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Un amante de ensueño XIUHAN -LUMIN por lumin_17

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Notas del fanfic:

Bueno aqui le traigo la adaptacion del libro Una mante de ensuño

Anteriormente una chico lo estaba escribiendo pero dejo de actualisar 

--asi que me comprometí a hacerlo  para que todas y yo podamos disfrutar esta historia misteriosa y romantica.

Notas del capitulo:

U.u es linda la historia

Prólogo

Una antigua leyenda griega.

 

Poseedor de una fuerza suprema y de un valor sin parangón, fue bendecido por los dioses, amado por los mortales y deseado por todas las mujeres que posaban los ojos en él. No conocía la ley, y no acataba ninguna.

 

Su habilidad en la batalla, y su intelecto superior rivalizaban con los de

Aquiles, Ulises y Heracles. De él se escribió que ni siquiera el poderoso Ares en persona podía derrotarle en la lucha cuerpo a cuerpo.

 

Y, por si el don del poderoso dios de la guerra no hubiera sido suficiente, también se decía que la misma diosa Afrodita le besó la mejilla al nacer, y se aseguró de que su nombre fuese siempre guardado en la memoria de los hombres.

 

Bendecido por el divino toque de Afrodita, se convirtió en un hombre al que ninguna mujer podía negarle el uso de su cuerpo. Porque, llegados al sublime Arte del Amor… no tenía igual. Su resistencia iba más allá de la de cualquier mero mortal. Sus ardientes y salvajes deseos no podían ser domados.

Ni negados.

 

De cabello y piel dorados, y con los ojos de un guerrero, de él se comentaba que su sola presencia era suficiente para satisfacer a las mujeres, y que con un solo roce de su mano les proporcionaba un indecible placer.

 

Nadie podía resistirse a su encanto.

 

Y proclive como era a provocar celos de otros, consiguió que le maldijeran.

 

Una maldición que jamás podría romperse.

 

Como la del pobre Tántalo, su condena fue eterna: nunca encontraría la satisfacción por más que la buscase; anhelaría las caricias de aquélla que le invocara, pero tendría que proporcionarle un placer exquisito y supremo.

 

De luna a luna, yacería junto a una mujer y le haría el amor, hasta que fuese obligado a abandonar el mundo.

Pero se ha de ser precavida, porque una vez se conocen sus caricias, quedan impresas en la memoria.

 

Ningún otro hombre será capaz de dejar a esa mujer plenamente satisfecha. Porque ningún varón mortal puede ser comparado a un hombre de tal apostura. De tal pasión. De una sensualidad tan atrevida.

 

Guárdate del Maldito.

 

Luhan  de Macedonia.

 

Sostenlo sobre el pecho y pronuncia su nombre tres veces a medianoche, bajo la luz de la luna llena. Él vendrá a ti y hasta la siguiente luna, su cuerpo estará a tu disposición. Su único objetivo será complacerte, servirte. Saborearte.

 

Entre sus brazos aprenderás el significado de la palabra «paraíso».

 

 

CAPITULO 1

 

— Cielo, necesitas que te echen un buen polvo.

 

Minseok  Alexander se estremeció al escuchar el grito de Kyungsoo en mitad del

pequeño Café de Nueva Orleáns, donde se encontraban apurando los restos del

almuerzo, consistente en judías rojas con arroz.

 

Desafortunadamente para él, la voz de su amigo poseía un encantador timbre agudo que podía hacerse oír

incluso en mitad de un huracán.

 

Y que en esta ocasión, fue seguido de un repentino silencio en el atestado

local.

 

Al echar un vistazo a las mesas cercanas, Minseok  percibió que los hombres

dejaban de hablar, y se giraban para observarlas con mucho más interés del que a

ella le gustaría.

 

¡Jesús! ¿Aprenderá alguna vez Kyungsoo  a hablar en voz baja? O peor aún,

¿qué será lo próximo que haga, quitarse la ropa y bailar desnudo sobre las mesas?

 

Otra vez.

 

Por enésima vez desde que se conocieron, Minseok  deseaba que Kyungsoo

pudiese sentirse avergonzado .

 Pero su vistoso, y a menudo extravagante, amigo no conocía el significado de dicha palabra.

 

Se tapó la cara con las manos e hizo lo que pudo por ignorar a los curiosos

mirones.

 

Un deseo irrefrenable de deslizarse bajo la mesa, acompañado de una

urgencia aún mayor de darle una buena patada a Kyungsoo, lo consumían.

 

— ¿Por qué no hablas un poquito más alto? —murmuró—. Supongo

que los hombres de Canadá no habrán podido escucharte.

 

— Oh, no lo sé —dijo el guapísimo camarero moreno al detenerse junto a su

mesa—. Seguramente se dirigen hacia aquí mientras hablamos.

