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Premonition (KaiSoo) por DebyMil

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Notas del capitulo:

Hola! Lamento deberas haberme desaparecido tanto tiempo. Estuve prácticamente con la nariz en los libros estudiando sin parar, y de verdad no tuve tiempo de seguir con el fic. Sin contar que para colmo tuve un bloqueo de inspiración terrible :(

Pero bueno, ya estoy, ya volví con actualización y estoy trabajando diligentemente en el próximo capítulo ^^
Sin mucho que decirles, les dejo disfruten de su lectura ;)

El aroma a café y pan recién horneado despertó a Kyungsoo por la mañana. Aunque sentía su estómago rugir, se obligó a no abrir los ojos al escuchar voces cerca de él. Podía distinguir las voces de Baekhyun, Chanyeol y Chen además de Lay, Xiumin y Sehun. Prestó atención y se dio cuenta que hablaban de él.


-¿De verdad crees que esté preparado? Por una semana no supimos siquiera si despertaría, y en cuanto lo hizo se descompensó. No pienso que sea buena idea, es demasiado pronto –comentó el mayor de todos.


-Yo pienso igual, pero será imposible detenerlo. Ustedes no lo vieron, pero estaba completamente decidido a ir con Kai. Yo creo que se siente culpable.


-Por favor, Baekhyun –interrumpió Chen –Ambos sabemos que esa no es la única razón por la que quiere estar con él. Sin embargo, me parece que no debería apresurarse. Tiene que sanar del todo primero.


-Ya conocemos a Kyungsoo. No le importa cómo esté él con tal de cerciorarse de que Kai se recupere. Ya vimos hasta qué extremos es capaz de llegar para proteger a los que estima –suspiró Sehun.


-Y yo que creía que lo que había pasado años atrás con Joon había sido bastante grave –exhaló Chanyeol –Soportar una traición es una cosa, pero tratar de sacrificar tu vida a cambio de otra...es demasiado, incluso para Kyungsoo. Tampoco me esperaba que Kai saltara y lo salvara, me parece que hay cosas entre esos dos que ninguno de nosotros comprende. El vínculo que hay entre ellos es más estrecho de lo que pensé.


-Su amistad es demasiado grande –coincidió Sehun.


-Sí, pero ¿morir por el otro? Es mucho más de lo que hubiera imaginado. Realmente Kai no estaba pensando bien las cosas. Pudo haber resultado mucho peor de lo que terminó.


-¿Te parece que no resultó grave? –se molestó Baekhyun.


-Bueno, no quise decirlo así –se excusó el más alto.


-Kyungsoo se golpeó en la cabeza y estuvo inconsciente una semana. Aún no sabemos qué consecuencias puede acarrear ese golpe y Kai está en coma, sin mencionar que sus heridas son muy graves. Tuvieron suerte de que no resultara en tragedia, pero es muy grave lo que les pasó.


-De acuerdo, cálmate. Sé que es grave y yo también estoy muy preocupado por ambos. Pero al menos debemos alegrarnos de que Kyungsoo se encuentre bien. Quien más me preocupa es Kai. No da signos de que vaya a despertar pronto, y por cómo están resultando las cosas...estoy empezando a temer que jamás lo haga –se lamentó.


-¡No digas eso! Él se va a recuperar, sólo hay que esperar.


-Sí, pero ¿por cuánto tiempo? Además de que sólo digo que hay que considerar esa opción.


-¿Cuál opción? ¿Qué Kai muera? ¿O que no despierte jamás? Kyungsoo no podrá con eso, nadie podrá –intervino Sehun.


-¡Calla! Te va oír –advirtió Baekhyun, apuntando con la cabeza al muchacho acostado en la camilla.


-Los escuché todo este tiempo, Baek –murmuró Kyungsoo en tono apagado.


Todos se sorprendieron de ver al pequeño incorporarse en la cama y se acercaron a él rápidamente.


-Creímos que aún dormías –musitó Chanyeol a modo de disculpa.


-No hay problema.


-¿Cómo te encuentras? –preguntó Chen.


-Bien, supongo –contestó encogiéndose de hombros, pero arrugó el entrecejo al sentir cómo los músculos de su hombro derecho tironearon –O tal vez no tan bien...Pero no importa. ¿Qué huele tan delicioso?


Todos se quedaron estupefactos de que preguntara aquello y no sobre el moreno; pero la verdad es que el más bajo quería mantener ese tema censurado por el momento: ya había escuchado suficiente y se sentía demasiado mal para seguir discutiéndolo.


-Tan pronto como nos despertamos, vinimos al hospital así que trajimos el desayuno. Sólo son pastelillos y café. Pero como no tienes permitido incorporar cafeína a tu sistema todavía, te haré un poco de té –le sonrió Ximin. Kyungsoo agradeció asintiendo con la cabeza y miró a través de la ventana afuera.


