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Regular love? por aisaka-san

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Notas del capitulo:

Por fin! ya vamos al dia con la actualizacion de mundo yaoi! ahora si habra que esperar hasta que termine de escribir el capitulo xD 

Los dejo leer, disfruten!!

 

 

Después de decidirse por conquistar a Mordecai de nuevo, Rigby se dedicó a hallar las palabras adecuadas para dirigirse a el en el momento indicado, sin embargo, la primera vez que se le acercó para charlar con él unos instantes, Mordecai solo lo vio y prácticamente salió volando por la ventana. Rigby simplemente quedó confundido y decidió no darle gran importancia, pues sospechaba que se debía a la incomodidad de dirigirse la palabra después del descubrimiento que tuvo con el doctor Wally, sobre su (pasada) vida romántica. Ese incidente se volvió a repetir varias veces dejando a un agotado Rigby, si Mordecai no le dejaba ni siquiera preguntarle la hora, ¿Como iba a hacer para ganarse su corazón de nuevo?


 



*****************************************



Se hallaba en la sala de su casa tomando un café. Apenas eran las cinco de la madrugada pero no conseguía dormir, estaba pensativa, frustrada, y más que nada, indecisa. Apenas hace unas horas descubrió algo que no le agradaba, pero agradeció haber presenciado.



------------------------Flash Back------------------------------




Estaba como siempre finalizando su turno en la cafetería, esta vez le tocaba sacar la basura por la puerta trasera, su querida compañera no había realizado sus deberes durante la semana asàque la basura se había acumulado en un total de 4 bolsas llenas hasta reventar. Juntando sus ganas para matar a su compañera y utilizandolas para sacar las bolsas una por una, estaba por finalizar su tarea, solamente quedaba una bolsa. La arrastró hasta la puerta, pero justo cuando estaba por abrirla, una voz conocida la detuvo.




-¡Te dije que me dejaras en paz! -la voz de Mordecai y la patada que le dio a la pared congelaron por un momento su sangre.


-¡No lo haré! Sabes que de esta no te puedes escapar, si el se entera de todo esto seguramente te odiaría por el resto de tu vida! -pudo divisar a través del cristal de la puerta, el cabello pelirrojo de su compañera quien se supone, debería estar atendiendo la barra de bocadillos. -Asi que tendras que salir conmigo, serás mi novio oficial de ahora en adelante hasta que me canse de ti. Si te rehusas, ya sabes cuales son las consecuencias.



Interesada en escuchar mas, Eileen se escondio detras de la puerta dejando alejada la bolsa de basura que estaba arrastrando. Solo escucho a Mordecai maldecir y salir de ahi, despues escucho a Margarita reír tan desvergonzadamente, nunca la habia escuchado asi. Noto el sonido de sus zapatos más cerca de la puerta y se apresuró.



-¿Que haces? -entró la pelirroja preguntando a su amiga.


-Saco la basura que tu no sacaste! -contestó Eileen con molestia en el marco de la entrada del almacén, que es la habitación que conecta la entrada trasera con el resto de la cafetería.


-Hmm, bien. No me importa. -contestó déspota Margarita y se fue a atender sus deberes. Eileen agradecia que no haya notado que escucho su conversación.




------------------------Fin del Flashback-----------------------------




Ahora, gracias a ese incidente sabía dos cosas: La primera es que Mordecai y Margarita estaban saliendo de nuevo, la segunda, es que Mordecai no salía con la pelirroja por placer, lo hacía porque estaba bajo amenaza pero, ¿Amenaza de que? Conocía a Margarita y sabía que estaba algo loca, pero no llegaba al grado de amenazar a alguien con matarlo. Esto tenía que ver con algo más abstracto, como una situación incomoda, un secreto que solo ella y Mordecai conocían.


Además también se hallaba en el dilema de decirle a Rigby sobre la actual situación sentimental de su amor platónico. No sabia como se lo tomaría, ya lo había visto destrozado una vez y no le gusto presenciar cómo el entusiasmo característico de Rigby se había apagado casi por completo.


Tomó un sorbo más largo a su taza, ahora casi vacía, intentando hallar las acciones correctas que debía hacer.


