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A TU LADO por run4fun

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Notas del capitulo:

HOLA!!

 

Por fin tuve tiempo de terminar este cap. así que espero les agrade y que esperen al siguiente que yo creo no tardare mucho en subirlo (eso espero jeje)

Muchas gracias por seguir mi fic hasta ahora y mil gracias por sus comentarios, en serio, eso me deja saber cuánto les gusta mi fic y eso me alegra mucho.

Realmente espero sigan mi historia hasta el final. 

GRACIAS POR LEER!!

RECRIMINACIÓN

 

 

-Ya te di lo que querías, ahora lárgate. – su voz sonaba dura y fría, ninguna emoción parecía rondarlo.  Lentamente se puso en pie mientras pretendía ingresar hacia la ducha.

-está bien. – su acompañante también se puso en pie mientras a pasos lentos se acercaba hacia Aioria. -  tengo que admitir que el patriarca tiene a el mejor en esto. Ahora entiendo porque te busca jaja. – Death poso su mano en la espalda broceada de Aioria comenzando a descender hasta llegar a su cadera.

Aioria al sentir su tacto se dio media vuelta y con el más hondo y profundo desprecio la aparto de su cuerpo. – no te atrevas a tocarme sin que yo te dé permiso. – Aioria entonces se alejó de Death ingresando a su baño, cerrando la puerta tras de sí de un portazo.

-entendido. – Death tan solo amplio su sonría mientras recogía su ropa del suelo, para luego vestirla de nuevo. – déjame decirte algo. – dijo, al momento en el que escuchaba como la regadera comenzaba a drenar el líquido vital.

-desde que empezaste a “andar”con el patriarca ha sido  tan notorio su cambio. – hablo tras la puerta, sabía que Aioria lo escuchaba, pues  hablaba lo suficientemente alto como para que lo  hiciera.

- ya veo porque. Se nota que le pones mucho empeño a tu labor. – Aioria tenía ganas de salir y golpearlo hasta que se cansara. Pero se contuvo, además no quería ver de nuevo a ese ser tan despreciable.

-sigue así; que falta poco para que lo tengas a tus pies, entonces, harás con él lo que te plazca. – se recostó en la puerta. -  Sabes que destrozaras no solo su orgullo sino también su corazón jajaja.- Death reía abiertamente mientras abandonaba el templo.

 

-          Maldito. – Aioria se frotaba el cuerpo ejerciendo tanta fuerza que su piel comenzaba a mostrar  un tono rojizo  y hasta llegaba a  sangrar. pero el dolor era lo de menos, si tan solo con esa simple acción podría borrar todas las desagradables  marcas que le había dejado su acompáñate.

Luego de un rato salió de la ducha, posando una toalla alrededor de su cadera. Al salir, No vio a Death por ningún lado. Respiro aliviado, mientras se dejaba caer pesadamente sobre su cama.

-que desagradable olor. – entonces Aioria se puso en pie y se deshizo de todas las sabanas que había, arrojándolas al suelo violentamente. – si tan solo con esto pudiera deshacerme de mi deshonra y mi bajeza. – Aioria se arrodillo  posando ambas manos sobre su nuca.

-siento que ya no puedo más…quisiera huir…simplemente dejar todo esto y desaparecer para siempre, pero…- su semblante cambio a uno de furia. Golpeo el suelo. – pero no parare hasta que ese maldito quede igual que yo, hasta que el dolor  que lo invada sea tan grande que quiera encontrar cobijo en la muerte. – sonrió con amargura poniéndose en pie. –  así será. -

 

/////////////////<>//////////////////

 

- te extrañe. – dijo susurrándole al oído y parándose en su detrás, posando sus manos alrededor de su cintura.

-yo también. – entonces Aioria se giró e intento quitarle el casco para ver su rostro, mas saga se lo impidió. Deteniendo sus manos.

-no entiendo, por qué  aún me niegas el privilegio de ver tu rostro. – dirigió su vista en otra dirección, evitando el ver los ojos esmeraldas de Aioria. – acaso todavía no soy merecedor de conocerlo. Dime, sigo siendo indigno por lo que hiso mi hermano. -

-no es eso…-se apartó de Aioria. No quería que  Aioria notara su nerviosismo ni su voz titubeando.- hay cosas que deben de permanecer en secreto por el bien de otras. –  

Aioria, fastidiado, dirigió su vista hacia el trono. Sabía que saga aun quería mantener el anonimato. Eso era algo que no lo dejaba dormir por las noches, pues  no conocía el rostro del hombre que lo había destrozado ni a el cual debía de odiar y maldecir, ya que siempre pasaban las horas, juntos, bajo la oscuridad.

-bueno, entonces vamos a tu cuarto y dame lo que necesito. – Aioria se abrazó a saga, este lo estrujo entre sus manos temiendo que se le escapara, como Aioros.