-¿Es demasiado temprano? –preguntó ensimismado.


-No tanto, apenas es media mañana. Tao y yo llegamos hace un par de horas. Fuimos a casa a buscar una muda de ropa para Suho –dijo Sehun –Desde que viste a Kai la otra noche, ha estado dando vueltas intentando mantener todo bajo control. Aunque se le está complicando, así que Lay y Kris lo han estado ayudando los últimos dos días.


-¿Qué has dicho? ¿Dos...? ¿Llevo durmiendo dos días seguidos? –exclamó el pequeño aturdido.


-Es normal, Kyung. Estabas agotado. Además es mejor, así te recuperarás más rápido –opinó Chen.


-Sí, pero...Kai...


-Está mejor –lo tranquilizó Baekhyun –Sus heridas están sanando bien.


<<Mentiroso...dijeron otra cosa hace un rato>>


-Quiero verlo. Ahora –empezó, intentando sacarse de encima las mantas, pero sorpresivamente una bandeja de color blanco con una taza de té, acompañada de un par de pastelillos, apareció sobre sus rodillas impidiéndole levantarse.


-Ahora vas a desayunar. Después visitarás a Kai –sugirió Xiumin –Y no intentes desobedecerme porque los pastelillos los hice yo mismo y quiero tu opinión. Es mi primera vez cocinando.


Kyungsoo estaba a punto de objetar, pero la leve sonrisa del mayor hizo que desistiera. Bueno, tal vez podía tomarse unos minutos para atender a su enfurecido estómago. Pero aún así comió rápido. Los demás tal vez no entendieran pero el chico no contaba con que hubieran pasado dos días desde que despertó por primera vez. Creyó que todo el dilema que había provocado, había sido apenas la noche anterior. Definitivamente el tiempo no estaba de su lado. ¿Cómo pudo permitirse dormir durante dos días?


Al notar que la tensión del muchacho se estaba desarrollando, Baekhyun les hizo señas a los demás de que se retiraran, quedando sólo él con su amigo. Durante un buen rato se limitó a verlo comer y no emitió palabra alguna, en cuanto el susodicho terminó, se animó a hablar:


-¿Quieres que te sirva un poco más?


-No, gracias. Creo que comí demasiado.


-Bueno, es importante que comas bien así recuperas energías. Hacía tiempo que no te veía comer tanto.


-Ni siquiera yo entiendo cómo es que tenía tanto apetito con los nervios que tengo. Tampoco comprendo por qué dormí tanto.


-Para serte sincero ni Chen ni yo esperábamos eso también. Creímos que despertarías al día siguiente, pero sólo te mantuviste durmiendo. Nos asustamos, comenzamos a pensar que tal vez te había pasado algo. Pero según el doctor, lo tuyo sólo es agotamiento extremo. Insistió en que debes quedarte en observación unos días por el golpe en tu cabeza y recuperar algo de peso además de descansar. Luego de eso puedes volver a casa con nosotros.


-Suena a como si tuviera mucho por hacer –suspiró el menor.


-Bastante. Pero estoy seguro de que puedes hacerlo –le dijo guiñándole un ojo.


-Tal vez –coincidió –El único problema es que aunque mejore, no quiero irme de aquí.


-¿Qué? ¿Por qué? –inquirió confundido.


-No voy a abandonar a Kai. Tengo que estar junto a él si despierta –argumentó. Baekhyun cerró los ojos y suspiró.


-Puedes venir a visitarlo, Kyungsoo. No es necesario que pases todo el tiempo junto a él, además de que al estar en la U.C.I, el plazo de visitas es limitado.


-Tú no entiendes, debo quedarme aquí –suplicó.


-No, sí entiendo. Entiendo que deberías preocuparte por ti mismo por una vez. Entiendo que es importante que te cures primero.


-Pero es que me necesita. Debo quedarme.


-¿Y ver cómo la angustia te consume al estar encerrado en una habitación entre cuatro paredes? Ya he visto eso y no quiero que vuelvas a pasar por lo mismo, no lo soportarías de nuevo y menos cuando tu cuerpo ya está lo suficientemente débil.


Kyungsoo lo miró con interés. Sabía a qué se refería.


-Eso fue hace mucho tiempo, Baek. Es cosa del pasado. Esta vez puedo manejarlo.


El mayor se levantó de la silla encabronado, llevándose ambas manos a la cabeza.


-¡Por un demonio! No me interesa si puedes o no. Tú dices que puedes manejarlo, te creo; sé que tu mente puede. Pero ¿y tu cuerpo? No podrás, Kyung.


