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Academia Cielo por kurolovers

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Notas del capitulo:

Ahhh tanto tiempo sin actualizar xd sorry pero la universidad era mas importante aunque me duela admitirlo, ademas no ha sido un buen tiempo para mi y he estado muy deprimida que las ideas ya no salian en ninguna de mis fics, por eso la demora debern entender que tambien soy un ser humano que debe divertirse, deprimirse o simplemente no sentir las ganas de nada, por eso sean pacientes con las cosas que no soy un robort. Espero que les guste el capitulo y siento la demora.

Capítulo 14: Sospechas contra las nieblas y revelaciones.

Desde ese día los Vongola estaban extrañados de que Mukuro y Nagi estaban más apegados a Tsunayoshi, Giotto estaba curioso ante tal repentino cambio pero al ver a su hermanito tan feliz no le quito importancia, Yamamoto tenía una sospecha sobre aquella actitud pero prefirió no decir nada.

Hibari quería acercarse al menor y preguntar su relación con él come malvaviscos, pero le era imposible siempre estaba con un Arcobaleno o con los gemelos.

Tsunayoshi reía divertido por las ilusiones que le mostraban sus guardianes, recordó que el día después de aceptarlos como tal, se reunieron todos los Vongola y su familia que esa noche le había mostrado sus avances y comentaron algunas cosas que descubrieron. Tsuna concluyó que estaban listos aunque Reborn debía seguir como tutor de su hermano como quería el Octavo.

-¿Tsunayoshi-kun?.-le llamo preocupado Mukuro al ver que estaba distraído.

-No pasa nada Mukuro, solo presiento que pronto las cosas sean algo interesantes.-le sonrió para tranquilizarlo.-Vamos los demás tal vez ya sospechan.

-No importa Tsuna-Kun, nadie nos alejada de ti.-dijo sin timidez la chica con voz segura.

-Gracias Nagi.-le abrazo.

Los tres iban caminando con tranquilidad hasta sus salas ya que la hora del almuerzo había acabado, Tsuna se reunió con Yamamoto y Gokudera, busco a los Bovino pero estos al parecer no iba a estar al parecer.

Las clases con los Arcobaleno eran un infierno menos para su cielo que ya sabía muchas cosas.  Al terminar a clase de ese día el pequeño castaño iba por los pasillos de la escuela hasta escuchar una risa familiar. Miro a su alrededor y como no había nada sonrió sabiendo bien de quien se trataba.

-Mukuro.-murmuró.

Entre la niebla apareció el nombrado.-Oya Oya eres increíble.

-¿Cómo no notar a mi guardián y mano derecha?.-ríe entre dientes y ve su reacción de sorpresa.

-¿Mano derecha?.-lo miro levemente sorprendido y confundido por tal declaración

Asistió sonriendo.-Si, tu eres mi mano derecha y Nagi mi mano izquierda, son mis primeros guardianes y siento que puedo confiar mucho en ustedes.-comento comenzando a caminar siendo seguido por el contrario.

-¿Y ave-kun?.

Se sonrojo.-Bueno....no lo sé, me siento confundido con mis sentimientos hacia el.-bajo la mirada apenado.

Le revolvió sus cabellos.-Esta bien Tsunayoshi-kun, pronto podrás ver qué vez en él, aunque Kufufufu no prometo nada si los molesto.

El castaño sonrió y entre su camino se encontraron con Skull y Viper, Tsunayoshi los abrazo a los dos con profundo cariño.

-¿Que sucede?.-les preguntó curioso.

-Tenemos misión pequeño, yo el gran Skull lo completada con éxito.-dijo el Arcobaleno de la nube con orgullo y determinación.

-Cuídense.-pidió Tsuna.

-Sabes que lo haremos, no te dejaremos solo mi cielo.-Viper le beso la frente para volver a su camino.

Luego de aquello siguieron su camino hasta llegar a las habitaciones y justo cuando llegaban se  encontraron con los Vongola.

