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¡Atrapado! por Fullbuster

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Roronoa Zoro POV


 


Fuimos hacia el pueblo y me habría gustado ir solo, pero sé que Ace iba en camino a buscar provisiones y materiales, así que me uní, con tal de salir de ese barco y no ver durante un rato a Luffy era suficiente. Aunque me sentía en cierta manera agradecido con Ace y por esa forma que había tenido de guardar el secreto, cuando le miraba, veía al hermano de Luffy, veía que sabía todo y no sé que estaría pensando ahora de mí. Siempre había sido muy fuerte pero ahora, quizá él me viera débil por haber caído en esta trampa ¿Cómo no pude ver que me estaba utilizando? Me follaba a mí y pensaba en Sanji, probaba las cosas conmigo para no quedar en ridículo con el rubio ¿Qué había sido yo para Luffy? ¿Un entrenamiento? ¿Un juguete? Me sentía estúpido y destrozado.


Caminamos por la calle principal donde había muchos comercios y en una de esas veces, viendo la cantidad de comercios con comida, empezó a rugirme el estómago y es que no había comido nada con todo lo ocurrido, no había tenido ganas para nada excepto para llorar. Me sorprendió que Ace me tendiera una manzana mientras me sonreía y levanté la mano para cogerla aunque dudé si aceptarla o no, al final la cogí cuando sonó de nuevo mi estómago. La miré en mi mano y vi a Ace sonreírme antes de empezar a caminar de nuevo.


El tendero me miró extrañado y sé que Ace ya había pagado, así que continué caminando tras él dándole el primer bocado a la manzana. Qué hambre tenía, agradecí poder llevarme por fin algo de comida aunque no fuera mucho. No podía dejar de mirar a Ace y de verdad que me sentía extraño ¿Cómo podía ser tan diferente a Luffy? Ya no sólo por su físico que la verdad… era guapísimo, sino también su carácter, él no era ni por asomo tan niño, siempre se preocupaba por los demás, era un capitán envidiable, ya les gustaría a la mayoría de piratas estar con él, era amable y atento, ese chico era sorprendente, aún así, volví a mirar la manzana y pensaba en Luffy, en todo lo que me había dicho, en cómo me había tratado, en lo que me había hecho y todo… sólo por Sanji, yo no fui nada y me sentía utilizado y engañado. No sé si alguna vez me recuperaría de esta decepción.


Dicen que el tiempo todo lo cura… pero yo no lo tenía tan claro, supongo que sería algo que lo comprobaría porque mientras siguiera vivo… el tiempo seguiría pasando para nosotros y sólo esperaba tener ahora el valor para poder dejar la tripulación de Luffy, aunque ni siquiera sabía como lo iba a conseguir, tampoco tenía dónde ir o qué hacer ¿Volver a mi anterior vida? Ahora sería imposible, no podría capturar piratas, ni ser asesino a sueldo, mi cabeza ya tenía precio puesto como uno de los piratas de la tripulación del sombrero de paja.


- Zoro, no te quedes atrás – escuché a Ace hablándome y me di cuenta que aún seguía aquí de pie mirando la manzana con mi mordisco.


- Lo siento – me disculpé con él y le seguí avanzando un poco más rápido para alcanzarle.


Sé que me miraba extrañado o más bien… preocupado y es que desde lo que me había dicho y hecho su hermano pequeño, él había estado presente y tratando de ayudarme, se lo agradecía, pero en parte, no dejaba de pensar que eran hermanos… él siempre se pondría de parte de su hermano, para algo eran familia, yo no le importaría a nadie en esta tripulación. ¿Cómo podía irme? Rompería el contrato y la promesa que le hice a Luffy, habíamos estado juntos desde hacía mucho tiempo, pero ya no tenía fuerzas para seguir, no podía verle sin desear llorar y es que me sentía humillado, le miraba y recordaba cómo me había dejado humillar por él, todas las cosas que habíamos estado haciendo estos meses y me deprimía yo solo, tenía que salir de este barco si quería poder recuperarme.