 



*****************************************************************


 


Suspiro frustrado, ya habían pasado 3 días desde que se dispuso a conquistar de nueva cuenta a Mordecai. Justo ahora estaba en el departamento de Allan, habían quedado de verse para disfrutar de algunas películas juntos, últimamente hacía eso cuando terminaba sus deberes a tiempo; lo cual era una tarea fácil al no distraerse (platicar para nada) con Mordecai, no sabia que hacer para llamar su atención. Miro como su amigo regresaba con un recipiente lleno de palomitas de maíz con mantequilla, se las dio y puso en la videocasetera un vhs que había traído para la ocasión, esta vez verían 'Carter y Bricks 4' una de sus favoritas.



Allan puso la cinta y se sentó a su lado en el estrecho sofá, lo miraba reirse de unos cuantos chistes y emocionarse cual niño pequeño, cuánto deseaba tener la misma fuerza que él, su amigo pasó por tantas cosas, le arrebataron su familia, fue maltratado y abandonado, lo acogieron en un hogar dulce y cálido y lo perdió todo de nuevo, despues salio adelante por sàmismo pero solo para enterarse que el amor de su vida ya no le amaba, sin embargo estaba ahí, sonriendo y disfrutando de las más pequeñas cosas que la vida le ofrecía. En cambio el, solo había perdido a la persona que más ama en la tierra, su familia está bien, sus amigos le quieren y apoyan, sin duda solo hacía de su vida una tormenta en un vaso de agua; pero esa pérdida lo hace sentir como el ser más miserable en la tierra, el no poder acercarse a él porque le huye, el no poder mirarlo porque le hiere el hacerlo y el desear que lo ame le mata lentamente, porque sabe que probablemente no lo hará.



-Oye -la voz de Allan lo sacó de su ensoñación -la película ya terminó hace un buen rato -señaló la pantalla que mostraba los últimos créditos.


-¿Eh? -su rostro se llenó de impresión, no podía ser, juraba que la película era demasiado larga, se la pasó tanto tiempo pensando en lo miserable que se sentía que olvidó que estaba con Allan.


-Bien, cuéntame qué te pasa. -Allan se acomodo en el sofá de tal forma que quedo mirando de frente a su apestoso amigo, este le regreso una triste mirada.


-Bueno es que -no sabía si decirle lo que le sucedía o no, probablemente Allan le miraría mal por atormentarse por tan poco. Lo miro a los ojos y vio confianza en ellos, Allan confiaba en él, ahàsupo que no se burlaria de el ni mucho menos -ya te conté de Mordecai no?


-Si, recuerdas que fue gracias a él que te conoci? -dijo el otro con una sonrisa un poco burlesca.


-Oh es verdad -afirmó Rigby ignorando el gesto de su amigo. Bajo la mirada frente a Allan avergonzandose un poco de lo que estaba por decir -Pues veras, después de escuchar tu historia, decidàque no debo dejarme caer -alzó la mirada a su amigo viéndolo con gran determinación -Peleare por Mordecai, como debàhacerlo hace mucho tiempo, sera mi ultimo intento para que volvamos a estar juntos.


Allan se sintió orgulloso del gran paso que había decidido dar Rigby, conocía a ese chico y sabía que merecía esa felicidad que tanto buscaba.


-Bien, yo te ayudare en todo lo que pueda. Cuenta conmigo. -le extendió la mano a Rigby para que este la estrechara con la suya, como si con eso su amigo y el cerrarán un pacto especial, y asàlo hizo.



A la mañana siguiente, ambos ya se encontraban en el restaurante al que Eileen lo llevo la mañana siguiente después de desaparecer. Ahora junto a la ayuda de Eileen, Allan y Marie, todos en el restaurante, idearon estrategias para seducir al chico de cabellos azulados.



-Mira, le invitas una soda y comienzas a hacer platica. -dijo Eileen, como parte del plan para el "primer acercamiento" que deseaba hacer el castaño.