-Sí, puedo.


-¡Maldita sea! Hazme caso por una vez. Puede que te sientas bien, pero no tienes que confiarte.


-No me estoy confiando. Sé de lo que soy capaz.


-Yo también. Y es por eso que no permitiré que sigas poniendo tu interés por Kai por encima de tu salud. Preocúpate por ti, o al menos por aquellos que nos ocupamos de ti. ¿Tienes idea de cómo me sentí al verte postrado en una cama sin saber si despertarías? Creí que por un momento había perdido a mi mejor amigo, creí que...


-Sí entiendo cómo te sentiste –lo interrumpió con calma –Porque yo estuve a punto de perder a Kai también. Me partió el alma verlo en esa habitación, Baekhyun. No tengo idea de cómo se encuentra y soy el responsable de todo esto. De no ser por mí él estaría bien, de haberlo protegido, todo esto nunca hubiera pasado, ¡si no fuera por mi culpa, la persona que más me importa no estaría a punto de morir! Yo hice todo esto, yo lo lastimé. Dios, él se está muriendo y yo lo único que puedo pensar es que...es mi culpa.


Sus últimas palabras quedaron ahogadas por su llanto. Estaba destrozado, ya no aguantaba más. El mayor estaba en shock al ver a Kyungsoo en ese estado, pero de todas formas se compuso para acercarse a él y consolarlo.


-Lo lamento, Kyung. Es sólo que me preocupo por ti. Pero no digas que es tu culpa, no pienses eso. Hacerlo no te ayudará.


-Por favor...sólo no hablemos más de mí por el momento ¿está bien? Por ahora quiero ir con Kai.


-Kyungsoo...


-Si no me llevas iré por mi cuenta, y hablo en serio –amenazó.


-Bien –se rindió –Ponte la bata, iré a buscar una silla de ruedas.


-No, puedo caminar.


-¿Seguro? –preguntó no muy convencido.


-Estoy bien –le aseguró.


El mayor hizo una mueca algo preocupado, pero de todas formas ayudó al más bajo a vestirse. Luego de eso se encaminaron hacia la puerta pero, debido a que Kyungsoo caminaba demasiado lento y con cautela, Baekhyun terminó por tomarlo del brazo para ayudarlo. Una vez en el pasillo, sólo caminaron en línea recta hasta el fondo, donde todo el grupo a excepción de Kris, Luhan, Tao y Suho, esperaban afuera. Lay se acercó apenas vio al par, era el único que aún no había visto al pequeño de todos los presentes.


-Kyungsoo –exclamó, abrazándolo con fuerza –Al fin te veo ¿cómo estás? Lamento no haber podido visitarte cuando despertaste. He estado ayudando en lo posible y realmente no pude.


-Hola, hyung. Ya estoy mucho mejor, no te preocupes –lo calmó dándole unas leves palmaditas en la espalda -¿En dónde están los demás? Aún no los he visto.


-Luhan y Tao están en la cafetería. Kris y Suho deben estar hablando con el médico.


-¿Pasa algo? ¿Kai está bien? –se alarmó tensándose al instante. Al notar eso, Baekhyun le hizo señas a Lay de que no dijera nada.


-No, no, él está bien. ¿Quieres entrar a verlo? –el menor asintió con la cabeza –Entonces te acompañamos.


-Yo voy también –resolvió Chen acercándose al trío.


Todos entraron en la habitación que estaba completamente a oscuras a pesar de ser pleno día, por lo que Chen y Lay fueron a abrir las ventanas. Una vez que la luz iluminó el lugar, Kyungsoo suspiró decepcionado. No sabía por qué pero había tenido la tonta esperanza que en los últimos días algo hubiera cambiado; sin embargo Kai seguía igual que la primera vez que lo vio, la única diferencia era que esta vez tenía puesto un pijama de color azul perteneciente al hospital, aunque a simple vista podían verse los vendajes en sus costillas al tener la camisa entreabierta.


Soltándose de Baekhyun, el más bajo se acercó hasta la camilla del lado izquierdo y observó al moreno por unos instantes hasta que sintió a su mejor amigo cerca, le había acercado una silla.


-Ponte cómodo, nosotros los dejaremos un rato a solas –fue todo lo que le dijo. Kyungsoo no contestó pero agradeció el gesto. Una vez que la puerta corrediza del cuarto se cerró, sólo en ese momento se atrevió a mirar a Kai. Sólo que no pudo verlo a la cara, en su lugar fijó su vista en su mano. La misma descansaba sobre las sábanas completamente inmóvil. Los nudillos y dedos estaban algo maltratados y raspados, pero el mayor se animó a deslizar su mano por debajo de la contraria y la tomó con delicadeza. Le resultó extraño sentirla fría al contacto, pero al menos no estaba tan fría. Con lentitud se sentó en su silla y sólo clavó la vista en las sábanas.