-¿Mukuro?.-lo miro extrañado Giotto, le era un tanto extraño el nuevo comportamiento del cabello de piña como el hermano mayor de este lo estaba por sus hermanos menores.

-Oh kufufufu vaya si son los Vongola.-su voz sonaba hostil contra ellos.

-¿Que te sucede?.-dijo enojado Deamon.

-Nada.-le respondió con indiferencia.

-Como sea, últimamente estas actuando extraño, ¿Que has hecho?.-preguntó G.

-No deben entrometerse donde no les llama.-apareció Nagi al lado de su gemelo.

-¿Chromer?

-Nosotros nos juntamos con quien quedamos ¿no? Además Tsuna-kun  está en buenas manos.-dijo levemente molesta.

-No es eso, simplemente el cambio paso de un momento a otro.-se excusó Asari.

-Mukuro, por favor.-pidió Tsuna al verlo a la defensiva.

Todos los miraron y suspiraron, no podían negarse al verlo de esa manera, para los gemelos le era inevitable no cumplir con lo pedido a su adorable jefe, ocultaron los tridentes que habían aparecido en el algún momento de las defensivas palabras, el pequeño castaño sonrió contento al verlos más tranquilos, miro a los Vongolas levemente.

-Les pediré de que ya no molesten con estas cosas, podrían salir mal,…..ya que están peleando con una famiglia no aliada.-dijo como si nada, los gemelos sonrieron de lado al ver las reacciones de los demás.

-¿Qué quieres decir Tsunayoshi?.-pregunto Kyoya.

-Ohh eso te lo puedo responder yo-dijo Mukuro levantando su mano donde está su anillo-Soy el guardián de una famiglia no aliada de Vongola~, su jefe tiene toda mi lealtad tanto como lo está mi querida Nagi.-hablo con burla, divertido por cómo van las cosas, después de eso tomo rápidamente a Tsuna por la cadera.-Él nos pidió que ayudáramos a Tsunayoshi-kun con sus acosadores de Vongola.-mintió descaradamente sabiendo que su cielo no deseaba aun revelar que sería un gran jefe de dos fuertes famiglias en el mundo.

 Sin darles tiempo a nada los tres se fueron con la niebla de Mukuro. Sus impresiones eran mayores, los gemelos habían rechazado a Vongola, no podían poderlos en el catálogo de traición sabiendo de ante mano que los “menores” no estaban unidos oficialmente a Vongola ya que el actual gobernante ya tenía sus guardianes.

El de ojos avellanas sonrió levemente sus guardianes eran los mejores, sabía que su relación con su hermano y mejor amigo se estaba comenzando a romper, podía notarlo y él mismo se distanciaba para no dañarse más de lo que se estaba haciendo, sabía que era débil, muy débil aun cuando mostraba lo contrario pero esos casos eran por otros motivos que lo hacían moverse, tenía apoyo de las mejores personas que aunque comenta errores nunca le darán la espalda. Confiaba en su familia, en sus guardianes, en sus aliados y en su padre.

Aun cuando era egoísta, aun cuando era un idiota, aun cuando quería dar más de lo que daba sin querer recibir nada a cambio, su bondadoso corazón siempre traía consecuencias y beneficios, sabía que podría morir por aquello que era su personalidad. Podría caer en un abismo oscuro como lo fue en su infancia cuando nunca conoció que era el amor entre familia, las bromas con amigos, las risas alegres, los abrazos inesperados, el buen trato, luchaba por sus ángeles, sus seres queridos que siempre estaban a nuestro lado. Quería alegrar sus vidas como ellos lo hicieron con él aun cuando todo fue difícil en acercarse, en confiar, en amar, en protegerlos.

