Que tal vez te habías ido debido a la pelea de ayer, porque te empujé contra la pared y te lastimé. Dijo que llegaste llorando a casa anoche.


-Bueno, eso…-vaciló nervioso –No te sientas mal pero tienes demasiada fuerza. En serio dolió.


La expresión del más joven se descompuso cargada de culpa.


-Lo lamento –se disculpó –No sabía, es que me asusté cuando no te vi a mi lado cuando desperté.


-No voy a irme por lo que pasó. No te preocupes.


-Discúlpame.


-No hay razón para hacerlo, está bien –sonrió el mayor.


-¿Lo prometes? –susurró. Kyungsoo asintió. Kai bajó la mirada y sonrió –Gracias.


-Eres un niño malcriado –se burló el más bajo con ternura –Oye, cambiando de tema, perdona que lo pregunte pero ¿a qué te referías cuando dijiste que tal vez habías malinterpretado lo de anoche?


-Pues, eso...-comenzó pensativo –Es que anoche, ¿recuerdas cuando te dije todo lo que extrañaba de ti?


-Sí.


-Después de nuestra discusión, cuando dije que quería volver a mi realidad y tú me besaste, interpreté aquello como una disculpa.


-Así es. Lo fue. Aunque creo que por un momento no lo creíste.


-Sí, lo dudé. Pero me di cuenta que estabas siendo sincero luego mientras hacíamos el amor, por la forma en que tú…


-Momento ¿Qué? Espera un segundo –lo cortó. De improviso, Kyungsoo se sintió algo mareado al oír esas palabras: ‘¿hacer el amor?’ ¡No! Ellos no… ¿o sí? –Anoche…Lo de anoche no fue nada.


-¿No fue nada? –repitió el más alto escéptico.


-Sí…Fue sólo sexo. No significa nada.


-¿Cómo que no significó nada? Creí que lo que estábamos haciendo era el amor –justificó estupefacto.


Kyungsoo se sonroja violentamente y siente que los oídos le zumban. El moreno al notar las reacciones del otro, cambia su expresión sorprendida a una divertida, se podría decir hasta traviesa y tuerce la boca en una media sonrisa mirándolo fijamente. Se deleita al ver al chico avergonzado de esa manera, era otra de las cosas que extrañaba. Por su parte, el mayor cierra los ojos al darse cuenta de la inquisitiva mirada que lo atraviesa tratando de no ceder, porque sabe que el menor puede tener razón.


Las veces anteriores que durmieron juntos habían sido completamente distintas a lo que sucedió la noche anterior, era como si esta vez los sentimientos de ambos se hubieran volcado de lleno en el acto y sus cuerpos se hubieran fundido de tal manera que terminaron siendo uno, pero completamente conscientes del otro al mismo tiempo. ¿Acaso eso era hacer el amor?


<<No puede ser…yo no lo pensé así…en realidad… ¡Demonios! ¡Qué vergüenza!>> gritó en su mente al tiempo que se daba cuenta del extraño calor que sentía en su rostro, y para colmo la atrevida expresión de quién tenía al lado no ayudaba en nada.


-Escucha, Kai –dijo en un tono bochornoso –Lo de anoche fue…la necesidad del momento…-trató de explicarse.


-No para mí –respondió tranquilamente –Fue mucho más que eso. Lo sabes tan bien como yo, esta vez fue distinto.


-No es cierto –discutió en tono infantil, provocando que el otro riera y se mordiera el labio inferior amenamente.


-Sí, lo fue. Actuaste de una forma…completamente contradictoria a las veces anteriores. Y yo también.


-¡Ah! Así que es eso. ¿Quieres que diga que fue culpa mía?


-No.


-Está bien, es mi culpa ¿Contento? –refunfuñó desviando la mirada hacia el frente y cruzándose de brazos molesto. El más alto comenzó a reír en justa medida ante la adorable reacción del más bajo.


-No te estaba echando la culpa –le aseguró, girando con su mano el rostro contrario para mirarlo a los ojos –Sólo admite que aún sientes algo por mí. Anoche me lo demostraste.


-¡Anoche sólo tuvimos sexo, por todos los cielos!


-¡Me dijiste que me amabas!


-¡Pues discúlpame si en el medio del orgasmo no pude pensar con claridad! –exclamó encogiéndose de hombros provocando que Kai soltara una sonora carcajada, riéndose como si no hubiera un mañana. Para cuando logró parar, su estómago ya le dolía de tanto reírse.


