¿Y ahora qué carajos le digo? ¿Qué puedo hacer? Debo pensar algo rápido...
—¿No vas a responder?— pregunta Lloyd, pasando de su cara seria a una juguetona que no me da buena espina— Bien, entonces... Si no me respondes, no seguiré jugando contigo...— sé lo que quiere decir. Ah, me odio a mí mismo en estos instantes. Todo porque mi bocota y mi subconsciente se unieron en una huelga contra mí. Mi cabeza está hecha, literalmente, una maraña, no se me ocurre nada que decirle, y menos cuando sus caricias cesan. Mentiría si dijera que un quejido de disgusto salió de mi garganta, en serio amo como me toca y no quiero que pare— ¿Qué fue eso? ¿Un quejido? Kai...— su mano izquierda comienza a acariciar mi pierna encima de su hombro, sacandome otro suspiro—... si no quieres que me detenga, será mejor que me des una respuesta, y lo sabes.
Cuando pasa de su actitud infantil a una seria y decidida, me es inevitable caer ante él -aunque también con la infantil llego a ceder-. El hecho de que emplee ese tono de voz me hace estremecerme y obeder docilmente. Si no quiero que se detenga, debo responder... Pero no era exactamente en lo que estaba pensando cuando de mis labios salieron esas palabras:
—Yo... también qu-quiero hacerte sentir b-bien, Lloyd...
Después de que me arrepintiera de haber dicho eso, miré a los ojos a Lloyd, que se encontraba estatico. Ah, repito, soy un idiota. Lloyd también me mira y, como si supiera en lo que pienso, sonrie gentilmente. Me encanta ver su sonrisa, me hace sentir bien.
—¿En serio?— susurra otra vez, mordiendo mi gluteo derecho. Totalmente confuso e hipnotizado, asiento con la cabeza. Él en seguida baja mis piernas de sus hombros y yo, mecánicamente, me pongo a gatas. Lloyd se sienta, recargandose en la pared, y me acerco hasta él, dudoso.
Me es inevitable mirar su miembro antes de empezar con todo, se ve... tan grande, no entiendo como es que entró en mí la primera vez. Tomo con mis dos manos su base y la masajeo, torpemente. No sé qué hacer o cómo hacerlo, así que sólo sigo mis estúpidos instintos. Acerco mi boca y soplo en la punta, logrando escuchar como un jadeo sale de su boca. El sonido fue tan excitante que quiero escuchar más... Quiero oírlo.
Lamo su glande y lo introduzco en mi boca, para seguir lamiéndolo y succionándolo. Siento como tiembla a través de mi boca y también siento como mis cabellos son jalados sin mucha fuerza. He de suponer que lo estoy haciendo bien pero no sólo por lo anterior, sino porque yo igualmente me siento extremadamente bien. Mi miembro palpita adolorido y acerco mi mano. Con sólo tocarlo, un escalofrío recorre mi espalda y comienzo a estimularme. Mierda, estoy muy cerca.
Mientras sigo lamiendo y tocandome, Lloyd suelta un gemido que me indica que se va a correr, y a pesar de esto, no saco su miembro de mi boca. Deseo que se corra en mi interior, así que succiono con más fuerza y de pronto un líquido cálido y pegajoso invade mi boca y también mi mano. Me he corrido.
Me separo del miembro de Lloyd y, a duras penas, me trago todo su semén. Es... amargo, pero delicioso. Me toma del brazo y me jala hacia él, colocandome de rodillas encima de él.
—¿Eh?— suelto yo, confundido.
—Kai... ¿crees que podrías hacerlo tú? Me siento un poco cansado— me sonrié, acariciando mi mejilla. ¿Hacerlo yo? Se refiere a... Doblemente mierda, ¿es en serio? ¿Cómo planea que lo haga? Me sonrojo y volteo hacia otro lado.
—Y-yo... e-ehh...— ¿en verdad podré hacerlo?— Es-está bien...
Dirigo una de mis manos -la manchada- a mi trasero y separo un poco la piel, dejando al descubierto mi entrada. Cierro mis ojos y, con la otra mano colocada en el miembro erecto de Lloyd, voy descendiendo mis caderas hasta que siento como la punta me roza. Suelto un jadeo e, con todo el valor que se puede contener en mi cuerpo para estas situaciones, introduzco completamente todo su pene en mí. Gimo y arqueo mi espalda, se sienta tan diferente a la última vez.
