Capítulo 15: Nuevo guardián y arrepentimientos.
Al terminar las clases, Yamamoto y Tsuna fueron hacia la habitación del menor, mientras caminaban se habían dado cuenta que Gokudera y los Bovino se habían dado cuenta de su acercamiento tan repentino, tampoco eran muy disimulados en ocultar mucho las cosas. Pero a ellos no les importaba, el castaño pensaba un plan para lo que se avecinaba porque sabía que habría una pelea pero la pregunta era ¿Con quién?, ¿Qué necesitaba el enemigo de él? ¿Sería un traidor dentro de su fagmilia? No lo creía mucho, en Giglio Nero todos se apoyaban y todos se conocían de hace años, le era difícil encontrar un culpable o por lo menos empezar con las pistas.
-Todo irá bien Tsuna.-le tranquilizaba Takeshi al verlo tan pensativo, le preocupaba lo que estaba sucediendo con su ahora fagmilia, se sentía tan bien en pensar así, aun cuando estuvo en Vongola se sentía en casa, pero a la vez no, quizás era las llamas de Giotto, sabía que tanto su hermano como los demás habían ido con Giotto por sentir como sus llamas de la última voluntad pedían a gritos, seguir, proteger y cuidar al rubio, al principio pensó que su destino iba a ser lo mismo, seguir al rubio pero se equivocó, seguía al cielo equivocado; pudo ser porque entre Giotto y Tsunayoshi fueran hermanos y sus llamas fueran casi iguales, diría casi pero si eran diferentes, su calidez la de su jefe y amigo era completamente armónica y relajante, también sintiendo las demás llamas envolvente, un sentimiento tan confirmante, sentía como esa armonía que daba, le hacía sentir seguro, amado y relajado, notaba que Tsunayoshi no notaba el don que tenía, sonrió divertido, sabía que su hermano al darse cuenta estará quizás decepcionado de que no fueran del mismo bando, pero no podía poner excusas, se sentía genial estar con el castaño.
-Eso esperó Takeshi.-le sonrió con agradecimiento, notaba la preocupación del más alto y eso lo relajaba de cierta manera, quería volver a estar como antes, donde estaba en su casa mansión con los Arcobalenos y su padre, sin ninguna preocupación en sus mentes, antes era más fácil.
Entraron y se encontraron con la familia del menor, junto con sus guardianes de la niebla, que estabas completamente cómodo alrededor del lugar.
-Chicos, Yamamoto Takeshi es ahora mi guardián de la lluvia.-dijo emocionado el castaño acercándose y dejándose abrazar por sus hermanas.
-Ya veo, si serás el guardián del pequeño Tsuna te entrenaremos de mejor manera Yamamoto-san.-le dijo Luce sonriendo.-Squalo no se negara y menos Colonello junto a Lal.
Ríe nervioso-Comprendo y agradezco eso. No quisiera que a Tsuna le sucediera algo, quiero ser fuerte para protegerlo a él y a toda mi fagmilia.-dijo serio y determinado.
-Sigo pensando que tú tienes potencial de ser un asesino.-dijo Reborn sin mirarlo, viendo como su fiel amigo se iba a manos de su adorable conejito, al ver al castaño también estaba rodeado de la mascota de Fon, Lichi.
-Bueno, cambiando de tema ¿Estas al tanto Takeshi?.-le preguntó Skull.
-Si algo, Tsuna me explico solo que iba a ser el siguiente jefe de Giglio Nero.
-Bueno solo te falta saber que desean la cabeza de Tsunayoshi, ¿Quién? Aún no lo sabemos.-le dijo directamente Verde.-Lo supimos por una visión, el problema es que es difícil buscar un culpable.
-También es el nuevo jefe de los Arcobalenos, tiene el chupete del cielo-le dijo Viper.
El pelinegro registro la información, le molestan que alguien buscara la muerte de su amigo, si era una ternura, mataría al desgraciado que quería tocar a su ahora jefe, aunque le sorprendía que nadie le preocupada el nuevo puesto del pequeño, ya que sabía que el Arcobaleno del cielo moría, pero al tener las explicaciones necesarias, entendió porque estaban tranquilos.