-Me parece muy cliché, además de que siempre hago algo similar cuando solamente salimos a almorzar, no me parece que vea la indirecta que quiero darle. -comentó Rigby serio, ya había intentado las típicas cosas románticas con Mordecai cuando despertó del accidente y ninguna la había captado. Las caricias disimuladas, rozarse las manos al caminar juntos, preguntarle si tenia algun problema con que dos hombres se amaran (pregunta que nunca respondió), incluso cuando acarició el dorso de su mano mientras jugaban videojuegos, el simplemente lo vio y sonrio, despues de eso retiró su mano y siguió con la partida como si su amigo no hubiera hecho nada.


-Con esa ya van 7 -dijo Marie tachando la propuesta en una hoja de papel.


-Vamos Rigby, debe haber algo que ya no hayas intentado...- comentó Eileen viendo la hoja que tenía varias ideas tachadas, tomarse las manos, ir al cine, acercarse peligrosamente a su rostro, etc. Las ideas se agotaban y el tiempo también, ya que solo podían reunirse durante una hora.


-¿Que tal si le das un beso? -comentó burlón Allan, Rigby ante la propuesta enrojeció hasta la orejas y las chicas solo se rieron.


-¡E..esto es serio Allan! -el castaño se cubrió el rostro con las manos.


-¡Yo tambien lo dije en serio! -sigue burlándose el chico hasta que sintió café caliente derramarse sobre su cabeza ante la mirada sorprendida de todos en el lugar, y echó a correr como alma que lleva el diablo.


-¡Te lo merecias, idiota! -grito el castaño cuando vio desaparecer a su amigo en la puerta del baño.



Las chicas no pudieron disimular del todo bien sus risas en esta ocasión y se echaron a reír como si el mañana no existiera. El las miro enfadado, pero después de un rato él tampoco se pudo resistir y se les unió a su risa.



Durante 2 semanas sus tardes fueron así, en las mañanas despertaba antes de que saliera el sol para trabajar, ya cuando Benson asignaba las tareas de los demás, él ya había terminado las suyas. Después iba al departamento de Allan y comían algo (cortesía de su amigo). Al terminar, tomaban el autobús que los dejara en el restaurante y se reunía con Eileen y Marie. Terminaban de "organizarse" a (no tan altas) horas de la noche y se iba al parque a descansar para comenzar un nuevo dia.



Nunca olvidaría lo que sus amigos hacen por él, los ve y le levantan los ánimos, recordandole que siempre encontrará un manto seguro para sus problemas en ellos, les regresaria el favor algun dia, sin dudarlo.



A partir de mañana empezaría a actuar, todos los planes que llevaba ideados con los demás pasarían de ser una simple lista a estar en la vida real. Aunque realmente no tenía muchas alternativas que no hubiera intentado ya.


 



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Bien, era el gran dia. Despertó muy temprano como solía hacer últimamente, con toda la determinación y energía que alguna vez en su vida sintió, se dio una ducha y se dispuso a preparar el desayuno, era la primera parte de su plan. Mordecai sabía bien que él era lo suficientemente holgazán como para cocinar algo, sin embargo, con esto le daría a entender que algo realmente especial (o extraño) estaba sucediendo.



Aunque no era totalmente el mensaje que quería darle, peor era nada. Tomó el sartén y el aceite, sacó dos huevos del refrigerador y un trozo de tocino. Sabía que lo que estaba por hacer era demasiado...cursi, empalagoso pero simple. Sabía que si iba con sutilezas, Mordecai jamas entenderia sus intenciones con el.



Por eso, cuando puso el sartén en el fuego con aceite y sobre él colocar el molde especial que Eileen le había conseguido, trago toda su vergüenza y lo único que lo impulsaba a seguir con esa travesía que significaba en esos momentos preparar el desayuno, era el deseo de que Mordecai lo mirara solo a el y que nunca jamás volviera a apartar su mirada.



Ya que el aceite estaba lo suficientemente caliente sobre el sartén, rompió un huevo, lastima que cayó fuera del sartén, otro más que dio en el blanco pero terminó rompiéndose la yema, deseaba que todo quedara perfecto. Asàarruinó varios hasta que lo consiguió, rompió el huevo justo en el orificio que formaba parte del molde, logrando que la yema se quedará en el centro y en todo el demás espacio se solidificara la clara del huevo; preparo dos más y cocino el tocino por si tenía hambre, él no se prepararia lo mismo, no volvería a repetir el accidente que ocurrió en aquel restaurante cuando se atraganto de omelette, todo para conseguir una gorra "extrahuevordinaria", para el solo fue cereal con leche, lo de siempre.



