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El príncipe mestizo por CielTrancy

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Notas del capitulo:

Si desean estar al tanto de las actualizaciones o tener más información del fic pueden pasarse por mi blog:

http://cieltrancy.blogspot.pe/

Estaba pensando en quitar el fic de esta web ya que se me hacía más difícil subirlo en 2 páginas, pero aquí sigo.

Estoy pensando en hacer una portada para el fic y subir una nueva historia, podría ser un Tom/Harry o Draco/Harry aunque la última tendría como máximo 3 capítulos.

Respuestas:

Gracias Cas por tomarte la molestia y comentar, aquí te traigo el nuevo cap. espero que te guste. Estoy intentando actualizar más seguido.

 

 

 

Capítulo 13: Pragmatismo.

 

El ruido de los utensilios al chocar con los platos, el sonido de las copas al ser depositadas sobre la mesa junto a las voces volvía al comedor un lugar casi asfixiante.

 

Draco alzó la vista de su plato y echó una leve mirada a todas las mesas.

 

Tenía sueño y ganas de bostezar, pero un Malfoy jamás realizaría un acto tan impropio.

 

Si lo hacía fácilmente podría ser comparado con un Weasley o un sangre sucia, podía imaginar a su padre con una mirada amenazante sobre él.

 

“Qué manera de comportarte es esa Draco”

 

Y aquellas palabras no le abandonarían en todo el día.

 

Observó la comida frente a él y sintió como su estómago se resentía al instante.

 

Deseaba acostarse unos instantes sobre la mesa, pero no podía.

 

Si seguía sintiéndose mal iría con Madame Pomfrey para que le recetase algo.

 

—Dra-co.

 

La voz de Pansy era un chillido molesto, Pansy no era desagradable, pero en esos momentos no tenía las ganas de soportar sus tonterías.

 

—Pansy—susurró.

 

Se puso de pie y se dispuso a dejar el comedor, afortunadamente ella no le siguió.

 

Una vez que estuvo lejos de la vista de todos, dio un suave suspiro y caminó pensando únicamente en la comodidad de su habitación ahora vacía y la suavidad de su cama.

 

Empezó a bajar las escaleras sin prisa, no había nadie, pero era mejor pecar de precavido.

 

—Basilisco.

 

Incluso la falta de originalidad en la contraseña no le molestó.

 

El prefecto de Slytherin había escogido esa contraseña el día anterior.

 

Abrió la puerta de su habitación y como lo pensó no había nadie en ella, se deshizo de la capa para luego acostarse sobre la cama no sin antes haber cerrado las cortinas.

 

Extrañaba la privacidad de su habitación, el aroma relajante de su madre.

 

A veces deseaba volver a ser un niño para poder dormir en sus brazos, no es como si alguna vez lo fuese a confesar.

 

Padre le había platicado un poco de Parkinson, le había dicho que ella era una submisiva, pero él no sentía nada especial en ella.

 

Se lo había comentado a su padre y este simplemente había dicho que era difícil que encontrase a una pareja que igualase o superase a su madre.

 

Que no era tiempo de elegir pareja y si era posible no se relacionase con futuras candidatas, sería un problema si quedase atrapado en un matrimonio desventajoso.

 

Los submisivos podían llegar a cometer suicidio sin la adecuada vigilancia de un dominante, eran criaturas volátiles e impredecibles, deseadas.

 

Él aún no recibía su herencia, los instintos no influían en su comportamiento debido a eso no entendía muchas de las sensaciones o comportamientos que le platicó su padre sobre su herencia.

 

Cerró los ojos por unos instantes intentando vaciar su mente de los pensamientos inútiles.

 

Alzó su mano derecha y no por primera vez observó el anillo de su familia que su padre le había confiado, la piedra preciosa brillaba.

 

Podía recordar la piel blanca, la vergüenza, confusión e ignorancia en ese momento.

 

Nunca se sintió tan torpe, era su primera vez y sintió que no debía avergonzarse, pero él no debía permitirse fallar nunca.

 

Él siempre tenía que hacerlo perfecto.