-Ya veo, han ideado un plan ¿Cierto?.-preguntó cruzándose de brazo, mientras sus ojos se oscurecían, no dejaría que nadie tocada a su querido jefecito.
-Oh solo algunas, pero la principal es que tendremos que adelantar muchos planes, entre ellos la fiesta de celebración porque Giglio Nero tiene un sucesor poderoso.-le dijo suspirando Viper.-No me pagan lo suficiente para esto.
-Sí, bueno el desgraciado que toque a mi pequeño Tsuna morirá de la peor forma posible.-dijo seria Lal, siendo apoyada por todos los presentes, el castaño solo sonrió, amaba mucho a su familia.
-Cambiando de tema, ¿Hablaron con los chicos de venir?.-les preguntó el castaño a la vez que comía un trozo de pastel que le había traído su pequeña hermana Aria.
-Sí, están notificados de volver rápidamente aun cuando no han terminado por completo el encargo.-habló Gamma.
-Gracias Otto-san.-le sonríe leve, suspiro un poco.-Solo me faltan los demás guardianes.-hace un puchero.
-Ellos serán atraídos por ti mi niño.-le hablaba su madre al verlo acurrucarse en los brazos de Mukuro y Chromer le acariciaba sus cabellos castaños.
-Luce-san tiene razón Tsunayoshi, kufufufu nosotros fuimos atraídos hacia ti, nuestras llamas de la última voluntad piden a gritos que estemos cerca de ti.-le comento el peli índigo.
-¿Es así?.-lo miro curioso y sorprendido.
-Así es Tsuna.-Yamamoto rió nervioso.-Es como si estar a tú lado, es lo correcto.
Sonríe levemente sonrojado-Uhm bueno, entonces solo nos queda ser pacientes, por ahora hay que poner una fecha para la fiesta.-ríe un poco al sentir las escamas del cocodrilo de Verde.-Mou yo quisiera un animal como ustedes.
-Entonces te gustara lo que estoy haciendo Tsunayoshi.-le comento Verde sonriendo maniático.-He estado creando animales con las llamas de la última voluntad, aún faltan detalles pero, el tuyo ya está hecho, ¿Quieres probarlo?.-le entrega un anillo que tenía un león y una caja color naranja.-Debes solo aplicar tu llama del cielo.
-Uh gracias Verde!-le sonríe poniéndose el anillo, hizo lo que pedía el peli verde, al echarla en la caja brillo unos momentos antes de salir un cachorro de león anaranjado, los ojos caramelo brillaron de emoción antes de abrazar al cachorro que ronroneaba.-Es lindo, te llamare Natsu.
-Un león, interesante.-lo observaba Colonello.
-Kufufufu un animal echo de llamas, completamente ingenioso.
-D..disculpe Verde-san, ¿Tendremos nosotros uno?.-preguntó Nagi.
-Si, al ver que ha funcionado correctamente, ya están lista los suyos.-suspiro antes de entregarle a los dos ilusionistas tenían un búho cada uno, Yamamoto tuvo un perro y un pájaro.-He creado algunas más que están hechos para los demás guardianes, aunque Vongola sabe mi proyecto, aun no daré a ninguna Fagmilia esto, así que úsenlos bien, Tsunayoshi creare otras para que logres usarlas con tus otras llamas. Además tiene el logo de la fagmilia Giglio Nero.
Asistió comprendiendo.-Te agradezco mucho Verde-chan~.
-Estos serán sus nuevos compañeros chicos, cuídenlos.-dijo Fon.
Iban a seguir hablando hasta que escucharon que tocaban la puerta, Luce fue abrir, frunció el ceño al ver a la castaña.
-¿Qué quieres?.-no le agradaba la mujer, no cuando supo que le hizo a su pequeño.
-¿Puedo hablar con mi hijo?.
-¿Hijo? No puedes decirle así, no a mi pequeño, tú nunca fuiste una madre para él, y ahora vienes y exiges verlo ¿Crees que lo haré?.-le dijo molesta.
