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Academia Cielo por kurolovers

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Notas del capitulo:

Espero que les guste y siento mucho la demora

Infancia: Viviendo con Bermuda.

El día que acabaría con todo su sufrimiento, era solo un niño queriendo solo un poco de amor para él, quería ser amado por sus padres, no sentirse despreciado por ellos, nunca había hecho nada malo, jamás entendió porque le hacían esos sus progenitores, pero ya no había vuelta atrás, cuando se tiro había cerrado los ojos hasta que sintió algo extraño en su estómago, asustado vio como caía aunque retrocedía, sin comprender lo que pasaba hasta estar nuevamente en un lugar seguro, lo que le había agarrado eran unas cadenas, miro hacia la dirección de la que venían, vio a un joven con vendas en todo su cuerpo y una capucha, miro curioso y asustado ante la persona que no lo dejo caer, aunque noto que ese joven estaba herido, Tsuna preocupado miro a su alrededor y vio su mochila de la escuela, fue corriendo hasta tomarla y sacar la pequeña cajita de botiquín de primeros auxilios, se acercó aun asustado hacia el joven y empezó a curar sabiendo que el otro lo observaba cada movimiento pero no le hablaba..

-No deberías jugar con tu vida de esa manera.-le regaño el desconocido, "Espera......¿Por qué estoy haciendo esto?" pensó el joven en vendas sin comprenderse a sí mismo, miro más analíticamente al pequeño que tenía en frente, frunció el ceño al ver los cortes y moretones en todo el cuerpo o los más visibles que podía presenciar.-¿Quién te hizo eso?.-preguntó furioso.

-......-se tensó al oírlo justo en el momento en que termino de curarlo, pero algo le decía que confiara en él.-M..mis padres lo hacen....la gente de la ciudad igual, Tsuna no puede hacer nada.....Tsuna  piensa que era lo mejor, todos lo dicen....-murmuro con tristeza.

El desconocido apretó sus puños y sin saber porque hizo lo siguiente que era cargar al pequeño entre sus brazos escuchando como chillaba por la sorpresa. Sin decir nada más camino hasta llegar al hotel donde se hospedaba. Tsunayoshi no entendía mucho lo que esa persona hacia pero le gustaba el calor que le daba, sin darse cuenta se durmió en sus brazos hasta llegar a su destino, al sentir lo cómodo del colchón se despertó.

-¿Uh? Tsuna no sabe dónde está.-miro la habitación con curiosidad hasta ver nuevamente al chico a su lado.

-Veo que despertaste, ¿Has comido?.- le pregunto estando recargado en el marco de la puerta.

Negó con la cabeza.-Tsuna se cocina....pero Tsuna no lo hizo hoy.

-¿Te cocinas?.-su voz se le notaba lo sorprendido que estaba.

-Nana-san no le gusta que Tsuna coma su comida, Tsuna aprendió solo a cocinarse.

-Ya veo....iré a buscarte algo de comer, no te muevas.-sin más salió del lugar para irse a la cocina.

Tsuna no se movió pero sentía que la otra persona lo quería ayudar. Nadie lo había hecho excepción de su Kyoya. Minutos pasaron cuando regreso el desconocido con una bandeja con comida, el castaño sonrió y comió todo lo que había con felicidad, sabiendo que el contrario lo observaba.

-¿Puedes decirme tu nombre completo?

-Tsuna olvido presentarse.....tsuna lo siente, me llamo Sawada Tsunayoshi~.-le regalo una tierna sonrisa.

Asistió.-Ya veo, me llamo Bermuda Von Vichtenstein.

Conversaron toda la noche, aunque era más que nada un interrogatorio y el pequeño castaño le contaba todo lo que la gente le hacía con toda la verdad con detalles, Bermuda estaba más que furioso, después de eso el de ojos miel se quedó dormido, aprovechando eso Bermuda fue a terminar su trabajo, al día siguiente, el de vendas le había agarrado cariño al menor aunque solo lo conoció esa noche, le propuso ser su padre si lo quería, Tsunayoshi asistía feliz de tener a alguien que lo quisiera, allí el mayor le comento que debían irse a Italia ya que él vivía allá, Tsuna pensó que era lo mejor, su intuición se lo decía. 

