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La Tempestad en un Aullido por harulovesringos

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Notas del capitulo:

Hola personitas!!! It mee agaaaaaiiiin!!! como les prometí, el capitulo del mes está aquí el día primero!! asi que probablemente, si puedo, el próximo estará listo para el día 15 de agosto!!!tal vez un poco antes o un poco después! Gracias a toodas las personas que me han estado apoyando, y si les gusta el fanfic, recomiéndenlo con sus amigos y amigas!

Sin más que decir, los dejo con el capitulo!!

-¡¿Dónde está el Alpha?!- Kuro abrió los ojos como platos por la sorpresa. ¿Por qué en el exterior podía escuchar gruñidos, pero en su mente resonaba aquella frase?

-¿Quién eres tú?- el lobo se puso aún más a la defensiva.

-Mi nombre es Tala…-

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Era media noche. Las estrellas acompañan a la luna en su esplendor en aquel cielo negro azulado. Sus ojos azules como el agua de los ríos que corrían alrededor de su territorio observaban aquel acto que nunca quiso presenciar… Syke Ebenum, el Alpha de los Deathhawk, manada a la cual él mismo pertenecía, tenía en brazos al hijo del Alpha y líder militar de la manada de los Moonlight y le besaba tiernamente en los labios. Eso era algo que él realmente no podía aceptar. Su nombre era Palladin Lootah y Gamateru Zdrach su mejor amigo. A pesar de conocerse de toda la vida, Gamateru lo veía, lógicamente, como una persona a la que más que llamarlo amigo, podía llamarle hermano. Sin embargo, Palladin no podía evitar mirarlo con ojos de amor, no un amor fraternal, sino un amor que podía ser llevado más lejos de lo romántico y lo carnal. En la perspectiva de Lootah, el rubio estaba encarnado en él como un parásito, y ese amor oculto calaba en lo profundo de su ser. Ver a Syke besando al amor de su vida era algo más de lo que él podía y quería soportar. Decidió que ese sería el día en el que declarara su amor por Gama. Espero a que fuera de noche y que estuviera solo en su habitación.

Llegó a la habitación del rubio a media noche. La luz de la luna se hacía presente y resplandecía en el cabello negro de Palladin. En la oscuridad de la noche, sus ojos azules resplandecían, llenos de ira y determinación. Tocó a la puerta de Gamateru y esperó. Segundos después, el de ojos color dio el permiso de pasar. se sorprendió al ver que Palladin lo había visitado. Gamateru tenía unos planos en sus manos y los analizaba con profundidad y atención, hasta que llegó su amigo.

-¡Hola! ¿Qué sucede?- le cuestionó con una sonrisa en su rostro al de cabello negro.

-Sólo...tengo algo que confesarte…- mencionó en un tono de voz que fue casi imperceptible para el menor. -Y...yo…- quiso hablar, pero el nerviosismo le estaba ganando, comenzó a jadear. Estaba sufriendo de un ataque de pánico, genial, en un momento así.

-¿Palladin? ¿Qué te pasa? ¡Ven, siéntate en mi cama!- el menor lo ayudó a levantarse y lo llevó a que se recostara. -Vamos, respira, lento…- Gama puso su mano sobre el pecho del azabache y lo miró con un rostro angustiado. lenta y periódicamente, el mayor comenzó a estabilizar su respiración y su ritmo cardiaco. Abrió sus ojos lentamente y esas orbes azules se asomaron a través de sus negras pestañas, admirando la piel tersa de su amor, su cabello rubio que caía como cascadas por sus hombros y a los lados de su rostro, aquellos ojos que lo hacían enamorarse cada vez más. Palladin lentamente aproximó su mano a Gamateru y acarició inesperadamente su mejilla. El menor se sobresaltó un poco, sin embargo pensó que el mayor estaría un poco confundido, así que lo dejó hacer. Se miraron a los ojos directamente por un momento.  

En ese momento, mirarlo así, preocupado por él, perforó su corazón y se decidió. Gamateru sería suyo y sólo para él… Su mano se deslizó lentamente hasta llegar a su nuca, acariciando el crecimiento de sus cabellos y lo acercó a él. Sus suaves labios acariciaron los de él y así permanecieron por un momento. El rubio estaba estupefacto, no sabía exactamente lo que estaba pasando. Sus ojos se abrieron al máximo y trató de empujar al mayor cuando sintió una de las manos del otro deslizarse por su cintura. Gracias a su entrenamiento militar, logró apartarse de él. No sería el más fornido y su complexión no era grande, pero era lo suficientemente fuerte como para protegerse. Dio un salto fuera de la cama y observó a su mejor amigo. En sus ojos podía ver su ira. ¿Qué le estaba pasando?

