Cuando Kai y Kyungsoo llegaron al edificio de la compañía ya había pasado casi una hora desde que habían salido de casa, así que cuando entraron corrieron hasta el ascensor y marcaron el piso correspondiente para ir a la sala de ensayo; cuando llegaron arriba ni siquiera esperaron a que las puertas del ascensor se abrieran del todo que salieron disparados como un rayo hacia la última sala al final del pasillo, pero al llegar a la puerta vacilaron por un momento antes de abrirla mirándose el uno al otro, es que estaban temerosos de lo que el líder pudiera llegar a decirles algo debido a lo tarde que habían terminado llegando, pero no había más remedio que entrar así que el mayor abrió la puerta y entraron. Todos estaban allí y cuando los vieron entrar, pararon automáticamente de hacer lo que estuvieran haciendo y se les vinieron encima –bueno más bien se le fueron encima a Kai ignorando completamente a Kyungsoo.
-¡Kai! Por fin ¿Ya estás bien? –preguntó Lay.
-Nos preocupaste mucho anoche ¿Ya te sientes mejor? –inquirió Tao.
-Sí…ya estoy bien, no se preocupen –comentó el chico un tanto incómodo frente a la actitud expectante de todos.
-¿Y la fiebre? ¿De verdad ya estás bien? –siguió Luhan.
-Si, hyung, estoy bien.
-¿De verdad? Podrías haberte quedado en casa descansando. Digo…por las dudas…
El moreno estaba incomodándose cada vez más; todos estaban a su alrededor haciéndole preguntas y ni siquiera se habían fijado en Kyungsoo, ni siquiera lo habían saludado, quien ante semejante situación sólo había agachado la cabeza y no decía nada, aunque su semblante denotaba cierta tristeza. Kai al verlo, no pudo evitar sentirse mal por esto así que trató de cortar la conversación rápido.
-Creo que Luhan-hyung tiene razón –comentó Sehun –Tal vez hubiera sido mejor que descansaras por hoy y luego…
-Bueno, ¡ya! Les digo que estoy bien. Ya no tengo nada, en serio. ¿Podemos empezar con la práctica?
Todos se quedaron mirándolo sorprendidos, sin saber qué decir. En cuanto a Kyungsoo también lo miro estupefacto aunque entendió que pasaba. De seguro aquella situación había incomodado al menor.
-De acuerdo, entonces ven conmigo –dijo Lay haciéndole un gesto para que lo siguiera –hemos estado practicando una coreografía que hicimos con Sehun esta mañana ¿te la enseño?
-¡Claro! –se emocionó Kai siguiendo al mayor, pero al sólo dar un par de pasos se frenó y se dio media vuelta a mirar a Kyungsoo.
-Yo…iré a practicar un poco con el canto, ve –le dijo con una media sonrisa mientras se daba la vuelta y se iba a un rincón apartado de la habitación, siguiendo a Suho y Baekhyun. Kai asintió en silencio y siguió a Lay a la otra punta del salón, donde ya estaba Sehun bailando.
Después de un buen rato tratando de aprenderse los pasos y practicando frente a un gran espejo que ocupaba todo el largo de la pared, Lay conectó su teléfono a la computadora para ésta vez hacer la coreografía con música. Los tres chicos comenzaron a bailar juntos en perfecta sincronía, pero pasados algunos minutos a Kai se le estaba haciendo difícil coordinar los movimientos y comenzó a perder el equilibrio y tambalearse, el tobillo le estaba molestando. Trataba de que los demás no lo notaran pero cada paso que daba le propinaba una fuerte puntada en el lugar lastimado. Al final se detuvo con la excusa de que estaba cansado y fue a sentarse en un sillón que había en la habitación. Mientras movía constantemente el tobillo en círculos tratando de calmar el dolor, observaba cómo Lay y Sehun seguían bailando, al parecer no se habían percatado de nada al igual que los demás.