Acomodo su obra con una graciosa carita de tres ojos de huevo y sonrisa de tocino, justo a tiempo ya que escucho unas pisadas cerca y en ese momento entró Mordecai a la cocina.




-¿Rigby? ¿Qué estás haciendo aquí? Hace días que no comes a esta hora y que rayos hiciste? Acaso estabas cocinando?


-S..sí, bueno, ya extrañaba desayunar contigo y como no lo he hecho durante un tiempo, decidàque hoy sería diferente. Por eso te hice el desayuno, pero creo que aun asàdeje un desastre. -el muchacho más bajo miro avergonzado el suelo y parte de la estufa ensuciados de claras y yemas de huevo, los cascarones los escondió debajo del refrigerador pero aún se alcanzaban a ver fácilmente. Mordecai un poco impactado al saber que Rigby cocino algo, se sentó en el comedor y Rigby le extendió su plato.



Perplejo, el peli azulado mira su plato, son tres huevos fritos con forma de corazón , con la yema justo en medio y un trozo de tocino dorado justo debajo de ellos. Nunca había recibido un desayuno tan perfecto, ni siquiera de las manos de su progenitora que si se especializaba en algo, era en la comida.


Rigby sigue atento con la mirada las reacciones de Mordecai, lo conocía muy bien, primero vio sorpresa, luego admiración y finalmente...


-Lo siento, quede de desayunar con Margarita. -dejó el plato a un lado y salió corriendo le cocina. Vio el rechazo pero, realmente no creyó que fuese a dejar su desayuno, ¡su esfuerzo, su amor!



Triste pero no desanimado, dejó el plato con una nota: "para el que lo quiera". Fue a realizar sus deberes, al parecer se tenía que sacar la basura del lago del parque, ya que la red era demasiado grande el trabajo tenía que hacerse entre dos y Benson tuvo la maravillosa idea de que él y Mordecai lo hicieran; perfecto para la segunda etapa de su plan.



Ahora estaban los dos en el borde del río lanzando la red y pescando basura de a montones, de vez en cuando resbalaba y caía sobre ella consiguiendo regaños de Mordecai , justo como en los viejos tiempos.



Cuando estaban por terminar, decidieron tomarse un pequeño descanso. Mordecai se acostó en el pasto y Rigby se sentó junto a él, mirando ambos el cielo nublado amenazante de una lluvia torrencial. Aun asàno podría haber momento más perfecto para Rigby, y si las cosas le salían bien, podría llegar a la tercera fase exitosamente.



Miro a Mordecai a su costado y, con sus temblorosas manos, acarició los cabellos de su amor, este no le dio tanta importancia y siguió mirando al cielo. Tomando eso como buena señal, comienza a pasear sus dedos sobre el rostro de Mordecai, tan delicadamente como si se fuera a romper. Delinea primero su frente, después su nariz y acaricia las mejillas, con más lentitud se acerca a los labios pero una mano lo detiene.



-¡¿Viejo, que crees que haces?! -el ceño fruncido de Mordecai no tenía fin, su rostro estaba lleno de ira y su mano apretaba muy fuertemente la suya.


-N..nada -lleno de pánico por la reacción inesperada de Mordecai, Rigby no puede pensar en la excusas que tenía preparadas por si algo asàsucedió.


-Nunca, escuchame bien ¡NUNCA! ¡vuelvas a tocarme asi! -rápidamente se puso de pie y se fue, justo como en la mañana, con la diferencia de que esta vez si logró herir profundamente a su amigo.



Desilusionado, Rigby termino de limpiar el lago por sàmismo, justo a tiempo ya que comenzó a llover ligeramente. A paso lento se dirigió hacia la casa del parque; pensó en que había hecho mal en sus planes, estaba seguro que tenían que funcionar, Mordecai no le era indiferente ni nada parecido. Si ya sabía lo que pasó entre ellos hace años, ¿porque seguía huyendo entonces? Si tanto deseaba que no estuviera tras de él debió decírselo desde el dia que se enteró, yen lugara de eso solo lo ha estado ignorando todo el tiempo. No, esta vez no lo dejaría ir tan fácil, si para eso era necesario decirle textualmente su sentir entonces lo haría, se confesaría como Mordecai lo había hecho hace años y esperaba que le correspondiera como él también lo hizo.