-Palladin...estás muy raro hoy…- dijo con voz asustada. El mayor se levantó de la cama y se dirigió con pasos pesados en su dirección. Él fue retrocediendo hasta que se topó con una pared tras su espalda. Quiso escapar por un lado, pero el mayor fué más rápido y lo tomó por la muñeca y lo aprisionó contra la pared. Lo besó nuevamente, apoderándose de sus labios con fuerza. Palladin bajó una de sus manos a la cintura del menor y la fue moviendo por su espalda, hasta pasar al frente, donde acarició su vientre descubierto. El rubio soltó un quejido al sentir el frío tacto del otro sobre su piel desnuda. Palladin aprovechó ese momento para introducir su lengua y explorar la cavidad del otro.

Gamateru comenzó a sentir como sus rodillas temblaban y se doblaban ante los actos del más alto. Se sentía débil. Repentinamente sintió la fuerza del otro lanzarlo y acostarlo en la cama. La mullida cama le recibió y Palladin puso sus manos a ambos lados de él, haciendo una prisión con su propio cuerpo. Comenzó a despojarlo de sus ropas y a repartir besos, comenzando por su nuca y bajando por su cuello y clavícula, hasta su pecho ya desnudo.

-¡No! ¡¿Qué haces?!- le cuestionó al azabache con miedo. Él temblaba pues nunca había visto a su amigo así de agresivo. -¡No! ¡No lo hagas!- Palladin comenzó a lamer sus pezones y a estrujarlos con sus dedos. El rubio se quejaba con cada roce en su blanca piel. Repartió pequeñas mordidas en sus costados, dejando marcas rojizas y formando un camino hasta su ombligo, introdujo su lengua y lo lamió y continuó con su lengua de regreso al pecho. Al sentir aquello, el menor arqueó su espalda y se agarró de los hombros de Palladin, soltando un gemido. En sus ojos se formaban lágrimas de rabia e impotencia, después de todo, su mejor amigo era más alto y fornido que él, por lo que no podía quitárselo de encima por más que quisiera.

Palladin dejó de atender los pezones de Gamateru y llevó sus manos a los pantalones, acariciando su entrepierna por encima.

-No estás duro...¿Acaso no te gusta?- preguntó el de ojos azules con sus ojos inundados de lujuria.

-¡Por supuesto que no! ¿Cómo podría?- escupió en palabras impregnadas de veneno

-No parecía ser así cuando Syke te besaba...- dijo el mayor susurrando en su oído. Gamateru se sorprendió y le miró con sorpresa en sus ojos. De sus ojos corrieron ríos de lágrimas. Palladin volvió a besarlo con ternura y deseo, posteriormente le sacó los pantalones de un tirón. Entre sus manos tomó el miembro semi erecto de Gama y lo comenzó a masajear suavemente con movimientos de arriba a abajo. Besó sus caderas y les dio pequeños mordiscos al igual que a su vientre. Miro aquel pedazo de carne y el siguiente beso fue en el glande, le dio una pequeña lamida para posteriormente introducirlo en la boca. El menor gemía y trataba de resistirse tomaba los cabellos negros de Palladin y los jalaba un poco, en su debilidad no podía hacer más que estrujar los cabellos entre sus dedos mientras soltaba pequeños gemidos.

-No...por favor...está sucio...esto está mal...- dijo Gama entre suspiros.

-Parece que te está gustando...eres tan lindo...- dijo riéndose por lo bajo. Palladin miró el rostro lleno de lágrimas del menor y las quitó a lamidas. Siguió masturbándolo con sus manos y le daba besos en las mejillas.

-¡NO! ¡Ya! Me voy a...- el menor empezó a tener espasmos y en un momento llegó al orgasmo, manchando la mano del otro.

