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A TU LADO por run4fun

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Notas del capitulo:

1000 gracias  por seguir este fic.

 tambien estoy muy agradecida  por sus comentarios, en verdad muchas gracias.

De haber tenido el tiempo, hubiera subido este cap al instante, pero no pude, asi que mil disculpas.

Espero les agrade este cap. subiere el siguiente tan pronto pueda, si.

Nuevamente gracias por leer mi fic y disculpen mi gran demora.

 

RECUERDOS

 

Todo estaba por terminar, ya nada podía impedir lo inhabitable; su terrible y trágico final.

-no ganaras,  yo no lo permitiré. – decía fervientemente la voz en su cabeza.

-sabes que eso no me importa.- contesto con fastidio. -Muy pronto tendré el báculo de Athena en mi poder así gobernare fácilmente, no solo la tierra, sino  también los demás reinos. Con mi poder, nadie será  rival para mí. –

-no, ya no ganaras, no esta vez, los caballeros de bronce te detendrán, ellos tienen la convicción que se necesita, lo lograran; salvaran a Athena. Estas acabado y lo sabes. –

-jajajaja.- ante su comentario Ares comenzó a reír sonoramente. – crees que esos inútiles e insignificantes caballeros de bronces pueden detenerme, es menos que imposible que lleguen siquiera a tocarme, acaso ya olvidaste que soy un dios?  - que estupidez. –

- sí, puede que tan solo sean caballeros de bronce, pero tú no sabes de lo que uno es capaz con tal de proteger a quienes quieren, uno es capaz de hacer lo imposible. -

-- mejor cállate  - hablo más molesto.

 -no te dejare en paz, no hasta que esto termine. -

-no sé por qué quieres que esto termine, sabes perfectamente  que no te conviene que yo pierda, pues si se da el caso, tú te hundirás conmigo.–

-no me importa, pagare por lo que hice y  recibiré mi castigo,  sea cual sea, pagare por mis actos inapropiados y  tú también.-

-  ya deja de decir estupideces, solo haces que me desconcentre. –  

-no ganaras…-

Poso sus manos en  su cabeza.- eres un verdadero dolor de cabeza, sabes. –termino por sonreír de lado. –ya después me encargare ti, por ahora, me desharé de esos estorbosos y fastidiosos caballeros de bronce. – hablo Ares, mientras volvía a posicionarse en el trono.

 

 

<<<<<<<<<<<<<<.>>>>>>>>>>>>>

 

Saga, ese era el nombre de la persona que se ocultaba tras esa mascara, esa era la persona que había traicionado a Athena, esa era la persona que los había engañado, esa, era la persona que lo había destrozado sin piedad.

-por qué?... – esa era la pregunta que rondaba su cabeza;  que atormentaba su mente.  Porque saga actuó de esa manera, por que traiciono a Athena, por que, si él lo recordaba como un hombre justo, bueno y correcto ante todo, o  por lo menos, eso podía decir por el tiempo que lo conoció.

-Saga….-recuerdos venían a su mente, recuerdos tan lejanos como dolorosos.

….

-¡SAGA! – al oír su nombre detuvo su puño y giro su vista hacia su interlocutor.

- VEN, HAY ALGO QUE QUIERO DECIRTE! –  sonrió al ver a Aioros ondeando una mano mientras hacía señas para que se acerque.

Un poco intrigado decidió ir a su encuentro, no  sin antes dirigirse a su discípulo.

-espérame aquí, Milo, ya regreso. – Milo asintió cansado mientras se recostaba en el suelo para relajarse un rato, Saga era un maestro muy estricto y exigente.

 

Al acercarse, Saga  miro a Aioros, este le sonreía como siempre,  también percibió la presencia de alguien más, un niño, oculto tras  él.

-más te vale que sea importante; estaba en medio de un entrenamiento. – sentencio saga en tono serio, Aioros solo amplio su sonrisa mientras asentia repetidas veces.

-recuerdas que te dije que tenía un hermano?-

Saga se asombró por la pregunta, hiso un recordatorio mental y termino por asentir levemente.

-pues mira. – Aioros atrajo al pequeño niño que estaba detrás de él poniéndolo en frete.

Saga quedo pasmado al ver a ese niño. Era el vivo retrato de Aioros, solo que este tenía los cabellos más claros y los ojos verdes jade, en lugar de azules.

-él es Aioria, mi pequeño hermano. – Aioros ínsito a que Aioria  hablara, este se veía algo nervioso, trago en seco, no estaba acostumbrado a tratar con desconocidos, y la verdad, saga lo intimidaba; le parecía un gruñón por la mirada severa que le lanzaba.

-mucho…gusto. –

Saga apenas pudo escuchar su voz.

-aunque estaba temeroso e indeciso de que mi hermano se convirtiera en  caballero, debido a los  grandes riesgos que esta labor implica…- hablo con pesar, Aioros. – Sé que mi hermano estará a la altura,-prosiguió seguro y ya con una sonrisa en su rostro. -  creo en su potencial y fortaleza. Confió en que lograra ser un gran caballero. – Aioria sonrió ante las halagadoras palabras de su hermano mayor. – Además…-Aioros, se puso a su altura mirándolo cara a cara.

-ambos tenemos la misma sangre, somos iguales. – le guiño un ojo. – no es así Aioria?

-¡sí! –Aioria asintió feliz. -lo que yo más quiero es llegar a ser: un fuerte, digno y valeroso caballero; como tú, hermano. – dijo mirándole ilusionado, Aioros volvió a sonreírle con una candidez que solo el poseía.

-pues más vale que te esfuerces. – le hablo duro saga. Aioria se encogió en hombros, Esa’ dureza y seriedad con la que se mostraba lograba intimidarlo. – no cualquiera se convierte en caballero. -

-no te preocupes, saga, yo mismo me encargare de su entrenamiento, - intercedió Aioros poniéndose en pie.

