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Memory of Colors por Shana A

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Notas del capitulo:

He regresado!! - realmente no del todo... - en todo caso traigo el primer capi de la continuacion o3o~ y no me he demorado tanto como la otra vez que me fui sin avisar :v lol(?)

Algo que quiero aclarar y que es muy importante, es sobre la pronunciacion de Julio, no se dice Julio osea no Ju, es más como un sonido Yu o Llu, si si quizas suene raro pero asi se pronuncia D:< 

 

Nuevamente otro día lluvioso, nuevamente un día gris, las gotas de lluvia que empañaban mi ventana me recordaban a ti, la fría brisa que se colaba a mi habitación me recordaba a ti, este día lluvioso de primavera me recordaba a ti.

Me levanto de mi cama, siento que he estado allí por décadas aun cuando solo ha pasado una semana; me dirijo hacia el baño en donde mi deprimente reflejo me dice lo que ya sé, mis ojos rojos e hinchados por tanto llorar, el rostro pálido, las sombras de ojeras bajo mis ojos, mi cabello negro desordenado y sucio.

He permanecido en mi habitación, apenas probando alimento, incluso me atreví a usar mis poderes en mis padres y hermana para alejarlos cuando intentaron acercarse y entender lo que me sucedía, pero ellos nunca lo podrían, este sentido de perdida, porque en esta realidad Aoi no existe, nunca existió.

Nuevamente escucho el sonido del golpeteo de la puerta de mi recamara, no quiero ver a nadie, he huido de todo, de la Legión Azul, de mis compañeros de Crime Scarlet, de los problemas que seguramente tienen por la pérdida de su líder, de la otra realidad y con ello su recuerdo, siento que lo he traicionado al abandonar todo lo que él protegía, pero no puedo dejar de sentir el vació en mi interior.

Los golpes suenan un par de veces más antes de que la perilla se abra. No era ningún familiar mío, era Sachi, ella también debe estar sufriendo pero viene con su sonrisa tan radiante como siempre.

– Vaya que estas tan sucio como un puerco – me inspecciono con la mirada. No respondí.

– Te dije que la nena de ojos rosas seguía en la etapa de depresión – Marshall también estaba aquí, con su usual tono burlón.

– Una semana es suficiente depresión, debes volver a la escuela – me animo Sachi.

– ¿Para qué? Los tres sabemos que realmente no importa, además… No soportaría ir, todos estarían igual que siempre cuando la verdad es…es…  – apreté mis mano en puños – Aoi ha muerto, no quiero ir, él no estará allí, lo peor es que nadie lo recuerda – mis ojos se llenaron nuevamente de lágrimas.

– Te dije que comenzaría a llorar – escuche el susurro de Marshall.

– Largo – respondí con molestia – A ti lo único que te importa, es que me recupere para usar mis habilidades nuevamente en la Legión Azul.

– No lo niego – me miró fijamente con sus ojos negros – Pero, también me preocupo por ti, niño.

– Entonces… – susurre, concentre mi energía, pero no la concentre en mi cuerpo, la concentre en el cuerpo de él.

– Ni siquiera lo intente – amenazo antes de salir disparado hasta chocar con la pared – Mocoso – gruño, fue veloz, me tiro contra el suelo, estaba sobre mí tomando mis muñecas con fuerza para que no intentara liberarme – ¿Es que acaso te crees el único con derecho a sufrir?

Lo sé, lo sé. Sé que no soy el único con derecho a sufrir, sé que los demás también sufren, los miembros de Crime Scarlet, los habitantes de la Legión Azul que se quedaron sin su protector, lo sé, estoy consciente de que no soy el único que sufre.

– ¡Lo sé! ¡Pero no puedo evitar sentirme así! – sentí que mis lágrimas bajaban por mis mejillas – Sé que es doloroso para mucho, pero no puedo evitar sentirme así, ¿Qué se supone que debo hacer? – le grite esperando una respuesta, esperando que me dijera que debía hacer, me sentía perdido, con miedo y solo.

– ¡Levantarte y pelea! ¡Maldita sea! ¡Pensé que eras más fuerte que eso! – me grito antes de ponerse de pie – Estoy harto de ti, olvídalo, vámonos Sachi – vi como le tomo del brazo.