Entonces se le ocurrió buscar con la mirada a Kyungsoo pero sus oídos lo encontraron primero. Estaba practicando con Luhan, Chen y Baekhyun en la otra punta de la sala de ensayo. Kai sonrió al escuchar aquella voz que llenaba sus oídos, de verdad cantaban muy bien todos, pero era la primera vez que oía a Kyungsoo; su voz le parecía hermosa, se dijo a sí mismo que podría estar horas escuchándolo sin cansarse nunca.
Mientras que el moreno lo miraba fijamente con atención, el mayor no parecía darse cuenta ya que cantaba con naturalidad, pero en cuanto giró la cabeza hacia un costado y notó que cierta persona lo observaba, inconscientemente se puso tan nervioso que desentonó una nota. Apenas lo escucharon, los demás comenzaron a reírse: era raro que a Kyungsoo le pasaran esas cosas, de la vergüenza el más bajo volvió a desviar la mirada hacia otro lado tratando de concentrarse, pero la persistente mirada de Kai no lo estaba dejando, por fin logró tranquilizarse cuando el moreno dejó de mirarlo y se incorporó para continuar su baile con Lay y Sehun.
Así pasaron todos el resto de la mañana: Suho, Baekhyun, Kyungsoo, Chen y Luhan practicando su canto; Sehun, Lay, Kai y Xiumin con el baile; y Chanyeol, Kris y Tao repasando sus partes de rap. Cuando se hizo la hora de almorzar, se les ocurrió ordenar un poco de comida y cuando el delivery llegó se sentaron a comer en el piso todos juntos. Frente a la sorpresa del grupo, Kai y Kyungsoo se sentaron uno al lado del otro, y no sólo eso: el mayor terminó por servirle en un plato antes que a todos los demás, que lo miraron completamente desconcertados. Aunque al moreno también le sorprendió aquello decidió comer en silencio e ignorar las confundidas miradas de sus compañeros; algo que al parecer el resto decidió copiar, puesto que no dijeron nada y empezaron a comer, pero Baekhyun –como de costumbre –no pudo hacer lo mismo.
-Oigan ¿Qué pasó entre ustedes esta mañana que de repente están juntos? –preguntó con una sonrisa malévola dibujada en su rostro.
-¿De qué hablas? –inquirió Kyungsoo.
-Bueno es que es extraño que de pronto se lleven bien. ¿Qué fue lo que pasó?
-Nada, es sólo que aclaramos nuestras diferencias y decidimos llevarnos bien, eso es todo –respondió Kyungsoo sin prestarle atención. Baekhyun entrecerró los ojos y dirigió una rápida mirada a Tao quien no dudó en continuar el interrogatorio:
-Pues a mí me parece que aquí hay gato encerrado. ¿Por qué se demoraron tanto en llegar hoy temprano? Si no vivimos tan lejos –acotó escondiendo su sonrisa pícara detrás de una porción de pizza.
-Bueno es que…-empezó Kyungsoo algo tímido.
-Eso fue culpa mía, hyung se levantó temprano pero yo me quedé dormido, y después me demoré en terminar de desayunar –explicó Kai.
-¡Vaya! Esto es más raro aún. ¡Ahora se defienden el uno al otro! Digan la verdad, ¿qué estuvieron haciendo el tiempo que estuvieron solos? –bromeó Chanyeol codeando ligeramente a Kai en las costillas.
-¡Nada! –respondió el moreno ruborizándose ligeramente.
-No te creo…primero se pelean, los dejamos tan sólo unas horas a solas ¿y ya están tan cariñosos? Confiesen, a no ser que…Oh, ¡no me digan que ustedes…!
-¡CHANYEOL! –exclamaron Kyungsoo y Kai a la vez, de repente todos rompieron a reír a carcajadas y ambos muchachos quedaran con la cara roja de vergüenza. No entendían nada… ¿Qué era tan gracioso?
-¡Sólo estábamos bromeando, pero se lo tomaron en serio! –rio Luhan.
