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"Y Si En Otra Vida..." por Mousekat1005

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Notas del capitulo:

Free! Pertenece a sus respectivos autores, la trama de la historia es de mi completa autoría, si hay algunas partes de este fanfic que concuerdan con otros es mera coincidencia.

«Las personas del pueblo se aglomeran al pie del camino, se escuchan murmullos emocionado y exclamaciones de sorpresa.

—¿Qué estará sucediendo? —pregunta Otokam mirando a su alrededor, me encojo de hombros restándole importancia, lo único que quería era escapar de aquel lugar, las grandes multitudes no son mi fuerte.

 

—¡Oigan! Escuchen esto —un enérgico rubio se acerca a nosotros, su sonrisa es abrumadora, tan grande que casi cubre todo su rostro (sin exagerar) —, al parecer el príncipe va a salir a saludar y ver al pueblo, va a hacer un gran festín.

 

—¿De verdad? —pregunta Otokam sorprendido; la realeza siempre se ha comportado así, tan cercana a su pueblo. Era la primera vez que veríamos al príncipe desde que el rey Toraichi murió por una guerra con otro reino. Ahora entendía todo aquel alboroto.

 

—¡Vamos a la entrada! —grita Asigan saltando de emoción, los tres comenzamos a correr, vemos el castillo hacerse más y más grande, tan imponente con sus torres y muros gigantescos.

 

Al pie del castillo hay mucha más gente, y me desespero, porque las puertas son abiertas lentamente, y por alguna extraña razón mi corazón late desbocado  La gente comienza a gritar y a decir cosas, todos al mismo tiempo, no entendía nada, el grupo comienza a empujar, dejándonos a mis amigos y a mi más alejados, sin visibilidad. A esa distancia lo único que puedo ver es un poco de la cabeza del camello y la punta del turbante negro.

 

Desesperado comienzo a correr mientras el cabello sigue su camino, busco un hueco en el que pueda entrar y ver al príncipe; a mis espaldas escucho el llamado de mis dos amigos, pero nada más importa, lo único que quiero es verlo, conocerlo, saber cómo es. Sin una pizca de paciencia me hago espacio entre un grupo de gente, empujando y aventando, sin importar las quejas y algunos insultos, no mido la distancia y caigo de bruces contra el suelo, gruño levantándome con dificultad, aquello había sido un gran golpe.

 

Pronto veo la punta de una lanza apuntando directamente a mi rostro, más específicamente entre mis ojos, el filo brilla con la luz del sol.

 

—Sei, déjalo. No está haciendo nada malo —una voz aterciopelada acaricia mis tímpanos, el hombre frente a mi aleja el arma, me extiende la mano y yo la tomo. Miro al que supongo es el príncipe, quien cómodamente sentado en un camello me mira con una pequeña sonrisa. Observo todo su rostro, sus mechones cayendo elegantemente sobre su frente, su nariz delgada y respingada, sus labios finos…

 

Pero lo que más llama mi atención son aquellos ojos rojos, que irradian fuego y pureza.

 

—¿Necesitas algo? —pregunta el príncipe, aun mirándome, me estremezco. Niego con la cabeza observando de reojo a mis amigos; con nerviosismo murmuro un “Lo siento” y me retiro encorvado, mostrando respeto. Al llegar al lado de Otokam y Asigan aun siento los ojos penetrantes del pelirrojo sobre mí. Los murmullos comienzan de nuevo y eso me da a entender que su realeza ha continuado su andar.

 

—Akurah, ¿sucede algo? —la voz del castaño me despabila, sigo el camino del príncipe con la mirada hasta ver su  espalda, él saluda con la mano, deteniéndose de vez en cuando a escuchar las peticiones de los presentes.

 

Aquel encuentro… sabía que cambiaría mi vida, lo presentía, algo en mi interior (tal vez mi hígado) lo sabía.»

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—…ru…Har..Haru… ¡Haru~! —siento como me sacuden, parpadeo un par de veces volviendo a la realidad… ¿estoy de verdad en la realidad? Miró a la persona frente a mí, quien tiene una expresión extrañada, al igual que el policía de alto mando.

 

—Eres tú —susurro levantándome e invadiendo el espacio personal del pelirrojo —. Nir

 

—¿Nir? Espera qu… —sin pensarlo atrapo sus labios en un pequeño beso, era tan glorioso, tan real… pero a la vez tan extraño.

 

Me sentía en mi hogar, al probar aquellos labios el calor de un desierto invade mi cuerpo, me separo de él, mirando directamente a aquellos ojos que…

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—Haru~ —lloriquea Makoto tomando fuertemente los barrotes de la celda.

 

—Lo siento, no pensé que besar a un hombre de la ley sin su consentimiento era un delito —respondo con simpleza. Después de separarme de él y salir de su shock, se molestó tanto que nos arrestó (aún cuando Makoto no tuvo nada que ver), sin que el de mayor mando se opusiera, tal vez demasiado divertido con la escena como para interponerse.

 

—¡Eso se llama acoso! —desvió la mirada, odiaba ver a Makoto tan alterado se volvía más quejumbroso y quisquilloso.