Miro a sus guardianes y los abrazo, sorprendiéndoles por completo, sus llamas del cielo combinada por una color levemente blanca los envolvían a los tres, las nieblas podían sentir una cálida sensación colarse por sus corazones, se sentían tan plenos, sin preocupaciones, sin que los juzgaran, aunque nunca contaban lo que vivían aun cuando no estaban con su antigua familia, todos temían a Mukuro por sus ojos y actitud, muchos ignoraban a Nagi por ser tan tímida y callada, sentían que caían en algún lugar que jamás podrían salir, ellos jamás lo dijeron en voz alta, por eso ellos siempre estaban juntos porque sabían que los dos sufrían lo mismo: la soledad y desesperanza, pero desde que conocieron a ese pequeño cielo tan fiero, tan bondadoso, tan alegre, quisieron que él los salvara, Mukuro lo noto, ese pequeño e inofensivo ser había salvado a su gemela, él era alegre si ella era volvía a ser feliz pero jamás espero que el mismo cielo lo salvara a él aun cuando nunca mostro que quería ser salvado sabiendo que lo pedía a gritos.

Los tres se quedaron en ese lugar abrazados, no querían separarse de aquel ángel, por unos minutos más se separaron de ese agradable abrazo, Tsuna les sonrió con alegría.

-No importa lo que pase más adelante.-hablo con voz suave aunque sus ojos se le notaba una combinación entre naranjo y avellana.- No dejare que los lastimen, los protegeré con todo lo que tenga.-se juró mirándolos a los dos-No permitiré que mis amigos sean dañados, ni por Vongola ni por nadie, aquel que los dañen sufrirán lo peor que la misma muerte.-sonrió con sadismo.

Los únicos y actuales guardianes estaban sorprendidos y alegres sabiendo que aquel cielo siempre estaría con ellos, los cuidaría y protegería como personas, como amigos y no como armas, eran felices por tomar aquella decisión y no se arrepentían sabían qué lado del castaño habrían mucha aventuras que pronto comenzaran, a la misma vez ahora sabían que su pequeño cielo pareciera un lindo conejo pero podría ser un león que podía contra todo por ellos, por su familia, por sus aliados y por sus enemigos. Era valiente, aun cuando peleaba tan solo mostraba su fe tan pura, sus carácter, su perseverancia por gente que se lo merece y quien no, teniendo tantos obstáculos que lo hacían creer a ellos que en algún momento caería en la desesperación pero estaban equivocados, él luchaba por no caer, por no rendirse, muchos lo apoyaban , muchos creían en él. Ellos estaban ahora allí para también ayudarlo, para poder jamás caer esa bella sonrisa que los hacían decir “Ah vale la pena”, sabían que i ellos caían él jamás se rendiría con ellos aun cuando hagan algo mal; él estaría ahí, lo sabían, su corazón se los decían.

Tsunayoshi se sacudió su ropa y les tomo de las mano a los dos, apretándolas asegurándose de que no se separaran y sin aviso comenzó a correr riéndose al escucharlos gritar sorprendidos por el arrebato, no se detenía, corría por los pasillos y comenzó a guiarlos hasta el centro de la academia, a la vez, dejaba fluir sus llamas por completo y el lugar comenzaba a cambiar, los gemelos de la niebla miraban lo que sus ojos veían con asombro el lugar como una noche estrellado pero también nubes pasar con suavidad aunque les sorprendía que cada paso que daban crean flores de varios tipos, nuevamente miraron a su cielo.

-Solo quería sorprenderlos.-rio con nerviosismo-Quiero hacerlos felices.

-Ya lo haces Tsuna.-hablo Nagi sonriendo maravillada por el lugar.

-Este es el lugar que creo cuando duermo o quiero estar solo.-miro el cielo nocturno.

-¿Por qué nos muestras esto Tsunayoshi-kun?.-el gemelo mayor lo miro curioso.

-No lo sé.-dijo con sinceridad.-Solo quería hacerlo Mukuro.-le sonrió.

-A veces pienso que eres raro kufufufu.

-Muchos me lo dicen.-dijo con nostalgia.-Como ya lo sabes Bya-kun es nuestro aliado…

-Sí, pero que tiene que ver él en esto

-Él quiso acabar conmigo.-suspiro al escuchar el chillido de sorpresa de la chica.-Pero aun cuando era mi enemigo yo no lo veía así, notaba que algo mal iba con él, sin que nadie pudiera detenerme termine siendo su amigo y aliado.-juega con sus dedos.-Todo termino con buenos términos para Gesso y él no hace aliados cualquiera como antes, no sé porque termina haciendo algunos trabajos de mi familia pero siempre se lo agradezco sabiendo que él no debería hacerlo.