-Aish… ¡No es chistoso! –atajó Kyungsoo, pero no sonó nada convincente ya que él mismo comenzó a reírse.
-¡Si hubieran visto sus caras! Es lo más gracioso que he visto, de verdad se lo creyeron –comentó Sehun mientras se desternillaba de risa en el piso al lado del moreno.
-Si ya terminaste de bromear, sigamos con la práctica –soltó Kai bastante serio.
-¿Qué? Pero aún no terminamos de comer -se quejó Sehun, parando abruptamente su carcajada.
-No importa, hay pasos que no logro sacar y quiero hacerlo antes de que termine el día. Vamos –dijo mientras tomaba del brazo al menor y lo levantaba de un tirón, mientras éste todavía tenía un pedazo de pizza en la mano –Lay te necesitamos también, vamos.
Sin más remedio, ambos chicos siguieron a Kai a la otra punta del salón y comenzaron con la coreografía, retomando desde el principio, para molestia de Lay y Sehun. La verdad es que Kai también quería terminar de comer pero aquella pequeña broma lo había puesto tan nervioso que tenía que tranquilizarse con algo pronto. Espera, ¿nervioso? ¿Por qué? Si sólo había sido una broma, no tendría por qué haberle afectado, Kyungsoo era su amigo…nada más… ¿verdad?
…
Luego de unos minutos, cuando los demás terminaron de comer, se dispusieron también a practicar el baile. Lay les enseñó la coreografía que estaban haciendo y después de unos minutos de haberla aprendido comenzaron a hacerla juntos y con música. A pesar de que la hacían una y otra vez sin parar, había algo que a Lay no le convencía; sentía como que le faltaba algo al baile, así que se le ocurrió agregar un giro complicado que le había visto hacer a Kai el día de ayer cuando lo vieron por primera vez y le pidió que lo demostrara así todos lo aprendían. El menor no objetó nada y se los enseñó, se trataba de dar tres giros seguidos sobre un pie, pero cuando los hizo sintió una puntada terrible de dolor y arrugó el entrecejo. << ¡Ah! ¡¿Por qué no giré sobre el otro?!>> pensó. Sentía como el tobillo le latía de dolor y notaba que el calzado lo sentía cada vez más ajustado, de seguro se le estaba hinchando. <<No pasa nada...sólo...sopórtalo...ya pasará>> se dijo a sí mismo.
Los chicos aprendieron el nuevo paso y lo incorporaron a la coreografía. Lay había dispuesto a cada uno en una posición específica, siendo él y Kai los que estaban justo al frente para guiar a los demás. Aquello no le hizo ninguna gracia al moreno –si hacía la más mínima mueca de dolor, todos se darían cuenta, tenía que controlarse, pero con cada paso que daba el dolor se le hacía cada vez más insoportable y en un momento su expresión se consternó. Trató de disimularlo, pero le dolía mucho –Kyungsoo, quien estaba justo detrás del moreno, lo miró fijamente extrañado, ¿acaso acababa de hacer una mueca de dolor? Pero no podía ser, si cuando divisó claramente su cara no había rastro alguno de que tuviera alguna molestia, más bien su rostro estaba completamente inexpresivo. Decidió no decirle nada por ahora y esperar al descanso, sin embargo no le quitaría los ojos de encima.
…
-Bien, tomémonos cinco minutos –anunció Lay luego de un buen rato.
Todos exhalaron en señal de cansancio y se dejaron caer en el piso agotados –habían estado bailando por cuatro horas sin parar –Kai fue el único que se quedó en su lugar, tratando de controlar su respiración y desviando la mirada hacia la ventana que estaba a un costado. Quiso acercarse a ella para tomar un poco de aire pero entonces sintió otra fuerte puntada en el tobillo y se tambaleó.
-¡Aish! ¡No! ¡No ahora! –se quejó muy por lo bajo mientras cerraba los ojos con fuerza y se agachaba apoyando ambas manos en las rodillas. Ya ni siquiera sentía el pie y apenas podía apoyarlo en el piso. Kyungsoo se dio cuenta y se acercó a él sigilosamente.