-No lo dijiste precisamente en ese momento –jadeó aún riéndose –Pero me alegra que no lo niegues.


Kyungsoo resopló harto. ¿Cómo era posible que lo avergonzara tanto? Kai no había cambiado en nada.


-Yo…no recuerdo qué hice ni qué dije. Sólo sé que lo que hicimos estuvo mal y no volveré a repetirlo.


-No estuvo mal. Fue la mejor noche de mi vida –le confesó, el muchacho puso los ojos en blanco ante aquella cursilería –No puedes engañarme, Soo. Ya no. Sé que me amas, estoy seguro de ello.


-Pero, yo…


-No hace falta que digas nada. No necesito escuchar un ‘te amo’ de tu boca otra vez para saber que es cierto. Con que me lo hubieras demostrado, es suficiente prueba para mí.


El mayor se mordió el labio inferior y bajó la mirada, evitando los ojos contrarios. Alcanzó a oír una corta risita por parte de Kai.


-Has vuelto a ser el avergonzado Kyungsoo de antes. Eso me alegra –comentó sonriendo.


-Pues es tu culpa –bufó.


-Ya lo sé –rió.


-Sí, sé que lo sabes. Por eso te gusta molestarme de esta manera, eres imposible –lo inculpó provocando que el otro sonriera -¿Los demás habrán ido a la compañía? –aventuró de improviso.


-Supongo que sí –coincidió –Salí de casa muy rápido en cuanto Baekhyun me dijo que no estabas así que no crucé palabra con nadie –sacó su teléfono y justo vio que tenía un par de llamadas perdidas –Hablando de él, me llamó. Le diré que te encontré, debe estar preocupado.


-Mientras lo haces ¿podemos volver a casa?


-¿No quieres que vayamos a la compañía? –inquirió Kai, sin mirar al muchacho, mientras escribía el mensaje para Baekhyun.


-Ninguno de los dos está en condiciones de practicar ¿no te parece?


-Yo estoy bien. Mi tobillo no me duele, supongo que estoy mejorando –comentó distraído.


-¿Y tu mano?


-¿Mi mano? –cuando la miró se dio cuenta a qué se refería Kyungsoo. Sus dedos temblaban ligeramente y le desconcertó que ya no se diera cuenta cuando le sucedía –Es…el frío seguramente.


-No es la primera vez que te pasa. No lo notas, pero cuando te duele el pie, tu mano tiembla. No puede ser coincidencia. Eso quiere decir que no has mejorado para nada, al contrario, estás empeorando.


Kai se quedó viéndolo en silencio, serio. No podía digerir esa hipótesis. ¿Los temblores de su mano estaban relacionados con su lesión? Nunca se lo había planteado y por supuesto había mentido, sí le dolía el tobillo en estos momentos; o sea que Kyungsoo podía tener razón.


-Sí es así, entonces sólo tomaré los analgésicos que compraste.


-Eso no te ayudará. Necesitas descansar y cuidarte, no mitigar el dolor.


-Puedo soportarlo.


-¡Yo no! No puedo…


-¿No puedes verme así? –terminó la frase –¿Ahora entiendes cuando me preocupo por ti de la misma manera?


-Sí, pero esto no es lo mismo –objetó Kyungsoo. 


-En cierta forma sí.


-Mira, no…hablemos de esto. Me duele la cabeza.


-Como quieras –suspiró Kai, dándole un beso en la frente –Vamos a casa, entonces.


El más bajo asintió en silencio y ambos se levantaron para volver al departamento.


 


***


 


En la sala de ensayo, a pesar de que el grupo se había mantenido practicando toda la tarde, ninguno podía ocultar la preocupación al no saber nada todavía del par que había desaparecido en la mañana temprano. Sin embargo, nadie parecía querer tocar el tema ya que ninguno lo mencionaba. De vez en cuando Baekhyun o Chen revisaban sus teléfonos durante los descansos esperando encontrar alguna noticia, pero nada. Incluso Suho miraba el teléfono continuamente.


En medio del último descanso, mientras todos estaban sentados en el suelo. Baekhyun fue hasta el único sofá que había en la habitación, y se acomodó ahí girando su celular entre los dedos impaciente. Chanyeol fue a sentarse a su lado y suspiró al ver el nerviosismo de su amigo.