-eso solo será si el patriarca te lo permite. –

-ya hable con el esta mañana y no puso ninguna objeción, solo me pido ser responsable y estricto con su entrenamiento…  -miro a su hermano mientras revolvía con su mano los risos castaños del menor. -sé que él será mi responsabilidad y estará bajo mi cuidado hasta que logre convertirse en caballero, cosa, que estoy seguro pasara más pronto de lo que espero. –Aioros hablaba seguro, saga se sorprendió por sus palabras, ese niño parecía ser la persona más importante en la vida del arquero, por un lado era comprensible, puesto que ese niño era el único familiar que tenía, su hermano, sentía una sentimiento parecido al que Aioros demostraba, pues él también tenía un hermano y gemelo, pero nadie lo sabía.

-entonces…. – saga se dirigió a Aioria. -  será mejor  que andes con cuidado y no termines avergonzando a tu hermano, ya que Aioros es uno de los caballeros más respetados, queridos y fuertes que hay en el santuario. –

-lo sé!-respondió Aioria, recuperando la seguridad y  mirando a saga fijamente. -  Y daré lo mejor para poder convertirme en un caballero digno, así como lo es mi hermano. –

-en ese caso. – Saga poso una rodilla en el suelo para estar a la altura de Aioria. – se bienvenido. – dicho esto le tendió la mano, Aioria dudo un minuto, pero termino por  estrechar su mano. El agarre de saga era firme y fuerte. Aioros sonrió ante esta escena, saga nunca cambiaria sus principios, eso lo sabía.

Esa bienvenida era algo formal para un niño como Aioria, pero muy natural en saga.

-por cierto. – hablo saga reincorporándose. – cuántos años tienes?

-4 años. –

-al fiiiin, alguien de mi misma edad. – milo, quien andaba observando todo, se paró en frente de Aioria como rayo. – hola, soy milo, aspirante a caballero por la armadura dorada de oro.- hablo feliz. - en verdad me alegra tener  a alguien con quien hablar sin esos tonto protocolos de respeto, - milo hiso un ademan con su mano. -es taaan aburrido. – Aioria le sonrió, no sabía por que, pero ese niño le simpatizaba, parecía ser natural, abierto y amigable.

-Milo. – llamo saga  molesto por su indebida intromisión. – te dije que me esperaras. – reprendió severo milo solo encogió hombros, sin responder.

-déjalo. – interfirió Aioros mirando a milo. – sabes que el hecho de que sean aspirantes a caballero no les quita que siguán siendo niños, no es así? – presunto Aioros guiñándole un ojo, milo le sonrió agradecido por su apoyo.

-está bien. – hablo saga mirando a milo de reojo. - ya que te gusta tanto andar de entrometido, curioso y hablador. Ve y muéstrale a Aioria el  santuario, sé que tú lo conoces de arriba abajo. –, milo sonrió ampliamente mientras asentia.

-ven, Aioria. – milo lo sostuvo de una mano jalándolo. – lo primero que tienes que conocer es el agotador campo de entrenamiento, donde por cierto, hay mucho instrumentos de tortura jeje, -Aioria lo miro confundido se dejó guiar no sin antes echarle una mirada a su hermano y a saga. -luego veremos el temible campo de batalla…

-crees que sea una buena idea?-pregunto saga mirándole de reojo.

-claro, yo confió plenamente en mi hermano. – respondió Aioros animado,  mirando a su hermano alejarse. – será un gran caballero… mi orgullo. – saga sonrió, mientras le daba una leve palmada en la espalda.

-eso espero. – ambos se sonrieron sin apartar la mirada de Aioria quien era guiado por milo.

 

….

 

Los caballeros sobrevivientes ascendían por las escalinatas de la mano de su diosa. Cada templo que pisaban se encontraba en ruinas, destruido, dando cuenta de las terribles y despiadadas batallas que se habían librado ahí, donde se apreciaba los cuerpos inertes, ya sin vida, de sus compañeros de batalla, aquellos que habían perecido a manos de los caballeros de bronce. Era doloroso verlos muertos, saber que sus acciones no fueron las correctas y  que todos fueron engañados, todos fueron corrompidos, por culpa de un hombre, ese, que aún se encontraba peleando en contra de la diosa Athena.

 Con esos pensamientos en mente, los 5 caballeros restantes subían las escaleras, aquellas, que les conducían hacia la estatua de antena, donde aún se libraba una dura batalla protagonizada por el hombre de sus desventuras, por el mayor enemigo en esos momentos, Saga (Ares).

Aioria estaba rodeado de pensamientos, al igual que sus compañeros,  se sentía abatido, mil y un sentimientos  lo acosaban, todos, al mismo tiempo odio, rencor, desprecio, rabia, desconcierto, dolor, tristeza… tantos sentimientos que hacían de su caminar una tortura. Se sentía nervioso, tembloroso, pronto tendría cara a cara, al hombre que le causo tanto mal, al hombre que odiaba y detestaba más que a nada en esos momentos.

 Lo que más necesitaba; una respuesta por parte del otro, necesitaba saber cuál fue su motivación para hacer tanto mal, que razón pudo tener para dejarse llevar de esa manera, no creía que su ambición haya bastado para que el cometiera semejante atrocidad, no, tenía que haber algo más y  le exigiría, exigiría una respuesta y luego lo vería morir; eso era lo que deseaba, deseaba que pagara por todo el mal que le había causado, desde la muerte de su hermano.

 

Shaka, quien caminaba a su lado, lo percibía inquieto, perturbado e indeciso, sabía que Aioria se encontraba en la peor de sus facetas, tras todas las rebeliones, se sentía herido. Deseaba tanto disculparse con él, decirle que se equivocó, que lamentaba no haber estado a su lado ni haberlo ayudado en ningún momento, por haber sido tan siego, por haberlo lastimado con su silencio y por sus acciones, pero, suponía que ya tendría tiempo para eso después, cuando Aioria se encontrara emocionalmente más calmado, si es que llegara a darse el caso, pues al parecer, eso tomaría su tiempo.

 

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Ahí lo tenía, tirado en el suelo, agonizante, luego de que el mismo se clavara el báculo de Athena, causándose así, una herida de muerte. Le sorprendió, y un temblor involuntario le recorría el cuerpo.