-Mamà está bien, hablare con ella.-hablo Tsuna acercándose a su madre adoptiva, vio a la mujer que lo maltrato y fue quien le dio luz.
-Pero Tsu-chan.-no le convencía por completo que su pequeño retoño estuviera solo con esa mujer, no cuando sabía lo que fue capaz de hacerle.
-Está bien mama.-le sonrió levemente, le abrazo tratando de conformarla.-Debo hacer esto.-le susurro en el oído, salió del departamento siguiendo a la castaña que no podía verlo a los ojos, fueron a un lugar apartado de la academia pero tampoco tan lejos, al ver y no sentir que nadie los observaba o siguiera.-Y bien ¿Que desea hablar conmigo Nana-san?.
-Yo....yo.-apretó sus manos entre su falda, sus ojos se aguaron y empezó a llorar.-Lo siento, sé que una disculpa no va a cambiar nada.....lo sé, no sabes cuánto me arrepiento del daño que te e echo.-suspiro limpiando sus lágrimas.-No tengo derecho de ser llamada madre, si no cuide y ame a uno de mis hijos, ese odio que nació al verte, no debí caer en ello, no cuando eras inocente de cualquier cosa. Yo era feliz ante la noticia de ser nuevamente madre, un hermanito para Gio-chan.-sonrió melancólica.-Pero luego, al verte, ese bebé tan lindo y bello, daba envidia como ganabas fácilmente la atención de las enfermeras, de cómo fácilmente atraídas muchos animales que nos seguían.-suspiro un poco.-Cuando mi amado esposo te vio. Vi ira y molestia en él, dude un poco de si dejarte en adopción.-fue sincera y sin ver a su pequeño hijo observándola.-Pero algo dentro mío seguía negando la idea de Iemitsu. Pero luego ver su reacción de ellos empezó a tratarme un poco mal; desde ahí muchas cosas cambiaron, verte siendo odiado por los vecinos, entendí que tú solo causarlas problemas, ese odio creció y empecé a maltratarte, dejarte de alimentar y puse más atención a Giotto, él para mí era el hijo perfecto, a veces pensé que tuve que borrar tu existencia, fui tentada por la propuesta de Iemitsu pero jamás lo hicimos, al final nos desquitamos contigo ante el estrés y molestia de cuidarte, al saber de qué mi esposo era mafioso comprendí que solo serias un obstáculo para mi hijo.-se mordió el labio ahogando sus lágrimas.-Pero con el tiempo, después de tu desaparición, comencé a ver tus sonrisas, tus lágrimas, los gritos ante los golpes, tus suplicas, en como empecé a dejar de lado a mi hijo. Uno que había prometido cuidar al saber que estaba embarazada de ti. Llego un sentimiento de decepción de mi misma, de arrepentimiento y deseando que el tiempo retrocediera y cambiar todo, pero nunca va a pasar.-sonrió triste.-Sé que esto no ayudara a nada, pero quería decirlo, no porque así terminaría mi sufrimiento.-negó con la cabeza.-Esta carga y este dolor en mi pecho jamás se ira, seguiré con este remordimiento hasta mi muerte, pero me alegro.-miro por primera vez a Tsunayoshi que lloraba.-Me alegra saber que eres feliz, más feliz que hubieras estaba en mis brazos, me alegró que tengas una buena familia, que te ayudan, apoyan y te aman, algo que jamás hice.
-Nana-san....-trataba de dejar de llorar pero su intuición le decía que aquella mujer era sincera, no podía perdonarla, no tan fácil.-No te puedo perdonar.-dijo sincero.-Pero gracias por ser sincera conmigo, me es difícil olvidar lo que sucedió en mi infancia, fue un infierno, había tenido una leve esperanza que me quisiera, mi familia, pero no fue así, sabes que me iba a suicidar, había terminado de rendirme ante todo, muchas palabras quedaron marcadas en mi mente y cuerpo.-frunció el ceño.-No puedo decir que lo olvide, porque también será un pasado amargo que es mi vida, si, tienes razón ahora tengo una familia que me ama y hace mucho más de lo que merezco.