Unos cuantos minutos pasaron en los que sólo se dedicó a acariciar con sus dedos la mano de Kai, pensando, mirando al vacío. Entonces sin poder evitarlo, soltó una leve risa.


-Cuántas veces me acompañaste en la cama cuando no podía dormir y ahora soy yo el que está en tu lugar. Sólo que tú no estás teniendo una pesadilla, creo que quien vive una aterradora soy yo...Sonará extraño que te cuente esto siendo que antes nunca me atreví, pero tuve un sueño antes de despertar ¿sabes? Uno un tanto raro. Al principio estaba solo atrapado en una infinita oscuridad, pero luego tú estabas ahí, sólo que yo no te reconocía. Curioso ¿no? Que no me diera cuenta. Lo bueno es que sólo fue por un tiempo porque luego supe que eras tú; lo malo fue que cuando lo supe, todo a mi alrededor comenzó a desaparecer; y tú también desapareciste, como si fueras un fantasma te desvaneciste. Mentiría si dijera que no sentí alegría al despertar, no recordaba nada de lo que pasó, pero entonces los recuerdos inundaron mi mente y comprendí todo.


En ese momento se animó a mirarlo a la cara.


-Quise venir antes, de verdad traté pero no pude. Lamento haberte dejado solo; cuando me prometiste que jamás me abandonarías, cumpliste, pero yo no estuve ahí para ti, yo no te prometí lo mismo y lo siento mucho. Me acostumbré tanto a rechazarte que me estaba convirtiendo en otra persona, pero lo hice para protegerte. Bueno, al menos lo intenté, sólo...que no lo logré...


Kyungsoo fijó sus ojos en los contrarios que permanecían cerrados, incólumes. Se sentía a punto de llorar otra vez.


'Qué irónico...Ni siquiera sé si me estás escuchando ahora. Ya sé que dicen que cuando una persona está en coma puede escuchar y sentir. Es una teoría que me gustaría fuera verdad. Si es así, por favor aprieta mi mano, hazme saber que estás ahí ¿puedes? Sólo eso necesito –suplicó. Sabía que era algo estúpido pedirle eso, pero quería comprobarlo, tenía una pequeña esperanza, sin embargo Kai no se movió, Kyungsoo no pudo notar ni el más leve movimiento, así que bajó la mirada al suelo y sonrió con amargura.


-Lo sabía. Tú ni siquiera estás aquí, tu mente divaga y quién sabe por cuánto tiempo lo hará. Como quisiera que me escucharas, que supieras que te necesito conmigo, que volvieras...Te extraño mucho, Kai. Realmente no puedo con esto, te quiero a mi lado...–sus lágrimas resbalaron de sus ojos, llorando en silencio apoyó su cabeza al costado del brazo del menor y dejó que el llanto lo consumiera. Agradecía que al menos estuvieran solos, así nadie podría verlo en ese estado.


Totalmente devastado, el más bajo continuó llorando por horas, lo que no sabía era que desde afuera, sus amigos lo observaban. No habían escuchado nada, pero habían visto suficiente.


Durante los días subsiguientes, se repitió lo mismo de ese día: Kyungsoo despertaba muy temprano en la mañana y le pedía a Baekhyun o Chanyeol –que eran los que siempre acompañaban al menor en su habitación en las noches –que lo llevaran con Kai. Incluso algunas veces, los dejaba durmiendo y sigilosamente salía de su habitación para estar con el moreno. Todo el día lo único que hacía era quedarse sentado a su lado mirándolo. Algunas veces le sostenía la mano, otras le hablaba, y cuando estaba de mejor ánimos cantaba por lo bajo. Sabía que no servía de nada, pero le consolaba que al menos el muchacho no estuviera solo, que ambos no estuvieran solos.


Pasaban las horas y el chico no se apartaba de la camilla, ni siquiera para comer. Sólo lo hacía cuando las enfermeras le pedían que abandonara la sala para encargarse del paciente, momento que sus amigos aprovechaban para llevar a Kyungsoo a la cafetería o al jardín, pero el chico no estaba interesado en eso. Aquella situación, luego de cuatro días, sacó de quicio a Suho. Regañó al menor por no preocuparse por su recuperación y le prohibió que durante las comidas entrara a la habitación de Kai, sin embargo nada pudo hacer por el resto del día. Así que el muchacho, se la pasaba encerrado en esa habitación prácticamente todo el día hasta la noche muy tarde, a veces quedándose dormido sentado en la silla o con la cabeza en la camilla.