Lo observaba fijamente el cuerpo agonizante de saga, era eso lo que deseaba, verlo morir, que pagara por lo que hiso, por su debilidad, pero, sin poder explicarse volteo su mirada hacia otra dirección, por que el sentimiento de vacío y tristeza lo rodeaba.

Apretó los puños furioso consigo mismo; se armó de valor, alzo la mirada nuevamente, para mirar a ese hombre cara a cara, cuán grande fue su sorpresa al percibir la mirada azulada de saga sobre él, fija, atenta a sus expresiones y movimientos, esos orbes debilitándose cada vez más, con cada minuto que pasaba.

Saga luchaba para no cerrar sus ojos quería tener en su mente, grabar en su memoria; el rostro de Aioria ese rostro aniñado, si, perecía un niño asustado y desvalido, así lo recordaría, el ser a quien más amo y a quien más daño le causo.

 De haber podido hubiera corrido  hacia él y arrodillarse de ser posible,  rogarle, implorar  su perdón. Pero sabía que por mucho que llorara y se lamentara, Aioria no dejaría de percibirlo como el ser que le causo en mayor de los males, el hombre que le quito a quien más amaba, el hombre que le arruino la vida, el hombre que abuso de él y lo utilizo dejándolo vacío por dentro.

Aun así, deseaba mitigar su dolor, sanar sus heridas, pero ya no podía dar marcha atrás, estaba muriendo lentamente, se despedía de ese mundo.

 Sabía que lo único que podía hacer por Aioria en esos momentos, era darle una explicación, una razón por la cual  actuó de esa manera, si, él le debía la verdad y eso le daría, antes de partir, le concedería lo que buscaba con desesperación, aunque sabía que tras saber la verdad,  solo incrementaría su dolor y odio hacia él, pero no importaba, era algo que tenía que hacer para poder partir de ese mundo y dirigirse al Hades como estaba sellado en su destino.

Así, ambos se sostuvieron la mirada por unos minutos, minutos, que comenzaban a hacerse eternos, lo sentían. Ambos se transportaron a lo lejano, al pasado, al comienzo de todo, a los recuerdos de Saga…

…..

-ten. -  Saga extendió una hermosa pulsera, ante los ojos asombrados de Aioros, quien dudaba de aceptar el presente.

-gracias saga, no tenías  porque molestarte. – dijo Aioros mirando embelesado la pulsera, se la coloco, le quedaba perfecta. Se notaba el desmedido esfuerzo y empeño que saga puso para elaborar esa pulsera. Hecha enteramente de flores silvestres.

- Aioros…yo…- saga trago en seco, se maldijo interiormente. Por qué siempre le pasaba lo mismo, cada vez que intentaba expresarle sus sentimiento al arquero, si el mismo ya tenía ensayado lo que diría y lo que haría, pero claro, a la hora de estar en presencia de Aioros todo se le olvidaba, simplemente no hallaba el valor suficiente, se dijo  a si mismo que desde ese día no pasaba, Aioros sabría lo importante que era en su vida, así que se armó de valor, inhalo todo el oxígeno que pudo y miro a Aioros directamente.

-  quisiera decirte algo muy importante, algo que ya no puedo callar y que he deseado decirte desde hace mucho tiempo. –

Aioros lo miro perplejo, no captaba nada, realmente no comprendía las palabras de saga.-dime lo que tú quieras, sabes que puedes confiar en mí, por algo somos grandes amigos.- saga desvió su mirada, Aioros lo estaba haciendo más difícil, pero algo dentro de él se negaba a claudicar, volvió a mirarlo y esta vez lo sostuvo de los hombros.

-Aioros yo no solo siento amistad hacia ti, yo siento algo que va mucho más allá de la amistad. – Aioros comenzaba a intuir lo que pasaba. – yo…te amo. – soltó cerrado los ojos sin atreverse a mirar a Aioros.

Aioros,  se quedó petrificado  ante la repentina confesión, jamás había pensado que Saga albergara ese sentimiento hacia él. No podía creerlo.

-yo…- saga prosiguió hablando esta vez más seguro, mirando a Aioros a los ojos. –  yo quisiera que iniciáramos una relación que va más allá de la amistad, algo más profundo, como pareja. – Aioros se quedó helado, no sabía que decir, definitivamente  lo tomo por sorpresa.

 Saga, por un acto de reflejo quiso unir sus labios con los de Aioros, pero este reaccionó ante su cercanía, lo alejo  con suavidad mientras se ponía en pie, saga se sentía desconcertado, pues él estaba casi seguro de que Aioros sentía lo mismo por él, pues ambos eran tan unidos y se querían demasiado, lo sabía, lo sentía, o solo era producto de su imaginación.

-saga yo…lo siento, pero no puedo. – Aioros bajo la cabeza, se sentían muy incómodo con toda esa situación.

 A saga le tardo unos minutos el procesar las palabras dichas por el arquero.

- no…no puedes?- se puso en pie sin apartar su mirada de él.  Uno y mil pensamientos venían a su cabeza, porque no podía, si el sentía que eran el uno para el otro, si el percibía el cariño, la conexión y amor que había entre ambos, lo sabía.

 – a que le tienes miedo? – pregunto nervioso, tenía que haber algún tipo de miedo o impedimento en la cabeza de Aioros para que le dijera eso.

- no tienes por que preocuparte, ambos somos los más poderosos de este santuario y si alguien intentara separarnos, sin importar de quien se trate, lo confrontaríamos, defenderíamos nuestro amor de quien sea, tenemos el poder para hacerlo. – saga se veía nervioso, se acercaba a Aioros de manera peligrosa, este por reflejo retrocedió un par de pasos.

-haremos que funcione…-

-no se trata de eso. – interrumpió Aioros, eso le estaba resultando muy difícil, no quería lastimar a saga, así que necesitaba decirlo con delicadeza.

-entonces!?- alzo la voz más nervioso.-no te gusto?- Aioros miro en otra dirección apartando la mirada de la de saga, este molesto, tomo su mentón obligándole a que lo mirara nuevamente.

-¡respóndeme, acaso  no sientes nada por mí!-

- ¡no es eso! - Aioros aparto su rostro de la mano de saga.

