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Academia Cielo por kurolovers

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Notas del capitulo:

Espero que les guste y siento la demora 

Capítulo 17: Sorpresas y sorpresas, ¿Nuevo jefe?

Habían iniciado las vacaciones, desde luego esperaron unos días en donde la nueva guardián del trueno estuviera mejor estado y le dieran de alta, en esos días todos ya se sentían familiarizados entre sí, el mayor de todos renuncio al hospital después de todo allí no había nada que lo atara, Tsunayoshi lo recibió con una sonrisa en la mansión Arcobaleno en Japón, con todo listo fueron a Italia, el país que tenía el corazón Tsuna, fueron a la mansión Giglio Nero ya que esa era más espaciosa que su casa donde vivian los Arcobalenos y él de niño. No demoraron en acomodarse, los nuevos integrantes de la fagmilia Giglio Nero amaban el ambiente del lugar, escuchando como su cielo saluda a quien se encontraba en la mansión. En el comedor comenzaron las conversaciones.

-Bueno, en una semana tendremos la fiesta, así que en estos días nos relajaremos y divertiremos.-hablaba el de ojos caramelos.-Aunque el que quiere entrenar los Arcobalenos no tienen problema, como también aprender otros idiomas ya que vendrán de muchos países jefes que no hablaran italiano, quizás hablen más inglés.-rio un poco divertido.-Un día antes de la fiesta deben comportarse y como espero vigilen a alguien sospechoso.-los miro serio.

-Haremos lo que sea necesario Tsunayoshi-kun kufufufu.-hablo Mukuro de forma seria mientras sonreía, mientras los demás asistían.

-Bien, ¡por unas buenas vacaciones!.-exclamo sonriendo.

En los días siguientes el castaño les enseño Sicilia con emoción, pasaban buenos momentos en la piscina o algunos tomaban clases de idiomas para estar alerta de todo, Umi y Yusuke como podían entrenaban aunque a la chica eran cosas que no la cansaran tanto por el momento y de cierta manera le agradecía por aquello, como también la paciencia de explicarle más de una vez las cosas nuevas que tendría su nueva vida, Tsuna miraba el chupete anaranjado, sintiendo los sentimientos de su familia, sonrió un poco, estaba en la oficina viendo quien vendría a su fiesta, cuando de repente apareció Reborn por uno de sus escondites.

-Hola Reborn-chan ¿Que ha pasado?.-le pregunto al verlo, hace días no lo había visto.

-Termine las cosas con la fagmilia Vongola.-informo encogiéndose de hombros.

-Ya veo.-suspiro un poco.-¿Has sabido algo de los chicos?.-cambio de tema a algo que en verdad le importaba en esos momentos.

-Estarán aquí dos días antes, pero deberán ver cómo están sus fagmilias, aunque ya les hemos informados del asunto y porque se les pidió volver.-le acaricio sus cabellos dejando que León se acomodada en los cabellos del castaño.-Te dejo, debo informar algunas cosas a los demás.

-Está bien, gracias Reborn.-le sonrió antes de verlo salir de la oficina, miro nuevamente los papeles y recordando que pronto seria la hora de almorzar; termino todo lo que le faltaba para luego ser interrumpido por su guardián de la tormenta.

-Tsunayoshi-kun es hora de almorzar.-le aviso divertido al verlo tan desesperado por terminar.-Sabes que puede terminarlo más tarde ¿no?

-Claro que lo se Kei-san pero quiero pasar tiempo con ustedes también y estos papeles no son tan importante como ustedes.-dijo levantándose de su lugar y seguir a su guardia hasta el comedor.

-Tks te preocupas demasiado.-le regaño suavemente un tanto avergonzado por tal declaración de su jefe.-Además siempre estaremos para ti, así que ¿Por qué apresurar las cosas?.

-Eres tan sabio Kei-san, ¿me dejarías escucharte más tarde?.-suplico mirándole.

-Por supuesto mi cielo.-le dijo complacido y sonriendo levemente encantado.