-Oye, ¿estás bien? –le preguntó.


-¿Te aparece que lo estoy? –le espetó.


-Ya tranquilo, verás que cuando menos lo esperes se aparecerán por aquí o al menos se comunicarán con nosotros.


-Lo sé, pero estoy preocupado.


-¿Por qué? No hay razón, Kai puede encontrar a Kyungsoo sin problemas. Lo conoce muy bien.


-No lo creo. Con todo lo que ha pasado en este tiempo…creo que ninguno de nosotros llegó a conocer a Kyungsoo realmente; ni siquiera yo.


-No seas pesimista. Si algo pasa estoy seguro de que Kai podrá arreglarlo.


-Eso espero. Sólo quiero que ellos estén bien, quiero que Kyungsoo vuelva a ser como era antes –se lamentó.


-Lo será, ya verás que sí.


Cuando Baekhyun estaba a punto de responder, su celular vibró repentinamente haciendo que el muchacho se sobresaltara. Era un mensaje, de Kai:


“Kyungsoo está conmigo. No iremos a ensayar con ustedes, nos quedaremos en casa. No se preocupen, todo está bien. Los esperaremos para la cena”


-¡Al fin! Maldición ¡al fin! –gritó eufórico saltando por todos lados, llamando la atención de los demás y sobretodo de Chanyeol.


-¿Qué pasó? –preguntó Luhan.


-¡Kai me envió un mensaje!


-¿Encontró a Kyungsoo? –inquirió Lay.


-Sí. Dijo que se quedarán en casa. No vendrán a ensayar por hoy.


-Qué extraño…Bueno, supongo que aún tienen cosas pendientes que solucionar así que está bien. Sigamos nosotros, entonces –sugirió Suho.


Un poco más calmados y animados, se reunieron en el centro de la sala para continuar la práctica. Pero Chen estaba enfrascado con su teléfono con una expresión sombría.


-Ya vamos a empezar, Chen. ¿Vienes? –llamó Xiumin.


-¿Eh? Sí…un momento –contestó mientras escribía un rápido texto.


Para: Kyungsoo


“Por favor, no hagas nada imprudente. Sólo espera a que lleguemos nosotros”


Al instante, recibió una respuesta:


De: Kyungsoo


“Lo siento, hyung. Ya tomé una decisión”


-Diablos, Kyung…-murmuró.


-¡Date prisa! Deja ese teléfono –instó Xiumin quitándole el celular a su amigo y empujándolo hacia donde estaba el grupo.


-¡Oye!


-Hay que ensayar, deja los jueguitos –reprendió el líder –Luego revisas el teléfono.


El chico cerró la boca y se limitó a obedecer. Aunque su mala cara fue más que evidente.


<<No hagas nada, no digas nada, por favor Kyungsoo>> suplicó con su mente.


 


***


 


Cerca de allí, el par de desaparecidos había llegado ya a casa. Todo el trayecto de vuelta a casa habían vuelto de la mano, y ni siquiera se soltaron cuando entraron al edificio y subieron al ascensor. Kai estaba tranquilo y contento. Kyungsoo, aunque intentaba imitar aquella felicidad, no lo estaba logrando muy bien. Le dolía mucho la cabeza y sólo quería dormir, estaba muy cansado. Súbitamente, el moreno alzó su mano para contemplar una vez más la pulsera amarrada en la muñeca contraria.


-Me alegra que aún tengas esto –comentó acariciando la cinta de cuero de la cual colgaba el dije con forma de J.


-Tú me la regalaste. ¿Por qué no la usaría? Es el mejor regalo que me han hecho –sonrió el más bajo.


-Cuando nos peleamos creí que te ibas a deshacer de ella. Lo pensé muchas veces ¿sabes? –comentó serio.


Sin darle tiempo a que se entristeciera de nuevo, Kyungsoo cubrió la mano de Kai con la suya y apoyó su cabeza en el hombro contrario.


-Jamás lo haría. Es la segunda posesión más preciada que tengo.


-¿La segunda? –inquirió el bailarín levantando una ceja al tiempo que dirigía sus ojos hacia el otro -¿Y cuál es la primera?


Kyungsoo se separó y lo miró a los ojos riendo abiertamente.


-La tengo en frente de mí.


Kai abrió los ojos grandes como platos y luego sonrió avergonzado.