Ese día Bermuda consiguió que le firmaran los papeles de adopción aunque Iemitsu y Nana no se dieron cuenta de lo que hacían o las consecuencias que habrían más adelante, Tsunayoshi el tercer día fue por sus pocas cosas de su antigua casa y tratar de despedirse de forma disimulada a su hermano mayor Giotto,  pero no espero que sus padres biológicos lo comenzaran a golpear más rudo que antes, lloraba a mares por el dolor, cuando se cansaron lo dejaron tirado en la calle como si no les importaba si moría, él no deseaba a morir no ahora que encontró a alguien que lo quisiera como un hijo, en ese momento llego Hibari y pidió un ambulancia, no sin antes golpear de una vez a los dos adultos para que no siguieran dañando a su mejor amigo, cuando todo se calmó apareció Bermuda enojado, Tsunayoshi le explico todo y solo recibió caricias en su cabello para tranquilizarlo al ver que deseaba llorar, el doctor le explico que sus pulmones fallarían por los golpes y que debía tomar unos medicamentos por el dolor y no hacer mucho ejercicio, Bermuda asistía por las indicaciones cuando tuvo que salir por algunas cosas, en esos momentos apareció Hibari preocupado por su pequeño y adorable amigo, Tsuna más relajado y sin dolor sabiendo que su padre Bermuda lo protegería y que lamentablemente tendría que irse a Italia. Se prometieron enviarse cartas ya que sabían que era una despedida pero no era para siempre.

Estuvieron unos días más en el hospital para asegurarse que ya no corría peligro aunque debía revisarse siempre para ver sus complicaciones. Al irse fueron hacia el hotel donde estaba Bermuda alojando por su misión cumplida, dejo a Tsuna en el sofá.

-Tsunayoshi.-le llamo sentándose a su lado.

-¿Si Otto-san?.-miro curioso al mayor aunque probaba el nuevo nombre de su ahora padre, pero a su vez lo llenaba de alegría al notar como el contrario le sonreía de forma disimulada.

-¿Sabes hablar italiano?.-le preguntó, aunque ya sabría la respuesta.

-No....¿Es un problema?.

-Sí, ahora que iremos a nuestro hogar, allá se habla italiano, pero no te preocupes yo te ayudaré a que sepas el idioma.-le dijo al ver que se desanimaba.-Ahora, sólo necesitas descansar pequeño, mañana nos iremos de aquí, como fui a recuperar tus cosas que son muy pocas.....cuando te acostumbres al horario iremos de compra.

-¿En serio? Tsuna puede comprar uhm ¿Un peluche? A Tsuna le gustan.

-Claro,  compraremos lo que te guste más hijo.

Paso el día con tranquilidad, Bermuda le enseñaba italiano, comenzando con lo más fácil para el menor, tal como papà, para más comodidad. Luego de eso se fueron a dormir, el día siguiente, Bermuda se despertó temprano, recogió todas las cosas de los dos para luego tomar al dormido Tsunayoshi entre sus brazo y con su otra mano uso sus llamas de la noche para abrir un portal, cuando paso tomo las cosas para pasar por el portal con cuidado de no despertar al menor, al llegar a su destino, suspiro aliviado al ver como Tsuna estaba bien, camino con tranquilidad por su pequeña casa, dejo las cosas donde había aparecido, dejo al castaño en el sofá, con cuidado comenzó a despertarlo.

-Uhm~ ¿P...papà?.-tallo sus ojitos aun con sueño tratando de hablar el italiano que poco sabia.

-Estamos en casa hijo....tienes que tomarte tu medicamento.-saco el pequeño frasco con el medicamento del menor, fue en busca de agua para que lo bebiera, aunque tenía que hablarle japonés hasta que supiera hablar italiano, sabía que sería un proceso largo pero lo valía.

El pequeño castaño miro a su alrededor, sintiéndose cómodo y agradable, cuando llego su padre se tomó su medicina con leve disgusto. Después de eso observo su casa que sería ahora su hogar, algo que siempre deseo, pero tal vez no con sus antiguos padres y hermano, aun así le agradaba mucho su nuevo padre, confiaba mucho en él, ¿Debía mostrarle que podría sentirse orgulloso de él? Sabía bien que era muy torpe pero cuando se esforzaba tenía muy buenos resultados aunque todos le decían que hacia trampa. Era un niño con buena memoria, miro todo lo que su vista podía, por otra parte Bermuda miraba a su pequeño hijo, le gustaba como sonaba esa palabra, le hacía feliz, había sentido una gran alegría dentro de él. 