Al llegar a su destino como siempre las escenas eran las mismas entre su familia, una que amaba con todo su corazón, conversaba con Yamamoto y Mukuro, Lal regañaba a Colonello y a Skull, Viper los ignoraba y su madre con sus hermanas hablaban con Gamma, los demás solo miraban las escenas que pasaban en su alrededor, miro su anillo, lo que le representaba que era el líder de Giglio Nero, negó para sí mismo, las cosas ahora más que nunca se volverían complicadas, pero no estaba solo. Su corazón se sentía por más que completo, no había nada que pudiera acabar con esa felicidad y si hubiera un obstáculo que acabar, lo haría para salvar a sus seres queridos, a su mundo, su vida, su todo. Suspiro para sí mismo recordando a su mejor amigo de la infancia, aun no hablaba con el luego de la pelea y con los acontecimientos que se ha habido sucediendo dejo el tema de lado con el fin de concentrarse en lo que era más importante por el momento, su familia lo era primero, pensó seriamente en que sucederá cuando se presente como la persona más fuerte e influyente de todo el mundo de la mafia, ya que no solo era jefe de los Arcobaleno, era hijo de Bermuda y jefe de Giglio Nero, una de las mafias más fuertes, de solo pensar en las futuras alianzas o tratados de no herir, entre muchas cosas, ¿Cómo se lo tomaría su hermano mayor? Realmente sabía que desde que lo vea allí arriba sonriente y exponiendo su puesto, traerá muchas miradas ya que si se acercaba a Giotto se podía ver las similares de que los dos tuvieran un parentesco, nade sabía que Giotto tuviera un hermano menor o mayor, todos creían que era hijo único, y por lo cual eso le beneficiaba un poco, podía terminar destruyendo la buena vista que tenía los Vongola, no mentiría si le preguntaran si era familiar de Giotto Vongola, diría la verdad ¿Por qué mentir? Iemitsu causó la propia destrucción del lugar que deseaba cuidar, él no estaba más allá del odio pero también temía por su hermano, no obstante las cosas sucederán porque deben pasar, su tío Kawahiro le dijo que las cosas se pondrían más interesantes.

Concentro su llama en el chupete, frunció sutilmente el ceño pensativo, sintiendo la calma que tenían los demás Arcobalenos que sintieron como el pequeño cielo tenia malos pensamientos del recuerdo de la visión de su hermana, con la miradas todos asistieron sin dejar de lo que hacían para no preocupar más a los demás, trasmitieron  su apoyo tras el chupete, Tsunayoshi sonrió cálidamente al sentir como trataban de consolarlo, lo relajaba, le encantaba aquellas emociones de las personas que todo el mundo temía, sus amigos lo miraron extrañados pero concentraron en sus anillos para transmitir sus sentimientos, todos en la sala habían parado en lo que hacían al contemplar como un arcoíris rodeaba al cielo más preciado para todos, el más puro en su existencia, el castaño no sabía que pasaba, pero ¿Realmente importaba ahora? Se sentía como en las nube, sus pensamientos iban y venían como si nada, su postura relajada y sonrisa boba plantara en su rostro, el ambiente era cálido y suave, como una caricia por un pluma, tan suave como la seda, en esos momentos todos pensaban que no había nada malo fuera de esas puertas, pero todos sabían que no era cierto.  Ese día no hicieron nada, disfrutando del relajante momento.

 Los días que quedaban pasaron tan rápidos que cuando supo que sus amigos ya estaban en Italia nadie podía quitarle la felicidad, Byakuran los visitaba desde que habían vuelto, esa tarde estaban arreglándose, se puso su traje blanco, con una camisa anaranjada y corbata blanca, se miró por unos momentos antes de esconder el chupete debajo de la ropa, salió de su cuarto para ir donde los demás lo esperaban, sonrió al ver a sus guardianes con trajes negros y camisas con el color de sus llamas, miro a las dos chicas que llevaban un lindo vestido y sus cabellos tomados, volviéndolas hermosas.

-¿Todo listo?.-pregunto mirando a Reborn.

-Faltan cinco minutos, cuando Luce diga la noticia se abrirán las puertas y te presentes, dirás lo que ya habíamos hablado.