-Yo entiendo Tsuna-kun.-le sonrió leve.-Solo...quiero pedir si ¿Puedo conocer a Tsunayoshi? A mi pequeño hijo....
-¿Por qué?.-la miro raro y a la vez sorprendido.
-Porque deseo tratar de borrar esas heridas, sé que no puedo ser tu madre, pero quiero estar ahí en tu vida, me perdí muchas cosas, no vi cómo te has convertido en un gran chico.-lo miro de reojo un poco avergonzada.-Pero no quiero presionarte o que lo hagas por obligación.
-Quizás más adelante, cuando pueda sentirme más cómodo contigo, es difícil no recordar lo que has hecho.-le dijo, sonrió levemente.-Es mejor irme, mi mamá debe estar como león enjaulado porque he demorado, gracias Nana-san, deberías visitar a Giotto ahora.
Asistió lentamente.-Si, eso haré, gracias Tsuna-kun.
El castaño se levantó y se fue de allí, caminaba a pasos lentos hacia nuevamente el dormitorio, en su camino se encontró con Kyoya. Frunció el ceño levemente aun molesto con su amigo.
-Tsunayoshi.-se acercó al castaño, le molestaba que lo haya estado ignorado.
-Kyo-kun, no estoy de humor para que me molestes.-tratando de alejarse del pelinegro.
Hibari vio desde su lado como Nana Sawada había salido del mismo lugar que Tsunayoshi.
-¿Te viste con Nana?
-Es un asunto que no te incumbe Kyoya, esto es algo que debo superar por mí mismo, además el problema es entre ella y yo y quizás mi fagmilia pero de nadie más, solo recuerda, hablas de mis secretos y te hundes, protegeré a mi familia de quien sea, aunque seas tú.-le dijo serio antes de retirarse del lugar dejando sorprendido a Hibari.
Al llegar a la puerta de su dormitorio, suspiro para calmarse para luego abrirla, siendo recibido por un asfixiante abrazo de su madre.
-¿Estas bien? ¿No te hizo nada? ¿Qué te dijo?.-le empezó a interrogar a la vez que lo revisaba por completo.
-Mamà estoy bien, no pasó nada, solo hablamos un poco.-le sonrió leve antes de acariciar sus cabellos.
-¿Seguro que estas bien Tsuna?.-le hablo Lal preocupada como todos.
-Sí, solo fue raro hablar con ella sin que hubiera arrebatos físico.-ríe sin ganas.-Pero es algo que debo hacer para poder estar tranquila, ella parece arrepentirá, pero tampoco voy a perdonar lo echo en el pasado tan fácil.-suspira cansado.-Ella solo quiere remediar su error y.....ser parte de mi vida.
-¿Y qué respuesta le has dado Tsuna?.-hablo Yamamoto.
-Que podría serlo, pero no sería fácil, para ninguno de los dos por los hechos dados en el pasado, pero ahora ella solo quiere ser mi amiga, entiende que jamás la veré como una madre y eso lo respeta.-sonrió sentándose.
-Cuando te fuiste Giotto quiso saber si su madre estaba aquí.-habló Reborn.
-Ya veo, bueno creo que Asari-san te había visto Takeshi.-miro a su guardián que asistió levemente, aun recordando la expresión de su hermano.
-No hablamos, solo noto en mi mano el anillo, él entendió que ya no estábamos en el mismo bando.-le sonríe con tristeza.-Creo que por ahora no hablare con él, porque sé que no le agrada o preguntara si fui obligado, no te preocupes Tsuna, no me arrepiento de mi sedición.
-Todo saldrá bien Takeshi. Bien ahora iré a cocinar con las chicas, va a ser hora de la cena.-se levantó junto a sus hermanas y madre hacia la cocina y allí los Arcobalenos y los guardianes de Tsunayoshi empezaron a hacer cosas dentro de la casa, los menores jugaban con sus nuevos compañeros.