Nos detuvimos a mirar unas maderas y es que la tormenta había destrozado todo el casco, nos había entrado algo de agua y nos había hecho encallar al final en esta playa.  Supongo que cambiar todo eso costaría mucho dinero, Nami ya estaba sacando las cuentas y le dolía en el alma ver lo que nos iba a costar todo, demasiado, pero a mí me daba un poco igual ya. Supongo que antes aún me habría preocupado, pero ahora… creo que era un problema de nuestro capitán y yo no era nada suyo como para tener que preocuparme.


- Creo que estás estarán bien – me dijo Ace mirando unos listones de madera y cuando le asentí con la cabeza, fue a preguntarle al vendedor por cuánto podía salirle todo esto y llevarle un presupuesto a su hermano – volvamos – me dijo sonriendo y le seguí hacia el barco.


No me apetecía volver, pero debía reconocer que llevaba bastante tiempo fuera, así que iba siendo hora. Cuando llegamos, mi estómago seguía sonando y Ace empezó a reírse por lo que acabé ruborizado.


- Lo siento – le dije – tengo un poco de hambre.


- Eso es bueno, ayer  no comiste mucho. Deberías ir a la cocina y que te preparen algo de comer – me comentó.


- No me apetece ver a Sanji – le dije.


- Lo sé, pero no hay más remedio, él es el cocinero y parte de la tripulación, además… tú siempre has sido valiente y sé que superaras esto. No creo que quieras darles motivos para que piensen que te ocurre algo ¿Verdad?


- No – le dije – supongo que tienes razón, iré a comer algo con los demás.


Al final decidí ir y antes de subir al barco, aún pude fijarme en Ace y como daba vueltas de un lado a otro tratando de calmarse, no sé qué le ocurría últimamente, pero parecía más nervioso que de costumbre. Quizá era mi culpa, yo le había puesto en esta difícil situación con su hermano y se le veía algo enfadado… o más bien decepcionado, tal y como estaba yo, porque tampoco imaginé a este Luffy jamás, pero aquí estaba frente a mí.


Entré en la cocina a comer algo y casi todos estaban allí. Me senté saludando con mi seriedad habitual y Sanji colocó un plato frente a mí. Verle me ponía de mal humor pero debía callarme todo lo que sentía, no quería crear problemas entre mis compañeros. Comí casi con desesperación y me dio igual saber que todos me miraban extrañados y es que tenía mucha hambre. Anoche no quise bajar a cenar y no aguantaba más hasta que escuché los rumores… todos sonreían y hablaban con Sanji sobre Luffy, todos aprovechaban a felicitar a la pareja y a mí se me calló el mundo a los pies de nuevo. Miré el plato dejándolo con suavidad encima de la mesa y me concentré en aguantar mis lágrimas, no iba a llorar frente a nadie y menos frente a Sanji, no les demostraría lo que me dolía.


Di las gracias por la comida y salí de allí para ir hacia mi cuarto, quería descansar o más bien… deseaba estar a solas un rato. Aún tenía mis dudas de cómo me había dejado engañar de esta manera para llegar a la situación que ahora tenía, seguía sin poder creerme lo imbécil que había sido por confiar en mi capitán. Supongo que los capitanes hacían lo que les daba la gana y ahí estaba también Ace… dejaba a su tripulación y se marchaba solo por el mundo, regresaba cuando quería a su barco, todos los capitanes eran iguales…


Llegué hasta el pasillo de mi cuarto y mi sorpresa fue aún mayor al encontrarme a Luffy apoyado en mi puerta ¿Qué quería ahora de mí? Si venía a decirme que me largase de su barco por mí estaba genial, porque yo no sabía cómo decírselo. Quizá lo único que quería era venir a disculparse y eso habría sido un puntazo, no es que yo fuera fácil, seguramente tardaría en perdonarle algo como esto, pero al menos habría sido un buen comienzo para que pudiera perdonarle… pero no… cuando me cogió con fuerza y me empotró contra mi puerta, me di cuenta de que no venía a disculparse… seguramente a discutir conmigo.