Sus labios formaron una sonrisa y lamió de sus dedos la semilla del menor. Enseguida separó las piernas de Gamateru. Se lamió los dedos y tocó la entrada del rubio. -¡¿Eh?! ¿Qué haces?- se levantó lo suficiente para verlo entre sus piernas. Palladin introdujo su dedo medio y comenzó a estimular la próstata de Gama y el rubio se retorcía y gemía por los impulsos eléctricos que le brindaba la estimulación. El azabache introdujo uno segundo y realizó movimientos de tijera para dilatarlo aún más. -¡Ah! ¡Basta!- gritó en un intento de soltarse. Palladin descubrió su pecho y beso nuevamente a Gamateru. En ese momento, el rubio comenzó a dejarse llevar por el placer y puso sus brazos alrededor del cuello del mayor. Abrió la boca dio permiso al otro de introducir su lengua. El azabache procedió a sacar su miembro más que erecto. -¡No, eso no! ¡Te lo ruego! Quedare embarazado...- No le importó al mayor e introdujo lentamente el glande, provocando un grito por parte del otro. Lentamente fue entrando y en aquel chico y poco a poco aumentó el ritmo, las estocadas eran fuertes pero lentas al principio y fue acelerando en lo que se acostumbraba. Estocada a estocada, los gemidos de ambos fueron inundando la habitación y el clímax se iba acercando para ambos. -¡Ah! ¡Me vengo!- Gamateru se vino entre ambos, sobre su vientre y el de Palladin y a continuación el azabache se vino dentro del otro, llenándolo. -¡No!- Gritó el rubio tras sentir el semen cálido dentro de él. Sus pechos subían y bajaban al tratar de restablecer su respiración.

A la mañana siguiente, Palladin despertó, viendo inmediatamente la espalda de Gama. Levantó su brazo y lo tocó. El otro se sobresaltó y comenzó a temblar.

-Vete...-El rubio susurró.

-¿Que?- El azabache no podía entender

-¡Vete y no vuelvas!- se podía escuchar cómo había comenzado a llorar. Palladin se dió cuenta de las mordidas que había dejado la noche anterior en sus hombros. Había perdido el control y lo había violado...

-Yo...Lo siento Gama... No quería...- dijo con su voz temblando.

-No le diré a nadie...¡Sólo vete!- dijo el menor llorando. -No quiero verte...- Palladin lo miró con tristeza y su semblante se ensombreció, se levantó de la cama, se vistió y salió de la habitación. Gama se puso en posición fetal y abrazó sus rodillas y se soltó a sollozar.

Palladin no se volvió a acercar a Gama y se casó con una chica de los Deathhawk. Tuvo un hijo igual a él, con ojos esmeralda como los de su madre y cabello negro con mechas rojo fuego. Un hijo al que nombró Tala. Tala Lootah.

Lo que no supo, ni hasta el día en que murió, era lo que había dejado en Gamateru.

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-¿Tala?- el lobo negro de ojos de jade escuchó su nombre ser mencionado a sus espaldas. Éste se giró para ver quién le hablaba y reconoció la voz de su Alpha.

-¡Alpha!- Gritó al verlo, sorprendido de su forma humana. -Era cierto… ¡Seguí tu olor hasta aquí y al fin pude encontrarte!- dijo mientras movía su cola, al parecer estaba feliz de verlo.

-¡Vamos! Te he dicho que no me digas así Tala… somos amigos desde que naciste, además, aún no soy el Alpha…- dijo un poco resignado.

-Ohhh… ¿Así que aún no eres el Alpha?- cuestionó Kuro a lo lejos. Tala se puso nuevamente a la defensiva y gruñó agresivamente.

-¡Espera Tala! Él no es una amenaza, es mi amigo, él me salvó cuando me encontró herido.- Jared se interpuso entre Tala y Kuro, se puso a la altura del lobo y acarició su cabeza. Al parecer Tala aún no estaba convencido y no se creía capaz de confiar en Kuro así como así.

-Bueno… ¡Como sea! ¡Te necesitamos en la manada! ¡Mi padre está muriendo y el Alpha necesita hablar contigo!- dijo Tala con angustia en su voz. Nuevamente, todo lo que se escuchaban en el exterior eran gruñidos y chillidos como los de un perro, pero en su mente, Kuro escuchaba la conversación con claridad.

-¿Mi tío quiere hablar conmigo?-

Notas finales:

MUYYYY BIEEEENNNN!!! Espero les haya gustado el capitulo de hoy, a mi me gustó, se que les va a encantar! si les gustó el capitulo no se olviden de dejarme un review y hasta si quieren, agregar el fanfic a favoritos! los quiero mucho y nos vemos en el siguiente capitulo! HASTA LA PRÓXIMA!!!!!


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