Corrió a la casa, la lluvia había empezado a caer con mayor intensidad; debía verlo, tenía que decirle que lo amaba y que por favor se quedara con el. Por fin llego, sin notar que todas las luces estaban apagadas subio rapidamente las escaleras, se golpeo un poco con la pared cuando subió y dio vuelta al pasillo pero no le importo, justo ahora era más importante encontrarlo.
Llegó a la puerta de su habitación, tomo el pomo de la puerta y se detuvo un momento, pensando en si hacía lo correcto, no le importo mas y abrió la puerta tan rápidamente que golpeó la pared y quedó semi-abierta.



Pudo verlo, sentado sobre su cama, le regreso la mirada confundido, probablemente debido a su forma de abrir la puerta.



-Mordecai no digas nada, solo escúchame -comenzó a hablar el castaño- Te amo.



Esas palabras que tanto había evitado decir en años salieron tan naturales que no le costó nada el decirlas, se sentía lleno de dicha, como si se quitara un enorme peso de encima (de hecho eso acababa de hacer) contempló la cara sorprendida de Mordecai y antes de que le dijera algo continuo.



-Asàes Mordecai, siempre te he amado. Y se que ya conoces sobre lo que pasó entre nosotros porque el doctor Wally me lo dijo. Posiblemente justo ahora no sientas lo mismo por mi...


-Ri..rigby.. -intento cortar las palabras que salían de la boca de su amigo.


-No, escúchame por favor. Se que ahora no sientes lo mismo por mí, pero haré todo lo que esté en misa manos para que lo hagas.


-Rigby..no creo...


-Ya lo hiciste una vez. ¿Como sabes que no puedes corresponderme si no lo has intentado? Porfavor dame una oportunidad, se que lograre que me vuelvas a amar como yo lo hago porque ¿sabes? jamas volvere a querer a alguien como te quiero a ti.


-Rigby yo...


-Por eso…¡por eso déjame mostrarte mi amor! ¡Dejame hacerte sentir lo que tu me haces sentir a mi! -estaba tan emocionado que golpeó la puerta con su mano y sin quererlo, abrió la puerta por completo, viendo a la persona que menos se esperaba ver.



Ahàestaba Margarita, de espaldas a él, sin blusa y acomodándose los pantalones. Tanta fue su sorpresa que se quedó en shock, no podía pensar en nada, solo podía contemplar atónito sin que su cabeza pudiera conectar el hecho de que estuviera ahàcon Mordecai; vio como la pelirroja le sonrió con burla.


-¡Vaya! Pero miren a quien tenemos aqui -sin vergüenza de estar semidesnuda, se acercó a él lentamente y le acarició la mejilla -eres un pobre iluso



Pudo sentir su risa burlesca cerca de su cara, la chica se encorvo un poco para acercarse a su rostro -Me das pena, pensaste que Mordecai podrá amarte pero el ya me ama. ¿Realmente creíste que podrás competir contra mi? -se alejó un poco de él para mirarlo desde arriba, que Rigby fuera más bajito que ella se lo hacía más fácil- tan solo mirate, eres una escoria entre miles, nada que alguien podría llegar a querer tener cerca de sus vidas, en cambio yo, ¡ja! -le dio la espalda por un momento para después voltear a mirarlo de perfil -no hay nada que pueda comparar contigo, yo soy perfecta. Mi cabello es hermoso, mi cara no tiene ninguna imperfección, mi cuerpo está tonificado y muy bien dotado -mientras decía todo eso llevaba sus manos alrededor de su cuerpo y sonreía- jamás podrás ser como yo. Nadie podrá compararse a mi y menos un enano, flacucho, maloliente y estúpido..


Un fuerte sonido se escuchó y le siguió el silencio, únicamente la lluvia torrencial de afuera se escuchaba en la habitación durante un pequeño instante que para todos ahàparecieron horas.


