Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Y Si En Otra Vida..." por Mousekat1005

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Free! Pertenece a sus respectivos autores, la trama de la historia es de mi completa autoría, si hay algunas partes de este fanfic que concuerdan con otros es mera coincidencia.

Un nuevo día, el sol iluminando de lleno mi habitación, el cantar de los pájaros y el ajetreo de la calle principal. Si, las desventajas de un departamento en medio de la ciudad; mi rutina comienza con un baño matutino, enjabono mi cuerpo dando leves masajes a mis hombros, el agua es helada, no es que sea un día caluroso, pero he despertado con una erección tan dura como una roca, o más… una bola de demolición. Suspiro, la noche anterior había soñado de nuevo con él, sus labios me recorrían el cuerpo, sus caricias eran tiernas, todo parecía tan malditamente real… Dios.

.

.

8.25 y el restaurante tiene un lleno del 87%. El negocio tiene una excelente ubicación, permitiendo a trabajadores y estudiantes pasearse por un café y panecillos, dando un ligero desayuno para comenzar su día con energía. Las pláticas amenas de los adolecentes me reconfortan, provocando pequeñas sonrisas no muy comunes en mí. Escuchar involuntariamente sus sueños y anhelos me hace creer en la humanidad, que el mundo puede ser un poco mejor; tal vez desde mi posición no pueda escuchar muy bien de aquellos comentarios, pero lo que alcanzaba a escuchar reconfortaba mi alma.

 

La onceava vez que escuchaba el sonido de la campanilla, ¿sería conveniente quitarla? Escucho risas, y una en especifico, por su tono me provoca evocar un fragmento de mis tantos sueños; puedo verme tirado en el césped, rodeado de árboles con pequeñas copas, dejando entrar suficiente sol para mantener iluminado el lugar. Escucho el capoteo del agua y una voz a lo lejos… no sé que dice, no puedo distinguir nada… y después me veo bajo el agua, al salir a la superficie escucho sus sonoras carcajadas; todo a mi alrededor se vuelve borroso… y es ahí cuando mi sueño termina, despertando en mi cama.

 

—Haru. ¿De nuevo soñando despierto? Algún día de estos quemarás todo el restaurante —suspira Makoto mirándome con preocupación.

 

—Lo siento —murmuro antes de seguir cocinando los pedazos de langosta, tengo bastantes ganas de salir de la cocina y ver a aquellos que han entrado recientemente, ¿cómo será aquel que ha provocado que rememore uno de mis sueños? ¿Tendrá el cabello rojo? ¿Esos ojos intensos? ¿Será remotamente parecido a él? Pero… ¿cómo saberlo si ni siquiera lo recuerdo?

 

Suspiro frustrado regañándome, tenía que mantener la concentración, no quería un accidente, o que Makoto entrará de nuevo a la cocina advirtiéndome de mi descuido y de las estadística de incendios.

.

.

—Nos vemos, Haru —se despide Makoto, hoy era de esos días en los que tenía que ir a la estación de bomberos, Nagisa se había retirado más temprano, alegando que su persona especial hoy estaría más temprano en la estación de tren y quería encontrárselo “por casualidad” y tal vez acompañarlo hasta su casa.

 

Suspiro terminando de cerrar el seguro, acomodo la correa de mi mochila para comenzar a caminar, en dirección a la estación de tren, solo, como todos los jueves.

 

—Ey, chico. Ven aquí —me detengo, miro a mi izquierda, un callejón se extiende oscuro, noto una sombra, tal vez el que me ha llamado. Su cabeza sale un poco para que su rostro se ilumine, frunzo el ceño —. Acércate —insiste saliendo un poco más. Doy un paso hacia atrás con cautela, aquello no me daba buena espina; él se da cuenta de mis intensiones, sale por completo del callejón, trato de huir corriendo dándome la vuelta, pero mi brazo es apresado.

 

La oscuridad del callejón me envuelve, mi respiración es agitada,  siento una opresión cerca de mi cuello, algo puntiagudo que se presiona sobre mi piel sin llegar a atravesarla.

 

—Niño tonto. Dame todo lo que tengas.

—¿Qué?

 

—¿No entiendes? ¿Eres tonto? Dinero, cosas de valor, dámelo todo —su mano aprieta más mi brazo, causando entumecimiento por la falta de circulación.

 

—N-no tengo nada —gruñe, se escuchan unos pasos y el pasar de un auto, chasquea la lengua y como despedida me golpea, un gancho al estomago y un puñetazo en el rostro. Caigo al suelo solo para ver como sale corriendo del callejón, limpio la sangre que siento salir de mi nariz, una mujer grita y se acerca corriendo.

 

—Joven… ¿se encuentra bien? —Ayuda a levantarme, todo a mí alrededor da vueltas y me siento mareado —. ¿Puedo ayudarle en algo?