-Claro.-le sonrió y miro nuevamente a sus guardianes que de cierta manera estaban emocionados, sus ojos se volvieron anaranjados.-Es hora del espectáculo.

-¡Sí!.-gritaron ellos.

En otro lugar, en la mansión Giglio Nero entraban cada fagmilia que fue invitada, muchos de otros países iban por siempre razón de formar alianzas o futuros ataques, verlo desde su punto de vista, cuando llegaron las Fagmilias más destacadas del mundo de la mafia, Vongola se hizo ver, Giotto sonrió incómodo y forzado, correspondiendo cada saludo de aliados, sus guardianes y hermanos de estos miraban el lugar, luego estaban Cavallone, Dino se mostraba serio siendo rodeado por sus guardianes, también estaban la familia Simon y a su lado la Fagmilia Gesso con Varia. Mientras todos trataban de encontrarle sentido a todo esto, cuando llegó una mujer que muchos temían, respetaban y actual líder de Giglio Nero.

-Buenas tardes a todos.-comenzó a hablar teniendo a sus dos hijas detrás suyo con su esposo.-Esta fiesta es para mostrar mi heredero y quien manejada a Giglio Nero desde ahora en adelante.-sonrió un poco antes de mirar la puerta que tenía atrás, se corrió a un lado, dejando entrar a alguien que Vongola conoció bastante bien, Giotto miraba aquella persona sorprendido, Simon, Cavalleno, Varia y Gesso sonrieron acercándose un poco más hacia donde estaba el grupo que detrás de ellos estaban los Arcobalenos. Todos empezaron a murmura entre ellos ya que algunos lo conocían, "Esperen no es ese el hijo del jefe de Vindice" "Es muy bonito" "¿Que hacen los Arcobalenos allí?".

Tsunayoshi sonrió radiante haciendo que todos se callarán y uno que otro sonrojo estaba en los invitados.-Buenas tardes soy Tsunayoshi Von Vichtenstein Giglio Nero Arcobaleno.-hizo una suave reverencia.-Soy el nuevo jefe de Giglio Nero y....-les miro antes de sonreír levemente sacando un chupete naranjado que muchos reconocían.-Y actual jefe de los Arcobalenos, espero que nos llevemos muy bien en ahora en adelante.-su tono dulzón ocultaba un poco su diversión con ojos anaranjados era provocador, desafiante, su aura era suave como si fuera un lindo conejito indefenso.-Les presento mis guardianes.-dijo apuntando a sus amigos que se presentó cada uno, aunque todos notaban que faltaba uno.

Luego de ello comenzó a saludar a jefes que se le acercaban, sin jamás estar solo, siempre estaba dos o tres de sus guardianes. Hasta que alguien lo interrumpió, viendo aquellos ojos celestes que conocí bastante bien, su hermano tenia fruncido el ceño, siendo observado por más de uno por las familias mafiosas, tratando de escuchar su conversación.

-Oh joven Vongola.-hablo el de cabellos castaños con cortesía.-Me alegró que haya venido.

-Tsuna.-Arrastró las palabras teniendo a sus guardianes atrás, Hibari estaba muy confundido y molesto.-¿Por qué no dijiste nada?.-exigió.

