El día empezó y pasó como siempre: aburrido. De aquí para allá y de allá para acá, con clases tontas, lecciones bien sabidas, compañeras estúpidos, etcétera. Era tan monótomo como la vida que tenía antes de todo esto, es decir, salvar a las personas de un gran catástrofe producido por cualquier villano de quinta que apareciera por la esquina. Y esto llevó a los cinco a formurlarse la pregunta: ¿Qué estará pasando en el «mundo exterior»?
—¿Creen que el Sensei Wu y Nya nos estén buscando?— preguntó Jayn, llevándose un bocado de carne a la boca.
Estaban en la cafetería, con cara de aburridos, escuchando la "hermosa" música de fondo del lugar: risas y gritos chillones.
—Probablemente— dijo Kai, jugando con su tenedor—. Digo, que de pronto desaparezcamos sin dejar rastro y sin decir nada es preocupante, pero tendrán mejores cosas que hacer, además de que somos «adultos» y debemos arreglarnoslas solos. Aunque es lo que menos me importa en estos momentos.
—¿Qué es más importante?— quisó saber Lloyd, al igual que los demás. Todos tenía una idea... muy alejada de la realidad que soltó Kai, hasta perecieron decepcionados.
—La verdadera pregunta de todo esto es— Kai tomó el tenedor, colocó un pedazo de carne fría en él y, sujentándolo con ambas manos, usó como catapulta el tenedor. El pedazo de carne salió volando y le cayó a alguien en la espalda—: ¿Cómo saldremos de aquí y cómo volveremos a la normalidad?
—Con respecto a lo primero— dijo Jane—, podríamos esperar a una excursión grupal y fujarnos.
—No es mala idea— puntualizó Kai, mirando al chico al cual le había caidó el trozo frío, que volteaba enojado a todos los lados, buscando al culpable. Kai rió bajo—, pero tardará mucho. ¿y lo segundo?
Después de pensar mucho, Zane negó con la cabeza. No había ideas. Kai suspiró y se echó hacia atrás, chocando su espalda con la pared. El chico que fué su víctima preguntaba en las mesas ansioso. Y Lloyd, como buen... buen algo, frunció el ceño. ¿Qué tanto le veía Kai a ese tipo? Por más que se lo quisiera preguntar, ese no era el lugar correcto para pleítos amorosos de celos infundados.
—Estoy aburrido, no tengo hambre y ese idiota— señaló Kai a la causa de celos de Lloyd— no viene hacia acá. ¡Maravilloso día es este!
—¿Y para qué quieres a "ese idiota"?— preguntó Lloyd, tratando de esconder su enfado. Kai lo miró por unos minutos mientras Jayn, Zane y Cole miraban incómodos la escena. El castaño sonrió.
—Lo conozco— dijo al fin.
La sorpresa no pudo ser controlado y, antes de que Lloyd explotará cual bomba, Cole atinó a preguntar:
—¿De qué?
—Un día, cuando salí del salón hacia el baño, me lo encontré en unas escaleras, sentado, con cara de aburrido. Me encogí de hombros y me acerqué a él, no se perdía nada por hacer "amigos", ¿no? Pues bien, hablamos y, ¡bom!, ahora somos "amigos"— explicó calmado Kai, mirando a Lloyd por el rabillo del ojo. El rubio se relajo un poco, pudo respirar con tranquilidad.
—Ya veo, que linda historia— dijo Jayn, recargándo su cabeza en la mesa—. ¿Y cómo congenearon?
Se encogió de hombros.
—La conversación fué fluída y natural. Ni siquiera me acuerdo de que hablamos, seguramente de vídeojuegos o algo así— Kai frunció el ceño. Suspiró, tamborileó los dedos en la mesa, volvió a suspirar, pateó algo invisible y gritó:—. ¡Idiota, yo te lancé el pedazo de carne!
Jayn se horrororizó, Zane fue Zane, Cole rió y Lloyd se tensó nuevamente. El chico, que era pelinegro, se volteó y, con la mirada, ubicó a Kai, que sonreía satisfecho. El chico se acercó, con aire amenazador y se plantó a un lado del castaño. Lloyd lo miraba con mala cara.
—¿Y puedo saber por qué?— preguntó el pelinegro, com falso tono de indignación.
—Me apetecía iniciar una guerra de comida, ¿a ti no? Estoy aburrido y tal— se excusó Kai, sonriente. Lloyd estaba que echaba humo de la cabeza, orejas y nariz, mientras que de la boca sacaba fuego cual dragón. Sus ojos pedían sangre, y pronto. Cole y Jayn tragaron saliva intercambiando una mirada. Zane seguía siendo Zane y ni se inmutaba.