Así lo hicieron Saga condujo a Aioria hacia su habitación, que permanecía en completa oscuridad.

-Aioria…-hablo saga, ambos sentían su respiración pues sus bocas estaban a unos milímetros de distancia.

Comenzó a descubrir su cuerpo quitándole la ropa,  Aioria no podía hacer nada más que dejar que ese hombre lo tocara y lo llenara de caricias, las cuales, las sentía como si quemaran y rasgaran su piel.

El solo te usa y tú no quieres darte cuenta. – inconscientemente esos recuerdos llegaron  a su cabeza, haciéndolo enfurecer repentinamente. Sin pensarlo, saga,  aprisiono  a Aioria contra  una de las columnas con desmedida fuerza. – júrame! – pego su rostro al suyo. – júrame que eres mío y que sin importar nada, seguirás a mi lado. – sentía su respiración agitada y la desesperación pegada en cada una de esas palabras.

Ante tales palabras, quiso reír y decirle que, no, que no era suyo. Que  lo único que él lograba despertar  en él era odio y desprecio, nada más.

-así….así es  y así será. – dijo falsamente y ocultando hábilmente su desagrado. Complacido por su respuesta, saga, comenzó a besar su cuello dejando su huella,  para luego besar sus labios con desesperación y desenfreno.

Sin separar sus labios de los de Aioria, lo tumbo en su cama, desprendiéndose rápidamente de  la ropa que le estorbaba.

En esos momentos Aioria, lo sentía más desesperado y posesivo, algo, que lo llenaba de rabia y lo enfurecía.

-      Ahg. – salió un profundo gemido al sentir su cuerpo danzar nuevamente con el cuerpo de Aioria. Lo quería, quiera tenerlo y poseerlo eternamente si fuera posible.

- te creo. –hablo a su oído. - quiero creerte. – dijo embistiéndolo con desesperación y  besando sus labios disfrutando enormemente de esos labios canelas.

Aioria tan solo arrugaba las sabanas de bajo suyo y  cerro los ojos, sintiendo su alma y corazón llenarse de más amargura y desdén.

 

…….

 

Abrió los ojos y lo primero que noto fue que había pasado la noche entera al lado de ese hombre, pues esta vez dejo que se  quedara con él.

Con algo de desagrado se soltó se su agarre.  Miro a su alrededor y noto como una tenue luz, la luz natural, que comenzaba a impregnarse en las paredes de la habitación.

Se puso en pie y comenzó a buscar sus pertenencias, hallándolas en el suelo.  se vistió con lentitud y al voltear vio a saga aun recostado, dormía tan tranquilo y sereno. Sonrió, pues en esos momentos le resultaba tan vulnerable;  estaba expuesto. 

– maldito, si supieras cuanto te odio. –

 Lo miro detenidamente por unos minutos y gracias a la luz que había, pudo notar algo que llamo su atención, el color de su cabello no era gris como siempre sino era de un color azulado, un color azulado como…-  abrió los ojos anonadado.  Entonces, Saga comenzó a moverse, Aioria tan solo retrocedió unos pasos y sin ánimos de verle despertar, salió de la recamara dejándolo solo.

 

-          Saga….- Negó con la cabeza repetidas veces desechado esa loca idea de su cabeza.  Rápidamente,  comenzó a descender por las gradas rumbo a su templo.

 

////////////////<>//////////////

 

-Con qué derecho me dices eso tu a mí? –Aioria estaba muy molesto, no podía ocultar su enojo, ya no.

-dime, con que maldito derecho tú me dices eso  a mí, si no eres nadie ¡NADIE! para juzgarme o recriminarme nada.- lo miro furioso. -  que te quede claro que yo puedo hacer de mi vida lo que me plazca, Shaka.-

-¡acaso no lo entiendes!  - grito también furioso y harto de verlo en esas condiciones. - con todo esto, solo te auto destruyes. Ya  No eres ni la sombra de lo que solías ser. -

-no…no me importa. – sonrió con infinita amargura. – de todas maneras ya no hay nada que pueda hacer para camíbar lo que paso. – volteo a ver a Shaka.

 - no… yo ya estoy completamente destrozado y destruido por dentro y nada, absolutamente nada, puede cambiar eso. – Shaka apretó los puños molesto sentía ganas de gritarle que sí, que si podía cambiar. Que él lo ayudaría, que él lo salvaría de todo; que lo haría sin importarle nada porque él lo amaba.

-estas tan ciego y sediento de venganza que no te das cuenta de lo que tienes a tu alrededor; de lo que realmente vale la pena. – se acercó a Aioria, posándose en su detrás.