-¿Kai? ¿Estás bien? ¿Qué tienes? –susurró a su lado. El menor se enderezó inmediatamente y lo miró con una expresión aparente de tranquilidad, pero su mirada era…vacía.
-Nada…no te preocupes…-le contestó esbozando su mejor sonrisa, pero eso no convenció a Kyungsoo.
-No es cierto ¿Crees que no me di cuenta? Desde hace rato te estoy observando y algo te pasa. ¿Es el tobillo? ¿Por qué no dices nada?
-¡Hyung! –se alarmó el más alto poniendo una mano en la boca del mayor para callarlo –¡Baja la voz!
Kyungsoo lo miró confundido un momento, ¿acaso no quería que los demás supieran que se había lesionado? Se quitó la mano de Kai de la cara y lo escrutó seriamente, pero el menor desvió la mirada hacia otro lado, avergonzado.
-Kai…escucha, si te pasa algo debemos saberlo –lo regañó –no es bueno que te guardes los problemas.
-Ya lo sé, pero no quiero que lo sepan…
-¿Por qué no?
-Porque si lo saben se preocuparían demasiado y no quiero eso. No es nada grave, ya se me pasará, no te preocupes –aseguró.
-Pero…
-Confía en mí ¿sí? Te digo que estoy bien.
Kyungsoo lo miró preocupado un momento pero luego asintió en silencio, aunque no estaba muy convencido. Lay volvió a llamar a todos para hacer de nuevo la rutina de baile, y de mala gana todos se levantaron retomando sus posiciones. Kai se alejó para volver al frente pero el más bajo lo tomó de la muñeca frenándolo.
-No te fuerces ¿está bien? –susurró. El moreno lo miró un tanto sorprendido pero luego le dedicó una amplia sonrisa.
-No te preocupes –dijo guiñándole un ojo. Kyungsoo lo vio alejarse hacia el frente cerca del espejo con una mirada aprensiva. Rogaba que a Lay no se le ocurriera hacer tantas veces la coreografía porque de ser así terminaría por matar a Kai del dolor. Aunque el chico estaba ‘actuando’ bien, con cada paso que daba no podía evitar una mueca o perder el equilibrio. Lo que le sorprendió es que nadie pareció percatarse de aquello. Tal vez porque todos ya estaban demasiado cansados como para hacer otra cosa que moverse como si fueran robots.
Siguieron haciendo la rutina de baile durante tres horas más hasta que por fin Suho les puso un alto al anunciar que ya era hora de volver a casa. Afuera estaba completamente oscuro, ya era de noche. Se les había pasado el día y no se habían dado cuenta. Arrastrando los pies, todos fueron en busca de sus abrigos y sus mochilas para volver rápido a casa, pero sólo Kai y Kyungsoo se quedaron de pie en el lugar sin moverse. El mayor miraba de reojo al moreno bastante preocupado, era evidente que su condición había empeorado: tenía las manos en la cintura y trataba de no pararse sobre el pie lastimado, sin mencionar que tenía los ojos cerrados y una expresión adolorida. Y sin embargo, ¡seguía sin decir nada! El mayor lo miraba con una expresión sumamente preocupada.
<<Te dije que no te esforzaras tanto...te lo advertí...>> pensó. Sentía lástima por él, quería regañarlo pero ¿de qué serviría? Sería inútil, no le haría caso. Suspiró sonoramente clavando la vista en el piso. No entendía por qué Kai era tan terco, si estaba lesionado ¿por qué había seguido bailando? ¿Por qué no se esforzó menos? Bueno…en realidad, en ese sentido, él era igual de terco; todos lo eran en realidad…Nunca nadie en el grupo había disminuido su rendimiento porque estuvieran cansados u otra cosa, y al parecer Kai no era la excepción.