– Espera, fuiste algo rudo, ¿No crees? – respondió – Kaito, si quieres hablar ya sabes dónde estaremos – Marshall se la debe estar llevando, su voz sonaba cada vez más lejana – ¡No olvides sacar a sus padres del trance! – ese grito vino de abajo, oí como el vampiro soltaba una maldición.

El silencio tomo posesión de mi mente apenas uno segundo, los suficientes para poder ordenar mis pensamientos, lo suficiente para decidirme levantarme al menos por hoy.

La voz de mi madre llamándome a desayunar me condujo al comedor, ellos no son conscientes de que he faltado por una semana a la preparatoria, mejor así. Mi familia estaba reunida en el comedor, sé que mi apariencia es fatal y la mirada de mi hermana delata sus pensamientos.

– Tuve una mala noche – fue la única explicación que di aun si nadie pregunto nada, sabía que estaban esperando a que dijera algo.

La comida me supo insípida igual que las anteriores veces, pero era la primera vez desde que entre en este patético estado que me he dignado a acompañar a mi familia a comer. Una vez termine subí a mi cuarto, me duche con agua fría, mi cuerpo tembló con el solo contacto, pero era la única manera que encontraba para hacerme reaccionar y poder continuar. Me arreglé lo mejor que pude, aunque era inevitable no poder esconder las ojeras y rechace rotundamente la opción de mi hermana Alicia a ponerme maquillaje, oculte los ojos llorosos con gotas para los ojos, me puse el uniforme escolar, me sentía un poco incomodó, ver mi imagen en el espejo se me hacía tan extraño ahora, tan fuera de lugar.

El camino a la escuela estaba lleno de charcos debido a la lluvia mañanera, ahora el sol brillaba cada vez más, dándole brillo a las gotas de roció que cubrían el verdor de las calles, era probable que un arcoíris adornara el cielo. La falsedad de este paisaje empieza a producirme nauseas.

La masa estudiantil se veía igual en otros días, algunos conversando entre sí, un par corriendo por los pasillos, quizás olvidaron alguna tarea, otros tantos estaban metidos en sus celulares antes de ingresar a las aulas. Nadie sabía que uno de ellos faltaba, nadie notaba su ausencia, nadie sufría, quizás era mejor así, pero eso me hace sentir insatisfecho, incomodo, molesto, porque nadie lo recuerda.

Sabía que su asiento estaría vacío cuando ingresara al salón, es más, incluso puede ser que ni siquiera haya rastro de la carpeta que ocupaba.

Mi sorpresa fue grande al ver que había un par de libros y una mochila sobre el pupitre, él ha desaparecido, tampoco se ha hecho ningún tipo de reubicación en los salones, eso se hace normalmente al final del semestre dependiendo de las notas en los exámenes finales. Sin embargo allí estaba la clara señal de que ese asiento, su asiento, no estaba vació, que alguien lo ocupaba. No pude evitar acercarme, me parecía tan insólito, llegue a pensar incluso que era una pesadilla, que él nunca se había ido, que  todo fue producto de un mal sueño, sentía mi cuerpo temblar al pensar que esa ínfima posibilidad era verdad.

– ¿Pasa algo con mi asiento? – una voz desconocida me saco de aquel pensamiento.

– ¿Tu asiento? – pregunte con un ligero tono escéptico al otro alumno, nunca lo había visto – ¿Quién eres? – no pude evitar preguntar con un tono frio.

– Yo debería preguntar eso, no te he visto aquí antes – seguía manteniendo su amable sonrisa. A pesar de su rostro amable, sus ojos azules me daban desconfianza.

No puedo creer que haya alguien en su lugar, alguien desconocido, alguien que no tiene nada que ver en este asunto. Antes de que pudiera responder alguien tomo de mi brazo, era Luis, su rostro era tan estoico como de costumbre. Comprendí su mirada, me aleje junto a él sin hacer comentario alguno.

– ¿Qué está pasando? – pregunte en voz baja una vez salimos del salón.

– Yo debería preguntar eso, te fuiste por una semana, no esperes que todo siga igual en esta parte – no había tono de reproche, aun así me sentía regañado.

– Etapa de duelo – me encogí de hombros queriendo evitar el tema.

– Me doy cuenta, tu rostro lo dice todo.

Lo sé, no es necesario que me lo digan – ¿Quién es el chico nuevo? – fui directo al punto.

– Se llama Julio Leblanc, un estudiante extranjero.