- ¿Dónde has estado desde ayer? – me preguntó.


- ¿Qué te importa? – le pregunté.


- ¿Has estado con él verdad? – me preguntó y yo no entendí nada.


- ¿Qué? – pregunté dudando - ¿De qué me hablas?


- No te hagas el idiota, sé que has estado con Ace – yo me reí.


- ¿Esa era toda tu preocupación? Sí, he estado con él, hemos ido a buscar los materiales para reparar el barco.


- No es cierto, te estabas revolcando con él.


- ¿Estás mal de la cabeza o qué te pasa? ¿Crees que puedo pensar en algo así después de lo que me has hecho?


- Sí – me dijo – sólo eres una zorra que hace todo lo que decimos los superiores a él.


- Eres imbécil – le grité – no porque Ace sea un capitán tengo que revolcarme con él como lo hacía contigo – le dije – a ti te quería. Además, él único que se revolcaba a escondidas con otros eras tú, así que a mí no vuelvas a insultarme, eres un cabrón.


Intenté marcharme pero Luffy me lo impidió y no quería tener que enfrentarme a él pero lo haría si no me dejaba tranquilo. Le insistí que me dejase marcharme, pero él se negaba, de hecho me cogió el rostro con fuerza obligándome a mirarle y no sé por qué… me besó. ¿No se suponía que él estaba con Sanji? Aquello me cabreó mucho y le pegué un puñetazo haciendo que me soltase de golpe cabreado.


- ¿Te atreves a pegar a tu capitán Zoro? – me preguntó sonriendo – te vas a enterar de lo que es bueno… ya te lo dije Zoro, tienes que aprender a obedecer – me dijo pero cuando vino hacia mí con la mano levantada, Ace se puso en medio bloqueándole el puño elástico que iba a lanzarme.


- Vete a tu cuarto Zoro – me ordenó Ace – y tú al despacho – se refirió a Luffy que le miraba con mala cara ahora.


- No te atrevas a meterte en medio de esto Ace – se quejó Luffy – es mi tripulación, no la tuya, aquí yo doy las órdenes y tienen que aprender a respetarme.


- Creo que Zoro ya lo tiene claro – le dijo Ace y yo aproveché para abrir la puerta de mi habitación y entrar – a tu despacho ahora, vamos a tener una larga conversación tu y yo – le dijo Ace.


Los gritos debieron de escucharse por todo el barco y aún así… ni siquiera entendía lo que estaban diciendo, pero esos dos acabarían mal, creo que Ace se había cabreado por la actitud que estaba cogiendo su hermano y es que no entendía nada de lo que ocurría ¿Qué le pasaba a Luffy? ¿Por qué desde que habíamos llegado a esta isla se comportaba de esta forma? La verdad… es que esta isla no me terminaba de gustar, pero seguramente era por todo lo que me había ocurrido en estos días con mi capitán.


Salí de mi cuarto cuando dejé de escuchar los gritos y pude ver a Ace salir enfadado del despacho de Luffy. Cerró la puerta y entonces me vio allí de pie mirándole y sonrió colocándose bien el sombrero.


- Lo siento Ace – aproveché para disculparme.


- No es tu culpa – me dijo – no sé que le ocurre a mi hermano, pero está muy raro últimamente. No se lo tengas en cuenta.


- ¿Por qué haces todo esto Ace? Apenas nos conocemos.


- Ya te lo diré, algún día – me dijo marchándose – descansa – me dijo sonriendo y la verdad… me gustaba su sonrisa, me daba seguridad y me sentía protegido. Vaya estupidez sentía ahora… yo nunca necesité que nadie me protegiera.


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