—Kai...— dijo Al, mirando el suelo—No sé si ésto vaya a funcionar...
—¿Otra vez? ¡Rélajate!— dije yo, sin dejar de mirar el cielo despejado. Estabamos sentados los dos en una banca de un jardín del colegio. Nos saltamos las clases, él no sé cómo lo hizo, pero yo con la terrible y usada excusa de "me duele esto"— Lo conozco bien, creo, así que confía en mí. Todo saldrá perfecto— lo mire.
—¿Tú crees?— preguntó, con una débil sonrisa. Asentí, sonriendo también. Al echo un suspiro pesado y rió— Creo que estoy un poco nervioso...
—Oh, ¿en serio? No lo había notado— me reí sarcasticamente.
—Muy graciosa...— me molesta que me digan "ella", pero viniendo de Al, por alguna razón, no me disgusta. Será que ya lo reconozco cómo un amigo—. Por cierto, ¿ya tienes pareja para el baile?
—¿Qué baile? ¿Esto es un cuento de princesas, o qué pasa aquí?
—No— rió Al. Yo sonreí. No tengo la menor idea de qué diablos habla este chico—. Todos los años, por esta fecha, la directora, un poco loca porque no sé cómo se le ocurrió esto— vaya, pensamos igual. Después de todo, fue ella quien me tachó como mujer—, organiza una especie de baile-reunión-fiesta o algo por el estilo. Lo malo es que es de disfrazes, me molesta.
—Ni que estuvieramos en Halloween para usar disfrazes— dije, suspirando. ¿En qué piensan las personas hoy en día?
—Y que lo digas. Pero considerando que no sabías nada de ésto, la respuesta a mí pregunta es un no, ¿cierto?— asentí— Aunque probablemente sea Lloyd, ¿no?— no pude evitar sonrojarme y desviar la mirada a lo que fuera. Pensar en Lloyd simplemente hace que mi corazón lata como loco... Sin embargo... Sí me gustaría que Lloyd me propusiera ser su pareja, pero no sólo de baile. Hey, ¡hola!, pensamientos de colegiala... Ah, espera, que físicamente soy colegiala. Pues entonces está bien— Por tu forma de actuar, supondré que es un sí.
—C-cálla. No vayas a decie nada de todo esto— dije, "amenazándolo" con mi dedo índice.
—Tranquila, tranquila. Lo prometo. Y... volviendo a lo de antes... ¿crees que...?
—¿Acepte si le propones que sea tu pareja?— lo interrumpí alzando una ceja. Al asintió. Bien, pensemos... Es miedoso en extremo, pero también fuerte y decidido. Enojón y amargado... No vamos por buen camino— Me has atrapado, no sé que decirte. Pero no te deprimas. ¿Cuánto falta para el dichoso "baile-fiesta-reunión algo por el estilo"?
—Más o menos dos semanas— respondió, sonriente.
—Pues tienes ese tiempo para conquistarlo, y si no lo logras... Puedes caer en la depresión que quieras. Yo te ayudare en lo que pueda y trataré de que se acerque más a ti, pero no prometo nada.
—Gracias nuevamente. Si no te hubiera confesado todo estaría más que estancado— se puso de pie y yo lo secundé—. ¿A dónde quisieras ir ahora?
—A juzgar por mi insensante dolor de estómago, a la cafetería.
Ambos nos reímos y caminamos hasta la cafetería. Pero antes de llegar, volteé un sinnúmero de veces hacia atrás, pues tenía la extraña sensación de que alguien me miraba.
Entré a la habitación y vi a Jayn y a Zane rodeando a Lloyd, que se encontraba gritando por alguna extraña razón que desconozco.
—¿Qué está pasando aquí?— pregunté, desconcertado. Zane y Jayn me miraron sorprendidos y Lloyd volteo a verme con una mirada que no sabría calificar.
—¡Kai, corre antes de que Lloyd te termine violando!— gritó Jayn, empujando a Zane hasta pasar a mí lado y salir de la habitación, asustado.
—¡Hey, ¿a qué te refieres?!— le grité demasiado tarde, ya se habían ido. ¿Soy yo o esos dos traen algo? Siempre los veo tan juntos... Aunque eso nos pasó a Lloyd y a mí... Otra vez con los pensamientos de enamorada.
Vi como la mano de Lloyd cerraba la puerta, apricionándome contra ella. De pronto sentí su respiración en mí oído y algo cálido recorrer mi cuello. Jadeé sin darme cuenta. ¿Acaso cree que es buena idea hacerlo ahora? Cole podría entrar en cualquier momento.
—L-Lloyd... para...— ordené, sin resultado. Me abrazó por la cintura y sus manos fueron descendiendo con caricias hasta llegar a mi entrepierna. El sólo roce de sus manos hicieron que jadeara otra vez, además de su cálida lengua que lame y besa mi cuello. Mierda, estoy sediendo ante él cómo la otra vez... Terminaré diciendo cosas que no quiero, lo llamaré infinidad de veces y gemiré sonoramente... Aún lo recuerdo. Aquélla vez me sentí tan bien por el cuidado que me dio, y eso que es menor que yo, pero lo hacía como si tuviera tanta experiencia en todo...— Ahh... Lloyd, n-no toques ahí— su mano se introdujo por la falda que no me he quitado y por mi ropa interior, tocando sin pudor alguno mi ahora erección. Es incríble cómo este mocoso logra en mí estas reacciones que nunca antes he tenido.
—Pero lo estás disfrutando— susurro a mí oído, haciéndome estremecer—, en verdad no quieres que pare, ¿o sí?— negué con la cabeza y oí un resoplido. Ha sonreído—Oh, mira esto... Tu erección sale a través de tu falda— cuando oí esas palabras me sonroje en extremo, jadeé, apreté los dientes y quisé golpearlo, pero sus manos hábiles no me dejaron. Comenzó a mover su mano alrededor de mi miembro y a pellizcar mis pezones. Ah, esto está mal, voy a ceder en cualquier momento— Kai, eres tan lindo...
—C-cállat- ¡mgh!— no puedo ni terminar una sola palabra gracias a los sonidos vergonzosos que salen de lo más profundo de mí garganta. Pero lo peor es que Lloyd está pegado a mí, tan cerca que su pecho acelerado lo siento en mi espalda y su erección roza mi trasero— Haa... Lloyd, n-no.. ¡ah!
—¿No qué?— preguntó, sin dejar de tocarme.
—N-no qui-quiero... ¡mgh, ahh!— mierda, mierda. Si no lo digo me terminará violando aquí mismo— ha-hacerlo aquí...
—¿Ehh? ¿Entonces en dónde quieres hacerlo?— preguntó burlonamente.
—E-en... mí cama...
Por un momento sus toques pararon, pero volvieron al ataque. Sé que mi respuesta lo ha sorprendido más de lo que esperaba. Él comienza a caminar hacia atrás conmigo, que no paro de temblar pateticamente. Siento que me voy a venir en cualquier momento.
Al final, me recuesta en mi cama y se pone encima de mí. Me quita la ropa rápidamente, algo que agradezco, me ha ahorrado un trabajo extra, y empieza a lamer todo mi cuerpo, repartiendo besos y chupetones.
—Lloyd...— lo llamo, accidentalmente. Él me mira mientras besa mi pierna, que tiene encima de su hombro desnudo. Me estremezco por verlo de esa forma tan sexy. Por abrir mi bocota, ahora no sé que responderle... Soy un idiota.