-¡entonces!- saga lo aprisiono entre la pared. – podemos hacer que esto funcione, te demostrare lo bueno y complaciente que puede llegar a ser nuestra relación. – Aioros intentaba alejar a saga de si sin éxito, pues saga ejercía desmedida fuerza en su agarre, si,  no se estaba tomando nada bien su rechazo. –nos conocemos desde hace años, ya verás que esta nueva faceta será algo inigualable y único.-saga intento bésalo nuevamente, pero Aioros lo aparto de un empujón.

-¡BASTA! – la mirada de Aioros reflejaba inquietud y molestia.

-no lo entiendo, por qué…ni siquiera merezco una oportunidad. –saga se mostraba dolido y confundido.

 –saga, tu eres mi amigo, te quiero, te aprecio como a nadie, eres la persona en quien más confió alguien a quien quiero con todo mi corazón, pero…-

-pero no me amas. – completo saga con todo el dolor de su corazón.

-lo siento, saga…yo… en verdad lamento tener que hacerte esto. – Aioros intento tocarlo, pero saga lo aparto bruscamente, siendo ahora este el que rehuía el contacto del otro.

Aioros bajo la mirada, triste, ante su reacción. Sabía que había dañado a su amigo sin quererlo ni desearlo y eso le ponía muy mal.

-saga, yo aún quiero que seamos amigos, tal vez tu solo te sientes confundido con todo esto y yo…-

-¡aquí el único confundido eres tú, Aioros! –  grito saga señalándole con el dedo índice, se notaba su frustración y rabia. Odiaba tanto sentir la lastima de alguien y más si ese era Aioros, no lo deseaba, prefería nada a tener que ser un idiota que se queda esperando a que alguien lo ame.

-yo me quedo con todo esto que llevo en mi corazón. – hablo frio, Aioros lo miraba perplejo.

-saga…aún podemos ser amigos, en verdad me gustaría que sigamos como hasta ahora y…-

-NO! – grito mirándolo de cerca. – yo te quiero a ti, te amo a ti, no quiero tu maldita amistad. –

Aioros bajo la mirada.-lo siento, pero no puedo corresponderte, solo…solo puedo verte y quererte como un amigo, nada más. –

- sabes algo.  – su mirada se tornó sombría. -¡quédate con tu  estúpida amistad!– le grito furioso, dándole la espalda. – no la necesito. – sin decir más, se alejó a prisa.

Aioros hecho un hondo suspiro agobiado y muy perturbado.  En parte entendía la reacción de saga, estaba dolido y frustrado, pero,  supuso que solo necesitaba tiempo para pensar bien las cosas y  se diera cuenta de que podrían compartir una vida, solo como buenos amigos; eso era lo que más deseaba Aioros.

….

-sabes donde se encuentra tu hermano? –   pregunto saga serio, Aioria lo miro fijamente mientras negaba con la cabeza.

-no, salió muy temprano con Shura, no me dijo adonde se dirigía, solo… me dijo que tardaría en volver. – le respondió Aioria algo nervioso, pues la presencia de ese hombre lograba intimidarlo y ponerlo nervioso.

Saga, arrugo el entre cejo al escuchar aquel nombre, Shura, ese era el nuevo caballero de capricornio, lo había visto repetidas veces con Aioros, claro,  luego de su conversación, saga evitaba cualquier tipo de acercamiento por parte de Aioros, reusándose rotundamente  a hablar con él.  Ya este  lo había buscado con insistencia, pero el siempre rehuía de Aioros sintiéndose dolido y molesto. 

Pero  justo ahora que se había animado, hallando el valor  para hablar con él y  arreglar las cosas entre ambos,  se encontraba ausente, y peor, al lado de ese niño molesto y pretencioso. Eso lo enfureció y lo lleno de un sentimiento desconocido para el hasta entonces, celos?... tal vez, no lo sabía con exactitud, sin embargo, no le gustaba ese nuevo sentimiento, aunque si estaba seguro de una cosa, Aioros jamás se fijaría en un niño que apenas dejaba los pañales o por lo menos eso  pensaba saga.

Hecho un suspiro de resignación.- si lo ves, dile que lo anduve buscando. –  Aioria asintió.

Le dio la espalda, alejándose. Aioria al verlo lejos, reanudo su entrenamiento intrigado por el distanciamiento y comportamiento de saga para con su hermano.

….

Saga caminaba rumbo al campo de entrenamiento, estaba muy agotado aparte de frustrado, había buscado a Aioros por los alrededores, pero ni rastro de él.

-que fastidio, cuando lo quiero ver nunca se aparece. – hablo mientras se recostaba en el suelo. – tengo que recuperarlo. – hablo mientras fijaba su vista al cielo. – esto de alejarme de él, solo me hiso daño a mí, - sonrió para sí mismo. – Aioros, te demostrare que mi amor es sincero, seré paciente y  si es necesario hasta hare todo tipo de cursilerías para que me aceptes y termines fijándote en mí, pero de que serás mío, lo serás. – hablo seguro mientras cerraba sus ojos, estaba decidido a enamorar a Aioros. Permanecía con los ojos cerrados, pensando en cómo le haría para hablar con él y remediar las cosas, hasta escucho la voz de arquero.

-entonces nos vemos mañana temprano, verdad? –

Saga se paró detrás de un pilar y escondió su cosmos, vio a   Aioros al lado de aquel caballero de capricornio, ambos  estaban demasiado cerca al parecer de saga.

-si…claro.- respondió Shura algo sonrojado, Aioros asintió mientras le regalaba una sonrisa y una mirada que saga jamás antes había percibido en Aioros.

-¡perfecto! – Exclamo entusiasmado Aioros,  tras su respuesta.-   entonces, después del entrenamiento de Aioria, te espero aquí. –le sonrió,  Shura le devolvió la sonrisa.

Aioros se aproximó a Shura alzo su mentón y deposito un dulce beso en sus labios, uno que duro minutos.

Saga abrió los ojos desmesuradamente, al ver a Aioros abrazando y besando a ese niño idiota, no era posible, y él creía que lo había rechazado porque pensaba que su labor como caballero le impedía mantener cualquier de tipo relación sentimental  con otra persona, pero no,  lo había rechazado por culpa ese niño, lo había cambiado por un niño estúpido e insignificante.