Todos sabían que Kyungsoo esperaba que apenas el más joven despertara, lo viera. Todos esperaban lo mismo. Pero conforme pasaban los días, no había cambio alguno. Las enfermeras cambiaban sus vendajes y hacían las curaciones correspondientes. Su cuerpo sanaba lentamente, pero su conciencia continuaba dormida. El nerviosismo de todos aumentaba con el correr del tiempo y las esperanzas se desvanecían. El más bajo apenas veía a Suho o Kris, ambos corrían de un lado a otro ya que se estaban encargando de las charlas con el médico. Las pocas veces que se aparecían, no lo hacían en presencia de Kyungsoo, y si no quedaba más remedio que hacerlo, no mencionaban ninguna novedad con respecto a la condición de Kai.


El joven sabía que no querían preocuparlo, por eso evitaban el tema; y la verdad es que para él era lo mejor, además de que sin importar lo que le dijeran, él ya sabía la verdad: las probabilidades de que Kai despertara en pocos días, eran pocas –o nulas –Al menos se alegró un poco cuando al quinto día el médico decidió que podían quitarle el respirador y dejar que el paciente respirara por sus propios medios. Al menos ahora el mayor podía verle la cara en su totalidad sin que un grueso tubo y una mascarilla estorbaran; aún así se dejó por las dudas un fino cable de plástico transparente conectado a las fosas nasales.


A pesar de que las mejoras eran lentas y pocas, Kyungsoo mantenía la esperanza y llegaba a un punto en el que a veces estaba más pendiente del bailarín que el propio cuerpo médico del hospital, no obstante lo único que hacía era acompañarlo.


En las noches, cuando se quedaba dormido a su lado, soñaba con él. Lo veía siempre a lo lejos en aquel parque que ambos conocían. Siempre de espaldas sentado en el banco o contemplando la vista de la ciudad desde el mirador. Sólo pasaban unos minutos, y entonces se alejaba y desaparecía antes de murmurarle un simple 'adiós'. Eso destrozaba al mayor, nunca podía verle la cara y tampoco se atrevía a acercarse. ¿Qué caso tenía hablarle al producto de su imaginación? Ese Kai no era el verdadero, era sólo una aparición de su mente. A pesar de eso, había algunas veces en que aquella figura familiar lo consolaba cuando lloraba, lo acompañaba. Incluso había veces en que el moreno estiraba su mano para acariciarlo, pero por supuesto el más bajo no podía sentirlo –porque Kai no estaba allí realmente.


No obstante, a pesar de que sólo era un fantasma, a veces el moreno se daba vuelta y lo miraba. Era como si presintiera que Kyungsoo estaba tras él. Se giraba y lo miraba con cariño, le sonreía. En esos sueños, ambos se dedicaban a sólo mirarse, era un consuelo considerando que era el único medio que tenían, aunque desmotivaba que no fuera real...


Una noche, dentro de ese sueño tan repetitivo, por primera vez Kai le habló. Estaba de espaldas al otro pero sabía que Kyungsoo estaba ahí tras él, como siempre. Mientras el mayor sólo le miraba, el más alto contemplaba el paisaje desde el mirador.


-¿Hasta cuándo seguirá esto, Soo? –murmuró el más joven de improviso -¿Hasta cuándo te limitarás a sólo observarme desde lejos? He esperado por días a que te decidas pero sigues inseguro.


El más bajo se sobresaltó ya que era la primera vez en días que sus sueños tenían un diálogo.


-¿Inseguro? ¿Acerca de qué? –inquirió confundido, acercándose al joven.


-Todos estos días la duda ha dado vueltas en tu mente, deja de ignorarla. ¿No te das cuenta que así me estás alejando otra vez? Te suplico que ya pares –en ese momento se giró y encaró al pequeño -Ven conmigo.


-¿A dónde? –preguntó.


-A nuestro lugar. Si yo te lo pido ¿vendrías? –le dijo tendiéndole la mano –¿Por favor?


Extrañamente y sin dudarlo, Kyungsoo estuvo a punto de tomarla, estiró sus dedos que casi rozaron los del más alto; él sonreía feliz y el pequeño se sentía atraído hacia él. Estuvo a punto de aceptar, pero en el último segundo, desistió.


-Espera, ¿por qué debo ir? Nuestro lugar no está aquí en los sueños.


Kai pareció no comprender.


-Estás equivocado, no es ese lugar.


-Entonces ¿cuál es?


-Ven y te lo mostraré –invitó.


El mayor retrocedió.


-No.


-¿Por qué?


-Porque te necesitamos, los chicos te extrañan. Eres tú el que debería venir conmigo, tienes que despertar de una vez. Tienes razón, no podemos seguir así. Esta situación se está transformando en lo que era antes: sólo verte en sueños. No es justo, todos queremos que despiertes.