 

—No… gracias —trato de sostenerme por mi mismo tambaleándome un poco —. Lo siento —ella saca un botecito acercándolo a mi nariz, inhalo, el olor a jazmín inunda mis fosas nasales, agradezco una vez más pues el olor me ha despabilado. La mujer me entrega su número de teléfono y su nombre por si necesitaba ayuda en algo, el hombre que la acompaña se propone a acompañarme pero yo me niego cortésmente.

 

Apretando la correa de de mi mochila con ambas manos comienzo a caminar con un poco de rapidez hasta la estación, dentro del vagón me siento más seguro, suspiro y me siento con pesadez en un lugar libre, el dolor en mi quijada aparece, provocándome punzadas en las sienes.

.

.

—…te lo digo Mako-chan, me miro de una manera tan… especial —suspira Nagisa, ruedo los ojos, al parecer se había acercado a aquel chico de gafas del tren, su “chico especial”.

 

—Vaya Nagisa, que suerte —sonríe de forma maternal dejando de lado las servilletas —. Hola Haru, buen… ¡¿Qué te ha pasado?! —se exalta al reparar en los golpes en mi rostro, desvió la mirada, no quiero la preocupación maternal de Makoto.

 

—No es nada —murmuro dirigiéndome a la cocina.

—¿Qué no es nada? Por Dios Haru solo mírate. Dime qué sucedió —se planta frente a mí con los brazos cruzados, en modo No me moveré de aquí hasta que me lo cuentes todo.

 

—Al salir del restaurante… me asaltaron.

—¡¿Qué?! ¿Por qué no me llamaste? ¿Te encuentras bien?

 

—No es nada Makoto, no te preocupes —digo sin importancia con el propósito de esquivarlo y entrar a la cocina, pero soy detenido una vez más —. Makoto…

 

—¿Fuiste ya a la estación de policías?

—¿Qué? No.

 

—Haru… tenemos que denunciar

—Olvídalo, no lo haré. No me paso nada, ¿lo ves? —extiendo los brazos dándole libre acceso a que escanee mi cuerpo —. No fue nada.

 

—No Haru, basta ya, no te haré caso. Vamos a la estación —me toma del brazo para salir del local —. Nagisa, no abras hasta que volvamos —él hace un gesto como de militar y ambos salimos.

.

.

Tomamos un taxi hasta llegar a la estación de policías, el lugar es ajetreado, personas yendo y viniendo, policías por aquí y por allá, sonidos de teléfonos y papeles. Había visto demasiadas series de policías, pero jamás he estado en un lugar como este.

 

—Bien, muchas gracias. Haru, por aquí —toma mi muñeca, ambos caminamos hasta adentrarnos a una oficina; Makoto toca, escuchándose desde dentro una voz gruesa que nos indica que entremos.

 

—Ey, Makoto. Hace mucho que no te veía —abandona su asiento extendiendo la mano hacia él, ambos la estrechan —. ¿Cómo has estado?

 

—Lo sé, con los nuevos colegas y los cambios de horario que he hecho se me hace un poco difícil ir a la acción —el hombre ríe, una carcajada gruesa, casi siento como las ventanas retumban.

 

—¿Qué te trae por aquí? —el hombre toma asiento, indicándonos tomar los lugares frente a él.

—A mi amigo lo asaltaron. Queríamos… levantar una denuncia —Makoto me mira, desvió la mirada, no quería hablar del incidente, y menos con un extraño.

 

—Perfecto —sonríe, toma el teléfono y cruza unas cuantas palabras con la persona al otro lado de la línea. Al terminar la llamada comienza a platicar con Makoto animadamente sobre algunas misiones del pasado. No tenía ni idea de que policías y bomberos trabajaban juntos durante un incendio… hasta ahora.

 

El sonido de la puerta interrumpe la plática, el hombre le permite pasar, no me gustaba mantener contacto visual con las personas extrañas así que me concentro en mis manos, veo los pocos cortes que hay en mis dedos y el color rojizo de algunas fresas que se ha adherido a mis uñas.

 

—Matsuoka-kun, presta atención, anota la declaración —indica el hombre golpeando un par de veces una hoja de papel.

 

—Bien —al escuchar aquella voz me paralizo… la conocía, de algún lugar. Levanto la mirada de golpe, un hombre con cabello rojizo esta posado frente a mí, al lado de aquel hombre de cabello grisáceo, ¿es el mismo del restaurante? Una punzada llega a mi cabeza, veo todo su rostro hasta toparme con aquellos ojos color carmesí.

Notas finales:

Lamento la tardanza, pero tenía que corregir el capitulo y no me sentía segura, espero que haya quedado como esperaban. Hace muchísimo que no escribo en primera persona, así que si tienen alguna queja o sugerencia por favor díganme, que he perdido el toque y no sé cómo está quedando esto, es difícil para un escritor criticar sus obras y ver sus errores, así que... lo que sea por favor díganme. Gracias por leer esta historia, en sus reviews dejen quejas, sugerencias, reclamos, etc, etc. *Besos y Corazones*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).