-¿Así que soy tuyo?


-Podría decirse –aventuró traviesamente.


-¿Y tú eres mío?


-Tal vez –murmuró encogiéndose de hombros. El moreno volvió a reír ante la inocente reacción y lo besó en los labios justo cuando las puertas del ascensor se abrían en el piso correspondiente, provocando que ambos se separaran de improviso al ver que una señora los observó con reprobación al subirse al elevador.


-Estos chicos de hoy en día…-comentó enfadada, antes de desaparecer tras las plateadas puertas.


Ambos muchachos se habían quedado pasmados pero luego rieron ante la vergonzosa situación, y pegaron media vuelta para ir hacia su departamento. En cuanto llegaron ante la puerta, Kai se separó un poco dejando que Kyungsoo digitara el código para abrir la abertura, pero se posicionó detrás de él, abrazándolo por la cintura para besar el delicado cuello del otro. El más bajo rió al sentir cosquillas, pero no lo apartó, lo que el menor entendió como pase libre y siguió. Ni siquiera paró cuando ambos entraron tambaleándose a la casa, sólo lo hicieron para quitarse los abrigos.


Por un momento, ambos se vieron a los ojos y el más alto sonrió ampliamente con ternura.


-¿Qué? –preguntó el mayor desconcertado.


-Nada.


Kyungsoo imitó esa sonrisa y luego dio dos pasos al frente, abrazando a Kai fuertemente. El moreno le devolvió el gesto, mientras con su pulgar acarició la mejilla contraria. Por unos segundos se quedaron así, hasta que el más bajo se separó y miró al más joven fijamente. Aquel gesto sólo duró unos pocos segundos, puesto que acto seguido tomó la cabeza del bailarín con ambas manos para bajarlo a su altura y besarlo con pasión. Eso sorprendió al moreno pero correspondió en seguida.


El beso empezó muy lento y pausado, ambos disfrutando del mismo con total tranquilidad. En un momento, Kai tomó al más bajo de la cintura y lo acercó aún más a él al mismo tiempo que avanzaba sobre sus pasos para acorralarlo contra la pared, el chico se dejó llevar casi sin darse cuenta, los labios que le estaban robando el aliento lo distraían y mareaban sin remedio. Su mano sujetó la contraria en un intento por mantener su conciencia en la realidad aunque se le estaba haciendo difícil, y más al tener los ojos cerrados; sólo los abrió cuando sintió el abandono en sus labios y descubrió frente a él que el moreno estaba ya con el torso desnudo. Sin perder tiempo, él también se quitó la ropa quedando sólo con el pantalón buzo puesto. Ambos reanudaron el beso pero esta vez acompañado de toques y roces.


Dejando de lado la boca del mayor, el bailarín paseó su lengua por el lóbulo de la oreja del muchacho, bajando por el cuello y deteniéndose ahí para torturar la zona mientras enredaba sus dedos en el cabello del mayor. Extasiado, Kyungsoo cerró los ojos y volvió la cabeza hacia atrás, dándole total control. Sonriendo, el más joven aprovechó la oportunidad para alzarlo y lo llevó hasta el sofá de la sala, depositándolo ahí con delicadeza. En un parpadeo, le quitó los pantalones dejándolo sólo con la ropa interior y volvió a zambullirse en aquel blanco y delicado cuello. Para cuando Kai estaba saboreando las huesudas clavículas, sintió que un par de manos estaba acariciando su zona íntima. A pesar de tener la ropa interior y los gruesos jeans todavía puestos, podía sentir con total facilidad cómo los dedos del chico delineaban su longitud.


Un gruñido escapó de su garganta al sentir la presión en sus pantalones, por lo que se dejó caer sobre el cuerpo debajo de él, impidiéndole a Kyungsoo que siguiera tocándolo para reanudar él su tortura en el pecho contrario, paseando la lengua por cada centímetro de la lechosa piel. Creyó que con eso había ganado la partida, pero no contó con que la persona que estaba bajo sus brazos comenzara a moverse de arriba abajo y hacia los lados, provocando deliberadamente una dolorosa fricción –se podría decir a estas alturas –El mayor continuó con ese juego hasta que sintió que el moreno dejó de moverse de improviso y su respiración se volvió pesada.


-Para…Dios, Kyungsoo, ¡para! –jadeó, cerrando los ojos con fuerza.