-Tienes ese don Tsunayoshi-kun.

-Cierto Mukuro-niisan, Tsuna-kun tiene el don de cambiar a las personas.

-C…claro que no.-se sonrojo avergonzado.

El mayor sonrió al ver aquella reacción, miro el lugar unos momentos, observando cada detalle que tenía, debía admitir que era demasiado bueno, mejor que él.

Estuvieron unos minutos más conversando hasta que sintieron que alguien traspasaba la ilusión, las nieblas se pusieron a la defensiva cuando escucharon una risa divertida, el castaño lo pensó un poco sabiendo que reconocía aquella risa en algún lado.

 -Kawahari-san~ ya has vuelto.-dijo cantarín haciendo que apareciera el nombrado a su lado con una taza de té.

-Es bueno saber que no me has olvidado.-le sonrió sin usar su traje usual.-Además que te he dicho que me digas.

-Zio (Tío).-susurro avergonzado al olvidarlo.-Oh si, te presento a mis primeros guardianes.-le sonrió animado señalando a los gemelos que se habían relajado un poco.-Ellos son Mukuro y Nagi Rokudo.

-Es un gusto conocerlos.-les hablo con calma.-Como saben me conocen como cheker face, aunque no esté usando ahora mi mascara.-sonrió burlón antes de ponerse serio-Le hacen daño a mi pequeño cielo y morirán en mis manos y de Bermuda.-sonrió con sadismo estremeciendo a los nombrados.

-L..Lo entendemos.-murmuro Chromer.

-No se preocupe, nosotros cuidaremos bien de Tsunayoshi-kun kufufufu.-rio nervioso por tal aura asesina.

-Me alegra saber que así será-tomo un poco de su te.-Ah si, vengo para lo que me has pedido Tsunayoshi.-miro serio al castaño.-Pero pude mejorar la manera de que a ti no te toque la maldición del cielo del Arcobaleno.-hablo acomodándose.-Investigue y probé muchas cosas, lo único que no pido es que no mueras.

-Sabes que haría lo que fuera por mi madre Zio.-lo miro levemente.-Por ella y por todos.

-Lo se.-suspiro un poco.-Por eso mismo, cuando haga la transferencia de cargo, pondré algunas llamas de otros atributos que quiero que pongas aquí.-le muestra una bola de cristal.-Llenarla de varias llamas tuyas y que sea de la misma medida.

El castaño asistió y desactivo su ilusión volviendo todo a la normalidad, tomo la bola de cristal para luego hacer lo pedido por el mayor, la esfera comenzó a cambiar y mostrar varios colores hasta estar por completamente llena, cuando acabo Kawahiro tomo la esfera y Mukuro alcanzo a tomar al castaño que se desmayó por el esfuerzo.

-¿Estará bien?.-pregunto preocupada por su amigo.

-Sí, solo es cansancio de poner muchas llamas a la vez y concentrarse de poner las mismas cantidades, un buen sueño y buena comida estará bien.-sonrió contento viendo la esfera que sostenía.-Es mejor hacer la transferencia mientras este dormido, Luce no va a sobrevivir por mucho tiempo.

Llegaron hacia donde estaban los Arcobalenos, sin decir nada tomo a Luce y desapareció con ella y el pequeño castaño. Los demás estaban preocupados y impacientes al sentir sus chupetes brillar  como nunca visto, esa noche nadie durmió por la preocupación, mientras tanto Tsunayoshi comenzaba a despertar en una habitación desconocida para él.

-¿Dónde estoy?.-pregunto nervioso mirando a su alrededor.

-Oh por fin despiertas Tsuna.-hablo la voz de su madre, la miro sin comprender porque estaba ella allí.-Cariño ¿Cómo te sientes?