-¿Debería?.-le respondió con otra pregunta, sus guardianes habían llegado, Chrome y Umi estaban a cada lado, les tomo de las manos al verlas nerviosas, les sonrió para tranquilizarlas, al verlas más relajadas volvió su vista al mayor.-Después de todo aunque seamos hermanos biológicos, yo que sepa mis padres borraron cada existencia de mí en Japón, además saben tan bien como yo que no somos ni fuimos la familia perfecta como tu padre Sawada hubiera querido.-murmuro para que nadie los oyera, dejando con la boca abierta a Giotto e impresionado a los demás.-Aunque debiste predecir esto Gio-nii, soy hijo adoptivo de Luce ¿no lo pensaste alguna vez que podría ser el sucesor? Claro.-arrastro ahora era él las palabras, con sutil sarcasmo.-A ti nadie te quita de tu mundo, tu solo quieres creerlo lo que quieres oír y pensar, pero déjame decirte algo Giotto, no todo está centrado en ti, sé muy bien que tratas de ignorar muchas cosas que no te van a gustar, pero no eres el único, yo también lo hace contigo, porque quería seguir soñando que mi hermano mayor jamás ensuciaría sus manos, pero tanto como yo y tu estábamos equivocados, yo mataría por mi familia, yo daría mi vida por ellos, yo sonreiría por ellos, yo abrí los ojos pero ¿Tú? Jamás querrás las cosas que no van más allá de tu nariz, no soy Sawada, ni un Vongola, no me vengas con sermones, somos de la misma madre y padre, pero debo recordártelo, yo crecí con otra familia, con otras personas, tu, tu solo estabas contento de recibir siempre lo que querías y como todo iba a tu favor, a tu manera, ¿Me harás negar lo que somos los dos? Porque no somos nada, somos dos extraños creyendo creer que conocemos al otro pero.-le miro serio en cada momento, con su voz tan fría como el hielo, tan monótona, que Giotto dudo un momento si hablaba con su hermano menor.-No lo somos, misma sangre, mismos padres, pero no lo que creemos ser, no soy tu hermano hace años, la mentira, el juego que creamos en nuestra menta acaba aquí, tu no me conoces y yo no te conozco a ti.-había terminado de hablar en murmuro, sin querer levantar la voz sabiendo que muchos hayan querido escuchar su conversación con el futuro jefe de Vongola, los chicos estaban más que sorprendido, el rubio no sabía que decir.

-Entonces estuviste en esto Takeshi.-dijo desanimado Asari viendo a su hermano menor con el anillo que ahora comprendía, luego de unos momentos paralizados por las palabras del pequeño cielo.

-Lo siento hermano, pero con Tsuna es donde pertenezco.-dijo con seriedad.

-Kufufu tanto drama.-murmuro divertido mirando a su hermano mayor que estaba frustrado.-Después de todo ustedes nunca pensaron como sentía ser señalado.-dijo enojado.

-Mukuro tranquilo.-pidió el pequeño cielo con cierto cariño en su voz.-Kei-san guarde su arma por favor.-pidió sin ver a su guardián de la tormenta que había sacado su pistola.-No quisiera estar tanto tiempo con usted Joven Vongola aun debo hablar con mis aliados.-dijo antes de hacer una reverencia y dar una vuelta, el rubio quería más respuesta pero fue detenido cuando un chico de ojos violetas abrazaba al menor de los Sawada, Byakuran le daba uno de sus malvaviscos, Tsuna río un poco, luego de forma inmediata Dino acaricio los cabellos del castaño como a la vez era abrazado por un pelirrojo, los Vongola miraban la escena, conociendo a esas personas.

-Dino-niisan.-dijo animado el cielo sonriendo al ver a su amigos nuevamente.-Byakuran no mas.-río divertido ante la insistencia de comer más azúcar.-¡Enma-kun! Me alegra volver a verte.

-También estoy feliz de verte hermanito.-dijo el rubio divertido alejándose de los Vongola.-Oh espérenme un segundo.-Dino se acercó a Giotto, le sonrió un poco.-Hey Giotto.

-Dino-san.-asistió mirándole extrañado.-No sabía que conocieras a mi hermano menor.-su voz tembló un poco aun procesando las palabras que le habían dicho.

-Es una historia larga, pero no vine a hablar de ello.-dijo cambiando del tema poniéndose serio.-En unos días necesitan hablar con Gimoteo sobre nuestra alianza.

-Le diré al abuelo.-le respondió sintiendo que no le va a gustar la noticia.

-Gracias, hasta luego.-se despidió alejándose donde estaba el grupo de mafiosos.

-Giotto....-murmuro G sin saber que saber.

-¿Si G?.-le pregunto mirando como su hermano menor iba conversando feliz con la nueva compañía.

-¿Que haremos ahora?.

-No lo sé.-nada iba a su mente excepto las palabras del castaño, tan dulce y tan peligroso.-Vamos.