—¿Y para quitar la aburrición me lanzas un pedazo de carne no sólo fría sino con salsa?— chasqueó la lengua— Me has decepcionado, pero no puedo regresarte el "favor" de una comida no saboreada.
—Lástima— Kai colocó su mano derecha en la mesa y, con la izquierda, buscó la mano de Lloyd, hecha puño. El castaño era totalmente consciente de que su actitud probocaba celos en el rubio... y era lo que quería—, ¿y por qué?— sonrió plenamente. Aunque sus movimientos y acciones si estaban planeados, nada de lo que hablaba con el chico formaba parte de su plan. Todo era como saliera.
—No puedo manchar el traje de una niña— dijo, cruzándose de brazos, sonriente.
—¡Oh, vamos! Es la excusa más mala que he escuchado, ¿no será qué más bien ya te comiste todo tu plato?
—Aparte.
—¡Me lo imaginé! Y, por cierto— miró a los demás—, él es Al— hizo las respectivas presentaciones. Lloyd seguía mal a pesar de tener enlazada su mano a la de Kai bajo la mesa.
—Lo siento, pero me voy— se despidió Al—. Clase de Idioma.
—Que aburrido— dijo Jayn, confiado.
—Y que lo digas, apesta.
—¿Y por qué la elegiste?— se aventuró Cole.
—Excelente pregunta, no me acuerdo.
Todos se rieron, menos, como era obvio, Lloyd. Sólo sonrió torcidamente.
Al se marchó tarareando una canción y saliendo de la cafetería justo antes de que el timbre sonará y absolutamente todos corrieran a la puerta para salir disparados a sus habitaciones a descanzar lo que no hicieron en todo el día. Los cinco esperaron a que el enjambre de humanos se dispersara y dejara espacio para pasar sin empujar o toquetear.
—Al parece un buen tipo— soltó Zane, haciendo un circulo en una hoja de papel. Él y Jayn jugaban al Gato, los demás eran expectadores.
—Sí, me agradó— dijo Jayn, asintiéndo para luego maldecir, pusó una equis donde no debía. Perdió inmediatamente. Arrancó otra hoja, garabateó y volvieron a empezar otra partida.
—Hum, parace bien chico— asintió Cole, con su cabeza recargada en su mano.
—Tal vez— dijo Lloyd, con tono de molestia. Kai suspiró por milesima vez en el día. Tomó a Lloyd de los hombros y, sin decir ni pio, se lo llevó fuera de la habitación a empujones. Los tres los observaron hasta que la puerta se cerró. Sonrieron para sus adentros.
—¿Estabas celoso de Al, cierto? ¡Oh, vamos! No es nada, simple amistad, ¿ya te lo dije no? Te amo— soltó Kai con falso gesto disgustado, sonreía para sí.
—Tal vez— repitió Lloyd, sin mirar al castaño. El enojo y los celos que sintió no eran saludables, aunque se relajó al sentir como Kai posó su mano en la suya, que temblaba echa puño en la cafetería. En su vida se había sentido tan molesto. O tal vez sí, hubó una época en que, cuando aún no se daba cuenta de sus sentimientos hacia el ninja de fuego, se enojaba sin razón aparente cuando cualquier persona, sobre todo hombres e incluso Jayn, Zane o Cole, se acercaba a Kai fuera para lo que fuera.
—No te hagas el difícil ahora— dijo Kai, parando la marcha y poniéndose en frente de Lloyd, a tal punto de rozar cuerpos—, ¿qué hago para que me perdones?
Lloyd, en un ataque por tanta seducción (N. de A.: xDDD), aprisionó a Kai con la espalda en la pared de aquél pasillo desierto.
—L-Lloyd, aquí no es el lugar para hacerlo...— soltó Kai entre consciente, inconsciente e instinto de idiotez. Sin querer, había dicho que quería «hacerlo» con Lloyd, y que probablemente lo esperaba con ansias. El castaño se sonrojó, tapó su boca con ambas manos y desvió la mirada, y eso que antes estaba incitando.
Lloyd también se sonrojo, pero levente y, por puro impulso, lamió el cuello desnudo de Kai, que jadeó al sentir el tacto húmedo y caliente en esa parte sensible. Alejó al rubio rápidamente, bajó la mirada por unos instantes para luego, aún sin levantar el rostro avergonzado, decir:
—Si vas a hacerlo... Q-que sea en un lugar más apropiado...
Lloyd sonrió. Su cabeza había hecho "¡clic!" y ya tenía el lugar para ello más que preparado.