Cerro sus ojos un momento sintiendo un pequeño peso en su cuello, llevo su mano hacia el objeto y parpadeo confundido y lo observo, ese era el chupete de los Arcobaleno del cielo, pequeñas lagrimas caían por sus mejillas sabiendo lo que significaba, sin dejar que la mujer hablara ya la tenía en sus brazos, abrazándola con fuerza mientras lloraba en silencio con una sonrisa.

-¿Tsu-kun?.-le pregunto preocupada por tal arrebato que le daba su pequeño.

-Estas bien, estas bien.-susurraba una y otra vez.

-Claro que lo estoy, jamás te dejaría ni a ti, ni a tus hermanas.-sonrió acariciando sus cabellos.

Luego de algunos minutos se separaron y fueron donde estaba Kawahiro tomando un café con galletas, al ver a los dos aliados sonrió al ver nada extraño en ninguno de los dos, les explico un poco lo que pasaría más adelante cuando su cuerpo se adapte a la maldición en el caso de Tsuna que asistió feliz, y en Luce solo le recomendaba reposos y buenas siestas para recuperar toda su energía y llamas que había perdido a lo largo del tiempo, unas horas más en ese extraño castillo, los dos cielos se fueron nuevamente a su hogar, sabiendo de ante mano que estarían preocupados, con gusto el mayor los llevo (transporto) en la academia dejándolos cerca.

Tsunayoshi estaba como un niño en una dulcería por tal y bella sonrisa que iba colgada en sus labios mientras llevaba a su madre por el brazo, iban a pasos lentos aún se sentían débiles pero no como para desmayarse o algo peor. En el camino escucharon lo gritos de Squalo acercándose a ellos con preocupación, al estar a su lado, el guardián de la lluvia aviso a su jefe que ellos habían vuelto, no era de sorprender que todos aparecieron como si hubieran estados enjaulados por años en un sótano, Tsuna quería reírse al ver a toda su familia con un mal aspecto, hasta su padre Bermuda estaba presente pero más decente que todos los demás sabiendo con quien estaba, su padre confiaba en él.

Sin dejarlos hablar Reborn y Colonello tomaron cada uno un cielo, caminaron hasta su hogar, lejos de la academia sabiendo que habían muchas cosas que necesitaban saber y más al ver el chupete naranja en el cuello de Tsunayoshi, los Arcobalenos desde que vieron que el chupete rechazo a Luce y aceptaba a su pequeño castaño de ojos inocentes, les hervía la ira, la tristeza y la culpa, no podían que ese pequeño niño muriera, sabían muy bien la carga que llevaba a ser el Arcobaleno del cierto, tan poco tiempo contigo, pero siempre estará ahí, esos recuerdos de pérdidas. No deseaban perder a su cielo, su pequeño ángel, ellos sin decirlo en voz alta se prometieron protegerlo costara lo que costara, porque no iban a perder a ese cielo, por eso mismo comenzaron a entrenarlo juntos con juego, tampoco querían que ese adorable chico se ensuciada sus manos con sangre, aunque termino viéndolo muy seguido por su culpa y ellos lo sabían, ser asesino y locos no ayudaba mucho pero aun con eso, aun cuando Tsunayoshi veía como ellos mataban personas seguía teniendo esos ojos llenos de inocencia. Hasta que crecía y comprendía más y más las cosas, él los aceptaba, los amaba y cuidaba como ellos a él.

 Cuando llegaron y acostaron hasta acomodar a los recién llegados, todos buscaron un lugar cómodo y en silencio.

-Bueno, como notaron e volvió el Arcobaleno del cielo-comenzó a hablar el castaño queriendo romper aquel incomodo silencio para él.-Zio me ayudo a que fuera modificada la maldición.

-¿Qué hizo?.-pregunto Verde mirándolo curioso, ni él mismo podía revertir aquella maldición que mataba a su amiga.