Todos lo seguían, Hibari miraba a su conejito desde la distancia, apretó los puños, necesitaba  que las cosas volvieran a hacer como antes, por lo menos entre ellos, no podría soportar más las cosas y menos como iban, no quería perder a la persona que más amaba en ese mundo tan herbívoro. Seguidamente la fiesta iba muy bien, los Arcobalenos se paseaban por el lugar mirado cada persona si fuera sospechosa, Luce no se alejaba de sus hijas y esposo, esperaban encontrar  a la persona que dañaría a su hijo mayor, pero por ahora no había nada, y de cierta manera le frustraba, oía como muchos les encantaba su hijo, ¿Quién  no lo haría? Esa aura tan pura, sin corromper, esa sonrisa encantadora y voz tan melodiosa cautivaba tan rápido que puro notar que muchos de ellos en verdad deseaban cooperar o dar alianzas, si seguían así terminarían siendo la fagmilia más influyente y poderosa, eso jamás le había importado pero con los años entendía que si quería menos matanzas debía mostrar su punto pero con aliados, mas aliado más poderoso eres y más poder conllevaba que la escucharan, sabía que su hogar estaba en buenas manos, pero algo le decía que Tsunayoshi salvaría muchas vidas y cambiaria muchas para bien, había un obstáculo por poderoso que deseaba acabar con su hijo y entendí aporque, después de todo el castaño traería muy buenas cosas y al parecer esa persona o grupo no deseaba aquello, para ellos Tsunayoshi era un obstáculo. Todos allí pensaban en proteger al cielo más brillante que estaba en sus corazones, con el pasar el tiempo, cada persona se iba al ser tan tarde, Tsunayoshi, se despedía de cada jefe y agradecía por haber venido, cuando vio a un chico rubio y ojos aguamarina, cuando estrecho su mano, sintió un mal presentimiento.

-¿Disculpa cómo te llamabas?.-pregunto con cortesía, el jefe le miro antes de sonreír.

-Andrey Ivanov fue un gusto joven Tsunayoshi.-se despidió yéndose con su guardias.

-¿Tsuna?.-le miro Enma preocupado.

-No es nada Enma-un.-le sonrió quitándole importancia, mientras se despedía de las últimas personas.

Giotto se había ido luego de un rato, en esos momentos no le importaba, estaba recordando el nombre de aquella persona, si no se equivocaba el apellido era ruso, tendría que buscar sobre esa persona, cuando solo estaban ellos miro a sus amigos y familia.

-¿Algo?.-pregunto antes de decirlo lo que pensaba.

-Nada, todos era cautelosos a tu alrededor, pero muchos solo querían alianzas o tratados de no agresión.-dijo Reborn frustrado como todos.

Suspiro.-Andrey Ivanov, busquen todo sobre él, cuando toque su mano para despedirme sentí un mal presentimiento y ver a sus ojos se traía algo entre manos.-dijo con seriedad acariciando sus cabellos con nerviosismo.-Quiero saber todo del antes de hacer algo estúpido, ¿Entendieron?.-dijo al notar que todos querían ir por el mafioso.-No sabemos con certeza si es él, no quiero equivocarme.

Con renuncia todos asistieron, luego conversaron de cómo habían ido todo, Tsuna y Enma pensaban en futuros pasteles, mientras tanto con Vongola, Giotto tenía una conversación con su abuelo, le conto todo lo que había visto en la fiesta, Timoteo estaba triste y melancólico recordando a su otro nieto, a la vez que Iemitsu estaba frustrado, todo lo que había esperado tener se estaba derrumbando desde que ese mocoso que tenía como hijo había vuelto a su vida, pero no dejaría que las cosas fueran nuevamente por otro lado, le había costado que el octavo viera a Giotto como un potencial para heredar Vongola y que jamás se diera cuenta que tenía un segundo hijo, siempre le había hablado a su hijo que jamás nombrada a Tsuna cuando Timoteo estuviera presente, se quejaba un poco pero al tener toda la atención solo para sí mismo olvidaba mucho a así hermano, nunca lo dejaba estar tanto tiempo con el castaño, ahora no sabía que cosas hacer, pero no dejaría que nuevamente todos sus planes se derrumbaran.