Los sobrevivientes se encuentran en La Torre, donde viven el mundo del sueño, aun así esta realidad es parecida a la que fue antes del primer ataque, o eso es lo que dicen, todos están ubicados en diferentes puntos geográficos, debido a que antes existían diferentes zonas separadas por grandes océanos, cada una llenas de diferentes ecosistemas y climas, incluso dicen que los humanos en algún momento tuvieron varios idiomas, cuando ahora manejamos uno universal. Muchos de los sobrevivientes están en diferentes puntos dentro de esta simulación, sus vivencias están  basadas en los recuerdos, paisajes y datos que insertaron en sus mentes, según dicen la única diferencia es que el idioma se mantiene universal para todos.  Todo esto es controlado por un grupo selecto a fin de preservar la especie sin romper el sueño.

– Sabes, su cabello rubio, ojos azules y sonrisa de comercial de pasta dental, me dieron una pista… – era notorio el sarcasmo.

– Él llego al día siguiente de lo sucedido, seguramente “ellos” decidieron que fuera a si a fin de evitar un vació – a pesar de su comentario sé que solo eran especulaciones, solamente los líderes tienen derecho a hablar con los que controlan La Torre; no sabemos del porqué de sus decisiones ni podemos interferir.

– Detesto su decisión – confesé apretando los puños, parecía que Aoi era fácil de reemplazar cuando no era así, él era muy importante para mí, muy importante para la Legión Azul, y sim embargo aquí ya nadie lo recuerda.

– Sabes que no podemos interferir – Luis entro al salón, segundos después la campana sonó.

Me dirigí a mi asiento, ni siquiera mire nuevamente al chico nuevo, me daba nauseas la idea de que ocupara el lugar de Aoi en este mundo.

La clase comenzó, estaba perdido, solo me dedique a tomar notas de todo lo posible, luego le pediría ayuda a Luis para que me prestara sus apuntes.

Se me hizo eterno el primer periodo, me recosté en mi pupitre, la cabeza me daba vueltas, no solo no entender nada me afectaba, siento una presión invisible sobre mí al volver a este lugar. Además sé que algunos de los alumnos me miran y hablan a mis espaldas, no necesito mis poderes mentales para eso.

– Luces peor que en la mañana, y eso es mucho decir – Luis no ayudaba a mejorar mi estado de ánimo, pero me apoyaba un poco el tener compañía en este salón.

– Lo sé, no quiero ni verme en el espejo, quizás debí escuchar a Alicia y dejar que me ponga el maquillaje – intente bromear, pero Luis no se rio – Lo sé, es una pésima broma.

– No es eso, me quede callado porque la idea de que Alicia te pusiera maquillaje me pareció aterradora.

Bufe ante su comentario, aun así no pude evitar sentirme un poco mejor, parecía como si nada hubiera cambiado, sin embargo este pensamiento me llenaba de culpa, era como si yo también estuviera olvidando a Aoi.

– Deberías dejar de lamentarte, es patético… Y si quieres hacer algo al respecto, vuelve, idiota.

Durante el segundo periodo, las palabras de Luis estuvieron dando vueltas en mi cabeza. Yo no quiero olvidar a Aoi, ni en este mundo ni en el otro, quizás no pueda hacer mucho por las reglas impuestas en La Torre, pero si puedo hacer algo en el otro mundo, puedo luchar, luchar por lo que Aoi quería. Asentí decidido ante mi nueva decisión.

– ¡Kaito! ¡A la pizarra!

Mierda, el profesor me pillo distraído, y es clase de matemáticas. Tuve que disculparme al no saber la respuesta, por suerte solo me regaño y me mando a mi sitio.

 

Las luces titilaron antes de que los postes de alumbrado cumplieran su función de iluminar el camino de cemento y asfalto. El cielo era cada segundo más y más oscuro.

¡Soy un maldito cobarde! He estado deambulando por las calles, evitando lo que me había decidido a hacer, es más, había salido rápido de la preparatoria con la intención de volver, pero simplemente no pude dirigirme a mi morada, era como si mis pies se mandaran solos y comenzaran a tomar mil y un caminos antes de llegar a casa. 

– Esto apesta – patee una lata lejos. Antes de que pudiera seguir con mis patéticos pensamientos un ruido llamo mi atención, parecido a un quejido,  provenía de la dirección en la cual patee la lata.