-Implanto mis otras llamas en el chupete haciendo una fusión y crearla como un combustible para el chupete, como todos sabemos, esto.-tomo entre sus manos su chupete de Arcobaleno.-Toma tu vida mediante tus llamas, pero mi caso es diferente, porque yo tengo varias, así que creo otra fuente de energía que no acabara con mi vida.-trato de explicar lo que le había contado.

Cada uno pensó en las palabras del pequeño castaño y cuando todo fue procesado, todos podían sentir un alivio y alegría de tener aun a ese niño. Cuando todo se calmó, sus guardianes de la niebla le habían comentado que habían pedido otra habitación desocupada para ellos (aunque en realidad, cada supuesta habitación era como un mini departamento en la academia), Tsuna los miro unos momentos antes de que Nagi se sonrojada y dijera que el Octavo supo que ellos se habían aliado con enemigo de Vongola y para seguridad de sus secretos y futuro jefe de Vongola los haba puesto en otro lugar, cosa que ellos habían aceptado. Si deseaban ir en serio con Tsuna debían romper lazos con la famiglia que le hizo tanto daño.

Al principio Tsunayoshi estaba molesto por ello, era como si su abuelo indirectamente lo tachada de peligrosos, suspiro antes de asistir, después de todo no podía hacer nada, el director era después de todo un Vongola. Sin querer enojarse en un di ata maravilloso para él, prefirió ignorar ese hecho y les aseguro a sus guardianes que no importaba lo que pensada el Octavo, se arrepentiría de clasificarlos de esa manera, disfruto todo el día con su familia y aliados, además, era muy feliz al tener  nuevamente al amante de malvavisco, solo faltaba poco para volver a ver a los demás.

-Ya quiero que el tiempo pase más rápido.-susurro ansioso.

Ríe levemente.-Oh vamos pequeño Tsu pronto volverá junto a Dino~ y otros más.-hablo Skull.-En la misión me encontré con ellos.-sonríe divertido.-Me encomendó decirte que vendrá después de tu charla con ese Ruso.

Sonrió.-Gracias Skull, eso me tranquiliza, ahh las cosas ya están avanzando.

Entre charla y diversión una de las pequeñas tuvo una visión haciéndola gritar asustada.

-¿Aria?.-se acercó Luce y Gamma preocupados por su hija.

-So…solo fue una visión.-murmura preocupada, miro a su hermano mayor que la observaba.-Tsu-niisan debes mostrarte ante el mundo como el jefe más fuerte de la mafia.-se acercó para abrazarlo.-Un enemigo quiere tu cabeza.-comenzó a sollozar.-No pude verlo, solo sé que quiere, pero te quiere matarte.

El ambiente comenzó a ponerse tenso ante aquellas palabras, ¿Quién sería esa persona? porque caería por varios metros bajo tierra eso era segundo, mas ahora sabiendo que hay una amenaza no dejaría que el castaño estuviera solo. El oji caramelo pensaba con la mente fría, sabiendo que debía controlarse y no explotar sabiendo que eso causaba más destrozos en su familia, suspiro acariciando el cabello de su hermana comenzando a dejar fluir sus llamas del cielo, un armonía comenzaba a llenar la habitación relajando el ambiente.

-No vale la pena pensar como matarlo si no sabemos quien es.-hablaba con voz seria y suave a la vez sus ojos se volvieron naranjas.-Pero no dejare que haga algo contra mí o mi familia.-abrazo más a sus hermanas, ya que las dos se habían apegado a él.-Haremos todo de forma disimulada, no levantaremos sospechas y vigilaremos a los enemigos que no están presentes en nuestras alianza…..tendremos que acelerar los planes.

Allí mostraba que dentro de esa timidez y aura de indefenso había una fiera con garras, todos comenzaron a relajar sus mentes, el nuevo jefe de los Arcobalenos tenía razón, pensar como matar a una persona sin saber quién era, solo causaba más incógnitas y a su vez no ayudaba mucho a su cielo.

-¿Qué haremos Tsuna-kun?.-pregunto Gesso.