- dime Shaka. – Aioria, volteo a verle. - dime que es ese algo que no veo, según tú, pues yo no veo nada. Para mí: mi alegría, mis sueños   ¡MI   VIDA!  Se destruyeron y terminaron  el día en el que mi hermano murió, siendo acusado de traidor. -

-no… –  Shaka arrugo el entre cejo. – no es así…tu aun puedes…- Shaka intento tocar su hombro, pero Aioria se alejó de él dándole la espalda.

 -vete…no tiene caso que estés aquí. – Aioria no dijo mas tan solo se apartó de Shaka rumbo a su cuarto.

- no, no te iras, Aioria. – Shaka lo sostuvo firmemente del brazo, estaba decido a quitarle esa amargura y  a hacer que volviera a ser el mismo de antes  y lo haría aunque  para eso tuviera que exponer sus sentimientos.- no me dejaras con la palabra en la boca de nuevo. -

Aioria comenzaba a perder la paciencia y la razón. -suéltame o…-

-o qué?! – grito furioso mirándolo retadoramente. Aioria no lo soporto más. Con toda la fuerza que poseía sostuvo a Shaka de ambas manos y lo aprisiono contra una columna, Shaka se veía desconcertado; no esperaba ese tipo de reacción por su parte.

-dime Shaka, que quieres de mí. – se acercó a su rostro.  – qué demonios es lo que quieres de mí! – grito tomándolo de los cabellos, jalándolos. Aioria estaba fuera de sí, lo sentía en su cosmos. Pudo alejarlo de si de solo un  golpe pues era lo suficientemente fuerte como para hacerlo, pero no lo hiso, pues en esos momentos sentía pánico, se veía muy desconcertado.

-mírame! Mira me  bien, Shaka, pues esto es lo que soy, esto es en lo que me han convertido todos ustedes. -  Aioria se apegó más al cuerpo de Shaka, este comenzaba a sentir algo de miedo. no quería hacerle daño, pero si Aioria llegaba a propasarse tendría que reaccionar a sus agresiones y defenderse como era debido.

-suel…suéltame. – dijo en un hilo de voz. Aioria le sonrió mientras lo aprisionaba con mayor fuerza y jalaba sus cabellos.

-te duele Shaka, duele que te usen  y te traten como si fueras una muñeca, como si fueras la cosa más insignificante del mundo. – alzo el mentón de Shaka para que ambos estuvieran cara a cara.

-sabes, -volvió a sonreírle -  así me siento cada maldito día de mi vida, así me he sentido desde la muerte de mi hermano, pagando por un crimen que no cometí, pero que todos ustedes siempre me recriminan. -  acerco su cuerpo  al de Shaka. Sin pensarlo, beso su cuello,  Comenzando también  a descubrir su cuerpo y no le fue difícil ya que Shaka solo traía una toga. Ante tales acciones, Shaka abrió los ojos sorprendido y aterrado, amaba Aioria,  lo sabía, pero  eso no era lo que quería ni deseaba, no a la fuerza.

-no…- En esos momentos, Shaka, no encontraba el valor ni la concentración necesaria para reaccionar y alejarlo. Así que  tan solo  comenzó a derramar un par de lágrimas, - por favor… suéltame... – Aioria al escuchar su voz temblorosa, se detuvo.

Lentamente, se alejó de Shaka, observando el resultado de sus acciones, vio los ojos de Shaka;  de sus orbes celeste caían gotas de agua salada. Y su mirada, denotaba: miedo, pánico y  desconcierto. Inconscientemente, llego a su mente el escenario que tuvo con saga, de la primera vez que lo forzó a estar con él. Aioria se vio a si mismo, se vio a través de los ojos de Shaka. Retrocedió un par de pasos desconcertado y asustado, negando con la cabeza. Ese no era el, el jamás en la vida le haría el mismo daño que le hicieron pues,  él no era igual que ese hombre; no, el no desquitaría su furia y dolor con un ser inocente.

-pe…perdóname. – Aioria se arrodillo y se sostuvo la cabeza comenzando a llorar y a querer matarse por lo que casi llego a cometer.- no…no…quería hacerte daño…- agacho la cabeza y la oculto entre sus rodillas.

Shaka sentía un fuerte temblor recorrerle  todo el  cuerpo, como pudo, se acomodó la ropa  y se limpió inútilmente las lágrimas que aun caían de sus ojos sin poder evitarlo. Volteo a ver a Aioria con algo de reproche. El solo quería ayudarlo, pero si eso implicaba el lidiar con algo como eso, no se arriesgaría. No de nuevo, no pondría en peligro su integridad física,  por más amor que sintiera hacia Aioria, no volvería a intentar nada para salvarlo de sí mismo, salvarlo de ese infierno en el que se había metido.

Lentamente se alejó rumbo a su templo,  sin decir, aún estaba temblando y su corazón latía a mil por hora.  

 

Aioria lo vio a alejarse con pesar.

