-Vamos nii-san! –Gritaba un niño rubio al otro
-No estoy muy seguro de esto, no se enfadaran papá y mamá si se dan cuenta que estás conmigo? –El menor lo pensó un momento y luego negó
-Quizá, pero yo quiero jugar con nii-san –Dijo él con ojos de cachorro, el mayor no pudo negarse y lo siguió hasta el parque
-Mira podemos hacer castillo y montañas de arena –Dijo el pequeño mientras se ponía manos a la obra, el mayor lo imitaba con torpeza
Todo fue bien por un rato hasta que una sugerencia inocente del pequeño Theo termino por arruinar lo que prometía ser un buen día.
-Nii-san juguemos a las luchas! –Dijo el pequeño, el menor negó
-Tengo prohibido jugar a eso recuerdas? –El pequeño hizo un mohín con los labios e insistió mientras jalaba las ropas de su hermano
-Vamos!, solo un poco, mis padres notaran que has salido, anda! –El mayor se siguió negando hasta que el pequeño saco un pequeño cubo de peluche de su bolsillo
-Oye devuelve eso! –Dijo enfadado, el menor sonrió pensando que por fin podría jugar con su hermano como veía a los otros niños con sus hermanos mayores
-Esto dices? Es tu favorito cierto?, que tal si peleamos por él? –Lo último lo dijo guardándose el pequeño peluche en su propio bolsillo, esto enfado mucho a Noiz quien odiaba que tocaran sus cosas y no soportaba a la gente que lo molestaba, se dirigió hacia su expectante hermano y lo empujo al suelo…
****************Noiz**********************
Mire confundido como las enfermeras curaban las heridas de Theo, Theo es mi hermano pequeño, y se supone que debo cuidarlo o algo así, pensé tontamente que mientras estuviéramos en Japón como mis padres estarían más ocupados tendría la ocasión de salir más e incluso jugar con mi hermanito, ellos me lo tienen prohibido, tanto el salir de la casa como jugar con Theo, ni siquiera quieren que hable con él, nunca lo he comprendido del todo, pero los he escuchado hablar de ello, ´´hay que proteger a Theo´´, protegerlo? , A que se referían con eso?, mire mis nudillos y sangraban , también tenía una rodilla raspada pero a nadie parecía importarle, daba igual realmente ni siquiera podía sentir nada, pero me producía una extraña sensación el que mis heridas fueran ignoradas con tanta facilidad, mientras todos se movían con rapidez para curar el labio roto de mi hermano y vendarle una de sus manos.
-Pero señores él también… él también se ha hecho daño –Decía una de la enfermeras con preocupación a mis padres, mi padre la miro con severidad
-Encárguense de Theo como les hemos dicho, el estará bien, siempre lo está, llévenlo a su cuarto y asegúrense esta vez de que la puerta está cerrada –Ordeno con un tono molesto
-De acuerdo –Dijo la mujer apenada, ella no solo era una enfermera sino que una sirvienta, mi sirvienta, era la única en esa casa además de Theo que parecía mostrar algo de autentico interés en mi, su nombre era Clara, supe más tarde que había perdido a su único hijo tiempo atrás, nunca se recupero bien de ello, mi hermano lloraba y no podía dejar de verlo confundido mientras Clara me llevaba a mi cuarto podía oír como mis padres hablaban con él.
-Te hemos advertido muchas veces que no debes dejarlo salir, si está ahí dentro es por una razón –Regañaba mi padre
-Y-yo solo, solo quería jugar con el –Dijo con voz llorosa y entrecortada mi hermano y entonces deje de oírlo
´´Es estúpido´´ pensé mientras me curaba mis heridas con el botiquín que Clara me había traído a escondidas, porque insistía tanto en pasar tiempo conmigo si solo le traía problemas, saque el pequeño cubo de peluche que llevaba siempre conmigo, lo apreté con fuerza en la palma de mi mano y entonces lo lance con indiferencia al suelo, un regalo secreto, Mi hermano se había puesto de acuerdo con Clara en que debían hacerme un regalo para mi cumpleaños, ya que nunca me daban nada ni había una celebración , recuerdo la sonrisa tonta en sus rostros cuando me lo dieron, supongo que de alguna forma se sintió bien… pero no podía depender de pequeños y espontáneos momentos como esos para vivir, soy… soy malo, nada es gratis y todos buscan algo a cambio, aprendí eso gracias a mis padres y definitivamente lo pondré en práctica algún día
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-Que quieres decir con que se escapo?! –Dijo una mujer escandalizada
-Sí, y no podemos encontrarlo por ningún lado…parece que también ha robado algo de dinero –Dijo el hombre
-Con que ha huido y con nuestro dinero –Dijo un hombre pensativo
-Debemos comenzar a buscarlo de inmediato! –Dijo una de las sirvientas visiblemente mas preocupada que las demás
-No –Dijo con severidad el hombre
-No…? –Pregunto su esposa confundida
-No importa que tanto dinero se haya robado no durara mucho afuera, tú crees que alguien lo aceptara?, no, ese chico volverá pronto –Su esposa asintió con pena, y la sirvienta levanto la voz
-Pero si Will es solo un niño! Es muy peligroso que este ahí afuera solo y… -Una mano tomo su hombro invitándola a guardar silencio
-El no es tu hijo así que no tienes ningún derecho a opinar sobre el –Dijo en tono cortante el hombre, ella solo asintió con tristeza
-Por ahora encarguémonos de que mi hijo este bien –Dijo apuntando a la habitación del pequeño Theo
-Por alguna razón siempre ha estado muy apegado a su hermano, digámosle que se lo hemos llevado a un internado o algo así y que pronto volverá –Dijo la madre, quizá con cierta esperanza de de que lo ultimo fuera cierto
Clara lloro en el cuarto de la servidumbre y las otras sirvientas intentaban consolarla, pero imposible, al parecer los negocios que sus jefes tenían en Japón habían terminado y pronto volverían a Alemania, a pesar de un poco de angustia por parte de la madre, aun sabiendo que él era un niño desaparecido, planeaban volver sin él, de cualquier manera dejarían a alguien en esa casa para cuando su hijo volviera, eso no consolaba en absoluto a la chica, ´´si él fuera mi hijo´´ solía decirse, pero aun así no lo era y poco a nada podía hacer, de pronto Theo apareció y ella intento calmarse un poco.
-El no se fue a un internado verdad? –Dijo con perspicacia el pequeño, la mujer negó con la cabeza
-Me temo que no –Dijo realmente consternada
-Pero volverá! –Dijo sonriendo el pequeño con ojos llorosos
-Como lo sabes?-Dijo la mujer con una sonrisa comprensiva
-Se llevo nuestro pequeño usagimodoki –Dijo el niño con una sonrisa, la mujer lo abrazo feliz y triste a la vez
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