Le ardía la mano, reaccionó muy tarde como para detenerse a sàmismo, contempló la cara de incredulidad que apareció en el rostro de la pelirroja. No se consideraba una persona fuerte pero estaba seguro que la cachetada sobre la mejilla de margarita había sido tan fuerte que le dejaría una marca por varios días.
Volteo a ver a Mordecai, en tantos años juntos nunca lo había visto formar una mueca tan fea. No sabia como describirlo o tal vez simplemente estaba muy alterado como para observar bien, pero pudo ver la decepción en cada una de sus facciones.



Sus piernas respondieron por él, salió corriendo de la habitación escuchando al final la voz de la pelirroja. Cuando salió de la casa pudo ver que esta vez la lluvia parecía una tormenta, caía tan fuerte que se formaban grandes lagos en las malformaciones del suelo.


No le importo.


Sabía que ahora solo existía para él un lugar que lo recibiría con los brazos abiertos, quería llegar lo más rápido posible ahí. Llegó a la salida del parque y cruzó las calles inundadas, la visibilidad era tan poca que casi lo atropella una camioneta, solo se salvó porque su pie se atoro antes de atravesar la calle en una coladera tapada por la basura.



Después de 20 minutos corriendo, llegó a la casa de Allan. Desesperadamente toco el timbre de su apartamento hasta que lo dejó pasar



Allan extrañado de que llamen a su puerta en un dia asi, miro a través de las cortinas y vio a Rigby. Le abrió la puerta del edificio lo más rápido que pudo, espero a que subiera para poder recibirlo.
Al tenerlo de frente aprecio a su pequeño amigo empapado y tembloroso, su mirada estaba perdida en la nada y cuando por fin dio con él, sintió la tristeza que le embargaba. Le extendió los brazos y de inmediato Rigby se acurruco entre ellos y echó a llorar.
No dijo nada y él no le pregunto nada, solo dejo que se desahoga todo lo que pudiera, pasar un buen rato antes de que dejara de llorar pero aun tenia su mirada perdida, sabía que no hablaría durante el resto del dia. Aún estaba muy enfadado y antes de que durmiera tenía que hacer algo.
No podia dejarlo asi, por eso lo llevó a la bañera con agua tibia para evitar algún resfriado. Rigby estaba tan agotado que casi se queda dormido en la bañera, rápidamente lo sacó y le puso una pijama, peino su cabello y lo arropo en su cama, como el dia que se conocieron.




En la nube de su mente, el último pensamiento de Rigby fue la frase que Margarita le dijo:





¿Cuanto duele sentir que uno está perdido?






Y cayó en la inconsciencia.



Al ver que su amigo se durmió, pudo apreciar su rostro demacrado. No sabia que salio mal, se supone que este dia sería perfecto para él, aun si hubiera sido rechazado lo iba a intentar ¿no? ¿Entonces porque llegó corriendo asàa su casa? Lo dejo solo y llamó a Eileen informando sobre lo que sucedió. Ella le dijo que iría al día siguiente a su departamento. Regreso a la habitación y se acostó al lado de Rigby, aun con el baño estaba helado y quería transmitirle un poco de su calor para que no enfermara.



*******************************************************




Colgó el teléfono y se sentó en el sofá, ya esperaba la llamada de Allan, por desgracia.



Regreso la mirada al computador donde podía ver a Marie del otro lado, estaban en un video chat antes de que Allan llamara. Le confió a ella todo lo que sabía y ahora le ayudaba, conversaron un rato y se despidieron.
Había decidido no meterse en las relaciones de Margarita, aunque estas fueran con el amor platónico de Rigby. Tenía planeado que el mismo se diera cuenta que ahora ambos eran novios y peleará por el.
Que ingenua fue. Conocía a Margarita de hace años y de su obsesión con Mordecai, tambien sabia de donde había nacido eso. Se descuido de ella y no le costo nada, pero si a Rigby.




Miró el sobre que reposaba encima de la comoda de su cama.




Desde que esa extraña carta le llegó, decidió que ayudaría a Rigby. Tenía que desenmarañar el misterio que giraba alrededor de Margarita y Mordecai y por fin le traería un poco de felicidad a su amigo.


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