Apresure el paso, chocándome contra quien menos esperaba encontrar, era el chico nuevo de la clase.

– Corre, corre – me tomo del brazo antes de que pueda decir algo, él empezó a correr y me vi obligado a seguirle.

– Espera, ¿De qué estas huyendo? – pregunte pero aun no podía soltarme de su agarre sin necesidad de usar la fuerza. Al final termino deteniéndose, estábamos cerca de una plaza llena de verdor.

Los arbustos cercanos se movieron con ligereza, fije mí mi vista allí. Se asomó el rostro de un hombre, pensé que sería un vagabundo pero el rugido emitido por este me hizo ponerme alerta.

– Allí esta – al parecer Julio reconoció a la criatura que le perseguía.

El arbusto se sacudió con fuerza, mostrando el enorme cuerpo de buey unido a la cabeza humana, sus alas se sacudieron para ahuyentar las últimas hojas que pudieran quedar en su cuerpo. Era un lamassu. Su mirada enfurecida estaba sobre nosotros, mejor dicho sobre Julio.

A pesar de que el lamassu tiene una cabeza humana, también posee cuernos, los cuales apuntaban directamente a su objetivo.

– Tenemos que correr – Julio me tomo del brazo. Tenía que detener a la criatura, sea cual sea el motivo por el cual está molesto, si no lo hacía haría destrozos en el lugar.

– Hay que dividirnos...

– ¡¿Estás loco?! – me interrumpió con notable reproche – Si eso decide ir tras de ti, sería tu fin.

Él estaba equivocado, pero no había en que refutara sin necesidad de verme descubierto. El lamassu intentaba embestirnos sin existo, ya que corríamos en zigzag.

A pesar de que en nuestra huida no encontramos personas, si hubieron varios destrozos en el lugar, los autos estacionados fueron aplastados por la criatura en un intento de alcanzarnos más rápido, los muros destrozados por las embestidas fallidas que iban hacia nosotros.

Debía detenerlo rápido, podría aparecer algún civil en cualquier momento y salir herido, lo había decidido, luego le borraría la memoria a Julio. Me libre detuve, él me miro con desconcierto, me libre de su agarre antes de darme la vuelta para enfrentar a la criatura.

– Cállate – ordene antes de que me reprochara algo – Ven, pelea  – le hable a la criatura, la cual sacudió sus alas, se preparaba para venir hacia mí.

 La energía recorrió de mi cabeza hacia todo mi cuerpo, mire directamente al lamassu, su mente estaba hecha un caos por la furia, oponía resistencia al control y cada vez estaba más cerca, al final logre que cediera. La criatura se desplomo antes de llegar a embestirme, quedando a unos pocos centímetros de mí. Estuvo cerca.

Encare al chico nuevo, le pensaba borrar la memoria allí mismo, esto no debía tener involucrados civiles, ya no había la necesidad de contar la verdad a todos los que la descubrieran, tampoco era necesario eliminarlos, ahora ellos podían seguir viviendo aquella mentira de la cual siempre fueron parte.

Estire mi mano con la intención de cubrir sus ojos, pero me paralizo un sonido estruendoso, un trueno. Una, dos, tres gotas fueron el inicio de la lluvia, cada vez más torrencial.

– Se hace tarde – Julio tomo mi mano, parecía muy tranquilo, ambos estábamos empapados. 

Aleje mi mano, evitando el contacto – No es tan tarde – le mire a los ojos, él sostuvo mi mirada, era mi oportunidad para entrar en su mente y borrar este recuerdo.

Una nueva distracción me impidió cumplir mi labor, ahora sí que no me esperaba esto, una patrulla de policía se había estacionado junto a nosotros. El uniformado nos pidió ingresar, ambos hicimos caso sin oponer resistencia, ocupando los asientos traseros.

– Los llevare a sus moradas, es muy peligroso estar por aquí a estas horas, han habidos casos extraños últimamente – hablo mientras conducía.

Significa que han sucedido más ataques así antes, puede que haya habido alguna distorsión entre la barrera que protege ambas realidades.

Durante todo el camino Julio permaneció callado, no quería arriesgarme a borrarle la memoria aquí, debido a que el policía podría darse cuenta y ya que él conducía, si lo afectaba con mi poder, podría ocasionar un accidente.