Apretó los puños, estaba furioso, deseaba golpear a ese niño hasta verlo morir desangrado. Qué demonios le había visto Aioros, si era evidente que él era mucho mejor en todos los sentidos.

-bien, mañana entonces. – dijo sonrojado mientras se alejaba para dirigirse al décimo templo.

-¡mañana! – le grito feliz Aioros, ondeado la mano, a modo de despedida.

Aioros caminaba relajado y con una imborrable sonrisa en su rostro, sin percatarse de la cercanía de alguien.

-mañana, Shura…- hablo echando un suspiro, justo cuando estaba por ingresar a la cabaña, la cual compartía con Aioria, sintió un fuerte agarre en su brazo, luego,  se vio acorralado entre la pared y la presión de unos fuertes brazos sobre sus hombros.

- ¡que es lo  que te pasa, suéltame! – grito molesto, lo habían tomado por sorpresa y además, lo tenían casi inmovilizado, no podía ver de quien se trataba, por la oscuridad, pues ya era tarde.

- así que prefieres al niñito idiota, antes que a mi…no sé qué pensar. – al escuchar esa voz; logro reconocer a su captor.

-saga?- pregunto Aioros asombrado e intentando soltarse de su agarre, pero saga  solo lo aprisiono más Aioros hecho un quejido de dolor al sentir la presión sobre sus brazos.

- dime Aioros…como debo sentirme  al saber que  prefieres a un pelele idiota en vez a  de mí, dolido, ofendió o decepcionado? –

- Saga…suéltame. – dijo Aioros serio como nunca antes, no le gustaba la forma en la que saga le hablaba ni trataba.

- no. - Respondió nuevamente sintió una presión sobre sus brazos haciendo que la pared se agrietara. Aioros le miro perplejo, jamás antes saga le había hablado en ese tono arrogante y lleno desprecio.

-  ya deja de actuar así, no entiendo ti actitud. –dijo molesto.

- en serio no la comprendes…Aioros, amigo mío, te creí más inteligente. –

- ¡ya basta! – Aioros empujo a saga, ya molesto, intento alejarse.- en verdad que estas alterado, mejor hablamos mañana

-¡QUE TE DA EL!-  grito exasperado.

- que insinúas? –

- eso…de seguro ese niño te complace mucho, o no? –

-no digas eso.- le molestaba que saga intentara meterse en su vida privada con sus mala intenciones.

- mírame Aioros, yo puedo darte mucho más. – se le acerco insinuante. – no solo puedo darte placer, sino que también puedo hacerte muy feliz. – le dijo ante esto Aioros se tornó furioso.

- ¡ya te dije que no! – grito, cansado de su comportamiento. --el afecto que siento por ti jamás va a convertirse en amor, ni siquiera podrías despertar algo de deseo en mí, pues yo solo te veo como mi amigo, casi como mi propio hermano, entiéndelo! –

- pues yo no soy tu maldito hermano! – grito más exasperado, Aioros se quedo callado.

- no lo soy… y voy a demostrarte de lo que soy capaz. – sin decir más y ante la sorpresa de Aioros saga se lanzó sobre el besando sus labios salvajemente, hasta hacer sangrar sus labios, mientras sus avivadas manos intentaban descubrir su cuerpo, tratando de quitarle el peto. Aioros, asustado, concentro su cosmos en un puño, no deseaba llegar a tanto, pero saga necesitaba entender las cosas, aunque sea a las malas, ya que lo estaba haciendo difícil.

- entiéndelo, NO TE AMO!  - le grito dejando caer un par de lágrimas asustado, mientras se cubría y se limpiaba la sangre que bajaba por su labio inferior. – no puedo. –

Saga se sentía frustrado y humillado, su respiración era errática, los pensamientos llovían, le dolía el rechazo de Aioros le partía el alma. Derramo lagrimas amargas y llenas de tristeza. Aioros, al verlo en ese estado,  no hiso otra cosa más que sentirse mal.

-          Saga…-se arrodillo para ponerse a su altura. Saga permanecía con la mirada en el suelo, llorando sin poder contenerse. – perdóname…pero yo no puedo sentir el mismo amor que tu sientes…pues ya otra persona ocupa ese lugar.- al oírlo saga alzo la mirada enojado, lo miro a los ojos, y vio la lastima mesclado con la compasión que se reflejaban en los ojos de Aioros.

Rápidamente se puso en pie, se limpió las lágrimas con el torso  de su mano sin apartar la mirada de Aioros, Aioros lo miro y quedo perplejo, saga lo miraba con un profundo odio y desprecio.

-          No quiero tu lastima. – le sonrió con vileza mientras le daba la espalda. –   me las pagaras aioros, seré yo quien sienta pena y lastima por ti, ya lo veras. – sonrió mientras se alejaba, Aioros se quedó helado tras su amenaza, no entendió que quiso decir  con todo eso.

 

Agobiado y confundido, ingreso a la cabaña, posando su espalda en la pared.

 

-          Aioros? – No pudo evitar sobresaltarse al oír su nombre, al girar, vio a Aioria parado en el portón de la puerta, claramente estaba somnoliento, pues hacia lo posible para mantenerse en pie.

-          Aioria, que haces despierto? – le pregunto sereno, Aioria solo se encogió en hombros.

-          Es…es que sentí tu cosmos y…yo…- Aioria había despertado al sentir la cosmos energía de su hermano, liberarse; temía por él.

-          Peleaste con saga? -

Claro que No. – se apresuró a decir Aioros mientras se le acercaba. – es… solo que ahora él está algo alterado, pero ya se le pasara. – Aioria  lo miro dudoso, sentía que había algo que martirizaba a su hermano.

-mejor descansa, mañana tienes que despertarte antes de que la primer luz del día se asome por la ventana, - Aioria asintió aun dudoso mientras se adentraba a su recamara.

 Al verlo lejos, Aioros hecho un profundo suspiro,  lleno de desconcierto mesclado con preocupación.