-¡Vaya! Hoy si que trabajamos duro –exclamó Chanyeol, mientras se colgaba el bolso al hombro.
-¡Es cierto! Esta vez nos mataste, hyung –bromeó Baekhyun palmeando el hombro de Lay, que estaba ocupado apagando la computadora del equipo de música.
-Aún así, no niegues que mejoraste bastante con el baile hoy Baek –sonrió Lay.
-Es cierto…y sin ayuda ¿te das cuenta? –bromeó el menor haciendo que Lay riera.
-¡Eres un sinvergüenza!
-Y así me quieres –contestó el menor abrazando a Lay como si fuera un cachorro haciendo que el mayor soltara una carcajada.
-¡Oigan, ya vámonos! quiero llegar a casa y comer algo, me muero de hambre –se quejó Tao.
-Y yo de sueño –agregó Sehun.
-Yo también…-suspiraron los demás al unísono.
-Entonces busquemos nuestras cosas y volvamos –sugirió Suho, aunque ni falta hizo que lo dijera puesto que la gran mayoría ya tenían sus mochilas colgadas al hombro y se dirigían a la puerta para irse.
Siguiendo al resto, Kai se dio la vuelta lentamente para ir a buscar sus cosas, pero cuando se giró, Kyungsoo estaba tras él con su mochila en la mano.
-Ten –dijo alcanzándole el bolso –Y trata de no apoyar el pie con fuerza.
Aquello realmente conmovió al moreno, agradeció que el mayor no lo hubiera regañado aunque sabía que en su interior se moría por hacerlo.
-Gracias, hyung –dijo con una leve sonrisa. Se colgó la mochila al hombro y se dirigieron a la puerta para salir.
Cuando salieron al pasillo escucharon que otra vez llovía, eso sí que era mala suerte: ¿en qué momento se había nublado? Como todo el día había estado soleado y había hecho buen tiempo, ninguno había llevado paraguas. Aunque querían volver lo más pronto posible a casa, tuvieron que esperar a que menguara un poco la lluvia para salir. Por suerte, no tuvieron que esperar mucho para eso ya que cuando por fin pudieron salir, sólo lloviznaba un poco así que no se mojaron mucho.
Todos iban juntos charlando animadamente pero caminaban rápido ya que hacía frío. Los únicos dos rezagados atrás de todo eran Kai y Kyungsoo, que marchaban a paso bien lento. El más bajo miraba al menor con preocupación, cada vez arrastraba más los pies al caminar y apretaba los puños con fuerza mientras mantenía los ojos apenas abiertos con la mirada clavada en el piso. Kyungsoo no decía nada, sabía que si lo hacía los demás le escucharían y Kai se molestaría con él por delatarlo. Pero no podía evitar sentirse preocupado. Aunque también quería regañar al moreno, no era el momento propicio para hacerlo. Por unos metros más, sólo se dedicó a observarlo y seguir caminando a su lado en silencio. Se mantenía bien cerca para que, en caso de que el chico llegara a perder el equilibrio, que no terminara cayendo al suelo.
…
-Oye… ¿Quieres que lleve tu mochila? –le preguntó pasados unos minutos.
-No.
-¿Estás seguro? La mía no está pesada, puedo llevarla si quieres.
-No, gracias, hyung. ¡Ah! –se quejó el menor, frenándose en seco. Se agachó apoyando ambas manos en sus rodillas.
-¡¿Estás bien?! –se alarmó Kyungsoo –creo que es mejor que le diga a los demás que nos esperen…
-No, hyung…estoy bien. No es problema, ya estamos cerca además, ¡Ay! ¡Maldición! –se tambaleó al intentar dar un paso hacia delante y el mayor se lanzó hacia delante para evitar que el chico se cayera.
-¿Cerca de dónde? Faltan cuatro cuadras y no puedes dar ni un solo paso más –lo regañó.
-Estoy bien…
-Mentiroso –murmuró Kyungsoo muy por lo bajo para que Kai no lo oyera –Ven apóyate en mi hombro, te ayudaré.