Le acaricio sus esponjosos cabellos castaños. Sabía que debía explicarle muchas cosas, ya que ser ahora su hijo oficialmente, lo miro por un rato.

-Tsunayoshi.-le habló teniendo la atención del nombrado.-Debes saber algunas cosas, sé que eres un niño inocente pero debes saberlo.

-Está bien papà.-asistió sin dejar de mirarlo, algo le decía que era muy importante.

-¿Sabes que es la mafia?

-Uh no....¿Qué es?.-le preguntó curioso ante tal pregunta.

-Bueno es algo así como una organización de crímenes clandestina, es algo malo Tsunayoshi y yo soy subordinado de Vindice que se encarga de atrapar a los capos  de la mafia si rompen las reglas impuestas.

-¿Papà es un héroe?.-le preguntó contento haciendo que el mayor se sorprendiera.

-¿Por qué dices eso pequeño?

-Porque papà atrapa a los malos entonces papà es bueno.-era una lógica de un pequeño.

Bermuda no pudo evitar sonreírle.-Ya veo, eres especial Tsuna.

-Ha Tsuna le hace feliz escucharlo.-ríe infantilmente.

Los días pasaron y Bermuda le enseñaba italiano a su pequeño hijo aunque a veces no podía ya que el menor se dormía por el cambio de horario. Y en esos momentos aprovechaba para ir a sus misiones que trataba de que fuera lo más rápido posible. En la semana Bermuda un joven padre soltero se sorprendía al ver el progreso del castaño ante el idioma que comenzaba a ser más fluida y muy bien pronunciada. A su vez con ayuda de sus cadenas agarraba con cuidado al menor cuando este se tropezaba con muchas cosas.

Tsuna reía al ver aquellas extrañas cadenas que parecían serpientes, aunque jamás se quejaba, disfrutaba pasar tiempo con su padre. Un día pasó algo extraño. Estaban en la casa y era de noche cuando Bermuda llego algo herido en su costado, trato de curarse cuando lo vio su hijo, pensó que se iba a desmayar al verlo, no se esperó que se le acercada preocupado y en el momento que lo tuvo cerca pudo ver llamas amarillas, jamás pensó que el menor pudiera tener una voluntad, abrazo al ojimiel cuando le termino de curar.

-Gracias Tsunayoshi.

Ríe un poco-No es nada papà.-le murmuro en italiano.

-Ven, debes ir a dormir.-lo cargo hasta llegar a la cama del menor.

-Papà, ¿Que son esas llamas?.-le pregunto el castaño mirando al mayor.

Suspira sentándose en la cama.-Bueno, hijo dentro de la mafia hay gente que tiene la conocida 'llama de la última voluntad' es un atributo que contiene unos sentimientos bastantes fuertes en la persona.-comenzó a explicar cómo podía.-Hay muchas, pero hay siete que son más comunes: la llama del cielo es la armonía color naranja, tormenta es la desintegración color roja, lluvia color azul es la tranquilidad, Sol llama amarilla es la Activación, Rayo color verde es la solidificación, Nube color púrpura es la llama de propagación y Niebla color índigo es la llama de la construcción.-le explicó con lentitud.

-Y papà ¿Cual tiene?.

-El mío es la llama de la noche, son especiales ya que es por sentimientos negativos.-dijo sin mirarle.-Son malas por los sentimientos que se dan y es color negro y se caracteriza por ser transportación.

-Uhh entonces Tsuna tiene llama del Sol y Cielo.-le sonríe divertido.

-¿Cielo?.-dijo sin comprender eso, la del Sol fue la única que había visto en el menor.

Asistió emocionado, cerro sus ojos y en su frente brillo una llama naranja muy brillante y pura, una llama de la última voluntad completamente pura jamás vista ni el de Primo había sido de esa forma. Bermuda estaba sorprendido.

-Ya veo, bueno mañana si quieres saldremos Tsuna.-le revuelve los cabellos orar acomodarlo e irse.-Buenas noches.

-Buenas noches papà.

Bermuda sabía que más adelante muchas cosas pasarían y serian bastante interesantes de ver.
Pero ante todo protegería a su hijo, su pequeño pedazo de luz, es que le era imposible no amarlo y cuidarlo.

Notas finales:

Tengame paciencia por favor ¿Les gusto?


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