-Perdón –replicó, esbozando una maligna sonrisa -¿Quieres que lo dejemos ahí?


Kai rió ante la opción que le presentaban.


-No intentes actuar como yo, no te sale.


-¿Ah, no? Enséñame, entonces –lo provocó mordiéndole el mentón.


-Está bien, sólo procura no quitarme los ojos de encima –el muchacho asintió y, dicho eso, con los ojos clavados en los contrarios, el bailarín comenzó a lamer el estómago contrario, llegando hasta la zona púbica y volviendo arriba, una y otra vez, acariciando mientras los muslos.


Varios minutos pasó haciendo eso, sin dejar de mirarlo, notando que la mano entrelazada a la suya era estrujada cada vez más fuerte. En un momento, Kyungsoo dejó caer su cabeza hacia atrás sin remedio algo sofocado. Kai en ningún momento se había acercado a su zona y ya se sentía a punto de explotar. El otro pareció darse cuenta de eso, puesto que de improviso se inclinó hacia atrás y la ropa interior del pequeño desapareció. Rápidamente, el menor se quitó también lo que le quedaba de ropa y se inclinó otra vez sobre el tembloroso cuerpo del más bajo.


Posicionando la punta de su miembro en la entrada del mayor, empezó a moverse de adelante hacia atrás aunque sin entrar todavía, quería jugar un rato más, aunque sabía que tanto él como Kyungsoo no aguantarían mucho si seguían así, lo notaba puesto que el chico, a pesar de no emitir palabra, tenía sus manos en la cadera contraria y lo empujaba exigiéndole que lo penetrara de una vez. Pero Kai quería prolongar el juego, lo más que pudiera.


-Por favor, Kai…por favor…-rogó contra su oído, apenas unos segundos más tarde. Obediente, el moreno dejó de moverse y se colocó en posición.


-¿Listo? –le susurró, el muchacho asintió una vez y sus ojos rodaron hacia atrás de improviso al sentirse lleno lentamente.


Como la noche anterior, ambos establecieron un ritmo lento, pero esta vez no duró mucho puesto que las embestidas comenzaron a hacerse más continuas y certeras: cada vez que el pene ingresaba, rozaba su próstata con dureza, provocando que Kyungsoo se retorciera de placer. Haciendo acoplo de toda su voluntad, logró incorporarse un poco, y estirando su mano por encima de las caderas del más alto, alcanzó el perineo y lo masajeó sin ceremonias, siguiendo el compás de cada embate. Kai jadeó fuertemente y lo penetró aún más rápido, sintiéndose al borde del límite, aquello lo había excitado demasiado. Apenas logró atisbar por el rabillo del ojo cómo el mayor se complacía a sí mismo con una mano, hasta que no aguantó más y se corrió explosivamente entre ambos cuerpos. Las contracciones tan intensas, seguidas de la mano que aún rozaba con rudeza sus testículos y perineo simultáneamente, fueron demasiado para el bailarín, que terminó corriéndose dentro preso de intensos espasmos.


Cuando acabó, se derrumbó cual peso muerto sobre Kyungsoo exhausto, ambos respirando aceleradamente y sudorosos. Pesadamente, el pequeño levantó una mano y acarició los mojados cabellos de la frente del menor que reposaba sobre su pecho. Una vez que ambos lograron recuperar el aliento, se separaron y Kai se retiró un poco incorporándose. El mayor también se levantó y, sin querer, ambos se miraron a los ojos por unos segundos y rieron al instante.


-Supongo que acabamos de hacer el amor otra vez ¿no? –aventuró el más bajo avergonzado.


-Pues… ¿tú qué crees? –jadeó Kai hilarante.


-De acuerdo, lo hicimos. Lo acepto –se rindió, y ambos volvieron a reír –Vamos a la cama –sugirió, el menor abrió los ojos grandes sorprendido.


-¿Acaso quieres…? ¿Otra vez?


-¡No! –rió –Es que estoy incómodo y agotado, quiero acostarme.


-¡Ah! Tienes razón, yo también quiero recostarme. Ven te ayudo –se ofreció tendiéndole la mano. Kyungsoo creyó que sólo le iba ayudar a levantarse, pero en un santiamén estaba en los brazos de Kai camino a la habitación. El chico se asombró por aquella acción, no podía creer que el moreno tuviera aún tanta fuerza como para llevarlo en brazos, pero obvió eso en seguida para acurrucarse en su pecho, apoyando su cabeza en el hombro contrario. El bailarín sonrió frente a la tierna actitud y lo besó rápidamente en la frente provocando que el muchacho también riera levemente.