-Por ahora tendremos que adelantar mi inauguración como nuevo jefe de Giglio Nero y hacer una fiesta con todos los mafiosos en Italia, quiero que los chicos vuelvan más pronto para planear bien las cosas, después de todo también deben saber que pronto hablan muchos problemas, podrían usarlos como rehenes por el descuido.

Las cosas comenzaban a avanzar pero nadie sabía cómo terminaría todo. Solo esperaban que todo fuera como el plan, nadie quería perder a su pequeño cielo, su esperanza, su pilar. Tsunayoshi miraba el techo de su habitación después de la cena en su casa, mañana volverían a la academia a seguir como hasta ahora, después de todo hay algunas cosas que no pueden cambiar por nada, recordó que aún no hablaba con su Kyoya pero se lo merecía, aun no podía perdonar a los Vongolas por aquel arrebato, insultaban la forma de enseñanza de su familia, debía defenderlo como sea, ellos le dieron lo mejor que podía pedir, no les daría la espalda.

Suspiro cansado de tantas cosas en tan poco tiempo, lo único que le aliviaba era que sus padres biológicos no aparecieran, aún tenía un trauma con ellos aunque no lo admitiera lo sabía, su cuerpo aun no olvidaba, era un reflejo, apretó los puños.

-Debo mejorar por mi.-se dijo a si mismo.-Por ellos también.-sonrió leve antes de que por fin cayera dormido del cansancio.

A la mañana siguiente en el desayuno notaba que faltaban algunas personas.

-Mamma y ¿Lal, Verde y Fong?.-le pregunto curioso mientras la miraba.

-Oh cierto, fueron por algo que les pedí cariño, no te preocupes que cuando vayas a clases ellos estarán allí.

Sin más contratiempos estaban nuevamente en la academia, las clases fueron normales para el castaño que se distraía con algunas cosas, pero notaba que era observado por alguien, cuando pudo pillarle supo que era Takeshi, no es que lo odiara como a los demás, después de todo lo que había pasado con el pequeño accidente, le agradaba bastante, había pensado en perdonarlo y volver a hablarle, sin embargo, sabía que el pelinegro los observaba a los tres, Mukuro lo sabia pero como no había hecho nada malo no le tomaba importancia.

El castaño había hablado con sus guardianes en la hora de receso solo aquella propuesta, las nieblas no se quejarían si su jefe y amigo confiaba en el espadachín menor. Con las cosas claras comían y disfrutaban su almuerzo sabiendo que Yamamoto estaba oculto.

-Takeshi ¿Podrías salir?.-pidió Tsuna mirando el lugar donde estaba.

El nombrado salió avergonzado “Tal vez siempre supieron” pensó para si mismo y lo sabía, el pequeño castaño habrá sido educado para notar las presencias.

-Lo siento chicos jajaj.-rio nervioso acercándose a los tres que lo miraban.

-Kufufufu eras muy notorio estos días.-se burló Mukuro

-No te preocupes, pero ¿Qué necesitas de nosotros?.-le pregunto Tsuna mirándolo.

Yamamoto notaba como los gemelos se acercaban al más pequeño, notaba esa preocupación y alerta que tenían mientras lo miraban, volvió su vista a su amigo, aquel que lo ayudo mucho cuando lo necesito, una determinación que no pensó tener comenzó a hablar.

-Quiero volver a ser tu amigo Tsuna, no quiero estar lejos, quiero compartir cosas contigo, divertirme contigo como buen amigo, si necesitas confiar nuevamente en mi, hare lo que sea.

El oji caramelo lo observaba mientras hablaba y sonrió notando la desesperación y sinceridad de aquellas palabras.-Bueno…..-movió un poco su cabeza pensativo, aunque solo quería divertirse un poco.-Eres muy buena persona Takeshi, me agradas mucho pero si te permitiera volver a ser mi amigo habrían problemas, ¿no chicos?.-miro a los gemelos antes de soltar una risita.

-C..cierto, Vongola no esta en buenos términos con nosotros.-hablo Nagi seria.