 

—¡Tachibana! Tiene derecho a una llamada —llega aquel pelirrojo, de pronto se me ha olvidado su nombre… ambos nombres, y es extrañó, ya que no hace ni diez minutos que lo mencioné.

 

Makoto sale con nerviosismo murmurando un “Gracias”, el pelirrojo cierra la celda y acompaña a Makoto hasta que desaparecen tras una puerta. Adivino qué sucederá, le llamará a Nagisa, le explicará todo más de cinco veces y él vendrá a pagar nuestra fianza, aunque solo traiga la mitad del dinero que Makoto le ha pedido.

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—Je-je, Haru, lo siento —Nagisa soba su nuca apenado, pues lo predicho por mi se ha vuelto realidad.

 

—Aaah~, p-puedo tomar tu lugar —dice Makoto con cautela.

 

—No, estoy bien. No me vendrá mal quedarme aquí —me recuesto en la cama (o banca) improvisada de cemento con los brazos tras mi cabeza sirviéndome como almohada —. Igual necesito un momento de tranquilidad.

 

—Pr-prometo venir en cuanto pueda y sacarte.

—Makoto… está bien, por favor no te preocupes —digo con la menor preocupación.

 

—Muy bien, es hora de irse, la hora de visitas ha terminado —aquella voz provoca que los vellos de todo mi cuerpo se ericen, su sola presencia provoca en mi cosas tan extrañamente agradables.

 

—A-ah… esto… ¡Por favor Rin, no era su intención, hay veces que…! No sé, tal vez se le quemo un fusible o… ¡por favor no le dejes ahí, le teme a la oscuridad! —frunzo el ceño, hace tres años que dejé de temerle. Escucho un chasqueo de lengua y el sonido de un juego de llaves.

 

—Bien, pero que no se vuelva a repetir. Sólo porque eres un compañero —la celda es abierta —. Puedes salir Nanase, y descuida,  seguiremos tu caso —le miro, se ve tan mal humorado, si no le gusta su trabajo ¿por qué…?

 

«—Maldita sea, deja de meterte en problemas —chasquea la lengua molesto abriendo la puerta de barrotes de metal.

 

—Quería verte —respondo con simpleza acercándome peligrosamente a su rostro.

 

—Tsk, no seas ridículo. ¡Y deja de invadir mi espacio personal! —Colocando sus manos en mí pecho trata de empujarme, pero en su intento le tomo de la cintura —. ¿Qué dem…? Akurah, no lo hagas, no aquí. Alguien…

 

—Te quiero —susurro antes de acortar la distancia y besar sus labios, siempre era lo mismo, solo me metía en problemas por verlo, porque no puedo estar separado de él ni cinco minutos, porque cuando se va… ya lo extraño —. ¿Por qué no podemos estar juntos?

 

—Tú sabes bien por qué, ¿quieres que te corten la cabeza?

 

—Vale la pena por ti —susurro aferrándome aún más a su vestimenta, el calor que emana me tranquiliza, porque sé que es solo mío.

 

—Deja de hacer esto. ¿Por qué no te alejas de mí? Te he dicho…

 

—Porque te amo. Y es tu culpa, tú fuiste el que se acerco primero a mí. Nir… no lo podemos dejar, sin ti yo me muero —susurro en su mejilla, besándola una y otra vez.

 

—Maldita sea, ¿cuándo comenzó esto? —susurra aferrándose a mis hombros, sollozando.

 

—Cuando nos vimos por primera vez —nuestros labios colisionan en un contacto tan suave, tan íntimo…

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—Deja de meterte en problemas, es por tu bien y por el mío. Si descubren que te libero creerán que tengo preferencias por ti y eso provocará que nos descubran —murmura sobre mi cabello mientras acaricia mi espalda desnuda.

 

—Trataré de hacerlo, pero no prometo nada

 

—Escucha, iré a verte ¿sí? A nuestro lugar secreto, pero por favor deja de hacer esto. Le diré a Irotin que vaya por ti, ¿bien? —asiento besando su cuello. La realeza era tan complicada…»

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Suspiro secando mi cabello, aún no entendía que era todo aquello, las lagunas mentales se han hecho cada vez más grandes desde que lo he escuchado, y no lo entendía, ¿qué querrá decir todo aquello? ¿Qué tengo que volver con él? No, claro que no, se nota que él no me recuerda, y si fuerzo las cosas… todo puede ir mal. Quiero que todo esto desaparezca pero… a la vez no, si esos pensamientos desaparecen… ¿yo también desapareceré? Algo me dice que aquellas imágenes son pasajes de mi vida pasada… o de alguna otra vida.

Notas finales:

Hubo un pequeño erro en el capitulo anterior (creo que no se dieron cuenta, o no quisieron decirme), en fin, me di cuenta porque un lector de *Amor Yaoi* me lo dijo, y se lo agradezco. En fin, me sigo sintiendo insegura con la forma de escribir, necesito sus bellos comentarios para saber como voy. Gracias por leer. También pido una disculpa, no tengo noción del tiempo y creo que me tarde *avergonzada* Lo siento mucho, de verdad, sólo que no estaba muy a gusto con este capitulo, así que espero que les guste y me lo hagan saber con un review, chiquito, no pido mucho. *Besos y abrazos*


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