El menor le sonrió tristemente.


-No es un argumento muy convincente –musitó.


-Entonces...vuelve para poder volver a bailar, es tu pasión ¿o no?


-El baile no me ata a tu mundo, Kyungsoo.


<<¿Mi mundo? ¿Qué diablos quieres decir con eso?>>


-¿Entonces no quieres cumplir tus sueños?


-No los que me estás describiendo. Si es por eso, no me interesa volver a la realidad.


-Entonces ¿qué? ¿Qué puedo hacer para convencerte?


-No lo sé...piensa –aventuró, como el mayor no contestó, Kai exhaló y lo miró con una expresión sumamente triste y se dispuso a alejarse otra vez, como tantas otras veces había hecho –Adiós, Soo.


Ese tono, no lo estaba diciendo como las veces anteriores, se estaba despidiendo...él ¿lo estaba haciendo? No, ¡no podía irse! Kyungsoo se revolvió intranquilo pensando en qué decir para que se quedara, cuando los sentimientos lo atravesaron súbitamente.


-¿Y si...? ¿Y si te digo que yo te extraño? Que te necesito –el muchacho se frenó en seco –Quiero cumplir mis sueños, quiero ir a ese lugar maravilloso que ambos conocemos, quiero ser feliz...pero no puedo solo, no puedo sin ti.


El moreno se giró de nuevo y lo vio a los ojos.


-¿Es cierto eso? –preguntó con interés.


-No quiero un futuro donde no estés, te quiero conmigo. No me basta con verte en sueños, este no es el verdadero tú, no eres el Kai que yo conozco. Quiero poder tocarte, quiero verte, quiero despertar en la mañana y sentirte a mi lado, no verte desde lejos y no escuchar tu voz. Te necesito Kim Jongin, por favor no puedo seguir si no estás a mi lado –lloriqueó cubriéndose la cara con ambas manos.


Las veces anteriores, al llorar Kai intentaba consolarlo, pero su mano nunca llegaba a rozarlo, era como un ser incorpóreo. Sin embargo, esta vez el más bajo se sorprendió al sentir los dedos contrarios acariciando su rostro. Levantó la mirada y observó el rostro que tenía en frente.


-Esa...es una razón más que convincente –susurró antes de besarlo. Kyungsoo se sorprendió: podía sentirlo, no era un fantasma, no era su imaginación; sentía las manos contrarias cerradas en torno a las propias, podía oír su respiración, podía sentir esos labios...No podía ser un sueño, sin embargo cerró los ojos indiferente a que todo lo que los rodeaba comenzó a desaparecer y, luego...nada, sólo silencio...silencio que se vio interrumpido por varios pitidos y alarmas.


Aturdido abrió los ojos y se dio cuenta de que se había dormido sobre la cama de Kai. Miró en todas direcciones sin reaccionar hasta que inconscientemente se fijó en el monitor al lado de la cabecera de la cama, el mismo que medía las pulsaciones del paciente era el que estaba haciendo ese ruido tan molesto. Todavía aturdido, maldijo inocentemente al aparato por haberlo despertado de su sueño. Por una vez que tenía un sueño lo suficientemente real y placentero, no podía disfrutarlo. Miró una vez más la pantalla y notó que la gráfica mostraba un ritmo cardíaco sumamente acelerado.


<<¿Qué...?>>


-Oh, no...


A punto de entrar en pánico, el chico estaba por tomar el botón de llamada que colgaba del costado de la cama para llamar a las enfermeras, cuando otra alarma más se disparó. Asustado miró el rostro del moreno: el mismo no tenía una expresión calmada como de costumbre, su ceño estaba fruncido y su pecho subía y bajaba muy rápido. ¿Qué le estaba pasando? Sin perder tiempo, accionó el botón y una tercera alarma comenzó a sonar, llamando al personal médico. El alboroto llamó la atención de los chicos afuera que entraron precipitadamente a la habitación.


-¡Kyungsoo! ¿Qué sucede? –emitió Baekhyun, seguido de Chanyeol. Ambos palidecieron al ver al menor de todos.


-¡Ayúdenlo! Hyung, ¡por favor!


Como un rayo, Chanyeol reaccionó y salió corriendo; a los pocos segundos apareció de nuevo seguido de una enfermera con bata blanca. La chica se acercó al paciente y lo revisó.


-Cielo, necesito que te retires –dijo con calma a Kyungsoo.


-Pero yo...


-El doctor viene en camino, no tienes que preocuparte; pero necesito que regreses a tu habitación.


-¡No pienso irme de aquí! ¿Qué le pasa a Kai?


-Kyungsoo...-llamó Chen tomándolo del brazo.