-que voy a hacer…-

 

 

-          ¡NO! – Grito saga muy alterado poniéndose de pie rápidamente. –¡no es posible, Aioros no puede ser nombrado su sucesor!– sentía que la ira lo consumía. – todos saben que yo soy el más fuerte, y por lo tanto, el más  apto para ser el patriarca, lo sabe!

-          No consiento que me hables en ese tono, saga. – hablo autoritario arles, mirándolo fijamente, saga solo agacho la cabeza, apretando los puños.

-          Lo…lo lamento. Pero…-

-          Pero nada. –  dijo tajante haciéndolo callar. - yo sé perfectamente cuáles son  tus aptitudes y capacidades, Saga, así que no me mires como si no fuera consciente de ello. – hablo más calmado. – debes saber que el ser patriarca no consiste solo en ser el caballero más poderoso ni temible, sino que se toman en cuenta una infinidad de cualidades más, y a mi juicio,  considero que Aioros es el más apto para esta honrosa labor, pues ha demostrado ser benévolo, noble, leal e imparcial, ante todo.-

-          ¡Quiere decir que yo no lo soy!– exploto saga, sentía que con cada palabra que lanzaba ese hombre su ira se engrandecía.

-          Yo no he dicho eso, aunque  con tu actitud altanera solo me demuestras que hice una elección adecuada, pues si tú no eres capaz de controlarte a ti mismo, menos vas a poder con todo este régimen. –

-          ¡Usted no sabe de lo que yo soy capaz o no! –

-          ¡NO MAS SAGA!  - se puso en pie molesto por su osadía, jamás nadie le había alzado la voz repetidas veces ni lo había mirado como saga lo hacía. – esa es mi última palabra, así que si no te gusta, bien puedes renunciar como caballero, no se te obligara a nada. –

Saga se quedó callado, el no renunciaría a lo único que tenía y era, si entreno y dio todo su vida para ser el caballero  que era, no, ni en broma dejaría todo lo que tanto esfuerzo le había costado conseguir, así que no le quedó otra más que aguantase y contener su   coraje mordiendo su labio inferior hasta hacerlo sangrar.

Aioros presenciaba todo en silencio,  permanecía arrodillado con la cabeza inclinada, mirando de reojo a saga sin comprender su comportamiento explosivo, si, después de la pelea que tuvieron, saga había cambiado su actitud drásticamente, al grado de volverse más solitario, sombrío y apartado de todos, le dolía ver cuánto había cambiado. Al ver a saga, ya no veía al amigo incondicional que solía tener,  sino a un hombre lleno de resentimiento y odio.

También era consciente de que si saga actuaba a si era porque estaba despechado y dolido, además de que él siempre había anhelado ser el sucesor del patriarca. Aioros respiro hondo, alzo la vista estaba por declinar la oferta de arles y convencerlo de que eligiera a saga en su lugar, claro que a él también le hacía ilusión el ser el patriarca, pero no quería serlo a costa de saga.

-si así lo ha decidido su ilustrísima, que así sea, solo espero no se arrepienta de haber tomado esta decisión. – dijo en tono malicioso y con un dejo de amenaza.

-saga aun no te he dado permiso para que te retires. – hablo molesto al ver que saga se dirigía hacia la salida sin siquiera hacer una reverencia antes de hacerlo.

- a mi juicio ya dijo todo lo que tenía que decirme,

- SAGA!

-mejor lo dejo a solas con su caballero predilecto. – le lanzo una sonrisa cínica para luego salir echando un portazo.

-pido lo disculpe señor, pero estos últimos días el…-

-lo se Aioros, saga ha cambiado, ya no es quien solía ser y en verdad me decepciona, ya que yo estaba pensando seriamente en nombrarlo a él como patriarca.-

- hágalo!- dijo Aioros. – créame que el…-

- lo viste, su comportamiento no es el más apropiado y además….su mirada refleja odio y desprecio, y  un  patriarca debe de abstenerse de tener esos sentimientos, además esta Athena, ella aun es un bebe y necesita de alguien que la proteja, que ante ponga su vida y su lealtad a ella, y lamentablemente, saga no es de fiar.-

- que quiere decir?

- he notado su cambio en los últimos días, y lo  que he percibido en su cosmos no me ha gustado en lo absoluto; la maldad lo rodea. –

- pero el…él no es malvado, solo… necesita tiempo, para asimilar todo esto…-

- eso espero, por lo pronto, confió plenamente en que tú, como mi digno sucesor, lo harás que saga entrar en razón. Cuidaras de él y lo protegerás de sí mismo, lo apoyaras a él y a cualquier persona que te necesite. - 

- Me siento honrado de que me haya tomado en cuenta como su digno sucesor, gracias por su confianza,  no lo defraudare. – hablo apenado, tras las halagadoras palabras.

-Bien, entonces mañana, frente a todos los caballeros, soldados y aprendices, hare oficial tu nombramiento y asumirás el poder en mi lugar. Serás el nuevo patriarca del santuario de Athena, su protector. –  

-          gracias…-

-          una cosa más, nadie debe de enterarse  de  tu nombramiento, no quiero que haya rumores ni especulaciones antes de tu nombramiento, en tendido..

-          sabe que cuenta con mi discreción. –

-          bien, ya puedes retirarte y… Felicitaciones.– le dijo en tono fraternal, Aioros le sonrió para luego hacer una reverencia.

-          con su permiso. –

Saga permanecía en la puerta de la entrada al gran salón, había escuchado la mayor parte de la conversación con el patriarca, pero seguía furioso.

-          Así que crees que ganaste. – le dijo al ver a Aioros salir por la puerta con una media sonrisa.

-          Saga…- hecho un suspiro. – no deseo discutir contigo así que mejor me retiro. – estaba por pisar el primer escalón, pero saga lo sujeto del brazo con fuerza mirándolo retadoramente.

-          Si piensas que me vas a quitar lo que me pertenece, por lo que tanto he luchado, estas muy equivocado. – hablo en tono intimidante, pero Aioros se soltó de su agarre.