Después de unos días Dino fue a visitar la mansión Vongola, Giotto y el actual jefe lo esperaban sin saber que deseaba el actual jefe de Cavallone, cuando estuvieron los tres solos, el ambiente estaba tenso.

-Dime Dino ¿Para qué querías verme?.-le pregunto el más viejo.

-Sé que no te gustara, pero no puedo apoyar a una mafia que deja abandonado a un niño y que es agredido por sus padres y más siendo un asesor que le tienes confianza.-dijo yendo al punto, sorprendiendo a los dos personas presentes.-No le he dicho a nadie, pero toda mi confianza que les tenia fue destruida después de saber el pasado de Tsunayoshi, no lo he hecho antes porque él me lo pidió pero realmente ya no seo nada de Vongola, así que vengo a romper nuestra alianza, pero quiero un tratado de no agresión para mi fagmilia.

Timoteo miro al joven, asistió, pidió a su guardián de la tormenta que estaba detrás de la puerta pidiendo los papeles que necesitaba

-Gracias por ser sincero Dino, sé que no puedo persuadirte no después de que sabes la verdad, cuando lo supe quise muchas respuestas, pero Tsuna no quiso más problemas y dolor por las personas que alguna vez amo.-suspiro cansado.-Ya no sé qué esperarme.

-Con todo el respeto Octavo, Vongola termina cayendo.-dijo Dino mirando al jefe y luego miro al rubio.-No será por tu culpa Giotto, pero no es de extrañar el parentesco que tienes con mi pequeño cielo, si le preguntaran porque son iguales, lo más probable que diría la verdad.-se encogió de hombros.-No es su culpa, nunca lo será si Vongola termina destruyéndose, gente que prometió cuidar a los inocentes, pero maltrataban a un niño inocente de algo que no tiene la culpa, la confianza que se les está dando termina convirtiéndose en duda.-minutos después estaban firmando el acuerdo de no agresión, estrecharon sus manos, el rubio mayor les miro antes de sonreír.-Fue un gusto haber sido su aliado  amigo por muchos años pero ahora mi lealtad y confianza solo está en Giglio Nero.

Al irse el jefe de Cavallone, los Vongola quedaron pensativos, el mayor estaba en lo correcto, si hubieran arreglado las cosas no estarían cayendo en algo que costaría levantarse, lamentablemente todo lo sufriría Giotto, el jefe miro con tristeza a su nieto, si hubiera hecho lo que había pensado en su momento luego de descubrir que el hijo adoptivo de Luce era su nieto y que fue maltratado por alguien que le había dado tanta confianza, apretó los puños, esto salía de su control.

¿Desde cuándo todo cambio? Pensaba Giotto desde el pasto del patio, mirando a la nada, ¿Por qué le pasaba justo a él? Desde que volvió a tener a su hermano menor en su vida, todo lo que él pensaba, su mundo, su burbuja de felicidad  había sido rota, todo lo que pensaba era puesto en duda, en su mente  era un desastre por completo, también mostraba que ya no podía ocultar nada, sabía que las cosas podrían pasar por ese camino, pero se fue por lo más sano y lo ignoro, en su momento lo disfrutaba, pero ¿Por qué no seguir con esa felicidad? Luego recordaba a su hermano y sus palabras, deseaba que él nunca hubiera existido en su vida, pero después se arrepentía porque era su familia, él no era un sano, ¿Para qué mentir? Si la verdad era más dolorosa que la falsedad, más que el engaño, la verdad dolía mucho más, un juego idiota, quería seguir pensando que su hermanito era inocente, que nunca vio muerte, que no rompería un plato, pero él era un cielo engañoso, su vida era un engaño total, miro a sus guardianes de reojo al notar que se acercaban a él, junto a ellos detrás estaban los demás, y si su hermano en cierto punto tenía razón, si mientras él tuviera lo que quisiera, ¿importaba los demás? Él nunca se preocupó de cómo se sentían los hermanos de sus amigos, siempre callados, siendo señalados como los sobrantes, ¿Tsuna vio más en ellos que el mismo? No por nada tenía los gemelos ilusionistas y el espadachín, chicos con un buen potencial pero ignorados por no ser gente importante para ellos, para él….se agarró sus cabellos frustrado, lagrimas caían por sus mejillas, sabiendo que sería escuchado por ellos no le importaba, no en estos momentos.