-Y..ya veo.-eso le desanimaba un poco.-Pero yo se que algo está sucediendo, por favor Tsuna dímelo, quiero ayudarte.

-Kufufu ¿Qué harás?

-Mira Takeshi, mi madre me pidió buscar guardianes…siento que tu podrías ser el de la lluvia, mi lluvia, pero si lo haces, tendrás que separarte de tu hermano y vivir con Mukuro y Nagi, después de todo estarás con un enemigo de Vongola aunque estemos en un tratado de no meternos con el otro.-le explico serio, dándole las cartas y opciones con las consecuencias.-¿Qué dices?

El espadachín estaba sorprendido, unió los puntos de la anterior pelea que había pasado la otra vez, ahora entendía la nueva relación de las nieblas, pero para que negarlo se veían mas felices con el chico, él también lo deseaba aunque ahora siendo consciente que con su hermano no serían aliados, no cuidarían sus espaldas como hasta ahora, pero hace tiempo ya no pensaba en eso mucho, no ahora que conocía al chico que miraba con seriedad, lo cuidaría, lo protegería con su vida y su espalda.

-Yo….yo me uno a ti Tsunayoshi.-le hablo con seriedad para que notaran que no se arrepentiría pero no sentía que lo hacía.-Se que Asari no disfrutara que peleemos pero no me importa si te puedo proteger.-tomo su espada y se compuso para poder su mano en su corazón.-Con mi espada hare que tus enemigos caigan y con mis llamas limpiare la sangre para ti.-en sus manos brillaban la llama de la lluvia.-Seré siempre tu guardián de la lluvia hasta que mi vida acaba salvándote y ayudándote en lo que pueda.

-¿aun cuando tienes que alejarte de tu hermano, de Vongola?

-Si, antes no cambiaría nada por Vongola que hizo mucho por mi familia.-hablo sincero.-Pero siento que yo ya no pertenezco allí, no cuando te conocí, cuando vi tu preocupación en mí, mi llama pidió….no, me rogaba seguirte, eres mi cielo Tsuna.-le sonríe.-Se que trae consecuencias pero no me voy a arrepentir de estar a tu lado como un guardián.

El castaño sonrió alegre y busco entre sus bolsillos el anillo que le pertenecía al contrario y se lo dio.-Entonces que así sea Yamamoto Takeshi, desde ahora eres mi guardián, mi Famiglia y mi amigo, jamás te traicionare, en ninguna de esas tres mencionaras, yo cuido a la gente que quiero y aprecio, si necesitas algo dímelo, si estas confundido lo hablamos pero no te lo guardes que yo confiare en ti como tu tienes que confiar en mi.-le sonrió con ternura.-Te contare luego lo demás, como te habras dado cuenta Giglio Nero va a dar paso al nuevo jefe que sere yo, como también sabes Mukuro y Nagi son mis guardianes de la niebla, Mukuro es mi mano derecha y segundo al mando y Nagi mi mano izquierda y tercera al  mando cuando no están yo ni mis hermanas cuando pase algo, ¿entendido?

-Claro.-rie divertido.-Gracias Tsuna, no te defraudare.

-Bueno es mejor terminar de comer e ir a buscar tus cosas, te quedas con Mukuro y Nagi, Vongola te llamara un “traidor”.-dijo con leve molestia.

Entre conversaciones y divertidas bromas, terminaron de comer y como aún quedaban algunos minutos fueron a los dormitorios para buscar las cosas de espadachín, suerte o no, no se encontraron con ningunos de la Vongola, al recoger lo poco que tenía el pelinegro fueron hacia el dormitorio de los gemelos, como tenia cuartos disponibles no fue tan difícil.

-Takeshi, cuando la clase termine me sigues hasta llegar a la reunión y allí le diré a los demás que eres mi guardián y te pondremos al tanto de la situación.

-Está bien Tsuna.-asistió serio antes de sonreír y apoyarse en el menor yendo juntos a clases ya que los gemelos fueron a su salón.

Notas finales:

Solo espero que les guste y que ya sigo con las otras actualizaciones 

 


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