-          Este santuario merece respeto, saga, así que mejor dejemos esta discusión para otro momento. -

-          ¡YO TAMBIEN MERESCO RESPETO! – le grito furioso y acercándosele peligrosamente. – merecía el puesto de patriarca, di todo de mi para ser un digno sucesor y tu pretendes que me quede fresco, tranquilo y acepte  de buena gana esta maldita injusticia! –

-          No es mi culpa que el patriarca me haya escogido a mí y no a ti. –

-          Claro que tienes la culpa, maldito hipócrita! – le grito a la cara. – no eres más que una rata embustera y engañosa, te haces pasar por una mansa ovejita, alguien que no mata ni a una mosca, pero yo te conozco, sé de qué porquería estas hecho. –

-          Ya basta! – Le grito ya cansado de sus gritos. – estoy cansado de tus insultos, de tu hostigamiento. –

-          Eso Aioros, muéstrame tu verdadero tú. – lo provoco, empujándolo.  – vamos bastardo, pelea. – le dio un fuerte empujón que lo hiso caer, Aioros lo miraba perplejo, saga nunca lo había tratado así, eso se estaba saliendo de control.

-          No pienso pelear. – dijo mientras se ponía en pie. – comprendo tu frustración y rabia, en verdad me gustaría ayudarte.

-          Deja de sentir lastima por mí! – le tiro un fuerte puñete al rostro, le molestaba de sobre manera que Aioros no respondiera como él deseaba a su provocaciones.

-          Vamos, pelea, defiéndete!  - grito mientras lo tomaba del peto haciendo que se miraran a los ojos. –

-          ¡BASTA! – saga detuvo su puño, y ambos  fijaron su vista en dirección de arles, quien se veía furioso.

-          Saga, en verdad tu comportamiento deja mucho que desear. – se acercó mientras los separaba. – no comprendo, si sigues así te suspenderé de tu cargo como caballero. –

-          Usted no puede!  Yo he luchado mucho para llegar donde estoy ahora, he hecho todo lo posible para que me tome en cuenta y usted…

-          Suficiente, saga, no pienso tolerar tus agravios ni en contra mía ni en contra de Aioros,– saga bufo molesto, mientras escupía al suelo un poco de sangre, la que corría por sus labios tras tanto mordérselos.

-          -Retírate.- ordeno molesto, saga lo miro más furioso. Pero termino obedeciendo no  quería ser expulsado de la orden.

-          Al  estar al lado de aioros; se detuvo. - Me las pagaras... – le susurró al oído. – te voy a dar donde más te duela. – con su hombro, lo empujo al pasar, para luego caminar rumbo a su templo.

-           

-          SAGA! – le llamo molesto Arles, era la segunda vez que saga lo desobedecía y actuaba tan soez frente a él. Pero saga no hizo caso.

Aioros se quedó inmóvil, un indescriptible temblor se apodero de el al escuchar esa amenaza con la voz gruesa e infrahumana, algo que le erizo la piel, además sus ojos, lo miro con los ojos matizados de rojo, llenos de rencor y  desprecio, saga ya no era el mismo.

-Aioros, estas bien? – pregunto arles al ver lo perturbado que se encontraba. – Aioros. –

Este al escuchar su nombre por segunda vez, giro su vista  hacia el patriarca. – si…gra gracias por preguntar. –

-          Ahora vez a lo que me refiero, Aioros. – hablo triste. – saga no es el mismo.-

Aioros apretó los puños, no deseaba escuchar las palabras de arles.  No quería creer que su amigo haya cambiado así  y todo por culpa suya.

-          Saga representa una gran amenaza, no solo para sí mismo sino también para los  demás. – Aioros volteo a verle asombrado, que quería decir con eso. -  Con su destructivo poder y en el estado alterado en el que se encuentra, es capaz de lo peor, - comenzaba a comprender el significado de sus palabras. - entiendes que es lo que debes de hacer en caso de que se salga de control, en caso de que el…-

-          No lo hará, lo ayudare…estoy seguro que aún hay algo de bondad en su interior y…

-          Qué tal si no lo logras. Harás lo necesario para detenerlo? –

-          Yo…protegeré a quien me necesite, a el más indefenso de todos, lo hare a costa de mi vida. –

-          Eso espero, Aioros. – le dijo para luego adentrarse al templo.

Aioros cerró sus ojos, no deseaba pensar en la posibilidad de atacar saga, no tenía que hacer algo por el aunque no sabía  que. – saga…-

 

…..

-          MALDITOS! – grito furioso, solo en su templo, descargando su frustración e ira. – no me quitaras esto  aioros, no lo harás maldito imbecil. –

 

-          Yo puedo ayudarte…. -

 

-          Ayudarme…?-repitió, en voz alta.

 

 

-          Si…Yo puedo ayudarte…- nuevamente escucho esa voz dentro de su cabeza, y esta vez estaba seguro de que no era su imaginación, miro a su alrededor; no habia nadie, estaba solo, pero entonces, alguien le hablaba a su cosmos.

 

-          Quién eres?-

 

-            Que importa…yo te daré lo que deseas…el poder que necesitas, solo déjame ser parte de ti, SAGA, déjame entrar…- abrió los ojos desmesuradamente, ya había sentido esa maligna presencia antes, aunque siempre terminaba ignorándola pues le resultaba insignificante, pero ahora, la sentía con mayor intensidad.

 

-          Ayúdame a …vengarme-

 

 

-           Claro, con mi ayuda…podrás  vengarte, hacer que Aioros page y que también sufran todos aquellos que te hicieron daño, aquellos que te menosprecian.-sonrió cómplice, eso era lo que más deseaba que Aioros sufriera, que todos sufrieran.

 

-          Si…pagaran…quiero que corra su sangre…el santuario será mío, solo mío…-termino diciendo, sintiendo la enorme, poderosa y maligna cosmos energía, rodearle, siendo parte de él. Dominándole por completo.

 

….

 

-¡HERMANO! – grito feliz Aioria al verlo entrar por la puerta de la pequeña cabaña. – como te fue, Que quería el patriarca, por que te mando a llamar?- Aioria no paraba de hacerle preguntas.

- nada…solo me dijo que me tenía una sorpresa. -  le mintió, sabiendo que no debía de decir nada sobre su nombramiento ni siquiera a su hermano.