-Tienes razón Tsuna.-reía sin ganas a la vez que no detenía sus lágrimas, escuchando como sus amigos detenían sus pasos.-En todo, porque yo soy egoísta, porque me gusta cómo van las cosas a mi beneficio, pero también te quise en esos momento de mi niñez, nunca fui el héroe para ti como hubieras deseado, no te di mi amor como hubiera querido, soy un desastre, soy un imbécil que creyó que si no miraba no me dañaría, pero duele Tsunayoshi, la verdad duele mucho.-se abrazó a si mismo.-¿Llegaremos a ser felices alguna vez Tsuna? ¿Algún día seremos los hermanos que debimos ser? Como lo siento, caí en un lugar que en estos momentos no puedo salir, un cielo dañado en su propio egoísmo.-sonrió un poco ante sus propias palabras.

-Quien diría que en esto te convertirías Giotto.-hablo un voz profunda y divertida por le escena, el rubio miro a la persona, reconociendo a Xanxus.

-….-No iba a responder, por qué ni él sabía que decirle.

-Es divertido verte como caes en esa miseria.-rio disfrutando de ello.

-Cállate Xanxus.-grito molesto G.

-Tks, ¿Por qué? Es bueno que el niño mimado de Giotto vea la realidad de las cosas.-miro al chico que estaba abrazándose a si mismo.-Una escoria, eso eres, una egoísta, no sé porque mi lindo cielo te quiere, deja de lamentarte das pena.-dijo serio cruzándose de brazos.-¿De verdad eres un jefe? Yo solo veo alguien estúpido que lamenta cosas del pasado, en cierto punto pudiste conocer como era Tsuna, creo que olvidas algo de él, es un cielo uno muy puro que termino de perdonar todos tus pecados.-se dio la vuelta al sentir la mirada del futuro jefe de Vongola que estaba sorprendido.-Deja de lamentarte que me dan ganas de dispararte, Tsunayoshi no cayó en la desesperación cuando encontró a Bermuda y lucho por los obstáculos que se le ponían en frente, pero a ti te ponen uno y ya te lamentas sin hacer nada, en verdad eres patético.-sin decir nada más se fue para hablar con su padre.

Giotto miraba a Xanxus sorprendido, jamás espero que esas palabras de una persona que detestaba le llegaran muy profundo de su corazón, limpio su lágrimas  y se levantó, pensado que el azabache le dio un impulso que jamás pensó tener, tenia deseos de corregir sus errores, cambiar las cosas, sentía un peso en sus hombros desaparecía, la culpa nunca se iría pero ahora tenía una nueva oportunidad de conocer a su hermano, de salvarlo, de protegerlo y amarlo, debía luchar para afrontar el verdadero reto que se ponía en su camino, con nuevas energías miro a sus amigos, que estaban más que preocupados.

-Estaré bien.-les respondió un tanto avergonzado por la escena que había dado.

-¿Seguro?.-pregunto Asari mirándolo.

-Yare yare esto se ha salido de las manos.-murmuro su guardián del trueno.

-Lampo no digas eso.-le acuso su hermano gemelo.

-Tks mejor cállense.-hijo G molesto.

Knuckle no sabía que decir, miro a su hermano que solo se encogió de hombros.

-Estoy bien, vamos, hay cosas que mejorar por aquí.-dijo decido, “Solo espera Tsuna” pensó sonriendo un poco mejor, daría por las cosas hubiera sido diferentes, pero ver a su hermano feliz, negaba ese futuro que jamás seria, además, quería ser incluido en la vida de su hermano menor y haría lo que fuera por ello, pero el tiempo lo diría.

Notas finales:

esto se esta poniendo muy bueno ¿no lo creen?


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