 

La segunda vez fue mejor, cada vez con una diferente acompañante, quizás su condición como portador le había impedido sentir apego con la primera mujer que tuvo sexo o simplemente era él.

 

Ni siquiera recordaba su nombre.

 

Había cosas más importantes en las cuáles centrarse, ganarle a Granger era el presente y eso era importante, no andar divagando sobre un futuro distante.

 

Cuando llegase el día entendería.

 

Cerró los ojos cayendo en un ligero sueño y no pudo evitar mirar ojos verdes oscuros ni tampoco caer de la torre de astronomía al intentar tocar al poseedor de esos ojos.

 

Empezó a caer en medio de la oscuridad.

 

 

 

—Harry.

 

El aludido volteó hacia Nott y con un leve asentimiento le hizo saber a este que tenía toda su atención.

 

— ¿Estás tomando runas?

 

—Sí.

 

Nott miró directamente a los ojos escondidos tras esas lunas.

 

—Malfoy también, honestamente él y tú toman las mismas clases.

 

Él se percató cómo su mano por unos instantes ejerció una mayor presión en el tenedor.

 

—No le veo lo extraño, otros estudiantes toman también las mismas clases.

 

Nott miró a Harry fijamente intentando descifrar sus pensamientos, intentando encontrar alguna emoción bajo esa máscara de apatía.

 

Desistió, presionarle sólo atraería  su enojo porque Harry el único sentimiento que mostraba era la ira. Harry le hacía temblar.

 

Podía imaginarse de pie a las orillas del mar, descalzo, los dedos de sus pies a punto de rozar el agua.  El lago cristalino con aguas tranquilas, estancado con imperceptibles ondulaciones en el agua, invitándole a sumergirse.

 

Pero él sabía que un solo movimiento bastaría para ser devorado por las aguas sin dejar ningún rastro.

 

Quería ser devorado por esos ojos.

 

—El jueves será el partido frente a gryffindor ¿vendrás?

 

—Supongo, el profesor Snape prometió aumentar puntos en el ensayo.

 

Nott no pudo evitar sonreír

 

— ¿Cómo te va con la de Ravenclaw?

 

—Bien.

 

Nott no recordaba haberse esforzado tanto en platicar con alguien a excepción de Harry, él era alguien que prefería mantenerse en silencio.

 

La mano delgada de Pansy sacudió el hombro de Nott en un intento por llamar su atención.

 

— ¿Has visto a Draco?

 

—No.

 

Harry sonrió internamente al ver el rostro de decepción en Parkinson, ella siempre lo ignoraba, lo trataba como si él fuese un insecto miserable que tenía la suerte de compartir su espacio.

 

Él lo sabía desde antes, Draco no era alguien silencioso.

 

Él no se había presentado en ninguna de las clases.

 

No había visto a Draco desde el desayuno, él había estado ingresando al comedor al mismo tiempo que Draco lo abandonaba.

 

Se le veía extraño, parecía cansado.

 

No pudo evitar pensar en su pequeño secreto y sonreír internamente al imaginar los rostros de los demás si lo descubriesen.

 

Miró a Theo intentando zafarse de Parkinson.

 

¿Los retratos podían sentir soledad?

 

 

 

Era tan peculiar, no entendía mucho.

 

Sus recuerdos habían sido plasmados por alguien ajeno a su yo real, sus padres eran una foto abandonada por los antiguos propietarios en una casa nueva.

 

Conocía sus rostros, sus ropas, su elegancia nata al moverse, sus voces, pero no tenía ningún apego hacia ellos, no albergaba ningún sentimiento hacia ellos.

 

Eran sus padres, pero no despertaban ninguna emoción.

 

Quizás porque al hacerlo no lo habían tenido en cuenta, él no podía sentir algo que no le habían plasmado.

 

No es que importase, él sólo era un retrato de su yo real que seguía andando entre los vivos.

 

Aunque sentía algo nacer en su pecho, una opresión junto al calor en sus mejillas y sentía que podía recordar la sensación.

 

Miró la noche eterna con los copos blancos cayendo sin cesar pensando que era un bello paisaje.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, el próximo cap. es un poco más largo.

Díganme que es lo que opinan, acepto críticas, etc.

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