Cuando ambos pasaron el umbral de la puerta, el más bajo protestó que lo bajara. Kai no quería pero frente a tanta insistencia, le llevó el apunte aunque no le soltó la mano. Él fue el primero en entrar en la habitación y tiró de la mano de Kyungsoo para que entrara, pero éste se había quedado inmóvil, en cuanto lo miró con detenimiento, el menor notó que la sonrisa había desaparecido de su cara y su mirada estaba perdida.


-¿Soo? –llamó con cautela. El nombrado levantó la cabeza luego de unos segundos y miró fijo a los ojos del otro, sólo que los suyos estaban completamente apagados. Se llevó una mano a la cabeza y súbitamente todo su cuerpo se aflojó, como si el control del mismo hubiera escapado de él, yéndose para atrás. Kai alcanzó a sostenerlo antes que resbalara hacia el suelo –¡Kyungsoo! ¿qué tienes? ¡Oye!


-Lo-lo siento, yo…de repente estoy mareado…-respondió en un hilo de voz.


Sin perder tiempo, el más alto volvió a alzarlo y lo llevó hasta la cama recostándolo ahí. El chico se veía pálido y aunque tratara de ocultarlo era evidente que algo andaba muy mal.


-Amor ¿qué pasó? ¿Qué te sucede? –el chico no le contestó, así que insistió.


-Es sólo una jaqueca…-murmuró al fin.


-Otra vez no…-se lamentó.


-Perdón –se disculpó el mayor.


-Esto es mi culpa, no debí…


-No –lo cortó –Tú no hiciste nada. Soy yo…


-Justamente por eso, no debí forzarte.


-Yo quería hacerlo.


-No…


-Fue mi decisión, Kai –el moreno negó con los ojos llenos de lágrimas –Sabía que esto pasaría, pero no quise detenerme. Yo…


Sin poder aguantar más, el muchacho se derrumbó encima de Kyungsoo llorando sin consuelo.


-Perdóname, por favor, ¡lo siento tanto! –suplicó –No quería hacerte esto.


El mayor se quedó atónito unos segundos pero luego lo abrazó.


-Hey, está bien, no pasa nada. Estoy bien –intentó calmarlo.


-¡No es cierto! Tú no estás bien. Y es mi culpa porque en vez de solucionar las cosas lo único que logro es empeorarlas. Sólo logro que te sientas peor. Si tan sólo…si tan sólo supiera qué te pasa, tal vez así…aunque lo arruinaría seguramente, ¡siempre lo arruino!


<<Basta, deja de decir esas cosas. Con culparte a ti mismo me estás lastimando>>


-Kai…


-Dime qué hacer –le rogó, mirándolo directamente a los ojos –Dime qué puedo hacer para que estés bien.


-Nada, tú…


-¡Por favor, dime qué hacer!


El chico suspiró.


-Sólo quédate a mi lado ¿de acuerdo? –dijo apaciblemente.


-Pero…


-Sólo eso quiero. Me hará sentir mejor.


No muy convencido, el más alto se acostó a su lado y lo abrazó por la cintura. Apoyó su frente en el delicado y blanco cuello, no sin antes ver como un par de lágrimas desbordaban de los grandes ojos que tenía frente a él. Eso bastó para que intentara serenarse, si continuaba llorando, la angustia del más bajo se acrecentaría. Sus manos se entrelazaron con las del pequeño y ambos guardaron silencio por un par de horas. En ese tiempo, Kyungsoo logró conciliar el sueño pero Kai no, lo único que hacía era observarlo, ya no podía más: en cuanto el pequeño despertara le pediría explicaciones. En un momento comenzó a sentir frío así que se despegó de su amado para vestirse. Se puso una polera negra junto con un buzo azul oscuro casi negro; antes de que terminara con su tarea, el otro abrió los ojos, moviéndolos de un lado a otro buscando al bailarín. En seguida el menor fue a sentarse a su lado y el mayor le sonrió, no era una sonrisa brillante, pero al menos era sincera.


-¿Cómo estás?


-Mejor.


-¿Lo suficientemente bien como para discutir lo que pasó? –inquirió seriamente.