-¡Suéltame! ¡No voy a dejarlo! ¿Qué es lo que le pasa? –preguntó asustado mientras la enfermera ponía una máscara de oxígeno sobre la cara del chico.


-Algo descompensó sus signos vitales. Estará bien cariño, pero no debes quedarte aquí –le contestó al tiempo que se hacía a un lado en cuanto otra enfermera, vestida con una bata azul, entró en la habitación con un par de frascos y una jeringa.


-Informe, por favor –pidió la mujer.


-Signos vitales descompensados, el paciente está entrando en shock –sin decir nada la enfermera de azul, inyectó algo en el suero y esperaron unos segundos, pero las alarmas no cesaban.


-Llama al doctor a cargo, ahora –indicó y la primera enfermera, se retiró corriendo –Vamos, querido...-murmuró en tono preocupado al mismo tiempo que miraba al más joven.


El más bajo se quedó helado al ver su expresión y zafándose del agarre de sus amigos, corrió hasta la camilla y tomó la mano del menor.


-Kai, óyeme bien, no puedes irte. No nos hagas esto, no te atrevas, por favor.


-Jovencito, debe retirarse –advirtió la mujer, pero Kyungsoo no la escuchó. En su lugar miraba al moreno y a las pantallas que marcaban sus signos vitales, los latidos de su corazón eran demasiado rápidos, eso significaba que...


Justo al momento en el que doctor y la primera enfermera se precipitaban a la habitación, el monitor que marcaba el ritmo cardíaco, mostró en la pantalla una sola línea horizontal en color verde y una alarma con luz parpadeante roja se encendió.


La expresión forzada y extraña de Kai se serenó entonces de golpe, su pecho no subía y bajaba rápidamente como hace unos momentos –no se movía –El más bajo se vio empujado de repente hacia a un lado y casi se va al suelo de no ser porque Chanyeol lo abarajó justo a tiempo. Kyungsoo no reaccionaba, no oía nada, no hablaba, sólo miraba como el médico daba órdenes a los gritos a las enfermeras que trataban de trabajar tan rápido como podían, corriendo de un lado a otro, aunque los intentos no estaban funcionando.


-Tres miligramos de lidocaína, inicie la reanimación y traigan el desfibrilador ¡Ya! –exclamó el médico. Al tener el equipo en sus manos, apoyó las paletas del aparato en el pecho del chico y estas liberaron la descarga haciendo que el cuerpo se estremeciera violentamente –Sin cambios, otra vez ¡despejen!


El más bajo no podía creer que esto estuviera pasando, sus fuerzas lo abandonaron y cayó de rodillas al suelo. Al verlo, Suho que apenas entraba a la habitación, corrió hasta él y lo levantó rápidamente sacándolo de la habitación.


-Chanyeol, llévatelo –le ordenó.


-¿A dónde?


-No importa, ¡sácalo de aquí!


-Hyung, no...-suplicó el menor.


-Hazme caso –reiteró el líder mirando al más alto, y éste obedeció. Ambos salieron de la habitación y otro médico entró en seguida cerrando la puerta tras de sí. Completamente abatido, Kyungsoo vio como adentro hacían todo lo posible.


<<Por favor, Kai, por favor no te vayas...no me dejes, te necesito...>> pensó desesperado.


-Kyung, mírame –susurró Baekhyun apoyando su mano en el hombro del menor, quien se dio vuelta y lo abrazó llorando.


-No puede irse, no puede abandonarme.


-Estará bien...


-No.


-Kyung, él va estar bien los doctores harán lo que esté en su poder.


-No quiero quedarme solo, no otra vez –murmuró. Baekhyun no le contestó y se lo llevó a un par de asientos que estaban lejos de la U.C.I. Chanyeol, Chen y Xiumin los siguieron. Era mejor que no estuviera cerca. Ambos se sentaron en los sillones y esperaron en silencio mientras los demás sólo se quedaron parados o iban y venían en el pasillo, nerviosos.


El tiempo pasó como si fuera una eternidad. El menor tenía la cabeza escondida entre sus manos y rezaba sin prestarle atención a nada más. Casi no se percató cuando Suho se acercó. Cuando lo miró fijo, vio que el líder tenía los ojos llorosos. Antes de que pudiera decir una palabra, el médico apareció tras él. Su semblante era serio pero calmado.


Tanto Baekhyun como Kyungsoo se levantaron de sus asientos y todos lo miraron expectantes. El hombre suspiró.


-¿Son todos amigos del paciente? –todos asintieron.


-¿Qué pasó? ¿Kai está bien? –inquirió Chen.