El uniformado me dejo en mi morada al ser la más cercana, entre silenciosamente una vez perdí de vista el vehículo, no fui descubierto por mis familiares, si no estarían esperándome en mi habitación desde hace ya varias horas. Apenas eran las diez de la noche.

Me recosté en mi cama, miraba el techo como si este tuviera alguna respuesta mágica a mis pensamientos. Lo de hoy no fue la primera vez, Julio parecía ser el blanco esta vez, salve a un civil pero no sabía la cantidad de otros casos, con seres inocentes heridos o incluso muertos, debía remediarlo, no podía huir, ya no más, debo proteger este sueño, tal como Aoi hubiera querido. Cerré mis ojos.

 

El castillo se estremecía, la fuente provenía de abajo, seguramente en la ciudad subterránea perteneciente a la Legión Azul. Me apresure a la causa de esta inquietud. Me llevé una sorpresa al ver el caos dominar lo que una vez fue una ciudad pacífica y sencilla. Los mismos habitantes entraron en un estado alarmante, saqueos a hogares, peleas callejeras y con armas, robo indiscriminado, los niños llorando solos o con un acompaña mente herido, eran algunos de las escenas que veían mis ojos.

Mi pregunta más importante era, ¿Dónde están los miembros de Crime Scarlet? ¿Por qué no están para mantener la paz en esta ciudad?

– ¡Deténganse todos! – grite a todo pulmón, la energía viajo a través de mi cuerpo hacia el de los causantes del caos, eran varias personas sobre las cuales intentaba tomar el control, me mi obligado a levantar los brazos y bajarlos con fuerza, forzando que los cuerpos sobre los cuales tenía el dominio chocaran contra el suelo, quedándose allí, aprisionados por mi poder sin posibilidad de moverse.

Los habitantes se me quedaron mirando, muchos buscaban una esperanza en mí, una voz que los guiara, pero yo no soy así, no soy tan fuerte como para ser quien les motive, no soy Aoi.

Sin embargo, tampoco soy capaz de que todo por lo que trabajo él se desmorone así de fácil – ¡¿Qué es lo que están haciendo?! – les reproche– Su líder ha caído, ¿Así es como quieren afrontarlo? – no soy Aoi, hare las cosas a mi manera – Sí seguimos así, las demás legiones nos despedazaran, se llevaran todo, no tendrán piedad – no mentía, iban directo hacia ese camino.

– Pero… ya no hay un líder, no somos lo suficientemente fuertes – hablo un hombre mayor, tenía la apariencia de un ogro, aunque su figura era pequeña y encorvada. 

– Las legiones deben tener un guía, el nuestro ha caído y con él sus normas – se atrevió a hablar uno de los saqueadores, un hombre con rasgos caninos. Lo mire con notable molestia pero él prosiguió – ¡Tú no lo entenderías!

– Tú puedes volver cuando quieras, nosotros no – hablo una madre sosteniendo a su niño, ambos con apariencia de elfos.

Otras voces se levantaron, los reproches comenzaron, aumentaban cada vez más, no paraban, se estaban desahogando.

– Sé que necesitan un líder, como miembro de Crime Scarlet también estoy aquí para ayudarles – libere del control a los causantes del disturbio previo, me encontraba cansado por la cantidad de seres en los que tome control, sin embargo las siguientes palabras salieron por si solas – Yo seré su nuevo líder – anuncie.

El silencio se apodero del lugar, no sabía dónde estaban los demás miembros, pero no podía dejar que continuara la situación.

Un circulo de llamas azules me rodeo, pensé que era algún tipo de ataque, pero todos los espectadores se mostraban sorprendidos, como si pudieran el significado de lo que ocurría. Las llamas subieron por mi cuerpo, pero no quemaban, era una sensación de tranquilidad, antes de darme cuenta habían desaparecido.

– ¡El nuevo líder ha aparecido! – se escuchó un grito, seguido de un vitoreo masivo.

Las flamas del juicio, recordé lo que Aoi me conto, son la marca de los líderes de cada Legión, solo ellos pueden usarlas, una energía tan poderosa que es incluso capaz de matar a otro de su mismo rango. Eso significa, que me he convertido en el nuevo líder de la Legión Azul. 

Notas finales:

Supongo que debo actualizar la primera parte con un mini resumen de esta o3o~ en fin la siguiente semana hay conti~ wuuuu


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