<<Oh, no>>


-Kai, yo…


-Te vi llorar cuando me acosté atrás de ti. Como todas las veces que sucedieron estas cosas, lloraste. Como cada vez que peleábamos. Tú sabes qué está pasando. Y quiero que me lo digas. Debemos terminar con esto de una vez, por favor.


Kyungsoo se incorporó lentamente en la cama y se sentó apoyando su espalda en la cabecera de la cama.


-No pienso que sea una buena idea…-comenzó asustado.


-Tampoco lo fue el que quisieras separarnos.


-Sí, pero eso…


-Estabas decidido a alejarte de mí, ya habías tomado la decisión de terminar lo nuestro, pero al final no pudiste. Cada vez que lo intentabas podía ver que eso te destrozaba, y aún así persistías. ¿Por qué? –le preguntó -¿Qué es lo que tanto te asusta? ¿Qué te hizo sentir tan mal?


-No quiero hablar de eso –esquivó, levantándose de la cama para salir de allí. Fue hasta el living con el menor pisándole los talones y levantó su ropa del suelo para vestirse. Acto seguido intentó ir hacia la cocina, necesitaba distraerse con algo, quería evitar que Kai lo siguiera interrogando, pero este le tomó la mano y lo giró para enfrentarlo impidiéndole la huida.


-Kyungsoo, no puedes seguir ocultando lo que pasa. Ya dime.


-Es que…Creo que sería mejor que tú…


-No –lo interrumpió –Deja de evadir el tema.


-Por favor, Kai –le suplicó –No puedo decírtelo.


-Me merezco una explicación.


-Así es. Pero, si lo hiciera, entonces yo tendría que irme, no vernos…


-¡Ah, por favor! ¡No! –exclamó soltándolo –No digas eso, no hables de irte. No quiero que te vayas otra vez.


El más bajo bufó algo molesto, revolviéndose los cabellos; esta vez no podía escapar, no había salida. Tenía que decirle.


-Está bien –cedió –Sin embargo, vas a tener que confiar que sea lo que sea, estoy bien, no hay nada malo conmigo. ¿Puedes vivir con eso?


-¿Si puedo vivir con eso? –replicó confundido –No lo sé, Soo. No eres la persona de la cual me enamoré. Tú…cambiaste. A tal punto que por momentos no te reconozco, y no sé cuál es la razón.


El mayor torció la boca culpable. Y se quedó en silencio unos minutos pensando.


<<¿Le digo? ¿Me creerá? ¿O pensará que estoy exagerando? Que es otra excusa para alejarlo ¿Tal vez?>>


La mirada expectante del moreno no cedía, no dejaría de insistir hasta saber la verdad.


<<¿Y qué pasa si me cree? No puedo confesarle semejante cosa de la nada. Si me estoy sacrificando para que no lo sepa, es para que esté bien, sólo lo estoy protegiendo, lo hago porque lo amo…No me importa nada más que su seguridad>>


<<Lo siento, no puedes saberlo, no debes saberlo…Perdóname>>


Abandonando sus pensamientos, levantó la cabeza mirando seriamente al bailarín.


-¿Puedes creer que te diré sólo lo que necesites saber? –dijo al fin taciturno.


El más joven suspiró derrotado y bajó la cabeza mordiéndose el labio.


-Y no necesito saber esto…-asumió.


-No. En serio, no.


Decepcionado, el menor suspiró. Podía presionarlo para que le dijera, pero no quería arriesgarse a lastimarlo, no quería arruinar la poca y débil relación que habían recuperado.


-De acuerdo…-aprobó abrazándolo lentamente, acunándolo en sus brazos –Pero es que no quiero perderte otra vez. No puedo perderte, no lo soportaría.


-No me perderás, Kai. Lo prometo. Tú no me perderás jamás.


Dijo esas palabras con mucha firmeza, realmente no estaba mintiendo, quería que el moreno lo entendiera. El bailarín asintió y, sonriendo, Kyungsoo lo besó.


Largo y pausado fue el beso, uno que transmitiera lo que las palabras no podían decir, uno que ambos recordaran siempre.

Notas finales:

Bueno...sólo diré que nos estamos acercando al suceso principal y no estamos muy lejos del final tampoco ;) En fin, ojalá les haya gustado y como siempre agradezco que lo continúen ^^


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