-una sorpresa?  De qué tipo, buena o mala? –

- digamos que buena, pero no lo sabremos hasta mañana. – Aioria puso su cara de disconformidad.

- mañana? –

-sí, hasta mañana, así que tienes que levantarte muy tempano y ponerte algo especial pues me dijo que todos estarían reunidos. –

-pero hermano yo…-quiso  refutar, mas aioros lo callo.

-nada de peros, espera hasta mañana. – le dijo mientras lo conducía hasta su recamara.

 

 

Aioros no podía sacarse de la cabeza esa voz ni esa mirada. las palabras de saga  lo rondaban, quitándole la tranquilidad. Estaba angustiado y tenía un muy mal presentimiento algo que le decía que algo pasaría, algo terrible.

-          Es imposible. - Sin poder conciliar el sueño, se levantó para tomar un vaso de agua fría.

Miro en dirección hacia la recamara donde dormía su hermano menor. Lentamente se acercó, lo vio recostado; dormía plácidamente.

-Aioria…- le acaricio los caballos castaños con ternura, sonrió al ver su rostro tan tranquilo y sereno. En ese instante vino a su mente las palabras dichas por saga. -Te daré donde más te duela. –  lo supo, su hermano era lo que el mas amaba, tuvo miedo por él.-

-yo te protegeré…-dijo en un susurro.

Alzo la vista rápidamente,  tras sentir una fuerte cosmos energía disparase cerca de Star hill.

Salió apresurado, miro en todas las direcciones en busca de ese cosmos maligno. Lo vio, vio  una sombra sospechosa, escabullirse rápidamente hacia los doce templos. Aioros se acercó y lo siguió a discreción tras sus pasos se percibía el olor a sangre; Aioros temía lo peor.

 

-hazlo…así todo te pertenecerá…nunca más tendrás que depender de nadie, sabrán que tú eres mejor, serás el único que gobierne. – un brillo destellos tras su máscara, se llenó de valor dispuesto a clavar esa daga en el ser divino e indefenso que dormía plácidamente.

-QUE CREE QUE HACE SEÑOR! – Aioros había llegado justo a tiempo, tomo al bebe Athena entre sus manos, protegiéndola de ese ser que emanaba maldad y odio puro. – este bebe es la reencarnación de Athena, Zeus nos envía una cada 200 años para ser la protectora de este mundo. -

- TU NO TE METAS! – grito, su oídio se había incrementado al ver a Aioros nuevamente interfiriendo en su planes, pero no, esta vez el ganaría.  Intento propinarle un fuerte golpe, pero Aioros  fue más rápido lo esquivo, para luego propinarle un puñete  en el estómago, haciendo que la máscara que cubría su rostro, se cayera al suelo, dejándolo al descubierto.

-que…saga? – su asombro era  indescriptible, no entendía nada, saga intentando matar a Athena, eso no podía ser.

-me reconociste Aioros. – su voz estaba llena de crueldad. – no puedes seguir con vida, ni tu ni Athena. – lanzo una descarga contra Aioros, este protegió a Athena entre sus brazos, escapando con ella al tener la oportunidad.

Saga se veía: molesto y furioso. No dejaría que Aioros escapara no después de lo que paso, quería verlo muerto necesitaba verlo muerto. – ¡soldados, Aioros intento matar a Athena, atrápenlo y  mátenlo! – ordeno  haciéndose pasar por el patriarca.

Y Todos obedecieron, todos  creyeron sus mentiras, ni siquiera Shura  puso objeción alguna, cuando le ordeno vehemente que acabar con la vida de Aioros, cuando le dijo que era un vil traidor  que había deshonrado al santuario y que merecía la muerte.

 

……

 

-No…- Aioria no lo resistió, cayó de rodillas, sus lágrimas no paraban de brotar por sus ojos,  el temblor se hacía más fuerte y sentía que quería gritar y maldecir a todo mundo. Odiaba, odiaba a todos en esos momentos, pero sobretodo, odiaba al ser que le quito lo que más amaba en el mundo, por su maldita ambición y su estúpido despecho.

Saga lo miro deshacerse, derrumbarse, sintió su dolor y lamentaba tanto el tener que hacer lo que hiso, pero esperaba que en esa vida o en otra, Aioria lo perdonara y lo dejara ser parte de su vida, aunque eso sonaba por demás imposible.

Furioso, Aioria levanto su mirada hacia saga, este no hiso más que sonreirle con tristeza, con profundo  dolor, - perdó…name…- esas fueron sus últimas palabras, antes que las fuerzas lo abandonaran y terminara muerto.

 

Sintió un extraño dolor en el corazón al verlo morir, un  dolor que se asemejaba al que sintió tras la pérdida de Aioros. Pero  ese dolor no lo deseaba, lo odiaba y lo maldecía porque sabía lo que representaba, que a pesar de todo, le había dolido en el alma y corazón, perder a saga, saberlo muerto.

-HAAAAAAAAAA! – hecho un grito desgarrador, tapándose el rostro con ambas manos, desesperado, negando con la cabeza repetidas veces. No podía con todo eso, sentía que ya no podía más, así que  lloro, como nunca antes, dejo salir su dolor, furia y frustración.

 Los ahí presentes, intentaron consolarlo, mas no se atrevieron a acercarse a él en el estado alterado en el que se encontraba; era preferible dejarlo solo, dejar que se desahogara.  

Athena lo miraba con pesar, entendía que ese caballero era el que más había sufrido por su causa, tras la injusta muerte de su hermano.  Quería  confortarlo, mitigar su dolor lo más posible, pues  se lo merecía.

Aunque sabía que lo que Aioria pediría, seria ver a su hermano nuevamente, estar a su lado y sobre todo, borrar el sentimiento que albergaba hacia saga, ese que le hacía odiarse a sí mismo.

Quizá luego de todas esas guerras que todavía les tocaban por vivir, eso podría suceder, tal vez podría darle lo que deseaba en un futuro. De tener la oportunidad, Athenalo haría con seguridad.

 

CONTINUARA….

Notas finales:

 


LO CONTINUARE Y HABRA MAS MUCHO MAS BYE...


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