 

Un calor abrasador tomó por asalto las mejillas de Minseok ante la diabólica

sonrisa que le dedicó el camarero, obviamente en edad de acudir a la universidad.

 

— ¿Puedo ofrecerles algo más ? —preguntó, y después miró directamente a Minseok—. O para ser más exactos, ¿hay algo que pueda hacer por usted ?

 

¿Qué tal una bolsa con la que taparme la cabeza y un garrote para golpear

a Kyungsoo?

 

— Creo que ya hemos acabado —contestó Minseok con las mejillas ardiendo.

Definitivamente, mataría a Kyungsoo por esto—. Sólo necesitamos la cuenta.

 

— Muy bien, entonces —dijo sacando la nota, y escribiendo algo en la parte

superior del papel. La colocó justo delante de Minseok—. Puede hacerme una

llamadita si necesita cualquier cosa.

Una vez el camarero se marchó, Minseok se dio cuenta de que había anotado

su nombre y su teléfono en la parte superior del papel.

 

Kyungsoo le echó un vistazo y soltó una carcajada.

 

— Espera y verás —le dijo Minseok, reprimiendo una sonrisa mientras

calculaba el importe de la mitad de la cuenta con su Palm Pilot—. Me las pagarás.

 

Kyungsoo ignoró la amenaza y se dedicó a buscar el dinero en su bolso

adornado con cuentas.

 

— Sí, sí. Eso lo dices ahora. Si yo estuviese en tu lugar, marcaría ese

número. Es monísimo el chico.

 

— Jovencísimo —corrigió Minseok—. Y creo que voy a pasar. Lo último que

necesito es que me encierren por corrupción de menores.

 

Kyungsoo paseó la mirada por el preciso lugar donde el camarero esperaba,

con una cadera apoyada en la barra.

 

— Sí, pero don Soy Igualito a Brad Pitt, que está ahí enfrente, bien lo

merece. Me pregunto si tendrá algún hermano mayor…

 

— Y yo me pregunto cuánto estaría dispuesto a pagar Kai  por saber que su

novio se ha pasado todo el almuerzo comiéndose con los ojos a un chaval.

Kyungsoo resopló mientras dejaba el dinero sobre la mesa.

 

— No me lo estoy comiendo. Lo estoy evaluando para ti. Después de todo,

era de tu vida sexual de lo que hablábamos.

 

— Bueno, mi vida sexual es sensacional y no le interesa a la gente que nos

rodea. —Y tras soltar el dinero en la mesa, cogió el último trozo de queso y se

encaminó hacia la puerta.

 

— No te enfades —le dijo Kyungsoo mientras salía tras Minseok a la calle,

atestada de turistas y de los clientes habituales de los establecimientos de

Jackson Square.

 

Las notas de jazz de un solitario saxofón se escuchaban por encima de la

cacofonía de voces, caballos y motores de automóviles; una oleada de calor típico

de Louisiana las recibió al salir a la calle.

 

Intentado no hacer caso del aire, tan espeso que dificultaba la respiración,

Minseok se abrió camino entre la multitud y los tenderetes ambulantes, dispuestos

a lo largo de la valla de hierro que rodeaba Jackson Square.

 

— Sabes que es cierto —le dijo Kyungsoo una vez la alcanzó—. Quiero decir,

¡Dios mío, Minseok!, ¿cuánto hace? ¿Dos años?

 

— Cuatro —contestó Minseok  con aire ausente—. ¿Pero a quién le interesa

llevar la cuenta?

— ¿Cuatro años sin tener relaciones sexuales? —repitió Kyungsoo incrédulo.

 

Varios mirones se detuvieron, curiosos, para observar alternativamente a

Kyungsoo y a Minseok.

 

Ajeno —como era habitual en el— a la atención que despertaban, Kyungsoo

continuó sin detenerse.

 

— No me digas que tú has olvidado que estamos en plena Era de la

Electrónica. O sea, vamos a ver, ¿alguno de tus pacientes sabe que llevas tanto

tiempo sin echar un polvo?

 

Minseok acabó de tragarse el trozo de queso y le dedicó a su amigo una

desagradable y furiosa mirada. ¿Es que la intención de Kyungsoo era la de gritar a

todo pulmón, en plena Vieux Carre, sus asuntos personales a todo humano y

caballo que pasara por la zona?

 

—Baja la voz —le dijo, y añadió con sequedad—, no creo que sea de la

incumbencia de mis pacientes si soy o no la reencarnación de la Virgen. Y con

respecto a la Era de la Electrónica, no quiero tener una relación con algo que

viene acompañado de una etiqueta con advertencias y unas pilas.

 

Kyungsoo soltó un bufido.

 

Notas finales:

:D


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