¡¿E-Es en serio?! ¿De dónde carajos saca Kai esa pregunta? Y lo peor, ¡está muy cerca! ¿Acaso me estará provocando o poniendo a prueba? Si es así, no sabría decir si he perdido o ganado pues, ante la pregunta que me ha hecho, la respuesta es un "sí" -más bien un "¡Sí!"-. Pero no lo digo, sólo lo observó con los ojos abiertos y mi cara de idiota, aunque nací con ella, ¿qué se puede hacer?
Kai acorta la distanciá de nuestras bocas y, de manera casi automática, lo atraigo hacia mí y lo beso. Quiero hacerlo, siempre quiero hacerlo. Sentir sus carnosos labios y suaves sobre los míos es un contacto sumamente agradable, sentir como se estremece cuando mi lengua acaricia algunas zonas de su boca es hermoso y sentir su calor en mi cuerpo es, simplemente, excitante. Es como si no pudiera separarme de él, como si fuera adicto, lo amo. Lo amo tanto. Quiero decirlo y quiero que lo diga. Quiero oír un "te amo" de su parte... Yo... No podré resistir más.
El aire de mis pulmones se acaba paulatinamente y el de él igual, vamos a terminar separandonos y es lo que menos quiero... Si se separa de mí, no me controlaré a mí mismo y sería capaz de tomarlo y hacerlo mío ahí mismo, en el frío y desierto pasillo de una escuela primaria.
Coloca sus manos en mis hombros y rompe el beso con un chasquido. Su cara rojiza lo hace más hermoso de lo que ya es y sus ojos, cristalinos y deseosos, me insitan.
—Kai...— susurro, pasando mi mano por su mejilla, la cual queda atrapada en ese lugar por su propia mano. Me mira a los ojos y hago lo mismo. Este simple contacto es agradable. Me gusta. Me gusta todo de él. Ah... No puedo más— Kai, yo...
—Lloyd...— dice, apoyando su cara en mi pecho. Coloco mi mano en su cabeza y acaricio su cabello inevitablemente. Pensé que se molestaría, pero me equivoqué. Sus mejillas adquirieron un tono de roja más intenso y se dejo hacer. Es muy lindo... Tan docil...
Acaricio su pierna descubierta como un reflejo y noto que su piel se eriza. Subo, con suaves caricias, hasta su trasero, cubierto por unos bóxers y la camisa que le queda un poco grande. Muevo mi mano en forma circular y, de vez, aprieto un poco. A mís oídos llega la suave melodía que son sus jadeos reprimidos.
Quiero hacerlo mío, quiero marcarlo, quiero tener su olor y que él tenga el mío, pero es imposible. Si lo presiono a hacer algo que no quiere no me lo perdonaría nunca. Y, en realidad, aquella vez, cuando me salvó de morir en la lava, yo sentí como algo dentro de mí cambio para bien. Empecé a ver la vida de otra manera, y Kai se veía involucrado en ella. Sabía que lo amaba desde un principio, aunque al principio lo negué pues confundí este cálido sentimiento con hormonas, pero cuando me vi involucrado en aquél cambio de apariencia física, creí tener una probabilidad... Sin embargo nunca me atreví a mencionarlo y me dispuse a hacerme el "no sé nada". Hasta ahora.
Tuve el valor y siento que ese niño ligón del salón me ha ayudado... Sino hubiera empezado por aquél beso en la clase de Música, nada de esto estaría pasando y yo, seguramente, seguiría sufriendo internamente por ser tan idiota.
—L-Lloyd... No sigas... siento que... m-me voy a correr...
—¿Eh?— digo, haciendo que mi voz suene juguetona. Kai, no me mates por esto— Pero si sólo estoy acariciandote...
—P-Pero... Tu... tu e-er-erección roza la mí-mía y... Haa...— hunde su cabeza en mi pecho y sonrio. Sí, sé que lo estoy rozando, y se siente genial, pero decidí fingir ignorancia.
—Kai... ¿Puedo besarte?— le pregunto, besando su cabeza. Me voltea a ver por lo bajo y asiente. Llevo la mano que acaricia su cabello a su barbilla y lo jalo hacia mí. Es un toque extremadamente placentero, aunque puedo notar ese temblor característico... Al parecer se ha corrido. Yo sigo sin encontrar alivio, así que probablemente tenga que deshacerme del problema yo solo. Es una lástima.
—Lloyd... Será mejor entrar— musita Kai.
Beso su frente, sacandole una ligera sonrisa y asiento.
Trata de pararse, pero sus piernas flaquean, así que lo ayudo posando mis manos en su cintura, causandole un leve sonrojo. Escucho como dice "gracias" y, después de pararme y abrir la pierta, dejo que él pase primero.
—¡H-Hey! ¿Dónde estaban?— pregunta, con cierto nerviosismo, Jayn al vernos.
—Aquí afuera, charlando— respondí, restandole importancia.
—¿Han resuelto su conflicto?— pregunta ahora Zane.
—Sí— dice Kai, sonriendo(me)—. Bueno, yo iré a dormir... ¿Y Cole?
—En el baño— responde Jayn.
—Ya veo... Bueno, buenas noches.
Kai se avento a su cama y, envolviéndose como niño en las delgadas sábanas blancas, cierra sus ojos y duerme. Sonrio al verlo y, no sin antes hacer lo mismo que Kai (desear buenas noches y enredarme), también me dispongo a dormir, imaginando a Kai con su bella sonrisa y su cálido sonrojo.