–Bueno, puedo informarles que tratamos sus heridas diligentemente y logramos estabilizarlo. Sin embargo cayó en coma producto del fuerte golpe en su cabeza, aunque se mantuvo estable hasta hace unos minutos, cuando sufrió un paro cardio-respiratorio. No tengo idea de qué pudo provocarlo. Les soy sincero, intentamos cada posibilidad que tuvimos a mano, pero...


-Espere, no me diga que...-musitó Baekhyun mirando al doctor y a Suho, este último sólo cerró los ojos y bajó la cabeza. El médico asintió lentamente con expresión consternada.


-Lo lamento mucho, sus heridas internas eran muy graves, no nos fue posible reanimarlo –finiquitó con calma. El más bajo pudo ver por el rabillo del ojo que Chanyeol se agarraba la cabeza con ambas manos y se arrodilló en el suelo llorando; Chen se sentó en una de las butacas y Xiumin posó su mano en el hombro de su amigo. En cuanto a Baekhyun, comenzó a llorar en silencio al igual que el líder. El único que no reaccionaba era el pequeño. Su expresión estaba en blanco, no sentía nada, no podía escuchar nada, sólo veía la cara del médico, que seguía muy calmado.


-¿Puedo...despedirme de él? –preguntó el menor en un hilo de voz. El doctor asintió.


-Por supuesto. Acompáñame.


El chico ni siquiera registró por dónde iba, estaba demasiado aturdido, sólo se dio cuenta dónde estaba cuando el hombre le abrió la puerta. La enfermera de delantal azul era la única dentro de la habitación, estaba acomodando las mantas de la cama y en cuanto vio a Kyungsoo en el umbral de la puerta, se retiró haciendo una leve reverencia al salir.


Arrastrando los pies cual cubos de cemento, el muchacho se acercó a la cama. Sus manos temblaban y sudaban, todo su cuerpo se estremecía. Miró el rostro de la persona que más amaba y sintió que todo se derrumbaba.


Kai ya no estaba. Esta vez era en serio, se había ido...para siempre.


Pero parecía dormido, su expresión se veía tranquila, como cuando dormía plácidamente en la parte de arriba de la cucheta, como cuando Kyungsoo se despertaba a su lado y lo observaba dormir, no era diferente. El chico estiró su mano derecha y acarició el rostro contrario con delicadeza mientras que con la otra tomó la del moreno.


Su vista se tornó turbia al observarlo y varias lágrimas resbalaron de sus ojos, no obstante, por extraño que fuera, sonrió...aunque amargamente. Miles de sensaciones y sentimientos lo ahogaron: tristeza, desesperanza, furia, decepción, dolor...mucho dolor...No sabía qué decirle, no sabía cómo despedirse, no podía hacerlo, no quería.


De todas formas, en cuanto no lo pensó, las palabras escaparon de su boca, cargadas de arrepentimiento:


-Cuando llegaste al grupo, aquel día que te conocí por primera vez, admito que no te quería, no te necesitaba, quería que te fueras, que desaparecieras de mi vida; y ahora que te quiero y te necesito ¿te has ido? No lo entiendo, Kai; no te entiendo. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me salvaste? Sabías lo que podía pasarte, lo sabías desde antes de llegar al parque y aún así te arriesgaste. ¿Para qué? ¿Qué ganaste con eso? ¿Por qué arruinaste mi plan? ¿Acaso pensaste en cómo me iba sentir yo sin ti? ¿Tienes idea de cómo me estoy sintiendo ahora? Por un solo segundo ¿te detuviste a pensar que de la misma forma que tú me necesitabas a mí, yo te necesito?


Apretó con fuerza la mano del bailarín y lo miró completamente destrozado.


-Todo lo que intenté resultó en fracaso. Yo...Debería haber previsto que tarde o temprano lo ibas a descubrir, que ibas a saberlo. ¿Por qué no me di cuenta? Debí saber que por más que te lastimara jamás renunciarías a mí; que no resultaría y como un idiota seguí hiriéndote. Traté de todo, incluso ese día que me golpeaste...creí que lo nuestro había acabado, pero fui un tonto al pensar que tu amor sería frágil. Me dijiste esa noche que me extrañabas, que extrañabas mis abrazos, mis besos...yo te extraño también, extraño tu sonrisa, tu mirada, tu voz...Mi vida ya no tiene ningún sentido ahora, ¡me dejaste solo!


No pudiendo contenerse más, se arrodilló en el suelo y escondió el rostro entre las mantas llorando.


-Dijiste que siempre estarías a mi lado...lo prometiste...


Murmuró esas últimas palabras sintiendo un terrible dolor en el corazón. Su mano nunca soltó la otra. Y fue bueno que lo hiciera, de lo contrario no se hubiera dado cuenta que los dedos que estaban bajo los suyos se movieron de golpe. 


 


.:Continúa:.


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