-      Shaka…-se cubrió el rostro con ambas manos. – no…que me pasa…este no soy yo…-negó con la cabeza lentamente. -ya no quiero seguir así…- su respiración subía y bajaba con rapidez, se sentía tan mal por lo que hiso, por poco y deshonra a Shaka y eso nunca, nunca, se lo hubiera perdonado; ni siquiera todo lo que vivió y sufrió le serviría para justificar sus acciones.

- haaaaaaaaaaaaa! -   hecho un grito que denotaba el  dolor y  desprecio que sentía en esos momentos por sí mismo, lloro, queriendo también  con eso desahogar  todo lo que traía dentro, toda la frustración, la rabia,  dolor y  tristeza que lo invadían y no dejaban de  destrozar su  corazón y atormentar su alma. –no…mas…!no más!-

…..

Al  querer subir el primer peldaño hacia su templo, se detuvo, al escuchar el grito desgarrador que emitió Aioria.

-Aioria…- giro su vista hacia el templo de leo. Se tapó la boca ahogando sus sollozos y evitando a la vez que también un grito saliera de su boca y llegara a oídos de Aioria. Se arrodillo y dejo caer libremente las lágrimas que se asomaban por sus ojos, lagrimas, que de notaban el estado de su alma y su corazón.

-no…no puedo…-

 

//////////////<>////////////

 

Saga se encontraba contemplando el cielo lleno de aquellos bellos y relucientes cuerpos celestes donde  su constelación, géminis, brillaba con una intensidad envidiable por las demás. Ante tal panorama no pudo evitar el sonreír.

- géminis…a ti también te he fallado. – saga se acercó hacia su armadura, tomando  el casco entre sus manos  y mirando su propio reflejo a través del precioso metal. – me deje llevar por mi ambición dejando de lado lo que realmente importaba. –  bajo la mirada depositando nuevamente el casco con el resto de su armadura. Hace años que no la portaba, y en realidad tenía unas ganas inmensas de vestir nuevamente esa armadura, pero no, ya no era digno de usarla había perdido ese derecho hace mucho. Lentamente se puso en pie dirigiendo su mirada hacia el templo de leo.

-Aioria….Aioros, ambos, lo siento…jamás en mi vida quise acabar con su felicidad ni mucho menos matar lo bueno que había en ambos. – ahora que no tenía la voz del dios de la guerra en su cabeza y no sentía su presencia maligna, podía pensar con claridad y respirar con tranquilidad.  Sus sentimientos comenzaban a florecer nuevamente y todo gracias a Aioria, él le había dado una oportunidad y lo llenaba de una paz y alegría que hace mucho no sentía.

 También se daba cuenta  que el amor obsesivo que tubo hacia Aioros, lo llevo a llenarse de amargura y resentimientos, que terminaron por confundirlo y apoderarse de él, pero ya no; ahora sentía que podía perdonarse y darse una nueva oportunidad, tal y como lo hiso Aioria.

  - es muy arriesgado que te encuentres aquí, y sobretodo, que estés al descubierto. – Death se acercó a saga parándose a su lado. Saga volteo a verle algo molesto.

-tal vez ya estoy cansado de este juego. – hablo apoyándose en una de las columnas.

-un juego del cual puedes salir muerto si llegan a enterarse de la verdad. – Death también se apoyó a su lado. – eso lo sabes muy bien y es algo que deberías de tomar muy en cuenta. – saga no dijo nada, tan solo bajo la mirada. Death  sonrió,  acercándose más a saga.

-Saga de géminis, el caballero que se dejó llevar por sus bajos instintos y que se apodero del santuario a la fuerza sin contemplaciones, traicionando a Athena. Ese, eres tú; esa, es la persona que esta parada e mi derecha y nada cambiara eso, ni siquiera tu romance con el hermano menor de aquel que mataste a sangre fría. – Death hablaba con la más mala intención del mundo.  Sabía toda la verdad y aun así se empreñaba en aparentar lo contrario.

-no…ya no más…-saga se apartó de Death.

- no le des tanta prioridad al caballero de leo, puede que termines por llevarte una nada agradable sorpresita. – saga lo volteo a verle molesto.

- no te atrevas a insinuar nada malo sobre él. – dijo en tono intimidante. Volviendo su mirada hacia arriba y abriendo un portal para dirigirse hacia el templo principal.

Tras su partida, Death sonrió para sí mismo.

-solo un poco más, un poco más y tu desaparecerás para siempre dejándole el camino libre a Arles jajaja, no cabe duda que estas condenado. – dijo subiendo escaleras arriba directo hacia su templo.

- me gustaría ver la cara que pones cuando sepas la verdad. – sonrió para sí mismo. – apuesto a que será una escena muy entretenida jajaja. –

 

 

 

CONTINUARA…

 

 

 

Notas finales:

ESPERO LES HAYA AGRADADO Y  ESPEREN EL PROXIMO!!


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