El moreno lo miró estupefacto y se soltó del agarre de Kyungsoo al instante.
-¡Claro que no! los demás lo notarán, estoy bien…
-Eso no me importa, a ver dame tu brazo –insistió Kyungsoo tomando el brazo izquierdo de Kai.
-¡Ya te dije que estoy bien, déjame en paz! –replicó el más alto soltándose de Kyungsoo y empujándolo lejos de él.
Como el piso estaba mojado el más bajo resbaló y cayó al suelo. Al ver lo que había provocado, el enojo de Kai se esfumó al instante. Su cara de enfado cambió rápidamente a una de consternación y culpa.
-¡Hyung! Lo siento, no quería…no fue mi intención, ¡discúlpame! no quise…-balbuceó el menor intentando ayudarlo a levantarse.
-No te molestes, estoy bien.
-Es que lo siento, no quise empujarte. Lo lamento…dame tu mano.
-Olvídalo, no quiero que te lastimes más, puedo levantarme solo –atajó Kyungsoo levantándose sin mirar a Kai.
-Lo siento…-musitó el más joven agachando la cabeza.
-¡Ya está bien! ¡Déjalo así, no pasó nada! Si quieres disculparte, dame eso y vamos, los demás nos están dejando –soltó Kyungsoo mientras le quitaba la mochila que Kai tenía colgada al hombro.
-Pero…está bien…- se rindió Kai.
Durante el resto del camino, ninguno de los dos emitió palabra alguna. Kyungsoo estaba algo molesto por la reacción de Kai pero lo comprendía, después de todo nadie está de buen humor cuando le duele algo…además de que estaba luchando con la mochila del menor que realmente estaba muy pesada.
-Mentiroso de Kai, dijo que no estaba pesada. ¿Qué demonios trae adentro? ¿Piedras? –pensó con frustración.
Miró de reojo al muchacho y se sorprendió al ver la cara que tenía. Se lo veía bastante…mal…
-¿Te molesta mucho el tobillo? Ya llegamos –lo tranquilizó Kyungsoo.
-No es eso…
-Entonces ¿qué te pasa?
-Nada, sólo que…lo que hice…no fue mi intención –susurró.
-¡Aish! Otra vez…-suspiró Kyungsoo –Kai en serio, te dije que está bien, no te preocupes.
-Pero es que estuvo mal, sólo intentabas ayudarme y yo…
-¡Kim Jongin! –lo interrumpió haciendo que el chico se sobresaltara –Lo entiendo, nadie está de buen humor cuando se siente mal, deja de mortificarte con eso, no pasó nada ¿de acuerdo? Además, somos amigos ¿no? –le preguntó con una sonrisa en el rostro.
-Pues…si…-respondió el menor todavía serio.
-Entonces no tienes por qué disculparte –le aseguró el más bajo –Ahora que lleguemos a casa nos encargaremos de ese tobillo y cenaremos algo, ya veré que preparo…-dijo pensativamente.
Kai asintió con la cabeza en silencio y tomó las dos mochilas que llevaba Kyungsoo colgándoselas al hombro. Acto seguido pasó el brazo que le quedaba libre por el cuello del mayor apoyándose en él, dejando que le ayudara a caminar. El más bajo sonrió al instante.
-¿Ya ves que no era tan difícil aceptar la ayuda? Eres un terco –rio dándole un pequeño golpe en la frente al moreno.
-¡Igual que tú! –replicó Kai sonriendo un poco.
-¡Claro que no!
-¡Que si!
-Que no…-repitió Kyungsoo.
-¡Oigan! ¡Ustedes dos! Déjense de tanto cariño entre ustedes y apúrense, tengo hambre –interrumpió Chanyeol unos metros más adelante.
-Yo también, dense prisa –agregó Tao.
Riendo avergonzados, los dos echaron a andar lo más rápido que pudieron para tratar de alcanzar al resto del grupo.