—A-ah.. Kai, se siente tan bien dentro tuyo— susurra Lloyd, antes se besarme. Y mientras nuestras bocas y lenguas están ocupadas, comienzo a levantar mis caderas y a bajarlas, dando inicio a las estocadas. Mis manos se aferran a su pecho y las suyas juegan con mis pezones, haciendo que reprima mis gemidos en el beso. El aire se me acaba tan rápido por el beso extremadamente húmedo. Me separo de él, jadeando. Una de sus manos baja a mi cintura y la acaricia, mientras que la otra sigue jugando con mi pezón izquierdo y Lloyd, con su boca, lame el derecho.
—Aahhh... No-no lo lamas... mghn... Haaa...— todo mi cuerpo es invadido por una corrien eléctrica y vuelvo a arquear mi espalda, temblando. Se siento todo tan bien, es como si estuviera en el cielo.
No sé en que momento Lloyd volvió a tomar el control de las estocadas, pero lo que sí sé es que estoy cerca de llegar a mi punto clímax. Y se lo hago saber a él, que me responde con un gruñido, pues fue lo único que atinó salir de su boca. Al final, cuando Lloyd milagrosamente toca mi punto, el lugar donde se encuentra mi próstata, un sonido que no fue ni gemido ni grito sale de mi boca y me corro, machando nuestros abdomenes. Y justo después, Lloyd se viene dentro de mí, jadeando. Caigo rendido en su pecho y sus manos aflojan el agarre en mis caderas, llegando a ser como una cálida caricia. Levanta mi cabeza y besa mi mejilla. Lo imito poco después.
—Te amo, Kai— me abraza, y siento su aliento en mi hombro.
—Yo también te amo... Lloyd.
—¡¿Qué?!— grito yo, golpeando a Lloyd en la cabeza. Jayn me agarra por detrás, probablemente evitando que lo mate.
—¡Vamos, Kai! ¡Rélajate!— me dice Jayn.
—¡¿Relajarme?! ¡Cómo carajos voy a hacerlo!— vuelvo a ver a Lloyd, que se ríe nerviosamente mientras rasca su nuca.
—Lo siento...— susurra él. Esto me ha hecho estallar.
—¡¿Lo siento?! ¡¿Cómo coño quieres que te disculpe?! ¡Me estuviste espiando cuando estaba con Al! ¡¿A qué gran genio se le ocurre hacer eso?!
—¡P-pero sólo te seguí hasta el parque! ¡N-no pasé de ahí, lo juro!— dijo, agitando sus manos.
—¡Ah, ¿nada más?!— logre zafarme de Jayn y, muy por el contrario de lo que él, Cole, Zane y Lloyd pensaban, puse en práctica algo que hace tiempo nunca había tocado: el teatro. Hasta ahora mis alteraciones y gritos han sido genuinos, pero creo que es hora de que me aproveche de la situación, después de todo soy una "chica".
Me caigo de rodillas al piso, y todos se me quedan mirando. Sonrio para mis adentros mientras lágrimas falsas salen de mis ojos.
—En...Entonces... ¿quieres decir que cuándo lo hicimos hace rato... to-todo era un arranque de celos...?
"¿Eh?", pude escuchar de la boca de todos. Reprimo la carcajada que quiere salir de mi pecho por más sollozos exagerados.
—Y-yo creí que... que en verdad te ha-habíaa sentido bien al momento en que tú entraste a mi boca...— dije, sollozante.
—Lloyd...— dijeron Jayn y Cole, viéndolo.
—¡¿Ehhh?! ¡N-no es lo qu-!— se excusó.
—¡¿Ahora lo niegas?!— grite, poniendo de pie rápidamente, dejando ver mi supuesto rostro demacrado— ¡Lloyd, IDIOTA!
Salí corriendo de la habitació, dejando atrás los gritos y suplicas de los demás. Cuando supe que estaba lo suficientemente lejos del cuarto, me derrumbe en el suelo y verdaderas lágrimas salieron de mis ojos.
Lágrimas de una buena carcajada.
—Lloyd...— dijo Cole, mirando al nombrado, que estaba peor que idiotizado por la escena de hace segundos— ¿no crees que deberías ir a buscar a Kai? Sólo lleva una camiseta, es de noche y puede ser vict-... y hace frío.
—¿Qué quisite decir antes de "hace frío"?— el rubio alzó una ceja.
—¡Tú sólo ve a buscarlo y disculpate! No seas tan idiota, como dijo Kai. Anda, shu, shu— Cole movió sus manos como quien espanta a un perro y Lloyd salió a paso lento de la habitación, carcomiéndose la cabeza por su estupidez.